Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 27. Pono Kaulike

Moena's Coffee.

—Vaya, estaba preocupándome que no vinieras —dijo Sam al ver a Diane llegar. Este se levantó de su silla y se dispuso abrir la de ella para que sentara. —me tome la libertad de pedirte un café.

—Oh, gracias por eso —dijo ella recordando que no tenía si quiera que decirle a Sam como tomaba el café porque él lo sabía perfectamente. —Y lamento la demora, es que aún hay cosas que tenía arreglar para mi viaje y se me pasó el tiempo volando.

—No te preocupes, me alegra que hayas aceptado venir.

—A mí también me alegra mucho verte Sam. ¿Hace cuánto estas en Hawaii tengo un buen tiempo aquí y no te había visto?

—Es que después de que te fueras a L.A, estuve y estoy de hecho yendo y viniendo. Me enliste en definitiva como médico de emergencias en campamentos militares. Después de tu caso me volví famoso —comento riendo al tiempo que casualmente llegaba el mesero con el café para Diane.

—Oye me alegra haber influido en tu vida de esa manera —repuso Diane tomando un sorbo de su café y de inmediato Sam noto que había hecho la orden correcta de café, porque ella sonrió al tomarlo.

—Supongo que le atine —dice Sam señalando el café con una sonrisa pícara.

—Y yo supongo que ya lo sabias —respondió ella de nuevo tomando de su café

—Si bueno... Retomando la conversación, no hubiera hecho nada de esto, ni lo habría descubierto, si tú no hubieses llegado a mi vida. —Y de pronto Diane pudo sentir en aquellas palabras la misma dulzura con las que siempre le recordaba cuan agradecido estaba de que ellos se hubiesen encontrado en la vida.

—Oh vamos... Tú ya eras medico de emergencias, yo solo fui tu dolor de cabeza —y Sam soltó una carcajada.

—No voy desmentir eso —dijo carcajeándose aún—, pero ese dolor de cabeza me regalo una misión de vida, y agradezco eso todos los días.

—Pues de nada —replico ella y le guiño un ojo.

—Ahora explícame ¿Cómo y porque es que volviste a la isla? ¿Qué paso entre tú y Five-0?

—Es una historia larga, pero como desde la primera vez; mis decisiones del pasado me trajeron de vuelta aquí. Muchas cosas cambiaron, y yo ya estaba harta de vivir en mi pasado y en la locura que era mi cabeza; así que decidí quedarme en aquí en Hawaii.

— ¿Eso significa que tú y Steve...? —quiso preguntar pero de pronto ni pudo terminar la frase y para tratar de disimular su incomodidad miro a otro lado.

—Sam, sé que te debo una explicación, lo sé desde el día en que escapé del hospital —y Sam sonrió recordando las locuras de Diane—, pero...

Diane suspiro y supo que era el momento de decir todo, además era Sam. Ella jamás fue deshonesta con él.

—Sé que como médico entiendes científicamente lo que significa perder la memoria, pero es peor de lo que tiene escrito ese libro que seguro leíste muchas veces. Cuando desperté y vi a Danny, a Steve y luego a ti, fue tan aterrador. Porque los tres me miraban esperando algo de mí, y yo ni sabía quiénes eran ustedes. Luego decidí seguir mis instintos e irme a donde se suponía que estaba mi vida, y nada de eso existía, en su lugar estaban personas y cosas que yo no tenía idea de cómo llegaron ahí... Simplemente fue aterrador. Y al no saber qué hacer, hui. No quería a nadie a mi lado, quería que ustedes me olvidaran, tal y como yo lo hice.

—Diane, ni siquiera intentaste hablar conmigo. Ni siquiera después de llamarte y casi explicarte lo que había sucedido y quien era yo —dijo Sam desconcertado.

—Lo sé, pero ¿Cómo podía saber si lo que me decías era real o no? Mi mente estaba en el momento donde mi vida era todo lo quería, y tenía todo lo que necesitaba. Si hablas de nuestro amor, para mí el amor en ese momento tenía nombre y apellido; y era Alex Benson. Pero el no existía, y para colmo me traicionó a mí y a mi equipo, a mi familia... Sam, yo no quise hacer esto, y entiendo perfectamente que culpes a Steve y a los Five-0 de lo que me pasó porque en su momento así fue. Pero yo no dejé de amarte porque algo que hayas hecho, o porque yo lo decidí; fue una circunstancia que no pude controlar y lo lamento. Lamento mucho haberte lastimado en este horrible proceso.

Aquella conversación, era algo que Diane muy poco acostumbraba hacer, pero desde que ella y Steve habían comenzado a trabajar en su confianza, emociones y en siempre hablar con el corazón y la verdad; no era tan difícil, explicarle a Sam todo lo que había pasado, así como tampoco era difícil decirle la verdad y como se sentía ella actualmente.

—Durante todo este tiempo esperé este momento —dijo Sam esta vez mirándola fijamente—, porque nunca pude olvidar a la persona con la que quería pasar el resto de mi vida. Y si, tienes razón, culpo a Steve y a los Five-0 de todo esto, porque si ellos no hubiesen... —y se detuvo. No quería parecer excesivamente enojado, aunque realmente lo estaba—. Lo cierto es que no puedo entender cómo es que ahora tú y Steve comparten una vida.

—Yo tampoco lo sé exactamente Sam, pero cuando volví, todo fue diferente, y Steve y yo trabajamos sin saberlo, el uno con el otro para enmendar el daño que nos hicimos, para recuperar la confianza que nos perdimos. Y de todo eso, nació esto...

— ¿Cuándo recuperaste la memoria? —pregunto Sam, quien desde que ella había empezado hablar había notado que quien estaba frente a él, era su Diane. La que él había conocido.

—El día que me atendiste en el Tripler luego de que la bola de demolición chocara con mi camioneta.

—Y no me dijiste nada —mascullo Sam dirigiendo su mirada de nuevo hacia otro lado.

—No. No porque cuando desperté vi al hombre que olvide que amaba, y minutos después estaba de quien estoy... Estoy...

—Entiendo Diane... O bueno no, no voy a mentirte, no lo entiendo. No entiendo nada de esto, porque cuando Five-0 estaba acosándote, Steve nunca te defendió. Porque eras interrogada casi dos veces por semana por Asuntos Internos, Steve solo pensaba que tú ibas a hundirlo; a él y su equipo, que Gracias a él y a su desconfianza hacia a ti, tu misión de ir por Aamal y Aamira termino con una de ellas muerta; Y era yo quien acomodaba los pedazos de todo eso.

—Sam, te juro... te juro que si pudiera hacer las cosas diferentes o devolver el tiempo, jamás, jamás habría regresado de New York. Te lo juro, pero lo único que puedo hacer ahora es pedirte perdón, es lo único que tengo; y tienes razón, tú arreglaste lo que jamás rompiste.

Sam respiro profundo de nuevo y volteo su mirada, sin duda todo lo que oyó de Diane, no parecía en nada, a esos momentos donde imaginaba tenerla frente a él y poder hablar. A pesar de que su vida siguió e intento hacer de un lado el recuerdo de Diane, ella jamás salió de su corazón. Por lo que oír de su boca que básicamente ya no le amaba y que estaba en una relación con el hombre que detesto por mucho tiempo, era más de lo que podía soportar.

Sam que quería decir un par de cosas más, fue interrumpido por el sonido del teléfono de Diane, quien al ver el número enseguida atendió. Por momentos supuso que sería un caso y que debía irse, pero a medida que hablaba su cara se iba transformando a una donde estaba entre impresionada, asustada y preocupada.

—...Ok, ok Max, solo escúchame; Primero asegúrate que Grace este bien y con su madre ¿sí? Y luego avísale a Steve ¿de acuerdo? Esto debe ser un malentendido. Te veré en el cuartel.

— ¿Todo bien? —no pudo evitar preguntar.

—No. Danny estaba en una presentación en la escuela de Grace su hija, y fue arrestado por el FBI. Debo ir y sacarlo de ahí, esto debe ser una confusión —respondía Diane bastante desconcertada.

— ¿Quieres que te lleve? No tengo problemas

—Si claro está bien —dijo ella y Sam llamó al mesero para pagar la cuenta.

A pesar de todo, Sam sabia cuanto le importaba Danny a Diane, pero sobretodo, era el único al que le guardaba respeto, pues siempre vio su lealtad hacia a Diane incluso si eso significaba no estar de acuerdo con Steve.

Centro de Detención Federal, Hawaii. Honolulu.

Luego de unos minutos que tomó llegar al centro de detención, Diane junto a Sam vieron que Steve salía del centro. Diane apresuro su paso mientras Sam se mantenía cerca de ella.

—Steve ¿Qué está pasando? ¿Dónde está Danny? ¿Está bien?

