Capítulo 9. Aloha Ke Kahi I Ke Kahi
Prisión de Alta seguridad, Halawa.
—Me trajiste hasta aquí y me tendiste una emboscada.
— Sí, pero no de la forma en que piensas. No están aquí para sacarme. Están aquí para matarme. Y eres el único que puede protegerme de ellos.
— ¿De quién? ¿Quiénes son ellos? –pregunto de nuevo Steve pero los disparos se escuchaban cada vez más cerca.
Wo Fat no dijo nada más, solo dio unos pasos atrás, escondiendo detrás de un lado de su celda donde no llegaba el total de la luz, Steve no tenia de otra que pelear contra ellos, así que se escondió detrás de una de las columnas que habían dentro de esa lado de la celda; para tomar a quienes irrumpían en la prisión, por sorpresa.
Detrás de la puerta se escuchaba como pasaban una soplete, y esta iba cediendo abriendo una forma irregular en medio de la puerta, segundos después esta fue derribada y tres hombres se posaron frente al vidrio de cristal y comenzaron a disparar, Steve que iba a proceder ataca se detuvo por un segundo al ver que uno de ellos se movía de su lugar y lo hacía para colocar una pequeña bomba de tiempo imantada que enseguida se adhirió al vidrio y el mismo hombre dio un paso atrás, Steve logro ver que esta tenia exactamente 9 minutos, así que salió y comenzó atacar.
Primero tomo a uno de los hombres del cuello fuertemente y coloco frente a él, por lo que los disparos que iba hacia el de parte de los otros dos hombres los recibió aquel hombre que Steve tenia, de inmediato tomo el brazo y comenzó a disparar desde ahí a los otros dos, uno de ellos seguía vivió así que le dio un poco de pelea, pero este con un par de golpes había logrado controlarlo todo.
La situación parecía controlada pero la bomba comenzaba hacer un pitido avisando que quedaba poco tiempo, así que soltó el arma que traía en las manos y apago la bomba. Wo Fat le dio una mirada de alivio, mientras Steve contemplaba e intentaba pensar que era exactamente lo que había pasado.
Cuartel General Five-0
Sam como de costumbre, llevaba a Diane al cuartel. Y como siempre demostraba el caballero que era así que bajo del auto abrir la puerta de Diane, esta extendió su mano en forma de burla y el sonrió y la halo un poco fuerte logrando que ella se estrellara contra el y aprovecho para atraparla en un beso.
—Ten un buen día. Intenta no hacer una locura ¿de acuerdo? –dijo Sam una vez se separaron.
—Ya sabes que no puedo prometerte nada, sin embargo antes de irme quiero hacerte una pregunta muy seria –dijo ella aun abrazada a Sam.
—Vaya... ¿Qué será? Espero no sea la cancelación de nuestro compromiso porque mi madre llega esta noche y no puedo hacer que se devuelva a Boston.
—No, claro que no –respondió ella riendo–, ¿Por qué la ropa deportiva? Odias correr.
—De hecho voy a practicar natación, anoche me sentí mal al perder frente a ti en la piscina de tu casa ¿Cómo fue eso posible? –y Diane soltó una carcajada.
—En primer lugar, nuestra casa –dijo ella y el repitió sus palabras. Aun no se hacia la idea de vivir en ese lugar tan grande junto a Diane, siempre había sido algo modesto–, y en segundo lugar, mi amor eso va a pasar muchísimas veces, así que debes acostumbrarte.
— ¿Sabes a que podría acostumbrarme? A eso que hicimos después –y Sam hizo una cara picara, haciendo sonrojar a Diane.
—Mmm... ya veremos –dijo ella dejando un corto beso en sus labios–, debo irme. Te veo en la noche.
—Ok, cuídate mucho por favor. Te amo –dijo él y Diane solo sonrió.
Sam estaba acostumbrado a que Diane no respondiera a esa palabra, pero si veía que sus ojos se iluminaban cuando él lo decía y que luego sonriera era más que suficiente para él; así que se dio la vuelta y ella también, pero antes de subir a su auto, Diane se dio la vuelta y le llamo: —Oye Sam...
— ¿Si? –manifestó el.
—También te amo –dijo ella por fin y Sam no pudo evitar sorprenderse.
Quería correr y abrazarla, pero algo le decía que era mejor quedarse con esa imagen de Diane sonriéndole y de la manera más genuina decirle que lo amaba, así que el sonrió y solo pudo decir "Te amo" y subió al auto.
Y Diane también se quedó a disfrutar del momento, no podía creer que después de tanto tiempo esa palabra haya podido salir de ella, y es que Sam había sabido llegar a ella y aun no sabía cómo, pero si sabía que cuando todo se nublaba y se volvía turbio, a quien primero veía para darle calma era a Sam y aquello hizo que sin querer Diane también lograra enamorarse de Sam.
Y por primera vez esta dispuesta a vivirlo, sin miedo a que algo pase, al final de cuentas ella es Diane Brighton, estaba convencida de que nada podía pasar si todo estaba bajo su control.
—Diane
—Hola Danny... y ¿Hola Chin? –contesto ella de vuelta pero algo preocupada por las caras que traían–, oigan ¿todo bien? ¿Por qué esas caras?
—Acaban de atacar la celda donde esta Wo Fat y Steve estaba allá visitándolo.
— ¡¿Qué?! ¿Steve está bien?
—Acaba de llamarnos, no lo sé exactamente.
Diane sin pensarlo fue hasta su auto, dejo su bolso y se colocó su arma y su placa y fue junto a ellos.
Prisión de Alta seguridad, Halawa.
— ¿Steve? ¡¿Steve?! –llamo Chin, mientras el resto revisaba el lugar, el cual estaba hecho escombros.
Y de pronto al final del largo pasillo apareció Steve arrastrando el cuerpo de uno del hombre que le habían atacado.
— ¿Estas bien? –pregunto esta vez Diane parándose frente a él y obstruyéndole el camino.
—Sí, estoy bien. Lleven a Wo Fat a un lugar seguro y luego reúnanse conmigo en el cuartel, este todavía respira –señalo Steve–, me lo llevare para interrogarlo.
—Ok, ok... Lo haremos –dijo Diane–, Chin y Danny encárguense de Wo Fat, yo te ayudare ¿de acuerdo?
—Ok –contesto Steve un poco extrañado de que Diane no quisiera imponerse y recordarle que cada error cuenta.
Con la ayuda de Diane y entrando por la puerta de servicio del Palacio cargaron el hombre hasta la sala de interrogatorios. Su traje impedía cuales eran exactamente las heridas que tenía, pero si algo era seguro es que debían intentar mantenerlo con vida, ya que estaba perdiendo mucha sangre. Durante el camino tanto Steve como Diane estaban cubiertos de ella.
—Haremos esto rápido, y te conviene que así sea –dice Diane–, Tienes una bala en el hombro y un montón de heridas más quién sabe dónde, así que me dices quien eres y quien te envió y te consigo un médico de inmediato. Tú decides.
—Ya tenemos tus huellas, así que si colaboras y nos dices antes que nuestro identificador quien eres, te ayudare.
Pero el hombre que estaba cada vez más pálido, no quiso decir nada. Diane miro a Steve tratando de averiguar que harían si no obtenían respuestas, pero antes de poder decir algo, la puerta de la sala de interrogatorios se abre y detrás de ella estaba Danny que sostenía una camisa para Steve; este dio un vistazo hacia el hombre y luego vio a Diane, ella solo le hizo señas para que mirara al hombre.
—Vuelvo en un segundo ¿de acuerdo? Intenta sacarle algo, pero lo necesito vivo ¿ok? –le pidió Steve a Diane.
—No te prometo nada –respondió Diane tratando de intimidar al hombre, pero Steve solo le dio una media sonrisa y salió.
—Gracias –le dijo Steve a Danny una vez que tomo la camiseta.
—Acabo de entregar a Wo Fat con los federales, están preparándolo para su traslado en una cárcel de igual seguridad en Colorado.
