✧c.-046
N/A: Este comienzo de semana está marcado por desgracias y me estoy poniendo enferma, así que este capítulo es mi terapia xD
Cap dedicado a principitojin ♡♡
Hoy os recomiendo 'Dead to You' de memyself&vi, porque lo que no empieza tan mal, es mi Descubrimiento Semanal.
[...]
La vuelta a casa se convirtió en todo un suplicio para TaeHyung, quien había comenzado a llorar tan pronto como entró en su coche. Y es que no podía evitar el sentimiento tan grande de culpa, la sensación de vacío al conocer algo que había estado haciendo mal durante tanto tiempo sin que nadie le dijese nada.
Odiar libremente a Jungkook se volvió su hobby, su deporte favorito por años, cuando este lo consideraba una prioridad en su vida, cuidándolo, protegiéndolo en cierto modo, ayudándole entre las sombras para, al final, no recibir nada más que rechazo por su parte.
Sólo con ponerse en el lugar de Jungkook, con imaginarse lo mal que tuvo que pasarlo por su culpa, por el desprecio constante con el que siempre le trataba o se dirigía a el, se le partía el corazón en mil pedazos, siendo incapaz de reconocerse a sí mismo.
¿Cómo había sido capaz de tal cosa? ¿Cómo pudo tener el valor de tratar tan mal a alguien que sólo quería pertenecer a su vida? Cuidarle de manera desinteresada, después de años en los que prácticamente era invisible ante los ojos demás compañeros. Y es que TaeHyung había ignorado y despreciado a la única persona que realmente le tuvo en cuenta hasta la llegada de Noeul. Y no sabía si podría perdonarse alguna vez.
Llegó a su apartamento como un alma en pena: arrastrando los pies, con los hombros caídos y la cabeza gacha, alertando a un Noeul que recién salía de la cocina, sobresaltándole al verle entrar.
"¡Ay, ¿qué haces ahí? Pensé que estabas durmiendo, ¿de dónde vienes?" Preguntó, sólo entonces notando su estado e inmediatamente corriendo hacia él. "Eh, eh, ¿qué ocurre?"
Posando la mano en su hombro, hizo que le observara, pudiendo así verle los ojos llenos de lágrimas y el rostro empapado por estas. Su corazón se apretó, sosteniéndole el rostro.
"Soy... Soy la peor persona del mundo, Noeul. No merezco nada bueno..."
"¿Qué? ¿Por qué lo dices?" Quiso saber, en apenas un susurro. "¿Qué ha pasado?"
"Todos- todos estos años he sido un imbécil con él, con Jungkook... Le he tratado mal, muy mal cuando- cuando él sólo quería ayudarme." Sollozaba, tapándose la cara con ambas manos. "Me odio tanto..."
Noeul meneó la cabeza de un lado a otro, acariciando su nuca suavemente. "No digas eso, por favor."
"Es que es- es la verdad, Eul..." Su barbilla tembló, mientras hipaba, sumido en un llanto desgarrador.
Le dolía el corazón como nunca antes, sintiéndose impotente por no haber visto la realidad antes. Culpable por dañar a alguien que sólo quería lo mejor para él, que le quería de manera sana y buena. Había sido tan injusto, tan cruel...
"No tenías ni idea, corazón..."
Él levantó la mirada. "Debí tenerla. He sido muy inteligente para millones de cosas y tan ingenuo e irracional con algo tan obvio como esto." Luego, volvió a negar.
"TaeHyung..."
"No merezco nada de lo que Jungkook ha hecho por mí. Ni siquiera merezco que tenga esos sentimientos."
Tapándose el rostro nuevamente, sollozó, permitiendo a su alma liberarse del sentimiento tan asfixiante que era tener el corazón roto. Notó la mano de Noeul volviendo a posarse sobre su hombro, apretando con suavidad para hacerle saber que estaba ahí, sin embargo no podía con la sensación de culpabilidad, no podía mantenerse en por cuando dolía tanto.
"Necesito estar solo." Murmuró, lo suficientemente alto como para ser escuchado por el rubio.
