✧c.-042
N/A: Soy de esas que se encariñó del jefe cascarrabias (alias Jang Sebin) y no se dio cuenta hasta que directamente quise matarlo en el capítulo anterior. Al final me arrepentí xD
Cap dedicado a dreamcometrue134 ♡♡
Hoy os recomiendo 'Something Real' de mi hombre maravilloso Post Malone.
[...]
"¿Cómo es posible que aún no nos digan nada?" Decía TaeHyung, muy preocupado, dejando escapar un suspiro mientras notaba la palma de Jungkook yendo suavemente de arriba abajo en su espalda. "Hace casi una hora que está ahí dentro..."
Ambos se encontraban en la sala de espera, sentados junto al otro, TaeHyung lleno de inquietud y Jungkook siendo el que mantenía la calma por ambos, pues sabía que Kim necesitaba estabilidad en momentos como este, donde no tenían ninguna noticia, ni mucho menos sabían algo de su jefe.
"Ya hemos hablado de esto, TaeHyung. Es un proceso largo y tardaremos en recibir noticias."
"Pues no me gusta. Necesito saber cómo está, si va a salir de esta..." Lloriqueó, notando cómo Jungkook le empujaba hacia su propio cuerpo, por lo que terminó cayendo contra su hombro sutilmente. "No quiero pensar que este día acabará así..."
"Entonces no lo hagas." Dijo el azabache, sintiéndole temblar. "Estás comprándole una corona de flores antes de que salga del quirófano, TaeHyung."
El castaño hizo una mueca, viéndose horrorizado a ojos de Jungkook. Incluso si su experiencia teniendo a Jang Sebin como jefe no había sido del todo buena hasta la fecha, rezaba porque saliese de ese quirófano sano y salvo.
"Ay, no digas eso..."
"Es que es la verdad."
"No, tú no lo entiendes." Negaba, apretando los labios, ocasionando que Jungkook le observase, dispuesto a escuchar lo que fuese que tenía para decirle. "Hoy debía ser un día especial, de esos que termino apuntando en mi agenda y contándole a Babee."
Ante la mención de su cámara, el azabache apenas esbozó una sonrisa de labios sellados.
"¿Por la rueda de prensa?"
"Sí. Era mi primera vez entrevistando a alguien, aunque sólo hiciese una mísera pregunta, pero para mí era un gran avance en mi carrera."
Jungkook asintió. "Claro que lo es."
"Así que después de haber visto cara a cara a Gong Yoo, que él respondiera a mi pregunta y yo me sintiera realizado como periodista novato, esto no puede acabar así. No quiero que, después de todo lo que ha pasado en estos tres meses, la última imagen del señor Jang en mi cabeza sea esta."
Quedándose en completo silencio, Jungkook pensó en aquello que TaeHyung había dicho, buscando alguna forma en la que pudiera tranquilizar su negativismo sin hacerle sentir que estaba siendo un exagerado o que sus emociones lo eran.
"¿Qué fue lo último que te dijo?"
TaeHyung le observó, confundido. "¿Eh?"
"Antes de desplomarse, ¿de qué estabais hablando?"
"Hm... Íbamos saliendo de la Biblioteca y él se estaba quejando porque las preguntas que le hacían a Gong Yoo eran siempre las mismas, que no había variedad y eso le molestaba. También parecía odiar el hecho de que Gong Yoo sonreía todo el tiempo."
"¿Y por qué?"
El castaño se encogió de hombros, habiéndose preguntando lo mismo alrededor de unas quince veces anteriormente. "No lo sé... Tuve la sensación de que no simpatizaba mucho con él, pero como tampoco conozco al señor Jang muy bien, supuse que tal vez eran suposiciones mías."
"Ya, bueno, eso tiene sentido. Al señor Jang no le cae bien nadie, siempre está de mal humor." Bufó, logrando que TaeHyung riese contra su hombro, por lo que una sonrisita inconsciente jaló de sus labios mientras continuaba masajeándole la espalda.
"Y qué lo digas... Cuando tardaba más de dos minutos en llevarle el café temía por mi vida." Suspiró, negando con la cabeza. "¿Sabías que descubrió el engaño del edulcorante?"
De inmediato, los ojos grandes de Jungkook se posaron en él, incrédulo. "¿De verdad?"
