✧c.-003
N/A: Creo que no os hacéis una idea de lo emocionada que estoy por esta historia, y eso que hace tres días estaba pensando en retirarme de wattpad indefinidamente xD
Cap dedicado a Tesshyung ♡♡
Hoy os recomiendo 'Genius' de Sia, Diplo, Labrinth y LSD. No quiero decir a quienes me recuerdan específicamente, pero creo que lo digo todo...
[...]
"¡¿Quién se ha creído que es ese gilipollas?!" Chillaba TaeHyung, conforme Noeul y él se adentraban en el apartamento conjunto.
Estaba iracundo, con los puños apretados y la mandíbula tensa. Odiaba tener que haberse reencontrado con Jungkook cuando lo creía parte de su pasado por segunda vez en lo que llevaba de vida. Era como una maldita pesadilla de la que no podía despertar.
Jungkook no había intentado burlarse de él mucho más durante el tiempo que duró el tour por las oficinas. Ni siquiera se giró para dirigirle la palabra otra vez, tampoco una mirada. Sin embargo, aquel primer encuentro entre ambos, había sido suficiente para que TaeHyung perdiera los estribos.
E incluso si el resto del día había sido maravilloso, pudiendo estar en las instalaciones que siempre aparecían en sus mejores sueños, conociendo a grandes periodistas a los que tanto admiraba; todo aquello se vio opacado por la simple existencia de Jeon Jungkook. Como siempre.
"¡Ni siquiera es nuestro jefe!" Continuaba chillando. "Es un simple peón más y se cree con el derecho de humillarme y reírse en mi cara."
"Le has llamado gilipollas en cuanto se ha dado la vuelta, TaeHyung..." Recordaba Noeul, soltando su bolso sobre el mueble de la entrada.
"Porque lo es. ¿Cuál es el punto de decirnos que sin esa maldita placa nadie va a saber nuestros nombres?"
El rubio se encogió de hombros. "Pues uno realista. Si lo piensas bien, hay cerca de doscientas personas trabajando para la misma empresa, algo que nos convierte en simples números."
"Ya, bueno, entiendo el punto... Aún así hay mejores formas de decirlo."
"Por supuesto." Asintió, estando de acuerdo. "Pero todas llevan a lo mismo, y es que no debemos perder esas placas con nuestros nombres."
"Sí..."
La mano de Noeul se posó en su hombro,. "Porque de lo contrario, nadie sabría qué tú, eres Kim TaeHyung, el futuro mejor periodista de nuestra generación."
Sólo entonces, el mencionado soltó una risita, sonrojándose y dejando atrás toda la molestia que sentía. Porque Noeul tenía razón.
"Ow... Qué cosas tan bonitas me dices, eres un adulador." Dijo, encantado, mientras se giraba para apretarle las mejillas.
El rubio asintió, abultando los labios.
"¿Verdad? No sé qué harías sin mí."
"Yo tampoco." Dijo, encogiéndose de hombros. "Probablemente gastaría menos dinero en comida."
De inmediato, Noeul le observó con ojos brillantes, como si acabase de mencionar las palabras mágicas.
"¿Eso quiere decir que vas a comprarme la cena?"
"Hm... Depende."
"¿De qué?"
"De lo que hagamos antes." Respondió, como si estuviera a punto de proponer algo increíble.
Sin embargo, Noeul sabía que aquellas palabras vendrían acompañadas de un plan, que, por supuesto, no le haría ilusión en absoluto, porque así es como funcionaba cada vez que TaeHyung le invitaba a alguna comida.
"¿Y eso es...?"
Una sonrisa algo tensa jaló de los labios de TaeHyung, indicándole que, efectivamente, sus pensamientos eran correctos.
"Eh, bueno... Nuestra vecina, la- la señora Shinhye, del número cinco, ¿te acuerdas de ella? Nos ayudó con la mudanza." Cuestionó, aclarándose la garganta.
"Sí, claro, una señora muy agradable, ¿por qué lo dices?"
"Porque acaba de abrir un gimnasio con una amiga suya, a dos manzanas de aquí y me ha pedido que por favor nos pasemos por allí... Dice que ver caras bonitas quizás les ayudará a conseguir más clientes."
Noeul asintió, frunciendo el ceño. "Todo un halago, pero ha abierto un gimnasio, no un centro de belleza. Un par de caras bonitas no atraerá clientes."
"Ya, lo sé, pero aprovechando la situación, había pensado que de paso podría apuntarme. Está cerca de casa y bueno..."
