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Capítulo 32

Capítulo 32: explica quién es Park Jimin.

Las dudas son un montón de pensamientos que te impedían actuar o te incitaban a hacerlo. Pero a mí me incitaban a actuar, así que rápidamente mi cabeza se asomó por la biblioteca en busca de Park Jimin, aparentemente el chico que fue al mismo internado que JungKook y San.

     Me hice una imagen mental del chico, esperaba a alguien de postura directamente perfecta, con una mirada segura, tal vez lentes sin aumento, vistiendo una camisa blanca y pantalones negros, con el cabello más hermoso que pudiese llegar a ver. No daba con él, mis ojos paseaban por las personas en la biblioteca, veía algunos rubios, algunos de cabellos más coloridos, o neutros o como fuese, pero ninguno se adaptaba a aquella imagen mental.

     — TaeHyung —dijo NamJoon palmeando mi hombro antes de suspirar—. No vas a encontrar a nadie así, debiste preguntar antes de venir corriendo. Él no va a desaparecer.

     — La cosa aquí es que hoy tengo tiempo de preguntar, ¿qué tal si mañana viene JungKook?

      — Lleva enfermo dos días —dice NamJoon entrando al lugar—. Estoy casi seguro que seguirá así hasta que hablen.

     Rodé los ojos, caminando a su lado adentrándome en la linda biblioteca donde ibas a comer entre clases con la señora Song, tan divertida como terrorífica. Me detuve al lado de NamJoon mientras dejaba se credencial para poder tomar cualquier libro.

     — SeokJin solo me dijo que podría estar aquí porque aparentemente es del club de lectura.

     — Mmm... ¿No? —dice NamJoon con una expresión graciosa—. SeokJin te iba a decir más cosas pero actuaste muy de prisa.

      — Oh, sí, ¡quédate de su lado ahora! —le digo palmeando su hombro—. ¿Quién de todos ellos será Park Jimin?

     — Soy yo.

    Llámenme loco, pero la cosa fue de esa manera. Coincidencias de la vida que me facilitan aún más mis dudas existenciales. Entonces, miré cuidadosamente a quien me dio esas palabras: un rubio que me sonreía en un tono bastante burlón, y curioso. Pero, chicos, chicos, ¡él ni siquiera se asemejaba a mi idea principal! A diferencia del Club de Té, ese chico vestía como cualquier otro, no usaba lentes sin aumento y... Y ya. Lo único destacablr era aquella postura recta y completamente ordenada, combinado con un pequeño tono, el cual casi se asemejaba al mismo San.

     Igual, casi no se notaba.

     — Huh, fue más fácil de lo que pensé —NamJoon se alejó a unas mesas después de decir eso.

      Yo me mantuve observando una, y otra y otra vez al chico enfrente mío. No entendía. Entonces ¿qué era ese estúpido internado, y a quienes sí les lavaban el cerebro? Mis ojos no podían sentirse más cansados de subir y bajar, la frente comenzaba a dolerme porque mis cejas cada vez se presionaban más por arquearse hacia abajo. De pronto, el chico enfrente mío alzó la ceja.

     — ¿Tengo algo en la ropa?

     — No, de hecho.... Es bastante... Normal.

     — Ah, sí —dice él asintiendo y estirando su playera—. Olvidé traer mis leggins y mis hombreras, lo lamento.

      Lo miro confundido, e igual él a mí. Capté que era una broma pero seguía lo suficientemente perdido para poder articular alguna palabra. De hecho, más dudas se me venían encima.

     — Tú eres Park Jimin, ¿no?

     — Mmm... ¿Sí?

     — ¡Genial! —exclamo acomodando la mochila en mi muslo—. Necesito preguntarte unas cosas si estás de acuerdo, es sobre el internado... Academia... O esa...

     — ¿Cómo sabes eso?

     — ¿El qué?

     — Que fui a esa... Academia... ¿Eres un acosador?

