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Capítulo 11

Capítulo 11: donde JungKook cree que me gusta, y en realidad sí lo hace, pero pretendo evadir eso porque quiero ser un buen amigo y no interferir en su intento de conquista con el chico que no llevaba más de seis meses de conocer.

Básicamente, fue un fracaso. Un error. Algo que jamás debió suceder. En un principio, JungKook simplemente no pudo creerme u se puso de pie en su lugar, moviendo las manos de arriba abajo como si todo se estuviese complicando.

     — Si te tranquilizas, te explicaré t-

     — No. Pero... Tú... Aaah... ¿Qué está pasando?

      Como siempre, pretendía mostrarme tranquilo. Comenzaba a dejar de funcionar, por sencillas razones como que no estaba tranquilo en ningún sentido. De alguna manera el verlo alterado en voz baja me hacía sentir más ansioso.

     Yo estaba en espera, pero él simplemente se veía como un manojo de nervios y emociones extrañas. Me observaba firme, con las cejas hacia abajo y sus labios sellados como algo recién hecho para abrirse.

      — Escucha, es que tú... Llegaste de ese lugar y... Sinceramente todo es confuso desde ese entonces. Primero tú y tu cambio, que no voy a meterme en eso porque es tu cuerpo y tu manera de ser... Y entiendo eso. Pero este chico... Uhm... Es que tú de repente me hablas y a veces dejas de hacerlo... ¿Es correcto que te diga esto? Creo que no estoy- no estoy llegando a ningún punto. ¿Comencé a divagar? Ah, es que estoy nervioso. No creo poder seguir con es-

      — ¡Oye, Darling! —JungKook me toma de ambos antebrazos, con los ojos fijamente preocupados por los palabras—. Guarda la calma, me haces poner más nervioso. No entiendo, así que háblame con paciencia y lentitud.

     Se me había olvidado con quién estaba tratando. JungKook no pararía de insistir hasta que entendiera cada una de mis palabras. Cierta parte de mí sentía tranquilidad al tener el tipo de amigo que se tragaba ese tipo de excusas con la facilidad de ser bien desarrolladas. Sencillamente JungKook creería todo lo que yo dijera si se lo explicaba bien. Aunque no era del todo bueno. Era un poco incrédulo de vez en cuando. Otra pequeña parte de mí me decía, imploraba, pedía que no diera entrada a San a la vida del chico.

     Sin embargo, esas ideas eran exactamente las que yo quería evitar. ¿Quién era yo para hacer eso? Solo sería un método egoísta para tenerlo a mi lado, mientras él gustaba de alguien más.

      — Sí. Está bien.

      Él me soltó lentamente, asintiendo y sentándose de la manera correcta a mi lado.

       — Te escucho, Darling.

      — Antes que nada —hablo con fuerza, alzando el dedo índice en algo—. No me gustas.

      — Sí, sí, ya entendí eso. Prosigue.

      Tranquilamente, pensé en mis palabras. Realmente todo se estaba complicando. ¿Cómo puedo sobrellevar eso? ¿Y sí después de eso él seguía creyendo que me gustaba? Desde hacía un tiempo que quería expresar esos sentimientos. Pensaba, sinceramente, que el hablarlo lo arreglaría. Eso pudo ser mejor en el primer momento que todo sucedió, quizá si yo le hubiese dicho a JungKook que estaba algo molesto por la situación, y lo hubiésemos hablado de la manera correcta, sin claves o a medias, todo eso estuviera solucionado. Tal vez yo no estaría con este problema de "me gustas, pero a ti te gusta alguien más".

     A veces los sentimientos, incluso si eran malos, eran capaces de arreglar ese tipo de situaciones.

       — Es que, bueno... Desde que viniste del intercambio he notado muchas cosas distintas en ti —eso sale de una manera bastante natural por lo que me sorprende—. Bueno, cosas como tu cabello, tu ropa, tu andar... Eso no es realmente mi problema, porque yo no puedo decirte qué hacer con eso. Pero... Hay algo que tal vez sí puedo decirte. Y tiene que ver con mis sentimientos.

     Hasta ese momento, mis ojos se perdían en la calle larga que estaba justo enfrente de nosotros. Vi la línea amarilla seguir, cruzando la avenida. Mis ojos se pasearon por las demás casas y justo al instante, observé a JungKook.

     ¡AH! DE NUEVO SE HABÍA HECHO LA IDEA INCORRECTA.

      — ¡Ya te dije que eso no es, idiota!

      — ¡Pero tú sigues hablando de sentimientos y-y-y...!

       — Oye, esto es en serio. ¿Puedes ser serio? Nunca se te complica esto, y ahora sí. ¿Puedes?

       — ¿Por qué dices que estás celoso?