—Acabo de preguntar por él, y si está aquí. Pero no me dejan verlo, de hecho a nadie —respondió mirando a Sam que estaba detrás de Diane.

Ella notó hacia donde miraba Steve pero prefirió seguir en lo que realmente importaba: Danny.

—Ok, pero ¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué el FBI arrestó a Danny? Max no me dijo nada más que, llegaron al colegio de Grace y se lo llevaron. ¿Dónde está Grace?

—Yo tampoco tengo muchos detalles, Joe me llamo y me dijo incluso antes que Max que sacara a Danny del colegio pero cuando quise ir ya era muy tarde, ya lo habían arrestado. Minutos después Max llamo.

— ¿Cómo que Joe? ¿Por qué estaría al tanto de lo que iba a sucederle a Danny incluso antes de que todos lo supiéramos? —pregunto Diane severamente. Podía intuir lo que pasaba.

—No lo sé Diane, estoy esperándole... —respondió Steve pero enseguida noto que algo cambio en la cara de Diane, había cierta molestia pero no era por lo de Danny, era por Joe. Así que enseguida no dudo en preguntarle: — ¿Qué? ¿Qué paso? Te conozco y conozco esa cara ¿Ok? ¿En que estabas pensando?

Y Sam al oír el "...Te conozco..." sintió una horrible oleada de ira, porque no; para él, Steve jamás conoció a Diane.

—Lamento romper con su "click moment" —dijo con ironía y mirando directamente a Steve—, pero debo irme Diane.

—Dios —dijo Diane recordando que Sam seguía con ella—lo lamento Sam. Si claro, ve. Escucha —dijo ella volteándose y mirando a Sam—, si deseas que esto continúe podemos hablarlo luego, y si no, pero aún me quieres en tu vida, yo estaré aquí ¿de acuerdo?

Y Steve al oír aquello solo miro otro lado, no quería creer que al volver la memoria de Diane, también volviera a retomar sus planes con Sam, incluso olvidándose de lo que ellos tenían.

—Lo sé, no te preocupes. Cuídate mucho —dijo este y acercó a darle un abrazo. Sam no tenía una respuesta instantánea a ello, pero tener a Diane cerca, le hacía pensar en opciones.

—Te veo luego Sam.

— ¿Vas a decirme que fue lo que se te ocurrió hace un rato cuando te dije que Joe me había advertido del arresto de Danny? —pregunto Steve tratando de evadir las ganas que tenia de preguntarle a Diane que era exactamente lo que había visto y lo que había escuchado hacia unos segundos.

—Créeme estoy segura que el podrá explicártelo —dice Diane y señala la camioneta que venía a media velocidad hacia ellos.

Esta se detuvo justo al lado de Steve. Diane estaba contrariada, pues hacía semanas que estaba dispuesta a enfrentar a la madre de Steve y que le explicara porque había hecho de su vida un infierno; y para ello sabía que tenía que tenía que priorizar en su lista a Joe, pues así como la primera vez cuando Steve buscaba quien era "Shelburne" y le envió a investigar a Joe; así mismo tendría que hacer para conseguir a la madre de Steve.

—Joe ¿Qué está pasando?

—No les diré nada aquí, suban —dijo este y sin siquiera pensarlo ambos subieron a la camioneta de Joe.

Joe tomó la salida del centro y de una vez el camino al cuartel general.

—Tengo varias dudas Joe; pero la primera y la que menos me deja pensar es ¿Por qué Danny ha sido arrestado por lo que hicimos en Colombia pero Steve y yo no? Y segundo ¿De qué es lo que se le acusa? Si el dinero salió de mis fondos personales —dijo Diane.

—Danny fue arrestado por la muerte de Marcos Reyes Diane —respondió Steve.

—Y ya sabemos que el dinero era tuyo —prosigue Joe.

—Ahora yo quiero entender ¿Por qué la CIA se preocuparía por hacer justicia sobre la muerte de un traficante de drogas como Marcos Reyes?

—Porque es más que una escoria que trafica drogas Steve —contesta Joe—, y en tu caso, no; no sé porque tú y Steve no fueron arrestados, hasta ahora no lo sé —se dirigió a Diane y a su primera pregunta.

—Aja... ¿Y entonces? ¿De qué se supone que está hablando cuando dice "más que una escoria traficante"? —pregunta de Nuevo Diane y se inclina más hacia adelante ya que estaba en el puesto trasero del auto y por momentos el ruido del aire no le dejaba escuchar con claridad.

—Marco Reyes era un activo de la Agencia —asevero Joe captando de inmediato las atención de Steve al punto de virarse e intentar mirarlo de frente—.Nuestro gobierno invirtió mucho en él, y no les importa quién es Danny; sólo quieren que alguien pague por el asesinato.

—Pero... ¿Qué carajos?

Cuartel General Five-0

—Reyes estaba ayudando a la CIA con una operación llamada "Sandpiper". —explicaba Joe una vez había insertado un USB en la computadora del cuartel.

— ¿De dónde sacaste todo esto? —preguntó Steve sorprendido por lo que veía en las pantallas.

—No preguntes. Así es como funciono —contesta Joe impasible.

—Vaya... Que novedad —dice Diane con un deje de ironía que descoloco a Steve por un momento. Este sentía que se estaba colando algo personal que él no sabia

—Wall Street invirtió en el mercado inmobiliario en expansión en Colombia —Continuó Joe impasible, como si no hubiese oído a Diane—. Lo que no sabían era que en realidad estaban comprando en un esquema de lavado de un cartel de cocaína. Cuando el gobierno colombiano dio un mayor impulso a la lucha contra la droga, los bancos estadounidenses, de repente, empezaron a recibir grandes golpes. Afectando indirectamente la estabilidad de nuestra economía. Así que la CIA sintió que no tenía más remedio que intervenir, mantener el flujo de drogas para evitar un potencial colapso del mercado.

—Y Marco Reyes estaba moviendo la coca —repone Steve a la explicación de Joe.

—Así es. —afirma Joe.

— Ha estado en sus libros durante años. La CIA lo tenía bajo vigilancia, y así es como supieron que Danny apretó el gatillo. Y que ustedes estaban allí para presenciarlo —Y Joe los señalo a ambos.

—Muy bien, así que también sabían que Reyes mató al hermano de Danny. ¿Crees que les importa eso? —cuestionó Steve.

—Matthew Williams era un fugitivo buscado por el FBI por fraude, lavado de dinero, conspiración criminal. En lo que respecta a la CIA, su asesinato fue el costo de hacer negocios —Objeta Joe y su mirada se posa en Diane quien había pasado de estar atenta a las pantallas a cruzarse de brazos y mirarle de manera escudriñadora.

—De acuerdo y aquí es donde voy yo de nuevo —dice Diane—, usted acaba de decirlo... ellos también sabían que estaba allí, ¿verdad? Con Danny, en Colombia. ¿Por qué no nos arrestaron a Steve y a mí?

—Steve, Diane, son Militares de la Marina altamente condecorados. Unos héroes. Supongo que tienen un pase libre —rebatió Joe y desconectó el USB del computador. Diane soltó una risita sarcástica.

—Cosa bastante extraña porque desde que se abrió el MK-2000 yo perdí apoyo de todo este país. De hecho he ido por un agente y una militar, por mis propios medios. Así que no, esto no me convence —dijo Diane y de nuevo se cruzó de brazos frente a Joe.

Steve jamás podrá escuchar el nombre de ese archivo sin sentirse culpable, y sin traer a su mente los más amargos recuerdos, y sobre todo en el presente cuando Diane había recuperado la memoria y no tenía ni idea si estaba odiándolo de nuevo. Pero más allá de ello, para Steve, Diane tenía un tono ya conocido para él, la Diane que tenía en frente estaba como un león esperando pacientemente su presa, escondido y con sigilo, lo que no tenía claro era que si la presa era él o Joe.

La atención de todos se dirigió a Kono que venía entrando a la sala, pero con un semblante nada agradable.

—Acabo de recibir una llamada de Duke. Chin está en la HPD, fue arrestado por el Detective Coughlin —dice Kono.

— ¿Qué? ¿Quién es Coughlin? —pregunto Steve confuso, ni él ni Diane entendían, que estaba pasando hoy.

—Para nuestra desgracia Coughlin dirige Asuntos Internos —interviene Diane quien conocía perfectamente casi todo sobre Asuntos Internos en Hawaii—. Le interesó mucho el caso de Five-0 y el mío cuando volví de New York y fue el quien asignó a Hart no precisamente para mi caso, sino para acosarme y acosarlo a ustedes a través de mi —confesó Diane y Steve le miro. No podía creer lo que estaba oyendo.

Para Diane ya no había nada que ocultar, ni que temer; por lo que no tuvo miedo de decir que cuando la sacaron a la fuerza hace un año de New York y se puesto en NYPD, era para que más que vigilara a los Five-0 los acosara al punto de hacerlos —según ellos— confesar todo lo que había hecho Five-0.

