Extra #1.
La universidad había traído un sinfín de cambios y nuevos desafíos para Jungkook y Taehyung. Aunque sus vidas ahora estaban llenas de clases, estudios y actividades sociales, su amor había permanecido constante y fuerte. Jungkook estaba en el equipo de fútbol de la universidad, habiendo ganado una beca deportiva, mientras que Taehyung se destacaba en su carrera de arte, rodeado de amigos que compartían su pasión.
El verano había sido agraciado para la pareja, pero con una despedida agridulce tan pronto como tuvieron que despedirse de sus amigos. Cada día lo habían aprovechado, desde largos paseos a nuevos lugares turísticos, acampadas acompañados de amaneceres que jamás olvidarían, y recorridos guiados a ciudades cercanas con un álbum de fotografías memorables de la juventud que se estaba yendo de sus manos.
Ninguno de los dos estaban arrepentidos de su forma de vivir el verano, disfrutando hasta el último segundo antes de ingresar a su primer año. Al principio fue un reto adaptarse, estar separados en diferentes edificios, diferentes carreras y nuevos rostros que compartían el mismo salón, fue algo que pareció difícil, sin embargo con el tiempo todo se fue integrando adecuadamente.
Cuando menos imaginaban, el primer año había transcurrido y cada uno vivía su vida en su carrera, pero también aguardaban por el momento en que podían verse después de las múltiples reuniones de los talleres en los que se habían inscrito, sobresaliendo en sus respectivos campos.
Una noche, después de una semana particularmente intensa de estudios y proyectos, Taehyung decidió salir con su grupo de amigos a un restaurante cercano para relajarse y tomar unos tragos. El ambiente era animado y alegre, y las risas y conversaciones fluían con facilidad. Taehyung, sin embargo, se dejó llevar un poco por la emoción y acabó bebiendo más de lo que había planeado.
Hacia la medianoche, sus amigos se dieron cuenta de que el omega estaba demasiado borracho para volver solo a su departamento. Decidieron llamar a Jungkook, sabiendo que él sería la mejor persona para cuidarlo, y cómo no saberlo, si Taehyung parloteaba constantemente de lo buen novio que era el beta, desde las atenciones que le daba en la comodidad de su departamento, así como podrían verlos caminar por el campus, tomados de la mano y estando en su propio mundo.
Nadie podía negar que eran una pareja muy tierna de ver, inclusive varios podían sentir una envidia buena por la manera en que parecían estar tan conectados, sus personalidades contrastando.
Esperando apenas el primer timbre, la llamada fue contestada inmediatamente.—¿Bueno?
—Hola, Jungkook.—Saludó uno de los amigos de Taehyung por teléfono.—Taehyung ha bebido un poco de más. ¿Podrías venir a recogerlo? Te pasaré la dirección por mensaje.
Jungkook, que estaba en su departamento estudiando, dejó de lado sus libros y respondió de inmediato.—Por supuesto, mándame la dirección. Estoy saliendo en este momento.
En poco tiempo, el beta llegó al restaurante y encontró a Taehyung riendo y tambaleándose ligeramente mientras trataba de mantenerse en pie. Sus amigos estaban aliviados al ver a Jungkook a la distancia, haciéndole gestos de acercarse, siendo recibido por un par de sonrisas y asentimientos.
—Gracias por venir.—Agradeció rápidamente uno de ellos.—Está un poco fuera de sí. Tratamos de detener que tomara, sabemos que no tiene una alta resistencia, pero insistió en hacerlo.
—No hay problema, conozco lo obstinado que puede ser.—Respondió el azabache con una sonrisa.—Me encargaré de él, agradezco que me avisaran y cuidaran de él hasta que llegué, nos iremos en este momento.
Con suavidad, Jungkook pasó un brazo alrededor de Taehyung para ayudarlo a caminar. El omega, al reconocer a su pareja, sonrió ampliamente y se apoyó en él con fuerza, soltando un suspiro.
—Jungkookie.—Murmuró Taehyung con voz arrastrada.—Eres mi héroe.
Jungkook rió suavemente y lo guió hacia su auto.—Vamos, Tae. Es hora de ir a casa.
—En verdad lo eres... ¡Siempre apareces cuando te necesito.—Soltando una risita, se dejó colocar el cinturón de seguridad, recibiendo un beso en su mejilla que hizo cosquillas en su pecho.
Observó la beta dirigirse al otro lado del auto, manteniendo su mirada puesta en él mientras conducía. Durante el trayecto de regreso, Taehyung empezó a hablar con una mezcla de ternura y melancolía, sus emociones amplificadas por el alcohol.—¿Sabes, Jungkook? He estado pensando mucho... sobre todo lo que hemos pasado.
—¿Sí, cariño? ¿Qué es lo que has pensado?—Cuestionó el beta, mostrando curiosidad y manteniendo una mano firmemente sobre la de Taehyung para calmarlo.—Hemos pasado por mucho juntos, pero debes de recordar los buenos momentos.
Cuando llegaron al departamento, Jungkook ayudó a Taehyung a entrar y lo sentó en el sofá. Taehyung, con los ojos brillantes y la expresión seria, lo miró fijamente.
—Jungkook, quiero que sepas cuánto te amo.—Dijo Taehyung con una expresión seria, sus palabras sinceras aunque torpes por el estado en el que estaba.—No sé qué haría sin ti. Has sido mi roca, mi apoyo... mi todo. Eres mi beta, mi dulce y perfecto beta.
El azabache sintió un nudo en la garganta al escuchar las palabras de Taehyung. Se arrodilló frente a él, tomando sus manos entre las suyas.—Taehyungie, yo también te amo. Y siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase.
Taehyung sonrió, sus ojos llenos de lágrimas de gratitud.—¿De verdad? Porque a veces siento que no soy lo suficientemente bueno... Siempre te ocasiono problemas, ¡Como ahora! Tuviste que recogerme, soy una carga para ti, debes de pensar en eso.
—No digas eso.—Interrumpió Jungkook con firmeza.—Eres increíble, Taehyung. Eres fuerte, talentoso y lleno de amor. No dejes que esos pensamientos te hagan dudar de ti mismo. Soy tu novio, jamás te vería como una carga, en cambio, me gusta poder estar para ti y ser de ayuda cuando lo necesites.—Jungkook lo abrazó con fuerza, sintiendo el latido acelerado del corazón del omega contra su pecho.—Todo está bien, Tae. Solo estás un poco borracho ahora, pero estoy aquí para ti. Siempre, y jamás deberías de siquiera dudarlo.
Taehyung asintió, sus ojos cerrándose lentamente mientras la calidez del abrazo de Jungkook lo envolvía. El alcohol comenzaba a hacer efecto en su sistema, sintiéndose adormilado y queriendo dormir, el cansancio adueñándose de sus extremidades.
El beta lo cargó con cuidado para llevarlo a la habitación, donde lo ayudó recostarse en la cama y lo cubrió con una manta, asegurándose de que estuviera cómodo. Se sentó a su lado, sosteniendo su mano mientras Taehyung caía en un sueño tranquilo.
Observando a Taehyung dormir, Jungkook sintió una oleada de amor y determinación. Sabía que su relación seguiría enfrentando desafíos, pero también sabía que juntos podrían superarlos todos. La universidad, con todas sus complejidades, no haría más que fortalecer su vínculo.
—Mi omega, mi dulce y adorable omega, te cuidaré y protegeré siempre que pueda hacerlo.—Inclinándose lo suficiente para depositar un beso sobre su frente, se acomodó mejor contra su costado, envolviéndolo entre sus brazos antes de acompañarlo en sus sueños.
Y así, en la tranquilidad de su departamento, con la promesa de un futuro brillante, Jungkook y Taehyung continuaron su viaje juntos, seguros de que su amor los guiaría a través de cualquier tempestad.
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