✧c.-002
N/A: En esta historia yo ya tengo a uno de mis personajes favoritos desde el inicio y es, por excelencia, Noeul. Lo amo con el alma xD
Cap dedicado a ElbaniRaimondoBeltrn ♡♡
Hoy os recomiendo 'Let Me Let You Go' de ONE OK ROCK. Esta, probablemente, sea mi canción favorita del momento.
[...]
TaeHyung se quedó observando la puerta por la que su enemigo público número uno, Jeon Jungkook, había desaparecido, con los ojos como platos y el corazón en un puño.
No podía ni quería creerlo.
Esta nueva etapa de su vida era tan importante y especial porque se supone que ya no la compartiría con él, alguien a quien veía diariamente desde los diez años en contra de su voluntad. Era injusto.
"¿Qué hace...?" Quiso preguntar, la garganta cerrándosele momentáneamente, impidiéndole hablar por unos segundos, mientras mantenía la vista fija en el exterior del coche. Entonces, sus nervios se dispararon. "¡¿Qué hace ese gilipollas aquí?!"
Noeul se encogió de hombros. "No lo sé."
"¡Ya es lo que me faltaba, vamos! Que trabaje aquí y tener que compartir el sueño de mi vida con él, ¡es que me lanzo de cabeza por el hueco del ascensor!"
"TaeHyung, cálmate, hombre..."
Kim le miró con los ojos casi fuera de las cuencas. "¡¿Cómo me voy a calmar?! ¡Ese hijo de puta me sigue hasta el infierno!"
"No te sigue, TaeHyung, probablemente ni siquiera esperaba verte aquí."
"Y una mierda que no, Eul."
En un intento por tranquilizarle, queriendo ser lo más razonable (y paciente) posible, Noeul se quitó el cinturón, a la espera de que TaeHyung estuviera preparado para salir.
Más tranquilo, pero viéndose derrotado ahora, el castaño apoyó la cabeza contra su asiento, comenzando a lloriquear.
"Pensé que ya me había librado de él..."
"Quizás ni siquiera trabaja aquí, tal vez vino para algo en concreto y se irá pronto. Acuérdate que él también es periodista."
Un bufido abandonó sus labios. "¿Cómo olvidarlo? Los profesores de la facultad decían que era el mejor en lo que hacía y besaban cada maldito paso que daba. Ahora será exactamente igual aquí..."
"Eso no lo sabes."
"Lo sé, créeme que lo sé. Me tocará estar bajo su sombra, como siempre."
Noeul puso una mano en su hombro, dándole un suave apretón.
"Eh, anímate." Dijo, sonriendo en cuanto este le observó, con ojos apagados y tristes. "Recuerda que este es nuestro día especial y nada ni nadie puede fastidiarlo, ni siquiera él."
Kim hizo un puchero, temblándole la barbilla antes de poder emitir palabra alguna. "Tarde..."
''No, de eso nada."
"Sí-"
De inmediato, los dedos de Noeul apretaron sus mejillas, logrando que sus labios se abultaran y poder hablar resultara misión imposible, viéndose demandante y casi furioso ante el hecho de que su mejor amigo había perdido todo tipo de emoción.
"Escúchame bien, Kim TaeHyung." Comenzó, no permitiendo que este apartase la mirada. "Has despertado al señor Kwak dándole cabezazos al techo por una razón y esa razón es que hemos logrado nuestra mayor meta en la vida."
"Pero-"
Noeul negó con la cabeza, sus cejas alzadas. "No, cállate, no he acabado."
"Es que me haces daño..." Se quejó en voz muy bajita, casi ininteligible.
Sólo entonces, el rubio soltó sus mejillas de inmediato.
"Oh, perdóname." Se disculpó, dándole una sonrisa de labios sellados, mientras TaeHyung se frotaba la zona magullada. "Bien, a lo que iba. No puedes dejar que alguien arruine todo esto, TaeHyung, sea quien sea. Este día es nuestro."
"Ya..."
"¿Cuánto tiempo hemos estado soñado con este momento?"
"Años." Dijo, con la barbilla temblando. TaeHyung había comenzado a llorar.