"Sí, resulta que días después de mi renuncia, fue a pedir la misma orden que yo le llevaba y cuando vio a la chica echándole edulcorante le dijo que se había equivocado. Entonces, ella respondió que llevaba meses preparándolo así por petición mía."
"Oh, vaya..." Su gesto se torció, mientras TaeHyung asentía. "¿Cómo se lo tomó?"
"Mejor de lo que esperaba, honestamente. Le aseguré que no estaba arrepentido y seguiría haciéndolo incluso cuando él amenazó con despedirme..."
El azabache soltó una carcajada. "Menuda sorpresa."
"Sí, lo sé, no es nada nuevo. Pero no me importa, e incluso le hice saber que prefería perder mi puesto de trabajo por haberme empeñado en no perjudicarle, que mantenerlo con la condición de estar envenenándolo."
"¿Y qué te dijo?"
"Que lo sabía." Respondió, sin andarse con rodeos, simplemente encogiéndose de hombros. Jungkook volvía a reír. "Al parecer alguien fue a su despacho para hacerle ver que obligarme a entregarle café con azúcar diariamente era injusto para mí, así que ya suponía que eso iba a pasar."
Dándose por aludido, Jungkook masticó su labio inferior mientras estos luchaban por ocultar una sonrisa en el momento exacto en que TaeHyung le observó, sus ojos brillantes logrando que se estremeciera de pies a cabeza. Inevitablemente, suspiró, no queriendo parecer afectado, pero a la misma vez siendo incapaz de ocultarlo.
"Eso es un gran detalle por su parte."
"Bastante." TaeHyung estuvo de acuerdo, asintiendo. "También me habló de que esa misma persona había encontrado mi carta de renuncia y artículo bajo una bufanda que tenía en la mesa."
Él fue el único testigo del modo tan único en que la mirada de Jungkook adoptó un brillo encantador. TaeHyung sabía el impacto que tenía sobre el azabache. Cada palabra, cada pequeña acción, incluso cada mirada inocente, significaban algo para él.
"¿Sí?"
Kim asintió. "Y que cuando él preguntó qué pensaba de mí, dijo que yo era la última persona con quien podía ser objetivo, pero que me admiraba." Finalmente, dejó escapar un suspiro, sintiendo como su propio corazón se aceleraba.
Sólo con mirarle, ver aquellos ojos tan llenos de dulzura y cariño, TaeHyung se sentía miserable. Ni siquiera sabía la cantidad de veces que había estado equivocado con él, en las que tanto se equivocó, pero sabía que todas le dolerían de una manera diferente.
Alcanzó el rostro de Jungkook con su mano libre, sólo entonces levantando la cabeza de su hombro para quedar a la misma altura.
"Siento haber desconfiado de ti, Jungkook." Susurró.
Por supuesto, todo lo que él hizo fue sonreír, haciéndole saber que estaba bien. Porque incluso si se había sentido herido y muy enfadado por las palabras que TaeHyung usó en su contra, o por la cantidad de veces que este buscaba cualquier razón mínima para hacerle ver como un enemigo, jamás podría mirarle a los ojos y sentir desprecio por aquella persona, mucho menos odiarlo. Él estaba únicamente molesto con el dolor que sentía. Y eso era aún más sofocante.
A veces sólo quería poder sentir todas las emociones posibles, incluso si estas eran malas. Desearía poder enfadarse con TaeHyung, decirle que estaba harto de tanta desconfianza, pero no podía. Porque no era cierto.
"No pasa nada, tranquilo. Supongo que el modo en que Sebin te lo dijo, debió haber influido bastante... Yo también hubiese pensado lo mismo."
"Pero no es justo, siempre pienso mal de ti cuando no debería." Murmuró, pasando los dedos por su mejilla. "Y a pesar de eso, tú siempre estás ahí sin esperar nada a cambio."
El azabache se encogió de hombros, esbozando una sonrisa casi triste. "Bueno... Es lo que tiene estar enamorado, supongo. Haces cualquier cosa por la persona que quieres incluso si esta no te quiere a ti."
TaeHyung estuvo a punto de soltar un jadeo por el modo en que aquellas palabras rodearon su corazón tan fuerte como para aplastarlo y luego darle golpes hasta sentir que estaba hecho trizas. Los ojos se le humedecieron, mirando a su acompañante como si quisiera decir algo que jamás salió, ni siquiera cuando Jungkook se puso en pie después de besar su frente con dulzura.
