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1O.

Hay muchos momentos que pueden dejarte marcado. Jungkook tenía los suyos también. Pero había uno en especial que quedaría grabado en él para toda su vida.

El día en que Jimin lo había rechazado.

[🔪]

Jungkook había intentado hablar con Jimin todo el tiempo después de su presentación, pero nunca había podido hacerlo, sabía que de algún modo el alfa se las había ingeniado para escabullirse de él con su ahora nuevo "amigo".

Estaba perfectamente bien que Jimun tuviera amigos, eso no le molestaba en absoluto, lo que si lo hacía era verlo huir cada que podía.

No entendía que había hecho mal como para que lo evitara, ni siquiera tenían una pelea o discusión, simplemente no se hablan.

Él trató de darle su espacio, tal vez Jimin se sentía confundido por su presentación y todo eso. Tal vez el solo estaba un poco aturdido con las nuevas sensaciones y emociones de su lobo.

No debía ponerse tan intenso con él, por eso respetó su espacio, de verdad que lo hizo. Pero ahora de cierta forma sentía una sensación rara en su pecho, su lobo se sentía ignorado y dolido. Quería volver hablar con él. Lo extrañaba.

Cada día que pasaba analizaba una y otra vez que había hecho mal como para que Jimin lo evitara. Lo miraba siempre en silencio sin tener el valor de acercarse.

¿Y si Jimin en realidad no sentía lo mismo? Su lobo lo regañó al instante, el estaba cien por ciento confiado que sus sentimientos eran mutuos. Lo sentía, debían serlo.

Armándose con la valentía suficiente había decidido ponerle fin a esa angustiosa espera y hablar con Jimin de una vez por todas.

Contaba los minutos viendo el reloj desesperadamente, el sonido de la campana hizo a Jeon levantarse enseguida como una flecha, hizo una mueca al ver que Jimin ya no estaba ahí, había huido de él, otra vez.

No dejó que sus ánimos decayeran y guiándose por su olfato logró captar su aroma. Menta y chocolate. Caminó con una sonrisa hacia los baños.

Abrió la puerta viendo al castaño de espaldas, sus cabellos cubrían su nuca. Jungkook tuvo que tener fuerza de voluntad para no abrazarlo y hundir su cara en él ─Jimin─ saludó por el espejo.

Jimin paró de lavar sus manos, alzó su mirada solo para confirmar lo que ya creía ─Jungkook─ respondió de manera baja.

Escuchar su nombre en los gruesos labios de Jimin se sintió como revivir de nuevo, se sentía bien. Se acercó con entusiasmo esperando que el alfa terminara de lavarse las manos ─¿Podemos hablar?

Vio la espalda de Jimin tensarse, pero contrario a lo que creyó la voz del alfa salió completamente normal ─¿Es importante?─ preguntó viendo al alfa asentir de inmediato aún sonriente ─Está bien, pero no aquí, sígueme─ colgó su mochila sobre sus hombros saliendo de allí sin esperarlo.

Jungkook lo siguió entusiasmado y nervioso. Jimin había aceptado hablar con él. Iba por buen camino. Todo iba a salir bien.

Demasiado cegado por sus sentimientos, Jeon jamás preguntó porque lo había llevado a otro lugar, a uno apartado, donde nadie podía verlos. Escondido del mundo. Escondido de ojos ajenos.

En ese momento nunca se la había pasado por la cabeza analizar ese pequeño detalle. Demasiado entusiasmado como para ver la verdad frente sus ojos.

Jeon miraba curioso el lugar. Jimin lo había llevado al salón del conserje. No hizo preguntas de porqué tenía una copia de llaves, mucho menos preguntó porqué evitaba su mirada, lo único que salió de su boca fue un ─¿Cómo estuvo tu celo?

Jungkook quería golpearse a sí mismo "¿Cómo estuvo tu celo?" que era esa pegunta tan tonta, quería morir de la vergüenza.

─Estuvo bien─ respondió sin dejar de observar la mueca de angustia que tenía el alfa. Jungkook jugueteaba con sus manos soltando feromonas que lo delataban, sus ojos brillaban con intensidad mientras lo miraban.

Sintió la horrenda y conocida sensación del remordimiento. Sabía muy bien lo que el alfa iba a decirle. Tenía que evitar esto ─Si eso es todo creo que tengo que ir-

─¡Espera!─ su mano fue tomada de manera desesperada antes de tocar el pomo de la puerta. Miró las mejillas sonrojadas del alfa, avergonzado soltó su mano ─Lo siento, yo...─ su voz sonaba temerosa ─Solo quédate un rato más─ suplicó.

Jimin miró los ojos centellantes y no pudo decir que no a ellos. Se arrepentiría de esto, lo sabía ─Está bien, me quedo.

Jungkook soltó el aire que no sabía que tenía retenido en sus pulmones aliviado. Había ensayado lo que iba a decir, lo había hecho toda la mañana para no cagarla. Y estaba haciendo justamente lo que no quería. Quedándose como un idiota con la lengua trabada.

Es que era inevitable no hacerlo, no perderse en su rostro, en esos pequeños lunares que abrazaban su cara como una caricia, en esos ojos oscuros que le hacían perder los estribos, en esos pequeños detalles que lo hacían caer más, y más enamorado de él a cada segundo que pasaba.

─Me gustas─ pronunció con el alma. tomó su mano entre la suya y la puso sobre su pecho ─Me gustas hasta el punto de pensar que mi corazón ya no es mío, si no tuyo.

El rebelde latido brotaba sobre su pecho, incluso sin tocarlo, incluso sin verlo, Jimin podía saber perfectamente sobre sus sentimientos. Podía sentirlo, sentía cuan intenso y fuerte era el amor de Jungkook por él. Lo sabía, malditasea que lo sabía.

