Jungkook no estaba seguro de cómo sentirse mientras se encaminaba a los vestidores con el equipo de fútbol. Hoy era su primer día como parte del equipo, su primer entrenamiento como integrante del equipo, ni siquiera se había encontrado con ninguno de los alfas como para presentarse.

Lo último era mentira, por supuesto que se había encontrado con los miembros de fútbol, pero había preferido rodear todo el campus antes de encontrarse frente a frente con alguno de ellos. No entendía su repentino comportamiento, no es como si hubiera hecho nada malo, solo por el detalle de ser el primer beta en formar parte del equipo de fútbol de la escuela, un equipo lleno de alfas.

Ah, eso sonaba fantástico para agregarlo a su solicitud para la universidad.

Observando la puerta como si fuera su peor enemigo, decidió dejar sus miedos atrás y empujó la puerta para entrar. Contrario a lo que esperaba, donde los jugadores lo sacaban a patadas por pensar que se había equivocado de salón, solo pudo sentir un par de miradas curiosas y luego seguir con lo suyo, ignorándolo por completo.

Bien, no había iniciado tan mal como imaginaba.

Dando un par de asentimientos como saludo, encontró el número de su casillero asignado y lo abrió con la combinación asignada. Cuando abrió su mochila para dejar un par de pertenencias, escuchó un par de pisadas acercarse, girándose al mismo tiempo que Park Jaewoo se asomaba al final de los casilleros. 

—Miren a quién tenemos aquí, si es a nuestro nuevo miembro.—Su tono de voz no fue uno amigable, por lo que el beta se sintió incómodo.—Jeon, ¿No?

—Jeon Jungkook.—Con una breve reverencia, volvió a su lugar.

—Y eres un beta, ¿No es así? 

—Sí.—No tenía siquiera la opción de mentir, sería inútil ante su falta de aroma y las características que carecía sobre las demás castas. Tampoco se sentía mal por ser beta, simplemente se había hecho a la idea desde que supo de su asignación, pero cuando estaba frente a un grupo de alfas, consideraba qué pasaría si tan solo fuera de otra casta. 

—Nos sorprende que el entrenador te haya elegido, siendo un beta, no es común tenerlos en el equipo.—Recorriéndolo con la mirada, bufó.—Supongo que debes de ser bueno, pasaste su prueba.

—Estaré trabajando para llegar a su nivel de resistencia, no tienen qué preocuparse de que sea un problema para ustedes.—Se apresuró en decir, apretando la correa de su mochila.

—Eso lo veremos. Sal al campo, todo miembro nuevo en el equipo tiene una bienvenida, así que te estaremos esperando.—Obteniendo un par de miradas de confusión ante sus palabras, el azabache observó como se retiró del lugar.

Jungkook no mentiría que le inquietó su comentario, las bienvenidas no parecían lo mejor, pero tampoco podía hacer mucho cuando tenía que presentarse al entrenamiento y bajo la amenaza del entrenador sobre asistir obligatoriamente de manera puntual. Dudando, alistó sus pertenencias y se aseguró de mantener su casillero cerrado, trotando hasta el campo mientras se preparaba mentalmente para lo que se avecinaba, no esperaba encontrar a Jaewoo con un silbato entre sus manos. 

Se detuvo a un par de metros, dándose cuenta de cómo todos los jugadores estaban por atrás del alfa y lo miraban con atención, inclusive lo sintió como una especie de burla. 

—Bien, Jeon. El día de hoy soy el entrenador, así que acatarás todas mis órdenes desde este momento, ¿Entendido?

El beta se limitó a asentir, haciendo molestar al alfa ante su falta de palabras.

—Muchachos, ¿Por qué no esperan en las gradas? O pueden hacer un calentamiento ligero, yo me encargaré del entrenamiento de Jeon como parte de la bienvenida, ¿Escucharon?

—¡Entendido capitán!—Afirmando como respuesta, trotaron lejos de ahí con miradas burlonas, estarían más que atentos en ver el entrenamiento especial para el beta. 

Iniciaba el entrenamiento interminable para el azabache.

(...)

Taehyung caminó en dirección al campo para obtener un lugar para estudiar sus materias. Jimin no contestaba sus llamadas y tenía dos horas libres hasta su próxima clase, si no era demasiado perezoso una vez que llegara a su asiento habitual, podría considerar tomar una siesta.

