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Capítulo 14. He hoʻomanaʻo aneiʻoe?

El que Diane despertara suponía que alegraría a todos. Por su parte, Sam esperaba volver a ver su prometida, Dan a quien es como su hija, Danny a quien es una de sus mejores amigas, y Steve al menos poder disculparse con ella frente a frente y si tenía que continuar su camino sin ella, lo haría. Pero al menos ella estaría viva.

Pero nada de esto pasó; Diane no podía recordar más de los sucesos acontecidos una semana antes de la muerte de Greg y Joey, según su mente, ella ya tenía todo listo para atrapar a Valdés, pero no entendía, cómo había terminado en Hawaii si su investigación dejo de centrarse en ese lugar una vez que supo que Valdés solo mantenía ciertos negocios con los Yakuza, era todo.

Su mente intentaba recordar algo cada vez que despertaba pero no lo conseguía, en cambio anhelaba muchísimo ver pasar por la puerta a Alex, o a cualquiera de su equipo. Empezaba a temer que algo había salido mal y no querían decirle aún, pero aquel pensamiento era poco probable pues sus planes aún solo estaban en conversación con el Gobernador de Los Ángeles.

Por lo que ni Steve podría disculparse, ni Danny podía tener a su amiga, ni Sam podía volver con su prometida. Aquello había devastado su corazón, no podía creer que Diane tuviera que pasar por todo eso, y mucho menos tener que volver a pasar por heridas que ya habían cerrado.

Sam sabía que cuando le dijesen que Greg, Joey y Alex estaban muertos ella quería deshecha, pues su equipo era su familia.

Entre tanto, era la segunda mañana desde que Diane había despertado, su equipo médico había organizado una junta para establecer cuál era el estado de Diane y como iba a manejarse; en aquella reunión estarían David y un neurólogo junto a un psiquiatra especialista y los familiares de Diane; Sam por supuesto y Dan... Danny había oído sobre esto pero el solo apareció sin decir nada, sabía que pedir estar en esa reunión era una negativa rotunda, así que al querer saber sobre el estado de su amiga llegó antes a la reunión y solo tomo asiento, ya después habría tiempo para explicaciones.

...

Mientras todos estaban ocupados en aquella reunión, Steve aprovecho para escabullirse y ver a Diane; Sam y Dan estaban renuentes a que esté se acercará a ella, así que aprovecho que nadie de su equipo médico estarían y fue a ver a Diane.

Al entrar ella estaba dormida, y por alguna razón aquella imagen le removía todo, no quería verla de esa manera. Mientras caminaba por la habitación notó que está estaba llena de flores, se preguntaba quienes las habían enviado si Diane solía ser tan reservada para hacer amigos. Pero entre ellas había una tarjeta que decía "Hermanos Dobuois".

Decidió dejar lo de las flores y tomar asiento justo a su lado. Diane enseguida sintió su presencia y abrió sus ojos y comenzó a intentar levantarse.

—Oye, tranquila. Yo te ayudo –dijo Steve levantándose inmediatamente de su silla.

—Gracias –musito ella.

—Por nada –dijo Steve terminando de acomodar su almohada–, ¿Cómo te sientes?

—Confundida –respondió ella–, y ahora que te veo más. ¿Te conozco? O bueno... De hecho si, estabas ayer con el hombre rubio que se sorprendió cuando le dije que no sabía quién era.

—Sí, ese soy yo –y Steve sonrió un tanto melancólico–. Bien, supongo que haremos esto de nuevo, mi nombre es Steve McGarrett –y extiende su mano hacia ella y Diane sonríe un poco extrañada pero igual la toma.

—Diane Brighton –dice ella–, ¿A que debo su visita señor McGarrett?

—Bueno... Explicártelo es un poco difícil, pero puedo decirte que me alegra mucho verte al menos así.

—Entonces me conoces –dice ella, ya se notaba que él estaba esquivando el hecho de si la conocía o no– supongo que somos parte de algún cuerpo de seguridad ¿No?

— ¿Porque tendría que conocerte de ahí? –Inquiere Steve, sabiendo que Diane no perdería tiempo en tratar de saber la verdad.

—Pues traes una placa, en tu pantalón. Supongo que eso que no distingo es un arma; y la mayoría de mis amigos, o son parte del FBI o son Seals... Cosa que tampoco descarto de ti –expresa ella y McGarrett sonríe.

—Lo soy, soy Seals –Steve sabía que no podía ocultárselo por mucho tiempo.

—Ok, entonces si acabé aquí en Hawaii y no lo recuerdo, es porque trabajamos juntos ¿No? –darse por vencida no era una opción.

—No. Oh bueno... La verdad es que aún no tengo...

—Pero que demo... –Dice David al entrar y ver a Steve junto a Diane.

Steve enseguida se levantó y fue hasta David, necesitaba pedirle que no dijera nada y que le dejara estar con Diane. Así que lo halo por la muñeca y salió junto con el de la habitación de Diane dejándola a ella bastante confundida por la escena.

—Oye, sé que pedirles esto, no está siquiera a discusión, pero no voy hacerle daño por Dios. También fui a salvarle la vida –explicaba Steve– solo quiero verla y hablar con ella como todos ¿Crees que puedas mantener esto? Sé cómo hacer las cosas y lo haré siempre que ustedes no se den cuenta.

—Mira... Yo hago esto porque Sam es mi mejor amigo y no te quiere cerca de ella, y debería hacerle caso, pero ella no va a volver a ser la misma, si tú, que eres lo único más parecido a ella, no está a su lado. Así que lo dejaré pasar, pero si te descubren no puedo hacer nada por ti ¿De acuerdo?