—Y para completar nuestro día, Coughlin en particular estuvo siguiendo a Chin justo después de yo llegara de NYC. No sé si lo siguió haciendo, pero si tiene a Chin, sin duda gano.

—Primero Danny y ahora Chin. Esto no puede ser una coincidencia —dice Joe.

—Creo que por fin Asuntos Internos está logrando lo que querían desde un principio; ponernos a todos en la cárcel —dijo Diane.

— ¿Duke te dijo si Coughlin tiene algo en contra de Chin o esto es solo una de las maniobras que menciona Diane? —pregunta Steve a Kono.

—No —responde ella—, pero dijo que su Coughlin tiene a Chin es porque tiene algo sólido.

—Bueno, entonces yo tengo algo más sólido que eso —dijo Diane.

— ¿Qué? —pregunto Kono.

—A Sean Park —respondió ella—, si Sean nos confiesa que Coughlin también trabajaba para el como lo hacía Hart entonces desestimamos su caso y liberamos a Chin.

— ¿Cómo sabremos si nos ayudara? —preguntó Steve esta vez.

—Sean hará cualquier cosa por salir de máxima seguridad y que lo dejen ver a sus hijas. Ofrécele eso —se dirigió a Kono—, yo hablaré con el juez que lleva su caso para que pueda emitir la orden hoy mismo y vea que no estamos mintiendo.

—Ok, me pondré en eso —Asintió Kono y dejo la sala para ir a su oficina y luego dejar el Cuartel.

—Ahora pregunto ¿Por qué Chin también está involucrado en todo esto? —inquirió Diane

—Antes de que supieras que Danny había encontrado el dinero y la cantidad que faltaba. Él le pidió ayuda a Chin para conseguir el dinero, así como también fue con uno de los mafiosos más importantes de la isla, para pedir un préstamo... Lo que no sabemos es a quien recurrió Chin —alega Steve.

Tribunal de Distrito De Estados Unidos, Honolulu.

Diane y Steve iban determinados a conseguir lo necesario para poder liberar a Chin y a Danny, sin importar como fuese. El punto de preocupación en el que estaban ambos, los estaba llevando a tomar a cada uno sus límites; lo que en teoría y en realidad no era bueno para ambos.

Siempre ha habido situaciones donde solo uno de ellos dos llega a su límite, mientras el otro el calmado y orientado por Danny; pero sin Danny y su voz de la razón, Steve y Diane tenían un pase libre, muy peligroso pero que si unían, podía ser muy poderoso.

—Steve —llamo una mujer rubia, de mediana estatura, muy bien vestida. Sin duda era abogado del lugar; veía a Diane esperando la respuesta de Steve. Este volteo y al ver a la mujer enseguida se acercó a ella—, escucha, si alguien pregunta por esto —dijo y le entrego un sobre—, esto se cayó de un camión. Un socio cercano al juez que lleva el caso de Danny acaba de decirme que Danny va a renunciar a la extradición y su audiencia se está llevando a cabo hoy.

— ¿Perdón? ¿Cómo es eso posible sin un abogado? —intervino Diane.

—No lo sé, no sé qué estarán haciendo pero tan pronto el juez firme esa orden Danny se ira a Colombia.

—No, esto no puede estar pasando —dijo Diane.

— ¿Eres Diane, no? —pregunto la mujer observándola como si la ya la conociese.

—Sí, mucho gusto. Lamento los modales.

—No te preocupes —repuso la mujer y extendió su mano para saludar—, mi nombre es Ellie, Steve me ha hablado mucho de ti.

Y Diane no pudo evitar poner pause de unos segundo al monto de voces que había en su cabeza preguntando como salvarían a Danny; para mirar a Steve y luego a Ellie.

—Espero sea algo bueno. —dijo Diane estrechando la mano de Ellie.

—Lo es —Aseveró Ellie sonriendo hacia Steve—. Bien, debo dejarlos porque ustedes no tienen mucho tiempo.

—Claro, claro —dijo Steve y le dio un abrazo a Ellie de despidida que Diane observo desde el inicio hasta que ella se fue, despidiéndose amablemente de Diane.

—Ok, tenemos que movernos de aquí e ir con Danny, no podemos dejar que se lo lleven Steve —dijo Diane.

Ya estando en la corte, solo tenían que buscar la sala donde se estaba llevando a cabo el juicio de Danny, así que corrieron por el lugar, hasta que dieron con la sala, y afortunadamente llegaron a tiempo pues Danny era escoltado por dos oficiales y otro hombre de traje rumbo a la salida del tribunal.

— ¡Oiga deténgase! —Gritó Diane— ¡Danny! ¡Danny!

— ¡Ey Danny —Bramó Steve y por fin los cuatro voltearon.

Al ver quién era el hombre de traje que llevaba a Danny hacia a salida, Diane se paralizó. No podía creer que este hombre después de tantos años estuviese frente a ella.

—No puede ser, pero que ven mis ojos. Si es la mismísima Diane Brighton —dijo el hombre— y ¡Ey! Aléjese del prisionero Comandante McGarrett —espetó cuando vio que Steve se acercaba a Danny y este a él.

— ¿Quién es usted? —dijo Steve de mala manera.

—Steve está bien —dijo Danny para tratar de calmar la situación.

—No, no nada está bien. Ustedes llevaron a cabo este procedimiento sin un abogado que le defendiera —dijo Steve señalando a Danny. — eso es una violación a sus derechos civiles ¿lo entiende?

—Comandante, el Detective Williams rechazo un abogado —respondió el hombre con autosuficiencia.

— ¿Cómo lo amenazaste Alexander? ¿Con quién? ¿Con su familia? —habló Diane.

—Ay dios —hablo el agente Alexander con una gran sonrisa sarcástica—, porque será que no me sorprende que estés involucrada en esto Diane, siempre guardando secretos sucios a las personas, siempre siendo parte del lodo. Lo dije en tu juicio cuando murió tu equipo y lo digo ahora, este país te ve como un héroe, yo solo te veo como un monto de estiércol.

—Te voy a... —y Diane salto hacia Alexander pero Steve la tomo rápidamente de la cintura. — ¡Quítame las manos de encima! —le grito a Steve y se estrujo tan fuerte que Steve no tuvo de otra que soltarla—. Escucha bien Alexander, tu y yo sabemos que no eres el agente más brillante de todos, y que tampoco eres el honorable agente que te haces ver, así que te pido de una vez que dejes tu maldito teatro y dejes ir a mi detective.

— ¿A tu detective? ¡Guau! —Dijo este riendo más fuerte—. ¿Qué tanto mal tuvo que haber hecho la gente de esta ciudad y sus oficiales como para que caigan en tus manos de nuevo? ¿Quién más tiene que morir para que apartes del mundo militar y policial?

—Escúchame bien pedazo de basura —masculló Diane entre dientes—, vuelve a decir algo como eso y te juro que además de sacarte los dientes, te hundo. ¡¿Me oíste?!

Y de nuevo Diane intento lanzársele encima, pero Danny esta vez se puso en medio junto a los otros oficiales, intentaban proteger al Agente Alexander de la evidente ira de Diane.

—Diane escucha —pedía Danny y miraba a Steve— Diane por favor... Steve —le decía de nuevo al ver que esta no parecía calmarse.

— ¡Te voy a hundir Alexander! —grito por última vez antes de mirar y escuchar a Danny.

—Diane por favor escúchame. Este hombre no me amenazó ¿De acuerdo? No lo hizo, yo firmé el papel. Necesito que hablen con Grace y le digan que todo está bien y que la llamaré.

—No Danny, no...—Dijo Diane y esta vez era presa del pánico. Al punto que había un nudo en su garganta.

—Claro que sí, necesito que hagas eso por mi ¿Puedes hacerlo? —pidió y Diane no intentaba sino respirar profundo.

—No, no nos iremos de aquí —dijo Steve—, escuche, yo también estaba ahí, cuando Marcos Reyes fue asesinado, yo también estaba ahí. Así que tiene que llevarme a mí también. Si los colombianos quieren a Danny, también me quieren a mí.

—Considérese un hombre con suerte Comandante, porque su amigo renunció al beneficio de la no extradición para poder salvarlo a usted y a Brighton —espetó Alexander mirando mal a Diane.

—No, no... No vamos a permitir eso —dijo Diane enseguida. — eso no es posible. ¿Por qué hiciste esto Danny?

—El trato esta hecho —dijo el hombre y le dio una señal a los oficiales para que tomaran a Danny—, cuídate Diane.

—Dítelo a ti mismo, porque cuando esto termine, yo estaré bailando sobre tu renuncia o tu tumba —sentenció ella.

—Diane por favor llama a Grace... Steve llamen a Grace, prométanme que hablaran con Grace.

