Ven aquí my Little mamacita
A sus 26 años se sentía muy orgullosa de lo que había conseguido; de sus días turbios solo quedaba el recuerdo, a pesar que en un principio la decisión de relevarse ante sus padres y sus cuatro hermanas mayores no fue fácil, contó con el apoyo de sus tíos maternos que residían en Corea; así que con la ropa que tenía puesta en una noche de junio decidió fugarse de su país natal, para reencontrarse con la otra parte de su familia en aquel país asiático. Por supuesto que el idioma fue una gran barrera en un principio, pero actualmente se jactaba de hablarlo muy fluido. Otro obstáculo que debió sortear, fue su apariencia, al ser una mujer curvilínea de ojos grandes, cabello espeso y piel un par de tonos más oscura, llamaba la atención de hombres y mujeres xenofóbicos que abundan en ese país. Con todo y eso, hoy en día era la propietaria del bar latino más popular de Seúl "Havana", en honor a su tierra natal, era un pequeño rinconcito latino, el mejor sitio para el baile en pareja con un toque picante, que ofrecía shows en vivo, algunas veces protagonizados por ella.
—¿Por qué demoraste tanto? —Interrogó a su primo, apenas lo vio entrando al bar hacia la barra de licores donde se encontraba revisando el pedido de su proveedor de licores.
—Dime Camila ¿Por qué los coreanos son tan extraños? —Refunfuñó, ignorando la pregunta—. ¿Sabes qué? Mejor ni me respondas.
—Bueno, te recuerdo que tú también eres coreano —le respondió con cierto tono de burla. Aunque su primo llevaba dos días de haber pisado tierra coreana después de cuatro años, ya se había acostumbrado nuevamente a sus pequeñas rabietas.
—Mejor tómate este tequila, la casa invita. —Ofreciéndole uno de sus mejores licores.
—Sabes que yo no bebo —negó cortésmente—. Por cierto, aquí está lo que me dijiste que comprara.
—¡Gracias JongInnie! —expresó efusivamente, mientras se acercaba a su primo y le daba un fuerte abrazo, al que sorpresivamente el más alto respondió con leves palmaditas en su espalda.
—Sí, si lo que quieras —respondió secamente, liberándose del efusivo abrazo—. Pero no me vuelvas a llamar JongInnie, ya no soy un niño.
La morena rodó los ojos. No había que ser muy observador para notar que su primito ya había crecido, convirtiéndose en todo un hombre, uno alto con esa piel bronceada, que lo hacía destacar, robándose más de una mirada; a pesar de su belleza exótica, actualmente estaba solterito y a la orden, probablemente no había ningún candidato digno para su bebé. Camila era la única en la familia que sabía que a su primito le gustaban los hombres –Pero shhhhh, es un secreto–.
—¿Y ese suspiró? —cuestionó el joven.
—¿JongIn? —preguntó seriamente—. ¿Hace cuánto que no tienes novio?
Aquella pregunta bastó para que el aludido abriera los ojos y tragara sonoramente saliva. Si hubiera estado bebiendo algo, probablemente lo hubiera escupido dramáticamente.
—No s-sé por qué preguntas e-eso —titubeó, esquivando la mirada de su prima.
—Es que eres tan buen partido...—manifestó preocupada la mayor—. Prométeme que hoy vas a ligarte a alguien.
—¿Pero qué? —preguntó horrorizado. El menor no estaba entendiendo lo que Camila le estaba diciendo. Hace mucho que no tenía novio, pero tampoco estaba tan desesperado para tener algo de una noche con cualquier desconocido—. Tú sabes que yo no soy así.
—JongIn es que eres joven, apuesto y te hace falta un poco de diversión ¿no crees? —Alzó la ceja en modo insinuante.
—¡Por supuesto que no! — JongIn se sintió ofendido por las insinuaciones que hacía Camila.
—Vamos JongIn —rogó, tomando el brazo de su primo—. Solo di que Sí. Te prometo que yo misma buscaré un candidato digno de ti. Pero por favor solo di que sí.
Le faltaba arrodillarse para que el otro aceptara.
—Nini, Nini, Nini, Nini, Nini, Nini Nini, Nini. —Empezó a gritar.
—Cállate, la gente no está mirando. —Camila encogió sus hombros, importándole 3 hectáreas de v*erga lo que la gente pensara.