Jungkook siguió mirándolo, apreciándolo con dulzura, como si fuera la obra más bella del mundo ─Yo quisiera que me permitieras cortejarte─ tomó la mano del castaño con suavidad y depositó un delicado beso en él ─Permíteme ser tu alfa Park Jimin.

Jimin quería llorar, no podía decirle eso. No podía. El miedo inundó sus venas y sentir el tacto de Jungkook ahora le quemaba. ─No...─ susurró alejándose.

Había evitado tanto este momento, había evitado que Jeon lo miré de la misma forma en la que lo miraba ahora. Sus ojos llenos de brillo perdiendo su alegría, siendo cruelmente arrebata, arrebata por él.

─¿Po-or qué?─preguntó tartamudeando ─Si es algo que no te gusta de mi puedo cambiarlo, si no te gusta mi pelo puedo cortarlo, o si es mi olor lo que no te agrada puedo ocultarlo, cualquier cosa. Solo dime lo que quieres que haga y lo haré. Lo arreglaré─ Habló apresurado, su desesperación incrementaba cada minuto que pasaba ─Solo por favor...─ suplicó.

Jimin sintió unas ganas inmensas de abrazarlo, de decirle que todo estaba bien, que no tenía que cambiar nada de él, pero no podía hacer eso. No debía hacerle eso a él. Se alejó ─No lo entiendes Jeon. Salir con un alfa es simplemente una abominación, es incorrecto.

─¡No lo es!─ exclamó ─Si nosotros nos queremos pode-

─¡No hay un nosotros!─ Gritó dejando en silencio al alfa ─No existe ningún nosotros ¡Por dios, Jungkook, yo estaba en el maldito celo! Somos alfas guiados por el instinto, y mi único instinto era que estaba caliente y no importaba si eras tu o cualquier persona, haría exactamente lo mismo. No es amor lo que sentía.

No es amor, repitió en su mente. Jimin no lo quería, no lo hacía.

─Tu...

Quedó sin hablar porque no quería decir algo que no creía, no podía ser cierto.

─¿Te utilicé? Si, lo hice. Te utilice para bajarme la maldita calentura─ Habló sin ningún remordimiento, insatisfecho todavía decidió seguir hablando ─No puedo creerlo ¿De verdad creíste que podría enamorarme de ti?

─¿Es tan difícil enamorarse de mi?─ preguntó con la voz rota.

Su garganta dolía y sus ojos picaban por expresar todo lo que sentía. Hice un último intento al querer tocarlo pero fue apartado de manera brusca.

─Joder no me toques ¡Me das asco!─ gritó con desagrado Jimin. Su mirada de repulsión lo decía todo, Park no quería tocarlo.

"Asco"

Su pecho se estrujó de manera insoportable.

─No tiene que ser así─ habló el castaño de nuevo, haciendo que lo mirara con alguna esperanza, esperando que Jimin le digiera que todo había sido mentira, que todo era una broma de mal gusto.

"Tonto, como pudiste creer eso, es obvio que también te quiero"

Esperaba, de verdad esperaba esas palabras con todas sus fuerzas.

─Podemos olvidar toda esta estupidez. Solo... prometamos no hablar de esto de nuevo ¿Está bien?─ murmuró ─Seguro solo estas confundido por el celo y todo eso. Te puedo asegurar que lo que sientes en unos días pasará y veras que lo decías no lo sentías en realidad.

Jungkook respiró de forma irregular procesando lo que Jimin le decía. Sus nudillos se pusieron blanco, su garganta picaba sin parar. Esperó que aquello de verdad hubiera sido una mentira, solo que no lo era. Esta era su realidad.

Y debía enfrentarla.

Y debía enfrentarla.

─Jimin... ¿Tu alguna vez has estado enamorado?

La pregunta confundió a Park, y solo hasta que miró sus ojos pudo saber el por qué. Había rabia en ellos, sus preciosos ojos de lunas ahora lo miraban con remordimiento, con dolor. No quería verlo, no así ─Jeon...

─Te lo estoy preguntando enserio Park─ habló con frialdad ─¿Te ha pasado alguna vez que te enamoras tanto de alguien y no puedes dejar de pensar en ella aunque quieras?

Jimin lo miró con impotencia, no quería oírlo ─Jeon, para.

─¿No verdad?

─Jungkook─ Intentó de nuevo detenerlo con una mirada suplicante, pero esta fue ignorada.

─¡¿Qué?! ¿No te ha pasado?─ preguntó con la voz rota, aunque ya sabía la respuesta ─¡Pues a mi si! Y resulta que yo no puedo dejar de pensar en ti. No logro sacarte de mi mente por más que quiera, por más que lo necesite.

─Jungkook...─ suplicó tomando su mano, pero esta fue apartada de manera brusca, ya era muy tarde.

─No, no paro. Porque si alguien viene aquí a decirme que estoy confundido y que mis sentimientos no significan nada ¡Lo mando a la mierda! ¿Crees que eres capaz de saber todo lo que siento? ¿Eres capaz de juzgar mis sentimientos como si fueran nada?─ preguntó mirando a Jimin, el castaño bajó la cabeza sin poder sostenerle la mirada de vuelta.

Jungkook con rabia tomó su cara levantándola para que lo mirase a los ojos ─Quiero que me mires cuando te hable, quiero me veas y sepas que contra todo pronóstico y aunque resulte increíble de creer, yo Jeon Jungkook soy un asqueroso de mierda que se ha enamorado de un alfa.

:-Que se ha enamorado de ti─ murmuró sobre su boca, Jungkook apretó la mandíbula conteniéndose de lanzarse a besar con rabia a esos labios tan lindos que hace un momento lo habían herido de la peor forma.

