✧c.-013
N/A: Oficialmente, mi capítulo favorito hasta la fecha... xD
Cap dedicado a Vante_Nochu ♡♡
Hoy os recomiendo 'Fever Dream' de Hurtwave, gracias eternamente al maravilloso Descubrimiento Semanal por bendecirme.
[...]
"Nos vemos la semana que viene, Jeon."
"Adiós, hasta el lunes, jefe. Que te vaya bien."
Palmeándole el hombro, Boss pasó junto a él para meterse en los vestuarios. Sin embargo, se detuvo a mitad de camino.
"Espera, ¿el sábado irás a esa reunión de alumnos que mencionaste? Porque hemos quedado para juntarnos algunos de la plantilla y yo en un local que queda cerca. Si no tienes planes, sabes que puedes unirte."
El azabache hizo una mueca. "Aún estoy dándole vueltas al asunto... Quizás sí que vaya a la reunión, aunque sólo sea por saludar a antiguas amistades del instituto."
"Está bien, no pasa nada. En caso de que cambies de opinión, me avisas y te envío la dirección, ¿de acuerdo?"
"Claro." Asintió, esbozando una sonrisa. "Gracias, Boss, nos vemos."
"Nos vemos, adiós."
Jungkook se marchó del gimnasio cuando el reloj marcó las ocho en punto, despidiéndose de algunos conocidos que tenía allí y de Changbin, quien estaba tras el mostrador de recepción, dirigiéndose hacia la salida en cuestión de minutos.
Había sido un día especialmente agotador, por lo que llegar al gimnasio y hacer su rutina diaria le costó más de lo debido, por lo que cumplir con su cometido resultó bastante satisfactorio al final, marchándose de allí con una enorme sonrisa, que se amplió en cuanto su teléfono comenzó a sonar, lo tomó y vio el nombre de la tía Shinhye en pantalla. De inmediato, aceptó dicha llamada.
"Tía Shinhye, hola, ya voy de camino a casa."
"Hola, cielo, sólo te llamaba para saber qué querías comer. Estoy a punto de hacer la cena y sé que no has tenido un buen día."
Riendo entre dientes, masticó la esquina de su labio inferior. Ella era siempre tan detallista, que solía olvidarse de descansar también.
"No tienes por qué molestarte, tía, puedo prepararme cualquier cosa en cuanto llegue. Además, no ha sido un mal día, sólo he tenido mucho trabajo y estoy cansado." Aseguró, oyendo un suspiro por su parte. Él sabía que no le había dado la respuesta correcta. O al menos, no la que Shinhye deseaba oír. "Pero cualquier cosa que hagas es mi comida favorita, así que lo dejo en tus manos, tía."
Finalmente, ella rio también, más satisfecha ahora. "De acuerdo, cariño, pues pondré a cocinar algunos pasteles de arroz que sobraron de la noche anterior y unos huevos a cocer, ¿te parece?"
Jungkook abrió la boca para responder, cuando su atención se desvió por completo hacia una figura que caminaba a unos metros de distancia. El sujeto cargaba con varias bolsas de supermercado, arrastraba los pies y mantenía sus hombros hacia abajo, en señal de agotamiento. Para él no fue difícil reconocerlo, pues aquel cabello castaño le perseguía hasta en sueños.
"¿Jungkook, cielo? ¿Sigues ahí?" Shinhye volvió a llamarle, sólo entonces recordándole que seguía al teléfono con ella.
El azabache se aclaró la garganta. "Sí, lo siento. Y cualquier cosa que hagas está bien, no te preocupes. Debo dejarte ahora, mi móvil está a nada de apagarse. Adiós, tía."
"Oh, vale. Hasta ahora."
Colgando, apresuró su caminar hacia aquel individuo, quien llegaba a la entrada del edificio donde ahora él también vivía, pudiendo así escuchar sus quejas una vez estuvo prácticamente detrás. Eso le hizo sonreír sin siquiera ser consciente, mordiéndose el labio inferior y negando, ya que no era nada nuevo. TaeHyung se pasaba todo el tiempo quejándose por cualquier cosa, lo que quizás era parte de su encanto. Un encanto que no todos podían apreciar.
Llegó justo cuando comenzaban las dificultades para sacar las llaves y abrir la puerta, viéndose en la obligación de actuar antes de que este se pusiera histérico, quitándole dos de las bolsas que llevaba en su mano izquierda. Aquel acto inocente hizo que se sobresaltara, chillando.
"¡Ni se te ocurra robarme, que hoy he tenido un día de mierda!"
TaeHyung se giró, encarando a Jungkook que se encontraba tras él y soltando un suspiro nada más ver su mueca: una mezcla entre diversión y confusión, sólo así pudo sentirse aliviado. El cansancio en su mirada no tardando en aparecer de nuevo.
"Ah, eres tú..."
"Sí, soy yo." Asintió, mostrando su sorpresa. "Y nunca pensé que te vería aliviado al encontrarte conmigo."
"Ya, yo tampoco, pero prefiero que seas tú a un ladrón y te lleves mi compra. Con lo que me ha costado traerla..."
Una risita abandonó los labios del azabache, inclinándose otra vez para quitarle la tercera bolsa. "Trae, deja que te ayude."
"Gracias..."
"No queremos que se te corte la circulación de los dedos y termines con una gangrena." Añadió, inmediatamente viendo el rostro horrorizado de TaeHyung cuando este se giró, sus ojos muy amplios.
"¿E-Eso puede llegar a pasar?"
Jungkook soltó una carcajada, entrando tras él en el edificio y cerrando la puerta a sus espaldas, observando el modo en que palideció. TaeHyung era tan fácil de engañar como un niño en muchas ocasiones. Y, para cualquier persona podía ser divertido, pero él sabía muy bien que eso ponía al castaño en una desventaja considerable, permitiendo que otros pudieran aprovecharse de él sin dificultad alguna.
Sosteniendo sus tres bolsas con una mano, se las arregló para agarrar el rostro de TaeHyung con la otra libre. "Oye, era sólo una broma. Vuelve a tu color normal, hazme el favor."
"¡Usa las dos manos para coger esas ahora mismo!"
TaeHyung se removió, a punto de entrar en un estado de histeria cuando el azabache no cumplió su orden. Ya no sabía si se encontraba así debido a la imagen que se proyectó en su mente o porque Jungkook estaba acariciándole como si fuese un cachorro desamparado. Por lo que, al poco tiempo, Jungkook terminó haciéndole caso, usando ambas manos para repartir el peso de las bolsas.
"No me voy a quedar sin dedos por esto, te lo aseguro, puedes estar tranquilo. Aunque es encantador que te preocupes por mí."
De inmediato bufó, poniendo los ojos en blanco. "¿Qué dices? Esto no es por ti, es por mí. No quiero que me causes un trauma."
"Oh, claro... Eso tiene mucho más sentido, sí." Asintió, confiando falsamente en su palabra, mientras caminaba tras TaeHyung hacia su apartamento, que para fortuna del castaño estaba en una de las primeras plantas.
Kim continuaba quejándose cada vez que debía esforzarse para subir un escalón, lloriqueando durante un par de segundos antes de hacer lo mismo con el siguiente, sin descanso alguno. Jungkook podría encontrar aquel aspecto de su compañero bastante insoportable, pero la verdad es que tenía una sonrisa en el rostro incapaz de ser borrada, incluso dejando escapar alguna que otra risita.
"Si te sigues quejando cada vez que subes un escalón, vas a perder la poca energía que te queda." Le dijo.
"¿Y qué?"
"Pues que llegará un punto en el que terminarás cayéndote encima de mí por accidente."
"Bueno... Cuando ese momento llegue, estoy seguro de que tus reflejos no te fallarán y podrás apartarte a tiempo."
"Yo también estoy seguro de eso."
"Genial."
"Pero los ignoraré."
TaeHyung volvió a bufar, dejando atrás las escaleras y sintiendo las piernas entumecidas. Nunca antes había caminado tanto, encontrándose profundamente agotado y sin apenas sentir los dedos de sus manos.
