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Extra #2.

Nota: Este extra está ambientado años antes de siquiera el prólogo de la historia. En la nota de autor menciono este extra, básicamente tratará del conocimiento de sus jerarquías y la manera en que se fue desarrollando los acontecimientos hasta llegar al prólogo ;). 

(...)

Era un día soleado en el explanada de la escuela, los niños corrían y jugaban, sus risas llenaban el aire. Entre ellos, dos figuras destacaban: Jungkook y Taehyung, ambos de 12 años, inseparables desde siempre. Su amistad era especial, una conexión que iba más allá de lo que ellos podían comprender a esa edad.

Jungkook, con su energía inagotable, siempre encontraba nuevas aventuras para compartir con Taehyung. Ese día, mientras se columpiaban juntos, Jungkook le sonrió a su amigo con entusiasmo desprendiendo de su cuerpo, tratando de impresionarlo.

—¡Mira, Tae! ¡Voy a llegar hasta el cielo!—Gritó, impulsándose más y más alto.

—¡Parece que vas a volar, Kookie!—Exclamó con una sonrisa en su rostro, apretando sus manos sobre las cadenas del columpio. 

Taehyung, riendo, intentaba seguirle el ritmo, aunque siempre prefería observar a Jungkook, admirando su valentía y entusiasmo. Había algo en su amigo que le hacía sentir mariposas en el estómago, aunque no entendía completamente por qué.

Los meses pasaron y la relación entre ellos se hizo más cercana. Jungkook siempre protegía a Taehyung de cualquier cosa que pareciera que podría lastimarlo, manteniéndolo a su lado mientras se aseguraba de que nadie le molestara. En la primavera, Taehyung empezó a notar cambios en su cuerpo, pequeñas señales que indicaban que pronto conocería su jerarquía. Los días se llenaban de nerviosismo y curiosidad, con la expectativa de lo que sucedería una vez que lograra la designación. 

Finalmente, un día, durante una clase de ciencias, Taehyung sintió un cambio drástico en su cuerpo. La maestra, al notar su incomodidad, lo llevó a la enfermería. Más tarde, ese mismo día, le informaron que era un omega. Taehyung no sabía exactamente qué significaba eso para él, pero estaba emocionado y nervioso a la vez. Cuando sus padres lo sentaron en la sala y le explicaron detalladamente lo que implicaba su jerarquía, no podía evitar el aleteo en su pecho ante la espera de conocer la designación de Jungkook, porque si él se había formado como omega, tenía la posibilidad de tener de alfa a su amigo, estaba muy seguro de que ello pasaría. 

Por ello, al día siguiente no pudo aguantar por más tiempo e interceptó al pequeño azabache en el salón, colocando sus manos debajo de su barbilla antes de soltar la noticia con emoción. 

—¡Soy omega!—Gritó, inclusive llamando la atención de los demás estudiantes. 

Jungkook lo miró con sorpresa y confusión. Aunque aún no conocía su propia jerarquía, la palabra "omega" resonó en su mente de una manera que no entendía completamente.—¿Omega? ¿Eso es... bueno?—Cuestionó, inseguro de cómo reaccionar.

Taehyung asintió lentamente, sin estar completamente seguro él mismo. Su primera idea al saber su jerarquía era esperar a su alfa, a su destinado tal y como su madre se lo había contado en innumerables veces, pero tampoco parecía emocionado de encontrar cualquier alfa, su corazón solo revoloteaba por el azabache delante suyo. 

Dejando la conversación a un lado tan pronto como la maestra entró al salón de clase, el omega se giró sobre su pupitre para prestar atención, pero sus pensamientos sintiéndose confusos para ese entonces. Tratando de mantenerse positivo en el asunto, decidió que ser omega no era malo, de todas maneras su relación con el azabache no cambiaría por nada en el mundo, las jerarquías no tenían porqué interferir en ello. 

Sin embargo, en los días que siguieron, Jungkook comenzó a comportarse de manera diferente. Empezó a alejarse, evitando las miradas y las conversaciones profundas.

Con el paso del tiempo, Taehyung notó que Jungkook ya no lo buscaba como antes. Su amigo, su protector, se estaba distanciando. Para cuando el año escolar terminó, Taehyung ya no sabía nada del azabache, haciendo su corazón encoger de la tristeza mientras trataba de acercarse, pero todos sus intentos parecían fracasar. 