"Ahí vienen tus amigos." Señaló, alejándose un poco. "Voy a avisar al señor Chaikamon de lo sucedido."
Un segundo después, Jungkook se alejaba definitivamente, haciéndole sentir un poco como un bebé de nuevo al verse en la necesidad de estirar los brazos para llegar hasta él antes de que pudiera marcharse. Sin embargo, le dejó ir, un peso extra jalando de su corazón hacia abajo, desgarrándolo, mientras observaba su espalda a lo lejos.
Noeul y Khaotung llegaron a su lado en cuestión de segundos. "Aquí estás..." Susurró el rubio, abalanzándose sobre él en los asientos y apretándole con todas sus fuerzas en un abrazo de oso al que Khaotung no tardó en unirse.
"No sabes el susto que nos has dado, TaeHyung, pensábamos que te había pasado algo cuando me llamaste."
"Lo siento, tuve que cortar la llamada rápido y no pude decirte nada más... Cuando llegamos aquí estaba tan traumatizado que ni siquiera era capaz de pensar en volver a llamarte."
Ambos suspiraron, tomando asiento a cada lado del castaño con una mueca de pesar en sus rostros. Khaotung le acarició el brazo, sus ojos llenos de preocupación haciéndole sentir culpable por no haber podido avisar a tiempo de que la urgencia no iba acompañada de su nombre.
"¿Qué es lo que ha pasado? ¿Es tu jefe?"
"El señor Jang ha sufrido un infarto y ahora mismo está en quirófano, pero no sé mucho más.
"Huh... Menuda mierda." Mascullaba Noeul. "¿No te han dicho nada los médicos?"
Él negó. "Nada de nada, cero. Estoy súper angustiado y siento que el siguiente infarto me va a dar a mí como no tenga respuestas pronto."
"No digas eso, TaeHyung, lo que faltaba ya." Se quejaba Khaotung.
"Es que no sé nada desde hace más de una hora y me pone de los nervios. Necesito que alguien me diga algo cuanto antes."
"Pero eso es normal, ese tipo de operaciones no son tan sencillas como creemos. O, bueno, quizás sencillas sí, pero duran bastante."
El castaño comenzó a juguetear con sus dedos, sintiendo ganas de llorar nuevamente sólo con pensar lo que estaba sucediendo a su alrededor. No podía creer que estuviera allí de verdad, con la vida del señor Jang pendiendo de un hilo.
"Ya... Jungkook me lo dijo." Murmuró en respuesta, buscando al azabache entre los demás civiles que paseaban por allí. Ninguno era él. "Supongo que estoy demasiado asustado como para asimilar que no voy a recibir noticias sobre mi jefe durante un tiempo."
"¿Ha sido muy duro para ti?"
Sus ojos se desviaron hacia Khaotung antes de asentir con suavidad. "Estábamos hablando y de la nada comenzó a toquetearse el pecho y a doblarse hacia delante. Un segundo después se desplomó delante de mis narices. Intenté hacerle una reanimación cardiopulmonar como pude..."
"¿Tú sabes hacer eso?"
"Lo he visto en series y películas hasta tal punto de memorizar la ténica, pero de ahí a practicarlo hay un trecho... Simplemente quería ayudar."
"Seguro que lo has hecho genial." Aseguraba el pelinegro, frotando su brazo. "Yo también aprendí por las series y conseguí que un hombre escupiera un hueso de aceituna cuando se estaba atragantando."
Sus ojos se ensancharon. "¿En serio?"
"Sí, me lesioné la muñeca de tanto apretar, pero lo importante es que funcionó. Tú podrás decir lo mismo."
"Yo también lo creo, esas manitas son capaces de cualquier cosa." Corroboraba Noeul, dejando escapar un jadeo en el momento exacto en que vio como la barbilla de TaeHyung temblaba y sus ojos se llenaban de lágrimas. "Ay, corazón..."
De inmediato, TaeHyung apoyó la frente contra el hombro de su mejor amigo, notando una mano masajear su espalda suavemente, mientras él se desmoronaba en un llanto silencioso.
