Capítulo 3 - ¡¿Tú!? ¿De nuevo? ¡No jodas! 
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Soo Hee y yo caminamos por todo el campus, el cual estaba repleto de personas, había muchas que son de primer año, a esos se los podía ver con maletas en las manos y algunos con cara de ¡¿En dónde diablos estoy?!, justo como estábamos nosotras sin saber a donde ir.

Había mesas con estudiantes, que supongo que son de cursos superiores, se podían apreciar algunos con carteles y propagandas, según Soo esta universidad cuenta con muchos clubes, por lo cual el primer día hacen esta especie de evento en el cual puedes ver que te atrae y apuntarte en uno de estos clubes.

Aparte de los clubes, por otro lado, había montados algunos juegos que hasta incluían bebidas alcohólicas, no tengo idea como en una escuela dejan que sus estudiantes hagan este tipo de cosas, pero en fin es la Universidad.

Changwook muere porque me emborrache para vengarse de mí por esa vez que lo delate con mis padres, por él llegar sumamente borracho a casa, pero no me emborracharé por lo menos Not Today.

— Las noto un tanto perdidas — la voz de una chica nos hizo detenernos en seco y voltearnos.

— Un poco sí, somos de primer año — le contestó Soo.

── Soy Lee Sun Hee capitana del equipo de animadoras, voy en segundo año ── su sonrisa de muñeca de Annabelle no me tranquilizó en lo absoluto, pero no hay más nadie por los lares para guiarnos.

── Soy Sun Jinhai y ella Kim Soo Hee. 

── ¿Podrías decirnos dónde está información? 

── Claro, síganme las llevo.

Ya estábamos en información para saber nuestros dormitorios y allí nos dijeron que las habitaciones eran por carrera, así que Soo para un lado y yo para el otro.

Ella iba para el edificio de las carreras de psicología mientras yo para administración, espero que mi compañero o compañera no sea tan borde, no quiero que mi estadía aquí sea una mala experiencia, quiero disfrutar de esta etapa que ni de por asomo pensé que pasaría.

Ahora mismo yo pensaba que estaría en mi cuarto, llorando por un Drama comiendo helado y lamentándome por no haber estudiado para las pruebas de ingreso. Mientras que Soo hubiera asistido sola a la universidad solo porque su mejor amiga prefiero ver un K-Drama que estudiar Física, pero por suerte, desgracia, cosas de la vida, que ni Dios entiende, estoy aquí a punto de entrar a mi dormitorio.

Rebusque en mi bolso el papel que me había dado la secretaria con mi horario de clase y la clave de mi dormitorio. Puse la contraseña y la cerradura electrónica se desbloqueó, era el primer día y el dormitorio estaba hecho un asco, con cajas y maletas por doquier. Entró con mi equipaje que por suerte es de ruedas y no me hace mucho esfuerzo al cargar, admirando el lugar hasta que mis botas se enredan tropiezan con algo. Había ropa de mujer en el piso… oh espera de hombre también, mi compañero es ¿mujer?, ¿hombre?, o quizás ¿le van las cosas raras? 

Pues cualquiera de las tres opciones mi compañero de habitación se la está montando en grande.

Gemidos y sonidos indecentes se escuchaban hasta la pequeña sala del pequeño departamento. Claramente, había alguien manteniendo relaciones íntimas sin decoro alguno, primer día en la universidad y tenía que traumar a mis vírgenes y castos ojitos.

¡Ah no, pero yo no iba a permitir semejante falta de respeto!, ¡Es tan bien mi dormitorio!

Voy dando zancadas hasta donde es el espectáculo de porno gratuito. Una de las dos habitaciones tiene la puerta abierta y de allí es de donde se originan. Sin pensarlo dos veces cruzo el umbral de esta chocando con la escena más perturbadora de mi vida.

— ¡Oh mierda!, ¡Jungkook me estás lastimando!

Hasta el momento ellos dos no habían hecho reparo en mi presencia, ambos desnudos, de espaldas a mí, sosegados por el furor del sexo, ella arrodillada encima del colchón de la cama, con todo su rostro pegado en ella, mordiendo la almohada y él como poseso entrando y saliendo de ella bruscamente.

Estaba totalmente bloqueada, el enfado se había esfumado y había sido remplazado por una calentura sin medida que me hacía cruzar mis piernas en busca de alivio. Él era tan salvaje y primitivo, la escena era tan erótica que en ese momento deseé ser ella…

— ¿Lastimarte? ¡Venga ya Ji Eun!, ambos sabemos que te gusta rudo y hace meses no estoy dentro de ti por tu estúpido viaje a París.

— ¡Carajo se siente tan bien!

Sabía que era malo espiar a gente y mucho más en esta situación y más cuando mi intención inicialmente era detenerlos, pero allí estaba yo con los pies anclados en el suelo.

Viendo la ejercitada espalda de él que se tensaba en cada estocada, viendo su cabello húmedo producto de la sudoración y el inicio de su brazo derecho con tatuajes por toda su piel. 

Y el maldito sonido de mi celular, el cual siempre se halla en modo silencio, excepto esta vez por la alarma que puse para levantarme, hace eco en la habitación. Maldije a mi madre en ese momento por exponerme con su llamada y quise que la tierra me tragara justo en el momento que ellos se detienen y él voltea hacia mí.