"Exacto, años. Y esos años de ilusión, trabajo duro y esfuerzo por demostrar de lo que somos capaces se han reducido a un día. Este día." Señaló tomándole el rostro para encontrarse con sus ojos brillantes. "Así que ni Jeon Jungkook ni nadie, va a poder arruinarnos eso, ¿de acuerdo?"
Sorbiendo por la nariz, asintió. "De acuerdo..."
"Muy bien, pues ya lo sabes. Así que quítate esas lágrimas de la cara, apaga al Bibabi de las narices y sal del coche."
"¡Babee!"
"Eso, me has entendido." Asintió. "Anda, vámonos, que nos están esperando."
Haciendo exactamente lo pedido, el castaño se quitó las lágrimas y el cinturón, soltando un suspiro. Este momento casi podía contar como una clase de terapia.
"¿Sabes? Si al final ser editor deja de gustarte como profesión, siempre puedes volverte guionista de Disney Channel. Se te daría bien."
Al cabo de unos minutos, ambos se encontraban subiendo por el ascensor, con los nervios a flor de piel y sus manos entrelazadas.
Noeul soltó un bufido.
"No lo creo, mi carrera como guionista en Disney Channel tendría poco futuro."
"¿Y eso por qué?"
"Porque probablemente sería el primero en matar a todos los personajes."
TaeHyung frunció el ceño. "No veo dónde estaría el problema..."
"Oh, no. El problema es que todos mis personajes serían homosexuales o bisexuales, cosa que a la productora no le gustaría mucho y terminaría siendo el Bridgit Mendler de los guionistas."
"Ou... Qué trágico."
"¿Verdad?"
Las puertas se abrieron ante los ojos de ambos, quienes se apretaron las manos casi inconscientemente, pequeñas sonrisas en su rostro de puro orgullo. TaeHyung tenía ganas de llorar y Noeul aún no era capaz de describir cómo se sentía exactamente, pero estaba feliz, muy feliz.
Kim observó el lugar con admiración, mirando hacia todas partes mientras notaba una pequeña presión en el pecho. Deseaba memorizar la posición de cada, de cada silla, el color de las paredes y toda decoración que estas pudieran tener, ni siquiera permitiéndose ignorar ningún detalle posible. Porque era exactamente como lo había imaginado y no quería olvidarlo nunca, en caso de que algún día ya no fuese digno de estar allí.
"Wow... Y yo que pensaba que habían exagerado todo para ese reportaje... Resulta que es tan precioso como lo veíamos." Comentaba Noeul, compartiendo su misma expresión.
"¿A que sí? Parece un palacio de hielo."
"Sí..."
Absolutamente todo estaba cubierto con ventanales gigantescos, que permitían ver el exterior e interior de los despachos, salas comunes y plantas bajas. TaeHyung sentía que estaba como en un sueño. Aunque, de un momento a otro, comenzó a perder visión de lo que tenía en frente, siendo repentinamente tapado por dos bloques monstruosos de acero. No tardó en alarmarse, cayendo en que las puertas del ascensor estaban cerrándose en su cara.
"¡Ay, Noeul!" Chilló, alargando el brazo para atrapar la mano de su amigo, quien se había adelantado unos metros.
"¿Eh?" Este se giró, su ceño fruncido transformándose en una mueca de pánico al ver lo que ocurría. "¡TaeHyung!"
Reaccionando a tiempo, Noeul jaló del castaño antes de que la puerta se cerrase por completo, sacándolo del ascensor. Sólo entonces, TaeHyung pudo respirar hondo.
"Uf... Eso ha estado muy cerca..."
"¿Dónde ibas?"
"A ver si es verdad que tienen un teleférico en el techo, ¡¿a ti qué te parece?!"
Eul le estampó la mano en la nuca. "No me grites, que te he salvado el pellejo."
"¡Eh! Y tú no me pegues. Estamos en un sitio rodeado de profesionales..." Se quejaba, frotándose el lugar afectado con una expresión enfadada. "¿Qué pensarán de nosotros...?"
"Es verdad, tienes razón, perdóname." Se disculpó, uniéndose a frotar la nuca de TaeHyung, sin embargo, este golpeó su mano.