"Oh, ¿en serio?"
"Sí, creo que algo de ejercicio físico me va a venir muy bien para quitarme el estrés. Sobre todo ahora que ese imbécil trabaja en el mismo sitio que yo."
Mostrándose escéptico al respecto, Noeul terminó cruzado de brazos. TaeHyung nunca había sido un gran fan de practicar deporte, así que esta decisión le tomaba bastante desprevenido. Lo único que no terminaba de entender, era qué pintaba él en todo esto.
"Me parece estupendo, estoy seguro de que te va a venir genial para canalizar todo eso, pero, ¿qué tengo que ver yo?"
"Oh, no, nada..." Negó, esta vez dándole una sonrisa cargada de inocencia. "No es como si quisiera obligarte a que te apuntaras conmigo al gimnasio, claro que no..."
TaeHyung rio torpemente, viendo como los ojos de Noeul se entrecerraban. Por supuesto, no estaba sonando convencible, mas el rubio lo dejó pasar, asintiendo.
"Genial." Murmuró, dando un paso hacia atrás, sonriente. "Pues voy a ducharme, podemos seguir viendo esa serie que empezamos ayer cuando termine."
Tan pronto como se giró para ir al baño, Kim abrió la boca. "Pero..." Dijo, y aquello fue suficiente para que se detuviera en seco, sabiendo que la conversación inicial no había terminado aún. "Ya que eres mi mejor amigo, pensé que querrías compartir esta experiencia conmigo."
"¿Compartir la experiencia?" Repitió. TaeHyung asintió, sus ojos brillantes, esperanzados. "Ya... No quiero."
Aquellos ojos no tardaron en perder su brillo, todo rastro de esperanza muriendo allí mismo, no dejando más que un corazón hecho trizas.
"¿Q-Qué? ¿Por qué no?"
"Porque no me gustan. Hay gente sudada, duchas compartidas y música comercial, es lo más cercano a una pesadilla que podría vivir estando despierto. No. Ni de broma, TaeHyung. Yo no entro a ningún sitio de esos."
Kim abrió y cerró la boca como un pececillo. "Pero iríamos juntos..."
"Y sabes que te seguiría al fin del mundo, TaeHyung. Sólo que... evitando los gimnasios." Murmuró aquello último, sus labios apretándose en una fina línea. "Lo siento, pero mi paz mental no me lo permite."
"¡Pues dile que haga un esfuerzo por tu mejor amigo, hombre!" Se quejó, casi lloriqueando.
"Bueno, ¿qué problema hay en que vayas tú solo? Ni que te fuera a morder un culturista..."
"¡Ay, no digas eso!" Chilló. "Y no hay ningún problema, pero sabes que no me gusta ir a esos sitios solo, Noeul. Yo quería ir contigo."
Alzando las cejas, el mencionado se cruzó de brazos, viendo como su amigo estaba al borde de iniciar un berrinche. Y pensar que al ser el mayor de cinco hermanos, creía tener inmunidad asegurada ante estos...
"Yo solía pedirte que vinieras conmigo al club de lectura cuando estábamos en el instituto."
"¡Y lo hice!"
"Tres veces. Fui miembro de ese club tres años."
TaeHyung se encogió como si ese fuera su mecanismo de defensa. "Bueno... Te acompañé una vez por año..."
"Exacto."
"¡Pero te ayudé a encontrar muchos libros que querías! Y casi todos ellos gratis." Señaló, levantando la barbilla, mostrándose orgulloso de sus hazañas. "De eso no dices nada, ¿eh?"
Noeul se cruzó de brazos. "¿Qué más quieres que diga? Le gustabas al chico de la biblioteca, ni siquiera fue difícil haberlos conseguido, así que esos libros no son una razón lo suficientemente sostenible para que yo te acompañe al gimnasio."
Entonces, con aquellas palabras, el silencio se hizo. TaeHyung quedó sin argumentos, razones o súplicas para dar, completamente derrotado ante el rechazo de aquel a quien creía su mejor amigo.
"A menos que me recompenses con una buena comida, claro... Ahí ya estaríamos entendiéndonos mucho mejor." Añadió en el último momento, justo cuando TaeHyung estaba a punto de ponerse a llorar.
De inmediato, el brillo le regresó al rostro, su pequeño puchero inconsciente convirtiéndose en una sonrisa inmensa. Noeul soltó un bufido, pues Kim era tan fácil de ilusionar que casi parecía nunca haberse vuelto adulto. Era como un niño pequeño y la gran mayoría del tiempo eso jugaba en su contra.
