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Capitulo 21. O ka Pili'Ohana ka 'Oi


38 millas náuticas lejos de Oahu.

¿Lista? pregunto Steve.

— ¿Tú estás listo? —dijo ella y se lanzó al agua.

Diane y Steve decidieron que luego de ir a desayunar en Wailana como lo habían acordado hace un tiempo, que después de desayunar irían a un pequeño islote que estaba a unas millas de Ohau, no estarían tan lejos por si a ambos los llamaban del trabajo.

El sitio estaba lleno de corales y fauna marina, así que ambos pensaron en hacer esnorquel durante un buen rato estuvieron nadando y explorando el lugar, hasta que notaron que estaban demasiado lejos del bote, así que volvieron al lugar inicial.

—Eso fue... increíble —dijo Diane quitándose su máscara.

—Sí, este lugar es fantástico —Dijo Steve también quitándose su máscara— hay especies que jamás había visto.

—Lo sé, adoro que estén muy lejos de donde la gente los pueda pescar. Oye ¿quieres ir a explorar el lugar? Te mostrare algo —propuso Diane.

—Sí, claro. Iré a donde me digas... Solo que ¿Cómo sabes a dónde vas si jamás habías venido?

—Es un secreto —dijo ella y le guiño un ojo.

Diane y Steve subieron al bote y se cambiaron, navegaron hasta orilla y ancló el bote en el islote. Diane muy entusiasmada le mostraba y guiaba el camino Steve, este que desde hace algún tiempo disfruta de ver a Diane más allá de su faceta como policía no hace más que seguirle y con una gran sonrisa (sin el notarlo) seguirle y hasta bromear un poco con ella.

Un rato después Diane y Steve estaban en lo que parecía una pequeña cascada. La salida de agua no era tan alta, pero se veía increíble.

— ¿y qué tal? —dice ella sonriendo.

—Increíble que me hayas traído a un lugar que no conozco de esta isla ¿Cómo lo hiciste?

—Hace tiempo que tengo acceso a uno de los satélites que dan a la isla, he visto y recorrido sitios de este lugar solo a través de mi computadora —dice ella—, no lo sé... Creo que en el fondo me gusta este lugar y bueno, también quería conocer cada detalle de este sitio, detesto cuando mencionan algo y yo ni siquiera sé dónde estoy parada.

Steve no pudo evitar reír ante aquel comentario: —Ok, vale... Tienes un buen punto, ahora ven no me voy a quedar aquí a ver, voy a lanzarme al agua.

— ¡Pero no conmigo...! —dijo ella antes de que Steve se abraza a ella y juntos cayeran al agua.

—Ok, ahora mojaste toda mi ropa —dijo ella riendo.

—Lo siento, a veces hago cosas sin pensar.

—Si ya lo sé, es la razón por la que Danny... —Y aunque ella no lo vio venir y estaba desde hace algún tiempo esperando que aquello pasara, paso... Steve se había acercado a ella y sin previo aviso la había besado.

Aquel beso, que había sido completamente premeditado en la cabeza de Steve pero desprevenido en la Diane se sentía como la paz después de mucho, mucho tiempo en guerra.

Steve, estaba dejando de pensar tanto las cosas, y desde que le propuso a Diane que estuvieran más cerca con eso de ir a Wailana sentía que era momento de continuar, ya todo había pasado, ya la verdad estaba a la luz; ya no tenía sentido seguir ocultando lo que sentía por Diane, así que dejo que todo durante semanas fluyera.

Esas semanas donde Diane y Steve se sentaban hablar de muchas cosas, compartían algunas muy profundas y otras solo de cosas triviales; pero todo aquello se había juntado para que recuperaran primero su amistad, su confianza y por ultimo aquello que parecía haber sido fugaz entre ambos, pero las circunstancias nunca dejaron que Steve probara cuanto le importaba Diane.

—No creo que eso haya sido sin pensar —dijo Diane muy bajo pero aún muy cerca de sus labios.

—No, la verdad no... —respondió Steve y de nuevo ambos volvieron a besarse dejando que aquella tranquilidad que había a su alrededor, les envolviera.

Aquella atmosfera que contenía muchos sentimientos guardados, estuvo durante toda su salida, sin siquiera pensarlo, ambos iban tomados de la mano por el islote, y de regreso hacían bromas el uno al otro que permitía que ambos hicieran cualquier contacto físico que terminara en beso.

Pero aquel momento no solo iba a quedarse ahí, si algo había aprendido Steve durante todo este tiempo en que Diane estuvo y luego ya no, es que nada puede dejarse al aire, y aunque no tenga ni idea de cómo expresar lo que siente, intentara explicarlo, sabía que Diane entendería, pues ella era la única persona que Steve conocía que podía entender muchas cosas de él, incluso entre líneas, y hasta sin el saberlo.

—Bien... Hemos llegado —dice Steve al anclar el bote en el muelle.

—La pase genial de verdad... No puedo creer que en algún momento odie este lugar. Dios mío es precioso —dijo ella.

—Asegúrate de decir eso frente a Danny.

—Oh no,no... Aún sigue molesto conmigo porque hace semanas que la isla me parecía un lugar precioso, no quiero molestarlo más —dijo ella entre risa.

—Créeme hazlo, será divertido —dijo Steve esta vez acercándose a ella y tomando su mano: —Ven siéntate, hay algo que debo decirte.

—Oh... Vaya, ¿Qué será?

—Diane —dijo este y por un momento sentía que su cabeza iba a quedarse en blanco. Respiro y la miro, no podía dejar que eso pasara, no iba a dejar nunca más, nada que tenga que ver con ella al aire y a las suposiciones. —Sé que tú no recuerdas nada de lo que sucedió entre nosotros, con el equipo, nada de tu pasado; y aunque eso podría ser bueno pues te dio la oportunidad de vernos diferente, no quiero que pienses que lo tomo como una ventaja... Jamás pude disculparme contigo estando tu consciente, cuando tu vida pendía de un hilo en Pakistán fue que entendí que no debí dejar que nada de eso sucediera, y mucho menos haber pensado todo lo que pensé de ti. Lo lamento, y mucho... Desearía que todo fuese diferente, y sé que si así seria, nuestras vidas, serian algo distintas ahora. Es por eso, que te... ah... quiero decirte que... —y era justo en ese momento cuando Steve era Steve, a pesar de que pedir disculpas y mostrar sus sentimiento de arrepentimiento estaba siendo un poco más sencillo, decirle a Diane que la quería y quería seguir con ella no estaba siendo tan sencillo—, que... que quiero que sigamos con esto...

—Oye respira —dijo Diane con una pequeña sonrisa, en sus ojos podía verse cierta emoción, pues el sentimiento era completa y totalmente reciproco.