La presencia de una chica llegando por el pasillo le hizo ponerse recto de repente, aclarándose la garganta e intentando que Noeul estuviera al tanto también, dándole un codazo en las costillas lo más discretamente posible.
"Ahí viene alguien, intenta parecer normal." Le dijo entre dientes, sólo para que él pudiera escucharle.
"Oye, que eso debería decirlo yo..."
TaeHyung alisó su jersey. "Pues me he adelantado, cállate."
La chica, que tardó en notar la presencia de ambos prácticamente hasta pasar junto a ellos, se les acercó con una sonrisa brillante e inmensa, como si no hubiese estado a punto de hacerles sentir invisibles.
"¡Eh, hola!" Saludó. "¿Sois nuevos? No recuerdo haber visto vuestras caras antes."
El castaño asintió, nombrándose a sí mismo el presentador oficial de... sí mismo y su acompañante. "Sí, acabamos de llegar, hoy es nuestro primer día. Él es Noeul y yo soy TaeHyung, encantado."
"Igualmente, TaeHyung y Noeul, yo soy-"
"Minnie." Mencionó el castaño, señalando con una sonrisa la identificación que yacía grabada en un pequeño letrero anclado al bolsillo de su camisa. "¿Te llamas Minnie?"
"Bueno, técnicamente me llamo Nicha Yontararak, pero todos me dicen Minnie porque es más fácil, corto y les hace gracia compararme con la rata esa del lazo." Bromeó, logrando que TaeHyung riese con ella, mientras que Noeul se mostraba pensativo.
"¿Eres tailandesa?" Quiso saber el rubio. Ella asintió.
"Sí, ¿por qué?"
"Yo también lo soy, de Phuket."
"¡¿En serio?!"
El rubio asintió, compartiendo su emoción. "Sí, pero prácticamente me crie aquí, en Corea."
"Eso es genial, Noeul, ya somos como seis tailandeses aquí contándote a ti. Nuestro antiguo jefe y fundador estaría muy orgulloso..." Dijo, acto seguido soltando un suspiro excesivamente dramático. "Bueno, seguidme, os llevaré con los demás novatos para que hagáis el tour por las instalaciones."
TaeHyung frunció el ceño, mostrándose confundido y preocupado ante las palabras de Minnie, mientras que Noeul se apresuró en ir tras ella, dejándole atrás al ser él ahora quien estuviera movido por la emoción.
"Claro, gracias."
"¿Y cuál es vuestra especialidad aquí?" Minnie quiso saber.
"Oh, yo soy editor. Hice el doble grado de Filología y Periodismo. Siempre he sido muy quisquilloso con las faltas de ortografía, así que mi madre me dijo que esta carrera sería ideal para mí." Respondió, encogiéndose de hombros y sonriendo cuando ella rio.
"¿Y tú, TaeHyung?"
Un silencio se formó, la voz del castaño no sonando en ningún momento. Noeul fue el primero en fruncir el ceño, notando entonces la ausencia de su mejor amigo, por lo que se giró inmediatamente, viéndole parado a unos metros, con el ceño fruncido.
"¿Qué hace...?" Se preguntó para sí mismo, en apenas un susurro. "¡TaeHyung, ¿qué haces parado?! ¡Ven aquí, hombre!"
Sólo entonces, Kim pareció darse cuenta de su descuido al quedarse atrás, caminando con rapidez hacia donde ellos se encontraban. Minnie tenía una mueca enternecida en el rostro, observándole.
"Lo siento, está muy nervioso. No me había dado cuenta de que se había quedado atrás..." Se disculpó, apretando los labios al sentirse culpable por no haber notado su ausencia desde el principio. "TaeHyung es periodista, pero te diría que encasillarle sólo en eso sería un insulto a su talento. Ahí donde lo ves como un cervatillo, es la persona más aplicada y pasional que he visto en toda mi vida."
"Ow... Eso es muy dulce de tu parte, Noeul, pero estoy deseando ver eso que dices con mis propios ojos."
"Lo verás, te lo aseguro."
Kim llegó frente a ellos, casi riendo por su descuido. "¡Perdonadme! Eh... Me había quedado pensando en eso que habías dicho sobre el antiguo jefe y apenas me di cuenta de que os habíais alejado."
