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✧c.-007

N/A: Comienzan los capítulos favoritos, y aunque hace poco respondí a un comentario diciendo que sería más exigente en esta historia, sabéis lo mucho que me gusta contradecirme, jejeje. Aunque he de decir que tampoco es de esos favoritos que entran en el top xD

Cap dedicado a  mxlitae ♡♡

Hoy os recomiendo 'hit the dirt' de gavn! Una canción maravillosa que acabo de conocer.

[...]

"¡¿Tú también le besaste?!" Exclamó Noeul, tan sorprendido por aquella anécdota como para que las cuencas se le salieran de los ojos. TaeHyung se sonrojó, aclarándose la garganta.

"Sí..."

"Dios, TaeHyung... Se supone que tenías que aclararme por qué lo odiabas tanto, no confesarme que disfrutaste besarlo."

Las mejillas de TaeHyung enrojecieron aún más. "¡Porque no fue así!" Chilló.

"Ah, no, ¿y cómo fue?"

"Vomité nada más llegar a mi casa."

"Ya, claro..."

"¡Lo digo completamente en serio, Eul! Fue... Fue repugnante." Insistía, viendo su complejo de apartamentos a tan sólo unos metros y casi sintiendo alivio. Casi, porque recordar que compartía piso con Noeul mató todas las esperanzas de concluir aquella conversación.

El rubio asintió. "Sí... Lo has relatado exactamente como si lo fuera, corazón."

"Me babeó toda la cara, parecía que estaba besando a un pug y..." Se forzó a poner una mueca de desagrado. "No quiero ni recordarlo, Noeul, se me revuelve el estómago."

"Apuesto que en el momento en que estaba ocurriendo, lo último que se te removió fue el estómago."

"¡Noeul, ¿cómo puedes decir eso?!" Exclamó, horrorizado, mientras el coche aparcaba fuera de su apartamento. "¡Jungkook es la persona que más he odiado, odio y odiaré en mi vida! Jamás podría sentirme así."

TaeHyung aprovechó que Noeul se detenía para quitarse el cinturón y salir del coche como si acabase de recibir la mayor ofensa posible, cerrando con un portazo sonoro que alertó a Noeul.

"¡¿A dónde vas?!"

"¡A casa! Has herido mis sentimientos al insinuar tal desfachatez."

Viendo al castaño marcharse con la barbilla en alto, Noeul se apresuró a salir del coche, correteando tras él.

"Espérame, hombre."

"¡No!" Exclamó, sin mirarle siquiera. Tampoco cuando llegó a su altura. "¿Qué clase de amigo eres tú?"

"Lo siento, ¿vale? Sólo me tomó por sorpresa saber que tú también participaste en esa guerra de babas."

"¡No lo llames así!"

"¿Y cómo lo llamo?"

"¡De ninguna forma!"

Kim emitió un chillido, abriendo la puerta del edificio y casi cerrándola antes de que Noeul pudiera entrar tras él, habiendo estado a punto de aplastar su cara por segunda vez en el día. Por suerte, el rubio se apartó a tiempo, pudiendo entrar y volviendo a corretear tras TaeHyung.

"Oye, ¿y qué te dijo cuando os besasteis?" Quiso saber, logrando que el castaño perdiera la paciencia. Aunque tampoco es como si contara con mucha.

"¡Cállate!"

Noeul hizo una mueca de desagrado, subiendo las escaleras detrás de TaeHyung hacia su planta.

"Vaya... Qué señor tan antipático." Murmuró. TaeHyung soltó un bufido.

"No, que te calles tú."

"Ah... No, yo no me callo. Tengo muchas preguntas que hacerte."

"Pues sigue teniéndolas."

El castaño se negó a decir nada más, avanzando a paso rápido por el pasillo rumbo al que era su apartamento compartido, dispuesto a abrir la puerta, mientras escuchaba las pisadas rápidas de Noeul a sus espaldas. Sin embargo, se quedó parado, llaves en mano y el ceño fruncido. Había una pequeña notita pegada en la puerta.

"¿Qué es esto?" Preguntó en voz alta, ocasionando que Noeul, quien llegaba a su altura, mirase en la misma dirección.

"Una nota." Respondía, arrancándola de donde estaba y buscando por algún lado el remitente, sintiendo la respiración de TaeHyung muy cerca, lo que indicaba que también estaba leyendo. "Es de la señora Shinhye, creo. Dice que, cuando podamos, vayamos a su casa para recoger las galletas que nos prometió."