Últimamente sentía a su lobo demasiado inquieto, corriendo de un lado a otro y cerrándose cuando se preguntaba por el comportamiento. Le desesperaba la poca comunicación que existía, pero estando en desarrollo, era casi imposible conectar por completo con sus lobos hasta llegar a una edad madura.

Estuvo rodeando el campo de entrenamiento, observando a su alrededor con curiosidad hasta que se percató que era día de entrenamiento, pero pareciéndole extraño como los jugadores observaban desde las gradas a su capitán, mismo alfa que se encontraba sonando el silbato repetidamente sin descanso mientras otro chico se encontraba haciendo lanzamientos con los diferentes balones, corría hacia ellos y repetía el lanzamiento, haciendo el mismo proceso una y otra vez hasta que Jaewoo se detuvo y gritó una nueva orden.

Fue cuando el chico se giró que Taehyung lo reconoció, dejando salir una exhalación cuando el rostro sonrojado y sudoroso de Jeon se precipitó sobre su vista. El beta parecía haber estado demasiado tiempo en el sol, corriendo y haciendo todo lo que el alfa le ordenaba con aquel molesto silbato, percibiendo su caminar torpe y temblorosa conforme iba al límite del campo y los demás jugadores entraban, agarrando un balón respectivamente y se acomodaban en línea recta. 

—Bien, veremos si Jeon tiene el instinto suficiente para poder atrapar sus lanzamiento, muchachos.—Jaewoo se formó al inicio de la fila, agarrando el balón que le fue tendido y se giró, mostrando una sonrisa burlona.—¿Preparado, beta?

Antes de que el azabache pudiera responder, el balón fue lanzado con demasiada fuerza, impactando directamente a la altura de su estómago, sacándole el aire y cayendo de rodillas. Los jugadores se rieron a grandes carcajadas, haciendo comentarios burlones que hicieron enojar al omega, tratando de idear un plan ante la necesidad que sentía de sacarlo de ahí.

Sin perder más el tiempo, corrió en dirección a los jugadores, tratando de interponerse antes de que el siguiente alfa lanzara el balón. Gritó el nombre de Jaewoo al tiempo que el balón era alzado, desconcentrándolo con su llamado y haciendo del lanzamiento un rumbo diferente al de impactar con el beta.

—¡Jaewoo, el entrenador te habla!—Comentó una vez que se encontraba a un par de metros de ellos, tratando de recuperar el aliento.

—Es imposible, el entrenador sabe que estoy entrenando a los chicos.—Frunció el ceño en confusión.

—Viniendo hacia acá me lo encontré, dijo que te esperaba en su oficina.—Mintió, ni siquiera sabía si el entrenador se encontraba en la institución. 

Con un intercambio de miradas, Jaewoo bufó antes de dar la última orden.—Bien, tengo que ir con el entrenador, por lo que la práctica termina el día de hoy.

Los demás jugadores se quejaron en voz alta, mientras Jungkook tomaba asiento sobre el pasto donde buscaba aún recuperar el aliento. Se sentía agradecido de que la práctica terminara, solo quería llegar a su habitación y no volver a salir de ahí, ni siquiera se sentía en condiciones para caminar y dirigirse a casa. 

—Jeon, te espero mañana para el entrenamiento.—Con un tono duro, se alejó desconcertado. Su voz no sonaba como una invitación, sino como una amenaza para que apareciera obligatoriamente al día siguiente. 

Los jugadores se fueron disipando del campo, dejando al omega y al beta solos, el azabache demasiado concentrado en el dolor que sentía como para presenciar la mirada de preocupación que Taehyung le brindaba. 

—¿Estás bien?—Cuestionó acercándose, tomando lugar frente suyo.

Asintió.—Solo necesito un minuto.

—¿Por qué mejor no salimos de aquí? Hace demasiado sol y puede que haya mentido con respecto al entrenador.—Confesó con un sonrojo, obteniendo una mirada de confusión.—Solo me preocupaba que Jaewoo te estuviera presionando demasiado, por lo que decidí mentir que lo llamaban y así poder darte un respiro.

Jungkook se encontraba demasiado cansado como para darse cuenta de las palabras de Taehyung, ni siquiera tuvo tiempo de ponerse nervioso o sobrepensar las cosas, solo necesitaba oxigeno y mucha agua, su garganta ardiendo por la sed que sentía. Se levantó con ayuda del omega, entrelazando sus brazos mientras salían del campo lo más rápido posible antes de que la mentira del omega fuera descubierta.