Soltó la cara de Jimin con mucho esfuerzo ─Acepto olvidarnos de todo esto─ habló intentando mantener su poca compostura y su nula dignidad restante ─Pero no acepto que digas que mis sentimientos son falsos, puede que para ti lo sean, pero para mi si fueron reales. Yo si te quise Jimin─ soltó sin poder retener una lagrima que fue limpiada de inmediato con brusquedad.

Se sentía tan malditamente débil.

Jimin hizo el intento de acercarse ─Jungkook yo no quería...

─No, No quiero oírlo─ paró alejándose del alfa. No quería escucharlo, escuchar su lastima.

:─¿Amigos, no es así? ¿De verdad piensas que podemos serlo?─ preguntó dolido.

Jimin abrió sus labios intentando hablar, pero al ver los ojos adoloridos cerró su boca guardando un nudo en su garganta. Un nudo que cargaría para siempre.

─Eso pensé─ soltó un suspiro cansado sin volver a mirar al alfa. ─Vete a la mierda Jimin─ susurró.

Se fue, pero apenas atravesó esa puerta se quebró. Sus ojos comenzaron a inundarse de lágrimas. Sus manos tocaron sus mejillas húmedas con enojo. ¿Por qué lloraba? ¿Por qué se sentía tan débil cuando no quería estarlo?

Se alejó lo más que pudo llevándose los pedazos rotos de su corazón. No quería que Jimin le viese llorar, no quería que supiera cuan patético era en realidad por él.

Comenzó sin un rumbo fijo, queriendo reprimir todos sus sentimientos. Queriendo arrancarlos de él

De pronto un fuerte dolor en su pecho comenzó aparecer. Quemaba, dolía y ardía con fuerza, como si estuvieran acuchillando su corazón con mil espadas, repitiendo en su cabeza una y otra vez las palabras que el alfa le había dicho.

"Asco"

"Me das asco Jungkook"

"¿De verdad creíste que podía enamorarme de ti?"

Tapó sus oídos intentando no sentir más esas palabras en su cabeza. Le dolía, le dolía mucho.

Escuchó el llanto lastimero de su lobo, comenzó a llamar desesperado, suplicando para que alguien llegara, suplicando por alguien que sabía que no iba a venir.

─Ya basta, él no nos quiere, nunca lo hizo─ habló entre sollozos.

Su lobo aulló lastimero como último intento, sin recibir ninguna respuesta, desapareció dentro de él. Solo así Jungkook fue consciente de lo que su lobo había intentado avisarle con tanto desespero, siendo consciente ahora del dolor que corría por todo su cuerpo.

No lo sentía, no sentía a su lobo.

Y eso solo significaba una cosa. Una mucho peor...

Sus pies se detuvieron al instante procesando la noticia. Ahora solo podía hacer una cosa. Miró a lo lejos un frondoso bosque, decidió reimplantarse su decisión, intentar encontrar una salida, solo que no la encontraba, no la había.

Sin pensarlo mucho se adentró por el sendero de tierra hasta encontrar un gran puente. Quiso reír, tal vez encontrar este sitio había sido obra del destino burlándose de él.

Caminó hacia la construcción de metal, observó hacia su alrededor con detenimiento, no había nadie más allí. Un lugar tranquilo y solo. Justo lo que necesitaba para un momento como ese.

Tomó de su mochila hoja y lápiz, comenzando a escribir, comenzando a despedirse....

-📜-

Síndrome del corazón roto

Por Jeon Jungkook.

¿Alguna vez te han roto el corazón?

¿No? Bueno, para eso primero debes enamorarte. Y luego viene lo más fácil, cuando te hacen mierda el corazón. Pero Hey, no todo es malo, si no tienes mi suerte, probablemente seas muy feliz.

Creo que enamorarse es algo sorprendente. ¡Debería ser uno de los misterios de la vida! es tan caótico como hermoso.

Y no creo que el destino tenga nada que ver.

Dicen que para cada persona hay alguien especial, alguien que es tu complemento, alguien que será tu compañero, tu otra mitad.

Tu pareja destinada.

Y si es así... Y si se supone que debo amar a alguien que ya estaba destinado para mi, entonces... Entonces ¿Por qué se siente tan bien amar algo que no estaba hecho para mi desde un principio?

Bueno, en realidad... no hay un por qué, simplemente lo haces. El corazón es incontrolable y no decides a quien amar.

Alguien una vez me dijo que si no podía decir algo lo escribiera. Que los secretos del corazón pueden ser escuchados con palabras, pero las letras no eran suficiente para mi, quería poder decirte lo que sentía.

Quería que supieras cuanto me gustabas.

Y cuando por fin tuve el valor de hacerlo, cuando por fin pude darte mi corazón me sentí la persona más estúpida del mundo. Porque el único que terminó enamorado fui yo.

Siempre había sido yo todo este tiempo.

Y a pesar de que me odies, a pesar de que en tu corazón solo halla asco así mi, yo nunca podría odiarte.

No podría permitírmelo.

Porque fuiste el sentimiento más bonito que tuve.

Aunque no te voy a mentir que se me estruja el corazón cada vez que pienso en ti, cada vez que imagino en algo que nunca fue, cada vez que recuerdo tus labios temblorosos sobre los míos, aquellos labios que por un segundo fueron míos, aquellos que solo fueron utilizados para satisfacer tus deseos más egoístas... aun así, no puedo odiarte como debería.

Y tendría que hacerlo. Te debería de odiar, por lo que me hiciste, por como me hiciste sentir.

Te debería odiar porque me rompiste el corazón, me rompiste a mi.

Odio no odiarte, y me odio a mi mismo por no dejar de amarte.

Porque si, ahora no tengo duda de que te amo.

Yo, Jeon Jungkook he llegado a la conclusión que mi corazón no tiene una cura, no la tiene porque estoy perdidamente de enamorado.

