N/A: Este capítulo me calienta el corazón de una manera inexplicable xD
Cap dedicado a candeecarballo9 ♡♡
Hoy os recomiendo 'Wish You Stayed' de The Haunt, una absoluta obra maestra.
[...]
"Esta noche hemos quedado con los chicos de la revista en ese pub, ¿quieres que vayamos?" Noeul tomó asiento junto a TaeHyung en el sofá, quién se encontraba presionando botones aleatorios de Babee. "¿Qué haces?"
"Se ha quedado sin memoria y necesito borrar cosas." Explicó. "Y en cuánto a lo de esta noche, no tengo ni idea de si iré o no, el señor Jang sale del hospital a las nueve, así que le llevaré a casa."
Las cejas de Noeul se fruncieron, acomodándose en el sofá para mirar al castaño mejor, mostrándole su expresión confusa. "¿No te estás tomando demasiadas molestias con tu jefe? Entiendo que lo que ha sucedido haya sido traumático para ti, pero no sé..."
"No, ya no es sólo eso... Va más allá de estar preocupado." Murmuró, apretando los labios mientras eliminaba una foto borrosa.
"¿A qué te refieres?"
"El señor Jang está prácticamente solo, Eul. No tiene a nadie que cuide de él, que lo acompañe en estos momentos tan complicados ni se preocupe por lo que pueda llegar a pasarle." Explicó, luciendo algo angustiado a ojos de su mejor amigo, cuya mano se posó en su muslo.
"¿Y quieres ser tú?"
"No... No lo sé." TaeHyung se encogió de hombros. "Él dijo que cuando me vio llegar a la revista se sintió muy identificado con lo que yo aparentaba... Y supongo que no estaba tan alejado de la realidad, al fin y al cabo, yo también he estado así de solo en muchas ocasiones."
Entrecerrando los ojos al ver como TaeHyung bajaba la mirada, como si estuviera autocompadeciéndose, hizo que Noeul no continuara insistiendo con el tema de su jefe, pues sabía que debía ser lo suficientemente importante para él como para dar explicaciones al respecto.
"Tú no estás solo, corazón de melón."
Él giró la cabeza para mirarle. "Pero lo estuve, Eul, antes de que llegaras. No tenía amigos, no tenía a nadie con quien hablar de mis cosas..."
"Bueno, tenías a Jungkook."
Ante la mención del azabache, TaeHyung inmediatamente soltó una risita cargada de tristeza, meneando la cabeza de un lado a otro mientras miraba sus manos para evitar verse conmocionado, su rostro adoptando una expresión de decepción. Tal vez consigo mismo, con la situación dada o con el destino, pues era incapaz de escuchar aquel nombre sin sentir que se le aceleraba el corazón y estresarse al mismo tiempo por lo confuso y complicado que todo se había vuelto repentinamente.
No poder controlar lo que sentía, lo que pensaba al respecto, después de tantos años teniendo una idea (o lo que él quería creer) clara sobre aquel que fue su vecino, le ponía los vellos de punta.
Y, a pesar de que intentó con todas sus fuerzas no alertar el radar de Noeul, este notó su cambio de humor repentino, enfocando su atención de un modo más intenso en él.
"¿Qué pasa? ¿Por qué pones esa cara?"
Él se encogió de hombros una vez más. "No sé..."
"¿Es por Jungkook?"
TaeHyung volvió a encogerse de hombros, mirándole sin tener ni idea de qué respuesta proporcionar. Él daría lo que fuera por saber cómo explicar lo que sentía.
"Sí, no... ¿Tal vez? No lo sé, Noeul, es todo tan confuso... No me gusta nada de esto."
"¿A qué te refieres? ¿Qué ha pasado ahora para que digas eso?"
"Nada diferente, pero no paro de pensar en lo que Jungkook me dijo. En todas esas cosas que había hecho por mí y yo no era capaz de verlas."