—Okay okay acepto. Pero más te vale que no sea alguien que viva debajo del puente —le advirtió severamente. Tal vez su prima tenía razón, y solo necesitaba un poco de sana diversión. Con toda esa determinación tomó de un solo trago aquel tequila que le había ofrecido.
—Cómo crees, pri. Será el mejor, ya lo verás —guiñándole el ojo.
Después de pensárselo detenidamente, Camila se daba cuenta lo difícil que sería conseguirle alguien digno de su atención entre tanto macho pelo peludo que frecuentaban su bar.
JongIn a punto de irse a una de las mesas, se volteó cuando ella lo llamó.
—Por cierto JongInnie, me encanta que finalmente te decidieras por ponerte el conjunto que te regalé, esos pantalones blancos y esa camisa verde estilo hawaiano, te quedan de infarto. —Suspiró al ver a su primo como todo un macho—. Aprovechando la cercanía desabotonó los botones superiores de aquella camisa, visualizando "el dorado" ese pecho moreno lampiño, esos pectorales, se dio el gusto de tocarlos.
—¿Qué crees que estás haciendo? —Detuvo a la mujer, alejando las manos de su prima de su pecho.
—Solo me cercioraba que la mercancía estuviera en su lugar —respondió levemente nerviosa—. Solo procura recordar los pasos que mi tía te enseñaba cuando bailábamos en la sala ¿te acuerdas? Hoy en mi show definitivamente te sacaré a bailar. —Fue lo último que dijo antes de desaparecer entre la multitud, dejando a un JongIn un tanto preocupado.
🌼🌼🌼🌼
Sabía que era una tarea difícil, pero no podía agobiarse pensando en alguien para su querido primo, cuando tenía que prepararse para el show de esta noche, así que rápidamente se dirigió a su camerino. Treinta minutos después salió de este, vistiendo su nuevo vestido rojo corto con flecos, ideal para los pasos de baile latino que presentaría; rezando mentalmente para que al momento de bailar con JongIn, todo saliera bien y no se arruinara el show.
Estaba a punto de subir al escenario cuando uno de los agentes de seguridad la interceptó, explicándole que en la entrada había un vagabundo que deseaba entrar al bar, obviamente el acceso había sido denegado, sin embargo el sujeto había empezado a intentar entrar a la fuerza, alegando que era amigo de la dueña.
—Yo no conozco, ni soy amiga de vagabundos. —Retomando el paso hacia la tarima. Sin embargo, el gorila nuevamente detuvo su camino.
—Él dice que quiere hablar con Karla.
Ante la mención de ese nombre, Camila se alarmó ya que pocos conocían su primer nombre e inmediatamente se dirigió hacia el lugar del que provenía el escándalo, cuando llegó notó como dos de sus guardias sujetaban a un pequeño hombre zarrapastroso, apenas cruzaron mirada, se dio cuenta que no era cualquier vagabundo, ese era el menor de los Do, su amigo.
—Suéltenlo muchachos —Ordenó de manera contundente. Rápidamente el par de hombres lo saltaron. Camila le hizo señas al pequeño para que entrara al bar, a pesar de las miradas desaprobatorias que le lanzaban sus gorilas.
—Kyungsoo-ahh —dijo eufóricamente, su amigo no acostumbraba a visitarla en su lugar de trabajo—. ¿Por qué luces como un vagabundo? –Reparó en decir.
—Extrañamente eres como la tercera persona que hoy me lo dice.
—Es porque luces como uno —replicó, haciendo señas para que entrara hacia su camerino y se sentara en el pequeño mueble purpura.
🌼🌼🌼🌼
El pequeño Do se encontraba contándole a su amiga, todo lo ocurrido en el día de hoy con su despiadada abuela; mientras que el joven profundizaba el relato, protruyendo esos carnosos labios como solo él podía hacerlo, a Camila finalmente se le prendió el bombillito de las ideas. KyungSoo a pesar de sus fachas del día de hoy y de ese corte, era bastante atractivo, responsable, respetuoso y lo mejor de todo era el hombre ideal para su primo. Así como sumar uno más uno es fácil, se dio cuenta que ellos dos eran compatibles; por lo que se le ocurrió que hoy debía presentarlos y dejar que la química hiciera su trabajo. Mientras imaginaba como sería su noviazgo, incluso hasta el matrimonio; una sonrisa se forjó en sus labios.
