Capítulo 36
Capítulo 36: habla de una relación no oficial pero, técnicamente, existente.
Me dolía el estómago. Y era en serio. Me hubiese gustado que formara parte de mis excusas para dejar de lado el tema importante con JungKook. Pero no era así.
Aparentemente, el no comer de vez en cuando afectaba mi estómago. Aunque mi papá se pasó la noche entera en el marco de mi habitación, vigilándome, los intentos por hacerme sentir mejor no fueron ni mínimamente efectivos. Estuve todo el día en casa, recibiendo cada hora un mensaje de mi mamá preguntándome si estaba bien. Y para la tarde, yo estaba ligeramente mejor.
Desde la cama escuché el timbre sonar y lo único que pude hacer fue rogar porque la señora Jeon estuviese visitándome. Segundos después, tocaron la propia puerta de mi habitación. Claro que me asusté, por otro lado, fue un susto muy fugaz.
— TaeHyung —escuché a JungKook hablar por la puerta—. Soy yo, JungKook.
— ¿Desde cuándo tocas para pasar?
— No lo sé.
— Entonces pasa, tonto.
Vi entrar a JungKook, suavemente, con la mirada ligeramente puesta sobre cosas que lucían lejanas a nuestra existencia. Después de unos segundos, JungKook cerró la puerta, recargándose en ella, y observándome fijamente. No era una situación equitativa tomando en cuenta que el tipo vestía como siempre, y yo estaba tirado en la cama con la pijama sucia y mi cabello hecho un desastre.
JungKook pocas veces se tomaba la molestia de permanecer observándome con tal atención.
— ¿Quieres salir conmigo mañana?
El poco estómago que me quedaba de pronto se sintió como un gran vacío. Abrí los ojos con impresión, sentándome en la cama aún con la sábana en mis piernas. Su rostro era como un remolino de dos sentimientos, la duda y la vergüenza. Pude distinguir como su piel se tornaba en un ligero color rojizo que me hizo sentir aún más abrumado.
— ¿Salir? —repetí—. Pero tú y yo...
— ¿Tú y yo qué?
Abrí la boca. Nada salió. Al parecer fue tan sorpresivo, e inesperado. De pronto me pregunté: ¿voy a dejar ir esta oportunidad? Estuve a dos milésimas de segundo de aceptar, y gritarle que ya se había tardado. Recordé algo importante, cuando te gustaba alguien, ¿qué era "salir"? ¿Salir como amigos o salir como...?
— ¿Es una...?
— ¿Cita? —termina diciendo. Mueve su cabeza de lado a lado—. ¿Sí?
La parte temible de la historia, era esa. Los problemas nuevos eran los más atesorados y esperados por mi mente y mi corazón; esa clase de cosas, las citas, salir, los besos, abrazos... Raro. Era raro tratar como a una "pareja" (o a un intento de "conquista") a mi mejor amigo. Es decir, ¿era la manera en la que teníamos que actuar?
Una absurda manera de ver las cosas, los amigos y los novios, son diferentes, y quizá son esas diminutas diferencias románticas las que hacían que todo estuviese nivelado, o al menos fuese distinguible.
— No... Creo que sea... Buena idea, JungKook.
Fueron más palabras de mi cabeza que de mi corazón. Quiero decir... ¡Claro que quería salir con él! Pero las cosas estaban algo distantes, yo enfermo, y él actuando extraño, ni siquiera me había aclarado la situación... ¿Él me tenía que decir "las palabras"? O bastaba con un beso que, implícitamente, decía la verdad; además de las pruebas bien fundadas por parte de Choi San.
JungKook me miró confundido, caminó hasta mi cama, sentándose en ella. Llevó la mano hasta mi frente, dejándola caer segundos después sobre la almohada.
— No tienes fiebre.
— ¿Crees que dije que no por la fiebre?
— Bueno... No. Pero... ¿No se supone que te gus... to?