— ¿Te dijo quién estaba detrás del ataque?
—Por supuesto que no, no es muy hablador. Sin embargo quería que te felicitara por tu destreza en combate.
— ¿Él te dijo eso?
—No, más bien fue una mirada. Ahora yo quiero saber ¿Qué estabas haciendo allí?
—Antes de irse mi madre fue a visitarlo, por eso fui; y porque cuando vine aquí con Diane, él la trato como si no la conociese, no sé qué fue eso exactamente. Si fue una treta de ellos dos, o realmente fue así y Wo Fat no ha visto a Diane sino en tres oportunidades, contando la de ayer. Pero también revise el registro de visitas, y Diane nunca vino desde que lo atrapamos en el valle.
—Ok, déjame digerir esto, tu madre. Ella convenientemente no está aquí para explicártelo ¿no es así? Y con respecto a Diane ¿eso no te dice algo? No sé, creo que todo se está uniendo y tu cada vez estas más ciego.
—Pues sobre mi madre tengo mis teorías, sobre Diane, no sé qué decir exactamente, porque ella parecía muy convencida de su vinculación con Wo Fat.
—A veces me gustaría golpearte, en serio. Tú y el equipo la han estado molestando con eso por años, incluso cuando ella no estaba ¿Cómo quieres que actúe? No voy a decirte como hace años, que analices bien porque podría ser demasiado tarde, porque sin duda ¡ya es demasiado tarde! Pero aún hay tiempo para que al menos te disculpes por todo lo que le has hecho pasar.
—Lo pensare... Chin ¿Qué tienes? –dijo Steve al ver a Chin que convenientemente venia entrando. Danny solo rodo los ojos, sabía que era demasiado difícil convencer a Steve.
— ¿Y Diane? –Pregunto Chin–, esto podría interesarle.
Y Steve le hizo una seña a través del pequeño vidrio que había en la puerta de la sala, y enseguida salió. Sus manos y su camiseta blanca estaban llenas de sangre, así que escurrió sus manos haciendo una mueca de asco.
—Ten cosita –dijo Danny extendiéndole un pañuelo.
—Gracias ¿Encontraron algo? –dijo ella.
—Pues encontré en nuestra base a este hombre, su nombre es Ricardo Cosí. Involucrado en tráfico de drogas, secuestro y asesinato, y esto va para ti –señalo a Diane y ella miro extrañada–, sus huellas estaban en la bomba que colocaron cuando llegaste aquí, y su registro de llegada coincide con el tuyo a la isla. Además de que Cosí, está vinculado a más de treinta acciones terroristas del MLN durante la última década.
— ¿Este tipo es del MLN? –Pregunto Danny preocupado–, creí que nos habíamos librados de estos tipos.
— ¿Es enserio? –Intervino Diane–, nunca trabaje para Latinoamérica en la CIA, ni siquiera conozco a nadie del comando Sur de los Seal, ¿Cómo podría el MLN saber de mí?
—Pues existen registros donde se te buscaba desde el 2008 –dice Chin.
Y entonces Diane lo relaciono y soltando un suspiro recordó, al parecer eso nunca acababa: —Miguel Valdés. Esto es extraño, porque Miguel nunca se vinculó con el MLN, es decir esta es una organización que opera en Colombia y en las fronteras con Venezuela, pero nunca registre ninguna vinculación entre estos. Valdés era demasiado narcisista como para apoyar una organización que según trabajaba para su pueblo.
— ¿Entonces como saben de ti? –pregunto Steve.
—Imagino que con los Valdés muertos, hay quienes quieren tomar su lugar en la distribución de drogas y trata de blanca, Valdés no distribuía directamente a Latinoamérica pero lo hacia acá, Estados Unidos y estos grupos más pequeños distribuían y compraban a Colombia, Venezuela, Brasil y otros países de Latinoamérica. Yo debo ser el alerta roja de ellos. Aunque pensándolo mejor, creo que a quienes buscan es la SRU, no a mí.
—Puede que tenga sentido. Ricardo Cosi es la realeza terrorista. Es sobrino del líder de la MLN, Esteban Luna, alias "El Cóndor" y este hombre esta lista de los más buscados en Los Ángeles imagino que la SRU está detrás de ellos.
—Esa se volvió nuestra especialidad, por mi obsesión por Valdés. En mi camino de querer atraparlo, acabe con pequeños carteles y grupos, supongo que quedo como tradición. Pero no era a eso a lo que nos dedicábamos exactamente.
— Entonces, es por eso que la MLN fue tras Wo Fat. Porque nos ayudó a conseguir a Salgado. Y prevenir el ataque en San Francisco.
—Pues eso también puedo corroborarlo, cuando llegue a la isla mi investigación se centró en los Yakuza, y Valdés y estos, si tenían grandes negocios. Hasta donde llegó mi investigación, solo había tratos con Hiro Noshimuri, pero si Wo Fat es un ex Yakuza supongo también tenían sus tratos. Eso nunca apareció en mis investigaciones.
—Pues tenemos una situación –dice Steve–, te tenemos a ti que eres uno de sus objetivos y ahora a Ricardo que tiene un lazo con un líder importante del MLN por lo que o vendrán primero por el o por ti. Pero no nos vamos a quedar averiguarlo.
Chin volvió al cuartel, mientras Danny, Steve y Diane se quedaban con Ricardo. Diane ya sabía cómo actuaria, ella era un objetivo, y tal vez por lo semi inconsciente que estaba el hombre no había podido reconocerla, pero tal vez en lo que Diane le dijera quien era ella, el hombre reaccionaria y al menos a través de sus movimientos corporales le daría algunas respuesta a Diane.
Al entrar a la sala Ricardo estaba al parecer inconsciente, Diane se acercó a él y dándole algunos golpes en la cara el hombre volvió en sí.
— ¡Ey! Mírame, a que no sabes a quien tienes enfrente. Diane Brighton ¿no me buscabas?
Y entonces Ricardo le dio una media sonrisa, al abrir sus ojos, la había reconocido.
— ¡Habla! ¿Qué es lo quieres? Diane ya no pertenece a la SRU. Creo que el objetivo, esta errado.
—No lo creo... –musito Ricardo y parece haberse desmayado.
—No creo que vayamos a obtener nada de el –dice Danny.
—Chin... –dice Steve contestando su teléfono celular–, ¿Cómo que una situación? ¿Chin? Chin... Tenemos que irnos –dice Steve para todos.
Danny y Diane se miraron confundidos pero luego empezaron a escuchar disparos y gritos y entendieron.
—Supongo que si –le dijo ella a Steve–, ¿te ayudo? hay que mantenerlo con vida, sino esto va a empeorar.
—Tu tranquila cosita, yo lo ayudo; tú cúbrenos.
—Hecho –respondió Diane y sacó su arma.
—Esto es una operación de rescate, El cóndor quiere a su sobrino y nosotros lo tenemos, además de que está mal herido. No creo que lo logre.
—Creo que deberíamos ser más positivos ¿no crees? –Dice Diane–, si Ricardo muere aun me tienen a mí, y no voy a dejar que nada suceda.
— ¿En qué parte de tu explicación debería sentirme más tranquilo? –replica Danny y Diane y Steve sonrieron.
Danny solo estaba siendo Danny, y ellos como siempre tenían la respuesta que le daría a él, o más valor o más ganas de salir corriendo.
***
Mientras Danny, Steve y Diane estaban lidiando con Ricardo y con lo que sucedía en el cuartel, fuera de él ya estaba llegando SWAT. Estando en la sala de interrogatorios no sabían exactamente lo que sucedía, pero en la recepción del Palacio estaba ocurriendo un secuestro con más de 10 rehenes. Un grupo perteneciente al MLN también, se había colado dentro de este con disfraces de albañiles, y electricistas.