—Así que ese idiota me lanzó un fajo de billetes como si fuera un cualquiera ¿puedes creerlo?
Lamentablemente la morena no estaba escuchando a su amigo, se encontraba pensando en nombres para los pingüinos que adoptarían.
—¿Soo, hace cuánto que no tienes novio? —preguntó de la nada, el joven abrió sus ojos, más si eso es posible, sonrojándose al instante.
—N-no sé por qué preguntas e-eso —vaciló en responder, llevando la mirada hacia el piso.
—Es que eres tan lindo, es por eso que no sé cuál es la razón por la que sigues soltero. ¿Qué tal si hoy intentas conocer a alguien e intentas..?
Haciendo ademán de hacer cositas aptas de leer para mayores de edad.
—¡Pero qué! –—xclamó con una mueca de terror—. Tú sabes que yo no soy así de loca como BaekHyun.
—Eres muy santurrón para tu propio bien, te hace falta mover el bote ¿no crees? —alzando la ceja en modo pervertido.
—Deja de hacer ese tipo de gestos obscenos y la respuesta siguen siendo ¡No!
—¿Y si te presento a alguien? Quiero que conozcas a mi primo, es un persona agradable y atractiva su nombre es...
—No y no —Interrumpiendo a la morena.
—¡Al menos dame una buena razón para no aceptar! —Camila se sentía un tanto frustrada por la actitud negativa de KyungSoo.
—¿Se te olvida la última vez que me presentaste a uno de tus queridos primos? —argumentó con cierto cinismo, sin dejar que su amiga respondiera, continuó—. Tu primito resultó ser un raro que solo hablaba de su Maluma oppar —imitando a son de burla la voz del familiar de la morena.
—Oye, no te burles de J. Seph, actualmente es el líder del más grande club de fans de Maluma en toda Asia. —A lo que KyungSoo levantó una ceja.
—Tal vez tengas razón, lo admito, J.Seph es un poco raro. Pero JongIn te juro por san Siwon que no es así.
—¿JongIn?
A Camila se le iluminaron los ojitos, apenas vio el menor atisbo de interés en su amigo por conocer a su bebé.
—Si, así se llama ¿lo quieres conocer? —Cruzando sus dedos, a la espera de una respuesta afirmativa.
—La respuesta sigue siendo no. —Acto seguido se levantó del sillón y le pidió permiso a su amiga para tomarse una ducha.
Mientras KyungSoo se despojaba de sus ropas en el cuarto del baño, a Camila quien seguía en el camerino, le entraron unas inmensas ganas de espiar por el rabillo de la puerta, el cuerpo desnudo de su amigo; así que le pidió a san Siwon para que desvaneciera ese tipo de pensamientos pecaminosos de su mente.
Una vez con la llama lujuriosa extinta, se concentró nuevamente en su plan; sin embargo, conociendo a esos dos hombres, siendo muy pudorosos para su propio beneficio, debía tener una ayuda extra y qué mejor que de sus margaritas, un cóctel altamente reconocido por tener aditivos que potencializaban el deseo sexual y en los hombres les hacía levantar, levantar el ánimo.
Sin tiempo que perder, aparte que ya estaba muy tarde para su presentación, buscó en la ropa de sus bailarines, algunas prendas para que Soo se viera al menos como un hombre decente. Cuando halló lo que buscaba con una sonrisita las dejó sobre el tocador junto a una margarita. Solo era cuestión de tiempo para que si todo salía bien, ese par tuviera su momento.
