Capítulo 1O
Capítulo 1O: donde JungKook por primera vez habló con sinceridad.
La verdad es... Que mis nervios estaban bastante tranquilos, considerando lo que iba a hacer y decir.
— ¿Vas a decirme algo?
— No —le respondí—. ¿Por qué dices?
— Desde hace media hora me estás observando con los ojos muy abiertos y las mejillas infladas. ¿Muy seguro de que no tienes algún conflicto?
Con cuidado, me alejé de él. Seguí observándolo de manera intermitente. Él estaba demasiado tranquilo, leyendo uno de esos libros que eran bastante conocidos como de "culto". No tenía idea de cuál fuera o cuánta importancia tuviese. El punto es que ni siquiera estaba alterado como yo, y era de entenderse. Yo tenía en la punta de la lengua un reclamo que, entre más lo pensaba, más sentía que era inútil e infantil.
Tardé mucho para llegar a ese momento. Básicamente tuve qué pensar en lo que diría y que no sonara como algo estúpido. Llegué a la conclusión que sentirse de esa manera era algo ligeramente normal, o común. Tal vez simplemente hay personas a las que sientes que deseas tener a tu lado y el pensar que alguien simplemente puede alejarte, y con tanta facilidad, era doloroso.
— ¿Darling?
Después de mantener la vista apegada a mis rodillas, mis ojos fueron directamente hasta JungKook. Él me observaba de la misma manera, por derriba de sus anteojos, y el libro ligeramente inclinado hacia atrás. Abrí la boca por un segundo para hablar, pero la cerré de inmediato.
Un momento. ¿De verdad diría eso? De verdad diría algo como que mis sentimientos estaban lastimados porque comenzaba a pensar que yo perdía relevancia en su vida, le diría que me sentía extrañamente enojado porque no me contaba nada, y que a veces simplemente quería hablar con él como antes. Le diría que, de alguna manera, sentía celos porque temía ser intercambiado; que el problema no era, en sí, que él tuviera nuevos amigos, porque eso me alegraba. Que el problema era que, al tener nuevos amigos, él me dejaría de lado. Porque JungKook odiaba tener cerca suyo cosas que no eran del todo útiles.
— Yo...
¿De verdad estaba actuando sinceramente? ¿De verdad simplemente yo estaba haciendo lo correcto al expresarle todo eso? ¿No estaba siendo egoísta? Al querer a alguien de esa manera, como si fuese la única persona a su alrededor.
— ¿Mmh? ¿Vas a decirme?
— ¡Aah! Sí, yo... Quería preguntarte algo de... —bajé la cabeza en busca de una excusa lo suficientemente creíble—. La tarea de... Inglés.
JungKook rueda los ojos, probablemente porque sabía que estaba mintiendo. No me dijo nada más, asintiendo unas cuantas veces y mirando otra vez el libro. Inflé mis mejillas de nuevo y me dediqué a mirarlo una vez más. Ya no estaba pensando nada.
Ambos estábamos en espera de la cena, sentados en uno de los árboles que se encontraban fuera de su casa. Solíamos sentarnos ahí cuando el aburrimiento de nuestras habitaciones o salas de estar nos abrumaban. Al menos eso no había cambiado.
— TaeHyung, ¿qué es lo que sucede?
— ¿Huh?
— Sigues haciendo eso. No es que me moleste, me preocupas.
— Aaah, nada es que estoy viendo tu libro.
Intenté estirar la mano para tomarlo, pero él me detuvo. Ah. Era curioso que este tipo de escenas fuesen acciones difíciles de imaginar. Era difícil pensar que él me tomaría de la mano, mirándome fijamente.
Me quedé quieto en mi lugar, con una expresión lo suficientemente vaga como para pretender estar confundido. Él me miraba dudoso, a sabiendas de que todo eso no era en vano. JungKook tenía buena intuición y cuando quería saber algo, simplemente te lanzaba una de esas miradas profundas que calaban hasta el fondo de tu alma. El remordimiento pronto saldría, todo acabaría en decir la verdad, la neta y clara verdad. Pero en ese momento, sostuve mi mirada ante él. No podía permitir que me sacara esa fresca y poco interesante verdad.
— ¿Qué crees que haces, JungKook?
