✧c.-029
N/A: Estamos llegando a (una de mis) parte(s) favorita(s) y mi emoción crece genuinamente por segundos xD
Cap dedicado a taeswr ♡♡
Hoy os recomiendo 'Locksmith' de Sadie Jean, otra canción que se salva de este desastroso Descubrimiento Semanal.
[...]
"Dios, estoy agotada..." Suspiraba Minnie, quitándose el cinturón en cuanto el coche de Jungkook aparcó frente a su edificio. "Este viaje se me ha hecho eterno."
"Bueno, piensa que tienes hasta el miércoles para descansar, así que tan malo no puede ser."
"Tienes razón. Había olvidado que era festivo por completo." Decía, mostrándose mucho más efusiva esta vez. "Voy a dormir hasta que vengan a casa los de National Geographic y me confundan con una marmota."
Jeon soltó una risita. "Eres tan exagerada..."
"No, no soy exagerada, digo la verdad. Ahora que no estás me aburro muchísimo, ya no tenemos domingos especiales de películas malas, así que prácticamente uso todo mi tiempo libre para dormir. Es lo malo de que me hayas abandonado."
Poniendo los ojos en blanco, Jungkook se acomodó, dejando escapar un pequeño bufido.
"Aquí nadie ha abandonado a nadie, ¿vale? Sigo siendo tu compañero de piso y volveré cuando menos te lo esperes."
"¿Cuándo?"
"Aún no lo sé, pero pronto. A las obras no le quedan mucho."
"Está bien... Supongo que sobreviviré un mes más sin ti." Ella suspiró, vaciando sus pulmones y bajando los hombros para darle más dramatismo a su postura. "O dos, o tres... ¿Quién sabe?"
En respuesta, el azabache volvió a reír, negando. "No, no serán tantos, lo prometo. Yo también quiero volver a casa."
"Ya, seguro... Apuesto que vivir cerca de tu amorcito no es una de las razones por las que quieres alargar tu estancia en casa de Shinhye, ¿verdad?" Aquella acusación hizo que Jungkook bufara de nuevo.
"Por favor, no vuelvas a referirte a TaeHyung como mi amorcito porque te juro que se me revuelve el estómago."
Minnie soltó una carcajada. "Está bien, está bien..."
"Y sí, claro que tenerle más cerca hace que quiera quedarme allí, pero no pretendo vivir con Shinhye eternamente. Sólo quiero estar con ella un poco más, es la única familia que tengo cerca."
Su gesto se torció casi de inmediato. Jungkook tenía lejos a toda su familia, e incluso si Minnie podía comprenderlo, ya que ella tampoco estaba cerca de sus seres queridos, podía sobrellevarlo mejor. Siempre había sido una persona independiente, así que raramente se veía afectada por la lejanía.
"Lo entiendo, yo también querría vivir allí de por vida si tuviese una tía tan maravillosa como Shinhye." Aseguraba, encogiéndose de hombros. "Pero no cuento con esa suerte..."
"Siempre puedes ir de visita, a ella le encantará volver a verte."
"¿Tú crees?"
"Por supuesto que sí. Te adora y pregunta por ti muy a menudo, dice que le encanta saber que tengo tan buenos amigos."
Ella se sonrojó. "Ow... Amo a Shinhye, es tan dulce."
"Mucho."
"¿Sabe que estás enamorado de su vecino o aún no?" Quiso saber, sus cejas en alto.
"Yo no le he dicho nada en caso de que decida ejercer de celestina entre TaeHyung y yo, pero creo que lo intuye."
"Bueno, tampoco es muy difícil notarlo, eres super obvio. Creo que él es la única persona que no se ha dado cuenta todavía."
Negando, Jungkook se relamió los labios. "TaeHyung lo sabe, siempre lo ha sabido, no es estúpido."
"¿Lo sabe?"
"Claro que sí, ya te lo dije."
Su ceño se frunció, completamente confundida. "¿Y cómo es que...?"
"No sabe que estoy enamorado, piensa que simplemente me gusta y que hago lo que hago para llamar su atención de alguna forma. Tampoco es como si yo le hubiera dado más pistas, de todos modos."
"Ya... ¿Y decírselo no está en tus planes?"
"Sí, pero no he encontrado el momento indicado todavía. Ahora mismo está pasando por una situación muy difícil en la empresa, ya sabes, con Sebin y todo eso."
