✧c.-035
N/A: Hoy es uno de esos días malos para mí, en los que estoy cansada, adolorida y de mal humor... Pero escribir este capítulo ha sido como una sesión de terapia virtual xD
Cap dedicado a hollieylsel14 ♡♡
Hoy os recomiendo 'half of my heart' de Josh Makazo, después de muchos meses esperando su salida, puedo confirmar que ha merecido totalmente la pena.
[...]
Un par de horas más tarde, ya habiendo terminado la limpieza a fondo de su apartamento y habiéndose dado una merecida ducha, TaeHyung caía rendido contra el sofá de la sala, completamente agotado y casi sin aliento.
No recordaba la última vez que se esforzó tanto por ver el suelo de su casa relucir, claro que, antes solía tener cosas más importantes para priorizar. Sin embargo, él estaba satisfecho con el resultado, una pequeña sonrisa jalando de sus comisuras. Limpiar no sólo era agotador, también terapéutico. Y más si lo documentaba a lo 'Good Luck, Charlie!' con su querida Babee, a quien tenía un poco olvidada.
"Puede que ahora no sienta ni las piernas, pero, ¿y lo bien que ha quedado todo?" Decía, enfocándose a sí mismo para verse en pantalla. Sus pintas eran horribles, con el pelo mojado por la ducha y un nuevo pijama puesto del revés. "Dios, estoy horrible..."
Sintiendo que no era digno de grabarse con esas pintas, TaeHyung apagó la cámara mientras suspiraba, dejándola a un lado y reemplazándola por su teléfono. Tenía varios mensajes sin leer del grupo de la revista (aquel que aún no se había atrevido a abandonar), de Khaotung, Noeul e incluso de Minnie, esta última extrañándole tanto que tuvo que priorizarla.
Minnie (TMTH):
Hola, vida mía, ¿estás en casa? [Enviado a las 04:56 p.m]
Había enviado ese mensaje hacía aproximadamente media hora, por lo que TaeHyung, demasiado ocupado con la limpieza de su hogar, no pudo responderle.
Frunciendo el ceño, fue a escribirle una respuesta, cuando el timbre sonó, sobresaltándolo (para variar). Él se puso en pie casi sin pensarlo, sintiéndose fuera de lugar mientras avanzaba hacia la puerta. Y, tan pronto como la abrió, reconociendo a Minnie tras esta, sintió que estaba alucinando.
"Hola, mi vida, ¿cómo estás?" Ella saludó, su sonrisa brillante confundiendo a TaeHyung. "Uy, tienes el pijama del revés."
"Ya, ya... Sí, es que no me he dado cuenta." Torpemente balbuceó, logrando que Minnie soltase una risita.
"¿Puedo pasar?"
"Eh... Claro, sí."
TaeHyung no entendía lo que estaba pasando, incluso si se apartaba para dejarle pasar. ¿Qué hacía Minnie en su casa?
"Gracias." Sin borrar su sonrisa, se adentró, admirando el apartamento. "Ay, qué bonito lo tenéis decorado."
Sin saber muy bien qué decir, el castaño movió la cabeza como si estuviera sintiendo.
"Mi madre y la de Noeul se encargaron de toda la decoración." Explicó torpemente. "¿Cómo sabes que vivimos aquí...?"
"Oh, yo sabía que sois vecinos actuales de Jungkook, y como le he acompañado para visitar a Shinhye, quise pasarme a verte también." Dijo, sólo entonces notando que no le había dado una explicación a su visita. "Espero no estar molestándote."
De inmediato, TaeHyung negó. "No, no, no para nada... Es sólo que no esperaba tu visita, pero me alegra mucho tenerte aquí. ¿Quieres tomar algo? ¿Agua, refresco, café...?"
"Refresco está bien."
"¿Alguno de preferencia? Tenemos de limón, naranja, lima... Cola también."
Ella le siguió hasta la cocina. "El que más te guste, no soy quisquillosa."
"De acuerdo." Asintió, mientras abría el refrigerador, sacando dos latas de este. "¿Quieres hielo?"
"No, gracias, así está bien."
"Vale."
Una vez TaeHyung le sirvió el refresco en su respectivo vaso, haciendo lo mismo para él, se lo tendió. "Toma."
"Gracias, cielo."
Él le dio su mejor sonrisa. "No es nada. Ven, vamos al sofá, justo he cambiado la funda así que quiero presumir mi obra de arte."
Minnie rio a sus espaldas, siguiéndole de cerca mientras notaba como se le derretía el corazón. Ya podía entender la postura de Noeul incluso sin tener una clara imagen de TaeHyung en su mente, pero ahora que estaba allí y su personalidad naturalmente dulce, encantadora y ciertamente enternecedora le removía el corazón, sabía por qué su amigo había llorado como un bebé.
"Y..., ¿cómo va todo en la revista?"
"Bien, muy bien... Como siempre, ya sabes." Dijo, tomando asiento junto a él. "En realidad, yo venía para saber cómo estás tú."
"¿Yo? Estoy de maravilla. Justo acabo de hacer limpieza a fondo de todo el apartamento y me puedo ver reflejado en el suelo, así que bastante satisfecho."
Minnie esbozó una sonrisa algo triste. "¿De verdad estás bien?"
"Sí, seguro. Estoy aprovechando al máximo mis vacaciones indefinidas." Aseguraba, asintiendo. "¿Por qué lo preguntas?"
"Porque yo he estado en tu lugar y más o menos me hago una idea de cómo puedes estar sintiéndote. Inviertes todo el tiempo en cualquier otra cosa que no sea pensar e intentas mantener la mente ocupada para evitar compadecerte de ti mismo a cada segundo. Es un patrón común."
El castaño se mostró algo sorprendido, sintiendo que Minnie estaba psicoanalizándole sin esfuerzo alguno, por lo que terminó atragantándose con su bebida. ¿Tan predecible era?
"No... No sabía que eras psicóloga." Dijo, demostrando su sorpresa. Ella rio.
"No lo soy, pero, como te digo, he pasado por lo mismo y también he seguido ese patrón exacto. No es fácil estar a solas con tus pensamientos cuando estos son tu peor enemigo."
TaeHyung tragó saliva, aquellas palabras logrando que un nudo se instalase en su garganta. "Sí, bueno... Pero yo estoy bien. Quiero decir, no voy por ahí dando saltos, pero-"
"Nadie te está obligando a que finjas, cariño, puedes dejar de hacerlo." Ella le interrumpió, su voz dulce aumentando las ganas que TaeHyung tenía de llorar. "He venido hasta aquí no sólo para ver cómo estabas, si no porque me sentí igual que tú y nunca se lo dije a nadie. No quiero que pases por lo mismo."
"Qué... ¿Qué quieres decir con eso?" Se atrevió a preguntar. "¿Tú también renunciaste a tu trabajo?"
"Sí, hace unos cuantos años, antes de que Boss me contratara como su secretaria. De hecho, terminé en este puesto porque él se negaba rotundamente a dejarme fuera de la empresa."
"Oh..." Susurró, desconociendo aquella historia por completo. "¿Puedo preguntar qué fue lo que pasó?"
Ella asintió. "Por supuesto."
"Vale, y... ¿Qué pasó? ¿Por qué dejaste de ser periodista y pasaste a ser la secretaria del señor Chaikamon?"
"Por una muy mala entrevista en la que metí la pata hasta el fondo."
"¿En serio?"
"Sí, completamente en serio." Dijo, dándole un sorbo a su bebida. "Yo era de las mejores periodistas de mi plantilla. Entrevistaba a todo tipo de figuras públicas y mis artículos siempre tenían buenos números, hasta que un día hice algo que no debía... Bueno, más bien formulé una pregunta que no debía y... Todo se fue a la mierda."
