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✧c.-004

N/A: Los capítulos de esta historia están siendo más largos de lo que imaginaba, estoy gratamente sorprendida, la verdad xD

Cap dedicado a  jusphy_ ♡♡

Hoy os recomiendo 'Baby Girl' de SMNM, una de mis canciones favoritas.

[...]

Lo primero que Noeul vio al salir de su habitación la mañana del lunes, con los ojos pegados por las legañas, casi sin voz y arrastrando los pies como si fuera la no-viva representación de un muerto viviente, fue a TaeHyung con el rostro delante de aquella dichosa camarita que hasta nombre tenía ya, murmurando algo que su pobre oído no alcanzó a oír.

"Estoy seguro de que debí haberle puesto laxante a la tarta de limón cuando supe que ese hijo de puta se estaba llevando mis trozos extras... Pero con la mala suerte que tengo, seguro que-"

"¿Qué haces?" Cuestionó el rubio, rascándose la cabeza conforme se adentraba al salón.

TaeHyung se sobresaltó inmediatamente, como si hubiera olvidado el hecho de que compartía apartamento con alguien más.

"¡Ay! ¡Maldito sea el día en que naciste!" Chilló, sin pensar demasiado en lo que estaba diciendo.

Noeul torció el gesto, suspirando. "Yo me repito lo mismo todos los días de mi vida..."

"¡Lo siento! No quería maldecirte, pero casi me meo encima del susto."

"Tranquilo, estoy acostumbrado."

TaeHyung se quejó en voz baja ante tal honestidad.

"¿Y qué haces? ¿Por qué estás aquí solo hablándole a ese trasto?" Quiso saber de nuevo, llegando a su lado.

De inmediato, el castaño le fulminó como si acabase de insultar a su madre.

"¡Que se llama Babee!"

"Bueno, perdona, Babee..." Murmuró, soltando un bufido automático que ofendió profundamente a TaeHyung.

"¡¿Por qué bufas como un caballo?!"

"Por nada, sabes que me resulta ridículo eso de ponerle nombres a las cosas como si fueran seres vivos, pero es problema mío."

Aquella, contra todo pronóstico, fue su respuesta más honesta, evitando así (con un éxito admirable, cabe destacar, para ser él) despertar a la bestia. Una bestia que no había dormido mucho, por como se veía.

TaeHyung parecía haber descansado una cantidad exacta de cero horas, con enormes ojeras bajo los ojos y una expresión de pocos amigos. Noeul se sintió casi despierto cuando vio su estado, preparándose mentalmente para vivir el día a día junto a él.

"Babee no es una cosa, es mi compañero de aventuras."

"Yo soy tu compañero de aventuras, TaeHyung." Noeul se señaló a sí mismo, su ceño fruncido. "Esa cosa es un bulto de plástico con botones."

Aquel comentario hirió los sentimientos de TaeHyung, sintiéndolo como una bala en el pecho.

"¡¿Cómo puedes decir eso?! ¡Babee no está hecho de plástico!" Chilló, sus ojos ensanchados. "Está hecho... No sé de qué está hecho, pero de plástico seguro que no. Creo..." Murmuró, esta vez en voz baja, analizando su cámara con curiosidad. "¿De qué estás hecho...?"

"Me da igual de qué esté hecho, a lo que me refiero es-" Al ver que estaba discutiendo con un muro macizo, Noeul negó para sí mismo, decidiendo que no tenía salida alguna.

TaeHyung le observó, expectante. "¿Es...?"

"No importa. Lo que quería saber era qué estabas haciendo aquí solo, tan temprano y hablándole a... él."

"A Babee."

"Sí."

"Me estaba desahogando. Estos dos últimos encuentros con dicho ser a quien no pienso nombrar en voz alta, han sido más repetidos de lo que debería."

"¿Te refieres a Jungkook?"

"¡Que no lo pienso nombrar!" Repitió. "Pero sí, me refiero a él. Su presencia me pone de los nervios, así que pierdo la paciencia con facilidad."

Noeul volvió a torcer el gesto, murmurando algo en voz muy baja. "Lo cual no es para nada nuevo..."