"Me lo imagino..." Murmuraba, vaciando sus pulmones antes de mirar el reloj en el coche de Jungkook. "Debería irme ya, son casi las diez de la noche y estoy a nada de dormirme aquí."
"Será lo mejor, sí, has tenido un viaje muy largo y debes descansar."
"Eso haré." Minnie se inclinó para abrazar al azabache. "Gracias por traerme, guapo."
Un par de minutos más tarde, Jungkook se reincorporaba a la carretera después de ver como Minnie entraba en el edificio y cerraba la puerta, dejando escapar un suspiro en cuanto estuvo solo, haciendo su camino de vuelta a casa.
Minnie había estado varios días en Los Ángeles, representando al señor Chaikamon en varias reuniones con revistas internacionales que buscaban ampliar el alcance de Too Much Too Handle. Y, como buen amigo, Jungkook se ofreció a llevarla y recogerla del aeropuerto tan pronto como su avión aterrizase, queriendo que llegase a casa sin necesidad de esperar por un taxi.
Al cabo de media hora, bajaba de su coche aparcado frente al edificio de apartamentos donde vivía actualmente con Shinhye, adentrándose en él mientras revisaba algunos mensajes que tenía sin leer en el teléfono. Llevaba todo el día en las afueras de la ciudad debido al trabajo y estaba deseoso por comer algo y meterse en la cama. Él también aprovecharía esas mini vacaciones para descansar.
"Cógeme el teléfono, cógeme el teléfono..." Escuchó una voz murmurar, conforme subía las escaleras.
En cuanto levantó la vista, lo primero que vio fue a Noeul yendo escaleras abajo en su dirección, con el pijama puesto y una manta gruesa cubriéndole los hombros. Su semblante era pálido, adornado por ojeras oscuras que daban paso a una expresión llena de preocupación.
Las últimas noticias que tenía de él era que se encontraba enfermo y no parecía dejar de estarlo precisamente.
"¡Jungkook!"
"Noeul, hola." Le dijo, frunciendo el ceño al verle tan apresurado. "¿Ocurre algo?"
Él se aferró al pasamanos para tener una mejor estabilidad, pues aún estaba bastante mareado por la fiebre. "Por favor, dime que sabes algo de TaeHyung." Casi suplicó, logrando que Jungkook se viera confundido.
"No... No he estado hoy en la oficina, ¿por qué?"
De inmediato, Noeul adoptó una expresión cargada de angustia, lo que alertó a Jungkook.
"No sé nada de él desde la hora del almuerzo. No le llegan los mensajes y cuando intento llamarle me salta el contestador, tiene el teléfono apagado... Lo último que supe es que iría a almorzar con Khaotung a un restaurante nuevo."
"¿Has llamado a Khaotung?"
"Sí, tampoco sabe nada. Dice que fueron a almorzar y TaeHyung parecía decaído, distante, pero le preguntó y él no dijo nada, sólo que había dormido mal esa noche." Negando, se mordió el labio superior. "Iba a ir a buscarle, pero la verdad es que no tengo ni idea de dónde pueda estar."
Jungkook tragó saliva, notando como su corazón se aceleraba, pellizcándose con dos dedos el tabique nasal.
"¿Tienes idea de si ha pasado algo en el trabajo? Si ha discutido con alguien, si Sebin le ha dicho algo sobre su artículo... Cualquier cosa."
El rubio volvía a negar. "Nada de nada. Llevo en casa todo el día, sigo con fiebre así que no puedo ir a trabajar. TaeHyung seguía sin noticias del artículo y estaba perdiendo las esperanzas, así que no tengo ni idea, Jungkook."
Asintiendo, este se mantuvo pensativo, sabiendo que allí de pie no sacaría nada en claro por muchos escenarios imaginarios que plantease.
"De acuerdo, vamos a hacer lo siguiente: Tú esperarás aquí en caso de que TaeHyung vuelva y yo haré algunas llamadas a la oficina. Ahora mismo no debe haber ningún empleado, pero sí el guardia de seguridad."
"Pero-"
"Te avisaré tan pronto como tenga alguna noticia, ¿vale?"
"Haz la llamada aquí, por favor, no quiero que te marches sin ninguna noticia, aunque sea mínima." Pidió, a lo que Jungkook asintió.
"Vale, voy a llamar."
Haciéndole un gesto para que guardase silencio, y, tan pronto como halló el número de Choi Eunji, quien era la encargada de darle seguridad al edificio donde trabajaban, se llevó el teléfono a la oreja, notando como sus nervios aumentaban conforme los segundos pasaban y el pitido incesante no se detenía.