Y frente a ellos estaba la imagen más espantosa que jamás habían experimentado a pesar de haber visto cosas horribles por el mundo. Danny su mejor amigo, estaba siendo extraditado a un país suramericano a cientos de millas de Estado Unidos y sin aun poder hacer nada.

Diane quien por alguna razón aún seguía siendo presa de su pánico, soltó algunas lágrimas que hizo que Steve sin siquiera pensarlo se acercara y le abrazara.

—Prométeme que no vamos a dejarlo ahí Steve, no podemos...

—Te lo prometo —dijo el dejando un pequeño beso en cabeza.

Alexander y Diane compartían una historia bastante oscura. Cuando la SRU fue disuelta por el ataque de Valdés y la muerte de Greg, Joey y Alex, fue Alexander quien armo un caso contra Diane a través de asuntos internos donde intentaba culparla de lo que había sucedido aquel día. Hacer ver que la muerte de los miembros de la SRU no suponía un gaje del oficio de ser un agente de la policía especial, sino la obsesión de Diane por ser condecorada por ciudad y por los políticos, lo que llevo a su equipo a que un criminal como Miguel Valdés los asesinara a todos y para colmo que ella fuese la única sobreviviente.

Diane en medio del dolor no comprendía lo que sucedía y mucho menos porque asuntos internos se tomaría tantas atribuciones en un caso que era aunque cruel parece, era bastante sencillo. Una operación que salió mal; pero eso no era suficiente para el hombre al que Diane había señalado en un juicio por corrupción. Por lo que era un pendiente de Alexander hacerle pagar a Diane en su momento. Como justo ahora era se hacia el pendiente de hacer pagar aquellos amargos momentos a Alexander.

...

Cuartel General Five-0

—Duke está a la espera. Tan pronto como Coughlin salga a la superficie, vamos a ponerle vigilancia y averiguar dónde tiene a Gabriel —comunica Kono.

—Me alegra tener la ayuda de Duke —dice Steve.

—Sí.

— ¿Cómo te sientes con todo esto? —pregunto Steve.

— ¿La verdad? —y en un gesto nervioso Kono frotó su cuello. —No puedo deshacerme de este sentimiento en mis entrañas de que mi primo va a ir a la cárcel esta vez. Ya sabes, después de todo esto... Coughlin es demasiado inteligente para ir tras Chin sin saber con seguridad que tiene un caso hermético. El equipo de confiscación de bienes de la Oficina del Fiscal General del Estado ya selló su casa. Su propiedad está siendo confiscada... Está perdiendo todo por lo que ha trabajado y luchado toda su vida.

—Kono, Chin sabia a lo que se enfrentaba al tratar de ayudar a Danny. No le importo los medios porque Danny lo necesitaba y él estuvo ahí para Danny; y nosotros lo estaremos ahí para él. Y si Chin cae, no lo hará sin luchar, y nosotros tampoco.

—Es bueno oír eso —musita Kono.

—Así es, ahora ven aquí —Y Steve le dio un abrazo. —Chin estará bien.

Steve sabía que justo ahora su equipo estaba en pedazos. Danny estaba yéndose a Colombia, Diane estaba devastada por ello; Chin estaba en la HPD con uno de los grandes acosadores de Five-0 y Kono quien su familia debía estar igual o más preocupada de lo que estaba el equipo. Grover también intentaba ser de apoyo siendo el lado fuerte, por lo que este se inclinó a apoyar a Diane a quien se notaba más afectada por la situación.

—Así que se necesita una contención para mantener callada a Diane Brighton —dijo Grover poniendo un vaso con café en la mesa de Diane.

—Puede ser —contesta Diane con una pequeña pero desganada sonrisa.

—Oye, tranquila ¿Si? Sé que sonará cruel y de verdad no quiero parecerlo; pero si esta vez es Danny por quien tienen que ir, tú y Steve; tienen a favor que Danny no estará aquí para hacer sus típicas reprimendas. Tienen un pase libre a la locura que tanto disfrutan tú y el otro desfasado—dice Grover logrando que Diane esta vez sí riera.

—En eso tienes razón —dijo ella—. Danny es mi mejor amigo Lou, la única persona que jamás ha dudado de mí incluso cuando todo parecía estar en mi contra. Quien no le importó incluso enfrentarse a Steve por defenderme, si algo le pasa yo... Yo no creo poder con eso.

—Diane, nada va a pasarle. Danny es el hombre con más suerte del mundo ¿Si? Solo él tiene a dos lunáticos con actitudes mercenarias, capaces de hacer de todo para traerlo de vuelta, así que estoy más que seguro que lo traeremos de vuelta, y en unos días, el estará aquí reprochándote por todas las locuras que hiciste con tal de salvarle la vida, y tu estarás rodando tus ojos y viéndolo al mismo tiempo pelear con Steve. Todo estará bien, sé que sí.

Para reafirmar su apoyo, Grover se acercó a Diane y le dio un pequeño abrazo. Estos se separaron al ver que entraban Steve y Kono.

— ¿Conseguiste la orden? —pregunto Kono.

—Sí, lo que necesitamos para ir hablar con Sean —respondió Diane.

—Bien, yo iré contigo —dijo Kono y de nuevo el sonido de la puerta abriéndose tomaba la atención de todos. Era Joe.

—Steve... Acabo de saber de mi contacto. Resulta que hubo más en el arresto de Danny que sólo llevarlo a la justicia por el asesinato de Reyes.

— ¿De qué otra cosa podría tratarse? —preguntó Diane de inmediato, levantándose de la mesa.

—Fue una especie de disculpa. Reyes estaba en medio de un gran negocio cuando fue asesinado bajo la vigilancia de la CIA, y alguien tiene que responder por eso —respondió Joe.

— ¿De qué tamaño de negocio estamos hablando? —pregunto esta vez Steve.

—1.300 millones de dólares de cocaína nunca llegaron al mercado. Reyes era el único que sabía dónde estaba ese cargamento. La CIA lo ha estado buscando desde que lo mataron. —contesto Joe. Aquellas frases hicieron que la ira de Diane creciera.

—Así que todo este maldito asunto no es cuestión de justicia... nada de esto, nada de esto, es sobre encontrar justicia por el asesinato de Reyes. Se trata de la droga perdida y sé que Alexander esta de esto.

—Explícame ¿Cómo es conoces Alexander, Diane? —cuestionó Steve.

—No ahora, pero sí puedo decirte que Alexander a pesar de no poseer ingenio, sabe negociar, y su trabajo y el dinero lo son todo para él. Así que ve y búscalo, yo iré con Kono a Halawa por Sean porque si voy yo, no creo poder contenerme.

— ¿Qué supone que va a hacer? —pregunta Joe.

—Un trato. Alexander quiere la droga para quedar bien frente a sus jefes, si le ofreces un trato que nos dé tiempo para pensar que hacer buscaremos la manera de darle a Alexander lo que quiere y así traer de vuelta a Danny.

Steve la miro y entendió su plan. Y aunque era una locura porque no tenían ni idea de cómo conseguir mil trescientos millones de dólares en drogas, valía la pena intentarlo.

Hawala Correctional Facility.

Diane y Kono esperaban en una de las salas de la correccional a que trajeran a Park, mientras Kono estaba sentada en una de las dos sillas que tenía la mesa que estaba en medio de aquella lúgubre sala, solo iluminada por un pequeño rayo que se colaba en la pequeña ventana que tenía una de las paredes; Diane estaba de pie mirando fijamente hacia la puerta, que en realidad era el foco de todos sus pensamientos.

Por su cabeza pasaban tantas ideas de cómo conseguir esa cantidad de droga, como traer a Danny de vuelta. Si Danny había llegado bien a Colombia, como hacer las cosas sin que se compliquen...Un millón de cosas y ninguna tenía un sentido lógico que hiciera terminar este horrible capítulo de la mejor manera.

Todos aquellos pensamientos fueron enseguida disipados al oír el chirrillido de la puerta de metal abriéndose, junto a los pasos de las personas que por ella entraban. Atado de manos y pies, con unas esposas que adicionalmente tenían unas cadenas de extensión y con su uniforme naranja estaba Sean.

—Gracias oficiales —dijo Kono. —Supongo que nos recuerda ¿No Senador?


—Por supuesto, no entiendo es su ironía —replico este con una voz suave y muy lejos de la ironía que le había profesado Kono en sus primeras palabras. — ¿Para qué estoy aquí?

—Para hacérselo breve necesitamos que declare que el Agente Coughlin de Asuntos Internos trabajaba para usted y también estaba al tanto de sus planes para asesinar a Diane.

—En mi última sesión con el juez le di los nombres de quienes trabajaron conmigo —respondió Sean—, sino está ahí; es porque...