— Únicamente evades lo que sucede.
— Ya te dije que no pasa nada.
Había este tipo de personalidades cambiantes. JungKook tenía eso. Comenzaba a preguntarme si no era un problema. Que de repente fuese tan "uh, la, la" pero después actuara como "lo digo yo". Aunque él me hablaba y lo decía tan tranquilo como siempre. Como si me estuviese pidiendo un favor. Es que no solo era su voz, también lo eran sus ojos y la manera en la que su cuerpo me hablaba.
Él sostuvo mi otra mano, acercándome a él con un tirón.
— ¿Vas a decirme?
— ¿Qué? ¿Te sucede algo a ti? —solté en un tono gracioso—. Estás actuando raro.
Alzó las dejas, y me sonrió, soltándome. Tiró el libro por ahí y se quitó sus lentes sin aumento. La rareza del momento es mi increíble tranquilidad exterior. Yo estaba sintiéndome cada vez más ahogado por todo, y no es que fuese malo, es decir... Era un sentimiento nuevo. Y no me gustaba del todo, pero no querría morir por eso. También me invadía estas emociones raras y confusas de querer hablar.
¿No es bueno decir lo que sientes, incluso si esos sentimientos son malos?
— La verdad...
Ese pensamiento me permitió hablar con la mayor sinceridad. De nuevo estaba hablando con esa sinceridad beneficiosa, sabía que JungKook no dejaría de lado mis sentimientos.
¿Verdad?
— Lo cierto es que... Necesito decirte algo, pero tengo miedo de sonar mal.
Él se rio.
No fue algo burlesco, ni mucho menos. Simplemente fue una risita. Abrí los ojos confundido justo después de dejar caer mis labios un poquito, manteniendo la boca abierta por unos segundos. Se estaba riendo... Y yo sintiéndome mal.
— Es bueno oír eso.
— Pero ni siquiera te he dicho de qué se trata.
— Es mejor que tú pienses que lo que me dirás sonará mal a que ya no tengas la confianza de decírmelo —suelta tranquilamente, acomodándose completamente recto en su lugar—. ¿Entiendes, Darling?
No. Oh, bien. Sí entendía. Probablemente porque ese es el sentimiento que me invadía. Supuse que antes de hacer conjeturas, debía investigar de la manera correcta.
— ¿Entonces ya vas a decirme que tienes? Trust me.
Odiaba que usara esas palabras en inglés. Rodé los ojos. Acomodé las piernas entre mis brazos, acurrucándome en el tronco del árbol y recargando la mandíbula en mis rodillas. Ya tenía pensado mi plan de emergencia. Todo estaba fríamente calculado, con cinco minutos de anticipación.
— Este chico... San... Hablas seguido con él, ¿no?
— Algo, sí.
— Pero quiero que entiendas —intenté aclarar las cosas, para saber si era correcto mi plan—. Hay de "hablar seguido" a "HABLAR SEGUIDO".
— Hm... Entiendo a la perfección. Supongo que es "CONVERSAR SEGUIDO", ¿ajá? Hablamos con regularidad por las noches.
— Oh... ¿Por llamada?
— Claro.
— Bien por ti.
No sabía qué tan malo era eso. Probablemente no era malo en ningún sentido, para él o para el chico San. Pero para mí... Seguía habiendo algo curioso en el borde de mi pecho.
— ¿Qué tiene que ver eso con esto?
— Mmm... Bueno... Digamos que...
Sus ojos. ¿Realmente todo el mundo tenía la necesidad de hacerme la vida imposible? JungKook tenía esa mirada de arrepentimiento, pero no siquiera le había dicho algo. Parecía que iba a llorar en cualquier momento. Yo no entendía. ¿Qué con eso?
— Escucha, JungKook... Somos amigos, ¿no?
— Es cierto.
— Entonces no sé si has sentido esto que... —mis ojos fueron hasta él.
Él más que nada, estaba prestándome atención y haciéndose justamente la idea que yo no quería hacerle. Sus ojos estaban muy abiertos, y movía el dedo índice de arriba abajo.
— ¡E-es...!
— ¡No, maldición, no! ¡Lo que quiero decir es que siento que me estás cambiando por él!
Una conclusión más: no importa cuánto planee algo, siempre termina saliendo mal.
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