La verdad era que, contrario a los deseos de Jungkook, su designación se estuvo atrasando por aproximadamente un año. Cuando un nuevo año escolar apareció y todos sus compañeros ya habían obtenido su designación de jerarquías, solo pudo sentirse como un bicho raro porque todos parecían acoplarse a ello, tan familiarizados con los aromas, las castas y el tema de destinados que tanto solía escuchar, mientras que él no podría comprender del todo lo que conversaban clase tras clase. 

Fue un día de invierno, conforme todos los demás salían del salón con la emoción de experimentar la primera nevada en la ciudad, que una conversación ajena llegó a sus oídos, girándose para poder apreciar mejor lo que decían. 

—Los que aún no tienen su jerarquía es porque serán betas.—Uno de los alfas mencionó, cerrando su mochila.—Si están tardando mucho tiempo en destapar su casta, no es porque se atrasó, sino porque no pueden distinguir ningún cambio porque no lo tienen, siguen siendo ellos mismos. 

—Escuché que eso pasó en los de último año, varios creyeron que estaban atrasados con su casta, pero al final su designación fue beta.—Soltando un suspiro mientras colgaba la mochila sobre su hombro, se dirigieron a la salida.—Es una lástima, esperar tanto tiempo para terminar siendo uno mismo, debe ser aburrido. 

Sintiendo un nudo en la garganta, el azabache se retiró del salón sin escuchar más de la conversación. Aquel día no solo había sucedido la primera nevada, sino ocurrió el mayor temor de Jungkook al llegar a su casa, con lágrimas en los ojos, solo confirmando lo que todos suponían. 

—No es malo ser beta, bebé.—Su madre lo había cargado entre sus brazos, arrullándolo.—Son castas, pero no definen tu futuro. Puedes ser tan grande o tan prestigiado como un alfa, o tan responsable y compasivo como un omega, ser un beta significa que tú mismo puedes decidir quién ser en este mundo, no ser sobrellevado sobre los estereotipos de la sociedad. 

Y aunque trató de encontrar consuelo en sus palabras, no lograron calmarlo como desearía. Sus pensamientos radicaban al futuro que había planeado con Taehyung, ¿Cómo un omega podría emparejarse con un beta? Los omegas debían de emparejarse con grandes alfas, con personas que pudieran proveerles lo suficiente para que no tuvieran que preocuparse por nada, ¿Qué podría ser él ante su casta? Todos lo pasarían por alto de manera automática. 

Pero contrario a lo que pensaba, un día Taehyung decidió enfrentar a Jungkook, encontrándolo solo en el campo de fútbol después de la escuela.

—¿Por qué te alejas de mí, Jungkook?—Cuestionó el omega, sin rodeos, pero con lágrimas en los ojos. Su ausencia estaba afectándolo de sobremanera, tan acostumbrado a él, que el distanciamiento lo estaba sofocando. 

Jungkook, mirando al suelo, no supo cómo responder. Sentía una presión inmensa por no saber su jerarquía, temiendo ser solo un beta y no estar a la altura de un omega como Taehyung.

—Lo siento, Tae. No sé qué decir. Solo... necesito tiempo.—Dijo finalmente, sin poder sostener la mirada.

Desde ese día, sus caminos se separaron. Taehyung guardaba en su corazón los recuerdos de su amistad, mientras que Jungkook, incapaz de manejar sus propios sentimientos y miedos, optó por olvidar esos momentos, concentrándose en otras cosas. El omega jamás comprendió que la verdadera razón de su distanciamiento fueron sus jerarquías, tampoco de que los planes que ambos habían hecho en sus propias cabezas, habían coincidido si tan solo hubieran salido como lo habían imaginado. 

Años después, aunque Jungkook no recordaba los detalles de su amistad con Taehyung, siempre había algo en el omega que le resultaba familiar y reconfortante. Mientras tanto, Taehyung nunca olvidó al chico que una vez fue su mejor amigo y primer amor.

En ocasiones, el beta se sorprendía por la forma en que el omega parecía conocer varias de sus memorias de la infancia, pareciendo tan natural en sus afirmaciones que lo llegaban a desconcertar. En su mayoría, no recordaba haberle contado aquellos recuerdos, pero Taehyung se excusaba que los había escuchado anteriormente, cosa que no le creía en un principio pero terminaba cediendo. 

La vida continuó en ese entonces para los dos, pero el destino tenía planes de entrelazar sus caminos nuevamente, demostrando que algunas conexiones son demasiado fuertes para ser olvidadas.

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