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Capítulo 22

Capítulo 22: habla del tiempo de calidad con mi mejor amigo.

Antes podría haber descrito a JungKook como "extrovertido", posteriormente cambié esa palabra por "introvertido". Sin embargo, en ese momento, no tenía ni la menor idea para describirlo. Él me hablaba emocionado de  cosas irrelevantes, es decir, cosas como lo que quería comer, y que tal vez deberíamos ir a jugar bolos. Pero, lo realmente preocupante, es que no me decía absolutamente nada sobre cómo se sentía. Es decir, un típico JungKook.

     Nos encontrábamos caminando, sin rumbo alguno, por el centro comercial. ¿La razón? No la había. Simplemente estábamos aburridos en su habitación y decidimos salir a distraernos. Tiempo de calidad.

     — JungKook, ¿por qué estamos hablando de eso?

     — No tenemos nada de qué hablar.

     — No quiero saber  lo que pasó después de sentarte encima de los legos de tus hermanos.

       Lo observo rodar los ojos, mientras que yo me mantengo a pie a su lado, mirando a mi al rededor en busca de algo para entretenernos.

      Desde hacía un tiempo que no pasaba ese tipo de momentos con JungKook, donde no estábamos hablando de cosas de la escuela o de su extraña manera de actuar, que por cierto ya no era tan extraña. Esos momentos eran invaluables, ya que JungKook y yo nos dedicábamos a reírnos, simplemente el uno con el otro. No teníamos necesidad de envolvernos en problemas innecesarios.

      Por otro lado, muy en el fondo de mi alma, sentía esa necesidad creciente de hacerlo hablar sobre cosas que, justamente, me llevarían a un problema e inestabilidad emocional.

     — Quiero preguntarte algunas cosas, ¿te gustaría responder?

      De manera curiosa, me dedica una expresión poco agradable y asiente.

      — ¿Qué hay con toda esa formalidad poco característica, Darling? —pregunta moviéndose de lado a lado—. Sabes que respondo lo que sea.

     Me muevo incómodo, como si de pronto mis palabras estuviesen vacías y su utilidad fuese nula. Bien, había podido comenzar con la conversación, pero... ¿Exactamente de qué quería hablar con él? ¿De sus sentimientos? ¿Preguntarle si me tenía mucha o poca confianza? ¿Preguntarle cosas sobre San? O de pronto evadir mis cuestiones como siempre...

      — Yo...

     Oh, no. De nuevo toda esa situación estúpida de tener atoradas las preguntas en mi garganta.

      — Tú...

     Deteniéndome a su lado, no pude decir nada más. Mis hombros se dirigieron hacia abajo, y me sentí demasiado agobiado por no poder  realizar una pregunta tan sencilla.

     Lo realmente tedioso era que, conforme mis sentimientos crecían hacia él, era más difícil decirle lo que quería decirle. Comenzaba a ser demasiado laborioso comentarle sobre mi estado de ánimo, sobre cómo me sentía, sobre cosas importantes.

      — Deberíamos ir a comer antes —le digo, con intenciones de alargar la cosa—. Después te haré las preguntas.

     Niega unas veces.

     — Eso es injusto. Ahora estoy dudoso.

     — No tengo tiempo para lidiar contigo.

      Me irritaba tanto que comenzaba a tratarlo como si tuviese la culpa de todo. Es decir, sí. Él era culpable, pero no porque quisiera. Más bien, yo era el culpable. Me quejaba una y otra vez de la manera extraña en la que él dejó de contarme cómo se sentía, pero incluso si él me preguntaba por mis emociones, seguía evadiéndolo. Deseaba, por favor, no sentir todo eso.

      — Lamento si te molesté —me dice algo confundido, pero de nuevo lo deja pasar—. Vayamos a comer a Happy Pizza.

      Lo miró incrédulo, como si no fuese obvio que él querría comer otra cosa. No es por nada, pero curiosamente (y ya saben de quién sospecho con ese "curiosamente") JungKook se estaba empeñando en comer más sano. Y quiero recordarles que el tipo basa su alimentación en té, fruta y carne.

      — ¿Qué sucede con tu buena alimentación?

      Él me toma del brazo sin pena alguna y comienza a llevarme a pasos rápidos al área de comida, entrando en el pequeño establecimiento de la conocida pizzería de nuestra ciudad.

      — A veces es bueno romper las nuevas rutinas por alguien.

      — Eres extraño.

     — Ordenaré la pizza. ¿Lo que siempre quieres estaría bien?

      El cuerpo de JungKook se movió por el lugar, entre las mesas llenas de gente y para cuando realmente presté atención, él ya estaba perdido entre los locales. Me quedé pensando.

     Pienso... Pienso en muchas cosas al mismo tiempo que me concentro en las personas que se encontraban ahí. Todos lucían felices, y si yo estuviera mirando mi cara en ese mismo momento, luciría bastante neutral al igual que la mayoría. ¿Todos tenían problemas como los míos? Muchas veces me cuestioné la gravedad con la que yo tomaba mis pequeños problemas. Quiero decir, todos lidiaban con cosas peores que "mi mejor amigo me gusta", además, tenía muchas maneras de solucionar eso y no lo hacía.

     Prefería ahogarme viendo a JungKook con alguien más, a tener la valentía suficiente para decirle cara a cara que, lastimosamente, tenía sentimientos por él. Entonces, un arrebato del corazón me ganó y dirigí los ojos hasta JungKook, quien regresaba con un ticket en la mano, jugando con las mesas como si fuese un laberinto. Cuando el estuvo cerca, estaba decidido. ¿El momento indicado? No... Jamás era el momento indicado.