—Lo siento —dijo Steve y la verdad si dejo salir el aire que tenía un poco reprimido pues quería no parecer nervioso—, no dejare nada más al tiempo Diane, ya tuve suficiente como para entender que quiero, y esto es algo que quiero y espero que tú también lo quieras.

Diane sonrió ampliamente, no esperaba algo como eso... Para ella, todo este tiempo Steve era algo que no recordaba pero removía muchas fibras en ella, que no sabía porque pero su sola presencia le causaba seguridad como también felicidad. Sentía que aunque tenía muchas cosas en común, también tenían cosas diferentes que le complementaban, y justo esa era una de ellas. Diane no tenía miedo de expresar lo sentía, y mucho menos lo que pensaba, sin embargo todas aquellas historias sobre Steve creaban dudas tan grandes que durante este tiempo, aunque disfrutaba de estar con Steve también dudaba de lo que sentía. Hasta hoy, si él se abría expresarle lo que sentía, ella igual.

—Lo quiero —expreso ella con una sonrisa, y es que la verdad todo su cuerpo podía transmitir lo que sentía en ese momento. La Comandante Diane Brighton siempre tiene una expresión seria, sarcástica y hasta arrogante en el rostro la mayor parte del tiempo. Y es así como le conoce la mayoría en el exterior, pero quienes han visto a Diane, solo a Diane en su verdadero elemento, pueden ver que tiene una hermosa sonrisa y una dulce expresión en la que hasta sus ojos azules brillan, y esta era esa ocasión. —Hay muchas opiniones con respecto a ti y mí, y lo que sucedió antes de ir a Pakistán, pero en realidad ya no me importa. He pasado mi vida entera viviendo de dolores del pasado, mis padres, mi equipo, lo que tenía... Ya no quiero eso, quiero vivir el hoy. Y si eso te incluye, entonces también quiero eso que tú quieres que yo quiera —concluyo Diane riendo y sin poderlo evitar aquella respuesta de ella solo obtuvo como contestación un beso que sellaría aquellas palabras.

...

Días después...

—Aquí esta —dice Kamekonas colocando los platillos frente a Diane y Grover—, y ¡ey! Espero que recuerdes lo mucho que te gustaban mis platillos haole —le dice Kamekona a Diane.

—Kamekona, perdí la memoria y aun así sé que nunca me gustaron tus platillos. Pero probaré estos, Gracias —dijo Diane y Grover soltó una pequeña carcajada.

—Sabes, me agradas —respondió Kamekona—, pero no me agrada tu mal gusto y tu brutal honestidad.

—Lo siento Kame, tú también me agradas ¿Me traes una limonada bien fría por favor?

—Está bien —dijo este y se fue un poco disgustado como casi siempre cuando Diane le recordaba que no le gustaba su comida.

—No puedo creer que en verdad le digas esas cosas a Kamekona, ¿Cómo puedes? —pregunta Grover riendo y pinchando uno de los camarones de su platillo.

— ¿Qué tiene? No me agrada su comida, sin embargo hace muy buenas limonadas. Además, creo que entre miles soy la única, así que no le debe afectar mucho.

—Sin duda, podre haber cambiado de opinión sobre ti y Steve pero jamás dejare de pensar que eres realmente insoportable.

—Amigo, esa... Es mi principal esencia —dice Diane y hace a un lado su platillo cuando Kamekona trae su limonada— Gracias Kame.

—Por nada, si tienes problemas con esos dos platillos, mi primo Flippa saldrá en unos minutos de almuerzo.

—Oh, no tranquilo. Samantha ya llegara.

—Oh, ¿vendrá con nosotros? ¡Genial!

—Sí, Rene me pidió que hablara con ella y pues como también habíamos quedado tú y yo en almorzar, pues se unió ambas cosas, espero no te importe.

—oh, no no... tranquilo. No soy padre, pero sé que si se necesita de "la charla" —dice ella haciendo un ademan con sus dedos—, pues es serio.

—Créeme lo es —decía Grover cuando de pronto su celular comenzó a sonar—, es ella. ¡Hey! Hola cariño ¿Dónde estás?... ¿Qué quieres decir con que no podrás llegar al almuerzo?... ¿Qué pasa? ¿Todo está bien?... No estoy enojado cariño, de hecho me alegra y me siento orgulloso de que organices tus prioridades —dice Grover al teléfono, sin embargo unos segundos después pareció haber escuchado algo porque su cara cambio drásticamente. Diane lo noto, pero pensó en que no debía estar atenta a la conversión pues era algo padre e hija— Samantha ¿Dónde estás?... No me mientas... ¿Quién es ese?... Un amigo que... Disculpa ¿sabes a quien le estás hablando?... Déjame hablar con mi hija... Samantha, cariño, quiero que me escuches con mucha atención. El hombre con el que estás es un fugitivo muy peligroso —Dijo Grover al teléfono de nuevo, y cuando Diane decidió mirarle su cara era de pánico, así que le hizo una señal para saber que estaba ocurriendo pero sin que dejara de hablar por teléfono, pero este no le presto atención—...Ahora, él va a querer hacerte daño... Ahora, ahora sé que tienes miedo, pero necesito que seas fuerte. Te encontraré. Te prometo. Te encontraré —y de pronto se levanto de la mesa pero sin dejar de hablar por teléfono.

Diane también lo hizo y se fue detrás de Grover, pero este parecía tan disperso que ni pudo darse cuenta que Diane iba detrás de él.

—Lou, ¿Qué pasa? ¿Con quién hablabas? ¿Todo está bien?

—Ian... Ian tiene a Samantha —musito este.

—Lou ¿Quién es Ian?

Ciertamente Diane no recordaba que Ian Wrigth era un adolescente que habían intentado arrestar por no pagar unas multas pero que resultó ser un criminal de alto riesgo que secuestro un avión con 300 personas y luego escapo.

—No...No —decía Grover aun algo desorientado—, Diane vuelve al cuartel. Te mantendré al tanto.

—Oye, oye... No voy a ir a ningún lado, no sé quién es Ian pero no voy a dejarte solo y menos si Samantha esta riesgo. ¿Cuál es su última ubicación?

—La Academia Momi en Kahala —responde este.

—Ok, vayamos hasta allá.

Academia MOMI, Kahala.

—Su teléfono aún está aquí —dice Diane quien había rastreado el teléfono de Samantha.

Grover y Diane corrían por toda la academia tratando de buscar la señal que indicaba su teléfono, hasta que dieron con la biblioteca. Diane le indicaba a Grover de donde provenía la señal al tiempo que ambos revisaban el lugar con la esperanza de encontrar a Samantha.

Pero fue en vano, solo encontraron su bolso y su teléfono celular en él. Desesperado Grover tomo las cosas y se fue hasta su auto. Diane sabía que no debía seguirle, estaba en medio del shock así que dejo que se fuera, mientras ella seguía revisando el lugar.