"Te he oído, todavía no me he quedado sordo por culpa de un pinganillo." Bufó, recibiendo una mirada de disculpa. "Y no, ya sé que no es nada nuevo, por eso me estoy desahogando. No quiero que mis emociones se vean afectadas gracias a él. Suficiente he tenido."

"¿Con qué?"

"Pues con todo lo que me hizo, Noeul. Es una lista demasiado larga como para volver a mencionarla y la gran mayoría de cosas están más que superadas. No quiero remover el pasado."

La cabeza del rubio se ladeó, buscando la forma de decir lo que pensaba sin que TaeHyung se le lanzase encima para morderle la yugular. "Pero... Eso es justo lo que estás haciendo, corazón mío. Remueves el pasado constantemente cada vez que le miras, por eso odias tanto a Jungkook."

"¡No digas su nombre!"

"¿Ves a lo que me refiero? Actúas como si... él, existiera única y exclusivamente para hacerte la vida imposible."

"Porque es así."

"No, TaeHyung."

El mencionado resopló. "Sí, Noeul, créeme. Ha sido mi sombra desde que tengo diez años. Cada cosa que yo hacía, él lo repetía y era mil veces mejor... La gente lo adoraba, mientras que yo de milagro existía a su lado. Me opacaba siempre, Noeul."

"Corazón..."

"Me quitó una bicicleta, el puesto de limonada rosa, muchos pedazos de tarta extra que siempre me daban y no se llevó mi virginidad porque estuve atento, que si no... Pero ya estoy harto, no quiero que siga siendo así. No voy a permitirlo."

Aquella información fue tan contundente e inesperada para Noeul, que de todo lo que recibió, apenas logró digerir una pequeña parte. "Vaya, eso son muchas cosas, aunque..." Sin embargo, hubo una parte que hizo eco en su cabeza. "Espera, ¿has dicho que casi se lleva tu-"

"¡Céntrate!" Chilló el castaño, sobresaltando a su amigo. Había hablado más rápido de lo que debería, dando así muchos datos innecesarios.

"Eso intento..."

TaeHyung vació sus pulmones, intentando calmarse, con las mejillas rojas de la vergüenza. "Lo que estoy haciendo ahora mismo aquí, delante de Babee, es quejarme de que ese idiota exista en el mismo espacio tiempo que yo. Así el TaeHyung del futuro no olvida todo lo que hemos sufrido para llegar a donde sea que hayamos llegado."

"Vale, está bien, me parece perfecto."

"Genial." Sentenció, girando la cámara hasta que esta enfocó a Eul. "Saluda."

Sin embargo, él se agachó inmediatamente para esconderse detrás del sofá. "¡No! Estoy horroroso, no me grabes."

"Bueno, bueno... No te grabo, ratita presumida. Puedes salir de tu escondite."

Haciendo lo pedido, Noeul se incorporó, golpeando la nuca de TaeHyung en el proceso. Este se quejó.

"¡Ay!"

"No te rías de mí cuando tú has perdido la dignidad poniéndole nombre a una puñetera cámara."

TaeHyung no mencionó nada al respecto (lo cual fue sorprendente hasta para él) girándose hacia la cámara y suspirando dramáticamente.

"¿Ves con lo que tenemos que lidiar?" Se habló a sí mismo en la pantalla. "No sólo debemos soportar a nuestro mayor enemigo en el trabajo, si no que ahora hay otro conviviendo con nosotros en nuestra propia casa. Estamos rodeados."

El rubio bufó, ni siquiera importándole si salía en cámara esta vez. "¿Se puede ser mas exagerado?"

"Lo dice el que salió corriendo del gimnasio tras haber chocado con otro hombre."

"¡Estaba sudado!"

"Ni siquiera había empezado con el ejercicio, Noeul. Fue una exageración en toda regla."

"Una exageración que tú mismo causaste." Lo señaló, mirando a Babee instantáneamente y apuntando con su dedo a la pantalla. "Noeul del futuro, espero que veas esto y no te identifiques. Nunca permitas que TaeHyung te arrastre a un gimnasio de nuevo."

"¡Yo no te arrastré! Quería que fuésemos porque la señora Shinhye dijo que en recompensa nos daría un túper con galletas caseras."