"Oh, sí, casi las había olvidado."

Noeul miró al castaño. "¿Vas tú a por ellas ahora? Quiero darme una ducha."

"Claro, yo voy." Asintió. "Así me libro de tus preguntas por un rato..."

Aquello hizo al rubio reír, disfrutando de su inocencia mientras le acariciaba la nuca suavemente, tal y como si de un cachorro se tratara. Kim frunció el ceño, viéndose algo extrañado.

"Ay, corazón... Sabes que eso no va a pasar."

De nuevo, un bufido abandonó sus labios, poniendo los ojos en blanco y empujando a Noeul con la cadera, quién no dejaba de reírse.

"Lo que tú digas. Me voy a recoger esas galletas, será mejor que quedarme aquí y terminar lanzándome de cabeza por el hueco de las escaleras por tu culpa. Quédate con mi maletín toma. "Pidió, tendiéndoselo una vez se lo descolgó del hombro. "Hasta luego."

"Sí, sí, adiós..."

TaeHyung se alejó por el pasillo, oyendo a Noeul murmurar algo entre risitas y abrir la puerta, seguidamente el sonido de esta cerrándose. Entonces, resopló, sintiéndose agotado. Lo último que quería era dar aún más detalles sobre aquello que ocurrió con Jungkook hace años. Cualquier cosa menos tener que revivirlo.

Y es que le avergonzaba el simple hecho de haber cedido a participar en ese ridículo juego sólo para encajar en un grupo de personas que a día de hoy probablemente ni siquiera recordaban su nombre. Y ya no sólo eso, si no, el verse obligado a aceptar a Jungkook como su único aliado allí, hasta el punto de convertirlo en un privilegiado tras ofrecerle ser quien le diera su primer beso. Tan sólo de pararse a pensar en ello, se sentía ridículo y avergonzado, un escalofrío recorriéndole todo el cuerpo.

Es por eso que nunca mencionaba el pequeñísimo detalle de que, tras aquel suceso, TaeHyung supo que únicamente le atraían los hombres. Sólo Dios sabe cuánto llegarían a molestarle si se alguien se enteraba. En especial, si ese 'alguien' era Noeul.

"Deja de pensar en eso..." Murmuró para sí mismo, abrazándose y haciendo una mueca de decepción. "Te vas a volver loco."

No podía creer que, incluso estando a solas, Jungkook continuaba siendo un personaje recurrente en su vida diaria. Ni siquiera sabía cómo podía permitirlo.

Para su suerte, haber llegado frente a la puerta de su vecina, la señora Shinhye, le impidió seguir dándole vueltas al asunto, vaciando sus pulmones e inmediatamente colocando la mejor sonrisa que tenía, para luego pulsar el botón del timbre y que este sonara en el interior del apartamento ajeno.

Poco después, pasos acercándose con rapidez sonaron, por lo que se preparó para ver a la señora Shinhye tras aquella puerta. Sin embargo, la entrañable mujer no se encontraba allí, si no que, en su lugar, había un ser despreciable del que parecía jamás poderse librar.

"Wow, menuda sorpresa. Tú por aquí..." Jungkook dijo, poniendo las cejas en alto, como si no esperase verlo allí. Sólo que él no se veía precisamente sorprendido. "¿Qué quieres?"

"Morirme." Respondió, secamente.

El azabache soltó una carcajada.

"No voy a poder ayudarte con eso, lo lamento." Se disculpó, haciendo un gesto como si se lamentara. TaeHyung puso los ojos en blanco.

"Da igual, dile a Shinhye que vendré más tarde, cuando tú no estés."

"Eh... Será complicado que eso ocurra. Me quedaré con mi tía un tiempo para ayudarle con la reforma del baño, así que voy a estar por aquí más tiempo del que nos gustaría a ambos. Lo siento."

TaeHyung casi se rio de su mala suerte, sonriendo para ocultar las ganas que tenía de llorar. Esto no podía estar pasando. No hasta en su propio edificio.

"Genial... Justo lo que necesitaba..."

"¿Verdad?"

"...Una plaga de ratas. Maravilloso."

Jeon le devolvió la sonrisa, amplia y brillante. "Sí, bueno, yo que tú no me preocuparía mucho, porque como alguien llame para que fumiguen el edificio, nos sacan de aquí juntos."

"Eso quisieras." Bufó. "Antes me tiro por el hueco del ascensor."