—Es porque no te convino nombrar a quienes eran más cercanos a ti Sean —interrumpió Diane—, yo vi la lista. Y no, no está Coughlin, solo Hart y un par de oficiales de bajo rango. Pero no lo mencionaste a él, a los Sargentos de la HPD que te ayudaron a escoltar el avión donde yo llegue a la isla, al oficial de Asuntos Internos que murió en el accidente que provocaron en el auto donde yo venía. Sin mencionar, que tampoco dijiste todas las amenazas y acosos que tenía Hart sobre mí Y Five-0. ¿Quieres que siga?

—Diane, sé que una disculpa no es suficiente para todo lo que hice —dice notablemente afligido—, pero esto lo cree yo solo, no puedo hundir a más gente.

—Oh, claro claro —suelta Diane con una risa irónica—, entiendo. Créeme es la primera vez en mi vida, que una las personas que ha querido asesinarme se arrepiente... Esto es gracioso pero del tipo raro. Ahora escucha, no tengo mucho tiempo, solo necesito tu declaración y listo; no es un favor. Yo solo les pido favores a las personas en las que confió, y por lo general uno no confía en la persona que estuvo a nada de asesinarte.

—Pero estas aquí ¿No? —dijo y Diane rodó sus ojos suspirando.

—Sean, te voy a dar la oportunidad de que, al salir por esta puerta, tu empieces hablar frente a las cámaras que trajo mi compañera. Y cuando ella obtenga lo que necesitamos, entonces tu saldrás de máxima seguridad y podrás tener de visita a tus hijas —y la cara de Sean de pronto cambio, su mirada se había hasta iluminado. —Así que te dejo con ella.

...

Cuartel General Five-0

Luego de obtener la declaración de Sean, Diane y Kono fueron con el juez que llevaba el caso, para plantearle esa nueva prueba en el caso de Sean, con ello tener con que acorralar a Coughlin y además poder cumplir con la parte del trato que le había prometido Diane a Sean.

—Oye, el juez me dijo que ya te habían planteado la posibilidad de que Sean saliese de máxima seguridad pero tú no quisiste —dice Kono quien junto a Diane entran al ascensor para ir a las oficinas del cuartel.

—Sí, pero yo seguía dolida por lo que había hecho, Joe y yo le salvamos el culo, en más de una ocasión cuando estábamos en la Marina; nada podrá compensar el hecho que nos que haya traicionado de esa manera. Así que hice que lo declararan como persona de máxima seguridad. Ya no me interesa lo que haga, solo que podamos al menos liberar a Chin y luego enfocarnos en traer a Danny.

—Gracias. —dijo Kono.

Al igual que Chin, Kono tenía una conversación pendiente con Diane, pues luego de que Steve supiera la verdad y que les hiciera ir a Juicio para declarar la inocencia de Diane en los cargos que Five-0 había pedido que se imputaran; siempre quiso pedirle disculpas formalmente, pero entre tantas cosas nunca había tenido la oportunidad de poder hablar con ella. Al igual que el resto, era imposible no notar que Diane, no era la persona que habían creído erróneamente, así como tampoco era imposible notar que a pesar de todo ella seguía ahí apoyando.

—Somos un equipo ¿no? —repuso Diane y abrió la puerta del Cuartel para que ambas pasaran.

Lo primero con lo que se topó Diane fue con Grover, Joe y Steve en la oficina de Chin junto a dos personas más y por sus caras nada de lo que ahí estaba pasando era bueno.

— ¿Qué está pasando aquí? —pregunto Diane a Grover y este solo le hace una seña para que mire que dentro y frente a frente estaban Steve y Coughlin claramente en una charla cero amistosa.

—...Dos... —dijo Steve quien al parecer estaba en un conteo, que hizo imaginar a Diane que era para que dejara la oficina.

Y el oficial que venía con Coughlin tomo el computador de Chin y de inmediato Steve se opuso lo que hizo entrar a Diane a la oficina.

—Yo tengo lo que necesito —dice Coughlin con bastante prepotencia—, vámonos.

El oficial además de la computadora, tomo otros documentos y Coughlin que vio entrar a Diane saco una hoja que estaba doblada en varias partes, así que supuso de qué se trataba

— ¿Puedo leerla para ustedes si así lo desean? —dijo mirando fijamente a Diane.

—Ok, entonces hagamos esto a mi manera —dijo Diane y sacó su arma y le apunto al oficial que tenía la computadora en mano—, ponga la computadora donde estaba.

De inmediato todos en la sala se alertaron, Coughlin inconscientemente dio un paso atrás, al igual que su oficial; de la misma manera, Grover y Kono que observaban desde afuera. Steve y Joe decidieron quedarse en su lugar e intentar entender que era lo que Diane estaba haciendo.

—Diane —susurro Grover aun impresionado y con su mano en su arma, preparado por si las cosas se salían de control.

—Diane por favor... —dijo esta vez Joe.

—Quiero creer que enloqueciste Brighton. Quiero creer que no estas realmente apuntándole a uno de mis hombres frente a mí —dice Coughlin.

— ¿Qué? ¿Quiere que lo pellizque? —Dice ella sin dejar de apuntar—. Usted siempre me decía que terminaría en la cárcel de algún u otro modo. Y la verdad es que esta vez iré y no por las razones por las que me trajo bajo amenaza a la isla, sino porque enserio si su oficial no pone el computador donde estaba le voy a disparar.

—Diane baja el arma —pidió de nuevo Joe.

—No voy a repetirlo —repitió ella.

—Ok, supongo que tendré que llamar a...

— ¿A quién? ¿A sus superiores? No creo que vayan a atenderle, están muy ocupados procesando la orden de aprehensión que acaba de emitir un juez en su contra —y Diane sin dejar de apuntarle al oficial estampo sobre el pecho de Coughlin la orden que les había dado el juez del caso de Sean.

— ¿De que estas hablando?

—Que se acabó tu juego Coughlin, así como acabo tu patético caso cuando Sean enloqueció y trato de matarme. Sean acaba de declarar en tu contra, así que no eres un oficial activo, pero podría darte la oportunidad de ser un oficial fugitivo, si el—señaló al oficial— deja todo como lo encontró y se largan de este sitio. Tú decides, tienes tres segundos...

Kono y Steve habían decidió no intervenir, Kono sabia porque y Steve ya podía suponer. Además que conocía a Diane de sobra, sabía que en cualquier momento todo lo que estaba sucediendo la harían reaccionar de esa manera.

Por su parte, Coughlin salió de la oficina y en efecto el oficial que le acompañaba devolvió todas las cosas a su lugar.

—Ella... Ella está loca ¿la viste?—le dijo Grover a Kono cuando todo el grupo empezaba a disiparse para ponerse a trabajar esta vez enfocados en Danny. Diane le dio una palmada en el hombro y se dispuso a buscar dentro lo que tenían para intentar traer de vuelta a Danny. — ¿Si notaron que ella le apunto a un oficial de Asuntos Internos, no?

—Al menos Danny no está aquí para presenciar eso. —Dijo Kono—le habría bajado la presión

Las horas pasaban y todo el equipo se encontraba leyendo y releyendo todo, una y otra vez hasta dar con alguna pista que pudiera decirles donde estaba la droga.

— ¿Qué hay del método Brighton? —pregunto Steve buscando soluciones.

—Suspendido desde lo del MK —replico Diane sin apartar la vista de su computador.

—Necesitamos a alguien del Comando Sur —sugirió Grover—, ustedes son militares, deberían conocer a alguien ¿no?

—No conocemos a todos los militares de este país Lou —contesto Diane—, y en lo particular, no conocí a nadie del comando Sur. Estoy tratando de contactar a Dan, el tal vez pueda ayudarme, pero no atiende su teléfono.

— ¡Oh vamos! Hemos estado toda la noche, en esto —dice Grover en una especie de queja—Hemos revisado todo esto tres veces. No hay nada en ninguna de estas cosas que nos diga dónde escondió Reyes tres toneladas de cocaína.

—Si la Policía Nacional no puede encontrarla en sus redadas, no hay manera de que hagamos esto desde 6.000 millas de distancia sin patear algunas puertas —Comenta Joe dejando un café para cada uno de los presentes.

—Sí, pero no podemos ir a ningún lado sin información relevante. Uno; nos podrían asesinar a todos y así no le servimos a Danny. Y Dos; el reloj está corriendo y nos quedan 39 horas para darle a Alexander lo que quiere.

Decía Diane cuando sonó un teléfono, enseguida Joe saco el suyo; se excusó y salió de la sala.

—Bien supongo que seguiremos en esto —dijo Grover y se volvió hacia sus carpetas y comenzó a revisar de nuevo.

— ¿Has sabido como esta Grace? —le pregunto Diane a Steve.

—Justo ahora voy a ir a verla. Debe estar esperando a Danny para que la lleve al colegio ¿Quieres venir?