"No quiero que el señor Jang se quede ahí dentro para siempre..."
"No digas eso, hombre... Seguro que todo sale bien."
"Es que tengo mucho miedo." Susurró. "Sé que- que después de todo lo que ha pasado entre nosotros no debería tenerle aprecio, pero vosotros me conocéis, sabéis cómo soy... Cedo y me encariño muy pronto, aunque no quiera."
Noeul asintió. "Estamos al tanto, sí, y nadie te va a culpar por estar preocupado, TaeHyung, puedes estar tranquilo con eso."
"Además, por fin sentía que avanzábamos de un modo positivo, que me estaba empezando a ver como lo que era realmente..."
"Siempre te ha visto, lo que pasa es que su envidia no le dejaba proyectarlo, pero era consciente de que estabais ahí, existías y tenías tu propio papel. De lo contrario, nunca hubieras pasado de la primera semana."
"¿A qué te refieres con eso?" TaeHyung le preguntó a Khaotung, viéndose confundido por sus palabras.
Este se acomodó en el asiento continuo, aclarándose la garganta. "Cuando os contratan, pasáis por un proceso de prueba que dura tres semanas aproximadamente. Vuestros jefes, ya sean el señor Jang, First o Kim Minhee, el mío, nos observan desde el primer día y van tomando nota de nuestro progreso. Es común que muchos de nosotros no llegue a la tercera semana si consideran que no somos compatibles con el trabajo."
"Oh... No tenía ni idea."
"Yo tampoco."
"Lo debería poner en vuestro contrato, veo a mi hermano revisar cientos de esos a diario para terminar descartándolos prácticamente todos. Pero, lo importante es que, si el señor Jang te hubiese querido fuera en realidad, al segundo lunes no llegabas."
"Y ya han pasado tres meses..."
Khao asintió. "Exacto."
"Así que sólo te tenía envidia..." Murmuraba el rubio para sí mismo, llevando una mano a su barbilla. "Me cago en su pu-"
"¡Noeul!"
Ante el pequeño chillido de TaeHyung, él se sobresaltó, reaccionando a lo que estaba a punto de decir. "Ay, perdón, perdón. Me cagaré en su árbol genealógico en cuanto despierte, mientras no."
"Sí..."
Para cuando Kim volvía a desviar la mirada hacia el frente, en un intento algo disimulado de buscar a Jungkook, encontró que el señor Chaikamon acababa de llegar, acercándose a ellos sin ser acompañado por aquel a quien tanto buscaba. Tan pronto como lo notó, se puso en pie, recibiéndole en cuanto este llegó a su altura y le dedicó una muy sutil sonrisa a modo de saludo.
"Hola, chicos." Saludó, recibiendo pequeños asentimientos cordiales por parte de los más nuevos, mientras que su hermanastro asentía sin más. "TaeHyung, ¿cómo estás?"
"Bien, señor Chaikamon, sólo un poco conmocionado."
Sus cejas se alzaron. "¿Seguro?"
"Sí, de verdad. Probablemente llore de aquí a siete veces más hasta que alguien me diga que todo está fuera de peligro, pero nada de lo que preocuparse." Aseguraba.
Boss no dijo nada inmediatamente, sino que buscó confirmación a espaldas del castaño, más concretamente en su compañero de piso, quien inmediatamente lo notó.
"Eh... Está diciendo la verdad, pero serán más de siete veces, eso seguro." Noeul respondió, a favor de su amigo, por lo que el gran jefe asintió, satisfecho.
"De acuerdo, en ese caso no insistiré. Voy a preguntarle a los doctores cómo va todo, a ver si pueden decirme cualquier cosa, ¿vale? En seguida vuelvo."
"E-Espere, señor Chaikamon... ¿No deberíamos notificarle a su familia sobre lo que ha ocurrido? Deberían saberlo."
Los labios del hombre se apretaron, negando con la cabeza. "Nosotros no estamos autorizados para hacer eso."
De inmediato, TaeHyung demostró su confusión. "¿Cómo?"
"Sebin firmó un acuerdo para que en caso de que algo como esto le sucediera, no se avisase a nadie de su familia."
"¿Y no hay otra persona que sí deba saberlo?"