     Abrí la boca, alzando mi dedo índice, aunque antes de decir algo pensé que sería un poco raro hablar de SeokJin y contarle todo el problema que se venía por detrás. No supe qué sacar de mi boca. Él, en ese momento, me examinó con un poco de duda de arriba abajo, cruzándose de brazos y alzando el mentón algo seguro de sí mismo. ¡Pude actuar de prisa! Utilicé la opción más obvia.

      — ¡Soy amigo de JungKook!

      Ni idea cómo no utilicé a ese chico para excusarme. Él alzó las cejas, haciendo sus labios en una delgada línea.

     — ¡¿JungKook?! —preguntó.

     — ¡Sí, JungKook!

     — ¿JungKook, JungKook?

      — ¡Sí! Alto, de cabello negro, usa lentes falsos.

      — ¡Ah, ese JungKook!... —me sonríe en grande. Pero de inmediato sus ojos caen en una expresión aburrida—. No, no me suena

      Claro que se estuvo burlando de mí por completo. Lo mire incrédulo, dejando caer mis brazos a mis costados y suspirando. Insitivamente llevé la mano hasta el puente de mi nariz, sin saber cómo lidiar con ese problema y que sonaba bastante falso. No quería contar todo lo de Jin, explicar que me estaba ayudando, y que blah, blah, blah. Quedaba poco tiempo para continuar con las clases y tampoco tenía todas las ganas del mundo para saciar mis preguntas, más bien, quería acabar con el tema rápido.

     — Solo dime quién te dijo, realmente no importa pero ahora tengo curiosidad.

      — El profesor SeokJin me lo contó, se lo pregunté.

       — Mmm, bien. Entonces, ¿qué preguntas tienes?

       Vaya. Jamás había tratado con una persona tan sencilla. Incluso YoonGi tardaba días en contarme cosas que de por sí yo ya sabía. Era extraño que una persona no tuviera más dudas... O quizá yo estaba acostumbrado a mis dudas que me resultaba inusual ver a alguien que, difícilmente, preguntaba algo.

     Antes de decir algo, apunté a las mesas de la biblioteca, a lo que él asintió y se movió conmigo hasta sentarnos. Recargó los antebrazos en la mesa y suspiró.

      — ¿Y bien?

      — Podrá sonar algo extraño... ¿Conoces a Choi San?

      Él se respaldó en la silla, e infló las mejillas, moviendo los ojos por todos lados hasta asentir. Me sentí algo victorioso por dar con eso y que convenientemente San fuese una estrella en su internado.

      — Sí, lo conocí en el internado. Recientemente vino a esta-

      — Sí, sí, ya sé eso —muevo la mano para pasar del tema y continuar—. Quisiera saber cómo era él ahí.

      Jimin se quedó un momento pensando. Ni idea de lo que pudiese estar en su cabeza. Por otro lado, su apariencia daba a entender que meditaba suavemente sus palabras. Me tomé un tiempo para observarlo detenidamente, destruí varias de mis constantes teorías sobre el lavado de cerebro del internado. Si me guiaba de aquello, Jimin apenas sería un partidario para haber estado en el internado del terror.

      Después de distraerme un poco en mi cabeza, me di cuenta que estaba cayendo de nuevo en lo estúpido, y recordé que no importaba absolutamente en nada que JungKook fuese "diferente".

     — Quisiera preguntar pero de seguro no me dices —lo escucho decir sumamente—. En fin, San... Sí, era un chico bastante famoso entre los del internado. No era su amigo, aunque las chicas hablaban mucho de él. Su abuelo era dueño del internado, y él estudió ahí regularmente durante toda su vida.