Era ridículo que actuáramos como si apenas nos viéramos. ¡Era JungKook! ¡Mi maldito mejor amigo! El mismo tipo que se caía cada mañana por no amarrar sus agujetas, el que solía pedirme apuntes de todas las clases, el que llevaba galletas escondidas en su suéter cuando íbamos al cine; JungKook, quien se pasaba la mitad del tiempo viendo televisión, cantando, o jugando en su patio con sus hermanos pequeños. JungKook, el mismo chico que cada mañana me esperaba en la banqueta, quien llevaba té a la escuela y comía más sano.
Mi mejor amigo. La persona a quien más quería, quien más me gustaba, y a quien amaba. Y sí... Era tan difícil tratar con él, solo porque esos sentimientos estaban creciendo, si era tan complicado verlo a la cara de la misma manera... ¿Entonces las cosas funcionarían?
— Tú y yo... Todo será... Diferente.
— TaeHyung...
— Tú lo dijiste —interrumpí—. Cambiamos.
¿Qué tanto necesitas querer a una persona para soportar cada cosa vaga que venga? ¿La necesidad vence al sentimiento? Puedo querer algo con todo mi corazón y jamás tenerlo.
Él bajó las cejas. Su expresión, solía ser una cara neutra que soportaba los ojos encima mío, tan solo examinando mi anatomía y quizá pensando en lo que yo pensaba. Esa expresión se desvaneció en segundos. JungKook me miraba enojado, con la boca entre abierta y la respiración un poco más pesada que antes. Se levantó de la cama, dejándome en una duda confusa que me hizo ponerme de pie. Fue en ese instante que él se dio la vuelta hacia mí.
— ¡¿Por qué tienes tanto miedo?!
Mis hombros bajaron, sin quitar mi expresión perdida.
— ¿Qué? —logré apenas decir.
— ¡Deja de tener miedo por lo que pueda pasar! ¿Así piensas vivir siempre? Pensando en... En lo que saldrá mal, en lo malo... ¿No puedes por un momento actuar por el presente?
Miedo.
Mamá solía decirme que el miedo mantenía viva a las personas. Papá, que el miedo no permitía a las personas vivir. En mi caso... Un poco de ambas. El miedo mantenía viva a mi amistad, pero amarraba mis demás anhelos. Quería intentarlo.
Y quería olvidarlo. Al mismo tiempo. Porque incluso si intentaba convencerme que todo saldría bien...
Nada dura para siempre.
— Porque tú y yo... Nunca hemos sido más diferentes, JungKook.
Nada permanece igual.
— ¿Y eso qué? —cuestiona—. ¿Qué te atemoriza tanto? ¿Los cambios? ¿Que en vez de tomar tus hombros tome tu mano? ¿O que te de un beso? ¿O que tú y yo-...?
— ¿Sabes qué me da miedo? Que por intentar algo más y anhelar tanto, de repente te vayas... O que yo me vaya.
JungKook guardó silencio. Podía notar que mis palabras realmente entraron en sus oídos, calaron en su cabeza. Yo no era el único preocupado por "lo que podría pasar". El futuro era incierto, cosa que todos sabíamos. Me sentía peor que en un inicio, debido a que mis decisiones lentas me llevaban a cuestionarme cosas inútiles. Muchos pasaban por este estado cuando ya estaban dentro de una relación; el típico idiota que se hace novio de cualquier persona y jamás piensa en lo que puede afectar su corazón.
Los sentimientos, las emociones, los cambios, son cosas con las que todos vivimos. No me debo encerrar en un cuarto con ellas, porque hay cosas peores. Hay gente afuera luchando con más... Pero... Yo... Realmente me siento mal con esto.
— ¿No habías pensado en eso? —pregunté suavemente—. ¿Y si no funciona?
Él alzó la vista, pestañeando con lentitud, tal cual pensamiento puro sacado de su subconsciente. Lo sabía. Él también estaba dudoso. Suspiré, cerrando los ojos un momento, pasé la mano por mi frente y la dejé caer.
— JungKook, si no funciona entonces tú y yo...
— No —responde fijo.
Mis ojos caen en él, en su expresión transparente, en sus ojos exasperados. Quise por un momento olvidarlo, gritarle que todo era una tontería, y que nosotros jamás debimos seguir con eso. Fue imposible. Fue imposible simplemente tratar de similar que la cosa no estaba ahí.
¿Por qué no puedo dejar de sentirme de esta manera?
— No lo has entendido, TaeHyung —repite. Se acerca a mí a un paso ligero—. Creí que ya no temías, creí que confiabas en mí, que me creías.
— Lo hago, confío en ti, te creo —solté un grito exasperado—. JungKook, de verdad me gustas mucho, de verdad siento que te quiero dar todo lo que tengo y quiero ser... Tu novio o... Lo que sea. Creí que ya había resuelto esto conmigo mismo pero.... Yo siempre regreso al inicio.
¿Recuerdan que dije que mi cabeza estaba centrada en ir por todo? Bueno... Mi concepto es algo complejo, de hecho, yo, soy un experto en estar confundido, y un experto en hacer que las personas a mi alrededor se harten de mí. "Tomar todo lo que mis manos puedan".
Me sentía valiente. Pero cobarde. Un ganador, un perdedor. Quería todo, y nada. Yo... Olvidarlo y amarlo, odiarlo y quererlo. JungKook no era la causa de esto, yo nunca aprendí. Yo soy el villano. El tipo que en las historias todos odian por provocarle problemas al protagonista. El que no se decide, el que juega, el que se contradice a sí mismo. Soy un mal cuenta historias, un mal amigo, un mal oyente, un mal mejor amigo, y un mal enamorado. Una mala persona, porque jamás pensé en lo que JungKook podía estar pasando al tenerme dando vueltas en un círculo sin fin. No fue hasta que lo vi llenar sus ojos de agua cristalina.
— A veces... A veces creo que te odio, TaeHyung —dice, cerrando los puños—. Lo peor es que... Sé... Sé que no lo hago en realidad.
Verlo al borde de las lágrimas fue suficiente para dejarme helado, en un estado de incertidumbre. Jamás vi antes a JungKook llorar, jamás me sentí peor. Era momento de romper el círculo, no sería más egoísta. Al diablo los cambios. Al diablo el miedo. La vida es para aquellos que se atreven.
— No me gustas —dije.
Una vez más, el pelinegro me miró detrás de esos lentes de marco redondo que cargaba. Sus ojos, tan decepcionados... ¿Fue así siempre que lo ignoraba cuando me decía que le gustaba?
— Tengo tanto miedo porque creo que me enamoré de ti, JungKook —subí mis ojos hasta él—. Y si te vas, y si no funciona, me dolerá para siempre.
Contigo o sin ti, soy un dolor de cabeza.
Amor. Tan maravilloso como doloroso. La flor más hermosa del campo. Tan impredecible como las tormentas actuales. Tan impredecibles como el mismo JungKook. Me tomó la mano, sonriéndome ligeramente. Lo seguí con la vista, cada movimiento, quedándome quieto. Segundos después, me respondió
"Creo". Una palabra que me ayudaría a cubrir mis errores, a cubrir mi propia equivocación en un santiamén, objeto de mi propio egoísmo y orgullo.
— ¿Quieres salir conmigo en una cita?
—... No... Pero sí.
— Siempre complicas todo.
JungKook me besó. Una vez más. Una vez más sus labios chocaron con los míos, mientras sujetaba mi mano, y sentía fijamente aquella textura anhelable en mi estómago. Por otro lado... Si no funcionaba... Y solo si no funcionaba... Entonces habría valido la pena.
¡Segundo beso! Y nosotros aún no éramos nada más que mejores amigos, "que se gustaban" (aparentemente, porque él no me había dicho nunca lo mismo).
----
Bueno, esto ya se va a terminar, creo que es bastante obvio. Pero hay cosas que se necesitan afinar, y el fanservice. Como sea.
Síganme en hxVabby, ya que hoy casi pierdo esta cuenta y alto miedo y puede pasar de todo así que ;].
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro