Capítulo 11.
Taehyung había guardado una manta de cuadros y un poco de comida en una canasta, repasando la lista de cosas que tenía que llevar aquella tarde para aquella tarde. Se encontraba demasiado nervioso, con el miedo de dejar en casa algo importante; inclusive sus manos sudaban, y su habitación estaba impregnada con su aroma más de lo normal, mezclado con un toque a amargo por el miedo que sentía de que no saliera su plan como esperaba.
—Taehyung, te están esperando abajo.—La voz de su abuela sonó a través de la puerta, asustándolo.
—¡Voy!—Gritó, recogiendo su mochila y la canasta antes de abrir la puerta.
El rostro de su abuela fue lo primero que vio, junto con una sonrisa que plasmaba la diversión por su invitado. El omega le devolvió la sonrisa, recibiendo una carcajada y la mano de ella revolviendo su cabello.
—Debes controlarte, cariño. Estás desprendiendo demasiado tu aroma, él no lo podrá sentir, pero sí los demás.
—Tú...—Se quedó en silencio, sin saber cómo completar la frase.
La mujer se limitó en asentir.—Reconozco fácilmente a los betas, y no me molesta que te relaciones con uno de ellos, no tiene absolutamente nada de malo.
—¿Crees que a mis padres les molestará?
—¡Por supuesto que no! Igual, ¿No son solo amigos?—Arqueando una ceja, Taehyung sintió un rubor escalar por su rostro, totalmente avergonzado con su pregunta.—Solo bromeo, ve y diviértete, niño. Ya luego me contarás todo de él, ¿O debería de relacionarlo con la persona que te trae suspirando todo el tiempo?
—¡Yah, abuela! Se me hace tarde, debo de bajar.—Chilló, cerrando la puerta detrás suyo y se encaminaba a la planta baja.
Jungkook se encontraba mirando con atención el estante de fotografías de la familia Kim, apreciando imágenes del omega desde bebé, luego en lo que parecía en el jardín de niños y por último en la actualidad, siendo acompañado en diversas fotografías por lo que suponía que eran sus padres, sus abuelos y reconocía en unas cuantas a su amigo omega, Jimin aparecía en varias etapas en la vida de Taehyung.
Cuando escuchó como alguien aclaraba la garganta detrás suyo, se giró para encontrarse a la versión actual del omega, luciendo su cabello rubio peinado hacia abajo, una camiseta de manga larga de un color café y un corazón bordado a la altura de su pecho, combinado con un pantalón blanco y unas zapatillas cafés. El beta se sintió por un momento mal vestido con la chaqueta negra que llegaba encima, la sobrecamisa de cuadros azul y la camiseta blanca que llevaba debajo de todo, el pantalón de mezclilla y un simple par de zapatillas negras.
—Hola.—Saludó con una sonrisa, acercándose hasta él.
—Hola, espero que no estuvieras esperando mucho.
Negó, sonriendo.—No tiene mucho que llegué, ¿Necesitas ayuda con la canasta?
—Oh, está bien, gracias.—Soltó la canasta cuando las manos del beta la sostuvieron, dejando sus manos vacías y sin saber dónde ponerlas.—¿Estás listo para irnos?
—Claro, vamos.
Taehyung se despidió con una mirada de su abuela, y Jungkook salió no sin antes asentir en dirección de la mujer, sonriendo mientras cruzaban la puerta. Agarrarían un autobús cerca de la casa del omega, por lo que se encaminaron a la parada mientras ambos pensaban en una forma de iniciar una conversación, sin tener una idea de cómo hacerlo.
No fue hasta que estuvieron arriba del autobús y en el mismo asiento que comenzaron a conversar sobre cosas triviales del camino al parque donde irían, además de como el beta escuchaba al omega quejarse de como su amigo había rechazado la invitación de acompañarlos y como era perezoso al momento de estudiar, pero que aún así se esforzaba por mantener su promedio. Hablaron de las universidades a las cuales les interesaba aplicar, las carreras que ofertaban y el porqué les interesaba estudiarlas.
—¿No haz pensado en una beca deportiva? Eres bueno en el entrenamiento.
—No, ni siquiera he jugado una vez en el campo, no creo que pueda aplicarla.—Comentó con cierta pena, negando.
—Pero la temporada se acerca, el primer partido es la próxima semana, ¿No es así?—Cuando recibió un asentimiento, chocó su hombro con el ajeno.—Si logran clasificar en los primeros partidos, los representantes de algunas universidades van a ver los juegos, ahí es cuando puedes aprovechar y obtener una.
—No es seguro que pueda jugar para esos partidos, solamente seré un miembro que reemplace cuando algún jugador del equipo falte.
—Debemos pensar más positivo, Jungkook. Debemos ser más positivos, pero te puedo asegurar que jugarás en más partidos de los que piensas, y cuando te des cuenta, estaré ahí diciendo que te lo dije.—Taehyung parecía tan confiado en sus palabras que el azabache se limitó a sonreír, inclusive se permitió a también creerlas.
Cuando el autobús se detuvo en la parada del parque, bajaron y se encaminaron a donde el omega había planeado pasar aquella noche para presenciar la lluvia. No tardaron mucho en llegar ahí, observando como a su alrededor un par de personas transitaban con los mismos planes que ellos, llevando comida y todo lo necesario para pasar el resto del día en el lugar.
Jungkook dejó las cosas sobre el césped, comenzando a extender la manta sobre el suelo y Taehyung encargándose de sacar la comida que se había encargado de empacar para pasar la tarde. Una vez que todo el contenido fue puesto sobre la manta, tomaron asiento uno al lado del otro, siguiendo en sacar las cosas de sus mochilas para comenzar la hora de estudio.
—Bien, retomaremos un poco de las materias de la vez pasada, los exámenes se están acercando y es mejor seguir estudiándolos, aunque pueda parecer tedioso pero es lo mejor.
El azabache asintió ante sus palabras, abriendo su cuaderno de anotaciones para iniciar con la primera ronda de preguntas para ver que tanto recordaban sobre lo visto con anterioridad. Estuvieron conformes al ver que se encontraban mejorando, resolviendo la duda del otro mientras comenzaban a probar los diferentes aperitivos que el omega preparó, centrándose en estudiar y comer al mismo tiempo.
Jungkook no recordaba cuánto tiempo había transcurrido, pero cuando trató de estirarse en su lugar cuando sintió sus hombros tensos, se quedó estático al ver como el omega se estiraba por una fresa, llevándola directamente a sus labios mientras lanzaba una pregunta en su dirección, demasiado anonadado del contraste de la fruta contra el bálsamo rosa que pintaba en los labios ajenos. Taehyung no sentía la mirada del beta puesta en él, centrado en degustar la fresa y el sabor que se acoplaba en su paladar, esperando la respuesta del contrario a su pregunta.
—Entonces, ¿En qué año fue?—Volvió a cuestionar en cuanto terminó de ingerir la fruta, girándose para verlo.
—Mil novecientos noventa y cinco.—Susurró, recobrando la compostura.
—¡Perfecto! Pasemos al siguiente tema, te toca preguntar.—Sonrió, cerrando su cuaderno y prestándole completa atención al beta.
El azabache se escuchó así mismo tragar saliva, sintiéndose avergonzado por tener toda la atención del omega, esperando su pregunta. Fue en ese momento que se dio cuenta de lo difícil que sería pasar el rato con Taehyung una vez que terminaran de estudiar, ¿Cómo sobreviviría hasta la lluvia de estrellas? Solo esperaba que todo saliera tan bien como en ese momento.
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