Steve solo asintió con la cabeza y volvió a la habitación.

— ¿Todo bien? –pregunta Diane al verlo entrar.

—Sí, si... Solo hablaba con el algo sin importancia. Ahora sí, volvamos a ti. Si bien es cierto que no me recuerdas pues ¿Qué tal si nos conocemos de nuevo?

—O sea que no nos conocemos –dijo Diane con un poco de sarcasmo del gracioso.

—Pues, tú forma de ser sigue intacta así que... –dice Steve y Diane no pierde de nuevo la oportunidad.

—Entonces si me conoces, pero no quieres decirme.

—Ok, ok... Tú ganas, sí. Te conozco de acuerdo, pero es que no me corresponde a mí decírtelo como tal. Hay todo un protocolo con respecto a ti que...

—Está bien, pero ¿Cómo podría darte la oportunidad de conocernos de nuevo sin saber si eres de confiar?

—Tienes razón –dice Steve recordando que aquellas palabras eran las que pasaban por su mente cuando Diane volvió de NYC. No pudo evitar sentir culpa de nuevo –, entonces esperaré a que todo marche como se debe para poder conocernos de nuevo.

—Mmm... Entonces eres perseverante.

Y por alguna razón los dos soltaron una carcajada. Diane quería llevar al límite a Steve y el solo no podía creer que ella siguiera siendo la misma, pero tampoco podía creer que después de tanto y solo así ellos estuviesen teniendo esa conversación.

—Lo siento –dijo ella–. Joey dice que soy insoportable, así que... Me disculpo.

Y oír aquello le estrujó el corazón a Steve, ¿Cómo iban a decirle que sus amigos y su ex prometido estaban muertos sin que ella sufriera todo lo que sufrió?

—Tranquila –dice Steve–, si estuviese ahí también haría lo que me haces. ¿Porque ves tanto las flores?

—oh, no por nada –responde ella quien desde hacía un rato no paraba de ver todas las flores que habían en su habitación–, es solo que... ¿Pensaron que me iba a morir o algo así?

—No, no –responde Steve riendo–, supongo que es cortesía. ¿No te gustan?

—Oh no, de hecho... Me gustan mucho las flores, ya sabes... Cómo detalle romántico; Si le dices esto a alguien te cortó la lengua ¿De acuerdo? –Dice ella y Steve sonríe–, pero sí. Me parecen hermosas.

— ¿Cuáles trajiste tú? –pregunto ella.

—En mi defensa puedo decir, que hasta ahora me entero que te gustan las flores –dice Steve.

—Lo que quiere decir que me conoces hace un buen tiempo –suelta Diane y de nuevo los dos ríen. Por lo visto ella no iba a parar.

...

Del otro lado de la sala, se llevaba a cabo la junta. Danny que era uno de los primeros en estar en aquella mesa fue enseguida atacado por Dan que recién llegaba; éste no dudo en recordarle que ninguno de los Five-0 eran bienvenidos.

—Y estoy de acuerdo con usted –dice Danny– créame que sí, pero yo no estoy aquí por trabajo, estoy aquí por qué una de mis mejores amigas está en una cama y no recuerda quién soy y eso me preocupa. Así que si lo desea deje de una maldita vez su terrible discurso y se sienta para que todos podamos oír cómo ayudar a Diane ¿Quiere?

—Creo que el señor Williams tiene razón –Dice Jorge Vianne el psiquiatra.

—Bien, Diane se encuentra estable –explica David–, su presión se mantiene dentro de lo regular; y su organismo también. Luego de varios estudios notamos que Diane contiene en su sistema pequeñas cantidades de sustancias como Sarin y la Amatoxicina; las cuales son mortales. Con ayuda del Dr. Bradock pudimos enterarnos que a Diane se le disparó hace años con un arma biológica porque lo que su sistema cardíaco en estados críticos tiende a ser el más afectado, sin contar que es más complicado el cierre y cura total de algunas heridas.

Sin embargo, Diane posee una de los cuerpos más resistentes que haya visto en toda mi carrera, así que todo parece indicar que podría recuperarse muy pronto. Por lo que esta junta se hizo para explicar, por qué Diane padece de pérdida de memoria parcial.

—Es así –habla el neurólogo quien toma la palabra– los diversos estudios nos arrojan que Diane sufrió una contusión antes de recibir el disparo, sin embargo ella no perdió la consciencia como tal, lo que nos hace pensar que la inflamación en el lóbulo temporal izquierdo, fue producto de la pérdida de sangre, la falta de oxigenación y las toxinas que hay en su cuerpo. Por lo que su pérdida de memoria puede ser permanente o temporal.

—Es bastante obvio que alguien como Diane, que fue militar, sufra de estas condiciones, sin embargo como profesional puedo llegar a pensar que Diane tuvo ciertos episodios traumáticos después del tiempo en el que ella actualmente cree que está, por lo que su mente está suprimiendo esos recuerdos –explica esta vez el psiquiatra.

—Diane perdió a su equipo entero en una misión de la Unidad que ella dirigía –Dice Danny desconcertado.

—Como también su equipo la hizo pasar un infierno durante años –ataco Dan y Danny solo le ignoró.

—Todo eso, todo. Puede ser influyente, así que por los momentos yo creo conveniente que dejemos que su cerebro actúe solo, con la ayuda de los fármacos necesarios, pero dejemos ver si es temporal o es permanente.