🌼🌼🌼🌼
2, 4, 5 o tal vez 6, KyungSoo no sabía cuántos cócteles había tomado, inicialmente se había negado porque su intención era tomar un par de tequilas, pero su amiga lo había convencido para que se decidiera por unas margaritas, alegando que tenía un porcentaje bajo de alcohol, por lo que no lo dejaría ebrio. Pero ya con un número indefinido de margaritas, no estaba muy convencido de eso. Lo único cierto es que se encontraba en la barra de licores con su gordo trasero sobre uno de esos incómodos taburetes, con una sonrisa que no abandonaba sus rojizos labios ante cualquier extraño –macho pelo peludo– que se acercaba para coquetearle al "niño bonito", como lo llamaban; pero que Camila extrañamente los espantaba a lo que KyungSoo protestaba, porque siendo sinceros, el joven sentía en su cuerpo un calor que emanaba desde su pecho dirigiéndose hacia el sur; en la posición que estaba, creía que la única forma de aplacar ese fuego interno, era dando pequeños brincos sobre el banco. Sentía los latidos erráticos de su corazón, por lo que decidió desabotonar los botones superiores de su camisa color crema, revelando su cuello blanquecino y parte de su pecho, en una perfecta "V", lo que atrajo la atención de aquel moreno que desde una de las mesas le lanzaba miradas algo lascivas, pasando su lengua sobre sus gruesos labios y en el último momento, alzando su bebida, al parecer estaban tomando lo mismo.
De haber estado en su sano juicio habría negado la invitación hacia una clara coquetería con aquel hombre; de haber estado en sus cinco sentidos, no hubiera permitido que ese hombre de mirada seductora se le acercara. Tendría que haberlo notado desde un principio, ese hombre cambiaría su mundo. Pero ya estando en el ruedo, no quedaba más, salvo admirar como el alto desconocido acortaba la distancia en un caminar como si fuera el dueño del lugar, sin interrumpir el contacto visual. Sería una lástima decirle adiós...
Con un "Hey, ¿Qué tal?" por parte del extraño, bastó para que KyungSoo quedara perdido en esa mirada y se sintiera más acalorado. El moreno se sentó en el taburete contiguo a él, con sus rodillas en un juego de roces.
—¿Así que esa es tu mejor línea de conqueteo, moreno? —preguntó Kyungsoo llevándo un trago del cóctel a su boca, sin dejar de mirar al alto.
—No seas tan cruel. Es mi primer intento —expresó en modo de defensa—. Por cierto, ¿qué te hace pensar que estoy coqueteándote?
—Tu forma en la que te acercaste a mí
Por alguna inexplicable razón el más bajo se sentía un tanto desinhibido, y si, también algo arrogante.
Al moreno le hizo gracia la viveza con la que hablaba el joven de rostro angelical, lo cierto es que desde hace varias margaritas atrás, no había dejado de observar desde la distancia, la figura blanquecina del hombre, cómo se contorneaba en ese banco; y cuando cruzó sus piernas con ese trasero a punto de desbordarse de aquel taburete, le provocaron unas ganas de morderlo. ¿Acaso dijo que tenía ganas de morder? JongIn sentía como su cuerpo se convertía en un hierro al rojo vivo, y su mente lo traicionaba con pensamientos impuros hacia ese hombre que no dejaba de provocarlo. Pero el momento más excitante, perdón, incitante fue cuando expuso ese cuello nívea; lo que lo llevó a la pérdida de su autocontrol. De encontrarse sobrio, hubiera detectado el mal que escondía ese cara inocente.
Ante el intenso escrutinio por parte del moreno, Kyungsoo intentó separarse un poco de aquella mirada, lo que consiguió que el más alto tomara su mano de manera delicada.
—Ven aquí my little mamacita, eres más dulce que una margarita. —Se atrevió a decir JongIn, ante la cara de sorpresa del otro hombre.
—e-eso fue —titubeó Kyungsoo con un rojo encendido en sus mejillas. No sabía qué decir ante ese extraño piropo, pero que de igual manera lo dejó con ganas de que el moreno comprobara si él era más dulce.
—¿Mejoré? —preguntó JongIn con una sonrisa ladina en su rostro, tomando un trago de su margarita.
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Desde el exterior, se podía ver como aquellos dos hombres eran el reflejo del deseo y la lujuria sin consumir, un deseo insatisfecho a punto de cumplirse, cuando JongIn tomó el rostro de KyungSoo con sus manos e inclinando su cabeza para probar el dulce néctar de aquellos labios que lo habían tentado durante toda la noche.