TaeHyung se acomodó en el sofá, mirándole con total atención. "Eso suena horrible."
"Fue horrible." Afirmó. "Me tocó entrevistar a una actriz a la que admiraba demasiado, Cho Miyeon, lo cual me hizo exigirme mucho más a mí misma. De normal ya me exigía bastante, pero tratándose de alguien a quien encima admiras y te gusta, pues acabas haciéndolo el doble."
"Sí, es normal."
"El caso es que los días previos a esa entrevista, que además era presencial, no dormí muy bien, estaba súper nerviosa. Me pasaba las noches memorizando el guión y bebiendo café, parecía estar programada."
El gesto de TaeHyung se torció. "Huh..." Emitió, por lo que Minnie asintió.
"Sí, un desastre total, ya te lo adelanto." Nuevamente afirmaba, dándole otro sorbo a su bebida. "Llegó el día de la entrevista y yo, más nerviosa que nunca en toda mi vida y carrera, inicié las preguntas tal y cómo lo había preparado. Miyeon, super dulce, encantadora, respondía a todas con detalles. Maravillosa. El sueño de todo periodista."
"Totalmente."
"Y yo, gilipollas, nerviosa e imbécil, me cargué la que podría haber sido la mejor entrevista de mi vida."
"¿Por qué dices eso?"
"Porque fui estúpida. Normalmente cuando entrevistas a una celebridad, te dicen qué preguntas van y no van a contestarte, ya sabes, para no rozar ciertos límites." Explicó, viéndole asentir. "E incluso si muchos compañeros no siguen esa regla y la ignoran, yo sí solía hacerlo. Por respeto al entrevistado."
"Claro... Es lo más sensato."
"Pero en esa ocasión, mis nervios me traicionaron y terminé preguntándole por lo único que prácticamente me habían suplicado no preguntar. Su vida amorosa."
"Ow... No suena bien..."
"Miyeon acababa de perder a su pareja de toda la vida por una enfermedad terminal. Dos meses antes de la entrevista, para ser exactos." Y, tan pronto como dijo aquello, el corazón de TaeHyung dio un vuelco. "Empezó a llorar, su manager llegó hecha una furia para sacarla de allí, con toda la razón del mundo, claro."
"Ay, pobrecita..." TaeHyung se quejó, alcanzando los dedos de Minnie y dándoles un suave apretón. "Fue un fallo, a cualquiera podría haberle pasado."
"Lo sé, pero fue mi fallo, uno que ni en mis primeras entrevistas, donde por lógica pura debía haber estado más nerviosa, tuve. Y eso me hizo pensar que tal vez era momento de dejarlo, que quizás ya no estaba hecha para ser periodista."
Algo en su interior se removió, pues ese sentimiento lo conocía a la perfeccón.
"Incluso si todas las personas cercanas a mí me decían que estaba equivocada, yo me sentí tan inútil como para terminar dejando el trabajo que alguna vez tanto amé. E incluso odiarlo."
TaeHyung apretó su mano aún más fuerte. "Siento mucho que hayas tenido que pasar por eso, Minnie..."
"Yo también, porque vinieron años muy duros después de eso. No tenía ni idea de lo que quería hacer con mi vida incluso cuando el señor Chaikamon me contrató para ser su secretaria, me sentía vacía constantemente y me culpaba sin descanso alguno. A día de hoy aún lo hago a veces."
"¿De verdad? ¿Todavía?"
Ella asintió. "Sí, pero también he tenido la oportunidad de cerrar esa pequeña herida."
"¿Y cómo?"
"Hace poco coincidí con Cho Miyeon en uno de los viajes donde iba para representar al señor Chaikamon. Estuvimos en el mismo hotel, en la misma planta y en el mismo ascensor. Ella me reconoció casi al instante y yo ni siquiera supe como reaccionar, pero mi sorpresa fue inmensa cuando me di cuenta de que no me guardaba ningún tipo de rencor." Explicó, sus labios extendiéndose en una pequeña sonrisa.