Un suspiro abandonó los labios de Noeul. "Es normal, TaeHyung, no puedes ver algo bueno cuando estás cegado por la negatividad hacia esa persona. Él lo sabía desde un principio, no era un secreto."
"Ya..."
"Pues entonces, deja de pensar en eso como si aquí sentado pudieras averiguar a qué se refería."
"¿Y qué hago? Estoy tan confundido..."
"Lo que hiciste cuando se trataba de tu trabajo, del soplapollas de tu jefe, de nuestros antiguos compañeros y todo lo demás. Ir, preguntar y quitarte las dudas."
TaeHyung dejó escapar una risita, eliminando un vídeo sin sonido esta vez, antes de mirar al rubio, quién se encontraba atento a él.
"¿En serio crees que va a querer explicarme?"
Y, sin dudarlo por un segundo, Noeul asintió, pues la respuesta era más que obvia. "Por supuesto que lo creo, tonto. Ese hombre te adora más que nada, TaeHyung, cualquiera puede verlo."
"¿Tú también?"
Él asintió, señalándolo. "Sí, y tú."
TaeHyung quedó en silencio, vaciando sus pulmones de aire, porque sabía que era cierto. Nadie más que él, habiendo pasado años de su vida pendiente a Jungkook, podía notar el modo tan único en que este siempre se le dirigía, miraba, sonreía, como si fuese uno entre un millón. Como si sólo tuviera ojos para él. Y, quizás, de no haber estado tan profundamente cegado por su odio irracional, podría haberlo visto desde un inicio.
"Esa foto no la borres, salimos muy guapos los dos." Indicaba Noeul, con su atención fija en las fotos que iba pasando sin ver realmente, por lo que levantó la mirada.
"¿Huh?" Se mostró confundido.
"Mira, éramos tan pequeños aquí." Él señaló la cámara. "Qué monada..."
TaeHyung observó aquella imagen también al notar cómo sonreía, enternecido por la imagen de aquellos dos jóvenes ingenuos, sonrientes en medio del pasillo, y su corazón se calentó de inmediato.
"Sí... Ese pelo que llevabas era adorable."
"Y la camiseta, no te olvides de la camiseta." Dijo, ambos riendo al unísono.
"¿Todavía la tienes?"
Noeul asintió. "La uso para limpiar."
"Qué tiempos..." Suspiraba el castaño, meneando la cabeza de un lado a otro mientras le hacía zoom a la imagen, sólo entonces notando una cara conocida al final del pasillo, junto a la que había sido su taquilla durante años. Su ceño se frunció. "Oye, ¿ese de ahí no es...?"
"Oh, es Jungkook." Corroboraba sin siquiera haber terminado de escuchar la pregunta ajena. Una pequeña risita abandonó sus labios. "¿Qué hace con una porción de tarta en la mano? Parece que está sorteándola."
Aquella pregunta comenzó a sonar repetidamente en la cabeza de TaeHyung, quien, pensativo, analizó dicha imagen sin querer perderse de ningún detalle, encontrando que tenía más respuestas de la que alguna vez podía imaginar.
Jungkook delante de su taquilla con una porción de tarta en las manos. Tarta de limón, su favorita y la cual el mismo Jungkook decía detestar por los cítricos, pero ahí estaba, con esa porción deliciosa. Delante de su taquilla.
Y, de repente, el corazón se le cayó por la ventana. Tres pisos hacia abajo. Directo al suelo.
"E-Era para mí..." Susurró, mirando a Noeul como si acabase de descubrir el dato más importante de su vida, a la par que angustioso.
"¿Cómo?"
"La tarta... Era para mí. Está delante de mi taquilla... No le gustan los cítricos a Jungkook, me lo dijo Shinhye. Nunca le han gustado." Balbuceó de manera torpe, tragando el nudo que se había formado en su garganta.