Y, acto seguido, fue directo hacia su habitación, tambaleándose se manera torpe e incluso ridícula antes de encerrarse entre aquellas cuatro paredes. Las piernas temblorosas, casi inútiles, no le permitieron dar más de cinco pasos antes de verse en la obligación de tirarse al suelo, su espalda apoyada contra la cama.
Estaba seguro de que no se había sentido tan mal ni cuando quemó la cocinita de sus hermanas e hizo a estas llorar durante días, tampoco cuando vio la mueca de decepción y fastidio en el rostro de sus padres. Jamás lo olvidaría, pero ni de broma dolía tanto como saber que había dañado a alguien como Jungkook.
Un par de golpecitos sonaron contra la puerta, seguidos por la voz suave de Noeul.
"TaeHyung..."
"Estoy bien." Respondió casi de inmediato, su barbilla temblando mientras se quitaba las lágrimas.
Noeul suspiró. "No, no estás bien... ¿Qué puedo hacer para ayudarte?"
"Nada... No- no sé... Me siento muy mal, Eul." La voz le tembló al admitirlo.
"Ya lo sé, corazón. ¿Quieres que vaya a comprar algo?"
"No..."
"¿Galletas?"
"Tampoco..."
"¿Cereales de esos que tanto te gustan?"
Un hipido abandonó sus labios. Probablemente tampoco merecía un amigo como Noeul, incluso si jamás le había hecho sufrir. Pero no merecía nada bueno en su vida.
"No..."
"¿Helado? ¿Aún queda de la última vez que compraste?"
"No, no queda..."
"¿Y quieres?" Volvía a preguntar, esta vez no recibiendo más que silencio. Él sonrió, pues sabía que era una respuesta afirmativa aún si no había dicho nada. "¿De qué sabor?"
TaeHyung se quitó más lágrimas que continuaban cayendo, mirándose las manos. Sentía como si hubiera matado a alguien.
"N-No lo sé."
"Bueno, no pasa nada, elegiré uno al azar, ¿vale?"
"Vale... Gracias."
"Sabes que no tienes que dármelas."
"Claro que debo. No quiero ser un desagradecidos contigo también."
"Tú nunca has sido así, TaeHyung. No haberte dado cuenta de ciertas cosas no te convierte automáticamente en un desagradecido, ni tampoco en una mala persona." Tuvo que recordarle el rubio, como si ese pequeño detalle se le hubiera pasado por alto. "Porque todo el que reconoce sabe que, de haber sabido todo lo que sabes ahora en su momento, las cosas hubieran sido muy diferentes."
La barbilla le tembló casi de inmediato, sin dejar de observar sus manos mientras comenzaba a llorar nuevamente, tan frágil que se asustaba de su propia vulnerabilidad.
"Pero no lo fueron." Sollozaba. "Y sé que eso me va a perseguir por siempre. La persona tan- tan cruel que fui, lo mal que me comporté... Nunca voy a olvidarlo."
"Estás siendo muy pesimista, TaeHyung..."
"Soy la peor persona del mundo, Noeul. La peor."
Ante el llanto desgarrador que amenazaba con hacer acto de aparición, Noeul se mordió el labio inferior, ni siquiera teniendo tiempo para reaccionar o decir algo más cuando el timbre sonó.
Escuchó al rubio resoplar antes de moverse, habiendo anteriormente pegado su cuerpo a la puerta. Luego, el sonido de su voz.
"No quiero que sigas pensando así." Repitió, y TaeHyung podía imaginar su postura. "Dame un momento, voy a ver quién llama."
Hipando, él asintió incluso si no podía ser visto. "Vale..."
Lo siguiente que oyó fueron sus pasos alejándose hacia la salida, murmurando algo en voz baja y luego hablando algo más alto, como si estuviera manteniendo una conversación con alguien. Al poco tiempo, otra puerta se cerró y volvieron a escucharse pasos, esta vez encaminándose a su habitación.
TaeHyung se estaba limpiando las lágrimas que no dejaban de salir, temblando, cuando preguntó: "¿Quién- quién era?" Y lo que obtuvo fueron un par de golpecitos en la puerta.