Enamorado de ti, de un alfa que no estaba destinado a amar.

-📜-

Dejó su carta y encima de ella puso una pequeña piedra para que no se volara con el viento.

Intentó contactar por última vez a su lobo, pero no pasó nada. Lo único que podía oír era el retumbar del agua contras las filosas piedras del río.

No había pensado que ese día terminaría así, imaginó un millón de posibilidades. Todas menos que terminaría allí, parado en el filo de un puente a punto de suicidarse.

Si no lo hacía de todas formas iba a morir, el tiempo de vida máximo para el síndrome de corazón roto era solo de una semana. No era tan rápido como un lazo roto, pero seguía siendo igual de doloroso que este.

Quizás la única diferencia que había entre ellos era su particular forma de amor.

Si tenías el lazo roto había setenta por ciento de seguridad de que morirías, eso significaba que aun tenías oportunidad de vivir, por pequeña que fuera. Lástima que no sea lo mismo para el síndrome del corazón roto. Tenías el cien por ciento asegurado un puesto en el cementerio.

Sin cura y jodido al tope.

Jungkook prefería morir antes que su corazón se parara por completo, si iba a morir tendría que ser a su modo.

Sin perder tiempo se subió a la barandilla del puente. Tomó un respiro largo y cerró sus ojos llenándose de valentía para acabar con esto de una vez por todas.

Lo iba hacer, iba a saltar.

─¡Hey, tu!─ llamó una voz detrás de su espalda. Giró extrañado por ver a un hombre en bata, el desconocido lo observaba de la misma manera, como si él fuera el lunático ─¿Qué crees que haces?─ preguntó intrigado.

─¿Qué no es obvio?─ habló con sarcasmo, genial, ni siquiera suicidarse podía hacerlo tranquilo.

El hombre lo miró indignado ─Mocoso maleducado, será mejor que te tires o te tiraré yo primero.

Jungkook rodó los ojos estando de acuerdo y cuando estaba a punto de lanzarse fue empujado hacia atrás cayendo de espaldas, soltó un jadeo de dolor por el golpe.

─¡¿Pero qué mierda te pasa, acaso quieres morirte?!─ regañó el extraño sosteniéndose el pecho como si hubiera pasado el peor susto de su vida.

El beta miró al pelinegro enojado, pero su respiración se cortó cuando se dio cuenta de un detalle muy importante ─¡Dios mío! ¡Pero si eres el hijo de Sunghoon!─ exclamó sorprendido.

Jeon soltó un suspiro cansado. En ese tiempo era imposible que alguien no conociera a su padre, Jeon Sunghoon un famoso multimillonario que seguía la tradición familiar de fármacos. Un alfa con suerte al tener a su omega predestinada y a un apuesto hijo. Un alfa puro igual que su padre.

Y quien conocía a su padre obviamente lo conocía a él, todo el mundo sabia del niño prodigio de los Jeon. El primogénito nacido en cuna de oro, sabiendo más de cuatro idiomas y con notas excelentes en un colegio de prestigio. Era el orgullo de la nación.

Jeon Jungkook había nacido para triunfar en todo.

Menos en el amor.

─¿Pero qué demonios pensabas hacer niño?─ preguntó extrañado ─¿Qué problema podrías tener como para querer lanzarte?─ habló ofendido. No podía comprender como alguien tan bien acomodado y con la vida resuelta podría querer quitarse la vida como si nada.

Cualquiera mataría por ser el.

─No te importa─ Jungkook lo miró detenidamente dándose cuenta que la bata del hombre pertenecía la compañía de su padre, maldita coincidencia ─¿Y tu qué haces aquí?─preguntó hostigado sentándose en el suelo ─Claro, aparte de meterte donde no te incumbe.

El señor frunció su ceño ─Mocoso, no te doy tus buenas nalgadas solo porque eres el hijo de mi jefe─ bufó enojado ─Además, que te crees tu, no eres el único que viene acá a terminar con sus problemas─ habló con melancolía.

Jungkook lo miró sorprendido ─¿Iba hacer lo mismo?─ preguntó, el hombre asintió con pena. ─Y si iba hacerlo, entonces ¿Por qué me detuvo?

El hombre se quedó pensativo, en realidad no había tenido ningún motivo en especial.

Había ido a ese bosque precisamente porque sabía que era un lugar tranquilo, casi nadie pasaba por allí, el lugar perfecto para perderse, o para morirse.

─Supongo que la necesidad humana me obligó hacerlo─ se encogió de hombros como si fuera lo más normal del mundo ─También pasé por esa etapa emo de querer tirarme de un puente en mi adolescencia. Pero ya sabes, no era tan demente como para saltarlo de verdad─ miró a Jungkook con desaprobación.

─No sabes nada de mi─ Jeon respondió algo molesto. Nadie debería rebajar los problemas de otros, mucho menos un completo extraño.

─Déjame ver si adivino─ El hombre sentado puso mirada pensativa, Jungkook no pasó por alto sus ojeras marcadas y el porte desaliñado que el extraño tenía ─¡Tu novia te dejó!─ apuntó con su dedo. Jungkook se tensó ante su respuesta. El hombre dio una sonrisa triunfadora. ─Le di en el clavo hombre, soy espectacular.

El alfa ignoró la emoción del extraño y habló con voz quebrada de nuevo ─Te equivocas, no éramos novios, mucho menos amigos─ suspiró agotado ─Nunca fuimos nada.

El hombre lo miró en shock ─¡¿Y estas así por alguien que ni siquiera tuvo nada contigo, acaso eres tonto?!─ exclamó sorprendido, pero calló su boca al ver la cara tan abatida y triste del chico. Mierda, quizás si se había pasado un poco ─Digo, arriba ese ánimos. Siempre hay solución para todo, menos para la muerte─ consoló patéticamente.