—El Doctor Jorge tiene razón –interviene el neurólogo– y estamos todos de acuerdo con ello. Sé que todos quieren a Diane de vuelta, la de su tiempo, pero eso no será posible. A quienes ella no reconoce y están después de la línea de tiempo en la que ella está, es preferible que se mantenga distante, y quiénes están en su línea de tiempo, serán los encargados de hacerle entender su nuevo presente y su pasado de la forma más amable posible.

—Así que ya lo saben, tómenlo con calma y si pueden mantener las disputas que sean fuera del alcance de ella mucho mejor –dice el Doctor Viane.

Sam salió desconcertado de esa reunión, así que ni se quedó a conversar. David al verlo se fue tras el para consolarlo, sabía que todo ello estaba haciendo sentir muy mal.

Dan por alguna razón se acercó a Danny y civilizadamente comenzaron hablar sobre Diane. Dan sabía que Danny había sido el único que siempre estuvo al lado de Diane así que pensó que mientras él pueda ser de ayuda para hacer comprender a Diane sobre su nuevo presente mucho mejor.

...

Steve ya había dejado la habitación de Diane, sabía que la reunión estaría a punto de terminar, por lo que se despidió de Diane, prometiéndole que en la próxima le sería de más ayuda para responder sus preguntas.

La madrugada del día anterior, cuando nadie estaba a su lado Diane había despertado; por lo que intentaba recordar porque a través de su ventana se veía el inmenso océano pacífico y no la ciudad de Los Ángeles, si cuando ella se fue a dormir, estaba en L.A.

Se preguntaba quiénes eran los hombres que la habían ido a ver y parecían desconcertados por qué ella no les reconoció, sobretodo el rubio.

Pero más allá de eso, se preguntaba, si Alex, Greg y Joey estarían bien. Si ella estaba en un hospital era porque algo había pasado, y esperaba que no involucrara al equipo.

Es por ello que cuando despertó de nuevo y vio a ese hombre de ojos azules, alto y de piel bronceada a pesar de ser de tez clara; estaba junto a ella, no dudó, ni un segundo en al menos intentar que le dijera, quien era y porque estaba a su lado. Lamentablemente no consiguió nada, pero se preguntaba, ¿Porque había tanto misterio en cuanto a que le dijeran dónde estaba y porque estaba ahí?

Afortunadamente, esta vez a su habitación entraba Dan, una cara realmente conocida. Lo había visto el día anterior, pero al despertar y decir que no reconocía aquellos hombres le mantuvieron dormida de nuevo.

—Vaya, pero si estás despierta –Dice Dan muy animado al verla.

—Sí, estoy harta de dormir, y de estar aquí por supuesto –repone ella.

—Sí, esa es mi Diane. Al menos dime ¿Cómo te sientes? Eso es importante para que puedas irte.

—Bien, solo me duele la cabeza horrores, pero es algo común. No creo que necesite más exámenes por un simple dolor de cabeza.

—Diane –Dice Dan tomando asiento en la silla donde hacía unos minutos estaba Steve– tuviste días muy duros desde que llegaste aquí. No es tan sencillo como parece.

—Dígame que pasó –Soltó ella sin rodeos– quiero saber porque estoy aquí, pero sobretodo ¿Dónde están Greg, Joey y Alex? ¿Están bien? ¿Les pasó algo?

Y aquel momento tan difícil que le habían advertido a Dan, había llegado. Deseaba poder tener toda la entereza que tenía antes de que Diane se convirtiera en una hija para él, porque en ese entonces le habría dicho todo sin rodeos, y le habría dicho un par de palabras que habrían contenido cualquier momento de debilidad que pudiera tener ella; pero no podía, sabía que revivir en Diane, aquel momento, la quebraría, pero muchos más a él. No soportaba ahora, verla así, nunca de hecho, pero aquel amor paternal lo había hecho débil ante Diane.

Ella siempre fue la imagen de aquella hija que le quitaron, y de hecho era Diane pudiera ser el sueño de hijo que todo padre quería, pues había logrado tanto y hacer cosas tan grandiosas que cualquier padre estaría orgulloso de tener una hija como ella.

—Diane... Escucha, hace unas semanas no estabas en L.A, estabas en el borde rescatando a Kavner de un hombre llamado Hasan Farooq...

— ¿Hasan Farooq y Kavner? –Le interrumpió ella– pero si Farooq murió en el 2004 y Kavner ni siquiera es un militar.

—Escucha por favor –le pide Dan–. El rescate no salió como se suponía y saliste algo lastimada, es por ello que justo ahora tienes una pérdida de memoria que no sabemos si es permanente o temporal. Greg, Joey y Alex murieron hace más de 5 años Diane, y tu vida ahora, está en Hawaii no en L.A.

Y Diane por un momento quedó en blanco, ¿Era real lo que le estaba diciendo? Pensaba, porque eso era imposible, según ella y su actual estado, ella los había visto hacía unas horas antes de que despertara la primera vez.

—Esto no... –Respondió ella confundida– ¿De qué estás hablando Dan? Esto no puede ser real, es decir...

—Diane...

Y entonces Diane al mirar su rostro tan serio pero lleno de pena, supo que era real, además que empezaba a sentir un vacío en su pecho, como si ya lo hubiese vivido, que aquello que Dan le decía era real y entonces sin poderlo evitar ella simplemente comenzó a llorar desconsoladamente.

Aquello subió su ritmo cardíaco al punto de disparar los monitores, así que Sam junto a las enfermeras entraron en la habitación.

Y aquella imagen de Diane abrazada a Dan llorando, también quebró a Sam, supo que ella se había enterado del episodio que había marcado su vida.