Un rato después la camioneta de Grover seguía afuera, así que fue hasta ahí se encontró con que este estaba llorando desconsoladamente. Las puertas estaban abiertas, así que abrió y se sentó en el asiento del copiloto.

—Lou, escucha... vamos a encontrar a Samantha ¿De acuerdo? —decía ella pero Lou aun no le miraba— Lou, mírame... La vamos a encontrar.

—Se... se cuento contigo, pero no puedes intervenir Diane. Si intervienes, Ian lo sabrá y asesinara a Samantha.

—No tiene por qué saberlo Lou... Sé que no es el momento pero necesito saber quién es Ian y ¿Por qué sabría quién soy yo?

De pronto el teléfono de Grover comenzó a sonar, y en la pantalla salía reflejado "McGarrett" sin pensarlo colgó la llamada.

—De acuerdo, te explicaré pero necesito ir a casa por un par de cosas.

—Bien, ok... Lo haremos, pero no me pidas que te deje solo en esto de nuevo ¿De acuerdo? Por favor —este solo asintió y encendió el auto.

Durante el camino, Diane recibió varias llamadas del gobernador, y todas ellas las declino. Sabía que había un caso que atender, pero no iba a dejar a Lou solo en ese momento, como también sabía que si el gobernador no hablaba con ella lo haría con McGarrett pues juntos dirigían Five-0.

Al llegar a la casa de Lou quien les recibió fue Rene, está muy alegre se acercó a Lou y le dio un beso y un abrazo. Al igual que Diane le saludo.

—Que gusto tenerte en casa Diane.

—Gracias Rene, adoro venir. Estoy eh... estoy justo ahora trabajando en un caso y quería la ayuda de Lou así que por eso vine.

— ¡Qué bueno! ¿Te quedaras almorzar? —pregunto ella.

—No,no... me encantaría pero Lou y yo aún tenemos mucho trabajo.

—Ok, vale... Bueno te preparare café, no dejare que salgas de esta casa sin al menos haber tomado una buena taza de café —dice ella y se vuelve hacia Grover.

—Pues, bien... Acepto el café —dice Diane y en ese momento es ahora su teléfono el que suena y es McGarrett quien llama —Voy atender esto. Ya vuelvo.

Diane les dejo a Lou y Rene en la puerta de entrada mientras Diane se fue hacia el salón principal a atender a McGarrett era la cuarta vez que llamaba y si lo seguía dejando pasar este podría sospechar que algo no iba bien.

— ¡Ey hola! —respondió Diane.

—Hola ¿todo bien? Estuve llamándote.

—Sí, si... estaba en un lugar de la carretera que no tiene muy buena recepción. ¿Y tú como estas? ¿Cómo va tu roba bancos?

—Ya lo atrapamos, Danny está muy feliz pero lo hicimos.

—Oh, me imagino.

— ¿Seguro que estas bien?

—Sí, si... Solo estoy un poco agotada con esto de la corte y Sean.

—Te entiendo. El gobernador llamó, nos necesita ¿vendrás?

—No, no... no creo poder llagar, él también estuvo llamándome pero sabía que tu atenderías a su llamado así que por eso no me preocupe.

—Ok, entiendo... Cuídate por favor, llámame si me necesitas.

—Por supuesto que sí, igual tú. Tengan cuidado y no se metan en problemas ¿De acuerdo?

—Te lo prometo —dijo este y Diane soltó una risita,

—Vale. Bye.

—Bye.

Diane sentía que había hecho una buena actuación, aunque mentir nunca ha sido muy fuerte, al menos Steve parecía convencido. Lo que no esperaba es que justo frente a la casa de Grover la camioneta de Steve estaba estacionandose Diane que iba a buscar a Grover a su despacho, se devolvió y trato de esconderse en el baño principal de la casa. Solo esperaba que Rene no mencionara, que ella también estaba ahí.

Desde donde estaba Diane podía oír algunas de las cosas que le decía Steve a Grover, por lo que cuando este se despidió, Diane pudo salir de su escondite.

Al asegurarse que la camioneta de Steve ya no estuviera en el lugar se fue hasta la entrada, donde había estado antes de que Steve llamara y ahí se encontró a Grover hablando por teléfono, este de nuevo se le notaba muy nervioso, y de nuevo también olvido que Diane estaba ahí.

— ¿Era Ian? ¿Qué te dijo? —pregunto Diane.

—Quiere uniformes, credenciales y armamento de SWAT.

—Ok, vale ¿puedes hacer eso? ¿Puedes conseguirlo? Porque yo también pero me tomaría algo de tiempo.

—No, está bien... Lo hare.

—Ok, de acuerdo ¿Cómo puedo ayudarte?

...

Grover pudo hacer y cumplir con lo que Ian le había pedido y durante el trayecto hasta Kahana Bay pudo explicarle a Diane quien era Ian, Diane intentaba parecer tranquila, pero luego de saber la historia e incluso saber que hasta su Tío pudo haber muerto por culpa de ese mocoso (como ella lo llamaba) solo quería buscarlo, atraparlo y si podía ponerle una bala en la cabeza; pero debía mantenerse calmada. Ian aun no sabía que ella estaba con Grover y mucho menos que le estaba ayudando.

— ¿Dejaste tu teléfono? —pregunto Grover.

—Sí, lo deje en mi auto antes de ir al cuartel de SWAT ¿Por qué?

—McGarrett tiene una tarea que le puso el gobernador, así que podría necesitar tu ayuda.

—Sí, ya lo sabía. Hablo conmigo, estarán bien.

De nuevo el teléfono de Grover sonaba, y aquel sonido creaba una alta tensión, era inevitable pues Ian era imprescindible y la vida de Samantha seguía en juego.

—Tengo lo que me pediste Ian, ahora deja ir a Samantha... ¿De que estas hablando? —Y de pronto al lugar donde estaban Diane y Grover llegaba un auto gris y de él comenzaron a bajarse 6 hombres de este— ¿Qué sucede con eso?... ¿Y entonces?...

...

El equipo Five-0 cumplía con la misión que le había impuesto el Gobernador, ser los guardias de seguridad de cien millones de Dólares fantasmas, dinero de carteles de Drogas y de muchos actos ilícitos. Estos irían en avión hacia Washington donde según serian destruidos pues entre ello había hasta dinero falso.

— ¿Por qué Diane no está aquí hoy? —le pregunto Danny a Steve.

—Está en la corte con lo de Park —respondió Steve sin dejar de mirar el camino que conducía

—Mmm... Vaya, ahora te cuenta todo —dice Danny.

— ¿Celoso? —dijo Steve con humor.

—No, la verdad no. De hecho estoy preocupado y aprovecho para expresarte mi preocupación y también una advertencia.