—No, no... No tengo el valor para mirarla y decirle lo que está pasando. He estado pensando en ella desde el segundo que me dijeron que habían arrestado a Danny y... ni siquiera puedo imaginar todo lo que debe estar pensando Danny ahora.

—Lo imagino. No te preocupes, lo traeremos de vuelta. Sabes que lo haremos —le reconforto Steve—, yo iré con Grace y le explicaré todo. Te veo en un rato.

—Vale. Ten cuidado —le dijo ella y ambos sin quererlo se tomaron de la mano y se dieron un pequeño apretón, ambos a pesar de las circunstancias se necesitaban y tenerse el uno al otro justo en ese momento, hacia las cosas solo un poco más llevaderas.

Diane, junto a Grover y Kono seguían en el cuartel. Mientras ella intentaba comunicarse de nuevo con Dan y luego con McClain de la CIA, Joe seguía afuera hablando con su contacto. Luego de unos minutos donde Diane estuvo observándolo pues cada vez que mencionaba "contacto" sentía una extraña sensación, si bien la gente como Joe o ella solían tener secretos que implicaban su trabajo, por alguna extraña razón, Diane sentía que había una conexión entre ella y ese "contacto", era como una intuición, cosa que muy pocas veces se equivocaba.

—Tengo información —dijo al llegar a la mesa donde estaban Lou y Diane— ¿Vienen?

Joe se fue hasta la computadora principal y ahí conecto de nuevo su USB y comenzó a elegir algunas imágenes que se proyectaban en las pantallas LCD de enfrente.

—¿Eso es Colombia? —preguntó Diane.

—Así es —respondió Joe—, es una refinería de petróleo propiedad de un antiguo testaferro de Marcos Reyes. Alguien con quien creció y en quien confiaba plenamente.

—¿Se supone que ahí está la cocaína? —preguntó Lou.

—Diane, ¿dijiste que Reyes entregó el cuerpo del hermano de Danny en un tambor de petróleo?

—Así es —respondió ella

—Pues según mi contacto, la CIA no supo de Matty hasta después de su asesinato. Eso me hizo pensar... Reyes tuvo que haberlo retenido en un lugar que sus socios y el gobierno ni siquiera conocían.

—Lo que significa seguridad —dijo Kono.

—Guardias armados, 40 personas. —Replicó Joe.

—Es un país que básicamente es gobernado por la guerrilla ¿No podrían estar solo protegiendo esa refinería? —dice Diane.

—Negativo —responde Joe. —refinería ha estado fuera de servicio durante cinco años. Lo que lleva a la pregunta: ¿Por qué la seguridad en una instalación desaparecida? ¿Qué hay allí que valga la pena proteger?

—¿Qué tan confiable es tu contacto Joe? —preguntó Diane.

—110% —respondió este y Diane por más dudas que tuviera sintió un atisbo de esperanza.

—Bien, tenemos una oportunidad en esto. Si la información es buena, tenemos la oportunidad de traer a Danny a casa. Si no lo es, podríamos acabar todos en una prisión sudamericana —dijo Diane mirando a todo el equipo. Joe se veía confiado, pero Kono y Lou se notaban un poco preocupados, pero no con ganas de rendirse—. Llamaré a Steve para que nos pongamos en marcha, alisten lo que necesiten nos vemos en una hora.

Lou y Kono asintieron y dejaron la sala dejando solo a Joe y a Diane.

—Necesitaremos transporte para llegar hasta allá —dijo ella.

—No te preocupes, yo trabajare en ello —comento Joe.

—De acuerdo, iré por mis cosas mientras llamo a Steve.

—Bien, nos vemos en el Hickman a las 1300 —dijo Joe.

—Bien.

...

—Nunca me dijiste como nos iremos a Colombia —le dijo Steve a Diane mientras estacionaba en el estacionamiento de la base aérea de Hickman.

—Pues el solo me dijo que lo viera aquí —responde ella—, supongo que tendrá otra misión humanitaria en mente.

—Supongo... —dijo Steve—, nunca me dijiste porque tu y Alexander se odian tanto.

—Oh, bueno... Ya sabes que cuando estas en este medio hay veces en las que tienes que callar ciertas cosas —respondió Diane—. Alexander fue quien abrió un caso en mi contra por la muerte de Alex, Greg y Joey; pero no poque fuese mi culpa sino porque el sabia que yo había apoyado a Brown en su campaña, y además conocía varias cosas turbias que hacían este y el alcalde, quise desligarme de eso, pero cuando lo intente casi me asesinan (nada que no hayas visto antes) así que entre Brown, el alcalde y yo llegamos a un acuerdo de paz hasta que Valdés metió en su nómina a Alexander, ahí se volvió personal para mí, quise desenmascararlo pero no pude, así que se volvió una guerra entre ambos, hasta que deje Los Ángeles.

—¿Crees que Alexander haya hecho todo esto por ti también? —pregunto Steve.

—No, no creo. Fue algo mas bien positivamente circunstancial para él, lo que si es cierto es que las decisiones que tome de ahora en adelante, si las hará por mí. Siempre ha querido verme fuera de la policía; pero estoy segura que esto va ayudarme a cerrar este episodio de años. El que Alexander esté en este caso, significa que está detrás de todo lo malo de este caso, y eso lo voy a descubrí.

—Entiendo —dijo Steve. —Gracias por contarme.

—Te lo debía —dijo ella.

—Hay algo que no te he dicho, pero preferiría que te quedaras, si algo ocurre todos podemos ir a una cárcel en Colombia, y eso empeoraría tu situación antes del juicio.

—Créeme que entre mi carrera en la marina y Danny no me es difícil elegir. Además ¿Cómo crees que viviría todas estas horas o días esperando respuestas de ustedes? Yo he visto y vivido guerras, pero algo como esperar horas y días por respuestas, es algo a lo que estoy segurísima que no sobreviviría.

—Diane... —dijo este en tono reprimenda.

—Sabes que no podría.

—Lo se perfectamente, solo digo que deberías considerarlo.

—A ver McGarrett, sin mi allá, no durarían ni una hora —dijo ella un poco divertida.

—¿Oh sí? Pues supongo que el que Danny no este para gritarte que estas loca te esta dando un pase libre a la locura.

—¿Tu que crees? —dijo ella guiñándole un ojo y salió del auto.

Ahí estaba ella, su Diane. Los últimos días se habían sentido tan lejos y hasta solitarios sin ella, pero ese momento que, aunque era un poco gris los había vuelto a unir.

Joe y el resto del equipo habían tomado un vuelo militar para llegar a un a base en Colombia, de ahí en auto manejaron unas horas hasta Ortega un departamento de Colombia donde se encontraba la ayuda que Joe había conseguido.

—Pero si es Joe y sus mosqueteros de Hawaii —saludo un hombre de edad, quien pintorescamente (o al menos eso quería creer Diane) llevaba una bandana en la cabeza y estaba vestido con un aspecto bastante hippie. Camiseta sin mangas, jeans rotos, botines militares y gafas redondas de sol.

—Frank —saludo Joe con un apretón de manos.

—Pensé que me habían dejado plantados —dijo Frank.

—Ay no, otra vez mi vida pende de un hilo —dijo Diane al ver que de nuevo estaba frente a un helicóptero con aspecto de que al moverse las hélices se partiría en dos.

—¡Pero si es mi Wonder Woman! Que gusto volver a verte ¿traes contigo otro lanza misiles? —dijo entusiasmado Frank al ver a Diane.

—Siempre tengo uno en mi equipaje de mano Frank —respondió Diane

—¿Conoces a este tipo? —susurro Lou quien venia junto a Steve y Kono.

—Si, sus aviones de primera me llevaron a Corea para rescatar a McGarrett en una de sus tantas actuaciones como Superman —respondió Diane.

—¿Qué es esto Frank? —pregunto Steve.

—Dijiste que necesitabas transporte ¿no? —dijo Frank

—Creo que deberías revisar tu manía de rescatar este tipo de cosas —dice Kono.

—Querida, este es un perfecto dispositivo de aviación —respondió Frank.

—Uh, uh —niega Lou—, no lo creo. Esto parece mas una lavadora con hélices.

—A ver grandote, no estas pagando primera clase ¿Sí? De hecho, no estas pagando nada —contesta de nuevo Frank y Diane ríe por el comentario—, así que, si yo fuera tú, escogería los asientos dobles y tendría a la mano una bolsa, por si acaso.

Steve y Diane sin querer se miraron y rieron por las ocurrencias de Frank y su actitud para con Lou.

—Espera un segundo, este viejo hippie no me esta llamando gordo ¿o sí? —dijo Lou y Diane negó con la cabeza riendo.

—Lou Grover te presento a Frank Bama, el piloto con el que sin duda podrás viajar seguro —le dijo Joe y junto a Steve quien saludo a Frank con un apretón se fueron hasta el helicóptero para subir el equipaje.

