Capítulo 25.
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Taehyung caminaba en dirección a su casa, a la par que su abuela se encontraba a su lado y una mano vendada que contraía contra su pecho ante el dolor. El omega mantenía su cabeza baja, avergonzado y temeroso por lo que podría ocurrir una vez que llegara a casa, ¿Sus padres serían muy malos con él? Una suspensión de una semana completa no podría serles tan agradable para escuchar.
—Abuela, ¿Mis padres saben que seré suspendido?—Cuestionó con temor, girando su mirada hacia la mujer.
Pareció pensar su respuesta antes de contestar.—Ellos fueron llamados para asistir a la junta con el director, pero aún no llegaban de sus respectivos viajes y por eso vine yo, pero para haberlos citado a los dos, creo que ellos se dan una idea de que fue algo grave.
—No sé cómo explicarles esto, no quiero que me miren mal.—Con un puchero, envolvió su brazo con el de su abuela.—¿Crees que hice mal en golpearlo?
—Tienes tus razones para haber actuado de esa manera, y te conozco, por lo que puedo asegurar que no actuaste de esa manera a menos que ese alfa se lo mereciera.—Sonrió, apretando su agarre con cariño.—Explícales a tus padres lo que sucedió y entenderán perfectamente, sé que ellos no se pondrán difíciles para escucharte.
Asintiendo a sus palabras, esperaba realmente que así sucedieran las cosas, pero cuando llegaron a su casa aún no se encontraba preparado para hablar. Los respectivos automóviles de sus padres se veían desde la calzada, percatándose de su presencia en la casa, solo provocando así que sus nervios aumentaran y un leve temblor sacudiera su cuerpo.
—Vamos cariño, son solo tus padres, ya sabes cómo son contigo.—Alentó la mujer, palmeando su espalda.—No tienes de qué preocuparte, ahí estaré a tu lado por si me necesitas.
Deteniéndose frente a la puerta, se vieron fijamente antes de entrar, manteniendo su agarre mientras ingresaban al interior de la casa. Tan pronto como el ruido de la puerta al cerrar resonó, los padres del omega aparecieron con expresiones de preocupación sobre sus rostros, asustando al rubio que se escondió detrás de su abuela por miedo.
—Cariño, ¿Estás bien? ¿Qué te paso en la escuela?—La voz preocupada por su madre le hizo asomarse por un costado, tratando de medir su humor.
—Estábamos asustados por la llamada del director, pensamos que se trataba de un celo adelantado o que algo peor hubiera sucedido...—Fue el turno de su padre en hablar, pasando una mano por su cuello.
—Taehyungie está bien, en cambio deberían de cuidarlo de los alfas, puede que los termine golpeando por habladores.
El comentario de su abuela los desconcertó, dirigiéndole ahora miradas confusas con la intención de saber a qué se refería con ello. Soltando un suspiro, salió de su escondite solo para mantener la mirada baja, apretando levemente la mano de su abuela antes de confesar su castigo.
—Fui suspendido por una semana completa por haber golpeado dos veces a un alfa.—Murmuró en un tono bajo, apenas perceptible para los adultos.
—¿Qué hiciste que?—Eunji, la madre del omega, cuestionó con un tono elevado.
—Creo que será mejor hablarlo en la sala, no en el pasillo.—Ahora fue el turno de Dohyun, el padre del omega, en hablar.
Se encaminaron hasta la sala con gestos serios, tomando asiento mientras esperaban una explicación ante ello. Taehyung no pudo aguantarlo por más tiempo, decidiendo sacar todo lo que tenía por decir en un tono alto que alarmó a los adultos, pero tal parecía que el omega necesitaba desahogarse que solo se limitaron a prestar atención y comprenderle.
—Jaewoo es un alfa que está aferrado a la idea de que somos destinados, pero yo les puedo asegurar que no lo somos porque ustedes mismos me han explicado cómo funciona el tema de los destinados porque ustedes lo son, me lo han dicho cientos de veces que yo sabría perfectamente si lo fuera, pero él parece no entenderlo y hace creer a todos que somos destinados y que soy su omega, por lo que se siente con el derecho de hacer cosas como si fuera mi alfa, pero yo no siento nada por él. Hubo esta junta del consejo estudiantil, yo me estaría encargando del baile invernal que se avecina y ya tenía mi idea por presentar, solo tenía que esperar la junta pero él no me avisó y me perdí la junta, ellos decidieron otra idea y la mía fue desechada sin siquiera verla, algo que me enfurece demasiado porque fue una idea que me encantaba y quería que todos la vieran.—Tomando un suspiro, continuó.—Lo enfrenté en su salón, le pregunté porqué lo había hecho y me dijo que él siendo mi alfa se encargaría de todos mis desastres, algo que me enojó demasiado porque esto no era un desastre, yo me esforcé por hacerlo bien y que lo aceptaran. Simplemente me terminó de molestar que todo lo que le dije y aclaré de no ser destinados se fuera por la borda porque él sigue aferrado, es como si yo no tuviera un verdadero valor humano a su lado y solo un trofeo, algo que me desagrada y por ello no pude evitar golpearlo dos veces, y aunque me duele mucho la mano en este momento lo volvería hacer si tuviera la oportunidad, solamente lo detesto porque arruina todo lo que está a mi alrededor, inclusive todo lo que no tiene nada que ver con él.