Nada estaba mal físicamente con ella, solo que el corazón late más fuerte cuando lloras, y por eso se activaron los monitores, sin embargo dejarla llorar de aquella manera podría traer complicaciones para su recuperación, así que Sam decidió sedarla para que se tranquilizara.

Dan estuvo un rato a su lado y luego se marchó, era el turno de Sam de quedarse a su lado. Así que este aprovechó que ella estaba dormida para estar de nuevo con la mujer que amaba pero que justo ahora, ella no sabía quién era.

Era como estar jugando con el tiempo, estaba frente a la mujer que según su línea de realidad, no le conocería sino hasta años después y es que para ese entonces ni podría estar juntos pues Sam estaba completamente enamorado de otra chica, la cual fue tan importante como lo era Diane para él ahora.

—Diane... –le susurro Sam–, lo lamento tanto, ojalá pudiese hacer algo para evitarte todo esto. Para que todo lo que planeamos nos hubiese salido tal y como lo pensamos, que justo ahora estuviésemos casados y planeando como mudarnos a New York –ver a Diane viva era una alegría, pero tenerla verla así y saber que no podía hacer nada para estar a su lado, era mucho peor–, Te amo... –le dijo en un hilo de voz, ya no podía seguir siendo fuerte–. No tengo ni idea, de que hacer ahora que no me conoces, que seguramente ni estás enamorada de mí.

Sam había actuado todo lo fuerte que podía, pero si había algo para lo que no estaba preparado, era para entender que en la realidad de Diane, la actual; él, no existe.

Diane.

Durante los siguientes días no hacía sino tratar de recordar exactamente lo que Dan me había dicho. Luego de que me soltará a llorar —creo que es la primera, o tal vez no... (Ya no sé ni que creer). Que lloro de esa manera— y me sedaran todo se me hacía las complicado, en mi cabeza solo había como especie de huecos, en ella había algunos sucesos que no llegaba a comprender, incluso en uno de ellos salía Steve McGarrett y el rubio que se hace llamar Danny, era algo nítido y creo que era muy real, pero lo dudaba pues en esa especie de recuerdo fugaz ellos me interrogaban a mí.

¿Y sí había infringido la ley y había hecho cosas por vengar a mi equipo? Hay tantas cosas en mi cabeza sin sentido...Y tratar de recordar me generaba un dolor de cabeza insoportable, así que intentaba hacerlo por periodos corto de tiempo. Pero eso no me importaba, esperaba por el médico pues hoy sería mi alta del hospital y lo único que mi mente tenía claro es que debía volver a L.A, Luego de la charla entre Dan y yo, el no volvió a mencionar nada, y cuando le preguntaba me evadía.

Me pregunto ¿Porque ocultarlo, solo perdí la memoria no estoy estúpida? y sea como sea voy a conseguir las respuestas y estoy segura que ellos lo saben.

—Hola Diane ¿Todo listo? –había llegado uno de los doctores que por alguna razón siempre estuvo, por lo general los cambian pero a él lo vi siempre.

—Hola, si claro. Estoy ansiosa por irme de Aquí —lo estaba, estar en este lugar no me dejaba ni respirar bien. Quería salir pues lo que necesito está afuera, no aquí.

—Estoy seguro que si –dijo el Doctor, a quien podía percibir un tanto melancólico al verme. Me pregunto si mi caso habrá sido tan fuerte como para llegar a tomarme afecto y sentir el hecho de que me vaya–, voy a revisarte y firmare tu alta ¿De acuerdo?

— ¿Cómo me dijiste que te llamabas? –y aquella pregunta genero un leve suspiro en el, pude notarlo.

—Sam. Soy Sam Bradock, he estado aquí desde que te trajeron –respondió el doctor tomando mi brazo para tomarme la presión.

— ¿Crees que pueda recuperar mi memoria? –pregunte y él se quitó el estetoscopio de sus oídos, guardo el tensiómetro y de nuevo pude ver que también evitaba mirarme a los ojos.

—Sí, claro que sí. Espero que puedas hacerlo.

—Hay momentos donde no se si estoy en un recuerdo o es real, mi mente ve tantas cosas, y un montón de personas con caras borrosas que yo... –Y de pronto sentí que tal vez estaba hablando con alguien a quien seguro no le importa mucho lo que estoy diciendo–, lo siento, no quería que...

—Oye no, tranquila. Puedes decirme lo que quieras, estoy aquí para ayudarte –Me había equivocado. El sí parecía interesado, tanto que sentí que algo dentro de mí lo sentía cercano, o como si sus palabras hubiesen sido tan reconfortantes para mi antes, pero tal vez estoy volviéndome loca, porque todo el que ha estado a mi alrededor he intentado saber qué significa para mí.

El doctor firmo el documento y me informo que Dan pasaría por mí, pero eso no estaba en mis planes. Sabía que Dan no me permitiría volver a L.A así que hable con quienes están a cargo del avión privado de mi familia, y justo en una hora estarán en el aeropuerto de Hawaii así que no tenía que esperar, solo debía ser sigilosa y salir de ahí.

Tome lo que me habían dado como celular, una pequeña bolsa donde estaba un anillo que parecía ser un solitario, el cual aún no sabía si era realmente mío pero lo tome. Abrí la puerta lentamente para asegurarme que no había nadie detrás de ella, al ver todo despejado tome rápidamente el pasillo y de ahí, todo parecía estar a favor, pues cuando menos lo note ya estaba frente a la puerta de salida.

Cuartel General Five-0

El equipo se encontraba en sus labores diarias, como así de diarias y usual eran las peleas entre Danny y Steve.

—Te pedí que no lo hicieras, pero igual fuiste y saltaste desde ese edificio –reclamaba Danny.