Como si fuera la mejor broma Jeon rió, una risa carente de gracia ─Pues para mi no hay solución que valga.

─Que si hombre-

─Tengo el síndrome del corazón roto─ cortó Jungkook.

El silencio dominó el bosque, el alfa vio la cara aturdida del loco de bata. Y justo cuando iba a decir algo Jungkook fue tomado bruscamente de los hombros haciéndolo levantar ─ ¡Vámonos muchacho, no hay tiempo que perder!─ soltó obligando al alfa a caminar al ver su falta de disposición ─Camina hombre, que tienes que hablar con tu omega. Esto no solo te afecta a ti, los dos pueden morir si son compañeros destin-

─No somos predestinado─ aclaró quitando las manos del beta de sus hombros ─Y tampoco es un omega─ soltó.

El beta lo miró sorprendido, ahora entendía un poco, quizás mucho ─¿Es un beta?─ vio una mueca en la cara del pelinegro ─Es un alfa─ afirmó.

En la actualidad mantener una relación con alguien de tu misma designación era algo raro de ver, sobre todo si estos eran dos alfas. Aunque era algo medianamente aceptado en la sociedad aún era un tema tabú.

Algo inapropiado.

─¿Qué? ¿Me dirá también que le doy asco?─ dijo a la defensiva.

─¿Por qué tendría que hacerlo?─ preguntó extrañado el hombre ─Solo amas a alguien, eso no me da asco─ se encogió de hombros ─Pero ya sea alfa o no, esas no son razones suficientes para que saltes de allí.

─Lo son para mi─ apuntó su corazón con el pulgar ─Esto no tiene arreglo.

Y entonces una chispa de brillo surgió sobre sus ojos. Lo había encontrado, encontró la solución a todos sus problemas.

─Lo tiene─ habló emocionado el beta ─Claro que lo tiene.

─Es imposible─ pronunció con incredulidad al loquito. Pero el era más loquito por quedarse a escucharlo.

─Difícil, pero no imposible─ aseguró confiado ─Soy químico, o bueno, lo era en la empresa de tu padre.─ rascó su nuca avergonzado ─Pero no hablemos de ese detallito─ dijo balanceando su mano al aire ─Lo importante aquí es que he estado trabajado en un proyecto durante cuatro años. Pero no cualquier proyecto eh, es uno que podría cambiar la vida de las personas, Podría cambiar la tuya.

Jungkook alzó sus cejas desconfiado, okey quizás lo había juzgado mal.

Tal vez no era un loquito. Era un completo lunático salido de algún psiquiátrico.

─¿Hablas acaso de una cura? ¿Tienes la cura para el corazón roto?─ Decidió seguirle el juego.

Luego le pegaría para huir.

─Algo así, he conseguido elaborar un medicamento que es capaz de equilibrar los niveles de alfatrofina en el cuerpo de un licántropo como tú ─ Explicó intentando usar lenguaje común para un chico de su edad ─Verás, básicamente logré reemplazar el amor que necesitas con una simple pastilla. Tu no amor, yo dar pastilla, tu ponerte feliz.

─¿Y por qué me hablas como retrasado? Soy más joven que tu no estúpido─ Respondió ofendido. Se creía que era un Orangután o qué.

─Que desconsiderado, lo hice para que me entendieras bien─ bufó.

─De acuerdo, aún si tu historia es verdadera hay algo aquí que no me cuadra. Si tenías un medicamento tan bueno ¿Por qué viniste aquí a suicidarte?

El beta soltó un suspiro rendido, el pequeño emo tenía un punto.

¿Si tenía algo tan valiosos como eso por qué quitarse la vida?

Bueno, la respuesta era fácil. Era pobre.

Se había quedado en la quiebra. El beta se había esforzado mucho por ese proyecto que no le había importado en ese entonces el dinero. Dejó su vida en eso. No solo había hipotecado su casa si no también pedido sumas abismales de dinero a los bancos.

Aunque trabajara mil años no iba a lograr pagar ni siquiera una cuarta parte de eso.

Sus prestamistas ya iban a su casa todos los días amenazándolo y golpeándolo para que pagara sus cuotas.

Estaba en la banca rota por seguir su sueño.

Un sueño que se había acabado cuando su proyecto fue rechazado. Y eso no fue todo, también fue despedido por hacer hecho ocupación de instalaciones privadas.

En su despido había intentado justificarse, él explicó con lujo de detalles lo importante que sería el proyecto para la vida de las personas, pero no fue escuchado. Fue sacado como un perro por la puerta de atrás.

Y de pronto ya no tenía nada, sin casa, sin trabajo y sin su preciado sueño.

─Me quería matar por mi proyecto, no fue aprobado como pensaba por una pequeñísima variante que no contemplé al inicio.

─¿Cuál?

El beta rascó su nuca incomodo ─Cáncer.

Jungkook lo miró sorprendido, era un idiota. Con justa razón lo despidieron, si él hubiera sido su padre haría exactamente lo mismo.

─No me veas así. Los experimentos que hice con las ratas fueron excelentes, claro, lo eran hasta que sus células comenzaron a mutar y a reproducirse como lunáticas.─ explicó masajeándose la cabeza al recordar a su rata favorita Lulú morir ─Pero estoy seguro que los efectos en humanos serán diferentes, después de todo ellas no poseían el gen que tienen ustedes los alfas─ habló esperanzado ─El problema es que no pude llegar a poner mi teoría a prueba.

Y en ese momento, en ese preciso momento dos personas cambiarían sus vidas por completo.

─Hagámoslo.

─¡¿Qué?! ¿Pero tu echaste lo que acabo de decirte? Es cancerígeno, podrías morir

─¿Y qué? De todas formas iba hacerlo─ habló despreocupado.