Algunos pudieron escapar pero otros se quedaron dentro y es entonces cuando son tomados como rehenes. Chin que ya estaba alerta a lo que sucedía desde que habían cortado las líneas se había escondido dentro de las oficinas de Five-0 a esperar a quienes habían irrumpido en el palacio, era más que obvio que irían ahí.
Fuera del cuartel había llegado la HPD para cerrar completamente las entradas al cuartel, y junto a Duke se encontraba el capitán Grover, quien dirigía el equipo SWAT en Hawaii.
—Capitán Grover, una gran semana para empezar un nuevo trabajo –Saludo Duke a Grover.
—No creo que haya otra manera –respondió este serio.
—Bienvenidos a Hawaii –expreso Duke.
— ¿Cuáles son nuestros puntos de entrada? –pregunto Grover ignorando lo último que había dicho Duke.
—Tenemos ocho entradas y salidas –respondió Duke mostrándole una gran pantalla donde tenían un plano del palacio–, todas en la planta baja y una escalera de incendios en la parte trasera.
—Sargento Lukela –exclamo Max quien llego corriendo hasta él. Se había enterado por las noticias lo que estaba sucediendo en el palacio.
—Lo siento mucho Max, te informare de todo, estamos haciendo lo que podemos para sacarlos a todos de ahí, aunque con Steve y Diane allá dentro estoy algo seguro de que todo podría estar bajo control –objeta Duke y Max solo se queda a su lado escuchando todo lo que puede para estar al tanto de quienes siguen adentro, su equipo, eso le preocupaba.
— ¿Hay alguien herido? He oído de McGarrett ¿Quién es Diane? –pregunta esta vez Grover ignorando a Max.
—Se informó de disparos –indica Duke–, por lo que podría haber víctimas entre los rehenes. Diane es quien dirige Five-0 ahora, es la versión femenina repotenciada de Steve.
— ¿Es decir que Five-O, está adentro?
—Hasta donde sabemos, así es.
— ¿Pudieron comunicarse con ellos?
—No. Se cortaron las líneas telefónicas y están interfiriendo las señales de los teléfonos móviles.
—Bueno, sean quienes sean, saben lo que hacen –dice Grover mirando hacia el palacio
—También confirmamos que todas las entradas están conectadas con explosivos, por lo que no hay una forma fácil de entrar o salir.
—Como dije, no son los típicos secuestradores. Si estos tipos se han encerrado, no se cansarán, no tendrán hambre ni se rendirán. Vinieron a jugar, y yo también –refuta este dejando a Duke para ir a la camioneta del SWAT comenzar a idear las estrategias adecuadas para esa situación.
Por otro lado estaba Kamekona quien había llegado también pues se había enterado de lo sucedido por las noticias, así que sin pensarlo cruzo la barrera puesta por la HPD pero un novato lo detuvo, estos se embarcaron en una pequeña pelea, la cual termino con Kamekona entrando al lugar y averiguando sobre su Ohana como él le llamaba con Duke y el novato algo resentido por lo sucedido.
***
Ricardo al parecer había caído totalmente inconsciente. Diane y Steve entraron a un cuarto de servicio donde había un botiquín de primeros auxilios, para por lo menos intentar detener el sangrado.
—Tu hazle RCP yo buscaré lo que es necesario para detener el sangrado –indicó Steve y Diane enseguida comenzó a darle RCP al hombre.
Mientras ella estaba en su tarea Steve estaba abriendo algunas gasas y colocándolas al lado del hombre, Diane que no había dejado de hacerse una pregunta la cual era para Steve, pensó que ese era el momento adecuado. Ricardo estaba más muerto que vivo, y al parecer Danny estaba dando una vuelta por el lugar para vigilar, por lo que era en ese momento o seria nunca.
— ¿Wo Fat te hizo venir o tu viniste por tu cuenta? –soltó ella y Steve dejo lo que estaba haciendo y la miro.
— ¿Wo Fat y tu enserio tienen vinculación o era un muy buen teatro lo de ayer? –espeto Steve. Y es que al oírlo si sonaba muy agresivo lo que decía, pero el solo quería la verdad.
—No lo sé, ¿qué te dijo él? Igual no creo que conversar contigo sirva de algo ¿no?
—Pues durante este tiempo yo...
Y Diane le hizo una seña para que guardara silencio y enseguida tomo su arma, y sin mirar apunto de una vez haciendo que Danny diera unos pasos atrás de la impresión.
— ¡Whoa, whoa! ¿Qué vas a hacer? ¿Me vas a disparar? –dijo este.
—No por supuesto que no. Me moriría sin ti –contesto Diane con una sonrisa algo tonta, pero solo quería aligerar la tensión que ya se notaba en Danny
—oh, eso es lindo. Pero contigo y contigo —señalo a Steve— encerrados y buscándonos un grupo de terroristas latinos, deberías dispararme solo así me sacarías mi miseria –y Diane rodó sus ojos.
—Esto no ha acabado –le dijo Steve a Diane y ella le ignoro y se dirigió a Danny.
— ¿De qué me perdí?
— ¡De nada! –dijeron Diane y Steve al unísono–, ¿revisaste las salidas de emergencia? –pregunto Steve.
— No, fui a comprar donas. Sí, miré la salida de emergencia. No es una opción. Tienen algo arreglado en la puerta. No es... amigable con la policía.
—Explosivos –Dice Diane y por un momento deja de darle RCP a Ricardo.
—Diane... –dice Danny con cara de preocupación al ver que Ricardo parecer estarse yendo.
— ¡Si! Ya –replico ella y volvió a darle RCP.
—Diane, si perdemos a este tipo, perdemos todos ¿Ok?
—No estas ayudándome Danny, enserio...
—Déjame a mí, tú descansa –Y Steve tomo el lugar de Diane.
—Ok, me parece genial porque tengo algo que decir –dice Danny y se agacha al lado de Steve.
— ¿Crees que es buen momento? –cuestiono Steve sin dejar de dar RCP a Ricardo.
—Déjalo, yo si quiero oírlo. Está comunicándose, y eso es bueno, casi nunca lo hace –dice Diane.
—Ok, aquí voy. Gaby... bueno, ayer... ella está en la ciudad ¿de acuerdo? Y eso me puso de alguna manera feliz, lo cual es realmente extraño para mí, porque no sé qué significa eso exactamente. Pero ya sabes, se me había olvidado que Kono se había ido, que Diane estaba odiándonos de nuevo, Salgado y su hijo... Todo, y entonces sonó el teléfono, así que le dije a Gaby que tenía que irme a otro lugar, ya sabes para hablar, así que la veo y antes de irme, la miro me acerco a ella y le digo "No te muevas, vuelvo enseguida". Y es eso...
— ¿Lo que intentas decir es que ibas a decirle algo más? –pregunta Diane y esta vez ella es la que toma el lugar de Steve para darle RCP a Ricardo.
—No lo sé, es decir... Supongo que podría haber dicho algo más.
Y en ese momento Ricardo abre sus ojos e inhala profundamente. Había vuelto.
—Eso es, bien hecho cosita. Lo hiciste genial, no dude de ti ni un minuto.
—Si claro, oye... si lo que querías decirle era que la amabas, solo dilo sí.
—O tal vez deberías tener cuidado –dice Steve–, no puedes decirle eso a una mujer sin estar seguro ¿de acuerdo? Porque una vez que lo dices, no puedes negarlo o deshacerlo ¿entiendes? Es algo serio.
—Oh claro, entiendo. ¿Hablas por experiencia? Porque personalmente no creo que cuente cuando se lo dices a una pistola.
—Sabes que si escuchas a Steve no vas a llegar muy lejos –interviene Diane–, tal vez solo necesitas un lugar. ¿Qué te parece en mi boda? Te voy a necesitar de padrino.
— ¡¿Qué?! –dice Steve y Danny al unísono.
—Lo que oíste, me caso en dos meses, y eso es propicio para decir eso que sientes. Ya sabes, las bodas ponen a las personas algo románticas... Así que piénsalo mejor. Ahora hay que movernos, escucho como si se acercaran.