Lou le dio la mano a Frank mirándolo de reojo, un poco dolido por su comentario sobre estar gordo.

—Tendremos que trabajar en la distribución de peso en el helicóptero contigo, pero nos las arreglaremos —dijo de nuevo Frank y fue el siguiente en irse del lugar.

—No te preocupes Lou, ya viajamos aquí y sobrevivimos. Lo haremos de nuevo —dijo Diane— ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Que se parta a la mitad o algo así?

Kono rio al ver la cara de pánico y junto a Diane quien también iba riendo, se encaminaron hasta donde estaban Steve y Joe.

Todos comenzaron a preparase para el despegue, pero antes tomaron y cargaron sus armas, al final de cuentas eran solo un avión sin identificación volando espacio aéreo colombiano, así que debían estar preparados para todo.

—¿Todo listo? —le preguntó Steve a Diane al verla solo parada de espaldas a la entrada del helicóptero.

—Si, si... es solo que...

—Diane, vamos a encontrar la manera de traerlo de vuelta ¿Sí? Estamos juntos en esto y eso es mas que una ventaja —Y Diane sintió en aquellas palabras tanta seguridad y confianza, que todos aquellos nervios que sentía pero que no decía se habían esfumado. Pero, sobre todo, en aquella mirada estaba la razón por la que tanto confiaba en él, y el en ella; aun estaban todos aquellos sentimientos.

—Gracias —le dijo ella.

—Hagamos esto —le dijo y extendió su mano para ayudarle a subir.

—Hagámoslo —respondió ella tomando su mano.

Espacio Aéreo Colombiano.

Llevaban al menos unos treinta minutos de vuelo, cuando Frank comenzó a decir que estaban pidiendo identificación de la nave, sin embargo, hacerlo, implicaría quedar al descubierto o peor, ser derribados y morir.

—¿A que distancia estamos? —le preguntó Steve a Frank, luego miro a Diane quien ya parecía tener una idea.

—A seis klicks —respondió Frank.

—Ignóralos —dijo Diane mirando a Steve, ambos estaban de acuerdo.

Al Frank cerrar el comunicador del avión, la nave que volaba contigua comenzó a dispararle al avión.

—Creo que no les gusto la respuesta —dijo Frank.

—A mí tampoco me gustó la suya —dijo Diane y enseguida se quitó sus audífonos y se posó en la puerta descubierta de la nave y comenzó a responder a los disparos, enseguida Steve se puso a lado, y con el Kono y Grover quienes estaban del lado contrario también disparando.

...

Al día siguiente 22:00horas...

—Lo tengo —dijo Diane chequeando la Tablet en su mano—, esta en 6ta con Kuahelani.

—Diane debiste decirme eso en la otra salida —dijo Steve dando un volantazo haciendo que el auto diera una vuelta tan rápida y fuerte que chillaron las llantas.

—Steve el GPS no estaba conectando ¿Ok? y ni lo rastreaba, te dije que esperaras —respondió ella a su tono de reprimenda.

—¿Cómo vamos a esperar? Necesitamos encontrarlo.

—Si, pero ¿Cómo carajos ibas a encontrarlo si no sabemos a donde va? ¿Qué lógica tiene eso Steve?

—Ok, no tienes que ser el reemplazo de Danny en estos momentos ¿sí?

—No, claro que tengo que serlo, por supuesto que tengo que serlo. Eres tan terco.

—Ok, yo soy terco y tu no sabes dar direcciones.

—¡No puedo dar una dirección que no conozco Steve! —replico Diane.

—Si no te extrañara te juro que ....

—¡Aguarda! ¡Ahí está! —dijo Diane quien había divisado la camioneta de Alexander.

Steve aceleró rebasando algunos carros hasta detener la camioneta de manera que obligara a Alexander a detenerse. Steve y Diane al mismo tiempo se quitaron el cinturón y salieron del auto, sin embargo, fue Diane quien quiso encarar a Alexander.

—¿Siempre es necesaria la entrada dramática? —espeto el hombre.

—No, pero encontré lo que buscas.

—¿Dónde está?

—Ya no existe.

—Diane no estoy para tus juegos ¿Dónde está?

—No es ningún juego, la encontramos y la destruimos.

—¿Te das cuenta que acabas de firmar la sentencia de muerte de tu amigo? —replico Alexander en un tono irónico.

—No, de hecho, tengo la tuya —y Steve le muestra el USB—. Cuando encontré tu droga encontré los libros de Marcos Reyes, y con eso quiero decir los libros de pago, y todo sobre la operación "Sandpiper" estaba pagando dinero a un montón de gente diferente... varios generales colombianos, políticos, funcionarios del gobierno... y un americano; tú. Esto nunca fue por justica, esto era por ti y lo que te debía Marcos Reyes.

—¿Seguro que quieres entrar en este juego Diane?

—¿Tu esta seguro que quieres jugar conmigo? Porque Marcos Reyes y un cartel colombiano es nada para mí. Escucha, yo destruiré todo eso —señaló el USB— y nadie sabrá de nada, si ya mismo pides el retorno del Detective Williams, borras todos los cargos y te retiras. Pero si no, enviaré esto al FBI y luego también se lo enviaré al cartel de Marcos y entonces ya serán dos grandes con los que te tendrás que enfrentar. Tienes 5 minutos para decidir porque la copia de todo esto esta mi cuartel, y una vez que lo libere no habrá vuelta atrás.

Y por primera vez desde aquel momento en la corte, Diane le había borrado la sonrisa sarcástica de la cara a Alexander; aunque lo sucedido había sido hace mucho tiempo, y ahora quien estaba en juego era Danny y no su reputación, se sentía como una victoria.

Alexander subió a su auto y dejo el lugar sin decir una palabra, Steve miro a Diane, pero en ella no había dudas, Alexander haría lo que había pedido.

—¿Cómo sabremos si Alexander hará lo que pediste? —pregunto Steve quien conducía de camino al cuartel.

—No lo se exactamente, pero si hay algo a lo que teme Alexander es a perder su trabajo, aunque ya lo perdió, estoy segura que al menos querrá conservar la credibilidad.

—Diane, te conozco ese USB no será destruido —y Diane le sonrió.

—Pues no mientras Danny este en Colombia, cuando ponga un pie en esta isla, no puedo cumplir eso, mientras es la única garantía que tiene, esa y mi palabra y el sabe que yo no miento.

Steve y Diane decidieron volver al cuartel pues Chin ya había sido liberado gracias a la confesión de Sean, así mismo se enteraron que Coughlin había sido destituido y había huido de la isla; a pesar de todo muchas de las cosas que atormentaban a Diane comenzaban a tomar su curso, incluso las de hacia muchos años, era extraña aquella sensación de libertad sobre todo justo en el momento en que su memoria había vuelto.

El resto de equipo junto a Joe fueron a descansar, pero Steve y Diane sabían que ellos no podrían hacer los mismo, Danny era un parte fundamental de la vida de ambos, a pesar de diferencia de años entre Steve y Diane, de amistad con Danny para los dos, Danny era su mejor amigo. Diane no sabía cómo había logrado ocupar aquel lugar pues creyó que ese siempre le correspondía a Joe (cosa que no había cambiado) pero sin duda, una vida sin Danny era algo que no quería si quiera imaginar.

Por lo que los dos pidieron comida y entre algunas charlas imaginando lo que Danny habría dicho de su viaje a Colombia habían pasado la madrugada, hasta que un rato después Diane se había quedado dormida en el sofá de su oficina y la de Steve y Steve que también se había quedado dormido sobre su escritorio por unos minutos, se levantó y vio a Diane, así que busco uno de sus suertes y lo coloco sobre ella. En ese momento recordó que sin querer le había dicho en el auto que la extrañaba y que afortunadamente ella no lo había escuchado, porque no sabia como decirle exactamente que la extrañaba, que solo había pasado una semana y aquel espacio que ella había pedido era demasiado, y que el tiempo que también pidió, parecía una eternidad.

Si quería decirle, pero no podía pedirle o siquiera decirle aquello; aquella guerra pasada entre ellos aún seguía dejando efectos. Steve sabia que haber conquistado a Diane en medio de su lapso de memoria era un riesgo, uno del cual no se arrepiente, pero del que tal vez debió considerar, porque ver a Diane cada día y fingir que los últimos meses no habían pasado no era algo que quisiera, o que se pudiera.

Aeropuerto Internacional de Honolulu, hangar privado.

—El avión acaba de aterrizar, puerta 22—les dijo Alexander quien venia con dos de sus hombres. A Diane—puedes revisar la base de datos del FBI, no hay cargos.

Ella solo le miro y al igual que el, en cada oportunidad que la veía solo le dio una sonrisa sarcástica, se dio la vuelta y se fue.