     Últimamente tenía esta sensación extraña, sobre cómo cualquier palabra que saliera de la boca de JungKook y estuviera  relacionada con los sentimientos, se escuchaba con un tono más preocupado. Entre otras cosas, decir que yo tenía "celos" estaba colmándome la paciencia. O sea... Sí, tenía celos y eso. Pero no era para repetirlo cada cinco minutos. Aparentemente, era el único con este extraño problema. Celos. Celos. Celos. Odiaba esa palabra.

     Los orbes cálidos de JungKook me hicieron sentir cómodo por primera vez en esos minutos.

      — Ya no me cuentas nada, JungKook. Además, me haces de lado de vez en cuando. Fue este asunto de la foto... Ni siquiera al llegar pudiste hablarme de tus sentimientos sobre él... Ya sé que... Que no tengo derecho de saberlo todo de ti en el momento que yo quiera... Pero antes no era así, tú me contabas todo. Ahora solo hablamos de cosas que no tienen importancia y cuando quiero contarte algo te la pasas en juegos...

     Decir eso le sentó bien a mi alma. JungKook me miraba incómodo, como si eso fuera más un reclamo que una simple liberación de los sentimientos tormentosos de mi ser. Rodé los ojos y después los cerré, acomodando la cabeza en el tronco del árbol. Esperaba una respuesta, una señal, un abrazo, que me dijera que molestara o algo parecido. No llegó. JungKook estuvo en silencio por unos minutos, dejándome con la duda comiendo mis nervios.

    ¿Fui demasiado? ¿O fue tan poco? Quise decir más, y no pude al verme obstaculizado por la incrédula duda de JungKook al no saber qué decir.

      — ¿Sin palabras?

      — Algo así. Estoy anonadado.

     — Por cierto, lo de tus frases raras y palabras en inglés, también son un problema.

       Quise mejorar la situación. Él solo hizo una línea fina con sus labios y alzó las cejas. Fue en ese momento cuando supe que algo iba a ir mal. Tal vez no en ese mismo instante, después cuando JungKook recapitulara aquello una y otra y otra vez en su cabeza.

      — ¿Desde hace cuánto te sientes así?

      — Uh, no mucho. ¿Sabes qué es lo que pienso ahora?

       — No...

       — Realmente no has negado que me desplazas... ¿Lo haces? ¿Me estás haciendo a un lado?

      Él negó unas cuantas veces. Comenzó a juguetear en el suelo con el pasto que crecía. Por un momento sentí que nada de eso había ayudado. Creía que JungKook me iba a hablar con la verdad y decirme que nada de eso era correcto, que yo era su mejor amigo y que las cosas simplemente estaban raras porque no sabía cómo actuar a causa de su enamoramiento por San.

     En un mundo perfecto, eso hubiese respondido. Pero no. JungKook estaba como un libro con candado, reprimiendo todo, como lo había estado haciendo desde que llegó de ese maldito lugar. Hice mis cejas hacia abajo, enojado, tumbando mi cuerpo en el suelo del lugar.

     No quería generarle más conflictos, pero seguía preguntándome lo que había sucedido con ese chico que siempre me diría cómo se sentía. Que si odiaba a alguien se lo decía en la cara en vez de jugar basquetbol con ellos. Estaba dudoso. Sí... A veces actuábamos distinto frente a ciertas personas... ¿Pero conmigo? ¿Tan lejos de ese tipo, y simplemente comenzaba a ser un reservado chico que apenas me contaba su cena?

       — ¿Sabes qué? —un enojo me abrumó tan pronto como lo observé perderse en el cielo—. Olvídalo. No debí decirte esto, es una tontería.

      Me puse de pie de inmediato, con intenciones de entrar a la casa.

      — ¡Darling, espera!

      — No, no más esperas. Si no tienes la confianza para decímelo... ¡Pues bien! ¡No te voy a obligar a nada!

      — P-pero...

      Él estuvo a punto de alcanzar mi mano y hacerme regresar hasta donde él se encontraba de pie. Gracias al cielo —porque no tenía ganas de lidiar con él— hubo alguien que me salvó el trasero.

      — ¡TaeHyung, JungKook! Vengan a cenar ya, mis amores.

     La señora Jeon nos habló por la ventana, en ese momento los dos sonreímos y agitamos la mano. Miré a mi amigo, disconforme y suspiré.

      — Olvídalo.

      — ¿Cómo puedes simplemente olvidar eso?

      — Solo hazlo. Vayamos a cenar.

      Extrañamente, JungKook hizo bien su trabajo porque a diferencia de lo que cualquiera pudiese hacer, no volvió a tocar ese tema conmigo. Fue un fracaso. Un triste y pesado fracaso.












*losamo
     

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