"Lamentablemente, no, TaeHyung. Lo siento." Respondió, encogiéndose de hombros al saber que esa era la mejor respuesta que podía darle. "Voy a preguntar, ¿vale? No tardo."
Asintiendo, TaeHyung volvió a tomar asiento, sintiéndose confundido y algo triste. ¿Hasta qué punto en su vida, el señor Jang debía llegar para firmar un acuerdo tan cruel cómo ese? Ni siquiera podía imaginarse cómo se sentiría él antes de hacerlo. De estar en su lugar, probablemente lloraría todas las noches.
"Jungkook dice que ha tenido que irse antes porque debía llevar a Shinhye a una cita con el médico." Habló Noeul, teniendo su teléfono en mano y sólo así captando la mención del castaño. "Dice que, si necesitas algo, le avise."
"¿Si lo necesito yo?"
Él le tendió su teléfono para que pudiera comprobarlo por sí mismo. "Toma."
TaeHyung no tardó en acomodarse en la silla, leyendo su chat casi vacío con el azabache.
Jeon Jungkook:
Noeul, he tenido que marcharme antes porque debo llevar a Shinhye a hacerse un chequeo médico. Avísame si TaeHyung necesita algo.
Inmediatamente, ante un mensaje tan inofensivo pero significativo como ese, el corazón del mencionado se aceleró con brusquedad, sus manos temblorosas devolviéndole el teléfono a su dueño mientras sentía una ola de culpabilidad llegando a él.
¿Cuántas veces Jungkook habría pensado en enviarle ese mensaje a cualquier persona cercana a él? ¿Cuántas veces se había preocupado en silencio, sin necesidad de hacer ruido para ser notado? Sólo de pensarlo, el corazón -acelerado- se le estrujaba.
"Ya estoy aquí, chicos, traigo buenas noticias." Boss llegó frente a ellos de nuevo, frotándose las manos. "No ha sido necesario realizar ningún procedimiento quirúrgico dado que ha sufrido un amago de infarto, no uno real como tal."
"¿Y se encuentra bien?" Al instante preguntó.
"Sí, está en observación, descansando. Pretenden dejarlo aquí hasta mañana o pasado, según como vaya mejorando, así que me quedaré con él para que no se quede solo."
Otra punzada en el corazón de TaeHyung le hizo estremecerse, antes de aclararse la garganta.
"Puedo- ¿puedo quedarme yo?"
Noeul le observó con el ceño fruncido. "¿Tú?"
Él asintió, mirando a su mejor amigo y poco después a los demás presentes, viendo la confusión plasmada en los tres pares de ojos. Si estuviese en el lugar de cualquiera de ellos, quizás entendería aquella postura, pero estando en su propia piel no podía hacer otra cosa más que seguir lo que dictaba su corazón, incluso si aquello le hacía ver como una persona ridícula o sin amor propio.
"Quiero quedarme, sí. El señor Jang me eligió para acompañarle hoy y todavía el día no ha terminado... Queda lo más importante."
Para sorpresa del castaño, Noeul esbozó una pequeña sonrisa, sosteniendo su cabeza antes de depositar un beso en su sien y acariciarle el brazo. Entonces, TaeHyung no necesitó oírle decir nada, pues sabía que aquel gesto decía más que cualquier cosa.
"Está bien, si es lo que quieres me parece perfecto. Estoy seguro de que Sebin agradecerá ver una cara más alegre que la mía cuando se despierte." Aceptó el gran jefe. "Pero en caso de necesitar un relevo, avísame, ¿vale?"
"Por supuesto." Volvía a asentir.
"Te traeré algo de ropa para que puedas cambiarte y pasar la noche más cómodo, ¿vale?" Noeul dijo. "Aunque nos hemos quedado sin gasolina en el coche, por eso hemos tenido que venir Khaotung y yo en taxi, así que tal vez tarde un poco."
"Puedo llevarte, si quieres." Se ofreció el gran jefe, inmediatamente teniendo los ojos del rubio sobre él. "Me pilla de camino, tengo que ir a dejar un paquete en el buzón del gimnasio."
"Oh, ¿no le importa?"
"Para nada."
Noeul asintió. "Vale... Muchas gracias." Dijo, recibiendo una sonrisa por su parte.
"Yo me quedo contigo hasta que Noeul vuelva con tus cosas, así hacemos tiempo hasta que debas irte a la habitación con Sebin." Khaotung puso su mano sobre el hombro de TaeHyung, haciendo una mueca instantánea. "Qué raro suena eso."
"Suena horrible." Estuvo de acuerdo Noeul.
Unos minutos más tarde, cuando el reloj marcaba las nueve en punto de la noche y tanto el señor Chaikamon y Noeul abandonaron aquel hospital, dejándole a solas con un Khaotung hambriento que no dudó en bajar a la cafetería, TaeHyung comenzó a juguetear con su teléfono, buscando algo que hacer antes de estar acompañado de nuevo.
"Disculpe, estoy buscando al señor Jang Sebin, me han dicho que está ingresado en este hospital." Una voz, algo conocida a oídos de TaeHyung y proveniente del mostrador de recepción sonó en la sala casi vacía.
Él levantó la mirada para observar al sujeto, encontrándose con un hombre alto, de hombros anchos y complexión fuerte, cuya mitad del rostro estaba tapada por una mascarilla negra, además de una gorra del mismo color sobre su cabeza.
"Sí, se encuentra aquí, pero desgraciadamente el horario de visita ha terminado."
"Oh... ¿Y al menos sabe cómo se encuentra el paciente?"
"Lo siento, señor, pero no puedo ofrecerle esa información si no es usted un familiar cercano."
Un bufido abandonó los labios del hombre. "De acuerdo, muchas gracias..."
Acto seguido, este echó un rápido vistazo a su alrededor, topándose con la curiosidad en los ojos de un muchacho sentado en la sala de espera, por lo que inmediatamente se incorporó, mirando de vuelta a la chica. TaeHyung no podía estar más confundido, pues no sabía en qué otro sitio había oído esa voz.
"¿Puedo entrar? Sólo quiero hacerle una pregunta a un conocido."
"Sí, por supuesto, adelante."
"Gracias."
Tan pronto como dijo eso, aquel sujeto avanzó hasta TaeHyung, quién inconscientemente se pegó todo lo posible al respaldar de su asiento, inquieto ante tal presencia.
"Muchacho, tú estabas en esa rueda de prensa, ¿cierto? La de esta mañana."
El castaño asintió. "Sí... ¿Por qué lo pregunta? ¿Le conozco?"
Aquella pregunta fue más que suficiente para que el hombre desconocido se convirtiera en alguien a quien TaeHyung reconocería en cualquier lado, pues este se bajó la mascarilla unos centímetros, permitiéndole ver su rostro.
Kim quedó de piedra, sus ojos muy ensanchados antes de susurrar el que era su nombre. "Señor... Señor Gong..." Balbuceó torpemente el nombre del actor. "¿Qué hace usted aquí?"
"Quiero saber cómo está Sebin, pero la chica de recepción no me dice nada. ¿Puedes tú?"
Gong Yoo lucía preocupado a ojos de TaeHyung, quien era incapaz de asimilar lo que estaba ocurriendo.
"Ha sufrido un amago de infarto, pero los médicos dicen que está estable y se quedará en observación uno o dos días."
"Vale... ¿Te quedarás con él esta noche?" Cuestionó. El muchacho asintió, lentamente, por lo que su siguiente movimiento fue sacar una tarjeta de la sudadera negra que llevaba puesta, entregándosela. "Toma."
Tomándola entre sus dedos, entendió aún menos. "¿Qué es?"
"Mi número de teléfono, quiero que por favor me contactes si hay más noticias de Sebin, ¿vale? Cualquier cosa y a cualquier hora, incluso si es mínima. No tengas reparo en hablarme o llamarme."
Él le echó otro vistazo a aquella tarjeta. ¿Esto estaba pasando realmente o había estado tan asustado hasta el momento como para comenzar a alucinar?
"Ya estoy a...quí..." Khaotung, quien llegó de la cafetería con una bolsa de snacks, se quedó de piedra junto al castaño, observando a aquel que tenían delante. "¿Usted no es...?"
Gong Yoo se cubrió el rostro nuevamente. "Me marcho ya. Por favor, contáctame con lo que sepas. Adiós."
Y, sin decir nada más ni mucho menos mirar hacia atrás, el actor abandonó el hospital del mismo modo en que entró, dejando a un par de muchachos confundidos, uno más que otro.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro