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Capítulo 14.

—Te ves de la jodida.—El comentario de su mejor amigo lo hizo gruñir en desaprobación. 

—Gracias, Jimin.—Murmuró entre dientes, decidiendo seguir lamentándose desde su lugar. 

—Tae, ¿En serio seguirás de ese ánimo? Sabes que no es bueno, ni para ti, ni para tu lobo.—Comentó con una mueca, tomando asiento frente suyo. 

Y no era para menos, Taehyung realmente había perdido su chispa mientras el beta lo ignoraba desde hace días atrás. En cada uno de sus intentos por acercarse y hablar, había fracasado porque Jungkook parecía reconocer sus intenciones y correr por la dirección contraria, dejándole con la palabra en la boca. 

—¿Y qué se supone que haga? Me evita a toda costa, no tengo ninguna oportunidad para acercarme a él, tan pronto como me ve corre.—Escupió las palabras con mala expresión, frunciendo el ceño. 

—¡Entonces intercéptalo! Hemos visto varios juegos de fútbol, debes de planear una jugada para llegar a su cancha.

El entusiasmo de su amigo lo hizo sonreír, negando con diversión.—Ni siquiera practico el deporte como para saber hacer una jugada. 

—Pidamos ayuda, ¿Quién del equipo de fútbol americano te cae bien?—Cuando ninguna respuesta llegó a él, negó.—Tampoco me ayudas, Taehyungie. 

—Como sea, ya vámonos mejor.—Se irguió en su lugar, recogiendo sus pertenencias y guardándolas en la mochila, dispuesto a salir del aula. 

Las clases habían terminado desde minutos atrás, pero el rubio se encontraba tan sumergido en sus pensamientos como para haberse dado cuenta a tiempo. Le sorprendía que Jimin siguiera a su lado, era de los primeros en salir del aula tan pronto como daban por finalizada la clase, pero parecía que le había contagiado su pésimo humor. 

—Deberías de hablar con él, guste o no deben de hablarlo o de lo contrario te afectará, debes de verlo antes de que se agrande este problema innecesario. 

—Lo he intentado, pero huye antes de siquiera poder estar cerca de él. 

—¡Entonces enciérrate con él! Haz que te escuche quiera o no, si no desea hacerlo por las buenas, entonces se atendrá a las consecuencias. 

Taehyung negó, colocando su mochila sobre su hombro antes de salir del aula en compañía de su mejor amigo detrás suyo. En varias ocasiones pensó esperarlo una vez que sus entrenamientos terminaran, sabía que solía quedarse después para entrenar por su cuenta, por lo que podría hablar con él en ese momento perfectamente, a excepción que parecía que sabía de sus planes y ni siquiera solía quedarse más tiempo del necesario. 

El omega sentía que estaba a punto de explotar, ¿Por qué Jungkook lo estaba evitando como si tuviera la peste negra? No negaba que le estaba comenzando a molestar más allá de ponerlo triste, y las palabras de Jimin comenzaban a repiquetear contra su cabeza conforme daba cada paso fuera de la escuela. 

Con un objetivo en mente, se detuvo.—Iré a buscarlo en este momento. 

—¿Qué?—El omega contrario se detuvo, girándose para verlo cuando se percató que ya no caminaban a la par. 

—Iré a buscarlo, debe de estar aquí aún.—Observó la hora en la pantalla de su celular, convencido de encontrarlo. 

—Pero, ¡Taehyung!—Gritó cuando lo miró como comenzaba a  trotar lejos de donde se encontraba.—¡Hey! 

—¡Adelántate, te alcanzaré después! 

Jimin perdió de vista a su mejor amigo cuando dobló la esquina de la escuela, directamente hacia el campo de fútbol. 

Negando con una sonrisa, pegó su mano contra su frente y bufó.—Dios, el entrenamiento acabó hace rato. 

Hablando para sí mismo, decidió retomar su camino hacía la salida de la escuela, solo deseaba que el beta aún se encontrara en las instalaciones para que pudieran hablar de una vez. No le gustaba ver a Taehyung de esa manera, y si él tenía que interferir para animarlo, no dudaría en hacerlo. 

Contrario a lo que el omega pensaba, Taehyung se dirigió directamente a los vestidores cuando comprobó una segunda vez la hora. Su corazón latía desbocadamente conforme forzaba a su cuerpo correr hasta las puertas metálicas, pero necesitaba llegar a tiempo o de lo contrario no creería tener la oportunidad de verlo, por lo que no pensó demasiado cuando empujó la puerta y entró directamente a los vestidores, escuchando el silencio que gobernaba en el lugar. 

No había visto a nadie afuera por el pasillo, lo que pensaba que se debía a que la práctica tenía bastante rato de haber concluido. Tragando en seco y recuperando el aire, se encaminó a lo largo del extenso lugar, siendo abrumado por los diferentes aromas de alfas que predominaban en cada uno de los casilleros. 