—¿Cómo sé que ella cumplirá su palabra? —le pregunto a Steve.

—No puedo decirte más que, te metiste con la persona equivocada. Y no hablo de ella, sino del Detective Williams, quien significa mucho para ella. Igual no es como que el FBI vaya a perder un gran activo —dijo Steve y también se dio la vuelta y siguió a Diane.

Apenas Danny bajo del avión Diane volvió a sentir tranquilidad, aunque el rostro de Danny estaba lleno de moretones y heridas, también podía verse tranquilo y hasta feliz de ver a Diane y a Steve, era la primera vez que les había extrañado tanto, tal vez era porqué en esta ocasión no eran ellos los que estaban en problemas, sino el.

Joe quien había llegado unos minutos después del arribo de Danny a la isla, los esperaba en el estacionamiento del aeropuerto, por lo que Steve y Danny decidieron irse juntos y Diane con Joe; cosa que no la hacia especialmente feliz pues no sabía si podía contener las ganas de decirle que ella iba tras de Doris y que no le importaba cuan bien la ocultara, ella la encontraría.

El camino afortunadamente estuvo en silencio, y lo aprecio muchísimo. Al llegar Danny bajaba de la camioneta de Steve y enseguida salió Grace corriendo de la casa abrazar a Danny. Eran esos momentos los que hacían que cualquier locura que Diane hiciera valiera la pena.

—Creo que ganamos algo aquí ¿No? —dijo Joe acercándose a Steve.

—Por estas cosas es que justifico mis acciones más descabelladas—dijo Diane.

—Ahora quiero que digas eso frente a Danny. Te reto —dijo Steve y Diane sonrió.

—Ok, tal vez no —dijo ella.

—Sabes me gustaría agradecerle a tu contacto Joe —dijo Steve y aquella frase ilumino los ojos de Diane, era como si Steve le hubiese leído la mente. —Esa información de la refinería debió ser muy arriesgada. ¿Quién es quien te debe algo tan grande como darte eso?

—No es quien me debe a mí, sino a ustedes —respondió.

—¿A mí? —dijo Diane.

—Fue tu madre Steve. —Y Diane soltó una risa amarga.

—Resulta que después de acabar con mi vida, ahora Doris McGarrett se siente en deuda conmigo.

—¿De que estas hablando Diane? —pregunto Steve consternado.

—Steve, te prometo que hablare contigo, pero no ahora. Iré a ver a acompañar a Danny.

Steve quiso con todas sus fuerzas detenerla y pedirle que le explicara todo de una vez, pero tanto habían cambiado las cosas entre ellos, que así de inmediato algo dentro de él se tranquilizó y supo que Diane le diría toda la verdad y lo que había detrás de esa frase a Joe.

Diane no podía ocultar lo furiosa que estaba, pero ese no era su momento era el de Danny, así que al pasar la puerta de su casa borro de inmediato lo que había dicho Joe.

—Diane —saludo Charly corriendo hacia ella. —Hola, lindura. Oye, lo digo enserio deja de crecer ¿ok?

El niño rio y se fue corriendo hacia su padre de vuelta.

—¿Quieres que pida comida o la prepaare? Aunque no soy buena en eso.

—No, esta bien. No tengo hambre ahora —dice Danny —Por cierto, gracias.

—Esta bien, ahora tendré algo que sacarte en cara —le dijo Diane divertida.

—Si, sé que lo harás.

—Danny —dijo ella y su tono cambio a uno muy serio— quiero que esta sea la última vez que tú haces algo como esto ¿De acuerdo? Tienes una familia, no puedes simplemente entregarte y salvarnos a Steve y a mí, solo porque sí.

—Diane, más allá de lo que hice, por ustedes, está el hecho de que he vivido por un tiempo con lo que hice ¿sí? Y de algún modo entregarme me hizo sentir que era lo correcto, que tenia que pagar por lo que hice.

—Esa es la estupidez con mas sentido que he oído —respondió Diane. —Pero sigue siendo una estupidez porque sabias que ni Steve, ni yo dejaríamos que eso pasara.

—Supongo que en el fondo eso creía. Además, aun no escucho un "Gracias Danny por salvarme de ir a la cárcel".

—Y no lo oirás, porque ya te dije que fue una estupidez. Pero si puedo decirte que te quiero mucho Danny, y si vuelves hacer algo como eso, no seré tan educada como ahora.

—¿Qué? ¿Vas apuntarme con tu arma?

—Pues si me obligas —dijo ella y ambos rieron.

En aquel momento Diane imagino que no era real, y que en algún universo alterno no había logrado traerlo de vuelta, así que para asegurase de que aquello no era un sueño se acerco a Danny y le abrazo. Y aunque aquellas demostraciones siempre tomaban por sorpresa a Danny, el también la abrazo, no podía negar que también pensaba que salir de aquel infierno podía ser producto de su imaginación.

***

Cuartel General Five-0

1 semana después...

El cuartel estaba algo solitario, era un lunes temprano y aun el resto del equipo no estaba en él, solo Steve quien estaba en su oficina con su computador abierto. Diane podía jurar que era el papeleo, pero todos sabían que su parte del papeleo la hacia Danny, así que podía estar en cualquier cosa.

—Hola —saludo Diane al entrar en a la oficina.

—¡Ey! No creí que vinieras tan temprano.

—Ni yo, pero vengo hablar contigo —dijo ella.

—¿Todo bien?

—Si, si... Solo venía a informarte que estaré fuera unas semanas. Mac dejo el laboratorio porque esta en un proyecto para recuperar ADN de las victimas del 9/11 y me invito a un evento y pues quería también ver a mi familia, así que estaré en New York por un par de días.

—Oh, claro no hay problema. ¿Danny lo sabe?

—No, ese será tu trabajo.

—¡¿Qué?! No Diane —y ella soltó una sonora carcajada.

—Si le digo va a pensar que me voy a quedar en New York y no será así, solo serán unos días, tal vez unas semanas. Tú puedes explicarle eso.

—Si, pero ahora que no estamos juntos pensará que te fuiste por mi culpa.

—¡Bah! Déjalo hacer drama. Igual no estoy yéndome por eso —dijo ella y un nudo se hizo en su estómago, pues posiblemente cuando vuelva y hable con Steve ciertamente ellos no volverán a estar juntos.

—Bueno, igual no es como que pueda huir de el —contestó Steve rodando sus ojos.

—Así es, pero aceptar a Danny es parte de aquella terapia ¿Lo recuerdas?

—Si, pero a veces no puedo evitar olvidarlo —y ambos rieron.

Steve se levanto de su silla y se detuvo frente a Diane y sin siquiera decirlo en palabras ambos se dieron un abrazo, no sabían si era porque ambos se extrañaban y ninguno lo decía, o porque ambos sin saberlo estaban despidiéndose.

—Cuídate ¿Sí?

—Tu igual —dijo Diane quien quería quedarse ahí, en ese momento por un largo tiempo. —Se que te debo una conversación, y cuando regrese nos sentaremos hablar.

—Necesito que hablemos de todo Diane, no solo de lo que le dijiste a Joe. No puedo hacer como que los últimos meses no existieron.

—No tienes que hacerlo. Porque a pesar de que mi vida se divide en dos, ninguna de las dos Diane que conociste realmente te ha odiado, solo fui forzada a fingirlo.

—Prometí que las cosas serian diferente, antes de que volviéramos y cuando estábamos en Pakistán, y lo mantengo; y quiero que tu también, sea cual sea tu decisión quiero todo lo que construimos en estos meses se mantenga entre tu y yo.

—Así lo haré.

¡¡¡Alohaaa!!! 🌺¿Cómo están? ✨👋🏻✨¡ESTOY TAN EMOCIONADA DE VOLVER!😻😻😻😻 Lo juro.

Como dije en el "comunicado"🤷🏻‍♀️ fui forzada a secuestrar a Diane y meterla en un cuarto oscuro de mi mente porque deba escribir otro personaje que nada tiene que ver con ella, son como el agua y el aceite, y para que Diane no la poseyera me tuve que olvidar de ella por meses. No tienen idea de lo mucho que me costo hacer eso, porque no importa cuantas historias tenga, Diane siempre será mi favorita y tenerla así ha sido de las cosas más difíciles que he hecho en todos estos años escribiéndola. Ni siquiera ese año entero que deje escribir me dolió tanto como esto.

Pero, en fin, este cap es solo una probadita de lo que se viene, y como les dije para año nuevo (quizás antes, todo depende de otras cosas) tendrán una enorme sorpresa que sé que van amar.

Por los momentos les dejo esto, que tenia desde que escribí el anterior capitulo, pero que no había terminado por lo que ya les dije.

Los amo mucho y no me canso de decirlo💕❣️

Como siempre...

Mahalo por leer💙

Con amor D.A Blaez🌺💙

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro