Erik intentó ser amable al respecto. Lo hizo. Después de recomponerse por la sorpresa de todo el asunto de la mutación de embarazo masculino, se determinó a hacer las cosas como deben ser hechas. Charles, por su lado, no estaba muy dispuesto a cooperar.

"Por centésima vez," se quejó, "Creo que puedo arreglármelas para vomitar sin tu ayuda. ¡Vete!"

Erik suspiró. "Estoy siendo considerado y cuidadoso." dijo.

"Oh, vete a la mierda," rugió Charles. "Haces que me enferme más de lo que ya estoy."

Charles no dejaría de usar a Cerebro. No dejaría de salir a correr y aún pasaba noches en vela leyendo, no importaba cuanto protestara Erik. No le gustaba que le diera masaje en sus pies. No le gustaba que Erik le comprara flores o le preparara un baño, o que cocinara o lo cargara. Cuando Erik le cocinó la cena, él lo miró escéptico y dijo "No importa que esté comiendo por dos, estoy jodidamente seguro de que no comeré eso."

"Tal vez deberías ir a descansar." Sugirió Erik un día, cuando Charles estaba cabeceando tanto que por poco golpeaba la mesa del laboratorio.

Charles pasó de adormilado a furioso en un segundo. "¡Deja de decirme que descanse! No quiero descansar, si quisiera, estaría descansando. ¿Qué estás haciendo aquí? Si no dejas de seguirme a todos lados como un cachorro, te juro por dios que voy a matarte con mi cerebro."

De alguna forma, Erik se dio cuenta, todo lo que hacía parecía empeorar las cosas, y lo que fuera que él sugiriera era exactamente lo opuesto a lo que Charles decidía hacer.

Ciertamente que, sabiendo eso, debió ser más cuidadoso con los viajes de reclutamiento.