─No, no, no, eso va en contra de mis principios. ¡Eres un menor de edad y lo más importante, el hijo de mi jefe!

Jungkook rio mirando la bata del hombre ─ Ex jefe─ tocó la placa donde estaba escrito su nombre ─Desde ahora trabajaras para mi─ arrancó la placa de un tirón.

─Yo... no puedo─ el hombre se sintió cohibido. Como beta no podía sentir feromonas ni olores, pero vaya que si sentía el aura formidable del chico.

─¿No puedes?─ preguntó sarcásticamente ─Eso no te importó hace un momento ¿o si? No te hagas el santo ahora conmigo, querías un sujeto de prueba. Me tienes a mi ahora─ Jungkook sacó su blackcard ─A mi y a mi dinero ilimitado─ el beta tomó la tarjeta lentamente.

Era real. La tarjeta era real. Sentía sus manos temblar.

La delgada linea de la moralidad estaba remarcada en este preciso momento ¿Qué debía hacer?

Era toda su vida en este proyecto. Pero si salía mal, si fracasaba no solo su proyecto sería inservible, mataría al chico. Una cosa que no le había dicho era que en realidad el porcentaje de éxito era de un cuarenta por ciento. Elevaría sus niveles de alfatrofina pero eso no aseguraba que lo curaba del todo.

Era riesgoso.

¿Pero y si no era así, y si en realidad tenía éxito? Si en realidad funcionaba salvaría no solo la vida de ese chico, salvaría miles de vida. Sus sueños no estaban perdidos, esta era su segunda oportunidad. La oportunidad de cambiar al mundo, no la iba a desaprovechar.

Y haría lo que sea para conseguirlo.

Los ojos del beta brillaron, dio una reverencia con una sonrisa ─Será un placer trabajar juntos, Cha Eunwoo a tu servicio.

Jungkook miraba al beta, quizás esta era una de las decisiones más locas de su vida, pero, ahora cuando estaba al borde de la muerte incluso creer en las palabras de un loco era mejor que quedarse en la completa desesperanza. Esta era su segunda oportunidad. Su segunda oportunidad de vivir.

[🔪]

Dicen que hay cinco etapas para el corazón roto: negación, ira, negociación, tristeza, y finalmente aceptación.

Jungkook ya había aceptado la última fase. Aceptó que su corazón no era correspondido y estaba bien con ello. Jimin estaba en su derecho de no quererlo y Jeon estaba perfectamente bien con ello.

No pintaba a Jimin como el villano de la película, porque simplemente no lo era. El se había enamorado hasta los huesos y Jimin no. Simple y sencillo como lo es un amor no correspondido.

Sin embargo, su corazón roto seguía ahí, la Alfatrofina no podía reemplazar todo el amor y cariño que le hacía falta. Y el tenía que buscar un reemplazo a eso.

Bastaba con entrar en cualquier fiesta y guiñar el ojo para tener a una fila de omegas que caían ante él. Jungkook lo aprovechaba, firmaba con ellas un contrato de confidencialidad.

Jeon Jungkook se acostaba con omegas para reemplazar su falta de amor ¿Cuan patético tenía que ser como alfa para hacer eso? Utilizar a las personas de la misma forma en la que el había sido usado.

Escogía en su mayoría mujeres hermosas, con busto prominente, aromas dulces y personalidades sumisa. Todo lo que un alfa debería desear, debería querer.

Lo que su alfa necesitaba, lo normal, lo perfectamente correcto.

Solo así su lobo dejaba de romperle las pelotas.

A pesar de ser todo un resentido de mierda, su lobo también se había acostumbrado a ya no esperar nada de Park, se había resignado hace mucho. Había hecho una promesa así mismo de salir de la vida del alfa.

Claro, al menos que el propio Jimin fuera quien lo buscara para pelear o reclamarle sobre cualquier bobería.

De cierta forma lo divertía verlo enojar y ponerse colorado, en especial cuando quedaba en primer lugar en cualquier cosa y Jimin no.

De cierta forma su lobo se ponía de buen humor cuando lograba ganarle al enojón alfa. Y le encantaba aún más cuando el alfa lo buscaba para pelear, porque solo así podía darle unos buenos puñetazos.

Claro, sin llegar a lastimarlo realmente. Jungkook todavía tenía cierta debilidad hacia Jimin, muy en el fondo lo seguía cuidando, protegiendo.

Por eso no soportó ver cuando unos alfas se habían burlado de él a sus espaldas. Su instinto se activó respondiendo de manera agresiva. Los había golpeado hasta el cansancio y abandonado en un callejón.

Cuando lo hizo se preocupó de sí mismo, casi había matado a esos desgraciados. No podía pensar racionalmente cuando venía el nombre de Jimin a su mente. Solo pudo sentir la sangre hervir en sus venas.

Porque se habían metido con algo de él, algo suyo.

Debía controlarse, no podía permitir que una situación como esa pasara de nuevo. Por esa razón intentó solucionar ese problema lo más rápido que pudo, intento advertirle a Jimin, hablar de nuevo con él, lo hizo.

¿Y cómo resultó eso?

Simple, en un segundo rechazo. Solo que esta vez tenía claro que el problema no era que él fuera un alfa, por supuesto que no lo era, porque había escogido a Min Yoongi sobre el. Y eso no puedo dolerle más de lo que pensaba que le dolería.

Porque solo entonces entendió que el problema no era su designación. El problema era él.

Jeon ese día entró en un episodio de depresión crítico. Luego de salir de la enfermería utilizó sus últimas fuerzas para llegar al laboratorio de Cha.

Eunwoo ese día le había inyectado una doble dosis de Alfatrofina, sabía el riesgo que corría al inyectarle una dosis tan fuerte pero no tenía otra alternativa, tenía que hacerlo.