     — He vuelto —es lo primero que me dice, como si nada—. No me creerás, el joven que atendía tenía casi el mismo nombre que tú, se llama DaeHyun... Ah, y el que me cobró se llama JungSuk. No sé mucho de relaciones pero creo que ellos dos...

     Blah, blah. Él parloteaba mientras mi oleaje de emoción seguía creciendo, y cada vez estaba más decidido a decirle que, DESAFORTUNADAMENTE, tenía  sentimientos hacia él. No podía crear en mi mente una idea clara de lo que diría, pero estaba más que decidido. Di un golpe en la mesa para que él dejara de hablar, entonces estaba listo, le diría...

      — JungKook, realmente quería decirte que...

      O lo hubiese hecho si ese oleaje de valentía fuera más duradero que solo un instante fugaz. Así era siempre, estabas preparado y con todo planeado, pero tu alma no te lo permitía. De pronto, muchos pensamientos malos se vinieron encima mío, y dejé caer la mejilla en la palma de mi mano, viéndolos todos uno por uno.

     Retomé un poco de esa valentía, y me dispuse a decir otra cosa. Relevante, aunque no de la misma manera.

      — Siento que no me tienes confianza para decirme cosas que son muy importantes y que tienen que ver con tus sentimientos o decisiones.

       Un río creciente y trasparente era una buena comparación con la naturalidad con la que mis palabras salieron. JungKook me miró confundido, pero después movió la mano incitándome a continuar. Lo hice.

      — Eres demasiado impredecible. Constantemente creo que me contarás cosas importantes, pero terminamos hablando de los legos de tus hermanos; es casi como si evadieras tus problemas, tus dudas y desecharas en mí todo lo que no te preocupa. Me haces sentir como un inútil y justo ahora me avergüenza decirte esto porq-

     Y hubiese continuado. Pero mis ojos captaron algo mientras estaban ocupados evadiendo los ojos de JungKook. Pude, escuchar de repente a JungKook hablar, y lo miré por un segundo. Aunque, como dije, eso no duró nada porque de nuevo mis ojos se toparon con lo que estaba a tan solo unos metros de nosotros.

      — Lamento que te sientas así, y me alegra que me lo hayas contado. Quiero que sepas que...

      Para estar simplemente evadiendo esa respuesta, deberían imaginar la gravedad de la imagen que mis ojos tenían. Sí, ya se pueden imaginar a quién miraba. A lo lejos teníamos a Mr. San con alguien. No particularmente juntos. De pronto comencé a preguntarme por qué estaba siendo tan prejuicioso, es decir... Sí, manipulador y lo que sea pero no era excusa para pensar eso. JungKook me seguía hablando con mucha naturalidad, y vagamente notaba su expresión. Me tomó por sorpresa cuando San, a lo lejos de nosotros, tomó del brazo a aquel castaño.

     "No, tranquilo, TaeHyung. Eso mismo haces con JungKook, no significa nada, supéralo". Mis pensamientos para nada vagos eran mi mayor preocupación ya que corría el riesgo de pensar en voz alta y darle una mala idea a JungKook.

      — Yo por eso quiero dejarte en claro que... —le presté atención a Kook por unos segundos pero...

   OH, SORPRESA. AHORA ERA UN ABRAZO LO QUE VEÍA. Estaba completamente incrédulo en mi lugar, intentando encontrar... Me calmé un poco en mi lugar, y acomodé mi trasero en el asiento. Estaba exagerando. Un abrazo no era símbolo o señal de una relación, de cualquier tipo, claramente eran buenos amigos.

      Pero yo no dejaba de mirar. En algún punto JungKook cayó en cuenta de eso y me miró de cerca.

        — Ni siquiera me estás prestando toda tu atención, ¿qué estás viendo detrás mío?

      Él intentó girar la cabeza, pero me abalancé encima suyo, por arriba de la mesa, hasta tomar sus hombros y hacer que me mirara fijamente. Cierto, o falso, especulando o no, engañándolo o no, no quería sentirme culpable de deshacerle una ilusión como esa.

       — Y-yo, sabes que... Odio mirarte a los ojos.

       Mala excusa pero hablaba con Jeon JungKook, y afortunadamente era un poco incrédulo cuando se trataba de mí. Él tomó mis manos, por encima de sus hombros, y las bajó hasta la mesa, rodando los ojos.

     — Siempre has tenido esa mala costumbre, Darling.

      Cuando regresé mis ojos a San, él ya no estaba. Lo busqué por un segundo, pero no lo encontré. Lo cual me hizo suspirar algo intranquilo. Miré a JungKook quien reía tranquilamente, caí en cuenta de que me perdí su respuesta al contarle todo aquello de sentirme inútil. No era tiempo para estar avergonzados por eso, no obstante, me enojé por no prestarle atención.

     — ¿Recuerdas lo que decías de mis ojos cuando éramos niños? —preguntó con afán de molestar.

     Ya en mi lugar, le lancé el ticket de compra.

     — Cállate, JungKook.

     — Decías que eran muy profundos y que al mirarlos te... ¿cuál era esa palabra?

     — Cállate.

    — ¿Te hechizaban?

     Él se puso de pie en medio de sus carcajadas, y dejándome ahí de nuevo con vergüenza. Y una cosa más.

     No solo tenía mis problemas emocionales, ahora tenía una duda más: ¿decirle o no decirle de San con alguien más? Incluso si sólo eran especulaciones, ¿qué era lo correcto? Ah, odiaba tanto a JungKook.
   

      

      

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