Diane tomo su arma y la delantera y salió del cuarto donde estaban, entre tanto Danny miraba a Steve que no salía de su asombro al oír que Diane iba a casarse.
—Olvide decirle que si seré su padrino –dice Danny colocando sobre su hombro el brazo de Ricardo.
— ¿Enserio serás el padrino de su boda?
— ¿Por qué no? Estoy realmente feliz de que haya encontrado alguien que la ama y vea lo valiosa que es. Sam puede ser un fastidio con su sobreprotección pero es un buen hombre y está enamorado de Diane, pero sobretodo confía plenamente en ella –dijo Danny con toda la intención del mundo– ¿Qué es lo que te molesta?
—Nada –respondió Steve–. Salgamos de aquí.
—Te lo dije –replico Danny.
—Solo cállate Danny.
***
Al mismo tiempo Chin observaba como estos hombres entraban a las oficinas del cuartel y extraían información además de romper completamente toda la computadora. Este salió y vio que los hombres seguían en la misma posición y esperaban que los que habían subido a las oficinas bajaran, pero estos decidieron hacer un recorrido por el resto del cuartel en busca de Steve, Danny y Diane.
Aquello le había dado una idea, así que grabo unas palabras en su teléfono y las puso a todo volumen, lo cual logro llamar la atención de los secuestradores; el líder envió a alguien a revisar y Chin le ataco. Tomo su walkie talkie y con ello podía saber cuáles serían sus próximos movimientos.
...
Fuera del Palacio todo seguía igual, gente alrededor expectante, Grover con su equipo ideando maneras de entrar sin poner en riesgo a los rehenes y sobre todo intentar comunicarse con Five-0. Pero en vista que nada de ello era posible aun, Grover decidió hacer las cosas a su manera. Por lo que se despojó de su arma y su ropa y fue hasta la puerta.
—Sargento Grover ¿Qué está haciendo? –intento detenerlo Duke, que veía aquello como una mala idea.
—Mi trabajo –espeto este.
Con decisión camino hasta la puerta del palacio y toco. Esta se entre abrió y quien estaba detrás de este estaba el líder.
— ¿Qué desea?
— ¿Tienen hambre o algo por así? Estamos, eh... pensando en pedir comida china.
—Váyase –espeto el hombre.
— Escuche, si... cambia de opinión, hágamelo saber –dijo Grover y la puerta se cerró frente a él.
Al devolverse donde estaba en un principio, en su camioneta de SWAT, todos entendieron que lo que estaba haciendo no era una locura.
— Muy bien, caballeros, tenemos tres hostiles en la pista. Con sub fusiles Austriacos de 9mm y complementos adicionales. Aproximadamente 27 rehenes en horizontal. Pongámonos calientes, chicos. Entramos.
***
Diane, Steve y Danny se habían encontrado con uno de los hombres que había enviado el líder, sin embargo la jugada había salido mal, pues Diane le había disparado y ahora sostenía el Walkie Talkie, donde escuchaba todo.
—Tomas, tenemos sesenta segundo antes que envíen a alguien más –hablo el líder pero no obtuvo respuesta–, ¿Tomas? Muy bien Five-0, escúchenme, ustedes tienen a nuestro hermano, Ricardo Cosi, les daré un minuto para traerlo hasta aquí, o empiezo a dispararle a los rehenes. Y para que sepan de lo que estoy hablando...
Y entonces se escuchó un disparo y el grito de una mujer. Diane apago por unos segundos el walkie talkie.
— ¿Qué se supone que hagamos? No vamos a dejar que gente muera –dijo Danny.
—veinte segundo Five-0... Tú, ¡Arriba! –Ordenó–, diez segundo.
Y antes de que su cuenta terminara, la puerta del ascensor se estaba abriendo y en el venían los tres. Diane, salió de este con su arma en mano pero abajo, y detrás de ella venían Steve y Danny cargando con Ricardo que esta aun algo consciente.
Los otros dos hombres que venían con el líder tomaron a Ricardo y Steve, Diane y Danny se colocaron juntos en otro extremo, soltó su arma, al igual que Steve y Danny.
—De rodillas –ordeno el hombre y los tres de inmediato obedecieron–, sé que hay más de dos de ustedes –dijo y apunto directo a la cabeza de Diane y Steve lo miro en forma de advertencia.
—Eso, no es buena idea... Enserio –dijo Danny y esta vez el arma le apuntaba a el.
— ¡Chin! –Llamo Diane–, se acabó, baja.
Y así lo hizo, con las manos en alto, bajo y se colocó justo al lado de Diane, igualmente arrodillado. Con los cuatro ahí, parecía que el hombre accionaria hacerles algo, pero en vez de eso, se paseó por el lugar y llego hasta la escalera donde estaba Ricardo, le dijo unas palabras y lo siguiente fue que le disparo en el pecho.
Acto seguido, el hombre y los demás bajaron sus armas, y colocaron las manos en alto: —Bien, eres libre de arrestarnos –le dijo el hombre a Diane y está sin dudarlo un segundo se levantó y así lo hizo.
Fuera del palacio Grover estaba ya preparado para dar su asalto, pero las puertas se abrieron y de ella salió la figura de Diane, provocando en quienes rodeaban el palacio aplausos y silbidos, detrás de ella los tres secuestradores del MLN y luego Steve, Danny y Chin que traía a la rehén que había resultado herida en sus brazos.
Grover ordenó a sus hombres bajar las armas y Duke se acercó a ellos junto a sus oficiales, para hacer las detenciones.
—Llévenlos a una cárcel Federal y que estén en celdas separadas –ordenó Diane a Duke y a los hombres Grover que también ayudaban con el arresto–, necesito que llamen al FBI y al departamento de seguridad Nacional, les enviare un informe lo más pronto posible.
La multitud fuera seguía aplaudiendo y silbando mientras veían con consternación a Steve y Diane ya que ambos estaban cubiertos de sangre.
— ¿Diane no? –Dijo Grover–, como conseguiste que se rindieran.
—Comandante Diane Brighton, solo para aclarar –respondió ella sin dejar de mirar a los secuestradores que tampoco le quitaban la mirada mientras subían a la camioneta del SWAT–, y no lo hice. Ellos se rindieron.
— ¿Y entonces como hizo para que todo esto terminara? –pregunto Grover de nuevo.
—No lo sé, algo me dice que esto no acaba aquí –contesta y Grover solo asiente y se dirige hasta su equipo.
Diane fue a reunirse con Steve y Danny que estaban a unos pocos metros de ella.
—Caballeros, Diane. Que gusto verlos de nuevo –dice Max quien no dudo en acercarse a ellos apenas los vio salir.
— ¿Te teníamos preocupado Max? –pregunto Steve con sorna.
—Ni por un minuto. Usted si –y señalo a Diane y ella sonrió.
—Oh, mira. Es un mentiroso y de paso adulador, sin embargo lo apreciamos –contesta Danny.
—Creo que ahora si deberíamos hablar de lo que sucedió allá dentro –dice Steve.
—Sin duda –responde Diane–, ese era un escenario que no me esperaba. Ejecutar a Cosi, ¿No se suponía que lo necesitaban?
— Ese tipo es el sobrino de El Cóndor –interviene Danny– ¿Por qué pasar por todos estos problemas si lo vas a matar una vez que lo recuperes?
— El lazo de sangre de Cosi con El Cóndor lo convierte en un lastre –responde Chin– Probablemente sabía todo lo que había que saber sobre esta operación, necesitan asegurarse que no iba hablar.
— De acuerdo, tal vez sea así, pero entonces ¿por qué rendirse y arriesgarse a convertirse en pasivos? –dice Steve.
— ¿A dónde van a ir? –Expone Danny– El lugar está completamente rodeado, no tienen a dónde escapar. Y tengamos en cuenta, estos tipos, son fanáticos bien entrenados, no tienen ningún problema en arriesgar sus vidas por su, eh... ¿Misión?