"Sí, ¿quién es?" La voz profunda de aquella mujer sonó, logrando que Jungkook inmediatamente soltase un suspiro.
"Eunji, soy Jeon Jungkook, trabajo en la revista. Llamaba porque quería saber si has visto a un chico alto, con el pelo castaño y..." Él miró a Noeul para tener constancia de su vestimenta.
"Camisa rosa." Susurró este.
"Y camisa rosa. Su nombre es TaeHyung, trabaja en mi misma plantilla... No sabemos nada de él desde esta tarde."
"Le conozco, sí, se marchó hace bastante, pero antes me trajo una bolsa de snacks y una manta porque decía que por las noches hacía frío. No he vuelto a verle después de eso, Jungkook, lo siento."
Apretando los labios, suspiró. "Vale, Eunji, gracias..."
Noeul le tocó el brazo antes de que pudiera decir algo más. "Pregunta si nuestro coche sigue aparcado allí. Es un Opel Corsa de color negro."
"De acuerdo... Eunji, ¿me harías el favor de mirar en el parking si hay un coche negro aparcado? En la plaza número siete."
"Ahora mismo lo miro en las cámaras, dame un segundito." Murmuró ella, mientras que los nervios parecían querer torturarle conforme el tiempo se hacía eterno. "¿Me dices la matrí- oh, no es necesario. Hay un Opel Corsa de color negro en la plaza número seis, sí. Según las cámaras lleva desde esta mañana ahí. ¿Es el suyo?"
De inmediato, él asintió. "Es el suyo, sí. Gracias, Eunji."
"No es nada. Si llego a ver algo más te llamo."
"Por favor, te lo agradecería mucho." Sin decir nada más, Jungkook colgó, mirando a Noeul. "El coche aún está aparcado fuera del edificio."
"¿Y eso es bueno o malo...?"
Jungkook realmente no supo qué responder a eso. "Vamos a pensar que es bueno, ¿de acuerdo? Iré allí para buscarlo, tú quédate aquí por si acaso vuelve."
"Sí... Pero mantenme al tanto, por favor. Estoy que me muero."
"Te llamaré en cuánto sepa algo, no te preocupes."
"Bien..."
Despidiéndose de Noeul con un leve asentimiento de cabeza, Jungkook volvió en sus pasos hacia la salida, inmediatamente entrando en su coche. Parecía que no saldría de él en todo el día.
Una vez a solas, se frotó el rostro con ambas manos, dejando que su angustia, preocupación y miedo fuesen evidentes, en el proceso notando como su corazón se apretaba.
Era la segunda vez en menos de un mes que pasaba por esto. La primera vez pudo estar un poco más tranquilo porque Shinhye siempre frecuentaba los mismos lugares constantemente, porque era una hora decente y por el plus de tener a TaeHyung siendo su voz de la razón, su acompañante. Sin embargo, ahora no podía decir lo mismo. Y eso le llenaba de incertidumbre.
Él conocía a TaeHyung, lo cual no era un secreto para nadie a estas alturas. Ambos habían convivido juntos durante años. Mismo vecindario, mismo colegio, instituto, universidad y actualmente también trabajo. Saberse sus puntos débiles y fuertes no era complicado, no cuando TaeHyung era un libro abierto por sí mismo.
Pero, si había algo que sabía con certeza de él, era que jamás haría nada que pudiera perjudicar a sus seres queridos —como Noeul, por ejemplo—. Y esa era la razón por la que estaba tan angustiado, porque sabía que TaeHyung no desaparecería de la faz de la Tierra así como si nada. Algo debía haberle pasado.
Conforme debatía consigo mismo, todavía imaginando escenarios donde únicamente TaeHyung estuviera implicado, queriendo adivinar lo que podría haber ocurrido, cuando su teléfono comenzó a sonar, la melodía que había elegido para Shinhye sacándole de aquella pequeña burbuja.
Él se mentalizó para poner la mejor excusa que se le ocurriera, pues no quería preocupar a Shinhye.
"Hola, tía."
"¿Dónde estás, cariño? ¿Te queda mucho?"
"Eh... Un poco, se ha alargado la cosa, pero intentaré no tardar mucho."
Ella soltó una risita. "No te preocupes, con saber que estás bien me voy a dormir tranquila. Tienes comida guardada en el microondas, sólo hay que calentarla."