Darse cuenta de aquello en un momento tan crítico en su relación con el azabache, no sólo le hizo sentir mareado y desconcertado, también provocó un hueco gigantesco en su corazón, que comenzó a acelerarse conforme todo lo que acababa de descubrir cobraba sentido, dejándole tan sensible y vulnerable frente a la realidad que le esperaba, que las lágrimas comenzaron a caer por sí solas.
"Corazón..." Susurró el rubio, una mano amiga posándose en su brazo. Entonces, TaeHyung comenzó a hipar, desconsolado.
"Todo este tiempo eran para mí, Noeul..." Repetía, con la barbilla temblando y el corazón en pedazos. "¿Cómo no me he dado cuenta antes?"
"Porque nunca te habías parado a ver de cerca esta foto, TaeHyung y tampoco alguien más te lo dijo. No eres adivino, nadie aquí lo es."
Él negó, más lágrimas empapándole el rostro. "Siempre pensé que me las robaba..."
"¿Y quién no lo pensaría en tu situación? Vivías creyendo que era el enemigo, hasta yo pensaría así de estar en tu lugar."
"P-Pero no era así..."
"Ya, y eso lo sabes ahora." Insistía Noeul, ante los ojos llorosos de su mejor amigo que le observaban con dolor y confusión. "No puedo defender tu pensamiento durante todos estos años con respecto a Jungkook, TaeHyung, pero debes entender que estabas cegado, nadie te decía nada y por eso creías lo que creías."
Sus labios temblaron, anticipando un segundo sollozo que hizo al rubio reaccionar inmediatamente, moviéndose rápido antes de atraparle entre sus brazos y permitirle aferrarse a él.
"Sé que te sientes culpable por odiar a alguien que sólo te quería e intentaba demostrarlo, por rechazarlo de manera indirecta aún sin tener ni idea de lo que en realidad pasaba. Pero no lo sabías." Susurraba, acariciándole la espalda con su mano libre. "Te autoconvenciste de que ese odio era recíproco, incluso cuando en el fondo tú mismo sabías que le gustabas."
"Yo creía que sólo quería molestarme como alguna forma muy bruta de llamar mi atención, no que estaba enamorado de mí..."
"Lo sé, lo sé, corazón."
"D-De haberlo sabido, yo..."
"Hubieras actuado diferente." Asumía Noeul, sin dejar de acariciarle, notando como a poco se calmaba bajo su tacto. "Sin embargo, no es el caso. Eras ajeno a sus verdaderos sentimientos, TaeHyung, pero ahora ya no lo eres. Ahora estás al tanto de ellos, ¿no?"
El mencionado asintió débilmente. "Sí..."
"¿También sabes diferenciar cuáles son los tuyos?"
Apartándose con lentitud tras aquella pregunta, la cual le hizo mantenerse en silencio absoluto por, al menos, diez segundos, TaeHyung le observó con los ojos brillantes y una expresión de lucidez.
"¿Eso es un sí?"
De inmediato, él se puso en pie, habiéndose recuperado de su corazón roto en cuestión de segundos, algo que sorprendió a Noeul, quien le siguió con la mirada mientras este se alejaba, visiblemente confundido.
"¿Dónde vas?"
"Tengo que buscar algo. E-Es importante." Respondió, aclarándose la garganta poco después.
Y, sin decir nada más, desapareció en su habitación.
Unas horas más tarde, cuando el Sol se había escondido definitivamente y el cielo brillaba con un montón de estrellas, TaeHyung se encontraba en la habitación de Sebin en el hospital, habiendo llegado después de haber dejado a Noeul en el pub con Khaotung. Él ayudaba a su jefe a recoger todas y cada una de sus pertenencias, pues, finalmente, le daban el alta.
El señor Jang estaba bastante enfadado cuando Kim apareció por la puerta, tras haber discutido con una enfermera que le insistía en comer distintos tipos cereales más allá del trigo. Por supuesto, Sebin, se negó en rotundo. Ahí inició esa diminuta discusión (en la que sólo parecía alterado su jefe, cabe destacar).