"Adelante, suerte con eso." Le animó, haciendo un gesto con la cabeza. De nuevo, el castaño bufó.

"¿Quién es, Jungkook?"

Una tercera voz sonó, finalmente la señora Shinhye apareciendo frente a un TaeHyung que no sabía cómo ocultar sus ganas de arrancarle la cabeza a quien tenía delante. ¿De verdad tenía que encontrarse a Jungkook allá donde iba? Porque era exhaustivo hasta para alguien con tanta energía como TaeHyung y comenzaba a sentirse como en una cámara oculta.

"TaeHyung, cielo, ¿vienes a por las galletas?"

"Sí, señora Shinhye... Acabo de leer su nota."

Ella le sonrió, asintiendo. "Pues ven, pasa, las tengo en la cocina."

"Gracias..."

Devolviéndole la sonrisa, se adentró, pasando junto a un Jungkook que no le quitaba la mirada de encima, incluso cuando TaeHyung hizo como si no existiera.

"¿Dónde te has dejado a Noeul? ¿No viene contigo?"

"No, él se quedó en casa duchándose, justo acabamos de llegar de trabajar. Pero también te da las gracias, dice que tus galletas son sus favoritas."

"Oh, qué tiernos que sois, siempre hacéis que se me suban los colores." Bromeó, oyendo la pequeña risita del castaño mientras se adentraba en la cocina. "La primera semana que abrimos el gimnasio fue mejor de lo que esperábamos, tenemos casi veinte socios.

"Noeul y yo estuvimos allí el viernes. No pudimos quedarnos mucho tiempo, porque a Noeul le da alergia el ejercicio, pero al menos vimos el ambiente. Os ha quedado muy bonito."

"¿Verdad? Aunque Jungkook dice que deberíamos poner máquinas expendedoras, ¿tú qué opinas?"

Kim miró al susodicho, quien yacía apoyado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados debajo del pecho y una expresión calmada incluso cuando sus ojos se encontraron. TaeHyung apartó la mirada de inmediato.

"No lo sé, quizás es buena idea..." Murmuró.

"Lo tendré en cuenta, entonces." Dijo, sólo entonces siendo consciente de que no los había presentado oficialmente. "Oh, por cierto, Jungkook es mi sobrino."

"Ah..."

Ella le observó, sonriente, orgullosa de aquel que era su pariente más cercano. "¿A qué es un muchacho muy guapo? Él dice que no, pero es el más guapo de todos mis sobrinos."

TaeHyung prefirió mantenerse en completo silencio, intentando evitar la mueca de desagrado que luchaba por aparecer en su rostro. No era la persona idónea para elogiar al sobrino de su querida vecina, eso seguro.

"No digas eso, tía Hye, luego los demás se quejan del favoritismo." Reía el azabache. "Y ya nos conocíamos, en realidad. Trabajamos juntos en la revista y hemos sido vecinos desde pequeños. Hasta estudiamos juntos en el mismo colegio, instituto y universidad."

"¿En serio?" Dijo, observando a ambos con sorpresa. "No tenía ni idea."

"Sí... Ha sido una coincidencia encontrarnos aquí también." Dijo entre dientes, viendo al azabache sonreír por el rabillo del ojo, porque claramente había notado la molestia oculta en su tono de voz.

"Me lo imagino, debe ser agradable encontrar viejos amigos donde menos te lo esperas, ¿verdad?"

"Claro..."

Shinhye se giró hacia TaeHyung, sólo entonces este notando la cantidad de recipientes que tenía en las manos, los cuales movía en su dirección. "Toma, TaeHyung, cariño, esto es para Noeul y para ti. Os he hecho comida para toda la semana."

"¿Qué? Pero, señora Shinhye..."

Ella empujó los recipientes hasta que estos chocaron sutilmente contra el estómago del castaño, sin permitirle continuar con lo que estaba diciendo, sabiendo que intentaría rechazarlo.

"Que lo cojas." Indicó. TaeHyung hizo lo pedido, agarrando todos los que pudo sin saber muy bien qué hacer al respecto. "Toma estos también, aquí hay arroz, verduras y pastel de carne. Podéis congelarlo todo."

"Es mucho..."

"De eso nada, coméis muy poco y ahora que habéis empezado a trabajar necesitáis una fuente de energía mayor. Los jóvenes de hoy en día os alimentáis a base de comida chatarra a domicilio. Veo al repartidor casi todas las noches frente a vuestra puerta."