     Jimin parecía contarme sin estar interesado sobre mis intenciones, para mí eso era bastante positivo. Por otro lado... ¿Qué tanto podría decir? ¿Realmente no tenía curiosidad? Intenté ponerme en sus zapatos, seguía sin entender, ¿cómo Jimin soltó todo sin preguntar y nada más? Este tipo de cuestionamientos son los que me retrasan en mis verdaderos objetivos. Era inevitable, la curiosidad me comía y mis razones desaparecían. ¿Por qué tiendo a distraerme con tanta facilidad?

     Pienso demasiado las cosas, es todo. Soy extraño en ese sentido. Y era un dolor de cabeza.

      — No sé bien sobre esto, pero su abuelo era británico, al parecer adoptó a su padre y... Abrió el instituto o algo así —Jimin seguía, sin interesarse mucho en mi reacción—. El abuelo murió hace un año, creo.

      — ¿En serio?

      — Sí, estuve ahí el siguiente ciclo. San seguía siendo el mismo, lucía triste. Por un tiempo nada sonó de él y después comenzó a actuar extraño con las demás personas, tuvo varias parejas en lo que restó del año, todas se quejaban por algo que ni siquiera recuerdo. Aparentemente se volvió alguien manipulador o no sé. Después salí de ahí y estoy aquí desde hace un año, y ya.

     No estaba muy seguro de lo que entendía. Prácticamente pensaba en todas esas palabras. Quería entender un poco de aquel chico, por simple curiosidad o porque buscaba alguna manera de saber que no todo era mi culpa. Sabía lo de su abuelo, pero sentía que algo faltaba, si bien no era mi problema, había veces que las personas necesitaban tan solo un poco de ayuda, más atención.

     Recordé que JungKook me había contado aquello del "familiar que murió", supuse que eso le afectó a San de alguna manera, y a pesar de eso, no era suficiente excusa. Él no hizo las cosas bien, y era un hecho.

      — Como sea, chico, ¿algo más que quieras saber? Necesito irme.

      — Me llamo TaeHyung... Quisiera preguntar más pero no se me ocurre nada...

       — Bueno, TaeHyul, realmente espero haberte ayudado.

      ¡AH! ¡Ser idiota comienza a volverse costumbre! Antes de que él se fuera, lo detuve con mis manos enfrente suyo. Jimin alzó de nuevo la ceja, mirándome con algo de gracia.

      Olvidaba el lavado de cerebro que en la escuela parecían hacer, quería saber qué era lo que pasaba, por qué todos parecían regresar reprogramados. Creo que, desde el inicio, era una de las mayores incógnitas en mi cabeza, pero se fue disipando en cuanto más problemas se me vinieron encima. De todas maneras, eso ya no me importaba del todo, ya no quería regresar a JungKook a la "normalidad", fui idiota al pensar eso. Lo que sí es que necesitaba saber lo que pasaba en ese lugar... La curiosidad mató al gato, dicho que me calza a la perfección.

      — En el internado de verano... ¿Les enseñan a... Ser ingleses o algo así?

      — ¿Qué? ¡Jaja, no! Solo hay unas clases de modales los primeros días, te enseñan los cubiertos, y la postura, cosas estúpida, con optimización de estudios —me dice, mirándome hilarante.

     Soy nefasto, al grado de desfigurar mi cara sin poder entender una mierda de lo que decía. ¿Entonces qué era todo ese maldito show de acento, y su ropa, y todo?

     — ¿Qué dices?

     — ¡Sí! Después de esa semana, todo es literalmente hacer deportes como esgrima, hay clases de gimnasia, natación. Pintura, redacción, entras al que desees —me dice tan normal—. Todo se hace en horas específicas. Pero no más que eso. Son estrictos, no lava cerebros.

     Él me sonrió, a la vez que agitaba su mano cuando la campana sonó, indicando el final del receso, Jimin se fue de la biblioteca cargando su mochila. Y yo me quedé ahí por unos minutos más. Llegué a una conclusión, realmente yo estaba siendo un entrometido cuando JungKook en realidad estaba muy bien consigo mismo.

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