—te quiero lejos muy lejos de Diane ¿De acuerdo? Muy lejos.

—Aguarda... ¿Qué? ¿Qué estás diciendo Danny? ¿Cómo que lejos? Somos compañeros de trabajo, no podemos estar lejos.

—No, no hablo de ese lejos... Hablo de que no se acerquen, no sean amigos. Solo sean profesionales.

— ¿Por qué no podríamos ser amigos?

—No los quiero juntos. Esa es la razón, esta paz que experimento justo ahora, la quiero para siempre, y ustedes dos no pueden estar juntos sin que haya conflictos así que lo mejor es que no se relacionen más que para trabajo.

—Danny, estoy trabajando mucho en mi relación con Diane, quiero su confianza de nuevo ¿de acuerdo? Y tú en vez de apoyarme solo me pides que me aleje de ella.

—Steve, tú y Diane son los mismos... nada que suceda entre ustedes va a funcionar, a menos que sea trabajo, entonces ahí si deben estar unidos, porque son brillantes. Algo brutos al actuar, pero brillantes. Solo eso.

—Ok, vale. Entiendo.

— ¿Qué significa eso, ah? ¿Estás molesto o algo así?

—No, no estoy molesto... para nada.

—Bien.

—Bien.

Y sin pensarlo en medio de aquellos momentos de felicidad que vivían Diane y Steve, se avecinaba otro problema. Danny, ¿Cómo iban a decirle que estaban intentándolo de nuevo sin que a este le invada su terrible manera de pensar que siempre terminara pasando lo peor? Esa, era una pregunta que debía sin duda discutir con Diane, apenas volvieran a verse.

...

Los hombres que había enviado Ian estaban vistiéndose y colocándose todo el arsenal para parecer un oficial de SWAT mientras Diane y Grover esperaban lo siguiente que debían hacer.

—Bien ¿y qué haremos con ella? —Dice uno de los hombres acercándose a Diane— No sabía que teníamos a Five-0 aquí.

Y de pronto el hombre saco su arma y le apunto a Diane: —No quiero testigos así que...

Pero antes de siquiera continuar, Diane tomo rápidamente su arma, tan rápido que pareció un celaje, lo desarmo y de un golpe con su codo en la cara del hombre lo derribo. Lo siguiente era que tenía a los otros cinco apuntándole directamente a ella.

— ¡Basta! —Grito Grover—, podemos dejarla ir. Ian no sabe de ella aún.

—Ya debe saberlo, tiene cámaras por todos lados —dice el hombre levantándose del piso y esta vez un celular sonó, pero no era el de Grover, sino el del mismo hombre que Diane había golpeado.

Este contesto y evidentemente era Ian, luego de una corta charla, el hombre le extendió el teléfono a Diane: —Vaya, que placer hablar con usted de nuevo Comandante Brighton.

— ¿Qué es lo que quieres ahora? Ya Grover cumplió con lo que pediste.

—Lo sé, solo quería informarte que si tú y tu equipo intervienen y detienen mi plan, la chica muere.

—Estoy haciendo junto a Grover todo lo que le pides Ian, no tiene por qué ser así. Entrégame a la niña y vete, no te detendré esta vez, ni siquiera lo intentaré.

—Lo haré luego de que roben 100 millones de dólares por mí. Sigan las instrucciones y volverán a ver a su chica —y colgó.

Grover y Diane subieron a la camioneta de SWAT, durante el trayecto Diane se colocó un chaleco antibalas y además los hombres de Ian le entregaron un arma sin cartucho y descargada. El hombre al que Diane había golpeado les explico como harían todo, y durante su relato Diane y Grover entendieron que los cien millones que robarían eran exactamente los mismos que Five-0 debía custodiar.

—Estamos llegando, atentos —dijo el hombre y Diane respiro profundo. No sabía que haría todo eso, esperaba que nadie del equipo saliera lastimado por eso.

La camioneta se detuvo, las puertas se abrieron y comenzaron a bajar, el primero fue Grover, detrás de él Diane y el resto de los hombres de Ian. Ya Five-0 estaba alrededor de la camioneta que traía el dinero, y estos estaban concentrados pero Steve diviso que Diane bajaba de la camioneta, este se quedó paralizado al verla y de pronto, los hombres de Ian comenzaron apuntarle a los Five-0.

— ¡Manos arriba! —Gritaban estos— ¡suelten las armas!

— ¡Ey! ¿Qué sucede? —gritaba Steve.

Varios hombres de Ian, desarmaron a otros oficiales, mientras Grover desarmaba a Steve y Diane a Chin a Kono, y el hombre al que Diane había golpeado desarmaba y apuntaba a Danny.

—No hay ninguna amenaza, solo es una distracción para llegar a ese camión —le dice Grover a Steve.

—Se acabó la hora del cuento. ¡Consigue sus armas! —dijo el hombre que dirigía toda la misión de Ian.

— ¿Qué estás haciendo? —le dijo Chin a Diane, mientras ella quitaba el arma de él y de Kono.

—Lo siento —respondió ella y miro a Grover.

—Lo siento Steve, tiene que ser de esta manera —dijo Grover y Diane le miro. Quería poder decirle toda la verdad, pero no era el momento. Sin embargo todo esto la llevo a pensar en que estaba dispuesta a disparar si alguno de los hombres de Ian se les ocurría arremeter contra Five-0 o contra Grover.

— ¡El dinero no está! ¿Dónde está el dinero? —grito el hombre.

— ¿De que estas hablando? —dijo Steve.

—De que estoy hablando, te lo diré —y tomo a Steve bruscamente por el chaleco y lo apuntado con su arma hasta la camioneta que se suponía que tenía el dinero. — ¡¿Dónde está el dinero?!

—No lo sé —respondido Steve.

—Entonces solo desapareció ¡ah! ¿Dónde está el dinero?

—Te lo repito, no lo sé —contesta de nuevo—. Sigues haciéndome la misma pregunta, es la misma respuesta: no lo sé. La última vez que lo vimos fue en este camión. Es la verdad. Ok, escucha, estuvimos informando a SWAT cuando ese dinero estaba siendo cargado en esa furgoneta.

— Novak tuvo mucho tiempo para hacer algo turbio. No lo sabríamos, ¿de acuerdo? —Interviene Danny.

—Mientes, ¡está mintiendo! —dice el hombre y de nuevo toma a Steve por el chaleco y esta vez le apunto a su garganta con su arma— te voy a dar tres segundos, para que me digas a donde fue ese dinero, uno... dos...

Pero antes de que pudiera llegar al tres, Grover tomo desprevenido a quien le apuntaba y lo desarmo, y disparándole al hombre que apuntaba a Steve inicio la oportunidad a que todos pudieran hacer lo mismo con quienes le apuntaban. Diane peleaba con dos de los hombres que apuntaban a Chin y a Kono, y a su vez estos ayudaban a Diane. Danny peleaba con quien lo tenía apuntado y Steve pudo neutralizar a quien dirigía la misión de Ian.