Creyendo que sería Noeul, ni siquiera se molestó en preguntar nada más.
"Pasa..." Susurró, sorbiendo por la nariz y esperaba que la puerta se abriese, llorando de manera silenciosa. "¿Quién era?"
Él no obtuvo una respuesta verbal, sino que con sólo levantar la mirada de sus manos pudo averiguarlo, encontrándose con los ojos brillantes y preocupados de Jungkook. Inmediatamente, aquella imagen hizo que su corazón se apretara, no necesitando preguntar para sabe que estaba allí por él.
Su llanto se volvió más intenso, demostrando el dolor que sentía y su arrepentimiento con lágrimas y sollozos que sonaban casi desesperados a oídos de Jungkook, quién se adentraba, acercándose.
"Hola."
La voz del azabache sonó extremadamente suave, llena de dulzura, mientras aquellos ojos le observaban con todo el cariño del mundo.
"¿Q-Qué haces...? ¿Por qué estás aquí?" Susurró en medio de un sollozo, mirándole con los labios apretados. "¿Y Noeul?"
"Ha salido a por algo, no tardará mucho en volver."
Jungkook se puso de cuclillas frente a él, aprovechando la poca distancia que los separaba para llevar una mano hasta su rostro, limpiándole cuidadosamente las lágrimas. Aquel acto tan puro hizo que el corazón de TaeHyung se apretara una vez más con fuerza.
"¿Por qué has venido?" Volvió a preguntar, ni siquiera tratando de mantener la estabilidad en su voz.
Los labios se le curvaron en apenas una diminuta sonrisita, sin dejar de acariciarle el rostro. "Bueno... No creerás que después de esa carta voy a poder seguir con mi vida, así como si nada, ¿verdad?"
Y, él quizás no tenía ni idea, pero el nerviosismo que provocó en TaeHyung no fue precisamente pequeño.
"Es... La escribí hace mucho..."
Él se encogió de hombros. "¿Y? Eso no importa, TaeHyung. Quizás ya no te sientas del mismo modo, pero para mí es importante saberlo. Aunque sea años después."
Su corazón comenzó a bombear con fuerza.
"No, yo... Yo sí me siento del mismo modo aún ." Admitió, tragando saliva. Estaba tan nervioso, especialmente después el brillo en los ojos ajenos, que rio para que el sonrojo en sus mejillas no fuera tan evidente.
"Oh..."
"Quiero decir, era-era un poco obvio, ¿no?" Jugueteando con sus manos, balbuceó. "Soy un hipócrita después de todo."
Jungkook le apartó el cabello de la frente para poder observar sus ojos mejor. "¿Por qué hipócrita?"
"Decía odiarte abiertamente, pero no sólo permitía que me besaras, sino que lo buscaba, lo quería y hasta te correspondía cuando sucedía. Creo que ese pequeñísimo detalle no me deja en muy buen lugar."
"Bueno... Eso es cierto..."
"En realidad lo que siempre he odiado de ti es que seas tan perfecto, no poder señalar ningún aspecto negativo sobre ti, que todo se te diera bien. Pero a la vez no lo odiaba, porque en el fondo no sentía nada más que admiración. Y eso me molestaba." Admitió, meneando la cabeza de un lado a otro, frustrado consigo mismo.
"Aquí nadie es perfecto, TaeHyung; mucho menos yo."
Él le observó todavía con los ojos llenos de lágrimas. "Claro que lo eres."
"No, créeme, estoy lejos de serlo. Al contrario de ti, que no dudaste en cuidar de tu jefe cuando más lo necesitaba, incluso después de todo lo que te había hecho, yo soy una persona muy rencorosa."
"Eso no es cierto."
"Lo es." Insistió. "El problema es que contigo no puedo serlo. Simplemente no me sale. Intentaba hacerme el duro cuando me rechazabas, como hace poco, cuando discutimos en el aparcamiento, pero es imposible."
El corazón de TaeHyung dio un vuelco, casi haciendo un puchero inconsciente. Jungkook le señaló.
"Me miras con esa cara y la última cosa que puedo hacer es enfadarme contigo, pero la realidad es que sí soy rencoroso. Mucho, muchísimo. Por eso mismo jamás le perdoné a Jongin o a cualquiera de los demás todo lo que te hicieron. Ni pienso hacerlo."
"¿Nunca?"
"Jamás. Ni siquiera si tú eres capaz."
Otro sollozo se escapó de sus labios, teniendo que cubrirse el rostro por unos segundos, hasta que Jungkook le apartó las manos, reemplazándolas por las suyas a cada lado.
"Yo... yo me sigo sintiendo exactamente igual que cuando escribí esa carta, Jungkook." Admitió, teniendo la valentía suficiente para mirarle a los ojos. "Supongo que nada ha cambiado desde entonces, incluso si ese día todo se torció un poco más entre nosotros."
Este asintió, la culpabilidad siendo más que evidente en su mirada mientras paseaba los dedos por su rostro, pues aquella vez fue la primera y única que le falló a consciencia propia.
"Lo siento."
"No, no es tu culpa. Hiciste lo que debías y ahora mismo, sabiendo lo que sé, nunca podría culparte." Se apresuró a decir. "Lo que quiero decir es- es que siento lo mismo, pero no merezco que tú lo hagas."
"¿Hacer el qué? ¿Estar enamorado de ti?"
"Sí..."
"Bueno, no es como si pudieras hacer algo para evitarlo. Yo tampoco, en realidad."
"Lo sé..." Susurró, asintiendo. "Pero no es justo, después de todo lo que ha pasado. De cómo te he tratado... No es justo que sigas preocupándote por mí, ni cuidándome."
Jungkook asintió, haciéndole saber que estaba escuchándole atentamente. "¿Tú crees?"
"Sí. Ni siquiera deberías estar aquí. No lo merezco."
"¿Qué debería hacer, entonces, según tú? ¿Cómo debería comportarme?"
Agachando la cabeza, no le permitió ver sus lágrimas, tampoco el modo en que comenzaba a temblarle la barbilla, mientras jugueteaba con sus manos.
"No tan bien. Creo que todo sería mucho más fácil si me odiaras."
"¿Fácil para quién?"
"P-Para todos..."
"¿Incluido tú?" Volvía a preguntar.
TaeHyung negó. "Yo no importo, Jungkook... No ahora."
El azabache, que no pareció estar de acuerdo con eso, meneó la cabeza de una lado a otro a modo de negación, volviendo a acariciarle el rostro con suavidad. Le observaba con tanta adoración que a TaeHyung no paraba de encogérsele el corazón.
"Tú siempre vas a importar, no hay excepciones." Aseguró, levantándole el rostro para que le mirase a los ojos una vez más.
Su barbilla temblaba, siendo víctima de un llanto silencioso del que no parecía ser capaz de salir. Era incapaz de creer que, aquella persona frente a él, tan comprensiva, dulce y con un corazón inmenso, fuera real. Que alguien así existiera en la vida cotidiana. Y lo más importante, que quisiera ser únicamente suyo.
"No- ¿No me odias?"
"Claro que no."
"¿Y por qué? Después de lo mal que te he tratado, de todas esas veces en las que te rechacé... Sería comprensible, ¿no?"
"Quizás, pero no puedo forzar algo que definitivamente no siento, mucho menos cuando se trata de ti. Nunca he podido y tampoco voy a empezar ahora."
TaeHyung sollozó, tapándose el rostro con ambas manos. "¿Cómo eres tan bueno...?"
El azabache dejó escapar una pequeña risa, negando.
"No lo soy, simplemente intento ser lo más razonable posible." Explicó, quitando una lágrima rebelde. "Odiarte no sólo sería ridículo considerando que estoy enamorado, sino que además le quitaría credibilidad a cada cosa que hice por ti después de todo. También te haría sentir mal una vez supieras la verdad y eso es lo último que quiero."
El castaño lloró más fuerte, sus manos temblorosas escalando hasta los hombros de Jungkook, quedándose allí, mientras él trasladaba las suyas hacia su cintura, apretando suavemente en un intento por calmarle.
"Oye..." Susurró, masajeándole la cadera con ambos pulgares.
"Lo siento mucho, Jungkook... Lo siento tanto..." Sollozaba, escondiendo el rostro en el cuello ajeno. "Ojalá pudiera volver atrás en el tiempo y cambiarlo todo."
"Está bien, no pasa nada. No hace falta volver atrás en el tiempo, TaeHyung."
"Pero cambiaría tantas cosas..."
Él se separó unos centímetros, esta vez acunándole el rostro. "¿Acaso no puedes hacerlo ahora?"
Derramando más lágrimas, TaeHyung le observó, sus ojos esperanzados acelerando el corazón de Jungkook, quién era incapaz de soltarle por más de dos segundos.
Su debilidad por TaeHyung era demasiado obvia, siendo este prácticamente su único punto flojo, aquel con el que cualquiera podría atacarle fácilmente sin fallar en el intento. Por eso mismo, al ver el brillo en esos ojos húmedos, cansados e irritados por el llanto, ni siquiera pudo ocultar el modo en que fue afectado, como si sintiera que TaeHyung hubiese estado esperando esa propuesta.
"¿Me dejarías arreglarlo?" Susurró, viéndose tan vulnerable que Jungkook no podía reconocerlo. "¿Puedo?"
"Claro que puedes, por supuesto. Pero no quiero que hagas nada de esto porque sientas que me debes algo. No es así. Tú no me debes nada."
El castaño negó. "No quiero devolverte nada, sólo arreglar las cosas que fastidié. Yo ni de broma soy tan detallista como tú..."
"Y no tienes por qué serlo."
"Lo sé, yo también quiero hacer cosas por ti, al igual que tú has hecho. Tal vez no estemos al mismo nivel, pero-"
Jungkook usó una de sus manos para agarrarle por las mejillas, impidiéndole seguir hablando. "Esto no es una competición, TaeHyung."
"Lo sé, y no pretendo competir. No en esto."
"¿Entonces? ¿Me quieres conquistar?" Bromeó.
Y, en respuesta, dejó escapar una pequeña risita. "Eso ya lo he hecho."
"Oh, vaya..." Su sonrisa, ni siquiera molestándote en ocultar que estaba encantado, hizo aparición, viendo como el castaño se mordía el labio inferior. "¿Tú crees?"
"Por supuesto." Muy convencido, asintió. "Y sin tener que mover un dedo."
"Bueno... Alguien aquí se lo tiene muy creído y por primera vez no soy yo."
TaeHyung se inclinó para depositar un casto beso en sus labios, prácticamente interrumpiendo lo que estaba diciendo. Tal fue la sorpresa del azabache, que casi olvidó cuál era el tema inicial.
"¿A esto te referías cuando dijiste que también querías hacer cosas por mí?"
"Hm... Algo así." Encogiéndose de hombros, dijo. "¿Crees que funcionara?"
En respuesta, Jungkook resopló. Y, una vez más, no necesitaba palabras para saber que se trataba de una respuesta afirmativa, por lo que volvió a besar sus labios castamente.
Aquella sensación de culpa todavía estaba ahí, pues era obvio que no se iría tan fácilmente. Sin embargo, ahora TaeHyung sentía que podía combatirla con sus ganas de redimirse. Porque quizás no tenía la valentía de decirlo en voz alta, pero todo lo que quería con respecto a Jungkook, es que todos esos intentos por acercársele no hubiesen sido en vano. Que haberse enamorado de él mereciera la pena.
"Oye, y... Así, por curiosidad... ¿Hay alguna bicicleta que haya salido al mercado recientemente y te guste?" Cuestionó, luego de un largo silencio.
El azabache dejó escapar una carcajada, sabiendo a lo que se refería y conociendo sus intenciones.
"Odio montar en bici, TaeHyung. Me compré un coche a los dieciocho por algo."
Como era de esperar, TaeHyung bufó, mostrándose fastidiado, pues su plan se había torcido exageradamente antes de llevarse a cabo.
"Mierda..."
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