—Era necesario ¿sí? De otra forma no lo...

—No me vengas con esas historias ibas hacerlo de todos modos –aquella reprimenda iba a seguir pero fue interrumpida por el sonido del celular de Danny–. Williams –contestó al teléfono haciendo una señal a Steve de que aquella conversación no había terminado–, Si... ¿Qué paso?... ¿Cómo que se fue? ¿Y dónde demonios estaba Bradock?... Ok, ok. Voy saliendo para allá ¿Todo bien? –pregunto Steve.

—Dan iba a pasar por Diane al hospital, pero cuando fue a buscarla ya no estaba.

— ¿Se escapó?

—Bueno, ya su alta estaba firmada, así que no. Solo no esperó por Dan. Yo iré por ella e intentare buscarla, tú quédate aquí con el equipo –dice Danny.

—Si claro, y cuando vuelvas te esperare aquí con café para Diane y té para ti ¿te parece? –Dijo Steve con todo el sarcasmo del mundo–. Eso no va a pasar, iré contigo a buscarla.

...

— ¡Ey, pero que demonios! –exclamo Danny, luego de que Steve diera un volantazo mientras veía su teléfono.

—Lo tengo Danny, ¿Recuerdas que había intervenido el teléfono de Diane? Pues nunca lo desactive, y tengo la señal de su teléfono celular, sé a dónde va.

—Ok, pero podrías intentar llevarnos y dejarnos a donde sea que vaya Diane en una pieza ¡Maldición! –Exclamo más fuerte Danny más fuerte–, llamare a Dan y le diré.

Aeropuerto Internacional de Honolulu. Sección Privada.

Diane.

—Lo que me pidió señorita Brighton –dice una hermosa azafata quien coloca frente a mí un vaso con agua y un pedazo de pizza–, abordaremos en unos minutos.

—Gracias –logre decir luego de ver que la pizza tenía pedazos pequeños de piña. Esto no podía ser real, yo jamás me mudaría a un lugar donde arruinan la pizza de tan asquerosa manera.

Cuando me mude a L.A fue un caos, y durante el resto de la vida —que ahora recuerdo— viví ahí y en el mundo en mis misiones, pero jamás me mudaría a un lugar tan exasperante como Hawaii, y si así lo hice "¿En qué demonios estaba pensando?".

La azafata había vuelto para decirme que todo estaba listo pero que podía abordar, tome mi celular, que era lo único que tenía y junto a ella me encamine hacia la puerta de abordaje. De pronto un fuerte ruido de personas corriendo me hizo voltear, y es que detrás de mí estaban el rubio y el hombre que había ido a visitarme llamado McGarrett.

— ¡Diane! No puedes abordar ese avión —dijo el rubio, el cual justo ahora no recuerdo cómo es que se llama.

— ¿Qué están haciendo ustedes aquí? — ¿Toda la gente en Hawaii es igual de rara que este par? No sabía qué hacer ni que pensar con el hecho de que estuvieran ambos aquí.

—Evitando que subas a ese avión todo empeore —respondió el rubio a quien aún no diviso. Su nombre debía ser el más tonto del mundo, porque de otra manera no entiendo como mi amnesia no puede recordarlo.

— ¿Por qué no habría de hacerlo? Ya estoy de alta, volveré a L.A —le explique pero entonces McGarrett se acerca hasta donde estoy y me toma de los hombros.

—Escucha, muchas de las cosas que crees que vas a encontrar en L.A no están, ya no existen. Ir allá es abrir viejas heridas que sé que no recuerdas, pero lo harás y no será bueno. Por favor, quédate —me pidió y sus ojos azules al hacer contacto con los míos trajeron a mi mente una imagen borrosa en una playa, pero no pude distinguir si era el quien estaba junto a mí en esa imagen, esta se hizo tan intensa, que mi vista se hizo borrosa de pronto y un enorme dolor de cabeza se desato en mí, tan fuerte que agache mi cabeza mí me tome fuerte de sus brazos temiendo desmayarme.

—Diane... ¿Estas bien? —pregunta preocupado el rubio que también se acerca a mi previendo que fuera a desmayarme.

—Estoy... Estoy bien —Y de pronto mí vista volvía a su normalidad pero el dolor de cabeza no se iba—. Oigan, agradezco que hayan venido, pero... Yo no puedo quedarme, ni siquiera les conozco realmente, debo volver. Por más que digan que conocen mi historia y quien soy, yo simplemente no puedo confiarme.

—Está bien —dice McGarrett y me conduce hasta la puerta junto a el—, sé que no podremos impedir que te vayas, pero al menos no te dejare ir sola. Yo iré contigo.

— ¿Qué? —dijimos Danny y yo al mismo tiempo.

—Sí, sé que va a parecer loco, y se no confías en mí, pero no voy dejar que viajes sola y menos si acabas de salir de un hospital ¿De acuerdo? —concluye y se da la vuelta hasta la puerta de abordaje y desde ahí se dispone a esperar por mí, que aún no tengo ni idea que hacer, pero que algo muy dentro de mí me dice que confié, que todo estará bien con él.

—No lo era lo que esperaba, pero está bien —dice Danny—, ve con él. Yo les avisare a todos que estarás bien.

Aun bastante confundida decidí ir con McGarrett, pero antes de irme el rubio me aborda y me da un abrazo, no sabía exactamente qué hacer, pero como si leyera mi mente me dijo aun en medio del abrazo "Mi nombre es Danny sé que intentas recordarlo". No sé porque pero ese abrazo se sintió bien, y era exactamente ese tipo de cosas las que me exasperan, porque ¿Por qué un hombre al que no conozco me hace sentir así? Y luego está otro que me hace sentir que le conozco de toda una vida, todo esto parece una pesadilla de la que mi mente no quiere despertarse.

