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Capítulo 29. Pono wau i haʻi aku iā ʻoe

Diane.

Había llegado a la isla, exactamente 7 días, hace dos días lo supo Danny, pero el resto aun no lo sabe. Necesitaba tiempo para poder elegir las palabras correctas para decirle a Steve lo que estaba pasando, también crear opciones por si las cosas no salían como planeaba, pero, sobre todo, para que mi mente estuviese preparada para todo tipo de escenarios.

Al visitar a Danny hace dos días me había dicho que Steve estaba de viaje, había ido a Marruecos a visitar al padre de Wo Fat a lo mismo de siempre, a buscar las respuestas que Doris era incapaz de decirle. Desde entonces mi corazón había estado en vilo, deseando que regresara pronto y que regresara con bien, afortunadamente el día anterior Danny me había llamado para decirme que ya estaba en la isla, por lo que era momento de hacerle frente a esta situación, era momento de volver.

—¿Qué? ¿Vinieron a pedirme recomendaciones para hospedajes y actividades aquí en la isla? —Dijo Diane al ver a Burke y a su jefe esperándola fuera de su casa.

—Doris McGarrett escapó hace tres días cuando la trasladábamos —hablo Burke bastante molesto.

—Si, me enteré ayer. Felicidades, lo que hicieron en días lo destruyeron en segundo—respondió Diane con fastidio—, que inútiles sinceramente.

—¡¿Cómo te atreves a hablarnos así?! ¡Sabemos que fuiste tú! ¡Tu eres la que está detrás de todo esto! —le grito el jefe Woods.

—Y para colmo viene a gritarme a mi casa. —replicó Diane mirándole de arriba abajo

—Diane sabemos de tu relación con Steve McGarrett, esto solo tiene que ver contigo. Son solo unos pocos los que sabían la ubicación de Doris McGarrett —dijo Burke.

—¿Tienes idea de lo ridículo que suenas al decir que fui a pedirte ayuda para capturar a una mujer y que luego conspiré para que escapara? Enserio que eres imbécil Burke.

—Tú sabias a donde seria trasladada Doris McGarrett —recalcó Woods señalando a Diane con su dedo.

—También eran pocos los que sabían cómo desencriptar el MK y aun así me culparon y dejaron que esa información de filtrar. No me hagan perder mi tiempo ¿sí? Me hicieron perder un par de años acusándome de algo que no hice. Y además esto demuestra lo desesperado que están por arreglar lo que ustedes mismos arruinaron, ahora si me permiten tengo trabajo que hacer.

—Si descubro que fuiste tu Diane, esta vez no podrá salvarte nadie.

—Ok, ya saben dónde encontrarme. Y si no te dejo un mapa de turista para que llegues a donde trabajo.

Diane se dio la vuelta y camino hasta el auto de Danny quien estaba esperándola fuera de su casa para ir juntos al cuartel, pero que también había visto todo lo que había sucedido con Diane y los oficiales que estaban afuera.

—¿Qué fue eso? —preguntó Danny señalando a los oficiales que estaban ya subiéndose a sus autos.

—Mi encanto, ya sabes —respondió Diane.

—Diane... —dijo este en tono de advertencia.

—No es nada, ya el FBI sospecha que fui yo quien liberó a Doris McGarrett. Pero bueno, espero que Catherine haya hecho un buen trabajo.

—Yo enserio cada día que pasa siento que te conozco menos. Lo que hiciste no es normal ¿Sabias? —replicó Danny.

—Mmm... Yo quería un cierre, lo tuve. Ya, no es nada del otro mundo. Ya solo me queda con Steve. Puedes criticar mis métodos, pero no mis resultados.

Danny negó con la cabeza y puso su auto en marcha. Primero decidieron parar en un café y desayunar, hasta que por fin llegaron al cuartel. Mientras estacionaban, Steve también venia llegando. Todo iba perfecto hasta que del auto salió Ellie y fue abrazar a Steve.

—Sabes hay algo extraño que me pasa, cuando veo esas cosas o me imagino ese tipo de cosas —dice Diane señalando hacia Steve.

—¿Qué? ¿Steve?

—Si, Steve con otra mujer... Es extraño, es como un vacío en mi estómago, super raro. Creo que debo ir al médico.

—¿A qué? ¿A consultarle que te dan celos? Así se le llama "celos".

—No, no creo —responde Diane y abre la puerta del auto. —Creo que es gastritis. Si, voy a ir al medico al salir de aquí.

Diane salió del auto y cerro la puerta, mientras Danny la veía encaminarse hacia la entrada del cuartel. Intentaba no partirse de la risa ante lo que Diane le había dicho pues si bien él tenia razón, es algo muy de Diane reaccionar de esa manera, intentando restarle importancia a lo que sucede y a lo que siente.

Diane entró primero que Steve y Danny quienes se habían encontrado a mitad de camino hacia la oficina. Estar de vuelta le daba una extraña sensación porque, por un lado, todo había acabado, sus luchas parecían haber terminado, primero Valdez quien había muerto algunos años atrás, luego su juicio y su vinculación con Delano, los secretos que le aguardaba a Steve que estaban a punto de acabar; todo absolutamente todo parecía haber llegado a su final. Pero por otro, sentía que al decirle la verdad a Steve de lo que había sucedido con su madre, haría que tuviera que volver a empezar; pues si algo era seguro era que ella no quería estar en Hawaii si tenia que estar lejos de Steve. Por lo que el concepto "paz" parecía bastante lejano y subjetivo.

—...Con Grace obvio —escuchó Diane desde su oficina que respondía Danny.

Desde ahí pudo ver que Danny le dijo un par de cosas ya dentro de la oficina de Steve y luego salió de ahí, Diane respiro profundo y se levantó de su silla dispuesta a hablar de una vez por todas con Steve.

—Oye ¿necesitas que te acompañe al medico por eso de la gastritis o hablaras primero con Steve? —dijo Danny y Diane rodó sus ojos.

—Que dulce de tu parte querer acompañarme al médico, te avisare cuando lo haga ¿sí? —respondió ella y siguió su camino.

Danny solo quería molestarla y al mismo tiempo hacerle ver que ya era momento de que tanto ella como Steve suelten aquello que sienten y decidan quedarse. Al menos eso pensaba.

Steve estaba en su escritorio revisando su laptop, pero de inmediato posó su vista y su atención cuando Diane cruzó la puerta de su oficina.

—Hola —salió de ella. No se notaba, pero por dentro estaba casi temblando de nervios.

—Me alegra mucho verte —dijo Steve y acercó a ella para abrazarle.

Al instante Diane sintió una extraña calma, no sabia que necesitaba tanto ese abrazo hasta que lo recibió.

—A mí también —respondió ella. —Danny me dijo que estabas de viaje. Habías conseguido la ubicación del padre de Wo Fat.

—Si, así fue... De hecho, hay mucho que quiero contarte. Creo que nos debemos una buena conversación.

—Por eso estoy aquí —dijo Diane. —No quiero darle más largas a esto y no creo que el alcohol que me vaya ayudar a decir mas o menos de lo que vengo a decir.

—Pues yo iba a proponerte que volvieras a casa, pero lo de las cervezas también habría estado bien. Suponiendo que era esa era tu idea—dijo Steve y Diane rio.

—Necesito hacer esto primero antes de volver a casa. Hay mucho que...—intentó decir Diane, pero una enorme bulla seguida de correteos se hizo eco en el cuartel y por la puerta de oficina de Steve cruzo un adolescente moreno, alto y detrás de el uno de los oficiales que custodian la entrada del cuartel.

—¡Steve! ¡Steve! —gritaba el chico mientras corría hacia él.

—Lo siento mucho comandante —se excusó el oficial. —Simplemente corrió hasta aquí y ...

—No, no —habló Steve colocándose frente al chico—, está bien lo conozco. Muchas gracias.

—De acuerdo —dijo el oficial y salió de la oficina.

—Nahele ¿Qué sucede? —pregunto Steve y miró a Diane quien en el fondo también estaba esperando una explicación de aquella escena.

—Es Makio, lo encontré desmayado, no se movía... creo que fueron las drogas, no se movía —intentaba decir el chico quien parecía estar en shock.

—OK, de acuerdo ¿me podrías llevar con Makio? —le dijo Steve, pero el chico negó con la cabeza.

—Ya se lo llevaron.