Sólo entonces, los ojos de Noeul se pusieron brillantes como dos pequeñas estrellas. "Oh." Él murmuró. "¿De chocolate?"

"Sí, esas que tanto te gustan. Era una sorpresa."

"¿Y por qué no lo dijiste antes?"

Kim bufó, poniendo los ojos en blanco mientras se levantaba del sofá. "Creo que aquí el que se ha quedado sordo sin necesidad de pinganillo, has sido tú. He dicho que era una sorpresa."

"Ah... Lo siento. Estaba pensando en las galletas y no te he escuchado."

"Pues como de costumbre..."

El coche de Noeul se detuvo a cinco metros del enorme edificio en el que trabajaban, TaeHyung bajándose inmediatamente con una enorme sonrisa. Siempre que veía aquel lugar sentía mucha emoción, como si esa misma mañana no hubiese tenido una crisis existencial por culpa de un futuro compañero (al que seguía sin querer nombrar) y hubiera terminado pagando todas y cada una de sus frustraciones contra un pobre Babee que de milagro grababa dos caras al mismo tiempo.

"Me encanta este lugar, se respira un aire tan puro..." Decía, respirando hondo, mientras junto con Noeul se encaminaban al interior del edificio.

"TaeHyung, huele a alcantarilla, ¿de qué aire puro estás hablando? Si está por salirme una rata de los pulmones."

Bufando, el mencionado puso los ojos en blanco. "Siempre tienes que encontrar la forma de amargarme la existencia, no sé cómo lo haces."

"Siendo realista, supongo."

"Más que realista, yo diría gilipollas..."

Noeul le dio una mirada de advertencia. "Oye, sin insultar, que yo a ti no te he faltado el respeto en ningún momento, ¿eh?"

"Tienes razón, perdóname."

"No te perdono. Todavía me debes una cena."

"De eso nada, listillo, que te largaste del gimnasio sin mirar atrás y me dejaste allí solo."

El rubio le observó con una sonrisita, mientras ambos se adentraban en el ascensor. "Solo no, tenías a tu gran amigo Jungkook."

Y, por supuesto, aquella broma casi le costó la vida, pues TaeHyung pellizcó uno de sus pezones sin siquiera avisar. Debido a la mezcla de dolor y sorpresa, el primer impulso de Noeul fue gritar; sin embargo, teniendo en cuenta dónde se encontraban, tuvo que aguantarse hasta ser liberado de aquellas garras.

"¡Bruto de mierda!" Siseó, sus labios fuertemente apretados.

"Como vuelvas a decir eso te arranco una teta, avisado quedas." Dijo, manteniendo la barbilla en alto, saliendo del ascensor con Noeul a su lado, quién se frotaba el pecho sin dejar de bufar.

"A todo esto, ¿cómo es que coincidimos en el mismo gimnasio con él?"

"Ni idea." Respondió el castaño, encogiéndose de hombros. "Siempre es la última persona con la que espero encontrarme en cualquier lado, y de alguna forma termina apareciendo. Ya te dije yo que era mi sombra."

Noeul hizo una mueca, que terminó convirtiéndose poco a poco en una expresión de horror que TaeHyung no supo descifrar, acomodándose el bolso en los hombros.

"A cada sitio que voy, está él allí. Parece como si me siguiera o estuviera obsesionado conmigo, es francamente terrorífico. No lo soporto."

"El sentimiento es mutuo, novato."

La voz de Jungkook sonó a sus espaldas, sobresaltando a TaeHyung, quién se giró de inmediato.

"¡¿Tú de dónde has salido?!"

"Del ascensor." Respondió, como si fuera obvio, sonando molesto. "Y estaba en ese gimnasio porque la dueña es mi tía, no tiene nada que ver contigo, egocéntrico. No eres el centro del mundo."

TaeHyung, por supuesto, fue a reclamarle. "Yo no soy ningún egocéntrico, imbécil, pero tú estás-" Sin embargo, algo que mencionó se le quedó en la cabeza por más tiempo de lo previsto, haciendo todas sus alarmas sonar a modo de emergencia. "Eh, espera, ¿has dicho que la dueña es tu tía?"

"Sí, afortunadamente el oído todavía te funciona."

"Aleluya..." Noeul murmuró por lo bajo. 

"¿Quién es tu tía?"

"Vaya... Se ve que el cerebro ya no tanto." Decepcionado, Jungkook suspiró. "Te he dicho que es la dueña, novato, pon atención."

"A ti no te presto atención ni aunque me paguen. Estoy preguntando quién es tu tía para que me digas su nombre, no qué función cumple en el gimnasio."

Entonces, el gesto del azabache se torció, viéndose pensativo por unos segundos en los que mantuvo la cabeza ladeada, mientras TaeHyung yacía expectante, necesitando una respuesta inmediata. Respuesta que no llegó.

"Hm... Creo que no es muy seguro darte más detalles, quién sabe si en realidad el que estás obsesionado conmigo eres tú." Lo señaló, viendo de cerca como se le fruncía el ceño. "No puedo permitírmelo, novato. Lo siento."

Sin decir nada más, Jungkook comenzó a alejarse, chocando su hombro contra el del castaño al pasar por su lado. TaeHyung quedó estoico tras aquella suposición tan descabellada. Eso debía de haber sido una broma.

"¿Obsesionado, yo? ¡¿Contigo?!" Gritaba, indignado. "¡Ese es tu sueño, gilipollas!

Tan pronto como la figura de Jungkook desapareció por completo, Noeul vació sus pulmones. "Vaya... Se ve que sois grandes amigos." Comentó, un silbido abandonando sus labios.

Como era de esperar, TaeHyung bufó.

"Ese ser no es nada mío. Ya le gustaría."

"Pues para no ser nada tuyo, casi te quita la virginidad, según tú..."

"¡Fue un decir!"

Noeul puso los ojos en blanco, asintiendo como si le creyese, cuando no era así en absoluto. TaeHyung siempre fue como un libro abierto. Peor mentiroso que Pinocho, a quién le crecía la nariz gradualmente, mentira tras mentira. Por lo que todas ellas eran más que predecibles y fáciles de atrapar. En especial, si la otra persona era Noeul, quién lo conocía como la palma de su mano.

"Claro, claro... Ya me contarás la historia más adelante."

"Por supuesto, como no tengo nada mejor que hacer..."

El rubio se colgó de su brazo, sonriente. "Exacto. Y si lo tienes, ya puedes ir cancelándolo."

"Lo que tú digas." Bufaba. De inmediato, vio a la secretaria del jefe aparecer por el pasillo, así que se puso recto. "No digas nada, Minnie está justo ahí y no quiero que se entere."

Tan pronto como dijo aquello, la susodicha se percató de su presencia conjunta, esbozando una sonrisa inmensa mientras se les acercaba, exactamente igual que hizo el primer día, el ruido de sus tacones resonando por todas partes.

"¡Chicos, hola!" Los saludó, llegando hasta ellos sin dejar de sonreír.

"Buenos días, Minnie." Dijeron, al unísono.

Ella se llevó ambas manos al pecho, mostrándose enternecida.

"Sois adorables."

TaeHyung soltó una risita, sonrojándose. "Muchas gracias."

"De nada, cariño. Por cierto, el jefe nos ha citado a todos los de esta planta en la sala de reuniones, tenemos que estar allí en diez minutos. Deberíais venir conmigo, hoy es vuestro primer día oficial, así que os dará puntos extras llegar temprano."

Noeul asintió, tomando la mano de TaeHyung en cuanto los nervios comenzaron a adueñarse de sus sentidos. Este apretó el agarre, indicándole que se encontraba exactamente igual de ansioso que él.

"Tienes razón."

"Sí, te seguimos."

Esbozando una sonrisa, Minnie movió la cabeza a modo de asentimiento, haciéndoles un gesto para que fueran tras ella, cosa que no tardaron en hacer, siguiendo sus pasos hasta una sala enorme, llena de sillas altas, un par de cafeteras para cápsulas y una mesa rectangular en el centro, todo aquello sin perder la estética del lugar. De inmediato, el castaño reconoció aquella sala.

"¡Eh, aquí fue donde grabasteis la primera toma de vuestro reportaje!"

Minnie asintió. "Sí, ¿también lo habéis visto?"

"¡Me encantó! Desde entonces he soñado con estar en el plató, aunque sólo sea para verlo."

"Oh, te va a gustar mucho cuando lo veas en persona, especialmente ahora que lo están reformando."

Noeul, quien miraba a su alrededor como si no pudiera creer donde realmente estaba, se fijó en una de las máquinas de café, la que más llamó su atención debido a sus respectivas cápsulas.

"¿Esto son cápsulas de chocolate caliente?"

"Sí, las compramos en caso de que a alguien no le guste el café. Casi nadie las toma, pero siguen ahí... La verdad es que están buenísimas."

Sus ojos se iluminaron. "A mí me encantan, nunca tomo café."

"¿En serio?"

"Él odia el café, yo creo que es hasta personal..." Murmuraba el castaño, haciendo a Minnie reír. Eul se sonrojó, negando.

"No- no... No es nada personal, de hecho, sí me gusta el sabor del café, pero la cafeína me sienta fatal para los nervios."

"Oh, eso sí que es cierto, una vez tomó por accidente un poco de mi taza y tuve que llevarlo a urgencias a las dos horas." Viéndose consternado al recordar aquel suceso, TaeHyung pasó una mano por el cuello de su amigo. "Menudo susto me dio."

Minnie hizo un puchero. "Pobrecito... Pero bueno, esas van a ser tus cápsulas a partir de ahora, ya verás qué contento se va a poner el señor Chaikamon cuando se entere."

Ante la mención de su jefe, la sonrisa de TaeHyung se borró casi por completo, tragando saliva con dificultad. Aún no podía creerse el haber estado tan cerca de cruzarle la cara con el puño, sólo por querer defender a Noeul, quien minutos antes de eso lo había dejado en ridículo delante de todo el gimnasio. Ni mucho menos, que Jungkook hubiese sido quien paró el desastre.

"¿Cuándo me entere de qué?"

Una voz sonó a espaldas de ambos, siendo TaeHyung el primero en girarse, viendo al hombre del gimnasio a sus espaldas. No tardó en sentir como su rostro palidecía, a pesar de que este pareció impasible en cuanto sus ojos se encontraron, reconociéndolo al instante. Jungkook estaba a su lado, con los ojos fijos en Kim, haciendo la situación mil veces peor sólo con su simple existencia y aquella dichosa sonrisa socarrona que tan nervioso ponía a TaeHyung. No lo soportaba.

"¡Señor Chaikamon, buenos días!" Minnie saludó al jefe enérgicamente. "Hablábamos de que las cápsulas de chocolate por fin tendrán un uso, ya que nuestro nuevo editor, Noeul, no toma café."

Minnie señaló a Noeul, ocasionando que el señor Chaikamon mirase hacia él, quien aún estaba absorto en la extensa cantidad de cápsulas que tenía para elegir. Era el paraíso.

"Oh, ¿en serio?"

"Sí, vas a estar feliz de que no hayamos tirado el dinero a la basura."

Él asintió, sin despegar sus ojos de la espalda de Noeul. "Hm... Ya lo creo, Minnie. Aunque estaría mucho más feliz si pudiera ver el rostro de nuestro nuevo editor."

Y, tan pronto como dijo aquello, TaeHyung hincó el codo en las costillas del susodicho. "Deja de mirar esas cápsulas y date la vuelta, idiota, que te están hablando..." Siseó, sólo para que él pudiera escucharle, cosa que funcionó, porque Eul se giró de inmediato.

"¡Oh! L-Lo siento mucho, estaba distraído, señor je...fe..."

Noeul miró al hombre cara a cara, dándose cuenta que era quien menos pensaba y palideciendo al instante, perdiendo la voz gradualmente en el proceso. No podía ser cierto.

"Ellos son Kim TaeHyung y Noeul Nuttarat, señor Chaikamon, son nuevos en esta plantilla." Les presentaba Minnie, sin ser consciente de lo que ocurría a su alrededor.

O al menos, no lo era hasta que uno de ellos perdió la consciencia y el ruido de su cuerpo impactando en seco contra el suelo marmoleado, fue lo único que alertó a todos los demás. Noeul había caído en combate, siendo víctima del pánico y la vergüenza extrema.

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