"¿Del antiguo jefe? No he dicho nada, sólo que estaría orgulloso."
"Sí, sí, p-por eso..." Asintió. "¿Por qué 'estaría'? ¿Le ha pasado algo al señor Seo Kangjoon?"
"No, no, tranquilo, el señor Seo está bien, no le ha pasado nada."
TaeHyung suspiró, aliviado. Ese hombre era lo más parecido a un ídolo que había tenido en toda su vida.
"Oh, menos-"
"Especialmente porque no existe."
Al instante, el castaño se quedó en un completo estado de shock, lo que hizo a Minnie reír. Pero sólo a ella, pues Noeul tampoco parecía haber digerido muy bien la noticia. Probablemente aún ni siquiera le hubiera llegado correctamente al cerebro.
"¿Qué...? ¿Qué quieres decir con que no existe, Minnie? Seo Kangjoon es el fundador de... De todo esto."
La morena negó. "No, cariño, ese tal Kangjoon del que hablas no es fundador de absolutamente nada relacionado con esta revista, sino un alias."
"¿Un alias?" Noeul cuestionó. "No entiendo..."
"Sí, un alias. Su verdadero nombre es una incógnita, él mismo lo es, en sí... Aunque tampoco importa porque ya no trabaja con nosotros, se jubiló este año y ahora está al mando su hijo. El señor Chaikamon, a quien todos nos referimos como Boss."
"¿Chaikamon? Ese nombre no es común aquí en Corea." TaeHyung dijo, manteniendo el ceño fruncido.
"También es tailandés." Dijo. "El creador de Too Much To Handle es su padre, un hombre nacido y criado en Tailandia que decidió usar el alias de Seo Kangjoon debido al racismo interiorizado que se encontró nada más fundar la empresa. Pensó que si hacía creer a todos que era coreano nativo, no habría ningún problema."
Kim jadeó, encontrándose con la mirada sorprendida de Noeul. "Y funcionó..."
"Pues sí."
"Pero eso es increíble. Soy consumidor de Too Much To Handle desde que tengo trece años, he leído todos y cada uno de vuestros artículos hasta ahora y jamás me di cuenta, ¿cómo es posible?"
"Secretos de empresa, cielo, no te preocupes."
"Claro que me preocupo, Minnie, no tenía ni idea y he pasado horas de mi vida metido en vuestro blog de noticias. Hasta me sé mis artículos favoritos de memoria..."
"Eso es verdad..." Confirmaba Noeul.
Ante su evidente decepción, la chica soltó una risita, frotándole el hombro, visiblemente enternecida. "Pero eso es adorable, TaeHyung. Y además, te convierte en un gran fan."
"¿Tú crees?"
"Por supuesto." Asintió. "¿Cuál es tu artículo favorito? A lo mejor fue uno de los que escribí en mis inicios. Ahora soy la secretaria del jefe, así que ya escribo poco..."
"Oh, bueno... Es uno bastante reciente, de hace menos de un año, creo. Nunca me fijé en la firma del autor realmente porque no conozco a todos los que trabajáis aquí, pero trataba de los obstáculos que muchos artistas asiáticos confrontaban una vez su producto se volvía internacional."
"Hm, ya veo, ese artículo es buenísimo, estoy de acuerdo. De los mejores que hemos sacado."
Sonriendo, él también asintió. "Sí, lo es. A mí me gusta mucho, especialmente porque está escrito desde una perspectiva que te hace creer que es el propio artista quien lo está plasmando."
"Esa es parte de la magia, supongo. Aquí nos esforzamos mucho. trabajamos duro para que nuestros artículos salgan a la luz y tengan el reconocimiento que se merezca. No son sólo noticias y ya."
"Lo sé... Por eso siempre he soñado con trabajar aquí. Para mí el periodismo no es ser el primero en dar una noticia, si no ser el primero en darla correctamente. No me gusta el sensacionalismo."
Minnie apretó su hombro, sin poder borrar aquella sonrisa. "Tu amigo tenía mucha razón cuando dijo que encasillarte sólo en ser periodista era un insulto, TaeHyung."
El mencionado se sonrojó de inmediato, mirando a Noeul casi con confusión. Él no le había escuchado decir nada de eso. "Oh, gracias, significa mucho para..."