¿Acaso se había quedado sin circulación en ellos? ¿Habría alguna posibilidad de que se le formase una gangrena? ¿Debía ir al médico?
En definitiva, nunca más iría a la compra.
"Eso ya no es mi problema, si quieres ser masoquista, allá tú." Murmuró, mirándose los dedos para verificar que el color de estos siguiese siendo el mismo, aunque estaban rojizos y con marcas de bolsas en ellos, pero no era preocupante.
"Ya..."
"De todos modos, ya hemos llegado a mi piso, así que no tienes nada de lo que preocuparte. Nadie se caerá encima de ti hoy."
Jungkook frunció los labios, siguiendo al castaño hacia su puerta. "Menos mal... Casi que empezaba a ponerme nervioso."
"Sí, yo también."
Una vez llegaron frente a su apartamento, TaeHyung intentó por segunda vez abrir la puerta, su torpeza volviendo a impedírselo, por lo que Jungkook se vio obligado a actuar, echándolo hacia un lado suavemente tras tomar su cintura y arrebatándole las llaves sin autorización alguna. Kim pudo quejarse en voz alta, mas no lo hizo. Sólo permitió que un escalofrío pusiera todos sus vellos de punta y se aclaró la garganta, esperando que Jungkook abriese la puerta.
"Gracias." Murmuró, en cuanto el azabache empujó la puerta, dándole el espacio necesario para que pudiera entrar. "Pasa."
Haciendo exactamente eso, Jungkook se adentró tras él. "¿Estás solo?"
"Sí, Noeul ha ido a la biblioteca para devolver unos libros. Debería estar aquí ya, pero ha tenido que ir andando..."
Su ceño se frunció, dejando las bolsas junto a las de TaeHyung, quien se frotaba las manos para aliviar la incomodidad de sus pobres dedos magullados.
"¿Y eso? Pensé que teníais coche."
"Me lo dejó a mí para que no volviese cargando con todas las bolsas. Lo malo es que no tenía gasolina." Murmuró al final, haciendo una mueca. "Ni yo suerte..."
"No, definitivamente no tienes. Cualquier cosa menos suerte."
Kim bufó, dedicándole una mirada fulminante. "Qué honesto, muchas gracias."
"De nada." Asentía el azabache, ignorando aquello. "Aunque, eso de no tener suerte lo asocias únicamente al coche sin gasolina, ¿o hay algo más? Porque no pareces estar muy bien."
Su ceño se frunció casi de inmediato, tomándose esa pregunta como un ataque pasivo, sintiendo la necesidad de ponerse a la defensiva, siendo esa su única manera de escudarse ante cualquier cosa que pudiera sucederle.
"¿Qué te hace pensar eso? Estoy perfectamente."
"Bueno, no sé. Tal vez que me has dejado entrar en tu casa sin siquiera tener que pedirlo yo mismo, que me has dado las gracias tres veces en menos de diez minutos cuando hace dos semanas te negabas rotundamente..." Él se encogió de hombros. "Pequeños detalles, ya me entiendes."
"Pues sí que eres masoquista, eh..." Señaló. Jungkook se rio.
"Lo pregunto en serio, novato. ¿Es por la reunión de alumnos que han organizado? ¿Eso te tiene preocupado?"
TaeHyung miró los ojos del azabache, que se mostraban expectantes y atentos a él, por lo que suspiró, meneando la cabeza a modo de negación con lentitud. Y es que, eran demasiadas cosas juntas como para que sólo una de ellas saliera a relucir. TaeHyung estaba agotado en su tercera semana de trabajo.
"Ojalá esa dichosa reunión fuese mi mayor preocupación ahora mismo... Pero es difícil señalar una cuando todo parece estar en mi contra." Admitió, aclarándose la garganta. "Supongo que no conoces el sentimiento."
"Ojalá no lo conociera." Le dijo, vaciando sus pulmones y acortando sólo un poco la distancia que le separaba de él. "¿Tiene que ver con el señor Jang?"
Tras la mención del hombre, la barbilla de TaeHyung tembló, inmediatamente soltando una risita cargada de resignación, mientras cruzaba los brazos y colocaba la punta de su lengua contra el paladar, evitando así ponerse dramático. Jungkook ni siquiera necesitó una respuesta para saber que había dado en el clavo.
"Reduce mi existencia a la de una mísera cafetera con patas, mientras que al resto le da trabajos importantes, Jungkook." Respondía, apretando los dientes. "Me trata como a un adorno de su mesa."
"Entiendo..."
Al instante, TaeHyung negó, siendo delatado por una lágrima solitaria que se desbordó e hizo su propio recorrido, hasta ser eliminada por la palma de su mano.
"No, no lo entiendes. Ni siquiera sé por qué estoy contándote esto..."
Jungkook se relamió los labios, ignorando la posición defensiva que TaeHyung demostraba, sabiendo de antemano que sólo estaba molesto y herido, por lo que sostuvo su rostro con ambas manos, impidiéndole apartar la mirada en cuanto lo intentase. Sus labios se apretaron.
"Sí que lo entiendo, aunque no haya pasado por lo mismo." Respondió, oyéndole bufar y notando sus intenciones por separarse. Él afianzó el agarre, obligándole a encontrarse con sus ojos. "Tienes que hacerle ver al señor Jang que eres más que una cafetera andante."
"Ya, claro... Para ti es muy fácil decirlo, Jungkook. Ese hombre besa el suelo por donde pisas."
Jungkook negó. "No estamos hablando de mí, si no de ti. Quieres que Sebin te tome en serio como periodista, ¿verdad?" El castaño asintió. "Pues demuéstrale que lo eres."
"¿Cómo hago eso? Ni siquiera se ha aprendido mi nombre."
"¿Te has quitado la etiqueta con tu nombre?"
"Claro que no, casi la llevo puesta a todos lados, pero parece que ni siquiera se molesta en leerlo. Dudo que incluso si me tatúo mi nombre en la frente llegue a aprendérselo."
Soltando una risita, volvió a relamerse los labios, visualizando mentalmente cómo quedaría dicho tatuaje en la frente de TaeHyung.
"En lugar de pensar maneras para que se aprenda cómo te llamas, consigue que tu nombre haga un impacto positivo en la vida de Sebin, novato. Será mucho más efectivo."
"Vaya... Eso es increíblemente filosófico." Señaló, asintiendo como si realmente estuviera teniendo en cuenta esa idea. "¿Y cómo lo hago, Karl Max de marca blanca? ¿Algún consejo?"
Jungkook bufó, riendo entre dientes y poniendo los ojos en blanco. "Búrlate todo lo que quieras, pero lo que digo tiene mucho sentido. Incluso más del que te gustaría admitir, en realidad."
"Oh, sí, muchísimo."
"¿Por qué sabes tú, mayormente, quién soy?"
"Porque te compraste la bicicleta de edición limitada que quería y me dejaste sin ella, por tu culpa apenas conseguí vender limonada y casi me quedo sin viaje, intentaste robarme a mi perro... Entre otras pequeñas cosas." Enumeró, sus cejas alzadas. Jungkook volvió a bufar.
"Vale, todo lo que has dicho es falso, pero ahí tienes mi punto. Te acuerdas de mí por algo que hice. O por muchas cosas, en este caso."
"Pero eso no es nada positivo."
"Es que tú te quedas con todo lo negativo." Señalaba, muy convencido de lo que había dicho. TaeHyung no tardó en sentirse ofendido y atacado. "Pero no todo el mundo es así. Sebin no lo es, aunque lo parezca. Así que, si haces algo que le resulte fascinante, jamás tendrá que volver a leer la etiqueta en tu camisa para poder llamarte."
"Antes que nada, yo no me quedo con lo negativo. Segundo, ¿qué es fascinante, según tú?"
Él se encogió de hombros. "Eres periodista, ¿no? Pues enséñale uno de tus artículos, demuestra tu potencial y sepa de buena manera que estás ahí por una razón de mayor peso que ser su cafetera andante."