—En realidad esta misión creo que era más que Cosi, y creo haberlo dicho ya –interviene esta vez Chin–, cuando estaba arriba encerrado en el cuartel dos de estos soldados del MLN, entraron a nuestras oficinas y tomaron datos de nuestra unidad y luego destruyeron todo el Hardware. Sin Cosi, el único objetivo que queda es Diane.
— ¿Qué diablos estaban buscando? –dijo Danny.
—No lo sé, ni yo me lo explico todavía. Esta gente trabaja meticulosamente, deben estar más que al tanto que yo deje la SRU hace años, que quien la dirige es otra persona y que los Valdés y cualquier cartel de México dejo de ser mi prioridad. ¿Para qué intentar asesinarme?
—Tal vez no lo creas relevante, pero tú eres la única persona viva que mantiene datos de Miguel Valdés, tal vez es eso lo que buscan –indicó Chin.
— Está bien, escuchen –indica Steve–, tenemos que movernos. Chin; Danny, Diane y yo interrogaremos a estos sospechosos. Mientras lo hacemos, ve qué puedes hacer para reconstruir las unidades. Si podemos averiguar qué estaban buscando, tal vez podamos averiguar cuál es su próximo movimiento.
—Estoy de acuerdo con Steve –dice Diane y en ese momento suena su teléfono celular–, vuelvo en un segundo.
Y tomando un poco distancia de donde estaba contesto a la llamada: —Sam, amor estoy bien, no te preocupes.
—Me alegra oír eso –respondió otra voz masculina. No era Sam.
— ¿Sam? ¿Quién habla? ¿En dónde está el Doctor Bradock?
—El estará bien Comandante –respondió de nuevo la voz–, siempre que haga exactamente lo que le digo. Respire hondo y escúcheme con mucha atención. Lo que te pido es muy sencillo. Recupere a mi gente, o nunca volverán a ver a su novio. Supongo que querrá saber de él, así que aquí tiene...
Y entonces se escucharon unos pasos, y luego un chirrido, hasta que Sam hablo: —Diane, mi amor estoy bien, no hagas de lo que te piden por favor, no lo hagas.
Y entonces se escuchó un golpe y a Sam gemir del dolor.
— ¡Sam! ¡Sam! –gritaba Diane, sus ojos ya estaban empañados por las lágrimas, hacía mucho que no sentía ese terror y pánico de perder a alguien.
—Lo que le suceda ahora, depende de usted.
—Escúcheme claro, esto solo va a terminar de una manera y es cuando yo coloque una de mis balas en su cabeza de acuerdo ¿entendido?
—Le devolveré la llamada en diez minutos, y si para ese entonces, mis hombres no están libres... Es obvio ¿no? —y la llamada se colgó.
Sam había traído a la vida de Diane muchas cosas, entre ellas que no importaba, siempre que se tratara de él o con él, ella se sentía más vulnerable que nunca; y justo en ese momento estaba odiando que su cuerpo entero en vez de accionar e ir a buscar a ese hombre y ejecutarlo ella misma, estuviese ahí parado derramando lágrimas.
Pero quedarse ahí no era una opción, aun así, en su estado más vulnerable no dudo en pedir ayuda, por los momentos ella no podía pensar con claridad, así que buscaría a quien tenía sus mismas ideas descabelladas, por su cabeza solo pasaba el hacer lo que le pidieron, lo que no tenía claro era como.
—Necesito que nos vayamos –logro decir Diane
— ¿Todo bien? –pregunto Danny al verla llorar.
—No, y sé que esto te va a sonar muy loco –se dirigió a Steve–, pero necesito tu ayuda para recuperar a Sam, ellos... ellos lo tienen, y si no les devuelvo a sus hombres, a los que arrestamos, van asesinarlo.
— ¿De que estas hablando Diane? –dijo Steve totalmente sorprendido al ver a Diane llorar.
—Solo necesito que vengan conmigo. Les explicare en el camino.
***
En poco minutos ya estaban cerca de la camioneta del SWAT, tal y como lo había pensado Diane, Steve tuvo una idea que ella también habría tenido sino hubiese estado tan en shock, así que los tres iban en el camaro persiguiendo la camioneta del SWAT con el fin de interceptarlas.
— ¿Creen que podamos hablar? –pregunto Danny.
— ¿Hablar de que Danny? –respondió Steve a su pregunta con otra pregunta mientras hacía girar su volante a 180 grados para saltarse una isla e ir en el otro sentido.
—No lo sé... ¿Del clima? Es obvio que quiero hablar de lo que estamos haciendo.
—Este no es el mejor momento Danny –contesto Diane.
—Pues no, no estoy de acuerdo ¿Ok?, creo que justo ahora es el momento perfecto, porque me gustaría saber si me pongo otro chaleco, o si tal vez necesito llamar a mis hijos por última vez y decirles que los amo y adiós.
—Haremos lo que me pidieron Danny ¿de acuerdo? Liberare a los soldados del MLN que arrestamos, eso haremos –objeto Diane.
—Diane, quiero que Sam regrese a ti intacto, sin un rasguño, pero ¿Cómo sabremos que lo dejaran ir si hacemos lo que quieren?
—No lo sé –musito ella preocupada–, no lo sé Danny.
— ¡Ese es mi punto! –Exclamo Danny– ¡Es estúpido! No podemos hacer esto. Ni siquiera es estúpido, es más que estúpido. Está completamente fuera de lugar. Estamos cometiendo un error.
—Ok, ok... Escucha Danny, Sam... después de todo lo he pasado y lo que aún sigo viviendo, Sam ha sido un bálsamo para mí, y ya no concibo mi vida sin él. Voy a casarme en dos meses con la única persona que ha visto quien soy, y que no le aterra eso. Si pierdo a Sam... Yo, yo no me lo perdonaría.
Steve al oír esas palabras sentía que algo se removía en el, sentía por primera vez que las palabras de Diane "...Nuestro tiempo acabo." Eran más reales que nunca, era como si estuviera perdiendo algo, pero que al mismo tiempo no entendía porque si se suponía que él no sentía nada por ella, que estaba odiándola por todo lo que había hecho, aquella sensación e escocia un poco el pecho desde que hace unas horas había escuchado la frase "...voy a casarme en dos meses".
—De acuerdo, y yo estoy aquí para apoyarte ¿Ok? Siempre –respondió Danny cambiando totalmente su modo y su temática.
—Gracias Danny. Y gracias a ti también por... esto –dijo Diane mirando a Steve pero este solo sonrió melancólicamente.
—Ahí están –dijo Danny.
Y estando tan cerca de la camioneta del SWAT Steve se colocó frente a ellos y para evitar la colisión ambos automóviles, se deslizaron en la tierra y se detuvieron. Diane, Steve y Danny se bajaron, y fue entonces donde el coraje aunado a la adrenalina volvió a Diane y ella apuntándole a Grover le pidió que se bajara.
— ¿Qué demonios estás haciendo Diane? –dijo Grover bajando de la camioneta.
—Manos en alto y de rodilla –ordeno Diane– ¡suelten las armas! ¡Vamos! Y ya le dije que me llamara Comandante Brighton.
—Explícame que sucede aquí –dijo Grover de nuevo pero solo colocando su arma en el suelo.
—No tengo tiempo para explicaciones –respondió Diane–, Steve y Danny háganse cargo de ellos.
Y mientras Steve y Danny controlaban a los de SWAT, Diane fue hasta la parte trasera de la camioneta y la abrió y los hombres del MLN comenzaron a salir, al tiempo que ella les desataba los amarres.
—Comandante, que gusto volver a verla –habló el líder de los soldados del MLN.
—Si algo le sucede al Doctor Bradock, al primero que mato, es a ti –replico Diane.
— ¿Puedo preguntarle algo?
— ¿Qué?
— ¿Dentro del Camaro están las llaves?