"Oh..."
"De hecho, recordaba esa entrevista por los momentos previos a la pregunta maldita y aseguraba que fue de las mejores que tuvo. Ni siquiera se acordaba de cómo lloró cuando mencioné su vida amorosa, sólo yo me acordaba. Era la única a la que ese momento le persiguió de por vida."
Comprendiendo a medias la situación, TaeHyung asentía lentamente. "¿Y eso es algo malo?"
Minnie negó. "No, es increíble. Ella se quedó justo con la imagen que yo pretendía darle, entendió que fue un fallo debido a mi nerviosismo y su cabeza no lo tuvo en cuenta, mientras que yo pasé años lamentándome por lo sucedido."
"Bueno... Es normal, fue tu fallo. Al fin y al cabo sientes que te va a perseguir toda la vida."
"Exacto, el problema es que yo permití que ese fallo además de perseguirme de por vida, me la arruinara y cambiara completamente. Dejé que me definiera como persona en lugar de todo lo demás por lo que siempre he destacado hasta el punto de abandonar mi mayor pasión."
"Entiendo..."
"Y tú estás haciendo exactamente lo mismo, TaeHyung."
Repentinamente, el mencionado se sintió confundido. Esta conversación ni siquiera estaba relacionada con él. "¿Yo?"
"Sí, has permitido que alguien como el señor Jang, que ni siquiera se ha molestado en conocerte en el ámbito profesional destruya tus sueños y renuncies a ellos. Ahora sientes que no estás hecho para ser periodista."
"Bueno, ya, pero..."
"¿Cómo no vas a estar hecho para serlo cuando apenas te han dado la oportunidad? Es absurdo que eso te defina en lugar de todo el esfuerzo, amor y dedicación que has puesto en tus artículos." Minnie golpeó su rodilla. "Eso es lo único que puede definirte, TaeHyung. Y son cosas buenas, muy buenas."
Notando como le temblaba la barbilla, él observó a su ex compañera.
"¿Tú crees?"
"Y tanto que lo creo." Asintió, vaciando sus pulmones. "No seas como yo y renuncies a lo que más te gusta cuando claramente vas a arrepentirte."
"¿Te arrepientes?"
"Todos los días de mi vida. Ahora quiero volver y no sé cómo..."
Entonces, TaeHyung esbozó una pequeña sonrisa. "Es fácil, queda un puesto libre en la plantilla."
"Yo ya tengo mi puesto asegurado, TaeHyung, ese que queda vacío sólo le pertenece a alguien igual de bueno que tú."
"Tú eres buena." Aseguró, logrando que Minnie se sonrojara, dejando escapar una pequeña risita.
"Créeme, ni diez de mis mejores artículos superan ese que escribiste sobre Park Jaechan."
Su ceño se frunció. "¿Cómo lo sabes?"
"Tienes un admirador secreto en la oficina que lo leyó cuando te descuidaste y vino a contármelo para que supiera lo bueno que eras." Explicó. De inmediato, bufó.
"No cuenta como 'secreto' si sólo con decirme eso puedo reproducir su voz en mi mente. Maldito chismoso. Cuando lo vea, te prometo que voy a darle una patada en los dientes."
Ella soltó una carcajada. "¡Pobrecito! Jungkook sólo estaba orgulloso de que tú escribieras ese artículo."
E, inevitablemente, el corazón de TaeHyung se aceleró. "E-Eso no importa, es un chismoso."
"Ya, un poquito sí, pero tú también eres torpe. Cualquiera podría haber leído ese artículo de haberlo querido." Dijo, sintiendo su teléfono vibrar y echándole un vistazo rápido. "Bueno, yo debo marcharme que nuestro vecino tiene que irse a trabajar y debo recoger a Miao."