Los Ángeles, California.

Una vez en el aeropuerto por fin me sentí como en casa, era como si hubiese salido de viaje a alguna de mis misiones o viajes inesperados, pero esperaba con todas mis ansias volver. Volver a mi oficina, a mi casa, a ver a Alex y al día siguiente ver a Greg y Joey y contarle alguna anécdota de ese viaje... eso sentía, esperaba por alguna tonta razón que siguiese siendo así. Anhelaba llegar a al Cuartel de la SRU y seguir con mi vida. Y decirle a McGarrett que ya podía volver a Hawaii, que ya estaba en casa y con mi familia.

Mi mente que conocía el camino de memoria, me había traído sin ningún contratiempo, y justo ahora antes de tomar una bocanada de aire pues moría de los nervios, estaba frente al cuartel que yo misma cree, que levante, que mantuve y que es mi mayor logro.

Steve solo me miraba y pareciera tener que decirme algo, pero simplemente no lo hacía, lo sabía pero yo solo iba muy decidida hacia el lobby y esperando encontrar lo que buscaba. Al llegar a este una mujer que estaba de espaldas a su escritorio hablaba por teléfono por lo que era un poco difícil distinguirla, no era Winnie; ella usaba trenzas, esta chica también, pero no era Winnie.

—Bienvenida ¿En qué puedo ayudarla?

—Diane Brighton, voy hacia el cuartel general —especifico temiendo que ella no sepa quién soy. Pero su rostro cambio al oír mi nombre y de pronto volteo hacia su derecha. Instintivamente yo también lo hice y me encontré con una foto a casi dos veces más que una escala real, de mí.

Era yo con mi uniforme de la SRU. Esa foto fue tomada hace meses(O bueno en mi mente así era), pues el gobernador quería hacer alarde de mi equipo, así que hicimos una sesión de fotos bastante divertida, y a decir verdad, me agrada mucho el resultado; lo que no me agrada es tener que verla en ese tamaño y que sea lo primero que se ve, me da un poco de vergüenza.

Steve también miro la foto y me sonrió.

—Al parecer siguen sin escucharme —dije y la chica aun no salía de su asombro—, pedí que no colocaran esa foto, y menos en ese tamaño. Qué vergüenza.

—Es realmente un honor conocerla —dijo la chica y se levantó para extender su mano y presentarse—, soy Amy, yo... yo... ah... Dios, lo siento. Es que admiro la SRU, a usted, la historia de este sitio. Me inspiro a convertirme en SWAT... Bueno en realidad espero los resultados, aplique para ser parte del equipo.

—Oh, vaya... felicidades pero no creo que... —y recapacite, tal vez no deba decir eso. Tal vez...—, felicidades por ti. Espero te vaya muy bien. ¿Puedo pasar ahora? Es decir, este es mi edificio así que...

Y sin decir más, solo deje a la chica ahí quien asentía frenéticamente mientras hablaba y me seguía con la mirada, hasta que tome el ascensor y me encamine hacia mi oficina. Steve aún seguía detrás de mí sin decir nada, y por un momento mientras estábamos en el ascensor, quiso decirme algo pero luego se retractó, pude verlo por el reflejo de los botones, pues su plateado era tan intenso que simulaba un espejo.

Cuando las puertas se abrieron sentí que mi estómago se contrajo y mi corazón se aceleró, estaba aquí; pero al salir y darle un vistazo a todo el lugar algo me apuñalo. Y era la realidad; frente a mi estaba otra foto como del tamaño de la mía en el lobby donde estaban Alex, Greg, Joey y yo, y esta tenia superpuestas las palabras "En memoria" sentí que un enorme nudo en mi garganta se hacía.

Mire hacia las oficinas las cuales era de cristal con persianas y ahí estaba un grupo de hombres vistiendo igual que nosotros, pero no eran ellos.

Sin más me di la vuelta y volví al ascensor, en un segundo este se cerró y dejo a Steve afuera que iba tras de mí. Al abrirse de nuevo, frente a mi está el lobby, y de pronto note otras fotos que no vi al momento y en todas estábamos los cuatros, me quede ahí observando y de pronto a mi cabeza vino una imagen de Alex y a su lado esta Miguel Valdés, de nuevo el dolor de cabeza y al mismo tiempo las inmensas ganas de llorar, no era posible... No ellos.

Salí corriendo de ahí y entre a mi auto el cual había estacionado enfrente. Al entrar solo tome las llaves e intente encenderlo, pero mis manos temblaban, todo parecía estarme asfixiando, jamás me había sentido así.

De pronto la puerta del copiloto se abrió y vi a Steve entrar. Este me pidió las llaves para el conducir, según él no podía hacerlo en ese estado. Sin mirarlo siquiera introduje las llaves y encendí el auto.

De nuevo deje que mis pensamientos me dijeran sin saber cómo, hacia donde conducir, y de pronto me halle frente al Cementerio Nacional de Riverside, sabía que ya había estado aquí, porque sentía ese vacío en el pecho que sentí cuando Dan me dijo que ellos habían muerto.

¿Por qué no pude creerle a Dan? Él nunca me mentiría, pero ¿Por qué me siento tan perdida? ¿Por qué siento que ya lo había perdido todo y que esto es solo una confirmación de que a pesar de los años que según pasaron sigo sin tener nada?

