PRÓLOGO
En el cuarto más remoto de un oscuro y putrefacto hoyo llamado Face, una taberna maloliente de cuarta ubicada en un barrio marginal de Busan, se encontraba un omega temblando por la elevada temperatura que su cuerpo poseía. Este se retorcía por un dolor inmenso en su vientre, que todavía se pregunta como es que no ha terminado de rodillas en el suelo polvoriento, sus piernas largas y tonificadas eran casi inexistentes. La respiración aparecía en intervalos en el joven, su piel ardía y su aroma a vainilla salía desprendido en contra de su voluntad invadiendo cada centímetro cuadrado de esa habitación con sus feromonas.
Y era cuando él más se regañaba...
¿Cómo demonios se le olvidó que entraría en celos?.
¡Por dios!, mira que su padre se lo decía a diario y él solo creía que era una conspiración del mundo en su contra, que todos lo odiaban, ¡pero no!, sinceramente tiene que reconocer que era un reverendo inútil. Él mismo buscaba las desgracias.
—¡Oye Park, estás retrasado! —una voz rasposa sonó del otro lado de la puerta haciendo saltar al nombrado.
El omega con su mochila en el hombro aún, colocó una de sus manos en el pecho por el susto, pero suspiró y se controló al detectar que quien lo llamaba era un beta del equipo de seguridad del bar en que era mesero. Cayó de su ensoñación sustrayendo su deprimente uniforme del bolso, guardó sus pertenencias en la taquilla para luego cerrarla de golpe y en lo que se limpiaba unas lágrimas rebeldes que resbalaban por sus mejillas.
—Ya voy Ahn, es que me surgió un... inconveniente. —respondió entrecortado por las fuertes punzadas que recibía de sus entrañas y miedoso de no tener una solución a mano.
—Tu turno hace cinco minutos que empezó y ya tienes a un cliente en tu zona, mueve tu trasero...
Mierda, su vida sí que era un chiste.
¿Y ahora qué iba a hacer?.
Si está a nada de lubricar de excitación y en la mismísima boca del lobo, literalmente.
Con todos esos tormentos, el omega negó con la cabeza y resignado con su situación fue a cambiarse para ir a trabajar. Lo menos que necesitaba era ser despedido, este era un trabajo horrible, pues la taberna Face era conocida por ser el mayor prostíbulo clandestino de la ciudad, pero fue lo que encontró cuando el desespero de no poder tener un plato para la cena tocó a su puerta.
Y sí...
La vida para este omega de tan solo dieciocho años no ha sido para nada linda. Él se puede catalogar como un niño todavía, lo que con la desdicha de que la experiencia le ha enseñado a base de golpes que tiene que sobrevivir como un adulto. Por eso, mientras que se pone las mallas y la minifalda del uniforme, se sigue recriminando por este diminuto error que lo acaba de convertir en una golosina en la puerta de un colegio de primaria. Él será ese plato principal para todos esos asquerosos alfas que visitan el lugar porque apestará a celo y sin un puto supresor que lo contenga.
Pero bueno, no queda más que rezar y luchar hasta tantear el terreno, contar con alguna ayuda de un compañero o sacar sus garras antes de que su animal tome el control...
Y todo esté perdido para Park Jimin.
¿Será?.
Comenzamos una nueva aventura por la cual espero que les guste, algo un poco nuevo para mí ya que será mi primer omegaverse largo y Kookmin. Sin más, nos leemos y no olviden el apoyo que me puedan brindar si es de su agrado.
Kath
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