Pero aun así no había servido, Jungkook seguía con los signos vitales demasiado débiles.

El beta se encontraba al borde de la desesperación, el pulso de Jeon cada vez peor, si seguía así moriría, lo tenía seguro.

─Lo llamaré, Jimin tiene que enterarse. Tiene que saber.

─No─ había ordenado aquella vez ─No te atrevas.

El beta lo miró con tristeza, el alfa se estaba muriendo frente a sus ojos y este era tan terco como para no hacer nada, no dejaría que eso pasara. No bajo su guardia.

Ese día Cha había roto algunas leyes. O bueno, muchas.

Desde ser multado por exceso de velocidad, hasta ser captado en cámaras de seguridad del colegio como un pervertido.

Todo eso por haber robado un uniforme deportivo.

Pero al final pudo lograr su cometido. Pudo salvar la vida de Jungkook.

Eunwoo había estudiado el comportamiento de alfas y omegas en relación al síndrome del corazón roto. Sabía que la única forma de aliviar los síntomas era recibiendo afecto de aquella persona que te lo había provocado en primer lugar.

Atención, afecto, olor. Cualquier cosa serviría.

Incluso un uniforme usado.

Cuando le explicó al alfa que no podía estar lejos de Jimin, que necesitaba al menos de su aroma Jungkook se había puesto a llorar. Porque se dio cuenta de una de las peores cosas, se dio cuenta que era dependiente de Jimin.

Park era su enfermedad tanto como lo era su medicina.

Pero Jungkook ya había aprendido la lección, estaría cerca de Park, pero no con él.

Lo suficientemente necesario para mantener a su lobo viviendo. No más de eso, ya no intentaría hablar con él, no intentaría algo que no tenía sentido.

Por eso había decidido mantenerse alejado, al margen de cualquier cosa.

Solo así había tenido "paz" en su vida por mucho tiempo. Jimin por su lado y el por el suyo.

Jeon podía lidiar con el síndrome del corazón roto, podía salir adelante tal y como había hecho siempre, solo.

Sin nadie que le diera el amor tan desesperado que su lobo anhelaba.

¿Qué podía hacer? ¿Decírselo a Jimin?

Probablemente el lo rechazaría, eso mataría directamente a su lobo. Sabía que no podría soportar tal rechazo de su parte, no podría soportar más dolor.

Pero ¿Y si Jimin no lo rechazaba?

Bueno, esa opción era aún peor, si no le rechazaba estaba seguro que se quedaría con el por pura lastima, el alfa cargaría sobre sus hombros un peso que Jungkook no quería darle.

Si su amor era por lastima entonces no lo quería.

Había aprendido a sobrevivir sin él todo este tiempo, se había acostumbrado perfectamente a no necesitar nada de él más que verlo de lejos, manteniendo la debida distancia.

Perfecto, excelentemente bien sin Jimin.

Pero por supuesto todo se fue al carajo cuando pasaron su primer celo juntos.

Se fue a la mierda porque su lobo había despertado por completo.

Su lobo, aquel que se había mantenido escondido y saliendo rara vez había vuelto a la vida.

El contacto directo con el lobo de Jimin durante el celo fue el punto de partida para el desastre. Su lobo volvió a revivir aquellos sentimientos por el alfa, lo reconoció como su pareja otra vez.

Como su pareja elegida.

Sus propios sentimientos volvieron aparecer como una ráfaga azotando y moviendo todo su mundo de nuevo.

Cuando quedaron encerrados Jungkook supo que era mala idea quedarse allí por mucho tiempo, era demasiado tentador para su cordura.

Y por más que se intentó, no se pudo resistir a sus deseos más bajos. No era suficiente con solo mirarlo de lejos, no era suficiente hablar con el de vez en cuando, todo este tiempo no había sido suficiente nada de esas mierdas.

Es por eso que lo hizo, hizo lo que deseaba, inconscientemente indujo a Jimin al celo.

Bueno,lo hizo apropósito en todo el sentido de la palabra, a quién quería engañar, incluso había hurtado los supresores del alfa sin que se diera cuenta.

Un efecto secundario que tenia de consumir regularmente la Alfatrofina, además de mantenerlo metafóricamente con vida, era tener capacidades que no tenía un alfa normal, ni siquiera uno puro como Jimin. Fue fácil para el manipular su celo.

Y no se arrepintió de nada.

Se sintió jodidamente satisfecho al oler su aroma de menta y chocolate. Quería hundir su cara en su cuello y revolcarse en él. Su lobo había reaccionado de manera complacida ante la idea y algo que si no previno fue que la bomba de feromonas de Jimin junto a la disposición de su lobo lo harían inducir su propio celo.

Y lo hizo, tomó a Jimin como suyo.

Fue sexo salvaje, puro instinto corriendo por su piel. La parte primitiva de su ser tomando el control y su lobo desquitándose con cada estocada lo resentido que estaba con él, castigándolo por haberlo rechazado.

Por que si, Jimin había sido un hijo de puta.

Por eso no lo dejó descansar, aunque sabía que el cuerpo del alfa se encontraba totalmente cansado, no dejó de usar su cuerpo hasta que se sintió completamente satisfecho.

Y cuando lo vio dormido, cuidó bien de él, lo abrazó para que no sintiera frío, acurrucándolo en su pecho ─Eres mío.─ había susurrado mientras lo marcaba con su aroma.

Luego de aquello lo dopó para que durmiera tranquilo mientras rompía la puerta.

La foto había sido un impulso, algo que había hecho como un recuerdo, porque estaba seguro que al día siguiente Jimin le diría que lo que pasó en ese salón solo era un error, algo de celo y nada más.

Y pasó tal y como suponía. Jimin tocó de nuevo aquella espina que tenía clavada en su corazón.