"Oye, novato, no hace falta que me dobles las camisas como si fueras mi madre." Observó, levantando las cejas frente a un TaeHyung que parecía ido, todavía con la mente puesta en Jungkook y en qué hacer con él.
Este levantó la mirada, como si no recordara ni lo que estaba haciendo, antes de entregarle su prenda ya doblada. "Huh, ya... Lo siento, es que estoy acostumbrado a hacerlo así."
"De acuerdo." Asintió, siendo incapaz de ocultar la curiosidad que ver a su aprendiz tan despistado le provocaba. "Y, ¿cómo es que has venido? Pensé que tendrías cosas más importantes que hacer como para estar aquí."
"Estar aquí también es importante, especialmente después del susto que me dio, señor Jang. Además, quiero asegurarme de que llegue a su casa sano y salvo."
Sebin puso los ojos en blanco, terminando de cerrar la pequeña bolsa con sus pertenencias. "No es necesario que te tomes tantas molestias, novato, estoy perfectamente."
TaeHyung le observó con los labios apretados, siendo muy obvio la cantidad de razones que tenía para desmentir aquellas palabras.
"Bueno..."
"Como se te ocurra mencionar el infarto, juro que te ahorco con los cordones de las botitas que llevas puestas, Kim." Advirtió, con las cejas en alto.
Riendo silenciosamente, el castaño asintió. "¿Está listo para irse?"
"Más que nunca. No veo la hora de salir por esa puerta."
"Pues vamos." Le animó, yendo tras él hacia el pasillo.
Salieron del hospital diez minutos después, tras firmar algunos papeles y pagar el coste de su ingreso completo. Sebin creía estar en un sueño y TaeHyung era partícipe de ello, riendo en voz baja cuando puso un pie en el suelo de la calle y este comenzó a dar vueltas como si de una peonza se tratase.
"Nunca creí que iba a disfrutar tanto el olor a alcantarilla."
Una carcajada brotó de sus labios. "Y eso que sólo ha estado ingresado dos días..."
"Llego a estar más y me dan el alta por defunción, TaeHyung. Vamos, que me lanzo por la ventana." Le dijo, siendo esa la primera vez que le llamaba por su nombre. "¿Dónde tienes el coche? Me tiemblan las piernas."
El castaño señaló el aparcamiento de en frente. "Ahí mismo, aparqué cerca ya que imaginaba sus pocas ganas de caminar."
"Bien pensado." Asintió, siendo guiado hacia el coche del susodicho, que se encontraba a tan sólo unos metros de distancia.
Ya ambos dentro, con el coche en marcha y Sebin mirando por la ventana como si estuviera metido en una película americana, TaeHyung se mordió la esquina del labio inferior, pues había un pequeño (no tan pequeño, en realidad) dato que no había mencionado y aún dudaba en cómo hacerlo.
Sabía que debía hacerle saber que el día de su ingreso, Gong Yoo, el mismísimo actor, había pasado por el hospital en mitad de la noche sólo para verle y conocer su estado. Sin embargo, después de la forma en que se estuvo refiriendo a él, cómo lo miraba, con recelo, durante la rueda de prensa, no tenía muy claro si era buena idea, incluso si sabía que debía hacerlo aún así. Él no quería ocultarle nada a nadie. No tenía derecho a.
"Uhm, señor Jang..." Murmuró, viendo a su jefe por la esquina del ojo. Este dejó de mirar por la ventana para enfocarse en él, emitiendo un sonido afirmativo, expectante a que siguiera hablando. "Debo contarle algo que sucedió cuando ingresó."
"¿Y de qué se trata?"
TaeHyung apartó la mirada antes de responder, pues no quería desconcentrarse y tener un accidente, si es que su jefe terminaba tomándoselo muy mal.