"Se lo agradezco de todo corazón, Shinhye, pero de verdad que no necesitaba molestarse en hacer tanta comida..."

La mujer negó, no aceptando nada que dijese en contra. "Nada, nada, la comida casera nunca es una molestia y menos si es para mis vecinos favoritos. Además, ahora que Jungkook va a vivir conmigo un tiempo, seguro que podéis venir a almorzar o cenar a menudo."

De inmediato, la expresión en el rostro de TaeHyung se transformó en una de puro horror, algo que, por suerte, Shinhye no pudo ver al estar dándole la espalda, demasiado ocupada en agarrar más tuppers llenos de comida.

"Toma, en este tenéis galletas de nueces, manzana y canela."

"Es alérgico a las nueces." Jungkook dijo inmediatamente, advirtiendo a su tía, quien miró al castaño con sorpresa.

"¿Sí? ¿Eres alérgico?"

"Eh... Sí, pero..."

"Oy, no lo sabía, perdóname. Pues estas se las das a Noeul, mañana te hago otras para ti sin nueces, ¿vale? No pasa nada." Dijo, amontonando más tuppers sobre el de las galletas, con una gran sonrisa. "Aquí hay kimchi de cebolla verde, sé lo mucho que te gusta."

"Sí, mucho..."

TaeHyung era incapaz de decir algo más que simples balbuceos, como si de un bebé se tratase. No sabía cómo actuar, estando lo suficientemente sorprendido y apenado para encontrar su voz por más de dos segundos. Ni siquiera su madre o la de Noeul se habían tomado tantas molestias con ambos desde que se independizaron.

"Jungkook, cariño, ven y ayuda a TaeHyung con los tuppers, creo que son demasiados para que los lleve él solo."

Asintiendo, el azabache llegó junto a su tía en cuestión de segundos, agarrando los dos primeros recipientes que no cabían en las manos del castaño y esperando a que Shinhye amontonara el resto en las suyas propias.

"Ya está, aquí están todos."

"Muchas gracias, Shinhye... No sé qué decir." Fue capaz de murmurar, aclarándose la garganta poco después.

"Con que os comáis todo esto y lo disfrutéis yo estoy más que satisfecha, cielo, no me hacen falta palabras." Ella pellizcó su mejilla, palmeando el brazo de su sobrino después. "Mañana acuérdate de venir por tus galletas, ¿vale? Que no se te olvide."

"No es necesario, de verdad, con todo esto es más que suficiente."

"Después del trabajo te quiero en la puerta de mi casa." Insistió, señalándolo con un dedo.

"Sí, de acuerdo..."

"Así me gusta." Satisfecha, sonrió. "Acompáñale, Jungkook, haz el favor."

Él asintió. "Claro."

"Gracias una vez más, señora Shihye, se lo agradezco mucho."

"Es un placer, cariño mío. Dale un beso a Noeul de mi parte y dile que se pase por aquí a verme."

"Por supuesto, yo se lo digo."

Moviendo la cabeza a modo de asentimiento, TaeHyung comenzó a dirigirse hacia la salida, con Jungkook y Shinhye a sus espaldas. Una vez llegó a la puerta, salió por esta, girándose una última vez.

"Traeré todos estos recipientes tan pronto como la comida se acabe." Aseguró, dedicándole su mejor sonrisa, porque estaba tan conmocionado que ni la presencia de Jungkook era suficiente para quitarle aquel sentimiento. "Y, de nuevo, muchísimas gracias. Es maravillosa."

Los ojos de la mujer se pusieron brillantes de repente, una enorme sonrisa jalándole de las comisuras. Él se marchó por donde había venido, sabiendo que Jungkook le seguiría tras escucharle decir:

"En seguida estoy de vuelta, tía Hye."

Y luego, sus pisadas caminando tras él.

Ambos avanzaron por el pasillo en un silencio incómodo. TaeHyung no sabía qué decir, todavía sin palabras después de lo ocurrido. Él sólo había ido a por unas cuantas galletas de chocolate y había vuelto con medio libro de recetas en las manos. No podía creerlo.

Entonces, un pensamiento fugaz pasó por su mente, logrando que se detuviera de inmediato, Jungkook copiándole al no tener otra opción.

"¿Qué haces?" Cuestionó el azabache.

"¿Le has echado algo a la comida?"

Su ceño se frunció, extrañado. "¿Qué dices? ¿Algo como qué?"

"Veneno."

De sus labios brotó un bufido, poniendo los ojos en blanco. Claramente, TaeHyung tenía que hacer alguna de sus preguntas maestras, o de lo contrario, no se iría a dormir tranquilo.

"¿Tú eres idiota? Le dije a mi tía que tenías alergia a las nueces cuando mencionó las galletas, ¿qué sentido tendría envenenarte yo mismo?"

TaeHyung se quedó en completo silencio, dándole vueltas a las palabras del azabache. Eran bastante razonables, más de lo que jamás admitiría en voz alta.

"Hm... Ese es un muy buen punto." Dijo, oyéndole bufar por segunda vez, mientras él retomaba su camino sin mirar atrás. Sabía que era un caso perdido, pero eso ni siquiera parecía importarle. No si el pensamiento provenía de Jungkook.

"Sí, por supuesto que lo es... Novato."

"Te he dicho que no me llames novato. Y menos si estamos fuera del trabajo." Masculló. "Bastante tengo con soportarte allí, como para tener que hacerlo ahora también en mi propio apartamento."

"A mí tampoco es que me emocione especialmente la idea de verte en todos lados."

"Pues vete, nadie te obliga a seguirme hasta mi casa."

"Ya, ¿y todos estos tuppers llenos de comida?"

"Puedo encargarme de ellos por mí mismo, créeme. No te necesito."

Con las cejas levantadas, Jungkook asintió. "De acuerdo." Y, acto seguido, fue hasta él, colocándolos sobre los que TaeHyung ya tenía encima. "Toma, ahí los tienes. Que te vaya bien."

"Gracias, adiós." Musitó, no viendo nada en absoluto con toda esa cantidad de plástico delante de sus ojos.

Supo que Jungkook se había marchado al no escucharle más, por lo que suspiró. ¿Ahora qué narices hacía? Tenía la misma estabilidad que una gelatina boca abajo, ni siquiera atreviéndose a dar un paso en falso y que accidentalmente el pasillo se llenara de comida para toda una familia. La señora Shihye estaría muy decepcionada.

"Mierda..." Susurró, sopesando sus opciones y mirando hacia arriba, al montón de tuppers que milagrosamente no rozaban el techo, tomando así la decisión (para nada sabia) de dar un paso muy, muy pequeño, para ver cómo le trataría la vida.

Y, por supuesto: mal. Muy mal. Súper mal.

En cuestión de segundos, su muralla de tuppers se desestabilizó (lo cual era una gran recreación de su vida diaria, en general), cayendo en picado hacia el suelo. Un chillido involuntario abandonó sus labios.

"¡No!" Exclamó.

Tan pronto como los tuppers desaparecieron de su vista, (literalmente) y cayeron al suelo, pudo ver la figura de Jungkook tras ellos, de brazos cruzados, como si esperase justo aquello, mientras asentía, sus labios abultados. Él no se veía decepcionado en absoluto.

"Estupendo... Mi tía se va a reír mucho cuando se entere."

"¡Cállate!"

Para su suerte, que no era mucha en realidad, nada del contenido en aquellos recipientes terminó derramándose en el suelo. Algo admirable, cuanto menos.

"Menos mal que podías encargarte de esto sin mi ayuda y que no me necesitabas..."

"¡Que te calles!" Chilló otra vez. "Y ayúdame a recogerlo."

Jungkook se aclaró la garganta, esperando que algo más saliese de sus labios. TaeHyung le observó, con estos apretados.

"Por favor..."

"Oh, encima me suplicas..." Señaló, sonando triunfante. "Me encanta cómo va escalando la situación."

"¡¿Me vas a ayudar o no?!"

"Bueno... Sólo porque soy una persona considerada." Dijo, para segundos después quitarle a TaeHyung algunos recipientes que tenía en las manos. "Y tú deberías ser menos orgulloso, porque la próxima vez no tendrás tanta suerte."

Kim bufó, incorporándose. "Ya, lo que tú digas."

En cuanto el castaño retomó su camino, murmurando insultos únicamente dirigidos a aquel que le seguía de cerca, Jungkook soltó una risita. Y, por supuesto, eso hizo que TaeHyung se molestara mucho más.

"Estás muy ofendido para todo lo que has liado con tu orgullo, ¿eh, novato?"

"Que no me llames novato, cojón andante."

La carcajada de Jungkook se volvió más sonora, haciendo a TaeHyung bufar. No lograba decirle algo ofensivo ni volviendo a nacer.

"Eres un novato en la vida generalmente hablando, TaeHyung, no puedo evitarlo."

"Y tú eres un imbécil a tiempo completo, ¿alguna vez te han dicho eso?"

Jeon hizo un gesto. "Meh... No tanto como te gustaría, asumo."

En cuanto llegaron a la puerta de TaeHyung, este chasqueó la lengua al ver como no tenía manos libres para sacar sus llaves y poder abrirla.

Antes de poder quejarse en voz alta, fue sorprendido por la respiración de Jungkook haciéndole cosquillas en la nuca, seguido de su pecho pegándose a su espalda y una mano haciéndose paso desde su cintura hasta el bolsillo de los pantalones que llevaba puestos.

"¡¿Qué haces?!"

"Ayudarte." Jungkook dijo, introduciendo su mano allí y sacando exitosamente aquellas llaves. Luego, las zarandeó delante de TaeHyung, quien se aclaró la garganta, evitando que su nerviosismo fuese evidente.

Aclarándose la garganta, asintió. "Gracias, imbécil, ¿te importaría abrir la puerta por mí?"

El ceño de Jungkook se frunció, viéndose pensativo mientras le observaba atentamente, con el labio inferior entre los dientes.

"Hm... Retira ese insulto y ya veremos."

"No lo voy a retirar."

Sus cejas se alzaron, encogiéndose de hombros. "Pues nos quedamos aquí hasta que alguno de los dos adquiera el superpoder de atravesar paredes."

Al ver que no tenía otra alternativa, TaeHyung murmuró algo para sí mismo, gruñendo levemente y dejando escapar un bufido. Nunca más haría esto.

"¿Te importaría abrir la puerta por mí?" Pidió, tratando de sonar lo más amable posible. Jungkook se relamió los labios.

"Algo más."

TaeHyung puso los ojos en blanco.

"¿Te importaría abrir la puerta por mí... persona no imbécil?"

"No, que me lo pidas por favor. Sé educado." Indicó.

Poco a poco, el castaño se iba quedando sin paciencia. Ya había sido lo suficientemente amable para que el TaeHyung del pasado quisiera darle un puñetazo, así que no le daría más motivos para decepcionarse de quien es ahora.

"Me estoy quemando las manos con estos tuppers, Jeon Jungkook, así que si no vas a abrirme la puta puerta, vete a tomar por culo y déjame en paz."

Jeon frunció el ceño, introduciendo las llaves en la cerradura y girando su muñeca. Esta se abrió. "¿Tan difícil es pedir las cosas educadamente?"

"Sí, mucho. Cuando se trata de ti no tengo educación, sólo ganas de vomitar." Dijo, empujando la puerta con su pie, adentrándose y dejando los tuppers en el mueble de la entrada. De inmediato, se giró para quitarle a Jungkook los que él llevaba. "Adiós, imbécil." Y, acto seguido, volvió a empujar la puerta con su pie, cerrándosela en la cara.

Caminó hasta la cocina entre bufidos, poniendo los ojos en blanco tantas veces que podría jurar haberse llegado a ver el cerebro en una de esas y dejando los recipientes sobre la encimera. Había llegado a su límite.

"¿Tan difícil es pedir las cosas educadamente? Ñi, ñi, ñi..." Le imitó, con una clara mueca de desagrado. "Pues claro que es difícil si te trata de ti, imbécil. Eres insoportable." TaeHyung negó para sí mismo. "Agh, menudo idiota... No sé cómo la gente puede tenerlo en un pedestal."

"Vaya... ¿Así es cómo le das las gracias a alguien por haberte ayudado, novato? ¿Hablando mal a sus espaldas? Ya podrías emplear esa misma energía que usas poniendo mi nombre en tu boca para cerrar la puerta, ¿no crees?"

La voz de Jungkook y la sensación de su respiración chocándole nuevamente en la nuca, hizo que el castaño se sobresaltase, girándose de inmediato, sólo para descubrir cómo de cerca ambos estaban. Tanto que incluso era capaz de ver sus pupilas levemente dilatadas, además cuán molesto se encontraba. TaeHyung ni siquiera tenía palabras para expresarse, quedando estoico por la cercanía.

Hasta que alguien más carraspeó, haciendo notar su presencia y ahí supo que Noeul estaba allí también, mirando aquella escena sin ningún atisbo de sorpresa en sus ojos.

"Síp... Definitivamente tengo muchas preguntas que hacer."

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