—Ok, pero podemos ir a donde este ¿de acuerdo? Solo tranquilízate. —el chico asintió mientras trataba de respirar con normalidad—¿Vienes? —le dijo Steve a Diane.

—Claro, claro —respondió ella sin dejar de mirar a Nahele.

***
Laboratorio de Max

—El COD fue insuficiencia respiratoria provocada por una sobredosis —explicaba Max frente al cuerpo de Makio quien yacía en la plancha— aguda de metanfetamina. Estoy esperando a toxicología, pero sospecho que simplemente confirmarán lo que parece ser dolorosamente obvio: que esta es otra víctima del mismo lote de cristal tallado con fentanilo, lo que la convierte en la undécima víctima en las últimas dos semanas.

—No puedo creer que esto esté pasando de nuevo —dijo Diane.

—Es como una pandemia.

—Al menos ya sabemos dónde empezar a buscar.

Steve salió de la sala bastante consternado, conocía a Makio y a Nahele, por lo que su muerte le daba desde una inmensa ira hasta una gran preocupación por Nahele, a quien prometió cuidar desde el momento en que lo conoció. Pero quien estaba inconsolable era Nahele.

—Lo encontré en el vestuario —le decía Nahele a Steve entre lágrimas—.Estaba desmayado... Él no se movía. No tenía idea de que Makio estaba consumiendo drogas, ¿sabes? Él era mi amigo, simplemente no lo sabía, ojalá lo hubiera sabido.

—¿Recuerdas cuando te dije que nunca dejaría que nadie te lastimara? —le preguntó Steve y el chico asintió entre lágrimas—. Bueno, hice la misma promesa a la gente de esta isla cuando me puse esta placa. Ahora, estos hijos de puta que están vendiendo estas cosas, todavía no lo saben, pero... Soy un hombre de palabra.

Diane que sabia que Nahele tal vez solo querría hablar con Steve, había ido por café para ambos. Así que cuando regresó encontró a Steve y Nahele abrazados.

—Lo siento mucho Nahele —le dijo ella entregándole un de los vasos.

—Gracias —respondió el chico secándose las lágrimas.

—Supongo que tu y yo tenemos trabajo —le dijo Diane a Steve también entregándole el café.

—Y mucho, creo que tu investigación en New York y San Francisco podría ayudarnos.

***

Diane había llamado a Don para que le enviara los reportes del caso de New York y San Francisco, así como desempolvó el caso de Victoria Leeds. En ello encontraron un lugar abandonado en el centro donde suelen reunirse o quedarse personas para consumir en grupo. De inmediato el equipo entero se dirigió al lugar y lo saquearon hasta encontrar a uno de los hombres que había sobrevivido a una sobredosis de "Dulce" la droga que distribuía Leeds pero que ahora esta mejorada y es un opiáceo que llaman "fentanilo".

El hombre fue llevado a interrogatorio y sabiendo como estaba Steve de molesto Diane y Danny decidieron acompañarlo al interrogatorio. Danny le había dicho a Diane de camino que era inútil su compañía porque sabía que, si el tipo hacia algo que no les gustaba, tanto Steve como ella acabarían actuando como siempre.

—Eso fue ofensivo porque enserio voy de buena fe —dijo Diane en respuesta.

Steve comenzó el interrogatorio mostrándole al hombre las personas que habían muerto en los últimos meses y semanas por sobredosis de fentanilo.

—Pues todos tenemos que irnos en algún momento ¿No? —dijo el hombre cuando vio la foto de Makio que Steve le mostraba.

— Si, vale. —replicó Steve— Entonces... lo que has estado poniendo en tu cuerpo, está compuesto de un poderoso opiáceo llamado fentanilo, y la mayoría de las personas que lo han estado usando, no viven para probarlo de nuevo.

—Supongo que eso me hace especial ¿No? —dijo el hombre de nuevo sacudiendo su cuerpo intentado liberarse de las cadenas que le había puesto Steve.

—No, de hecho, eso te hace estúpido —dijo Diane. —Lo que pones en ti es como un arma cargada pedazo de imbécil, lo que tienes ahora es una vida regalada, un poco mas de esa droga y no la cuentas.

—¿Saben qué? —dijo Steve y saco una jeringa de su bolsillo—, creo que le voy a quitar la racha.

Y Steve comenzó amenazarlo con inyectarle un poco mas de la droga, este se retorcía y gritaba tratando de alejarse de Steve para que este no le inyectara.

—Ya hazlo Steve —le dijo Diane. — Igual todos tenemos que irnos en algún momento ¿no?

—De acuerdo —dijo este y acerco más la aguja.

—¡Están locos! ¿Qué es lo que quieren?

—Ok, está empezando hablar mi idioma —dijo Diane.

—El nombre del distribuidor, eso queremos —dijo Steve.

Atrapar al siguiente en el eslabón que parecía infinito, fue mas sencillo de lo que parecía. Kono quien era una experta y además la oficial encubierta de Five-0, oficial; había contactado al distribuidor, quien estuvo exactamente a la hora pautada. Vestida con u traje formal y una cartera que lucía costosa Kono se acercaba al auto que le había indicado el distribuidor a través de una aplicación.

—¿Angela? —preguntó el tipo.

—¿Miguel? —replico Kono.

—Usuario primerizo, eh...

—Mi amigo te recomendó —dijo Kono en voz baja y haciendo como que vigilaba al alrededor.

—Pues es un buen amigo. En cualquier momento que me necesites, solo presiona el arcoíris de la app y como un duende apareceré para ti —dijo entregándole el pedido y Kono el dinero.

—Créeme es lo mejor que he oído —dice Kono.

—Nos vemos luego —dice el hombre y enciende nuevo su auto.

—¡Ya llévatelo Hank! —gritó Diane quien había estado colocando la cadena de remolque en el auto del tipo.

El auto se elevó y comenzó andar la grúa, mientras Grover lo ve irse y niega con la cabeza.

—Amo cuando son tan imbéciles —dice Diane.

...

Amedrentar a este tipo de gente no era sencillo, y llegar a la cabeza de una organización criminal menos, pero los tipos como Miguel que estaban muy pero muy abajo en la cadena organizativa de esos criminales, eran mas sencillo de llevar y de sacarles información, por lo que fue llevado junto a su auto remolcado a un sitio donde estaban todos loa autos listo para ser chatarra en Oahu.

Diane quien había sacado y esposado al tipo fuera del auto, lo había arrodillado unos metros cerca de una maquina recogedora quien Kono la estaba usando para destruir el auto en donde venia Miguel. Mientras ella lo hacia caer una y otra vez cerca de él, Steve Diane y Grover estaban frente a él discutiendo sobre lo que habían encontrado en su teléfono.

—¿Saben qué? Le daré crédito por esto, es decir... Una app para distribuir droga, eso sí es interesante. ¡Es un genio!

—Ya sabes lo que dicen —comenta Grover— hoy en día hay una aplicación para todo.

—Así es, una aplicación para todo —remarca Steve.

—Si, es un poco inteligente —dice Diane—, pero también es un poco estúpido porque, verás, ahora tenemos una lista de todas las personas a las que les vendiste drogas, gracias a tu app y a tu teléfono —dijo Diane mientras Kono seguía lanzando el auto una y otra vez frente a Miguel.

—¡Guau! —ironizó Grover.

—A ver... sabemos que esta metanfetamina no se fabrica en esta isla. ¿De acuerdo? Quiero decir que, el nivel de pureza que esto tiene da a entender que hay un proceso industrial aquí. Y Oahu... —Y Steve alzó la voz ya que Kono estaba golpeando más fuerte el auto—es demasiado pequeño para ejecutar ese tipo de operación sin llamar la atención. ¿Si lo ves?

—Creo que se ve confundido —dice Grover.

—Si, lo sé —dice Diane. —No se preocupen, yo le explico.

Y de nuevo el auto se estrella contra el piso y los vidrios vuelvan por el lugar.

—Déjame aclararte, en caso de que no hayas entendido cuál es tu parte en todo esto. Nos vas a decir cómo está llegando esto aquí —dijo Diane señalando la bolsita que le había dado Miguel a Kono—. Y nos dará el nombre de la persona que lo trae hasta a la isla. ¿Está bien? O puedes pasar los próximos 30 años de tu vida viviendo en una caja muy pero muy pequeña en la correccional de Halawa.