Viendo el enorme edificio donde trabajaba a lo lejos, dejó escapar un pequeño suspiro, mirando cuidadosamente hacia ambos lados en busca de TaeHyung en alguno de los vecinos.
"¿Jungkook? ¿Sigues ahí?" Le llamó, volviendo a sacarlo de su burbuja, sonando algo confundida cuando murmuró: "¿He vuelto a darle con la oreja sin querer al botón de colgar...?"
"Estoy aquí, Shinhye, descuida. Puedes irte a dormir sin problemas, yo llegaré, me daré una ducha, comeré cualquier cosa y me iré a dormir."
"Sí, eso te decía, que te he dejado comida en el microondas, sólo tienes que calentarla."
Jungkook asintió incluso si su tía no podía verlo, sin dejar de buscar al castaño en cualquier rincón. "De acuerdo, muchas gracias. Descansa."
''Vale, cielo. No vuelvas muy tarde y ten cuidado en la carretera. Te quiero."
"Yo te quiero más." Mencionó, antes de colgar.
Lo único que veía abiertos eran restaurantes de comida rápida, tiendas de conveniencia, bares, alguna que otra gasolinera y un par de pubs nocturnos a los que sólo podías entrar con entrada previa, así que adivinar el paradero de TaeHyung era toda una incógnita.
Aparcó a tan sólo unos metros de distancia de la revista, saliendo de su coche y llevándose el teléfono consigo. Si el vehículo de TaeHyung estaba aparcado allí, él no debía estar muy lejos. O al menos, eso era lo que esperaba.
"¿Dónde te habrás metido...?" Susurró para sí mismo, notándose más desesperado que nunca.
Comenzando a pasearse por la zona más transitada, el primer local con luces llamativas que vio llamó su atención. Era una hamburguesería, más concretamente la cadena favorita del castaño, por lo que no dudó en adentrarse. Sin embargo, no encontró rastro de él en ningún lado. Tampoco nadie parecía haberlo visto.
El segundo lugar fue una gasolinera abierta las veinticuatro horas del día en la que sólo estaba el dueño. Este ni siquiera había visto algún cliente en todo el día, tampoco tenía cara de ser una persona muy agradable, por lo que también quedaba descartado. Aunque Jungkook se había quedado con ganas de mandarle a la mierda por su forma tan seca de contestar, pero estaba demasiado preocupado por TaeHyung como para enfocarse en eso.
En las dos tiendas de conveniencia que había por allí tampoco hubo suerte. TaeHyung no estaba por allí y nadie había visto a ningún chico que coincidiese con su descripción. Jungkook se dijo a sí mismo que le haría una foto a TaeHyung en cuanto tuviera oportunidad, pues sus perfiles en redes sociales no eran más que perros aleatorios sacados de internet.
¿Por qué había tenido que enamorarse de una persona tan poco seria? Jamás lo entendería, pero no tenía energía ni ganas para quejarse.
El último local en su lista parecía ser un bar de paso para camioneros y moteros que viajaban constantemente, lleno de motos aparcadas fuera. E incluso si la idea de TaeHyung frecuentando aquel sitio ni siquiera parecía posible, no tuvo otra opción más que entrar allí.
Tan pronto como se adentró pudo confirmar sus sospechas por la cantidad de hombres vestidos con chaquetas de cuero, bandanas, tatuajes y cuerpos corpulentos. Saludó al chico de la barra con un leve asentimiento, mirando hacia todos lados en busca de TaeHyung, quién tampoco tenía pinta de estar por ahí.
"¿Buscas a alguien?" Le preguntó el camarero, esbozando una sonrisa en su dirección.
"Sí, a un compañero. Es un chico alto, de pelo castaño y-"
"¿Camisita rosa?"
Jungkook asintió, sorprendido de ser esa la única respuesta afirmativa que había obtenido.
"Así es, ¿le has visto?"
"Está al fondo, con Seokhyun. Llegó hace dos horas, llorando y medio perdido, parecía un cachorrillo. Me dio pena, así que le invité a una cerveza."
El corazón de Jungkook finalmente pudo latir a un ritmo normal, sintiéndose aliviado.
"Vale, muchas gracias." Le dijo, no esperando a escuchar nada más por su parte cuando avanzó hacia el final de la barra.