"¡¿En serio?!" Chilló, dando un salto con el que se le abalanzó, casi tirándolos a ambos al suelo cuando le abrazó fuertemente. "¡Eres el mejor del mundo, te quiero!"
"Sí, sí, ya sé que me quieres, pero no te olvides de recompensarme." Decía, palmeándole el hombro. No era un gran fan del contacto físico, pero jamás podría negarle un abrazo a TaeHyung.
"¡Por supuesto que no! Tú eliges la cena, yo pago."
El rubio sonrió, satisfecho con lo que había conseguido. "Bien, así me gusta."
"¡Voy a prepararme! Ponte guapo y nos reunimos aquí en el salón dentro de diez minutos, ¿vale? Nos vemos."
TaeHyung se giró, avanzando hacia su habitación sin borrar aquella sonrisa.
"¿Ponerme guapo para ir al gimnasio?"
No podría creer que una persona tan holgazana como Kim TaeHyung pudiera estar así de emocionado por ir al gimnasio. Ese no era él. Era como si hubieran cambiado a su mejor amigo por alguien con su misma cara, cuerpo y...
"¡Ya me entiendes, coño!" Gritó, interrumpiendo sus pensamientos y sobresaltándole.
...mal genio.
Sí, definitivamente sí era TaeHyung, sólo que con una cantidad demasiado exagerada de energía hasta para él.
Al cabo de unos veinte minutos, TaeHyung y Noeul se dirigían hacia dicho gimnasio, que resultaba ser el más cercano, a dos manzanas de distancia con exactitud.
"No me puedo creer que haya aceptado hacer esto."
Noeul no parecía la persona más feliz ni animada sobre el planeta, con una cara tan larga que casi se tropezaba con ella al caminar y bufando como un caballo cada cinco segundos, mientras que TaeHyung de milagro no avanzaba dando brincos. Eran dos personalidades completamente distintas, pero bastante parecidas en ciertas ocasiones, conviviendo juntas.
"I should know, that you're not gonna change..." Canturreaba en voz baja, siendo esa la primera canción que se le vino a la mente.
"Dios bendito..."
El rubio soltó un bufido, no pudiendo evitar ser una persona amargada en estos momentos. Quería arrancarse los tímpanos con una cuchara para coger bolas de helado.
"Cause you're hot then you're cold, you're yes then you're no, you're-"
"Mira, sólo falta Yugyeom con los bongos para que esto me teletransporte a nuestra función de Navidad de sexto curso, TaeHyung. Detente, por favor. Bastantes traumas nos hemos causado mutuamente hoy."
Parando su show musical, el castaño frunció el ceño. "¿Eh? ¿Qué trauma te he causado yo a ti?"
"Todavía ninguno, pero vamos de camino al gimnasio, así que lo más probable es que la cosa termine en empate." Respondió, oyéndole bufar.
"Serás exagerado..."
"De exagerado nada. Me aprietan tanto estas mallas que tengo los huevos cerca de las córneas, TaeHyung." Expresó, siendo tan explícito que el castaño puso una mueca de horror.
"Por el amor de Dios, qué desagradable eres..."
"Lo que tú digas, pero como una sola gota de sudor que no me pertenezca roce mi cuerpo, te prometo por mi vida que te pongo una orden de alejamiento mañana mismo." Aseguró, causando que el castaño se riera en su cara.
"Ya, ya..."
"Tú ríete, pero nuestra amistad se acaba en el preciso instante en que eso ocurra. Advertido quedas."
"Pero bueno, ¿qué culpa tendría yo de que eso ocurriese? No puedo evitarlo."
Noeul se encogió de hombros. "¡Te has vuelto fitness de la noche a la mañana, TaeHyung! Podríamos estar en casa sentaditos en el sofá, comiendo ramen de bolsa y viendo Criminal Minds, ¡pero no! Tú prefieres arrastrarme contigo al gimnasio."
"Y tú podrías estar imitando a Katy Perry y cantar como hago yo, pero en lugar de eso prefieres quejarte."
"Lo que tú haces no está clasificado como cantar, en realidad, se llama terrorismo."
Un jadeo brotó de los labios de TaeHyung, completamente ofendido por sus palabras. "¡¿Y ese ataque tan gratuito?!"
"¡Vamos, no me jodas! A ti no te gusta el ejercicio, nunca te ha gustado, ¿por qué ahora sí?"
"¡Porque va a ser divertido, hombre! Ya te lo he dicho."
El rubio bufó. Su definición de «divertido» no encajaba precisamente con la de TaeHyung, incluso cuando solía ser la misma en algún momento no muy lejano.
"Bucear entre tiburones también está considerado súper divertido para mucha gente y no te veo poniéndote un traje de buzo."
"¡Me da miedo el mar!"
"Bueno, a mí me dan asco los gimnasios y mira dónde estamos." Dijo, señalando el edificio que tenían delante. Ya habían llegado.
Noeul fue el primero en adentrarse, manteniendo la barbilla en alto y su orgullo intacto, negándose a mediar palabra con un TaeHyung que le siguió de inmediato. Sin embargo, este ni siquiera notó sus intentos por ignorarle, tomándole del brazo para ir ambos hacia el mismo lugar.
Era un espacio amplio, con varias máquinas para trabajar distintas partes del cuerpo, muchas de ellas ya ocupadas por otros hombres y mujeres. Música comercial sonaba en los parlantes, por lo que, TaeHyung suponía, Noeul no estaría precisamente contento. Pero él sí lo estaba.
"Es un sitio bonito, ¿verdad?"
"No."
"Pero es amplio."
"Nuestro salón también es amplio." Indicó. "Encima huele a estercolero. Qué puto asco."
"Por favor, deja de quejarte por apenas un minuto. Me agotas."
"De acuerdo." El rubio asintió, mirando y toqueteando su reloj.
Kim frunció el ceño, observándole extrañado. "¿Qué haces?"
"Poner el cronómetro. A las ocho y doce vuelvo a quejarme."
TaeHyung puso los ojos en blanco, decidiendo que, por mucho que quisiera a Noeul, no tenía remedio. Y en caso de tenerlo, no podía dárselo, ya que este estaba demasiado ocupado chocándose con otra persona. Algo que no tardó en hacerle sentir horrorizado.
La otra víctima se giró por el golpe. Era un chico alto, cabello negro, largo, atado en una coleta y un adorable lunar encima del labio.
"Lo siento, ¿estás bien? No te vi."
Parecía amable y TaeHyung estaba convencido de que lo era por el modo en que sus ojos preocupados fueron a parar hacia Noeul —la verdadera víctima—. Sin embargo, al instante, un grito ensordecedor abandonó las cuerdas vocales del rubio.
"¡Me ha tocado! ¡Me ha tocado!" Chilló, moviéndose como si tuviera gusanos recorriéndole el cuerpo. "¡Su sudor ha rozado mi brazo! ¡Qué asco!"
"Noeul, por favor, cálmate..."
"¡Me quiero cortar los brazos ahora mismo, TaeHyung!"
El chico desconocido, amable y cuyo lunar era francamente enternecedor, frunció el ceño. "Eh, oye, ¿te encuentras bien? Ni siquiera he empezado a hacer ejercicio, es imposible que esté sudando."
TaeHyung sentía que se le caía la cara de la vergüenza cuando notó que todos los presentes estaban observándole. Repentinamente, tuvo la necesidad de cavar un hoyo y saltar en él.
"Sí, discúlpale, está un poco-"
"¡Me largo de aquí!" Gritó Noeul, interrumpiéndole. El otro chico bufó, viéndose algo molesto.
Y, por supuesto, eso fue lo que hizo, marcharse por donde había venido a paso muy rápido y sin mirar atrás. TaeHyung se debatió entre seguirle como si fuera su perro o quedarse allí, pero no tuvo demasiado tiempo para decidir, cuando una cuarta voz sonó. Una voz que conocía lo suficiente bien como para alterar sus nervios.
"¿Qué ha pasado aquí? Los gritos se escuchaban desde el vestuario."
TaeHyung se giró de inmediato, viendo a, nada más y nada menos que Jeon Jungkook junto a él. Los ojos de ambos se encontraron automáticamente.
"Un lunático se ha chocado conmigo y ha salido corriendo como si fuese a pegarle alguna enfermedad contagiosa." Respondió aquel chico (ya no tan agradable ahora que volvía a abrir la boca) con el que Noeul había chocado.
El ceño del castaño no tardó en fruncirse. Su amigo podía ser una persona bastante especial, lo aceptaba y estaba totalmente de acuerdo, pero nadie le llamaba lunático y se iba a casa con todos los dientes dentro de la boca.