"Es una pena que aun deban esperar un poco más" pensó Camila observando desde la pequeña tarima en la que se encontraba, aquella escena que se vio interrumpida por un destello de luces que inundó el bar y la entrada musical por parte de su pianista, con la que dio inicio a su presentación, una canción que incluía ritmos de salsa latina, a lo que la morena acopló con una rutina de baile cuyo paso principal se encontraba en el movimiento de las caderas. A punto de iniciar con el estribillo de la canción, lanzó su boina fuera del escenario y descendió de este, dirigiéndose hacia JongIn, quien la miraba con el ceño fruncido por interrumpir su momento; rezaba internamente para que su primo no la hiciera quedar mal, y se ajustara al baile.
Con movimientos que emanaba seguridad y ante un muy sorprendido (y celoso) Kyungsoo; la morena tomó de los brazos a su primo, quien con un poco de duda, depositó sus manos sobre la cintura de la mujer y empezaron a moverse con movimientos coordinados, al ritmo de la música. Dio un pequeño vistazo hacia su amigo, y como sospechó le estaba dando esa mirada de "asesina de pingüinos", justo lo que estaba esperando, un poco de seducción entre movimientos de baile era todo lo que se necesitaba.
Sin dudarlo, y aún con la canción, abandonó a su primo y se dirigió rápidamente donde su amigo, lo tomó de sus brazos y empezaron a bailar, para sorpresa de Camila, Soo bailaba muy bien, mejor de lo que hubiera pensado, con movimientos fluidos y con los pasos que años atrás le había enseñado, poco a poco se fueron acercando a la pista en la que aún se encontraba JongIn sorprendido por lo que estaba haciendo Camila; finalmente la distancia fue acortada con la morena en medio de los dos hombres, momento que aprovechó para tomarlos a ambos por sus camisas y juntarlos, mientras ella se escabullía nuevamente hacia el escenario para finalizar su presentación.
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Era una especie de molestia lo que sentía viendo como su moreno bailaba de esa forma tan sensual con su amiga, y esa sonrisa galante que le regalaba a los asistentes, quienes vitoreaban y formaban algarabía por la cercanía de aquella pareja, todos excepto KyungSoo. Cuando la morena lo miró le fue inevitable darle esa mirada de aléjate de mí hombre. No sabía por qué se sentía así, ni siquiera sabía el nombre del moreno y ya se sentía posesivo como si fuera de su propiedad.
Estaba tan inmerso en sus pensamientos, que lo único que sintió fue un jalón que lo llevó a los brazos de Camila, quien le sonreía. Cuando se dio cuenta, se encontraba acoplándose a los pasos de baile junto a su compañera, "mira abuela lo estoy haciendo bien" gritaba orgulloso KyungSoo en su mente, mientras miraba sus dos pies. De repente sintió dos manos sobre sus caderas que lo sujetaban con un poco más de presión de la debida, al alzar la vista se encontró con su moreno, que observaba sus labios, al mismo tiempo que sus caderas se movían de manera sincronizada, produciendo una especie de roce entre sus entrepiernas.
El más bajo miraba como el moreno inclinaba nuevamente su cabeza para por fin darle ese tan esperado beso; antes de cerrar sus ojos, dio un último vistazo hacia el pecho y piernas del extraño, lo que le hizo apreciar la belleza escultura de aquel cuerpo, solo cubierto por un pantalón blanco y una camisa verde. "Un borrón de verde y blanco" recordó horrorizado KyungSoo.
Para su sorpresa, justo cuando ya sentía el aliento dulzón de los labios de margarita del hombre de piel nívea, este le regaló una mirada que descongelaba glaciares, antes de empujarlo fuertemente; por lo que trastabilló y por poco cae sobre una pareja que se encontraba bailando, de no ser por su buenos reflejos, aquellos que lo salvaron más temprano de caer sobre aquel vagabundo, cuando se encontraba en su bicicleta. Vio como la persona que le había interesado en esa noche, abandonaba el lugar con paso firme y hombros encorvados, enfurecido por algo que JongIn no podía saber y que su prima desde arriba del escenario no había podido ver.
🌼🌼🌼🌼
FIN
–Eso es todo??? Acaso este es el final de la historia????
–KyungSoo termina solo????
–Quién era el novio de Baek?????
–Necesito respuestas *amenaza a la escritora con la chancleta.
–Querido lector, si no te gustó la historia. Ve y escri... ¡No, esperen un momento! La historia continúa, le queda un capítulo. ¿Por qué me miran así? *empieza a correr.
–En la cara no, en la cara no *la chancleta la persigue.
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