"Vale..."
"Haz caso a lo que te he dicho, ¿vale? No tiene por qué ser en esta revista si no quieres, ve a cualquier otra, pero no renuncies a lo que tanto te gusta y mejor haces. Te arrepentirás."
Él asintió, poniéndose en pie para ir tras ella cuando se levantó, ambos encaminándose hacia la puerta.
"Gracias por venir, Minnie, de verdad. Me has ayudado mucho."
"No es nada, cielo. Ha sido un placer." Envolviendo su cuerpo en un pequeño abrazo, dijo. "Cuídate, ¿vale? No sé cuándo nos volveremos a ver, pero si no es en persona, espero leer tu nombre en un artículo."
TaeHyung sonrió. "Me encantaría que fuera así."
"A mí también, y sé que ocurrirá." Aseguraba, saliendo del apartamento. "Espero que todo te vaya muy bien, TaeHyung."
"Igualmente. Ojalá vuelvas a tu puesto de trabajo como periodista."
"Sí, ojalá." Asentía. "Nos vemos."
"Nos vemos, Minnie."
Y, sin decir nada más, TaeHyung vio como se marchaba, cerrando la puerta en cuando bajó las escaleras.
Minnie había dicho un montón de cosas que tenían sentido para él, cosas que él mismo le diría a cualquiera en su situación, pero era bastante más complicado tomar ejemplo de ellas cuando sentías que tenías la cabeza metida en un cubo de agua, como si estuvieras encerrado en un túnel sin salida, sin luz. Era agotador el simple hecho de querer mover la cabeza para salir del cubo o simplemente pensar cavar una salida para el túnel incluso si tenía los materiales necesarios.
Otro par de horas más tarde, cuando ya casi anochecía y en la soledad de su hogar, TaeHyung dejó escapar un suspiro, dejándose caer por tercera vez en el sofá nada más terminar de hacer la cena. Había decidido probar una nueva receta que Shinhye mencionó durante la cena del lunes, dándose cuenta de que en realidad no era un negado para la cocina, simplemente una persona demasiado floja.
Relamiéndose los labios, tomó su teléfono con un suspiro. Tenía más mensajes sin leer de Noeul, probablemente avisándole de que estaba al llegar, así como también se habían multiplicado los mensajes pendientes en el chat grupal de su plantilla, algo que ni siquiera era sorprendente, pues se pasaban el día hablando, intercambiando información sobre artículos y felicitándose mutuamente por los nuevos logros. Como ahora, que parecían felicitar a Hanbin por la publicación de su nuevo artículo, no queriendo siquiera entrar al grupo para evitar sentirse peor.
Lo que sí llamó su atención, definitivamente, fue un correo electrónico que había recibido hacía aproximadamente una hora, cuyo destinatario no conocía, pero nada más leer el asunto logró detener su corazón por unos segundos, haciéndole clicar sobre él de inmediato.
De: [email protected] (JANG SEBIN).
Para: Kim TaeHyung.
Asunto: Carta de renuncia denegada.
Su carta de renuncia ha sido rechazada exitosamente. No cuenta con más días de vacaciones, por lo que el lunes debe presentarse en la oficina y cumplir con su horario laboral normal.
Atentamente,
Jang Sebin.
Posdata: Café con leche semidesnatada, sin espuma y cuatro sobres de edulcorante en mi mesa a primera hora. No me hagas esperar.
TaeHyung jadeó, no teniendo ni idea de si debía sorprenderse ante el hecho de que su ex jefe (que no parecía querer dejar de serlo) le había enviado un correo electrónico, que el correo electrónico tratase de él rechazando su carta de renuncia o que supiera el engaño del edulcorante, pues todas las opciones anteriores alteraban su nerviosismo.
¿Qué demonios se supone que debía responderle? Ni siquiera podía construir una respuesta en su propia mente. Tal vez porque parecía irreal o hasta absurdo haber recibido un mensaje como ese. ¿Sebin quería burlarse de él? Porque esa parecía ser su intención.
Antes de poder hacer una montana de un grano de arena, escuchó el sonido de la puerta abriéndose, suspirando tras saber que Noeul estaba en casa y eso significaba tener a su voz de la razón cerca.
"¡TaeHyung!" Este chilló, seguidamente sus pasos acercándose a toda velocidad sonando. "¡TaeHyung, TaeHyung!"
"Estoy en el salón." Le dijo, viéndole entrar con una sonrisa inmensa y los ojos brillantes. "¿Qué pasa? ¿Por qué estás tan conten...?"
Sin darle tiempo a hacer correctamente su segunda pregunta, Noeul se le lanzó encima.
"¡El artículo! ¡Tu artículo!" Continuaba chillando, removiéndose como una cucaracha sobre el castaño. "¡Han publicado tu artículo, TaeHyung!"
El corazón del susodicho volvió a pararse con aquella noticia, este quedándose completamente en blanco mientras Noeul lo abrazaba como si llevasen años sin verse.
"¿Qué...?" S
Su voz salió en apenas un susurro, incrédulo tras asumir que había oído mal, porque no había posibilidades de que lo aquello fuese cierto.
"¡Han publicado tu artículo!" Noeul se separó, tomándole por el rostro. Tenía los ojos llenos de lágrimas que gradualmente fueron cayendo, producto de la emoción. "El artículo que escribiste sobre Park Jaechan, lo publicaron hace media hora."
Sólo entonces, luego de que Noeul repitiese la noticia y pudiera ver en su mirada que era completamente cierto, TaeHyung permitió que sus emociones salieran a flote, comenzando a llorar silenciosamente.
"¿Me lo estás diciendo en serio?"
"Sí, muy en serio, súper en serio." El rubio asintió. "Está- está en internet. Sebin lo editó y publicó por sí mismo, pero es exactamente lo que tú le diste."
"¿Qué...? ¿E-En serio?"
"Cuando me enteré pensé que había hecho cualquier estupidez y estaba muy asustado, pero no... Es lo que tú escribiste, palabra por palabra, lo ha subido tal cual."
"Dios..."
Fundiéndose en un fuerte abrazo con Noeul, TaeHyung notó como su corazón explotaba, temblando de todas las maneras posibles mientras se aferraba a él.
"No sabes lo feliz que estoy por ti... Estoy tan orgulloso y contento..." Le escuchó decir, oyendo los pequeños quejidos que dejaba escapar entre sollozo y sollozo. "Sabía que ibas a conseguirlo, lo sabía..."
"No me lo creo, Noeul... M-Mi artículo..."
Él asintió. "Sí, tu artículo. Por fin."
"Por fin..." Susurraba, apretándole más fuerte, notando que Noeul llevaba una bolsa consigo y prácticamente estaban aplastándola. "O-oye, ¿de qué es esa bolsa?"
El rubio se separó, quitándose las lágrimas. "No sé, estaba en la puerta cuando llegué... Ni siquiera me he molestado en abrirla o ver qué es, sólo quería llegar y darte la noticia."
Con el corazón saltando felizmente, TaeHyung observó como las manos temblorosas de Noeul buscaban algo en aquella bolsa, terminando por arrancar un post-it amarillo de esta y leyéndolo con dificultad debido a su mirada borrosa.
"Pone tu nombre, es para ti. Toma."
Tan pronto como Noeul le ofreció aquella nota, el castaño comenzó a leer lo escrito en ella.
«Felicidades, novato. Estoy orgulloso de ti.
Espero que te gusten estas nuevas hamburguesas. Disfrútalas.
—Jungkook.»
Claramente, él no necesitaba leer su nombre para saber de quién provenía, pues era obvio. Sin embargo, el pequeño corazón dibujado al final fue suficiente para que se le acelerase el corazón bruscamente.
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