—Creo que esta de buen humor —le dice Grover a Steve—, le dio dos buenas opciones.

—Si, también lo creo —dice Steve.

Así de nuevo estaban Danny, Steve y Diane en la sala de interrogatorios, pero esta vez con otro de los participantes tal vez un poco importante de la cadena, tal vez no... Pero esperaban que este pudiera decir algo de valor.

—Yo solo soy el transporte ¿De acuerdo? —decía el tipo— Tres veces por semana, vuelo al atolón de Green Island, recojo el cargamento y lo traigo de regreso.

—Si pues tu carga esta matando gente —dice Steve. — había un chico de 16 años, se suponía que iría a su baile de graduación este fin de semana y adivina ¿Qué? No lo hará. No lo hará porque murió por una sobredosis de tu carga.

Y el hombre cambio radicalmente su expresión.

—Vaya, parece sorprendido —dijo Danny. —¿Qué, estabas demasiado ocupado contando tu dinero para pensar en lo que esta basura le hace a la gente?

—¿Para quién trabajas? —soltó Diane—El tiempo se acaba y nosotros necesitamos nombres.

—Escuchen si les digo...

—No, no...No estamos negociando. —atajó Danny.

—Créeme no te van a gustar nuestros negocios, así que empieza hablar —dice Diane y Danny la mira en advertencia.

—Su nombre es Dae Won. Es el único tipo con el que trato —responde y Steve mira a Danny y Diane y saca las llaves de las esposas de su bolsillo.

—Ok, esto es lo que haremos —dijo Steve desatando al hombre. — Vas a llamar a Dae Won. Y le dirás que no puedes hacer esta próxima carrera. Y justo después de eso, recomendarás este piloto. Un gran piloto; uno al que le confías tu vida. Lo vas a recomendar ¿Sí?

—Eso no va a funcionar, va a saber que algo está pasando —dice una vez que Steve le quita las esposas. —¿Qué se supone que le voy a decir?

—¿Por qué no le dices que no puedes volar? —le sugiere Danny.

—¿Cómo le diré que...? ¡¡¡AAAH!!! —Soltó un grito el hombre luego de que Steve tomara su brazo y con una llave se lo rompiera. —¡Me rompiste el brazo!

—Ok, me toca el otro —dice Diane y pretende acercarse al hombre, pero Danny la detiene colocando su brazo frente a ella y mirándola fijamente.

—Ni se te ocurra —dice Danny,

—Ay ok... Como sea —dice ella con fastidio—bueno, vele el lado bueno. Al menos no tendrás que mentir.

Mientras el hombre era atendido por la enfermería del cuartel y se hacia la cita con Dae Won, Steve, Danny y Diane volvían al cuartel.

—Sigo creyendo que se vería más creíble si le hubiese roto el otro brazo. —dice Diane y Danny la mira de mala manera.

—Sabes hay algo mal, muy mal contigo —dice Danny—, Diane si necesitas terapia, yo pagare por ella ¿sí?

—Para que lo sepas voy a terapia, nunca la deje.

—Pues creo que es momento de cambiar de terapeuta porque es obvio que ya lo enloqueciste también. Sinceramente no sé cómo pudiste sobrevivir a trabajar en New York en la policía y en un laboratorio donde tienes reglas, manuales y hasta Asuntos internos merodeándote en la nuca.

—Por eso amo Hawaii, aquí puedo quitarle un dedo a alguien si me enojo y nadie va a decir nada. Por eso estoy liberando todo eso porque estaba muy reprimida en New York.

—Llamaré yo a terapeuta, siento que quien se está volviendo loco soy yo.

Steve se fue a su oficina, mientras Diane y Danny seguían discutiendo sobre porque Diane necesitaba ir a otro terapeuta.

—Ya te lo dije —dijo Danny—, solo cambia de terapeuta, no está haciéndote nada. Ahora ¿Por qué no me cuentas como te fue con Steve? ¿Hablaron?

—No, aun no. Con todo esto de Nahele y la droga hemos estado solo concentrados en esto, pero al menos me alegra saber que me extrañaba igual que yo a el —confesó Diane.

—Pues lo hizo, sobre todo en la boda de Kono —dijo Danny.

—Lo sé, y quería estar ahí, pero...

—¿Me vas a decir lo que está pasando o lo tengo que adivinar?

—No, no... Es solo que no se como decirle que... —Y Diane suspiro—, no sé cómo decirle que ya no quiero perderlo. Que cuando salí de mi juicio y luego cuando atrapé a Doris (Incluso sabiendo lo que eso significaba) me sentí libre, por primera vez en años fui libre. Y lo único que quería era venir hasta acá, llegar a casa y sentarme junto él, frente al mar y beber café. Era todo lo que quería, y lo que quiero honestamente. Pero ahora con todo esto, ya no lo sé...

—Pues no lo sabrás si no hablan —dijo Danny—, Diane, creo que tú y Steve están en otro punto ahora, y se porque lo he visto que Steve confía en ti plenamente. No se como vaya a tomar lo de su madre, pero estoy segura que lo vera como un acto de justicia, que tanto tu como el merecen.

—Ya no quiero mas vueltas entre Steve y yo Danny, estoy exhausta —dijo Diane con resignación.

***

Hangar 2. Kalaeloa Airport.

La cita con Dae Won estaba lista. Danny y Steve estaban en un hangar privado donde fingían estar reparando un avión, dentro de este había un micrófono que enviaba el audio al auto de Diane quien estaba a unos metros de ellos estacionada.

—¡Hey Evan! —saludo el piloto que tenían en el interrogatorio—, este es el tipo del que te hable Won.

El mencionado no se había acercado hasta donde estaban Steve y Danny aun pues estaba revisando el lugar.

—¿Qué hay? —le dijo Steve dejando una pieza que según estaba reparando y tomando un pañuelo para limpiar la grasa de sus manos. — Soy Evan Raintree. Ese es Dave Carson, mi mecánico.

—Solo necesito un piloto —espeto Won mirando de arriba abajo a Steve.

—Espera un minuto —dijo Steve con fastidio a al piloto—¿Hablaste con este tipo?

—Hablarme de que —respondió Won con el mismo tono de fastidio que Steve.

—De que ese es mi mecánico, y somos un paquete. No vuelo sin mi mecánico.

—Si quieres este trabajo tienes que hacer una excepción —replicó Won.

—Ok, no quiero el trabajo —dijo Steve y se dio la vuelta dejando a Won con la palabra en la boca. —No me hagas perder el tiempo ¿sí? —le dijo Steve al piloto.

—Esta bien... espera, espera —dijo Won—Fran los conoce, pero yo no. Revisaré sus huellas, y si los dos pasan el trabajo es suyo.

—Te dije que están limpios —Dijo el piloto un poco nervioso por la situación.

—¿Sera un problema para ustedes? —pregunto Dae Won de nuevo con fastidio.

Steve tiro al suelo la llave con la estaba trabajando y que había tomado de camino al avión, y con una mirada retadora y antes de decir algo se acercó al dispositivo que había sacado Dae Won para verificar huellas dactilares.

—No, no lo será —dijo Steve.

—Sigues tu amiguito —le dijo Dae a Danny.

—Me agrada tu sistema —dijo Danny sarcástico y poniendo su dedo en el dispositivo.

—Los veo luego —dijo Won dándole con golpecito con el dispositivo a Danny en el pecho y este en ironía fingió que le dolió.

Dae Won había dejado el lugar y el piloto que seguía nervioso se quedo mirando a Steve y Danny.

—Tranquilo, eso salió bien —dijo Danny.

—Escuchen, a el no le importara si son policías, si los descubren, están acabado.

Steve solo sonrió y le guiño un ojo.

Cuartel General Five-0

—Este hombre trabaja rápido —dijo Jerry al ver entrar a Steve, Danny y Diane. —Ya revisó sus huellas. Hasta los busco en la red oscura.

—Ay pero que guapos los criminales de hoy en día —ironizo Diane al ver en la pantalla las caras de Danny y Steve.

—Ok, ¿Qué tan solidas son estas identidades que nos distes? —pregunto Danny ignorando el comentario de Diane.

—Pues mientras no profundicen en la información, todo bien. —contesta Jerry.

—Ok, supongo que iré a redactar mi testamento —dijo Danny y dejó la sala.

—Iré ayudarlo con la redacción —dijo Diane riendo y Steve solo niega con la cabeza sonriendo también.

—¿Ellos no creen en mi verdad? —dice Jerry.

—Está bien Jer, yo si lo hago.

—Gracias jefe.

Mientras Diane y Danny hacían parte del papeleo del caso, Steve volví a su oficina para hablar con Chin quien también quería preguntarle sobre como le había ido yendo a ver al padre de Wo Fat.

Unas horas después Steve había recibido la llamada de del piloto, Dae Won había aceptado, por lo que era momento de embarcarse en la búsqueda de quien estaba esparciendo aquella droga por todo Oahu.

Océano Pacifico. 40 millas al este de O'ahu.

—Aquí Cessna 4-1-5, torre de control —dijo Steve al radio comunicador.

—Oh vaya, pero si son el dúo dinámico. Evan y Dave —dijo Diane desde la torre de control— ¿Esta Dave a tu lado? Dile que es un imbécil y que me debe un trago.

—Lo haré cuando vuelva preciosa —contestó Danny.

—¿Sabes qué? Mejor olvídalo, ya no te daré mas oportunidades —Y del otro lado la comunicación se cortó.

—Creo que la hiciste enojar amigo —dijo Dae Won.

—Mujeres, siempre son difíciles —dice Danny.

—Ni que lo digas —dice Won.

Mientras Steve y Won reían con los comentarios sobre lo difíciles que eran las mujeres, Danny escucho al GPS timbrar, así que lo tomo y miro que había algo acercándose a ellos.

—Hey —llamo a Steve—tenemos un bogey a las ocho en punto.

—Lo veo —dice Steve.

—¿La DEA? —pregunta Won.

—No lo sé, no tiene identificación.

El avión se acerco a ellos quedando paralelos, Steve seguía pilotando mientras Danny y Won los veía. De pronto una de las puertas del avión se abre y un hombre saca un arma y abre fuego.

Durante unos segundos en el avión solo se oían los disparos, hasta que estos cesaron y Danny quien estaba protegiéndose volteo y se encontró con el peor de los escenarios, Steve había sido herido.

—¡Auxilio! Auxilio. Estoy en un avión Cessna de camino a Oahu. Y tengo un problema serio, serio. Repito: ¡Mayday! ¡Auxilio! Nuestro piloto ha sido herido. Solicito asistencia inmediata. —decía Danny al radio.

Aquí Control Internacional de Honolulu—respondió a la radio una voz que no era la de Diane—. Te leemos. Avance.

—Habla el detective Danny Williams de Five-O. Necesito ayuda para aterrizar este avión.

—¿Eres policía? —dijo Dae Won apuntando a Danny, pero este de inmediato saco su arma.

—Baja el arma —le pidió Danny.

—Eso no va a pasar —respondió Won.

—¡Bájala! ¡No lo repetiré de nuevo! —gritó Danny y el hombre, presa del pánico le hizo caso.

—Aquí torre de control —respondió Diane—Danny, soy yo ¿Cómo que el piloto fue herido?

—Diane necesito ayuda para aterrizar este avión, Steve fue herido, nos atacaron —respondió Danny.

—Danny manténlo despierto ¿De acuerdo? No dejes que se vaya —decía ella quien tenia ya un nudo en la garganta—por favor Danny.

De nuevo Dae Won presa del pánico decidió apuntarle a Danny.

—Ok, mátame si quieres —dijo este.

—¡¿Eres imbécil?! Si me apuntas con el arma o me disparas no puedo volar el avión y moriremos todos.

—Pues no es como que sepas hacerlo.

—Pero la mujer del otro lado puede, ahora, baja el arma —dijo Danny quien harto de él, bajo la suya y comenzó a escuchar a Diane. Al tiempo que veía que Steve dejaba de responder—Steve esto es serio ¿De acuerdo? Mantente despierto.

—Danny —llamaba Diane.

—Aquí estoy de vuelta.

—¿Cómo esta Steve? —preguntó Diane.

—Me voy a morir Danny —susurró Steve.

—No, no te vas a morir Steve —dijo Danny y Diane del otro lado pudo escucharlo y sin querer estaba tan dentro de su pánico, al estar tan lejos que comenzó a llorar—Vas a estar bien... Diane estoy aquí, dime que hacer.

—Ok, ok Danny —decía Diane intentando aclarar su voz— Sólo tienes que reducir la velocidad un poco. ¿De acuerdo?

—Ok, vale. La velocidad ¿Cómo hago eso?

—Entre tú y Steve. son tres palancas de tiro. Lo que está más a la izquierda es tu acelerador. Empújalo hacia abajo al 25% ¿Me escuchaste?

—Si, si... Lo hago, lo hago...

—Bien muy bien. Ahora mantén ambas manos en el control. Comprueba tu nivel. Punto muerto para el piloto. Asegúrate de no sumergirte por debajo de la línea del horizonte. Y mantén tu brújula entre el norte y el número tres ¿Me copias?

—Si lo estoy haciendo —responde Danny.

—¿Cómo va Steve, Danny?

—Dejó de responder —contestó Danny quien había concentrado su atención unos minutos en las indicaciones de Diane y dejó de mirar a Steve.

—Danny... Danny tómale el pulso —pidió Diane tratando de mantenerse serena.

—Ok,ok —le decía Danny a Steve sacudiéndolo por la camisa—Steve por favor, no ahora ¿sí? Tu —se dirigió a Won—Necesito que hagas algo por mí.

—Concéntrate en aterrizar esto, no me hables —le respondió Won.

—Haz lo que te pido o lanzare esta cosa al agua y te vas a morir conmigo —le dijo Danny.

—¿Qué quieres que haga? —espetó Won.

—Pon tu mano en su cuello y dime si sientes el pulso...

—¿Danny? —volvió hablar Diane al radio.

—Diane tengo una alarma, no sé qué significa.

—Danny verifica el panel ¿Qué ves? —contesto Diane.

—¿Qué veo? Pues muchos indicadores.

—¿Cuál es tu velocidad aerodinámica Danny? —pregunto Diane.

—Uh, la velocidad aire-aire es 155.

—¿Qué hay de la altitud?

—Altitud... Altitud 500, pero cayendo.

—¿Combustible?

—Combustible... no sirve. Uh, la aguja está justo en cero.

—Está bien Danny, te estás quedando sin combustible. Tenemos que sacarlos de ahí lo mas pronto posible. Estoy notificando a la guardia costera ¿De acuerdo? Sigue pendiente de Steve. Prepárate para un procedimiento de aterrizaje zanja.

—¿Cómo que zanja Diane? ¿De que estas hablando?

—Danny según tu altitud actual, velocidad aerodinámica y combustible disponible, nunca llegarías a la pista. Estoy haciendo lo posible porque el aterrizaje sea en el agua, pero sea inmediatamente atendido.

—¡¿Estás loca?! ¡No aterrizaré en el agua!

—Danny si estas en el aire no puedo ayudarlos, no puedo ayudar a Steve. Si aterrizas en el agua puedo hacer que guardia costera esté a metros para ayudar de inmediato.

—¡No,no, no!

—Danny por favor...

—Diane —interrumpió Danny quien dejó de escucharle al ver que del lado del motor del avión salía mucho humo color negro— acabamos de... perdimos nuestros dos motores.

—Ok Danny debajo del tablero hay una gran manija roja. Tira de él para emplumar su apoyo. No intentes luchar contra la gravedad.

—Ok,ok...

—Danny no luches contra la gravedad ¿me entendiste?

—De acuerdo, de acuerdo...

—Muy bien Danny, perfecto, ahora junto a los controles de radio están los ajustes del tren de aterrizaje. Hay un interruptor etiquetado como "agua arriba". Voltéalo. Baja los flaps una clavija más hasta la posición de aterrizaje. —indico Diane.

—Listo —dijo Danny.

—Bien ahora vas a tener que aterrizar en el agua. Ajusta tu rumbo a 175 grados y déjate deslizar.

—Diane de nuevo... No haré eso ¿Ok?

—Danny por favor escúchame...

—Diane, Steve ya esta inconsciente, ha perdido mucha sangre. Si aterrizo en el agua, él se ahogará

Diane se quitó los audífonos de la frustración y comenzó de nuevo a llorar sin poder detenerse. Sentía que iba a perderlos a ambos y esta vez no tenia como si quiera intentar ayudarlos.

—...Diane, lo haré en la playa ¿Sí? Lo haré en la playa. Solo ayúdame, ¿De acuerdo?

Diane quien escucho a lo lejos aquella oración no le quedo de otra que intentarlo, no iba a dejar de hacerlo, y menos si Steve estaba entre la vida y la muerte.

—Ok, ok... lo haremos. Haremos esto —dijo ella en un suspiro más como aliento para sí misma.

Diane siguió guiando a Danny al tiempo que llamo al equipo para que estos coordinaran junto a la policía el despeje de la playa más próxima para que el avión aterrizara. El equipo quien estaba también al borde los nervios al enterarse de lo sucedido comenzó hacer lo que Diane les había pedido. Esperando con toda su alma que las cosas salieran bien.

Mientras en el avión Danny seguía pilotando, y por un momento cayó en cuenta que su compañero estaba entre la vida y la muerte.

—Oye, Steve, escúchame —le decía Danny sin quitar las manos del volante— Sé que nunca se te ha dado bien escucharme, pero ahora mismo no tienes otra opción, terco hijo de puta. No te mueras. ¡Oye! Escúchame, no te mueras, ¿de acuerdo? ¡No voy a aterrizar esta cosa para que te mueras! ¿Me entiendes? ¿Eh? Bien. Bien, está bien, aquí vamos. Diane estoy listo.

—Bien hecho Danny, ya todo está listo.

Danny en su mejor maniobra y como todo un valiente, comenzó hacer el aterrizaje. Los Five-0 ya habían despejado la playa y estaban listos para recibir el avión.

Por su parte Diane seguía sin poder respirar correctamente y había comenzado a pedirle a Dios que por favor le escuchara y estuviera con Steve y Danny. Pero sobre todo se dijo a si misma que si Steve moría, jamás iba a poder vivir sabiendo que nunca le dijo cuanto lo amaba.

—Danny... Danny —llamaba Diane por la radio, pero no obtuvo respuesta.

Sin mas dejo la torre de control y se dirigió a la playa donde Danny aterrizaría en el camino trataba de tranquilizarse y darse aliento, no sabía en qué condiciones estaba Steve y mucho menos Danny luego del aterrizaje de emergencia. Ambos le preocupaban en la misma medida y tener que vivir sin alguno de ellos era algo para lo que no estaba preparada.

La playa estaba rodeada de policías, ambulancias y los bomberos, Diane estaciono lo mas cerca de pudo y corrió hasta donde había visto a Kono.

—Kono ¿Dónde están Steve y Danny?

—Van en la ambulancia al Tripler —respondió ella y Diane ni siquiera contestó solo se dio la vuelta y corrió de nuevo a su auto.

Tripler Army Medical.

—¡Hey, hey! ¿Todo bien? —detuvo Sam a Diane quien corría por el pasillo buscando a Danny.

—Sam... Lo siento, estoy buscando a Danny —dijo ella sin siquiera mirarle.

—Diane, están la otra sala. Ya están atendiendo a McGarrett... Yo lo estoy atendiendo —dijo más para sí que para ella.

Diane de inmediato le miró y aunque aquel momento pudiera haber sido muy incómodo, para Diane era un alivio que Sam estuviese encargándose de Steve, si había podido salvarla tantas veces, confiaba en que también lo haría con Steve. Tal vez era una premisa algo infantil, pero en ese momento, Sam era como un ángel.

—Sam ¿Cómo esta Steve? —dijo Danny quien se acercaba a ellos.

—Danny —se acercó Diane y sin pensarlo le abrazó. —Vuelve adentro, mírate. Deben atenderte.

—Alla están —escuchó Diane y vio que detrás de Danny venían Lou, Chin y Kono.

—¿Cómo esta Steve? —pregunto Lou.

—Estamos atendiéndole, perdió mucha sangre y ahora ira a cirugía —Dijo Sam—Tu también deberías ser atendido, tienes dos costillas rotas —se dirigió esta vez a Danny.

—Estoy bien, estoy bien —dijo mirando a Diane.

Por un momento tanto Danny como Diane se olvidaron que estaban en medio de todos y Diane quien ya estaba siendo presa del pánico se abrazo a Danny y comenzó a llorar. Sam se retiró, pues aquella escena no era algo que deseara ver, ya era suficiente con ver a Diane llorando de preocupación por Steve.

—Diane, tienes que tranquilizarte ¿De acuerdo? Es Steve, ya sabes como es —le dijo Danny intentando mantener la calma, pues al igual que Diane estaba más que asustado.

—Lo sé es solo que... No hablé con el Danny, no le dije... —decía ella entre lágrimas.

—Lo harás, créeme que lo harás —le dijo este aun abrazado a ella.

De pronto y como si de un flash se hubiese tratado, Diane paró de llorar y a su mente vino algo:
—¿Dónde está Dae Won?

—¿Qué? —le dijo Danny confundido.

—¿Do...Donde está Dae Won? El estaba con ustedes en el avión.

—Está en el cuartel, los oficiales de la HPD lo llevaron allá —respondió Lou.

Diane sin decir nada mas miro a Danny y corrió a la salida.

—¡Diane!

—¡Vuelve a urgencias Danny! —le gritó ella, pero Danny sabia lo que haría.

Por lo que los 4 sin más comenzaron a seguirla.

El miedo había pasado, lo que experimentaba Diane ese momento era mucha ira. Y aunque esperaba con toda su alma que Steve lo lograra, estaba lista para vengarse, no importaba nada, ya no estaba pensando con claridad.

—Si de verdad queremos alcanzarla, necesito que manejes como ella o como Steve ¿De acuerdo? —le dijo Danny a Chin quienes iban detrás de Diane en su auto.

Llegar al cuartel no tomo ni 20 mins a las velocidades que todos iban, por lo que, al estacionarse Diane, segundos después estaban Danny con Chin y Lou con Kono. Los cuatro vieron entrar a Diane corriendo al cuartel y seguidamente entrar al ascensor, por lo que estos tomaron las escaleras para alcanzarla. Y aunque casi lo logran, no pudieron detenerla al llegar a la sala de interrogatorios.

Al abrirse la puerta, esta golpeó en la cara a Won tan fuerte que hizo caer la silla, inmediatamente se colocó sobre él y comenzó a golpearlo.

—No, no déjalo —le dijo Lou a Danny quien iba a tomar a Diane para sepárala de Won—No con esas costillas rotas.

—Solo quítala de ahí por favor —le pidió Danny a Lou

—Diane basta —le rogó Danny.

—¡No! O se salen ustedes y me dejan con el o lo asesino frente a ustedes. Decidan. —dijo ella y sacó su arma. —De aquí no me voy a mover hasta que me diga quien les disparó. Un avión no aparece, así como así, o son sus rivales o el los mando atacar. ¡Quiero el maldito nombre!

Aquella historia había comenzado mal y aunque una parte parecía culminar, pues Won le había dado el nombre y dirección de donde estaba el hangar de quienes eran sus rivales en aquel negocio, nada de lo que pudieran lograr en esa redada iba a compensar el hecho de que Steve estaba entre la vida y la muerte.

Todo con respecto a Diane estaba nublado, no había hablado durante todo el camino, se había puesto su chaleco y su armamento en silencio, no hay protocolos o limites en su cabeza, lo único que quería era hallar al hombre que había disparado. No sabía cómo lucia, pero algo dentro de ella le decía que al llegar lo sabría.

—Diane, necesito que me escuches —le dijo Danny mirándola, pero ella solo le ignoró y tumbo la puerta del lugar donde se daría la redada y de una vez abrió fuego.

De igual forma todos abrieron fuego y comenzó una ola de disparos y algunas granadas que ella había lanzado. Por un momento se había concentrado en un par de hombres que le disparaban únicamente a ella, pero de pronto miro que Danny seguía solo hacia un avión que estaba a unos metros y disparo a lo que ella veía como una sombra negra.

Disparo hasta hacer caer a quienes le disparaban y corrió hacia Danny, era obvio que el había reconocido al tipo que les había disparado. Diane que solo esperaba oír el sonido del arma y ver al hombre quien cojeaba corriendo en el piso; se dio cuenta que Danny se había detenido. Y por un momento recordó cuando Danny le dijo que no podía abrir fuego igual que antes pues el recuerdo de Marcos Reyes lo paralizaba en ocasiones.

Y aunque Diane también podía hacer lo mismo, y entender a Danny; en el fondo estaba viviendo una y otra vez la misma historia de siempre, tener frente a ella a quien se había atrevido hacerle daño a los que ella amaba, así que sin más paso por un lado de Danny y abrió fuego.

Cuando el cuerpo dejo de moverse, ella bajo el arma y respiro profundo.

—Diane... —musito Danny.

—Ya he vivido esto antes, y no voy a pedir esta oportunidad. Y Steve esta en un hospital porque quería que esto acabar, pues yo lo terminé —dijo ella mirándolo a los ojos. —Vamos al hospital Danny, tienen que revisarte.

Diane había dicho aquello de una manera tan fría, que Danny quien juraba haber visto todas las facetas de Diane se había sorprendido al verla de aquella manera.

Tripler Army Medical

—Sam, perdón por no contestar, estaba en una redada con este caso ¿Qué sucede? —preguntó Diane quien venia con Danny y el resto del equipo.

—Me temo que no son buenas noticias —responde y Diane mira a Danny—, McGarrett tiene un fuerte traumatismo en el hígado. Una de las balas lo corto múltiples fragmentos y dejo el hígado completamente inservible. Sino recibe un hígado en las próximas horas morira.

Sin poderlo evitar de sus ojos comenzaron a salir un par lágrimas, intentó detenerlas, pero no podía.

—Sam... Tiene que haber algo que podamos hacer.

—Lamentablemente no hay el suficiente tiempo para esperar un donante aquí en la isla o en el continente, así que pudiéramos comenzar hacer pruebas con sus familiares —respondió este.

—Ok, comencemos conmigo.

—Diane no puedes ser donante, tú también sufriste un traumatismo en el hígado —dijo Sam.

—Pues lo haré yo —dijo Lou.

—Igual yo —dijeron Kono y Chin al unisonó.

—Les ahorraré tiempo a todos —dijo Danny—, Steve y yo tenemos el mismo tipo de sangre así que usemos el mío.

—Perfecto, sígueme por favor —indico Sam y Danny junto a el cruzaron las puertas de las salas de quirófanos.

Aquello que parecía ser una luz en ese oscuro túnel en el que estaban, se había vuelto algo completamente diferente, pues ya no era la vida uno, sino de dos miembros del equipo Five-0.

Todo el equipo se había divido a excepción de Diane que se negaba a dejar aquella sala; para buscar comida, café y Kono que recogería a Grace para explicarle todo.

—¿Café? —menciono Grover quien extendió un envase hacia Diane, pero ella solo estaba mirando un punto fijo. —Diane...

—Oh, lo siento Gracias —dijo ella tomando el envase.

—Se que es una pregunta tonta en este momento, pero... ¿Cómo te sientes? —preguntó Grover extendiéndole un pañuelo.

—Pues... Creo que es la segunda vez en mi vida en la siento tanto miedo —contesto limpiando sus lágrimas con el pañuelo.

—Sabes... Cuando llegué aquí y lo primero que viví fue verte a ti, a McGarrett y a Danny apuntándome para robar mi camioneta del SWAT —y Diane medio sonrió recordando aquello—, podía jurar que no había odiado tanto a dos personas como a ti y él; Danny... Danny pasaba desapercibido, pero ustedes dos... ¡Mierda que insoportables son! Enserio... Y luego los vi dejando todo por apoyarme y me dije "ella es un dolor en el culo y el es peor que ella, pero son lo mejor que he conocido en décadas" Te juro que si alguien me hubiese dicho que estaría hoy aquí pidiéndole a Dios que no se lleve a Steve, le habría dicho que estaba loco. Pero supongo que mi destino era encontrar un amigo como él.

—Lo se —dijo Diane y de nuevo comenzó a llorar. Lou enseguida la abrazo—creo que tenemos la misma historia, porque cuando llegue aquí no existía alguien más irritante a mi parecer que Steve, y termino siendo mas que compañero de trabajo.

—El no se va a ir sin pelear, eso lo sabes ¿no?

—Eso espero —dijo ella secando sus lagrimas de nuevo—porque no puedo ver mi vida sin él.

—Se que el tampoco puede verla sin ti. Nunca vi a alguien como McGarrett enamorado y fue lo mas bizarro que he visto —dijo este riendo y Diane también rio sonrojándose un poco.

—Gracias Lou...

—Diane —le llamó Sam y Diane se levantó enseguida de la silla donde estaba.

—¿Qué sucede?

—Todo esta bien hasta ahora, solo venia a decirte que Danny y Steve entraran a cirugía y pues si querías puedo dejarte verlos unos minutos antes.

—¿Enserio?

—Si, si claro... Ven conmigo —respondió Sam.

Sam condujo a Diane hasta una habitación donde podría colocarse una bata, gorro y cubre pies para entrar a ver a Danny y luego a Steve.

El primero, estaba en una habitación, ya con todos los monitores y vías puestas, Diane respiro profundo y entro a la habitación lo mas calmada que podía, debía darle apoyo a Danny.

—Hola —saludo Diane.

—Hey, ¿Cómo entraste aquí? Dime que no apuntaste a los médicos por favor —dijo Danny y Diane rio.

—No, esta vez no. Sam me dejo entrar.

—Es bueno saberlo.

—Solo pasaba a decirte que...—y su voz se quebró— Que si tu o Steve mueren allí adentro van a tener que buscar donde esconderse porque lo reviviré yo misma y los matare de nuevo ¿Entendido?

—¿Se supone que eso es un aliento?

—No se —dijo ella y las lagrimas de nuevo caían por su cara.

—Ven acá —le dijo Danny y Diane se acercó para abrazarle. —Todo va a estar bien, te lo prometo. Vigila a Grace mientras no estoy ¿sí?

—Ok —musito ella y salió de la habitación.

Sam quien esperaba afuera, esta vez la condujo hasta donde estaba Steve.

—2 minutos ¿De acuerdo? —le dijo Sam y Diane asintió.

—Gracias.

Al igual que Danny solo que inconsciente, Steve estaba conectado a todos los aparatos médicos.

—Dios... estoy tan molesta contigo ahora mismo...—Diane se acerco a Steve y tomo su mano—te juro que...

Diane quería enserio estar molesta con Steve, cualquier cosa era mejor que sentir como su pecho parecía partirse en dos de solo pensar que él podía irse.

—No puedo hacer esto sin ti Steve... No desde que entendí y acepté cuanto te amo. Por favor quédate... Quédate, todo será diferente, nosotros somos diferentes, no quiero hacer esto sin ti por favor.

***

Sam devolvió a Diane a la sala de espera y entro a quirófano para empezar a hacer la asepsia correspondiente, por un momento intentaba no sucumbir a todo lo que su mente le decía, y era aquella nostalgia ligada con todo el amor que aun sentía por Diane, así como también hasta un poco de rabia de saber que después de tanto, había sido Steve quien se quedara con ella.

—Sabes, siento la vida en general es irónica. Pero contigo es cruel —le dijo David quien entraría con él a la cirugía.

—Ahora no David, no es buen momento.

—¿Por qué? Porque sigues enamorado de la mujer que esta allá afuera llorando por el tipo que realmente ama.

—David, lo que estoy haciendo ahora es mi trabajo ¿De acuerdo? Y si, sigo amando a Diane ¿Cuál es el problema con ello? Jamás entenderé que es lo que tienes con ella.

—¿Tu trabajo? El doctor Kingston era quien atendería a Steve McGarrett y de un momento a otro tu tomaste el caso, es obvio que lo haces por ella. Si contar que has rechazado todas las misiones que te han asignado en esto últimos meses, esperando que mágicamente ella vuelva a ti y termine con McGarrett para decirte que es a ti a quien realmente ama. No creas que no lo se.

—¿Y que si es así? El no estar a su lado no me hace querer verla pasar por un momento tan horrible como este —espetó Sam.—De nuevo, no es momento para esto. Y estar enamorado de Diane es solamente mi problema y mi asunto, no el tuyo.

—Sam, no sabrías lo que es estar enamorado de alguien, aunque esto este frente a ti y te golpee la cara.