Todo parecía controlado, e incluso los otros oficiales de SWAT que no estaban la camioneta con Grover y Diane pero estaban las camionetas que custodiaban los Five-0 ya habían recuperado sus armas y empezaban a esposar a los hombres de Ian.

—Steve... Lo siento, ellos se llevaron a mi hija.

— ¿Quién tiene a tu hija? —dijo Kono algo molesta por lo que habían hecho Diane y Grover.

—Ian. Ian Wright se llevó a mi hija.

— ¿Es ese chico hacker que se escapó hace más de 6 meses? —pregunto Chin.

—Sí, el mismo —respondió Grover.

— ¿Estás seguro que es él? —pregunto esta vez Steve.

—Me envió esto desde el teléfono de mi hija ¡Y ese dinero es lo único que mantiene viva a mi hija! —grito este desesperado.

Y aquel sonido había vuelto, el teléfono de Grover estaba sonando. Pero esta vez Grover estaba muy asustado, el dinero se había ido e Ian iba a pedir respuestas.

—Contéstale Lou —dice Diane—Debes hacerlo.

—No puedo —dice este como si fuese a quebrarse justo ahí, enfrente de todos.

—Hazlo Lou.

—Hazlo ¿Quieres? Cómprate algo de tiempo con Ian mientras pensamos que vamos hacer —dijo Danny quien también parecía algo incómodo con toda la situación.

—Ian —contesto Grover al teléfono— no paso, nada... Tendré tu dinero como lo pediste... puede vernos —le dijo Grover a Steve—, Ok, escucha, tus hombres entraron en pánico y las cosas se salieron de control... ¡EL DINERO NO ESTA AQUÍ! ¡¿Cómo VOY A SABER DONDE ESTA ESE DINERO IAN?!N... ¡Estás viendo lo que yo veo, no hay dinero!

Lou había perdido el control, así que Steve resolvió tomar la llamada y hablar por él.

—Ian, deja ir a Samantha, si quieres un rehén ven y llévame a mí... Ian, escucha, el dinero se fue, se acabó.

Ian había colgado. Grover no sabía que más hacer, pero aún quedaba Five-0, ellos sabían cómo podían intentar recuperarlo.

—Ok, ¿Quién es Novak? Danny —pregunta Diane.

—Es el Agente del Departamento de Defensa, quien contacto al gobernador para custodiáramos el dinero.

—Ok, ¿Sabemos dónde ubicarlo?

—Acabo de llamar varias veces a Novak pero no responde —dice Chin.

—Ok, ya tenemos nuevo objetivo, encontramos a Novak, encontramos ese dinero. Andando —ordeno Diane.

...

Habitación del Hotel, del Agente Novak. Waikiki.

Diane derribo la puerta al apenas llegar, estaba en ese punto donde la paciencia solo es un delgado hilo, saber que había una pequeña secuestrada y que llevaban horas en un juego que parecía no tener fin la estaba desesperando.

— ¡Despejado! —informo Steve.

— ¡Despejado! —también dijo Danny.

—Ok, no hay nadie.

—Al parecer se fue sin decirle a la recepción —dice Chin.

Novak no estaba en el hotel, y en la habitación parecía que ni siquiera se hubiese hospedado alguien ahí.

—Kono ¿Qué tienes? —contesto Diane en su celular y lo coloco en alta voz.

—Novak alquilo una furgoneta hace dos días. Firmo el papeleo usando un antiguo alias que solía tener en sus días como Agente del Departamento de Defensa.

—Una furgoneta, eso es mucho espacio, tanto como para guardar dinero —dice Danny—Tanto como 100 millones de Dólares.

—Hay esperanzas —dice Kono—, la compañía que alquilo la furgoneta tiene un dispositivo antirrobos en el camión que estoy justo ahora activando.

—Ok, Kono. Gracias, te mantendré en la llamada. Andando hay que encontrar a Novak —dice Diane para los demás.

Desde el hotel al lugar que indicaba el dispositivo no había mucho camino, y menos si Diane que era la que manejaba la camioneta de Grover iba a la velocidad que iba. Por lo que en menos de 20 minutos ya estaban rodeando el estacionamiento donde se encontraba la furgoneta.

La camioneta estaba estacionada dentro de lo que parecía un gran garaje, enseguida Steve, Danny y Chin rodearon el lugar para mantener seguros a Grover y Diane. Diane que no podía esperar más se apresuró hasta la camioneta mientras Steve informaba a Kono que la habían encontrado, pero al abrir las puertas, toda aquella esperanza, se fue. No había nada, el dinero no estaba.

—No —dijo Grover con su voz entrecortada.

—Esto aún no termina —dijo Steve.

— ¿Qué no? ¿Ves algo de dinero ahí? ¡Porque yo no! ¡Y sin ese dinero, mi hija está casi muerta! —y de la rabia, desesperación y todo por lo que estuviese pasando Grover, se descargó en darle un gran portazo a la furgoneta.

Este salió del lugar con los hombros y la cabeza abajo, estaba completamente derrotado. Incluso Diane sentía un nudo en su garganta, no podía ser cierto, Samantha es solo una niña.

Danny se fue detrás de Grover, Chin salió del lugar para hablar con Kono y Diane que ya no podía contener lo que estaba sintiendo, se reclino y puso sus manos sobre sus rodillas y respiro profundo. Diane no era madre pero por alguna razón podía entender la desesperación por la que pasaba Grover.

—Ey, tranquila... La encontraremos —le dijo Steve que se agacho frente a ella.

Diane levanto su rostro y estaba colorada, no sabía si quería gritar o también llorar junto a Grover: —Puedo hacer algo, pero me tomaría mucho tiempo.

— ¿Qué estás pensando? —le dijo Steve mientras pasaba su mano por sus brazos como un gesto para intentar tranquilizarla.

—Puedo obtener ese dinero, pero me tomarías días... Y no tenemos días.

—Diane, encontraremos a Novak de acuerdo. Ahora vamos, no podemos quedarnos aquí.

Grover parecía haber desmoronado, pero Danny pudo darle de nuevo algunos motivos y hasta esperanza para poder traer de vuelta a Samantha, y por alguna razón, a pesar de las circunstancias y de ese juego macabro que había creado Ian el resto de los Five-0, así también lo creía.

Cuartel General Five-0.

Kono que ya tenía tiempo en el cuartel, había estado revisando las cámaras de seguridad de isla. Diane por su parte fue hablar con el supervisor de Novak y al mismo tiempo intentar mover sus hilos para saber a dónde y con quien pudiera haber ido Novak.

—He estado revisando todas las cámaras de seguridad, en especial el área donde encontramos la furgoneta de Novak —dice Kono tecleando en la computadora.

—Novak tuvo que haber movido esa cantidad de dinero a otro camión, veamos si podemos encontrarlo —comenta Chin.

—de acuerdo, los rebobinaremos —dice Kono.

—Debió tener ayuda —dice Grover.

—Acabo de hablar con el supervisor de Novak en el pentágono, no se ha reportado con ellos desde que aterrizo en la isla —le explica Diane al equipo.

—Está muy ocupado robando mucho dinero —dice Danny.

— ¿Cómo un burócrata solitario del Departamento de Defensa del continente mueve físicamente cien millones de dólares? —dice Chin.

—Debió tener ayuda —dice Grover.

—Congele sus cuentas bancarias y acabo de ponerle vigilancia a toda su familia —dice Diane y de pronto un oficial de seguridad del cuartel atraviesa la puerta.

—Lo siento Comandante, dijo que ustedes lo estaban esperando —dijo el oficial.

Y Detrás de él estaba nada más y nada menos que Ian, Todo el equipo se alertó y desenfundo su arma. Grover se abalanzó sobre él, lo tomo del cuello y comenzó a ahorcarlo.

— ¿Dónde diablos esta mi hija?

— ¿Me estas preguntando si está viva o dónde está? Porque sabes que no voy a decirte la última —y Grover apretó más su agarre.

— ¡Ey Grover! Escucha, te dejaría asfixiarlo, créeme —dijo Diane—, te dejaría pero si vino hasta aquí, Samantha está viva, y es la única ventaja que tiene. Déjalo.

Y Grover a pesar de todo escucho y lo soltó.

—Sigues siendo sexy e inteligente, por eso eres el jefe —le dijo Ian y Diane y esta le dio un fuerte golpe en el estómago que lo hizo caer. —Ok, todavía tienes un buen puño —pudo decir mientras intentaba recuperar el aire.

— ¡Levántate! —Le dijo Steve y lo ayudo a poner de pie— ¿Qué estás haciendo aquí?

— ¿A ustedes les gustan los Beatles? A mi si—dijo Ian y Diane de nuevo tuvo que respirar profundo y desviar aquel pensamiento de ahorcarlo con sus propias manos—. Mi papá me hacía escucharlos. Un poco primitivo para mi generación, pero tienen algunas buenas melodías. ¿Qué tiene eso que ver con... nada? Jhon, Paul, George, Ringo. Posiblemente la mejor banda de rock en la historia del rock and roll. Un poco como ustedes, ¿verdad? Son como los mejores policías del mundo. Los Five-0. Pero con los Beatles, estaba este tipo, el poder detrás del trono, Brian Epstein, quien, según todos los informes, fue el quinto Beatle. Eso es lo que soy hoy. Soy tu Brian Epstein.

Y esta vez fue Diane quien tomo a Ian por la camisa y lo empujo de nuevo hacia la pared de vidrio de una de las oficinas: —Mi paciencia esta un límite casi inexistente, así que será mejor que lo digas tenga sentido porque juro que te voy a poner una bala en la cabeza.

—Diane —le pidió Steve tomándola de sus antebrazos, poco a poco pero sin dejar de mirar a Ian lo soltó.

—Ok, ok... De acuerdo, se dónde está mi dinero —dice este.

— ¿Dónde? —pregunta Steve.

—La familia Makuakane lo tiene —responde Ian.

— ¿Cómo sabes eso? —pregunta Danny.

— Bueno, cuando me di cuenta de que Novak, los usó como distracción, busqué su nombre en una búsqueda clave y obtuve una serie de intercambios de correo electrónico encriptados entre él y los miembros de la familia Makuakane —contesta Ian y mira a Grover.

— ¿Quiénes son ellos? —pregunta este último.

—Un cártel local de Samoano dirigido por Inoke Makuakane. Pesado en el comercio de hielo. Todos en su tripulación obtienen sus alas en California, que es el equivalente al entrenamiento SEAL pero para pandilleros —responde Chin.

— Así debió sacar el dinero Novak de la isla, usando su infraestructura de contrabando —dice Steve.

—Sí, el problema es que estos tipos han estado en el radar por años, y nadie ha podido tocarlos —dice Kono.

—Es por eso que te sugiero que uses todo el poder mental colectivo en esta sala para resolverlo —dice Ian—. Porque el reloj corre...Ah, y por cierto, ya he bloqueado todas las cámaras de vigilancia de la zona, así que si intentas seguirme de otra forma, nunca encontrarás a tu hija.

Sin tener otra opción el equipo dejo ir a Ian. Diane estaba furiosa, pero no había tiempo para ponerse a pensar en cómo desollar a Ian, tenían que concentrarse en sacar el dinero un cartel muy peligroso que ya también pertenece a la pandilla de los Samoanos.

—Ok, estas son las imágenes que arrojo el último paso del satélite por la propiedad de los Makuakane. Hay muros de diez pies alrededor de todo un perímetro, guardias armados y circuito cerrado de televisión —explica Kono.

—Bien, ¿y cuantas personas hay ahí? —pregunta Danny.

—Unas cuantas familias, al menos —responde Kono.

— ¿Cómo entraremos ahí sin hacer tanto ruido? —pregunta Diane.

—No creo que sea posible —dice Kono.

—Y tampoco podemos obtener una orden sin una causa probable —dice Danny—. Además eso sacaría a la luz el secuestro lo que pone a Samantha en una mala situación.

—Sí, la verdad he tenido varios roces con esta familia antes, y si entramos a nuestro modo, se pondrá sangriento —comenta Chin también.

—Lo entiendo, es arriesgado —dice Grover reclinándose sobre la mesa de la computadora— Miren... ninguno de ustedes tiene que hacer esto. No es su problema, es mi problema, es mi hija. No tengo ninguna expectativa de nadie aquí. Y si tengo que hacerlo, simplemente entraré solo.

—Ok, dejemos esto en claro —dice Diane—, primero nadie me dice que hacer y que no, segundo estoy en esto desde hace horas, casi golpeo a mi propio equipo...

—Oh ibas a golpearnos —interrumpe Danny.

—Si tenía que hacerlo pues... —repone Diane— entonces, no me vas a decir que estas solo en esto ¿De acuerdo?

—Además ¿bromeas? —Dice Danny—, míralos. A este par le encanta la idea de situaciones de ese tipo, viven para eso.

El comentario de Danny y también la aclaración de Diane habían hecho reír al resto del equipo y por segundo alivianar la tensión.

—La única manera de hacer esto, es juntos —dice Steve y Grover que estaba más que seguro que quería decir que no, no lo hizo.

Complejo de la Familia Makuakane. Makaha.

—Listo, ya puedes ir —dijo Diane terminando de colocarle lo que suponía que era una facsímil de bomba alrededor del cuerpo de Grover—, ya lo sabes, no puedes actuar solo.