Conforme se acercaba al lugar donde debía estar TaeHyung, podía escuchar su risa, reconociéndola de inmediato. Sin embargo, en cuanto le vio, sentado en un taburete junto a un hombre que físicamente era tres veces el cuerpo de TaeHyung, suspiró. El desgraciado muerto de risa y él muerto de miedo.
"¡Y el desgraciado secuestró a mi perro! ¡¿Te lo puedes creer?!" Decía, oyendo al otro reír.
"Pero, ¿te lo devolvió?"
"Sí. Porque le amenacé de muerte."
"Wow..."
"TaeHyung." Le llamó, una vez llegó a su altura.
El castaño se giró de inmediato, reconociendo aquella voz en cualquier parte y frunciendo el ceño.
"¿Tú?" Susurró, viéndose confundido mientras se ponía en pie. "¿Qué haces aquí?"
"Yo debería ser quien te hiciera esa pregunta. He estado buscándote por todas partes." Le dijo, agarrándole por los hombros para asegurarse de que estuviera bien. "¿Por qué no respondes al teléfono?"
TaeHyung se encogió de hombros, tambaleándose en cuanto Jungkook le soltó. "Seguramente se me haya acabado la batería, no lo sé. De todos modos, tampoco llevo tanto tiempo aquí, ¿no?" Él miró a su acompañante. "¿Cuánto tiempo llevo, Seokhyun?"
"Un par de horas, diría yo."
"Ah, es poco." Asentía, tambaleándose una vez más.
El ceño del azabache se frunció, notando el evidente estado de ebriedad en el que TaeHyung se encontraba.
"¿Estás borracho?" Este inmediatamente negó.
"No, claro que no..."
"¿Cuánto has bebido, TaeHyung?"
"Nada, no he bebido nada..." Balbuceó, teniendo la necesidad de excusarse hasta que se sintió estúpido por ello, en especial cuando Jungkook le observó como si estuviera a punto de darle el sermón del siglo. "Oye, no tengo que darte explicaciones de nada, no eres mi padre y yo ya soy mayorcito."
"Ya, súper mayorcito..." Dijo, un bufido abandonando sus labios mientras volvía a sostenerle por los hombros. "Anda, vamos, que te llevo a casa."
Sin embargo, el castaño se resistió. "No, quiero quedarme aquí. No quiero irme aún, estoy muy bien con mi nuevo amigo. ¿Verdad, Seokhyun?"
"Sí, nos estamos terminando nuestra ronda de cervezas, ¿te quieres unir? Yo invito." Asentía el desconocido.
"Muchas gracias, pero quizás en otro momento. Ahora debo llevarme a este señorito de aquí."
Agarrando el brazo de TaeHyung, le empujó suavemente hasta su propio cuerpo, oyéndole quejarse.
"¡Que no quiero! Seokhyun, haz algo." Lloriqueó, queriendo zafarse del agarre. "¡Jungkook, déjame!"
"¿Jungkook?" Seokhyun cuestionó, mirándole con interés. "¿Tú eres el famoso Jungkook?"
Su ceño se frunció, no entendiendo a qué venía esa pregunta. "¿Famoso?"
"Sí, TaeHyung lleva hablando de ti toda la noche."
De inmediato, el mencionado soltó un grito, alarmándose en cuanto se vio expuesto, sus mejillas inmediatamente enrojeciendo antes de empujar a Jungkook, quién parecía sorprendido.
"¡Vámonos!"
"¿Estabas hablándole de mí?"
"¡No, claro que no!" Dijo, sin dejar de empujarle. "Adiós, Seokhyun, un placer."
"Igualmente, espero encontrarte por aquí de nuevo."
"Sí, yo también. Te debo una."
Asintiendo, ni siquiera era consciente de que sus intentos por empujar a Jungkook eran en vano, pues el susodicho avanzaba por sí mismo.
"TaeHyung, espera, te dejas esto. Toma." Seokhyun apareció antes de que pudieran salir, entregándole una hoja de papel que tenía su firma. Jungkook la cogió por él.
"Oh, gracias."
Con un último empujón, sacó a Jungkook del bar, suspirando.
"¿Qué es este papel?" Quiso saber, impidiendo que TaeHyung pudiera arrebatárselo cuando se giró, casi lanzándolo encima de él.
"¡Dame eso ahora mismo, Jungkook!" Chilló, frunciendo el ceño, torpemente tambaleándose. "¡Jungkook, es mío!"
Sin embargo, este ya había leído su contenido, levantando la mirada visiblemente sorprendido tras encontrarse con una carta de renuncia.
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