"¡¿Qué has dicho tú de mi amigo?!" Chilló, dándole una mirada furibunda. "¡Repítelo si quieres conservar los cinco pelos que te quedan en la cabeza, gilipo-"
Antes de poder comenzar con la balacera de insultos, Jungkook se le abalanzó, colocando una mano sobre sus labios y otra en su nuca, impidiéndole seguir hablando. Tuvo el impulso de morderle, pero este parecía conocer todos los movimientos que tenía predeterminados, así que ahuecó su mano, arruinándole el plan. Aunque eso no fue un impedimento para dejar de gritar, incluso cuando ni él mismo entendía lo que estaba diciendo.
"Dos lunáticos juntos, lo que me faltaba..."
"Boss, déjame a mí esta máquina y vete tú a la elíptica, luego nos intercambiamos, ¿vale?" Escuchó a Jungkook decir, sin soltarle la boca en ningún momento. "Los conozco a ambos, así que no tienes que preocuparte, no son lunáticos."
El mencionado, a quién ahora podía ponerle nombre, bufó, asintiendo. "Ya, claro..." Dijo, poco después siguiendo las indicaciones del azabache y alejándose.
Sólo entonces, Jungkook soltó la boca de TaeHyung (pero no su cuello, al que agarraba desde la nuca), mirándole como si fuese a darle el mayor sermón de su vida. Kim apretó los labios, golpeando el brazo que tenía más cerca.
"¡Y tú suéltame si no quieres que te cruce la cara!"
"La cara te la vas a terminar cruzando tú mismo como sigas insultando a todo el que se te ponga por delante, TaeHyung." Le dijo. "Así que cállate y cálmate antes de volver a abrir la boca. Por tu propio bien."
El ceño del castaño se frunció. "¿Me estás amenazando?"
"Te estoy advirtiendo."
"Pues la próxima vez advierte a tu amiguito de que no llame lunático al mío." Le señaló. "Que vale que muy normal no será, pero nadie le insulta delante de mí."
"Mi amiguito es tu jefe, el mío, el de tu amigo y el de toda la plantilla."
Sólo entonces, TaeHyung palideció, perdiendo todo rastro de valentía y quedándose estoico, teniendo que tragar saliva antes de poder encontrar su voz siquiera.
Soltándole la nuca, Jungkook causó cosquillas en su piel cuando pasó los dedos sobre esta, apartándose casi completamente de él y quedando frente a frente. Cruzó sus brazos por encima del pecho, analizando todas y cada una de las expresiones que pasaron por el rostro ajeno. Hasta que TaeHyung reaccionó.
"¿Q-Qué has dicho?"
"Lo que oyes." Respondió, alzando las cejas. "Ese que ha espantado a tu amigo y al que casi insultas es el nuevo jefe de la revista donde trabajamos, Boss Chaikamon. Estoy seguro de que Minnie te ha hablado de él."
"Sí... Le conozco..."
"Acabo de salvar tu carrera, novato." De inmediato de enorgulleció, hinchando el pecho conforme se le acercaba. "Pero no voy a poder hacerlo siempre, así que mantén esa boquita que tienes cerrada cada vez que quieras insultar a alguien, ¿de acuerdo?"
Notando el dedo pulgar de Jungkook rozándole la comisura, TaeHyung no tardó en apartarla de un manotazo, causando su risa.
"Y tú mantén esos deditos lejos de mí, porque a ti si que puedo implantarte los dientes en el cráneo de un guantazo." Le señaló, manteniendo la barbilla en alto. "Y no me llames novato, imbécil."
"Pues no me llames imbécil y no te llamaré novato, novato."
"Que te jodan." Escupió.
Acto seguido, mientras que Jeon continuaba riéndose, TaeHyung se dio la vuelta, marchándose por donde anteriormente su amigo había salido corriendo.
"¡¿Dónde vas?!"
"¡A donde tú no estés!"
"¡Pues buena suerte!"
"¡Muchas gracias!" Dijo, con una dulzura en su tono de voz en la que ni siquiera pensó hasta que salió de su boca. Inmediatamente se arrepintió. "Digo... ¡Vete a la mierda!"
Y, sin mirar hacia atrás, TaeHyung abandonó el gimnasio rojo de la rabia, lleno de impotencia, solo y escuchando la desagradable risa de Jungkook a sus espaldas. Ojalá le hubiese hecho caso a Noeul, de lo contrario ahora no tendría ganas de hincarle los dientes en la cabeza a uno de sus peluches.
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