Y sí, para mi desgracia es el chico café, a ese que no quería ver y con el que me moje las bragas ahora de tan solo verlo coger ¡Mierda, mierda y más mierda!

— ¡¿Por qué carajos paras Jungkook?! — él solo me mira con esa mirada fría que suele portar. 

Sale de ella, recibiendo una maldición por parte de esta, y se pone de pie, mostrando a su amigote a media asta, Dios tiene a sus preferidos.

── ¡¿Tú!? ¿De nuevo? ¡No jodas! ── yo también me alegro de verte, no sabes cuánto.

— ¿Te conozco?, ¿Me conoces?, ¡Entonces pues! — me río generando más incomodidad en el ambiente — Tan solo buscaba mi habitación, sí eso…

La chica de cabello negro nombrada como Ji algo me mira como perra rabiosa en celo, se envuelve en la sabana y se dirige a la sala seguida por nosotros, tomó la ropa del suelo empezando a vestirse. El chico café no tiene ni la menor vergüenza de cubrirse, aunque no es que me moleste tampoco. 

── ¡Jungkook, me largo! ── dijo la chica saliendo del apartamento, dejándome con un Adonis desnudo, el cual la intentaba detener. 

Sí, sé te jodió el polvo amigo…

Su mirada ya no es fría, es de odio, digamos que no estoy dentro de la lista de sus personas favoritas. 

Oímos la puerta cerrándose y él solo se limita a vestirse con un bóxer gris de Calvin Klein, podría jurar que hasta podría ser modelo o embajador de esa marca tan reconocida.

──¿Acaso tu nuevo hobby es arruinar mi día? ── me dijo con sorna enarcando una ceja.

── Te pedí disculpas por lo de la mañana y me ofrecí a compensártelo, no tenía ni puta idea de que fueras mi compañero de dormitorio y menos se me pasó por la cabeza que ibas a estar follando, pero desde ahora te digo si vamos a compartir el mismo techo cuando tengas un calentón te buscas un motel.

── Desde ahora te digo yo a ti que hago lo que se me pegue la gana y que me debes una camisa que debe de costar más de lo que gana tu familia al año ── mi familia gana al año 35 millones y dudo que su camisa valga eso. Ni mis figuras coleccionables de Naruto son tan caras.

── Mira, estúpido, no me hagas reír ni trates de denigrarme que lo más probable es que en un futuro termines trabajando para mi familia como un simple contador.

── Tú terminarías siendo mi secretaria, ah no, ni loco contrataría a alguien como tú.

── A alguien como yo ¿A qué te refieres con alguien como yo?

Él se acerca a una distancia muy peligrosa para salud mental, su respiración caliente hizo que se me erizara la piel de mi cuello mientras susurraba a mi oído.

── A mi secretaria le follaría el culo todos los días, doblada encima de la mesa de mi oficina, viendo las mejores vistas de Seúl. Mientras entro y salgo bruscamente de ella, formando una coleta desprolija con sus cabellos, la cual jalaría mientras mis dedos se hunden en la piel de sus caderas. Premiándola con una merecida corrida en su interior, pero luego está el hecho de que eres tan fea e infantil que contigo no estaría ni en mi mejor borrachera.

Sus palabras me calientan, y eso me enoja, no debería de sentir esto. ¡Me acaba de decir que soy fea y poco deseable ante sus ojos!

── Pues para mi suerte, nunca ejerceré como secretaria, aunque es un trabajo muy honesto cuya función dudo mucho que sea dejarse follar por el jefe y mi madre me enseño a no terminar en la cama con capullos como tú.

Él maldice en un perfecto inglés como si ese fuera su idioma natal, se termina de vestir y se ve con intenciones de marcharse del lugar, aunque antes de hacerlo tenemos otro intercambio de palabras.

── Iré a información para que me cambien de dormitorio.

── Gracias por ahorrarme el tener que ir yo a solicitarlo, ¡Hasta nunca imbécil! 

──Estúpida niña mimada ──murmuró entre dientes.

── No soy mimada, simplemente tengo educación, cosa que al parecer tu madre no te dio.

Detuvo su paso hacia la puerta, se volteó a verme, al parecer toque una fibra sensible en él. Pude ver como sus ojos hicieron el intento de retener lágrimas que nunca salieron y como sus manos se cerraron en puños. Se dio la vuelta y salió del dormitorio.

Pues no me importa a donde reubiquen a ese chico café, que ahora que hago memoria se llama Jungkook.

Jungkook, menudo nombresito, salgo de allí y me voy a la habitación consiguiente, esa habitación me la quedo yo, ni modo quedarme en la que tuvieron coito el espárrago y el chico café, que lo cambien a él para otra.

En el dormitorio había dos habitaciones, con paredes blancas, una cama con un colchón, no muy grande, unas mesitas de noche con compartimentos a los lados y un pequeño closet. Cada una con un baño, hay una pequeña cocina y una mini sala, es como un pequeño departamento, muy pequeño en realidad en comparación con lo que estoy acostumbrada, desempaque mis maletas y empecé a arreglar la que sería Mi habitación.

Continuará...

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