"¡Minnie!" Una voz sonó, interrumpiendo lo que estaba a punto de decir el castaño, quién cerró los ojos tan pronto como la reconoció. "Minnie, ven, te necesito aquí."
TaeHyung oyó la maldición que soltó Noeul, además de sus propios gritos internos al saber que aquella voz le pertenecía a Jungkook, de quien prácticamente se había olvidado, una vez más, debido a la emoción que entrar en el edificio de sus sueños le provocó.
"¡Ya voy, cielo!"
"¿Qué...?" Noeul quiso preguntar, casi perdiendo la voz. "¿Qué puesto ocupa ese hombre en la empresa? ¿Trabaja aquí?"
"Oh, ¿te refieres a Jungkook? Él es uno de nuestros mejores periodistas, llegó hace muy poquito, pero se ha logrado ganar el corazón de todos nuestros lectores y de la plantilla."
La barbilla del castaño tembló. "¿En serio lo dices?"
"Claro, de hecho, es quien escribió ese artículo que tanto te gusta. Estuvo durante dos meses conviviendo con Jackson Wang para poder transmitir lo que quería. Por eso la perspectiva que sentiste... Es increíble."
TaeHyung sintió que iba a desmayarse a sí mismo.
"¿Lo conocéis?"
Noeul asintió, ya que su amigo no podía siquiera reaccionar. "Sí, sí lo conocemos. Estudiamos juntos en primaria, instituto y universidad, el pack completo."
"Vaya, qué casualidad." Expresó Minnie, levantando las cejas con sorpresa.
"Yo lo llamaría desgracia..."
Aquellas palabras abandonaron la boca de TaeHyung casi por accidente, confundiendo a Minnie, quién no había conseguido entenderle muy bien, así que le observó.
"¿Eh? ¿Qué has dicho?"
"¿E-Eh?" Repitió, dándose cuenta de que lo había dicho en voz alta. Él se aclaró la garganta. "No, q-que debería llamar a Anastasia... Mi- mi vecina, nuestra vecina, en realidad. No le dimos la noticia. Me... Me acabo de acordar justo ahora."
Noeul asintió, siguiéndole la corriente. "Le he mandado un mensaje nada más llegar, dice que se alegra mucho por nosotros."
"Ow, qué tierna..." Expresaba la morena, haciendo un puchero. TaeHyung sonrió.
"Es monísima, sí..."
Mientras seguía a Minnie por un pasadizo flotante hacia donde aquel desgraciado de Jeon Jungkook se encontraba, TaeHyung miró hacia abajo, viendo las otras cuatro plantas por debajo de ellos. E instantáneamente pensó en cómo de mortal sería su caída si se tiraba ahora mismo de cabeza.
"Por fin, Minnie." Escuchó al azabache decir, soltando un suspiro.
Él evitó mirarlo, pues no quería arrancarse los ojos de las cuencas. Sin embargo, podía notar la mirada del azabache sobre él.
"Jungkook, hola, ¿qué necesitas?"
"Me faltan dos novatos, están en las listas, pero aún no han llegado. Kim TaeHyung y Noeul Nuttarat, ¿sabes algo de ellos?"
Inmediatamente, Kim sintió ganas de soltar un chillido, apretando la mandíbula. ¡¿Cómo tenía la poca vergüenza de mencionar su nombre como si fuera un completo desconocido?! Le había seguido hasta el infierno y aún conservaba el valor de hacerse el ignorante.
Minnie puso ambas manos sobre los hombros de cada uno, señalándolos. "Son estos dos señoritos de aquí, estaba trayéndolos para que pudieras darles el tour. Supongo que les he entretenido demasiado con mi charla, ya sabes como soy. Lo siento."
Escuchando su suave risita, TaeHyung tragó saliva, levantando la mirada finalmente. "No... No es tu culpa, Minnie, hablar contigo ha sido increíble. Gracias por tu ayuda."
"Ay, cariño, gracias a ti."
"Bueno." Jungkook se aclaró la garganta, llamando así la atención de todos los presentes. "De vosotros dos, ¿quién es Kim TaeHyung y quién es Noeul Nuttarat?"