"El señor Gong Yoo vino al hospital y me preguntó por usted... M-Me dio su número de teléfono para que le notificara de su estado."
Inmediatamente, Sebin frunció el ceño, mostrándose incrédulo. "¿Qué dices que ha hecho ese gilipollas?"
"Darme... Darme su teléfono." Repitió, quedándose muy quieto y tenso. "Parecía muy preocupado cuando vino, sólo quería saber si estaba bien y cómo progresaba."
"Ya, seguro..." Bufó, poniendo los ojos en blanco. "¿Y qué le has dicho?"
"No le he escrito. El señor Chaikamon mencionó que había firmado un papel para que no se avisara a ningún familiar suyo en caso de urgencia médica. Y como no sabía si eso entraba dentro del acuerdo, ni tampoco si querría que Gong Yoo tuviera noticias suyas, no hice nada."
Él asintió, mostrándose un poco más calmado esta vez. "Bien, has hecho bien. Borra su número, hazme el favor."
"Nunca lo añadí."
"¿No?" Preguntó, su ceño fruncido. TaeHyung meneó la cabeza. "¿Ni siquiera para uso personal?"
"Claro que no, señor. Él me dio su número porque quería saber sobre usted, yo no le intereso, así que no me sirve tenerle entre mis contactos."
"Hm... Tiene sentido, pero normalmente la gente prefiere presumir."
Una pequeña risita abandonó sus labios. "Presumir no es lo mío... Además, estoy seguro de que nadie me creería si le digo que he hablado con Gong Yoo. Ni yo mismo me lo creo, imagínese."
"Tampoco es para tanto, es un gilipollas sin más." Resoplaba, haciéndole una señal para que se detuviera junto a un edificio enorme que se encontraba a unos metros. "Es ahí en frente."
TaeHyung asintió, aminorando la velocidad mientras se acercaba a la acera para aparcar.
"Supongo que le conoce bastante bien, ¿cierto? Si dice todo eso sobre él..."
"Quizás más de lo que me gustaría conocer a alguien, novato. Gong Yoo fue la razón por la que escribí ese famoso artículo que leíste." Murmuró, quitándose el cinturón con un suspiro. "Fuimos pareja durante unos años, cuando empezó su carrera como actor."
Los ojos del castaño no tardaron en ampliarse tras aquella información totalmente inesperada, lo que hizo a Sebin reír entre dientes.
"¿Lo dice en serio, señor?"
"Muy en serio..." Afirmó. "Pero todo se acabó cuando dio el salto a la fama y ya no podía seguir siendo un hombre homosexual felizmente comprometido con su novio, así que se fue... Me dejó como si nada y nunca más volví a saber de él."
TaeHyung agachó la cabeza. "Oh... Lo siento mucho, señor Jang."
"Yo también, pero ya han pasado muchos años de eso, estoy bien ahora. No quiero saber nada de él." Aseguraba, abriendo la puerta con una pequeña sonrisa forzada y sosteniendo su bolso. El castaño le observaba con ojos tristes. "Gracias por traerme, me voy ya."
"Sí, claro. Cuídese mucho, señor Jang."
Antes de poner un pie fuera del coche, este se giró. "Y por cierto, novato... Ni se te ocurra enamorarte de alguien en cuyas prioridades no estés tú. No va a funcionar, te lo aseguro."
Él asintió, sonriéndole. "Descuide, no lo haré."
"Más te vale." Sentenció. Y, acto seguido, hizo un gesto de despedida con la cabeza, cerrando la puerta a sus espaldas.
TaeHyung le vio marcharse, entrar en el edificio y desaparecer en él mientras se repetía aquella frase en su cabeza una y otra vez. No te enamores de alguien que no te tenga en su lista de prioridades. Reprodujo esas palabras sin cesar, sabiendo que, en el fondo, ni siquiera debía preocuparse, pues Jungkook siempre lo tuvo como una prioridad, incluso si él nunca supo verlo.
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