Diane había hecho lo que le pidieron, los había liberado. Una vez que estos tomaron la carretera, Diane les devolvió al SWAT sus armas. Grover enseguida se levantó del suelo, sumamente molesto.
—Acaba de perder su placa, señorita Comandante –espeto Grover.
—Suerte con eso –dijo Diane y en ese momento sonó su teléfono celular y dejo a Grover hablando solo–. Hice lo que me pidieron –contesto Diane al teléfono.
—No me sorprende, siempre supe que era una mujer inteligente Comandante.
— ¿Dónde está Sam? ¡Hice lo que me pidió!
***
Diane, Steve y Danny terminaron a casi 45 minutos fuera de la ciudad, era allí donde rogaba Diane que estuviera Sam tal y como lo habían dicho, un bosque cerca del valle de Nuuanu. Habían caminado unos minutos y donde se suponía que lo habían dejado, no estaba.
— ¡Sam! ¡Sam! –gritaba Diane en medio del bosque.
— ¡Sam! ¡Sam! ¡Sam! –también gritaban Danny y Steve.
—Dijo que estaría aquí –menciono Diane.
—Oye tranquila lo encontraremos –dijo Danny para intentar tranquilizar a Diane.
Unos pocos metros después Diane había encontrado a Sam, solo estaba algo lleno de barro y golpeado, pero estaba bien.
—Estoy bien, tranquila –dijo el abrazándola.
—Perdóname –musito ella y algunas lágrimas empezaron a escaparse de sus ojos.
—Mi amor, no tengo nada que perdonarte ¿de acuerdo? Estoy bien, y tu estas bien es lo que importa –respondió Sam besando su frente y luego seco sus lágrimas–. Y gracias a ustedes también –dijo Sam para Steve y Danny.
—Naah –respondió Danny–, no hay de qué. De hecho nos vamos al auto ¿ok? Te esperare allá cosita ¿de acuerdo?
***
Mientras Diane, Steve y Danny buscaban a Sam, Chin que ya sabía que los soldados del MLN habían tomado el Camaro de Danny, fue a perseguirlos. Este llego unos segundo antes de que escaparan en otra camioneta y comenzó a disparar, aun así estos no se detuvieron, pero al menos le dieron el modelo del auto para poder buscarlos.
Minutos después llegaban Steve, Danny y Diane junto a Sam en la camioneta del SWAT la cual también habían tomado al momento del asalto.
—Siempre pensé que tu forma de conducir acabaría con mi auto –dijo Danny al ver su auto envuelto en llamas. El Cóndor había puesto una bomba y lo hizo estallar–, y ahora mira.
— ¿Están bien? –Dice Chin–, ¿No eres el doctor de emergencias que una vez estaba trabajando con Malia en un caso de Cáncer de piel? –dirige a Sam.
—Sí, trabaje un par de meses junto a la Doctora Waincroft. Era excepcional.
—Lo era. Me alegra que estés bien –dijo Chin tratando de olvidar que en ese momento el recuerdo de Malia le seguía doliendo– El cóndor escapo en un SUV de último modelo color negro, sin placa.
—Llamen al Duke, que coloque una alerta –comenzó a decir Diane y en ese momento varias patrullas del HPD estaban llegando al lugar.
—No creo que vaya a ser necesario –dice Danny–, vas a tener que decírselo tu misma.
Y entonces las patrullas rodearon a los cinco y de ella salieron los oficiales, algunos del SWAT apuntándoles con sus armas. Enseguida Steve y Diane dieron unos pasos adelante y Diane sin pensarlo saco su arma y también apunto.
— ¡De rodillas ahora! –Grito Grover– ¡Armas al suelo!
—Vaya, que bonito recibimiento –dijo Danny y Sam le miro sorprendido.
Era la segunda vez que veía a Diane y al equipo en una situación como esta. Y seguía igual de sorprendido al ver que Diane seguía inmutable ahí, a pesar de tener más de ocho armas de diferentes calibres apuntándoles, más bien tenía una actitud sínica y hasta algo retadora. Era ella, una mujer frente a más de doce hombres que la doblaban en tamaño y peso pero estaba ahí de pie.
—Oye, oye porque no... –intento decir Steve pero Grover seguía gritando lo mismo
—Manos donde pueda verlas –ordeno Grover de nuevo.
—Grover, eso no va a pasar –respondió Diane caminando hacia ellos con más decisión–, lamento lo sucedido pero tenían a Sam, un civil. No tenía opción
—Perdona la pregunta –le susurro Sam a Danny–, pero ¿Qué hizo Diane que tiene a mas de doce hombres apuntándole?
—Oh, nada –respondió Danny en un tono tranquilo–, ella y Steve, y obvio yo fui forzado hacerlo; asaltamos la camioneta donde venias. Les quitamos las armas a los oficiales y los dejamos tirados.
—Que ella hizo ¿Qué?
—Tranquilo –dijo Danny riendo por lo bajo–, ya te acostumbraras. Uno lo hace.
—Y como tenían a un civil con el cual supongo mantienes una relación afectiva, liberaste a cuatro terroristas –espeto Grover y enseguida Sam iba intervenir, a pesar de ser un simple civil no iba a dejar que le hablaran así a Diane. Pero Danny le detuvo y le pidió que se quedase junto a él.
—Grover tranquilízate –dijo Steve–, tenemos un plan.
— ¿Un plan? ¿Qué plan? –Replico Grover–, porque lo que veo aquí es un desastre del tamaño de Texas. ¿No se supone que te trajeron aquí para que mantuvieras el control de esto?
—Solo cálmese ¿De acuerdo? Tengo mis métodos, y ningún oficial de otra dependencia me dice que hacer –respondió Diane.
—Deberían haber considerado las repercusiones antes de asaltarme a mí y a mis hombres.
— ¿Sabe que es lo que creo? Que lo único que se lastimo aquí fue su ego –dijo Steve.
—McGarrett, la Señorita Comandante y su alegre banda "hago lo que me da la gana" ¡Inmunidad y recursos mi culo! –Grito este–. Quiero que usted y su equipo pongan las armas en el suelo ahora mismo y de rodillas.
—Eso no va a pasar –dijo Diane y esta vez se colocó frente a Grover dejando una pequeña línea entre ellos–, esto es Hawaii, no el continente; y es mi territorio. Hacemos las cosas un poco diferentes aquí y muchísimo más si estoy yo al mando ¿entendido?
—Entonces ¿Qué se suponen que van hacer? –Pregunto Grover y esta vez se fue hacia McGarrett que de manera de respaldo se colocó al lado de Diane–, porque si estos tipos escapan depende de ustedes –dijo tocando con su dedo índice el pecho de Steve.
— ¡Ey! Estas invadiendo su espacio personal y eso no es bueno –dijo Danny en advertencia a Grover.
—Tu prepárate para las consecuencias –señalo a Diane–, y tú, podemos hacer esto mas tarde –le dijo a Steve amenazante.
—Cuente con eso –dijeron Diane y Steve al unísono.
—Duke, vamos a necesitar apoyo aéreo y barricadas –pidió Diane a Duke–, y gracias por seguir aquí apoyándonos.
—Creí que pondrías orden Diane –dijo este sonriendo.
—Nosotros llamaremos a la guardia costera, es bueno tener ojos en todos lados –dice Steve–, Duke ¿Qué sucede? –pregunto Steve al ver que Duke hablaba con alguien por la radio.
—Acaban de reportarnos que el News Chopper fue robado, un helicóptero de la nuestra base, no he podido ir a la estación con todo esto, pero el helicóptero fue robado hasta mañana.
—Todo esto tiene que estar conectado –dice Chin
—La rampa de acceso H1 está a unas cuadras de aquí, seguro ahí es a donde se dirigen –dice Diane.
— Si la MLN planea usar este helicóptero robado como una escapada, solo puedo pensar en un lugar por aquí donde podrían aterrizar y despegar de nuevo sin llamar demasiado la atención –dice Steve.