Escuchó un ruido provenir al final, lo que le hizo saltar en su lugar al no esperarlo. Tapó su boca con sus manos para no dejar salir el chillido de miedo, armándose de valor para caminar hasta donde lo había escuchado y asomándose lo suficiente para presenciar una característica cabellera azabache. Jungkook parecía listo para irse de ahí, colgando su mochila sobre su hombro y colocando un candado sobre el casillero antes de girarse, dispuesto para irse hasta que se encontró con la presencia del omega frente suyo. 

—T-taehyung.—El tropiezo de su nombre le hizo sonreír al rubio, saludando con su mano. 

—Hey, Jungkook. 

—¿Qué haces aquí? Ya no hay nadie. 

—Estás tú, y con eso me basta para estar aquí.—Contestó, siendo una respuesta que no esperaba el beta, por lo que provocó un rubor sobre su rostro. 

Disimulando la vergüenza que sintió sobre su rostro, tosió.—También voy de salida, quedé con mi hyung en una parte para hacer un trabajo. 

Cuando hizo el intento de pasar por su lado, Taehyung tomó su muñeca para detenerlo.—Basta, Jungkook. ¿Por qué me has estado evitando? 

La pregunta lo tomó desprevenido, negando de manera automática.—No lo hice, solo no hemos coincidido. 

—No tienes que mentir, ¿Por qué pareces tan lejano? Estábamos bien, pensé que éramos amigos, ¿Qué fue lo que cambió? 

El azabache mantuvo su mirada sobre la unión de sus cuerpos, la mano que aún envolvía su muñeca parecía arder contra su piel. La cuestión era que no estaba seguro si confesarle cómo se sentía porque él mismo aún intentaba descifrarlo, pero la forma en que se refirió a él como un amigo tampoco le agradaba. 

—Háblame, Jungkook. Dime qué es lo que sucedió, porque si fue lo de la noche en que te invité... ¿Quieres que te pida una disculpa? ¿Te llegué a incomodar de alguna manera? 

—No, claro que no.—Se apresuró a contestar, frunciendo el ceño.

—¿Entonces qué es lo que pasa? 

Mantuvo su mirada baja, tensando sus hombros. ¿Debía de decirle todo lo que sentía en ese momento? No parecía apropiado, pero tampoco encontraba otra respuesta qué darle además de ella. Cerrando los ojos, rompió el agarre que ejercía sobre su mano, retrocediendo un paso para mantener la distancia. 

—Taehyuhg, tú no has hecho nada malo, ni me llegas a incomodar de alguna manera. No estoy buscando de ti una disculpa, porque de ser así yo debería de pedírtela por mi comportamiento tan tosco hacia ti, pero tampoco sé cómo expresarme porque todo cambió para mí. Me gustas desde que tengo memoria, Taehyung, realmente me gustas y ese beso solo volvió a confirmar lo que yo sabía que sentía por ti, pero no puedo pedirte que me veas de una manera diferente a la que es un simple beta el cuál pueden ser amigos. Conozco mi jerarquía, conozco mi posición en estos casos y no soy alguien a quién buscas, por eso me cuesta más seguir hablando contigo que solo pasar a lado tuyo para volver a como éramos antes, simples compañeros de clases como lo hemos estado haciendo desde nuestros primeros años de escuela. No soy un alfa, inclusive ser un omega podría ser mejor, pero siendo un beta ¿Qué puedo darte? Ustedes tienen la unión con su pareja, tienen destinados y pueden hacer todo lo que uno puede desear, pero yo no puedo hacer nada y eso me está carcomiendo por dentro, me resulta más fácil intentar odiarte en lugar de amarte porque preferiría mantener la distancia y evitar una clase de daño que te daré a la larga cuando entiendas mis sentimientos y lo que es estar a mi lado, en lugar de darte ilusiones y esperanzas de lo que podemos ser en el futuro. 

Las palabras comenzaron a incrustarse en los pensamientos del omega, escuchando atentamente mientras sus ojos se llenaban de lágrimas retenidas por el dolor que el beta estaba expresando frente suyo. No contestó, el azabache no le dio el tiempo suficiente para aclarar sus propios sentimientos y hablarlo, solo se limitó a finalizar esa conversación. 

—Un omega como tú merece lo mejor, Taehyungie. Y para mi mala suerte, soy consciente que no soy lo mejor para ti, ni como tu pareja, ni como tu amigo, porque al final del día no te voy a proveer nada. Eres el omega más puro que he llegado a ver ante mis ojos, y creo que nada de ello cambiará, pero también porque soy consciente que muchas personas allá afuera están dispuestas a darte todo lo que yo no puedo, prefiero dejarlo todo para no hacerme ilusiones de lo que pueda suceder.—Con un suspiro, acomodó la mochila sobre su hombro antes de dirigirse a la salida de los vestidores. 

Jungkook no se giró para ver a Taehyung en ningún momento, aún y cuando escuchó a través de la puerta los sollozos que el omega trataba de retener, no se detuvo hasta que salió de las instalaciones, comenzando a trotar para aliviar la tensión de sus extremidades hasta que estas comenzaron a arder, sintiendo como su cuero comenzaba a pedir un descanso por las largas horas de entrenamiento, pero no podía detenerse y no planeaba hacerlo, necesitaba dejar su mente en blanco. 

Y probablemente había sido la despedida más doloroso que jamás había imaginado tener. 

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