—Oye, Gracias por esto, de verdad —dijo Grover.

—Agradécenos cuando Samantha este contigo —dice Diane—Ahora ve, aquí estaremos respaldándote.

El plan era básicamente una locura, pero lo idearon Steve y Diane así que nadie estaba sorprendido. De hecho hasta Danny estaba dispuesto apoyarlos, incluso sabiendo que si venia de Steve y Diane las cosas se iban a salir de control.

Grover logro entrar al complejo de la familia, y a través de la amenaza de estallar la bomba estos confesaron que el dinero lo tenían ellos, incluso el Agente Novak estaba en el lugar, pero fue el quien le dio la entrada a Five-0 pues al verse descubierto este amenazo a Grover e iban según ellos asesinarlo. Pero desde las barreras que cubrían su complejo estaba estacionado y listos para disparar los Five-0.

Sin otro remedio, tanto Novak como los Makuakane dejaron que estos entraran y se llevaran el dinero. De inmediato Grover contacto a Ian y este le indico donde entregaría el dinero. El equipo tomo la camioneta y fue hasta donde Ian había pedido, hasta el Rancho Hikina en Waimanalo.

Diane por su parte intentaba calmarse, pues sabía que si veía a Ian iba a querer atacarlo, pero no podía, no hasta que Samantha estuviese a salvo.

—Es increíble que este tipo enserio se esté tardando —dice Danny.

—Jumm... debí dispararle cuando pude e ir a buscar a Samantha yo misma —dice Diane.

Y aquel sonido que por primera vez era el más esperado, llego. El teléfono de Grover sonó.

— Si. ¿Qué?... ¿Dilo de nuevo?... ¿Y estás seguro?... Si, lo tengo —dice Grover al teléfono y poco después cuelga— Samantha acaba de entrar en la comisaría de la HPD. Y dijo que Ian Wright está muerto —le dice Grover a los Five-0.

— ¿Ah? —dijo Diane algo confundida.

Cuartel General Five-0

Grover bajo desesperado de su auto y casi corriendo entro al cuartel. Al cruzar la puerta de las oficinas, al fondo estaba Samantha hablando con un oficial, pero al ver su padre enseguida corrió hacia él.

Grover parecía estar aun pensando que era irreal, pero al tener a Samantha en sus brazos y ver como ella lloraba aun aterrada, este también comenzó a llorar.

—Está bien cariño... te lo dije, papa siempre cumple sus promesas —le decía Grover a Samantha mientras aun la abrazaba—, tranquila... Ahora necesito que seas una niña grande y me digas ¿Qué le paso a Ian?

—Un hombre le disparo —dijo Samantha entre sollozos.

— ¿Qué hombre? —pregunto Grover.

—No lo sé —contesto Samantha.

— ¿Ese hombre te dijo algo? —pregunto Diane.

—Quería que le diera un mensaje a el —y señalo a Steve—, dijo que tu y el necesitaban hablar.

—Viene por ti —le dice Chin a Steve.

—Ok, entonces dejémoslo —replica este.

— ¿De quién están hablando? —pregunto Diane.

—De Wo Fat, escapo hasta mañana de la prisión a la que lo enviamos en Colorado.

—Ok, no entiendo nada —dice Diane—, pero ya tendremos tiempo para ello.

—Me están llamando de la oficina del Gobernador —dice Grover quien había atendido una llamada mientras Diane preguntaba a quien se refería Chin y Samantha.

—Ok, vale. Steve y yo iremos contigo —dice Diane.

—No Diane, no puedo permitir que hagas esto. Esto es sobre mí. Escucha, pase lo que pase te agradezco por haberme apoyado en esto, a todos ustedes —dice Grover.

—Te dije que no me dijeras que hacer, pero está bien... Lo respeto —dice Diane y le da un abrazo a Grover y a Samantha.

...

3 semanas Después...

Centro de Waikiki, Leonard's Bakery.

Diane llevaba un rato esperando a Kavner a quien llamo tal y como decía aquella nota que había descubierto en su oficina. Había tomado algunas semanas para que el pudiera viajar de Boston a Hawaii, pero sabía que debía hacerlo pues solo ellos dos y en persona debía hablar sobre ello.

— ¡Harry! —dijo Diane al verlo acercase a su mesa.

Enseguida se levantó y saludo a Kavner con un abrazo. Aquello era nuevo para ambos pues su relación jamás fue tan cordial, pero luego de Pakistán para Kavner Diane ya era más que una ex compañera del FBI o un grano en el culo como por lo general le decía, era de sus mejores amigas.

—Que gusto verte de nuevo Diane, jamás creí que de mi saldría algo así, pero luego de verte casi morir en Pakistán creo que seré más amable —dijo este y Diane soltó una pequeña carcajada.

—Pues Gracias por eso, supongo que lo merezco ¿no? No recuerdo ni como llegue hasta Pakistán solo para irte a rescatar, pero además de tu gratitud espero una medalla para mi uniforme.

—Te la dieran sino fueses un objetivo para el Departamento de Defensa y para el resto del mundo policial y militar —ironizo Kavner como usualmente lo hacía pero Diane se lo tomo con humor.

—Ok, eso no es un no para mí. La esperare —dijo ella.

—Espera sentada —replico este—, ahora si... Hablaremos de esto, quise muchas veces llamarte cuando estabas en NYC pero el congreso y el departamento defensa también había aceptado tu incapacidad para poder declarar, así que no vi razón para que estuvieses torturándote con algo que ni recuerdas.

— ¿Cómo es que la madre de Steve es quien esta detrás de todo esto Kavner?

—Doris McGarrett fingió su propia muerte, a su familia —explicaba Kavner—. Hace unos años, Steve se enteró, su alias fue renovado y sus misiones también. Pero llegaste tú, y estabas muy cerca de saber toda la verdad sobre ella, sobre el padre de Wo Fat, sobre el hecho de que ella crio a Wo Fat y se aterró tanto que decidió sacarte del juego, de todas las maneras posibles. Ella sabía que Steve no creería en ti, y que todo ello crearía un revuelo; pero además robo el MK, lo desencriptò en las primeras fases y se lo envió a Catherine, quien no me gustaría aceptarlo pero es parte de su juego macabro en un papel de desventaja.

— ¿Cómo sabes todo eso Kavner? —pregunto Diane.

—Antes de que Farooq me secuestrara y me llevara al medio oriente con él, hable con ella. Pude encontrarla en uno de sus escondites en Latinoamérica, precisamente en México, y la confronte. Quería que supiera que estaba descubierta y así como arruino mi vida y la tuya; yo lo haría con la de ella. Me encargue de enviarle todas las pruebas al congreso y al departamento de Defensa, desde entonces están deliberando.