—Ok, hay que movernos –dice Diane y todos comienzan a dispersarse–, Duke, necesito un favor. Estos tipos siguen sueltos, necesito que mantengas a Sam en custodia por favor, solo hasta que todo esto termine.
—Lo que necesite, lo enviare con el capitán Hoke, es de confianza.
—De acuerdo, gracias.
— ¿Todo bien? –pregunta Sam acercándose a ella.
—Aún tengo mucho por hacer, pero mientras quiero asegurarme que este bien, así que quiero que vayas con Duke, solo hasta que tenga a esos tipos bajo custodia ¿De acuerdo?
—Creí que podía acompañarte, ya sabes creo que soy buen tirador.
—Sobre mi cadáver –contesto ella sonriendo–, ahora ve. Tengo que atrapara a esos malnacidos.
—Cuídate por favor –se despidió. No sin antes darle un beso, y la verdad es que Diane si lo necesitaba.
— ¡Ey cosita! ¿Vienes o no te dejo? –Grito Danny desde su auto y Diane dejo a Sam y salió corriendo hacia el auto, no sin antes indicarle que fuese con Duke.
***
Se avisa a todas las unidades. El vehículo sospechoso es un SUV negro, posiblemente dirigiéndose hacia Aloha Stadium. Los sospechosos deben considerarse armados y peligrosos.
— ¿Saben algo? Estoy un poco cansada y quiero irme a casa –Dijo Diane cargando su arma mientras Steve manejaba a toda velocidad hacia el Aloha Stadium
—Te advierto que no empieces con tus excentricidades ¿de acuerdo Diane? Ya tuvimos mucho por hoy –comento Danny, que sabía que cuando Diane decía algo así, era porque estaba realmente decidida acabar con estos hombres y cuando es así, no mide lo que hace
—De hecho creo que ha sido un día un poco tranquilo –dice Steve y sonríe junto a Diane–, por cierto, felicidades por tu boda.
Y aquella frase había dejado helada a Diane, jamás la espero de él; Steve sin decir mas había bajado del auto, y Danny tuvo que hacer regresar a Diane a tierra, pues seguía en shock.
La HPD había colocado una barricada a la camioneta del Cóndor y esta al intentar seguir y arrollar los autos de la HPD, dio vuelta y termino por volcarse. Todo pensaron que no había sobrevivientes, pero de pronto estos comenzaron abrir fuego en contra de los Five-0 la policía, así que de inmediato ellos y también.
— ¡Alto al fuego! –ordeno Diane y el resto del equipo se acerco a la camioneta.
Revisaron dentro del auto pero todos estaban muertos, hasta que Chin fue al lado del copiloto y noto que no estaba.
—El copiloto no está –indico.
—Y Diane y Steve tampoco –dice Danny.
Estos dos iban detrás del Cóndor, que pensaba escapar, era obvio que el helicóptero estaba esperándole dentro del Stadium.
Al notar que Steve iba más cerca de él, enseguida abrió fuego, Diane intentaba cubrir a Steve mientras estos corrían, pero el hombre tenía buena puntería, al mismo tiempo que dispara a Steve, disparaba a Diane.
El arma de Steve se había acabado y el del cóndor también pero este ya estaba cerca del helicóptero, así que Diane le disparo en la pierna y logro retrasarlo un poco, pero uno de los pilotos se bajó ayudarle, por lo que subieron rápido al helicóptero, y este comenzó a despegar, Steve no paraba de correr así que Diane presintió que haría algo estúpido.
— ¡Steve no te ocurra! ¡Steve! –gritaba Diane pero ya Steve estaba colgando sobre el puntal de aterrizaje del helicóptero.
Desde tierra, Diane pudo ver como uno de los pilotos fue lanzado del helicóptero y cayo unos pocos metros cerca de ella, luego el helicóptero empezó a danzar en el aire y Diane pensaba en que cualquier momento se estrellaría. Segundo después, otro hombre caía desde el helicóptero pero esta salió de su campo de visión ya que cayó del lado del estacionamiento del Stadium por lo que apenas y se podía oír el impacto. Unos segundos después el helicóptero parecía estar tomando el control.
—Dime que Steve no está en el helicóptero por favor –Dijo Danny que venía junto a Chin y junto a Diane no dejaban de mirar el helicóptero el cual parecía estar aterrizando.
—Sí, si esta. Le pedí que no lo hiciera –respondió Diane.
—Como si escuchara.
Y por fin el helicóptero había aterrizado, de manera brusca pero lo había hecho. Los tres se acercaron a Steve y este parecía estar bien.
—Esta es la verdadera razón por la que no vuelo, por ti –protesto Danny.
—No, no te gusta volar porque le temes a lo divertido.
— ¿Divertido? ¿Esto es divertido para ti? Mira lo que hiciste –replica Danny.
—Solo cállate Danny.
—Si algún día me voy, voy a extrañar esto –dice Chin.
—Yo no sabía que lo extrañaba hasta hoy.
—Saben ha sido un día largo, ¿Por qué no le dejamos el papeleo a la HPD y vamos por unas cervezas? Yo invito –dijo Chin.
— ¿Y el Capitán Grover? –pregunto Danny.
—El trabajo está hecho, va a tener que superarlo.
— ¿Y si no lo hace? –pregunta Chin esta vez.
—No se preocupen, yo me encargare –dijo Diane
—Aguarden ¿alguien dijo que invitaría unas cervezas? –dijo Steve y todos rieron
—Sí, yo –contestó Chin.
— ¿Qué estamos haciendo sentados aquí entonces? ¿Me echas una mano Danny?
—Oh, ahora si quieres una mano...
Base Area de Hickman, salida 4
Steve que no se quedaría con ninguna de sus dudas, fue hasta donde estaba el avión que se preparaba para trasladar a Wo Fat.
—Comandante tendrá hacer esto rápido –indico uno de los soldados que custodiaban–, en cinco minutos estaremos despegando.
—Solo necesito dos –respondió Steve.
—Crei que todo estaba resuelto Steve –dijo Wo Fat al ver a Steve.
— ¿Por qué no dejas de hablar? Acabo de salvar tu vida –espeto Steve acercándose a la pequeña celda que habían creado dentro del avión para trasladar a Wo Fat–. Solo responde, ¿Diane y tú antes de Tokio o después de ello tuvieron alguna comunicación o trato? Mira esto –dijo mostrándole las fotos que una vez le había mandado Catherine.
—Sigo sin entender porque me involucran con ella, no parece del tipo que le guste este lado algo lodoso, no.
— ¿Por qué mi madre vino a visitarte? –pregunto de nuevo.
—Ella vino a disculparse –contesto.
— ¿Disculparse porque?
—Por matar a mi padre.
—Tu mastate a su esposo, mi padre, y luego te obsesionaste con ella por 20 años ¿Por qué mi madre se disculparía contigo?
—Temía que dijeras eso –y entonces Steve hizo que Wo Fat estrellara su cabeza contra uno de los barrotes de la celda, abriéndole una herida en la cabeza.
De inmediato saco un tomador de muestra de algodón y lo paso por el barrote y lo guardo.
— ¿Qué haces Steve? ¿Qué crees que vas a encontrar? –Dijo Wo Fat pero Steve se dio la vuelta y le dejo hablando solo–, ¡No quieres saber la verdad!
El avión comenzó su despegue y Steve se fue de nuevo a su auto donde lo esperaba Max.
—Necesito los análisis de esto de inmediato, y de estas fotos también, dile a quien reemplazara a Fong mientras esta en cama, que es confidencial y que me llame directamente a mí en lo que tenga los resultados.
— ¿Contra qué analizare esto Comandante? –pregunto Max tomando la muestra.
—Con mi sangre, quiero saber si Wo Fat es mi hermano.
—De acuerdo –dijo Max y abrió el sobre que contenía las fotos–, estas fotos ya están analizadas Comandante. Fong lo hizo hace dos años antes de que Diane se fuera. Son falsas, es un montaje.