***

Aquel día se había vuelto noche entre la espera, las horas pasaban y el equipo seguía en la sala de espera, atentos a que saliera Sam. Al equipo se habían unido el resto de conocidos que conocían y querían a Steve y Danny; quienes se habían enterado y sin dudarlo se fueron al hospital.

Por un lado, estaban Kamekona, flipa y Max, por otro Jerry, Grace, Kono y Nahele y entre Diane Chin y Lou, hasta la Duke y un par de oficiales habían llegado para apoyar. Lou quien podía ver como estaba Diane nunca se despegó de su lado y por momentos le abrazaba para reconfortarla.

El tiempo por fin parecía correr, pues Sam salió del quirófano y se detuvo en la sala de espera.

—Todo salió bien, los dos están bien —dijo y sin poderlo evitar casi se lo dijo solo a Diane.

Ella solo le asintió agradeciéndole, y él le sonrió.

Aquel alivio que sentían todos era algo inexplicable, Diane miro a Lou y de la emoción ambos se abrazaron, tenía razón ellos no se irían, y menos sin pelear.

...

La mañana siguiente...

Ya en la habitación Diane podía estar con Steve... De hecho, estaba con Steve y Danny al mismo tiempo, lo que hacia mas feliz de lo normal. Danny había despertado primero que Steve, pero por los efectos de la anestesia volvió a quedarse dormido, Diane sonrió por dentro tranquila de ver como Danny no le importó absolutamente nada y dio parte de el para que Steve viviera, sin duda aquello era más que una amistad.

Unas horas después era Steve quien despertaba, pero Diane empezaba a sentir los embates de aquel día y comenzó a cabecear, afortunadamente por reflejo vio que el despertaba y de inmediato se levantó de la silla.

Al ver a Steve despertar era como ver la segunda oportunidad en persona, así que sin pensarlo se acercó a él y lo beso.

—Hola —dijo el sonriendo una vez ella se separó de él.

—Hola —contestó ella aun muy cerca de sus labios. —Te amo. Te amo y me tomó mucho aceptarlo, y esto es una locura, nuestra vida misma es una locura, pero si algo pude entender en estas 24 horas es que no quiero vivir sin ti, ya no quiero irme, ya no quiero negarme y negar lo que siento por ti. No me importa si mañana esto se acaba, pero no puedo seguir sin decirte esto.

—Yo tampoco quiero seguir huyendo, y también te amo... Te amo desde hace mucho —dijo Steve y de nuevo Diane volvió a caer en aquel espiral de vulnerabilidad que no sabía cómo había llegado a ella, pero la hacia sentir tan viva y tan humana que decidió vivirlo, por lo que sin miedo alguno dejo salir sus lágrimas.

—Te prometo que todo será como lo hemos construido, y no importa lo que pase, yo siempre querré volver a ti.

***

Semanas después...

Steve y Danny habían evolucionado muy bien con el pasar de los días, tanto que ya casi toda la isla estaba enterada de lo que había sucedido, y la habitación se había llenado casi todas de presentes, regalos y todo aquel que conociera a Five-0; en la habitación estaban Kamekona, Flipa, Max, Nahele, Kono y Jerry; y sentados en la cama de Danny, Grace y Charlie. Lo único malo de aquellos presentes que habían enviado es que la mayoría eran de Steve y no parecían reconocer la proeza de Danny, o al menos eso daba entender la 4ta tarjeta que leía Kon

"Saca tu trasero de la cama, tipo rudo, tienes 6 meses para ponerte en forma para el Turkey Bowl. Con amor y Aloha, Nicky "The kid"." —Y Kono cerro la tarjeta, mientras Diane veía con una sonrisa a Steve quien parecía disfrutar de aquellas muestras de cariño.

—¿Acaso me menciono? —pregunto Danny del otro lado de la cama de Steve.

—Mmm, no. Solo a Steve —dijo Kono y Diane le dio una palmadita de consolación a Danny.

—Mmm... —respondió Danny.

—Aquí hay una del gobernador —dijo Jerry—"comandante McGarrett, en mi nombre y en el de toda la capital del estado, 'Ohana, le deseamos lo mejor para una pronta recuperación. Atentamente, gobernador Denning"."

—Que agradable ¿No? —le dijo Steve a Diane y tomó su mano.

—Si, viniendo de él me sorprende —dijo Diane.

—¿Eso es todo? —pregunto Danny esperando que tal vez en esa tarjeta se le mencione.

—Mmm... Nope, es solo Steve —respondió Jerry mirando todos los lados de la tarjeta.

—Sabes, estoy seguro de que hay uno aquí para ti. —dice Kono tomando otra tarjeta—Aquí. Vamos a ver...

—Aquí hay uno —dice Jerry tomando otra tarjeta, pero al abrirla: No, es para Steve.

—Puedes leerlo, de todos modos —dijo Danny con fastidio y Steve ya sabía que se pondría sensible—

—Creo que es de Sang Min —menciona Jerry haciendo un esfuerzo en leer lo que dice

—¿Sang Min? —dice Diane riendo. —Ok, esto ya se puso raro.

— La letra es terrible —continua Jerry— "Te hubiera ofrecido mi hígado, McGurrett, pero ambos sabemos que eso no es de dios"." Supongo que quiso decir algo bueno ¿No?

—Viniendo de Sang Min, me sorprende que sepa escribir —dijo Diane.

—Aloha todos —saluda Chin entrando a la habitación.

—¿Qué hay gente? —Saludo también Grover quien venia junto a Chin.

—Hola chicos —saludo Diane.

—Siento llegar tarde —dice Chin.

—Oh no, tranquilo. Creo que llegaste en buen momento —dice Diane quien sabia que Danny se pondría algo irritable por lo de las tarjetas.

—Me alegra verlos —dice Grover—, están tan bien que parecen estrellas de rock.

—Si bueno... No yo, él, yo vengo siendo como su asistente o algo así.

—¿Sabes qué? Estas mal, porque yo —dijo Diane y se levanto de su silla para acercase a un arreglo de globos y tomar una tarjeta—yo si te envié algo y además te hice una tarjera.

—¿Enserio? —dijo Danny y Diane le entrego la tarjeta a Kono—, por eso eres mi favorita cosita.

—Lo sé, lo se... —dijo Diane pestañeando y volviendo a sentarse al lado de Steve. —Lee Kono.

"Gracias por donar tu riñón Danny, te quiere. Diane" —leyó y Steve quería reírse, pero se contuvo.

—¿Es enserio? —dijo Danny mirando a Diane.

—Si lo es —dijo ella y acerco para abrazar a Danny, pero este solo rodo sus ojos.

—Creo que tenia muchas expectativas con ella. —comentó Danny.

—En otras noticias —habló Chin— Aprovechamos a Dae Won para que nos dijera quien era su contacto en el lado coreano y justo ahora hay un grupo de trabajo de la DEA en proceso de cerrar toda su operación.

Aquella noticia disparó los vítores y la celebración en toda la habitación.

—Buen trabajo chicos —dijo Steve—, estoy orgulloso de todos.

—Aunque soy muy escéptico a llamar la atención sobre el asunto pendiente de mi fiesta de despedida, ya saben que me iré a Kenia unos meses, así que a menos que estemos en Rumfire en 23 minutos, perderé la reserva.

—No, esta bien. Lo entiendo, si tuviera que elegir entre sentarme a tomar una cerveza bien fría a estar aquí, también elegiría la primera —dijo Danny.

—Bueno, si lo pones así... —dice Grover.

—Ok, ya escucharon al hombre, todos a Rumfire —dijo Chin—Diane ¿vienes?

—Oh no, ya sabes que alguien tiene que estar aquí para mantener a raya a estos dos —respondió ella.

—En eso estamos de acuerdo —dijo Lou.

Todos comenzaron a despedirse de Danny y Steve, y fueron saliendo de la habitación. A excepción del equipo que espero para despedirse mejor de ambos.

—Bien, ahora que están juntos —dijo Kono y Diane se sonrojo un poco, era extraño compartir aquello con el equipo—, podemos hacer una cita doble, además a Adam se le metió en la cabeza que ira a surfear contigo, así que recupérate pronto.

—Supongo que me lo tomare con calma —dijo Steve y miro a Diane—y me agrada lo de la cita doble.

—A mí también —replico Diane.

—Los veo luego —dijo Kono y salió de la habitación.