Las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos, empañando su vista y sorbiendo por la nariz, pero no se detuvo a pesar de ello, necesitando sacar todo de su sistema.
—Y también está el asunto de Jungkook, es el beta que me gusta desde hace años... Todo parecía estar bien porque, ¡Él me gusta y yo le gusto! ¿Por qué debería de haber algo malo con ello? Pero otra vez Jaewoo se mete y hace que a Jungkook lo saquen del equipo de fútbol de manera injusta solo por su capricho y celos, él se siente con el derecho de alejarme de Jungkook solo por su casta y porque tiene esa tonta idea de ser destinados, pero si fuera poco lo que hizo también lo está haciendo pasar por un muy mal rato porque todos hablan en contra de Jungkook como si fuera la culpa de los actos que Jaewoo comete contra él por su enojo. Es el chico más lindo e inteligente que he conocido, también es muy talentoso en todo lo que hace y todo eso es lo que hace que me guste, pero parece que solo le complico las cosas por gustarme porque desde que me acerqué a él solo parece irle mal, ¿Tan mala suerte tengo que tener para pasársela al chico que me gusta? Mi lobo y yo lo queremos, pero cada vez parece imposible tener algo en serio porque todos lo ven mal.
Eunji no pudo ver a su hijo llorar por más tiempo antes de abalanzarse hacia él, tomándolo entre sus brazos para mecerlo mientras trataba de calmar su llanto. Dejó salir su aroma, envolviéndolos como una manta para hacer que se relajara, lo que no pareció funcionar al principio hasta que Dohyun se acercó, predominando su aroma para tranquilizar tanto a su esposa como a su hijo, siendo receptivos ante sus feromonas.
—Bebé, no tenías porqué aguantarte todo eso solo, ¿Por qué no nos contaste desde que todo esto inició? Podíamos hablar con los padres de ese alfa, ¿Jaewoo es su nombre? ¿No es el niño que era nuestro vecino en nuestro anterior hogar?—Cuestionó, recordando dicho detalle al escuchar el nombre.
Asintió con dificultad.—Se convirtió en un idiota.
Dohyun tuvo la intención de reprochar su palabra al referirse al alfa, pero una mirada de su omega le bastó para mantenerse callado. Hicieron un intercambio de palabras ante lo dicho por su hijo, el alfa sin saber qué era lo que tenía qué decir para alentar a su hijo, pero se aclaró la garganta con la intención de hablar.
—¿Y te gusta ese beta?—Sin saber qué más decir, recibió una mala mirada de su esposa.
—Oh dios, alfa. ¿Realmente le estás preguntando eso?—Susurró entre dientes.
—He conocido al muchacho, realmente es una persona agradable, presiento que es un buen chico y si nuestro Taehyungie dice que es correspondido, siento que es algo muy bueno.—La abuela Han-Wool murmuró desde atrás con una sonrisa.
—¿Cómo es que lo conoces, mamá?—Eunji preguntó con la frente fruncida.
—Simplemente tuve el honor de verlo, es un guapo por cierto.—Dando el visto bueno, salió de la sala.
Taehyung se sintió enrojecer, pero no mencionó nada más, sintiendo aún el agarre fuerte de sus padres sobre su cuerpo.
—Taehyungie, mañana mismo iremos a la escuela para hablar con el director y tratar de arreglar todo este malentendido. No es justo que estés recibiendo la carga pesada mientras Jaewoo no estará recibiendo nada, quedando como la víctima. Si mi hijo asegura que no son destinados, entonces le creeré completamente a su palabra, también haré que citen a los padres de ese alfa para que puedan hablar con su hijo y de todos los problemas que ha ocasionado.
—También podríamos solicitar la ayuda de los padres del beta, ¿No sería correcto que también hablaran por todo lo que está pasando con su hijo? Si bien él no pidió estar involucrado, tampoco está llevándola bien por lo que mencionas, Taehyung.—Dohyun mencionó, aflojando su agarre para ver a su hijo.
—No sé como son sus padres, ni tampoco he tenido la oportunidad de conocerlos, no quisiera meterlo en ningún problema.—Susurró con un puchero.
—Pero deben de saber, ¿Es que el director jamás los mandó a llamar por todo lo que está ocurriendo?—Recibiendo una negación, bufó con molestia.—Es realmente una negligencia lo que están haciendo, no puedo creer que dejen al chico pasarlo todo por su cuenta sin llamar la atención a quien lo está provocando.
Asintiendo, se pusieron de pie y arreglaron sus prendas en silencio, Taehyung aún se encontraba tratando de medir las reacciones de sus padres con todo lo dicho, ¿No se encontraban molestos? Sus expresiones no parecían de molestia, o por lo menos no ante sus actos. ¿Saldría libre de un castigo en casa?
—¿No están enojados conmigo?—Preguntó con cierto miedo, pero no se dejó vencer.
—No estamos enojados contigo, cariño. Mañana trataremos de arreglar todo esto, es mejor que vayas a descansar y subiremos la cena para ti, debes de estar agotado por todo esto, mira las ojeras que tienes.—Su madre apretó sus mejillas, haciéndolo fruncir el ceño.
Y con sus palabras olvidó el molesto dolor en su mano, su suspensión y todo el tema con Jaewoo. Solo deseaba que las cosas se arreglaran realmente, era todo lo que necesitaba para sentir que el resto de su último año no tendría que ser tan malo para él.
(...)
Jungkook llegó a su hogar, percatándose que el automóvil de su madre ya se encontraba estacionado frente a su casa y que estaría esperándolo en la sala. Pensando que solo se trataba de una salida temprana del trabajo, dejó sus pertenencias en la entrada y cruzó el pasillo, deteniéndose en el umbral para saludar rápidamente a su madre.
—Hola, mamá. ¿Saliste temprano de trabajar?—Saludó tan pronto como la ubicó sentada frente al televisor.
—Sí, recibí una llamada y creí que era mejor venir a verte.—Girándose sobre su lugar, lo enfrentó con la mirada.—¿Hay algo que debas contarme, Jungkook?
El azabache no estaba acostumbrado a tener a sus padres tan temprano en casa, sabía que solían trabajar hasta tarde en sus respectivas oficinas y rara vez lograba verlos para conversar. Ahora que HaJun se encontraba preguntando por él, parecía extrañarle de sobremanera, ¿Qué llamada había recibido? No había vuelto a dirección y no recordaba algún motivo para una llamada de atención.
—¿El director te llamó?
—De hecho, es curioso recibir la llamada de los padres de Taehyung, creo que debe ser unos de tus compañeros.—La mención del nombre del omega lo hizo tropezar, sorprendido.—Hijo, ven aquí y siéntate a mi lado.
Acatando su petición, tomó asiento a su lado, bajando la mirada al sentir un nudo sobre su garganta. Si se trataba de lo que imaginaba, no estaba listo para confesarle por todo lo que había pasado en esos últimos días, no tenía rostro ni palabras para expresarse ante su madre, el miedo se apoderó de su cuerpo y deseó ser valiente en ese momento, pero había fingido por tantos días que lo estaba resintiendo.
Cuando se enteró de la suspensión de Taehyung solo lo hizo decaer más, no había tenido oportunidad de hablar con el omega y solo le preocupaba al verle su mano vendada y saber que estaría fuera de la escuela por una semana, ¿Golpear a Jaewoo? Eso no parecía propio de él, por más que sintiera enojo por el alfa, no parecía algo correcto para el omega.
—Jungkook, ¿Quieres contarme algo? ¿Cómo te va en la escuela?—Al no recibir ninguna respuesta pronta, HaJun se acercó más a su espacio, pasando una mano por su espalda.—No sé qué es lo que está pasando, pero déjame ayudarte a poder sobrellevarlo, hijo. Probablemente no pasemos el suficiente tiempo en casa para poder verte más tiempo, pero sabes que tanto tu padre como yo estamos aquí para escucharte, ¿Podrías decirme qué es lo que pasa?
Fue en ese momento en que el beta se quebrantó frente a su madre, rompiendo en llanto sin poder aguantarlo por un segundo mas. Se abalanzó a los brazos de la mujer, siendo recibido con un fuerte apretón mientras sollozaba contra su hombro, aferrándose a ella como un salvavidas mientras las lágrimas caían de manera fluida sobre sus mejillas y su garganta parecía desgarrarse por el llanto que había retenido por tanto tiempo. HaJun se preocupó por la intensidad de sus emociones, frotando su espalda conforme trataba de darle palabras de aliento, susurrando lo especial y amado que era, que todo estaría bien sin importar qué.
Y aunque el beta se sintió como un niño pequeño nuevamente entre los brazos de su madre, también se aferró a sus palabras, confiando que todo estaría bien, solamente era cuestión de esperar.
Solo debía de ser paciente, solo un poco más y todo lo malo acabaría. No estaba solo, no mientras tuviera la certeza que tenía a sus padres a lado suyo, no se guardaría nada más para sí mismo.
—Solo necesito estar así un minuto más, luego te contaré todo, mamá.—Susurró con la voz amortiguada, sin querer apartarse de su hombro.
—Está bien, estaré aquí esperando lo que sea necesario.—Aseguró, depositando un beso sobre su sien.
Y el peso que cargaba sobre sus hombros se fue desvaneciendo levemente, lo suficiente para hacerlo respirar de nueva manera.
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