Pero no debía quejarse, después de todo el había decidido callar y sangrar.

Para Jimin, Jungkook era su clavo, pero para él, Park era su cruz entera.

El nunca le había reclamado a Jimin nada, lo había dejado hacer lo que quisiera. Dejar que le hiciera daño, que le aplastase y le haga sangrar cuantas veces quiera.

¿Pero en realidad era justo?

¿Merecía ese castigo?

¿Merecía tener ese tipo de vida mientras Jimin podría ser feliz sin tener que preocuparse por nada?

¿En verdad merecía todo esto cuando su único pecado había sido amarlo?

No, no lo merecía.

De verdad que no quería culpar al alfa de su enfermedad, pero lo hacía.

No evitaba sentir celos de Min Yoongi, un alfa que podía estar cerca de Jimin, podía recibir todas las sonrisas que quisiera, recibía todo el amor del alfa.

Todo el amor que a el debía pertenecerle.

¿Qué tenía Min Yoongi que no podía tener él?

¿Por qué no era lo suficientemente bueno para Jimin?

Su lobo sentía mucho rencor y tristeza, era muy masoquista y para nada sano para el seguir viviendo así. Y se sentía tan miserable por ponerse feliz ante la mínima muestra de atención de Jimin.

Su lobo y el se hacían los orgullosos, pero la verdad es que no importaba incluso si recibía insultos y dolor por parte del castaño, Se sentía necesitado y aceptaría cualquier cosa que viniera de Jimin.

Pero era demasiado, quería darle fin a todo esto.

Jeon había intentado acercarse a él, veía como Park a pesar de que no paraba de decirle que lo molestaba no hacía el gesto de rechazar tu tacto, menos sus besos. Jungkook quería tantear el terreno, ver hasta que punto podía llegar con Jimin.

Y si veía que podía funcionar aunque sea con un mínimo de probabilidad Jungkook iba a tomar el riesgo. Iba a amar a Jimin de nuevo, a curar sus heridas y hacer hasta lo imposible para conquistar a ese alfa testarudo que lo volvía loco.

Sin embargo esas solo eran fantasías, porque el castaño solo lo buscaba cuando necesitaba algo de él, era un interesado sin importarle los sentimientos de los demás.

Jimin no había cambiado en absoluto, seguía siendo el mismo de siempre. El mismo que solo había utilizado de él a su antojo.

Si iban a jugar a ese juego de mentiras y engaños, bien. Por que Jungkook esta vez traía su chaleco anti balas.

Estaba cansado de correr detrás de alguien que no corría por él.

Cansado de mirar unos ojos que ni siquiera lo veían.

Tomó su celular ─Necesito que me envíes más Alfatrofina.

Escuchó un suspiro de preocupación a través de la otra línea ─¿De verdad jugarás con el corazón de ese chico?─ preguntó preocupado.

Jungkook soltó una risa sarcástica ─¿Acaso él tiene algún corazón?─ Cortó la línea, no esperando una respuesta de su parte, no le debía nada a nadie, ni siquiera a Eunwoo.

De ahora en adelante Jungkook le daría una volteada a la moneda. Ya no quería ser el maldito idiota que se murió de amor por el capricho de un alfa.

Sostuvo su pecho cuando una ráfaga tan conocida azotó de nuevo su corazón. Su cuerpo soportaba cada vez menos y todo esto era culpa de él.

Ahora es cuando iniciaba la verdadera guerra, porque no había nada más peligroso que alguien dolido.

Oh si, nadie había envenado tan bien su corazón como lo hizo Park Jimin.

Arruinaría a Jimin. Sería lo último que haría, así tenga que morir en ello. Jungkook se encargaría de devolverle el favor, porque si el moría, lo arrastraría al infierno junto con el.

Si Jimin pensaba que era egoísta ahora le demostraría cuan malditamente egoísta podría ser.

Le haría gozar las maravillas del amor; las encantadoras mariposas, las mágicas palabras, los brazos más cálidos para abrazar y los labios más dulces para probar. Lo haría jodidamente enamorarse de él.

Enamorarlo y luego romperle el pequeño corazón de piedra que tenía, lo tendría en sus manos y lo haría mierda.

El agridulce primer amor─ susurró tirando en la chimenea la única prueba que aquel amor que había sentido existía, una vieja nota que había atesorado con cariño, que había mantenido consigo para recordar los preciosos sentimientos que alguna vez había tenido ─Y el error más grande de mi vida─ vio como el fuego quemaba los últimos restos de papel que quedaban. Lo que un día fue amor ahora era solo cenizas.

Ya no quedaba nada del antiguo Jungkook, ahora solo era una persona dispuesta a todo, a todo por su venganza.

Le daría a Park unas buenas razones para odiarlo.

...

¡¡ay papáaa!!

[Notica de el/la autora/or original]

prepárense porq recién comienza el verdadero enemies. La vrg nos trajo y la vrg nos va a llevar.

aclaración.

pareja destinada: esa ya se la saben, solo suceden en una pareja de un alfa con un omega, son sus lobos de vidas pasadas, se reencuentran y se aman ajá.

pareja elegida: A pesar de que tanto omegas como alfas tengan su destino hay un vinculo más fuerte que es la pareja elegida, significa que tanto lobo y humano aceptaron y eligieron aquella persona como pareja de vida, suceden en casos muy raros, el vínculo se puede dar unilateralmente (provoca el síndrome de corazón roto). No hay discriminación, es decir, un omega puede elegir tanto a un omega, alfa como a un beta, o viceversa un alfa a un omega, beta o alfa.

No daré más información sobre mi mundo omegaverse, solté esa bomba de información en este cap pq será necesario en los siguientes, daré info poco a poco mientras avanza la trama.


Gracias por su apoyo ‹3

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