El siguiente fue Grover y Chin. Este último le dio la mano a Steve y le dijo que era un tipo rudo y que se debían unas cervezas, mientras que Grover que era más sentimental, si se acerco a Steve y le dijo:

—Tu eres indestructible, enserio. Te amor ¿ok?

—También te amo amigo —le dijo Steve y Diane les sonrió a ambos. Grover se acerco a ella y en medio del abrazo también le dijo unas palabras—Tu también eres muy fuerte ¿De acuerdo? Este es tu momento, su momento. Disfrútenlo.

—Gracias Lou —dijo Diane y este dejó la habitación.

—Mantente fuera de mi nevera Lou —Grito Steve cuando este estaba afuera, pero pudo oír su risa desde la habitación.

—Ok, debemos irnos pequeño ayudante de Dog —menciono Dog un tipo de una pandilla sana de rockeros y motociclistas que una vez ayudo a Five-0; a Charlie—, es hora de irnos a casa.

—Ok, hagamos algo —le dijo Danny a Charlie—, ese sobrenombre no es para ti ¿De acuerdo? No lo escuches.

—Danny... —reprendió Diane quien pensó que estaba siendo grosero con el señor.

—Chao—les dijo Charlie— Chao Diane, Chao Steve.

—Bye Charlie —dijeron Diane y Steve al unisonó

La habitación había quedado completamente vacía, solo estaban Danny, Steve obviamente y Diane.

—Ve a casa —le dijo Steve a Diane.

—Tal vez en un rato.

—Necesitas descansar has estado aquí días enteros.

—¿Dónde esta el control? —preguntó Danny.

—Lo tengo yo ¿Para que lo necesitas? —contestó Steve.

—¿Cómo que para qué? Pues para ver la Tv.

—Si vas a poner ese programa de cocina, la respuesta es no —dijo Steve.

—Steve —dijo Diane en tono de advertencia. Esa era la 4ta pelea en el día por el control.

—Quien haya tenido la idea de hacerme compartir una habitación contigo para ayudarme con mi recuperación es un completo idiota —dijo Danny.

—Te das cuenta que no tenias que darme tu hígado ¿Cierto? —dijo Steve.

—Ay no, esto no esta pasando de nuevo —se dijo Diane a sí misma.

—¿Dónde ibas a conseguir uno, Steve? ¿En el supermercado? Por supuesto que tuve que darte mi hígado, ¿de qué estás hablando? —replicó Danny.

—Voy a tener que escuchar esto por el resto de mi vida, ¿no? Tendré que escuchar esto para siempre, este-este-este discurso sobre el sacrificio desinteresado que hiciste por mí.

—Ok, creo que tal vez sea buena idea ir a cenar al café del hospital —dijo Diane levantándose de la silla.

—No, no, no, porque Steve, no soy como tú, ¿de acuerdo? Doy sin la expectativa de agradecimiento. ¿De acuerdo? Y hazme un favor... Por favor. Trata de cuidar esa cosa. Lo tuve durante 39 años. Significa mucho para mí, ¿de acuerdo? Probablemente lo arruines en dos semanas.

—¿Cómo se supone que arruine un hígado Danny?

—Pues no lo sé, eres fan de que te disparen —contesta Danny.

—Oh, dices que yo quería esto. ¿Qué tal esto? Si no hubiese recibido esas balas por ti, sería mi hígado el que estaría en ti, ah...

—Espera, Espera... No me salvaste la vida, Steve. Estabas en el lado equivocado del avión cuando nos atacaron. ¿De acuerdo? Eso en un "A" y "B", no hay ninguna posibilidad, si los papeles se invirtieran aquí, no me habrías dado un pedazo de tu hígado, ¿de acuerdo? Ninguna posibilidad de que eso pase.

—¿Cómo puedes decir eso? Estas diciendo que no soy generoso.

—No, no eres generoso. En todos estos años ni siquiera te he visto sacar la cartera del bolsillo para pagar una cuenta. De ninguna manera me vas a dar uno de tus órganos vitales.

—Oye... Si este hígado viene con tu actitud negativa, te juro por Dios que me lo voy a cortar yo mismo.

—Ok, suficiente —dijo Diane y tomo la puerta. —me voy.

Desde afuera podía seguir escuchándolos pelear, y aunque si era la 4ta pelea del Diane no podía sentirse mas que afortunada de verlos pelearse desde que salieron del quirófano. Chin tenía razón cuando le dijo que un podía hacerle falta esas peleas, y tenia razón, no sabia como iba a vivir sin ellas.

No obstante mantenerse alejadas de ellas por los momentos era excelente idea.

—Diane.

—Sam —contesto Diane quien se encontraba frente a frente con Sam—. Hace días que no te veía y quería darte las gracias.

—No te preocupes, no fue nada. Ese es mi trabajo —dijo este.

—Igual no quería dejarlo pasar.

—Diane, desde que entraste a mi sala de emergencias de nuevo, mi vida se volvió a revolucionar tanto como la primera vez que te conocí; de verdad esperaba que las cosas mágicamente cambiaran porque... Porque sigo amándote, y no he podido darle vuelta a la pagina que tiene escrito lo de nosotros. Te juro que quise hacerlo, pero ahora no me queda de otra y no me quiero ir sin decirte todo esto porque, aunque te dije muchas veces cuanto te amaba, no te dije cuanto lo seguí haciendo luego de que fueras. Te amo, pero entendí que yo solo llegué a tu vida por un momento...

—Y fue un gran momento Sam. Se que esto no arregla nada, pero te repito que si pudiera devolver el tiempo lo haría, porque también sentí algo por ti. Lamento todo por lo que te hice pasar, lo juro.

—Esta bien Diane, no tienes que preocuparte. Antes de ti, mi vida era solo en grises, y luego viniste tu y me apuntaste con tu arma —y los dos rieron—, y comencé a ver la vida en colores, agradezco mucho haberme topado contigo en esta vida.

—Igual yo Sam, igual yo...

Por un momento los dos se miraron en silencio hasta que Sam sin poderlo soportar más, se acercó a ella y le abrazo. Sabia que aquel abrazo iba a ser el ultimo y que le tocaba seguir, y aunque daría su vida porque su historia no terminara así, pensaba que enserio era momento de dejar ir a Diane.

—Te deseo la mejor de las vidas, y enserio que alguien te ame como tu me amaste a mí. Eres el hombre que muchas sueñan Sam, y sé que allá afuera está a quien perteneces.

—Gracias...—dijo este conteniendo las lágrimas. —¿Te acuerdas que una vez me dijiste que no sabias porque David te odiaba?

—Oh si —dijo Diane riendo—, todavía me lo pregunto.

—Es gay —dijo Sam y los dos estallaron en risas.

—Ok, eso explica muchas cosas —decía Diane entre risas. —¿Te dijo que le gustas?

—Si, hace unos días. Pero es mi mejor amigo, o al menos espero que lo siga siendo...Sino me odia. Y lo quiero mucho, pero no de esa manera.

—Bueno, amor es amor —dijo Diane.

—Amor es Amor —repitió Sam sin dejar de mirarla.

Nota 20/02/2023:

¡¡¡ALOHAAA!!! ESTE CAPITULO ES DE DOS PARTES PERO EN EL MISMO ESCRITO, SOLO QUERIA ADELANTARLES ESTO PUES HE ESTADO TRABAJANDO EN ELLO.

Nos leemos de nuevo.

Mahalo y Aloha.

Con amor D.A Blaez

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Nota 21/02/2023:

¡¡¡ALOHAAAAAA!!!! ¿Cómo están? *grita como loca*

¡Dios mío no puedo creer que en verdad llegue aquí! Después de tantos años al fin lo logre. Se siente como una medalla olímpica jajajajajajajajja...

Anyways, luego de mi momento de esquizofrenia, solo quiero como siempre darle las gracias y recordarles lo mucho que los amo y lo mucho que me hacen feliz sus comentarios, votos y lecturas.

Otra cosa, se me metió el espíritu de Netflix y coloque un personaje gay, era algo que tenia pensado desde años y quería desarrollar, pero no se me dio (como muchas cosas) aunque, creo que era bastante obvio (o al menos quise darlo a entender) ahora si quieren hacer un ship entre David y Sam, son bienvenidos jajajajaja. Lo disfrutaré mucho

Sin mas que agregar, y sin prometerles cuando regresare, me despido.

Con amor, D.A Blaez.

Mahalo por leer 😊



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