— ¿Cómo voy a declarar en su contra si ni siquiera sé exactamente lo que hizo?

— ¿Cómo que no sabes Diane? Te estoy explicando con detalles y si estás pensando en cubrirla solo porque es la madre de McGarrett te advierto que es muy tarde, y si lo haces vas a ir a la cárcel.

—No quiero cubrirla Harry, pero tampoco quiero que la envíen a prisión por traición, abrió el MK.

—Ella sabía lo que estaba haciendo Diane, ella decidió que todos los que estaban en ese archivo corriéramos peligro, incluyendo a su propio hijo. Si a ella no le importo lo que tú y yo pasamos a mí tampoco. Así que piensa lo que harás, El congreso debe llamarnos en unas semanas, y debemos ir. Es momento de que todo esto acabe.

—Lo sé, te entiendo. Lamento mucho haberte puesto en riesgo Harry, de verdad.

—Tu no me debes una disculpa ya Diane, y tampoco quiero presionarte como lo hice la otra vez. Sé que estás enamorada de Steve, ya eso no puede ocultarse incluso cuando estuviste con aquella patraña de la boda con el médico. Pero esto es una elección sencilla, tu vida, tu libertad y tu carrera; o la de la persona culpable de tu estado actual.

— ¿Sabes si ya la detuvieron?

—Lo último que supe es que estaban en su búsqueda, ha estado corriendo de un lado a otro, incluso su hijo la está buscando.

—Ok.

—Diane, desde que paso lo Farooq he hecho las cosas diferentes, tu esfuerzo y lo testaruda que eres me regalo otra oportunidad, desde entonces valoro cada cosa de mi vida. Creí que al estar por millonésima vez entre la vida y la muerte tú también lo harías. No tienes que elegir Diane, ya todo está dicho... Lo único que deberías pensar es si este sitio y estas personas son las correctas para que estén en tu vida.

...

Campo de Golf Hualalai, Kihei.

—Al fin llego —dice Danny cuando ve a Diane bajarse de su auto—, siempre tarde, eh.

—Lo lamento, mi reunión tomo más de lo que pensaba —se excusó. — ¿Seguro que está aquí?

—Si aquí es a donde viene siempre —dice Steve.

—Ok, entonces andando —dice Diane.

Steve y ella habían tomado la decisión de incluir a Lou dentro de Five-0, horas después de que Grover dejara el cuartel, ya el equipo sabía que había sido destituido de su cargo en el SWAT. Grover era un gran activo, había estado toda su vida en la policía y además Five-0 y el ya eran una familia así que su inclusión era más que necesaria.

—Vaya manera de lucir esos pantalones cortos verde lima —dice Kono riendo.

—Ok ¿Ahora son la policía de la moda o qué? —replica Grover.

—Pues no, pero sin duda no deberías usar esos shorts —dice Diane.

—Tiene razón —dice Danny—, parece como si hubieses salido de una lata de maíz.

—Ja ja y ja —contesta Lou con una risa falsa.

—Bien ¿tienes tiempo? Necesitamos hablar —dice Steve.

—Pues tiempo tengo de sobra —responde Grover recostándose sobre su palo de Golf.

— ¿Cómo esta Samantha? —pregunta Kono.

—Pues ya sabes... tiene días con altibajos, se dio un tiempo libre de la escuela ya sabes... esta ahora muy cerca de nosotros, con su familia.

— ¿Y qué tal la jubilación forzosa? —pregunta Chin.

— Bueno, el gobernador dijo que mis acciones fueron un grave abuso de poder por parte de un oficial de la ley juramentado, y mi mal uso de los recursos del HPD no tenía precedentes.

—Básicamente lo que cualquiera habría hecho en tu lugar —dice Diane. — hiciste lo que tenías que hacer Lou y punto.

—Exacto, es lo que dije al Gobernador —expresó Lou.

—¿Y que sigue entonces? —pregunto Chin.

—Bueno, voy a fumar este cigarro y, um... No sé. Quizás juegue otros 18. —Contesta Lou y suspira—, otros 18. Escucha, me encanta el golf, ¿pero todos los días? soy policía He sido policía durante los últimos 30 años. No sé hacer nada más.

—Pues qué bueno que no tengas que hacerlo más —dice Diane sacando la placa que traía en el bolsillo trasero de su pantalón.

— ¿De que estas hablando? —Dice este y mira hacia la mano de Diane—, no... Vamos.

—Voy a ser cortes y voy a preguntarte, pero en realidad iba a presionarte para que aceptaras ser parte de nosotros ¿Quieres unirte a Five-0? —dice Diane.

—Vaya... Lo aprecio pero... De verdad desde el fondo de mi corazón, pero me despidieron, soy un policía deshonrado, nadie querrá verme con una placa.

—Créeme eso no será problema —dice Chin.

—Solo di que sí ¿Quieres? —dice Danny y el resto del equipo ríe ante su comentario— Diane es insoportable cuando le dicen que no.

—Lou no hacemos esto porque sintamos lastima, sería un honor tener a un oficial como tu en nuestro equipo, enserio —dice Steve.

—Ok, supongo que lo hare —dice Grover y toma la placa. Diane sonríe y mira como este se la coloca— ¿Qué tal me veo? ¿Me luce no?

—Oh si, la verdad si —dice Chin.

—Creo que lo mejor de esto es que ahora soy tu jefe —dice Diane y entre el abrazo que le da Grover, este rueda los ojos y el resto comienza a reír.

—Bueno, al menos podre decirte que eres insufrible todos los días. La insufrible de mi jefe.

—Bienvenido a la familia —dice esta vez Kono y acerca para darle un abrazo.

Para celebrar que Grover había entrado a Five-0 el equipo decidió ir a un bar a celebrar. Diane que aún tenía mucho que pensar decidió declinar aquella invitación deseándoles a todos que pasaran una gran noche.

—Oh vamos... ¿Contra quién voy hacer mis chistes? —dijo Grover.

—Aun tienes a McGarrett —contesta Diane riendo.

—Tienes razón —dice Grover y junto al resto del equipo suben a sus autos.

Steve quería acercarse a Diane y preguntarle si todo iba bien, pero tanto ella como el habían acordado no demostrar su cercanía mientras estuviese Danny, no hasta que pudieran explicarle que habían decidido estar juntos de nuevo. Así que este subió al auto junto a Danny y tocando el claxon se despidieron de Diane.

Diane no lo sabía pero no decirle a Steve lo que había descubierto, la ponía justamente en el punto donde todo se quebró con Steve. Para ella era un intento de protección, pero para Steve aquello pudiese ser de otra manera.

¡¡¡Alohaaaa de nuevo!!! ¿Cómo están? Los TKM, bye.

Como siempre...

Mahalo por leer :*

Con Amor D.A Blaez.

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