El rubio levantó la mano. "Yo soy Noeul."
"De acuerdo, pues toma esta placa." Tendiéndole exactamente la misma placa que Minnie tenía colgando de su bolsillo, dijo. "Tiene tu nombre grabada en ella, debes llevarla puesta siempre o si no nadie aquí sabrá quién eres. Te recomiendo ponértela en la camisa."
"Gracias..."
Noeul tomó su respectiva placa, colocándosela a unos centímetros del cuello de su camisa. Luego, miró a TaeHyung, cuya mandíbula se encontraba apretada, lleno de rabia e impotencia, una vez más negándose a cruzar miradas con Jeon.
"Tú, Kim." La voz de Jungkook sonó.
Este, en lugar de tenderle el grabado con su nombre, al igual que había hecho con los otros novatos, se encargó de convertir a TaeHyung en una excepción, acortando toda distancia posible entre ambos, poniéndose delante de él y sosteniéndole el cuello de la camisa.
TaeHyung dio un salto, mirándole con los ojos ensanchados por la sorpresa. Y, para cuando quiso reaccionar, ya era demasiado tarde, pues Jungkook estaba agujereando la tela de su camisa favorita con el alfiler de aquella dichosa placa. El atrevimiento ajeno incrementó la rabia que sentía.
"Aquí tienes tu placa." Le dijo, una sonrisa vaga en el rostro del azabache, casi socarrona. "No la pierdas."
"¿O si no qué? ¿No vas a saber quién soy?"
Noeul inmediatamente le hincó el codo en las costillas, susurrando su nombre entre dientes, algo que ignoró, porque para ese momento, Jungkook estaba riéndose sutilmente en su cara.
"Por supuesto, Kim TaeHyung, yo y todo el mundo. Estamos en Corea, aquí no destacas por un apellido que compartes con media población... Así que por tu bien, evita perder esa plaquita."
Y, sin decir nada más, el azabache se giró, alejándose de él. Los dientes de TaeHyung chirriaron.
"Gilipollas..." Siseó, sin siquiera pensar lo que decía, pero sí notando como Noeul se quedaba de piedra a su lado.
Jungkook no tardó en volver a darse la vuelta. "Perdona, ¿has dicho algo?" Quiso saber, observándole con la cabeza ladeada y los ojos entrecerrados, caminando lentamente hacia él.
Kim mantuvo la barbilla en alto conforme asentía, demostrando seguridad y sin dejar ver ningún rastro de arrepentimiento o nerviosismo. No se iba a acobardar ante alguien como Jeon Jungkook, cualquier cosa menos eso.
"Lo siento, ¿tanto se ha escuchado?" Murmuró, ensanchando sus ojos brillantes y falsamente asustadizos. Jungkook le observó con atención, por lo que TaeHyung tendió la mano para que la observara. "Se me ha explotado una ampolla que tenía en el meñique al acomodar mi placa. Creo que no estaba bien cerrada."
Las cejas de Jeon se alzaron. "Vaya... Menuda desgracia, eso debe doler mucho. ¿Te ves capaz de escribir en un ordenador? Porque igual tenemos que prescindir de ti hasta que se te cure."
A pesar de que aquella amenaza clara y directa (que, al parecer, sólo él allí notó), le hizo temblar y sentirse atacado, TaeHyung se obligó a negar, esbozando su mejor sonrisa.
"Estoy perfectamente capacitado para escribir lo que me pidan. Un artículo corto, mediano, de diez mil palabras o hasta un aviso mortuorio. Mis dedos y yo nos adaptamos sin problema, eh..." Aseguraba, forzándose a leer el nombre del azabache escrito en su placa, como si él tampoco lo conociera. "Jeon Jungkook... Descuida."
El mencionado le devolvió la sonrisa ampliamente, asintiendo, habiendo ignorado su pequeña amenaza por completo. E incluso si fue descarado, no molestó a TaeHyung en absoluto.
Sin embargo, lo que sí le enfadó, y mucho, fue que acto seguido le observara como si fuera un cachorro en una maldita tienda de mascotas, con adoración y ternura.
"Cuánto me alegra saber eso, novato." Dijo, mientras le palmeaba el hombro. "Bienvenido a la revista."
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