Le pedí a Steve que me dejara hacerlo sola y este accedió a quedarse en el auto, así que camine. Así como llegue al cementerio sabía que llegaría a sus tumbas. Después de caminar y que el viento del cielo nublado callara mis pensamientos y que las pequeñas gotas de lluvia cubrieran las lágrimas que seguían saliendo encontré sus tumbas. Estaban los tres ahí.

Al mirar las fechas inscritas en la lápida, estas, eran exactas. Hacía más de cuatro de años que ellos habían muerto. Y lo peor es que ni siquiera recuerdo como, si pude hacer algo por ellos, ¿Por qué fui la única que sobrevivió? Entonces ya no pude más, y al igual que la lluvia, que arreciaba, así mismo era mi llanto.

Me dolía tanto el alma, que ni estar dormida por un año entero podría curarlo, Greg, Alex y Joey era la familia que deje de tener siendo muy pequeña, los hermanos que no pude tener porque mis padres murieron cuando solo tenía 11... el amor, Alex había sido la primera persona de la que me había realmente enamorado, y ahí estaba, lo había perdido.

Olvide cuanto tiempo había pasado y que la lluvia me había empapado, estaba arrodillada frente a la tumba de Alex y el barro había cubierto mi pantalón y mi ropa. De pronto sentí un par de manos en mis hombros, pero no quise abrir mis ojos, solo estaba ahí, dejando que el dolor saliera, estas manos bajaron hasta mi cintura y pude sentir que sus brazos me envolvían.

—No —fue lo único que pude decir.

—Vamos Diane, ya tuviste suficiente por hoy. No estás sola ¿De acuerdo? Y no voy a dejar que te quedes aquí.

...

No sé por qué pero mi mente parecía haberse ido, o seguir en shock porque no recuerdo como llegue al hotel en el que estábamos entrando.

—Bienvenidos Señores Bradock, afortunadamente esperamos por ustedes. No nos avisaron de su contratiempo.

— ¿Qué? —fue lo que dije apenas pude distinguir lo que el botones nos decía— ¿Señores Bradock?

—Ella es Diane Brighton y yo no soy Sam Bradock... Solo denos la habitación que ella había reservado ¿Si? —dijo Steve que se notaba realmente incómodo.

El botones no dijo nada más, así que solo entrego las llaves de la habitación y nos condujo hasta ella sin mencionar absolutamente nada. ¿Por qué había mencionado el apellido del médico que me atendió? Pero sobretodo ¿porque dijo "Señores Bradock"?

...

Supongo que cuando estas en shock o bajo mucho dolor, son pocas las cosas que mi cerebro o el cerebro puede coordinar. Cuando desperté, no recordaba cómo había llegado ahí y mucho menos que Steve se había quedado a mi lado a dormir.

Pero, si hay algo que si pude recordar era porque había venido, y de nuevo ese vacío en pecho. ¿Cómo es que yo ya había vivido esto y pude seguir como si nada? ¿Por qué justo ahora no encuentro la misma fortaleza que tuve hace años para seguir con mi vida? A tal punto, que encontré alguien con quien me iba a casar —Pues sí, encontré en el baño toallas con mi nombre y el del Doctor que me atendió en el hospital, inscritas en ellas. Y además había tarjetas de felicitaciones para casados. Supongo que esta era nuestra luna miel—, si yo creí que jamás amaría a nadie como amaba a Alex. Tal vez si tenía una razón para continuar, la había encontrado y la había hecho realidad y supongo que fue encontrar a Valdés, si tan solo pudiera recordar que sucedió, estoy segura que eso me daría un poco de tranquilidad justo ahora, y al menos aclararía mis pensamientos.

Eran las 8:30am, todavía tenía el resto del día por delante. Lo primero era convencer a Steve de que volviese a Hawaii, ya no tenía nada que hacer aquí, yo iba a quedarme en L.A; no volvería a Hawaii, porque ahí no hay nada que tenga que ver conmigo, así que antes de que despertara me encargue de que le buscaran ropa, comida y aliste el avión para llevarlo de regreso. Mientras yo iría a visitar a alguien que podría responder algunas de mis preguntas, pero sobretodo, era lo más cercano a lo que tenía en Alex, en Greg y en Joey. Una familia.

Luego de eso, iría a mi casa en Bel Air. Era donde vivía, así que tal vez, estando allí sepa que hacer luego de visitar a Lisa.

—Te estuve buscando. Desperté y no te encontré así que pensé que te habías ido —dijo Steve apenas cruce la puerta.

—Oh no... solo estaba haciendo un par de cosas y consiguiendo un celular nuevo. Lo voy a necesitar, además de que estoy tratando de contactar al personal que se encarga de mi casa en Bel Air pero no puedo hacerlo.

—Entiendo —dijo el— ¿lista para volver?

—No voy a volver Steve. Aprecio mucho lo que hiciste ayer, pero... No puedo volver a Hawaii, no tengo nada allá que me haga regresar. Muy a pesar de que según tenía mi vida hecha y hasta iba a casarme con alguien, pero no les recuerdo, no sé quiénes son y ni siquiera siento la necesidad de volver.

—Diane te entiendo perfectamente, sé que tu mente está situada en este lugar y en lo que tenías pero ¿Qué pasa si mañana recuerdas todo? ¿No quieres estar cerca de quienes están a tu lado ahora?

—No —respondí. Los Ángeles fue mi segundo hogar luego de que mis padres murieron. Y todo lo que un día me hizo feliz y sentir en casa estaba aquí, no sabía que había pasado en Hawaii, ni que es lo que tenía con Sam Bradock, pero justo ahora, no me importa—. Esto es todo lo que conocí como un hogar, y no está aquí, pues aún me quedan opciones, pero Hawaii, no es una de ellas.

—Sé que no hay nada que te haga cambiar de opinión, conozco esa mirada —dijo él y yo suspire. ¿Qué tanto me llego a conocer McGarrett?

—Bien, tu vuelo sale en tres horas. Te iras de nuevo en el Jet así que no te preocupes... Ah y Gracias por todo, de verdad.

—No hay de que, solo promete que te cuidaras... Y sé que Hawaii no es tu opción, pero si deseas volver, al menos Danny está esperando por ti. Tú y el son buenos amigos, así que si un día necesitas uno, estoy segura que el querrá verte, al igual que yo.

Yo simplemente sonreí, y por alguna razón sus palabras parecían tener sentido para mi pero justo ahora, no es lo que quiero, ni lo que busco. Necesito saber quién soy; si mi vida estaba compuesta de todo esto, ¿Qué es lo que soy ahora que pude seguir sin esto?

...

Cuartel General Five-0

Steve nunca se había atrevido a decirle a alguien, ni siquiera a Danny, que llego a conocer tanto a Diane que incluso sabía que sus decisiones, no tenían vuelta atrás. Es por ello que cuando supo que se casaría con Sam, ni siquiera intento revertir aquella decisión en Diane, confesándole cuanto le quería y que a él también le había dolido todo lo que había sucedido.

Asi como tampoco quiso disuadir a Diane de quedarse en L.A, si bien no estaría tranquilo sabiéndola a ella sola en un lugar donde ya no está nada de lo que ella conocía, tampoco era menos cierto que ella sabría qué hacer. Si de algo nunca dudo es de cuan valiente, inteligente y fuerte es Diane, incluso cuando más vulnerable se encuentre.

No había algo que quisiera con más ansias que devolver el tiempo, pues si había algo que no se le quitaba desde que volvió de Pakistán, es ese sentimiento de culpa por todo lo que estaba pasando Diane, deseaba poder regresar aquel día donde Catherine le entrego aquellas fotos e ir justo frente a ella y pedirle una explicación, pero era de ese tipo de deseos que era imposible, el tiempo no se regresa y la culpa muy poco se borra.

Al volver decidió ir directamente al Cuartel, su trabajo y su vida continuaba, incluso con su mente y alma puestas en Diane. Al entrar, se encontró con que en el cuartel le esperaban además del equipo, Dan y Sam; algo le decía que esto no sería bueno.

—Jefe —fue inmediatamente y le saludo Kono con un abrazo que el correspondió.

El resto del equipo fue a saludarle, y de alguna manera hacerle sentir que a pesar de la tensión ellos estaban con él.

—Esto era algo que se veía venir ¿Ok? —le dijo Danny mirando hacia donde estaban Dan y Sam quienes miraban a Steve de mala manera—. Así que mantén la calma.

—Que te hace pensar que puedes acercarte a Diane y justo ahora hacerte su mejor amigo. Te recuerdo que si todo esto está sucediendo es por tu culpa —espeto de una vez Sam— ¿En dónde está Diane?

—McGarrett ¿Dónde está Diane? —pregunto esta vez Dan, sabía que Steve se preparaba para soltar una de las de él y aquello desataría el infierno.

—No quiso volver. Por más que le insistí no quiere volver a Hawaii —contesto Steve de la mejor manera, por alguna razón, en esta ocasión no quería un enfrentamiento—, Su mente y todos sus recuerdos están allá. Simplemente no se hace la idea de que su vida este aquí. De hecho, sus palabras fueron "...Hawaii no es una de mis opciones...".

Sam simplemente le miro de mala gana y se fue. Estaba demasiado furioso, al ver a Steve solo veía a la persona que había acabado con la vida que había planeado junto a Diane.

¡¡¡Alohaaaa!!! ¿Cómo están? Espero que super súper bien...

Quisiera poder contarles a detalle ¿Por qué después de haber estado publicando tan seguido me volvi a desaparecer? Pero es demasiada chachara. Solo les diré que jamás imagine (a pesar de tener la novela casi lista en mi mente) que fuese tan difícil sentirme como se sentía Diane. Escribir esto fue súper difícil porque han sido pocas y exactas las veces en las que Diane había sido tan vulnerable.

Para mi Diane es el roble indestructible en el que me inspiro cuando me siento caída, pero escribiendo esto aprendí que hasta los más fuertes pueden caer, y les puede costar recuperarse. Lo que va a vivir Diane en los siguientes capítulos, solo será el acumulado de años que lleva siendo fuerte, y que hoy en día le está pasando factura.

Como alguien que sufre de ansiedad, escribir esto es un aliciente para mí y quiero que lo sea para ustedes, sobrellevar esto no es fácil, y tampoco de un día para otro, pero al menos, si mi novela los hace un poquito feliz, pues para mí es suficiente. Sobretodo, si ven que Diane puede con esto, esto segura que todos podremos.

Estos capítulos serán para desarrollar completamente a mi personaje, así que no verán mucho de Five-0, si quieren pueden quedarse y ver a Diane, si es por ella que están aquí. Si es por la serie, pueden tomarse un descanso y volver; aquí los espero con gusto. Pero al ser ya casi la mitad del segundo y último libro quiero que conozcan a plenitud a Diane y vean cómo evoluciona hasta el final de este.

So... Mil gracias como siempre, es increíble que TODOS los días me llegan notificaciones de lectores siguiéndome, votando, comentando y agregando a sus listas de lecturas mi novela. No tienen idea de cómo me emociona eso, aun después de casi 5 años en la plataforma.

As Always...

Mahalo por leer :*

Con Amor D.A Blaez

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