—Como sé que Diane no te pidió que dijeras esto –replica Steve sorprendido.
—De hecho solo lo estoy haciendo porque creo que ha pasado mucho tiempo. Antes de irse Diane me pidió que no le comentara a usted, ni a nadie de los resultados y mucho menos de lo que paso con Delano.
—Max ¿sabías de la relación de Diane con Delano y no nos dijiste? –inquirió Steve.
—Porque nunca hubo nada malo en ella, Diane intento conseguir lo que necesitaba de su pasado y al mismo tiempo mantener todo bajo control sin involucrarnos a nosotros. Estuve ahí cuando ella según debía asesinar a dos personas para Delano, y cuando saco a Mike de la cárcel. Ella no asesino a nadie solo lo fingió y por eso cuando Delano secuestro a la oficial Kalakaua y la esposa del Teniente Kelly, también la secuestro a ella, por venganza Diane también habría muerto ese día –explico Max dejando sin palabras a Steve.
—Max tienes idea de lo que hice en todos estos años y... Max, siempre supiste la verdad y nunca intentaste detenernos.
—Diane estaba bien en New York, y me insistió en mantener esa promesa y así lo hice. Siempre he creído que es brillante, así que sabía que estaría bien.
***
Cuartel General Five-0
—Vine tan pronto salí de la reunión con el departamento de seguridad, esto del MLN en la isla revoluciono ciertas cosas –dijo Diane apenas atravesó la puerta y vio a Chin, Danny y un tercer hombre en la sala, el cual apenas la vio levanto su mirada de la computadora y le sonrió.
—Hola –dijo el hombre como si acabara de mirar a un ángel.
—Ahmm... ¿Hola? –respondió Diane.
—Diane él es Toast, nos está ayudando a reconstruir las unidades, así sabremos que sacaron estos tipo de nuestra base –dijo Chin
—Ok, de acuerdo. Gracias –le dijo Diane al chico y este solo sonrió y volvió a su trabajo.
Mientras el chico conectaba algunos cables y tecleaba en su computadora Diane aprovecho para preguntarle por Steve a Danny, ya que no lo veía por ningún lado.
—Debe estar en Hickman, hoy trasladan a Wo Fat.
—Oh, claro. Imagino que sigue intrigado porque su madre fue a visitarlo ¿no?
—Por eso y por ti –contesta Danny.
—Wo Fat le dijo la verdad sobre ti, bueno... técnicamente no era ninguna verdad, ustedes realmente ni se conocen.
—Bien por el –respondió Diane restándole importancia.
—Vaya, aquí hay de todo ¿debería firmar un acuerdo de confidencialidad o algo así? –pregunto el chico.
—No, está bien. Si dices algo de lo que viste ahí te disparo –respondió Diane muy natural y el chico cambio su cara por una de terror.
—Muy graciosa –dijo Toast y Diane le miro seria levantando una ceja.
—No creo que lo que haya dicho sea en broma –dijo Danny–, concéntrate sí.
— Oh aquí vamos –comenzó a decir el chico una vez que el computador comenzó a responder–, Estos son los últimos comandos que llegaron justo antes de que los chicos malos de la NLM destruyeran a su bebé. Parece una solicitud de búsqueda de datos de satélite. Datos que luego se transmitieron a un tercero desconocido...
—No puede ser –dijo Chin al ver de qué se trataba–, vendieron la ubicación de Adam y Kono a los Yakuza, y además seguían buscando sobre ti Diane.
—Ve, avísale a Kono, yo me encargare del resto –dijo Diane y Chin salió a buscar su teléfono para avisarle a Kono que debía huir de donde estaba.
—En su caso no pudieron llegar muy lejos Comandante –dice el chico–, sus archivos están encriptados, pero si saben que hay tres hombres desaparecidos a causa suya.
—Gracias Toast, ¿puedes darme un minuto? –le pidió Diane y el chico salió del lugar.
—Ahora están detrás de ti –dijo Danny–, como es eso que desapareciste a tres hombres.
—Cuando me fue a Japón, era porque sabía que Andrés Valdés, hermano de Miguel y tres de hombres estarían allá. Con ayuda del hermano de Greg los cazamos, los atrapamos y yo misma los asesine, quería acabar con todo. Por lo que ahora existe posibilidad de que el MLN me tenga en sus manos y le diga a la policía o que me quieran para darles información sobre Miguel y su hermano.
—Dios –dijo Danny–, bueno supongo que estaremos alerta. Te apoyare en lo que sea necesario.
—Gracias Danny.
***
— ¿Sam? ¿Qué haces aquí?
Diane que venía saliendo del cuartel, se encontró a Sam que al parecer iba en la misma dirección, a buscarla.
—Mi amor esta noche es nuestra cena de compromiso y vendrán mis padres y mi hermana, quedamos en irlos a buscar al aeropuerto ¿Ya lo olvidaste?
—Lo lamento, la verdad sí. Es que con todo esto, estoy un poco distraída.
—No te preocupes mi amor, ahora vámonos, deben llegar en 20 minutos, o eso creo.
—Sam necesito hablar contigo.
—Claro mi amor ¿Todo bien? No me gusta esa cara.
—Sam... Yo, estuve pensando. Hoy descubrí que esta gente aún sigue investigándome y me tienen en sus objetivos, y la verdad es que sería muy egoísta de mi parte seguir con lo nuestro sabiendo que tu estas en desventaja con respecto a esto, ellos podrían venir por ti y yo... yo no sé, si quiera como pueda reaccionar. Es por eso que te pido que consideres lo nuestro, si de verdad quieres irte, yo lo entenderé ¿de acuerdo?
—Diane, si estas terminando conmigo, solo dilo pero si me estas pidiendo a mí que termine con lo nuestro la respuesta es no –respondió Sam–. Diane te conocí salvándote la vida porque no sé quién te secuestro por más de 24 horas, no te conocí en una cita de un parque, se quién eres y lo que eso conlleva, y deja de sentirte culpable por lo que paso ayer. Eso fue solo... uh... No lo sé, pero no es tu culpa ¿De acuerdo? No voy a ir a ningún lado, sé que Diane Brighton es una bomba de tiempo, pero yo quiero estar al lado de ella y de la que veo por las noches cuando me acuesto. Ahora dime ¿eres tú la que quieres terminar conmigo? Porque te advierto que te va a costar deshacerte de mí.
Y Diane conmovida por todo lo que había dicho Sam, solo sonrió y le abrazo. Había encontrado la otra mitad que tanto le falta, había encontrado la calma, el equilibro y la comprensión en una misma persona. Había encontrado lo que muchas personas no llegan a encontrar, el amor verdadero.
¡¡¡¡Alohaaaaaaa!!!! ¿Cómo están?🌊🐚 ¡Estoy tan feliz de estar de vuelta que esta vez no tarde en escribir tanto!
Como verán este capítulo estuvo de locos, a mí me encanto escribirlo, creo que pude ver las dos caras de Diane, la fuerte e inquebrantable, como a la mujer normal y vulnerable, eso lo adore.
Como verán también, ya Steve sabe la verdad, lo sabe todo y ¿se siente como un estúpido? Si, puede ser ¿Diane lo va a perdonar? Eso lo veremos... es una de las cosas que me moría por llegar a esta parte, hacer de Steve un hombre cruel contra una mujer me dolió muchísimo, pero sentía que era algo necesario. Steve y Diane son la misma persona solo que en diferentes sexo, así que era obvio que esto pasara. Sin embargo se vienen muchísimas cosas.
Me gustaría ver esos comentarios de personas que se emocionan con el capítulo, pero no creo que hayan visto que volví, así que si leen esto PLEASE REGRESEN LOS EXTRAÑO, ¡SUS COMENTARIOS ME DAN MIL AÑOS DE VIDA!
Por si se olvidaron quien era Sam
Espero lo disfruten y les prometo que no tardare mucho. Así que los veo pronto, como siempre
Mahalo Por Leer 😘
Con amor D.A Blaez 💞
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