"Vale..." Lentamente, accedió.
No era como si TaeHyung tuviera muchas ideas por sí mismo para hacerse notar, así que cualquier cosa, incluso viniendo de su mayor enemigo, la tomaría sin pensarlo. Estaba harto de ser reducido a un puñado de granos de café, leche semidesnatada y cuatro sobres de edulcorante secreto. Quería ejercer su profesión.
"Pues ya sabes lo que tienes que hacer."
"Sí, lo intentaré." Asintió.
"Muy bien."
Notó como las manos de Jungkook le soltaban el rostro, sólo entonces recordando cuál era la posición de ambos. Aquello casi le hizo sonrojar, teniendo que aclararse la garganta casi de manera brusca para evitarlo.
"Eh... Hazme otro favor, ya que estás aquí."
De inmediato, el azabache levantó ambas cejas. "Claro, tú pide por esa boquita. Aprovecha que hoy me he levantado de buen humor."
Ignorando la socarronería en su tono de voz, TaeHyung se dio la vuelta para entrar en la cocina, segundos después apareciendo con tuppers en las manos. Nada más llegar a su altura de nuevo, se los tendió.
"¿Puedes llevarle a tu tía los recipientes de comida? Estos son los últimos que nos quedaban ya." Pidió, sus labios apretados en una fina línea, que casi parecía una sonrisita tímida.
"Claro, yo se los llevo. Aunque no quiero alarmarte, pero dentro de poco vais a tener más recipientes que fregar, porque os está haciendo el menú de la semana siguiente..."
TaeHyung se quejó, mas como un sentimiento de impotencia que de fastidio. "¿Qué? Pero eso no es justo. Ya ha sido demasiado considerada al darnos toda esa comida... No hacía falta molestarse otra vez."
"Ya, bueno, tú sabes cómo es." Dijo, encogiéndose de hombros, como si él no pudiera hacer nada. Y, en realidad, no podía. "Si encima rechazáis su comida, se sentirá muy dolida con vosotros, así que, por vuestro bien debéis aceptarla."
"Eso es más injusto aún."
"Yo sólo soy un mensajero, novato." Concluyó, arrebatándole los recipientes que tenía en las manos.
Fue entonces cuando notó que el primero de todos aún seguía con la notita que él mismo había pegado allí, observándola con el ceño fruncido y luego a TaeHyung, quien parecía totalmente al tanto de ello, como si la hubiese dejado allí a propósito.
"Casi meto el hocico donde no debía, de no ser porque vi esa nota." Dijo. "Asumo que fue cosa tuya, ya que hiciste lo mismo con las barritas en la sala de reuniones. Minnie lo mencionó."
"Sí, bueno, cualquiera que no te quiera ver en el hospital por una reacción anafiláctica lo hubiese hecho. Yo sólo quise ser considerado."
"Justo después de que te dijera que no soportaba tu existencia."
El azabache asintió una vez más, encogiéndose de hombros. "No soy rencoroso."
"Bien... Te lo agradezco, aun así."
"No es nada." Relamiéndose los labios, dijo, antes de que su teléfono volviera a sonar. "Mi tía me está esperando, así que debería marcharme ya. Me llevo esto." Él levantó los recipientes que llevaba consigo.
"Claro, gracias otra vez por la ayuda."
Jungkook volvió a asentir, encaminándose hacia la puerta que se encontraba abierta. Una vez salió por esta, dispuesto a marcharse, terminó por girarse una vez más, buscando inmediatamente sus ojos, que no tardó en encontrar.
"Hazme caso con el jefe, novato. Te servirá mucho, aunque no quieras aceptarlo."
Aquellas fueron sus últimas palabras, ni siquiera dejando que TaeHyung dijese algo al respecto, cuando ya se estaba alejando por el pasillo. El castaño suspiró, vaciando sus pulmones y cerrando la puerta en la que terminó apoyándose, con el labio inferior entre los dientes. Estaba tan confundido e inseguro...
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