⚜️ Capítulo 5 ⚜️
—Señor Jeon...
El sol acentuaba las facciones contraídas del alfa cuando uno de sus hombres llegó hasta él. Era casi mediodía, estaba cansado por no pegar un ojo en toda la noche más el viaje repentino que hizo hasta Galicia, pues su cabeza estuvo atolondrada desde que dio con Jimin y la sorpresita que lo acompañó. Era evidente que ya conocía la verdad, esa mocosa que representa un vivo retrato de él es su hija, o bueno, de su lobo, pero como sea, miles de dudas surgieron desde que llegó a la suite del resort en el cual se hospedó y se dio tiempo a asimilar bien los sucesos. Por eso no quiso verlo, encerró a Jimin y a la niña en la habitación principal para desenredar su mente. Además, estaba el asunto del omega que saltó al mar, y aunque para él haya sido suicida su acto desesperado, conoce que Hoseok es una zorra vieja y astuta, no por gusto formó parte de su escuadrón letal en el pasado. No volvería a subestimarlo.
—¿Pasó algo? —desvió sus tormentosos ojos hasta él que lo interrumpió, cayendo en la realidad.
—Recibimos un aviso de Corea, el señor Kim quiere que lo contacte cuanto antes —e informó el sujeto recuperando el aliento.
Jeon solo asintió para volver a mirar al horizonte y contagiarse con la brisa marina que hacía balancear su cabello y su traje tropical de hilo blanco. Estaba parado en la terraza con sus manos escondidas en los bolsillos del pantalón, observando la costa cristalina que desembocaba en una piscina natural acondicionada por el hombre para que sea parte del hotel y privada para su suite. Subió sus lentes de sol para sostener los mechones rebeldes que rozaban su rostro y se dispuso a entrar al interior de la casa. No quería todavía enfrentar al omega, pues este no era el lugar adecuado y además no quería ser muy drástico delante de la mocosa. El carecía de empatía hasta para tratar a un adulto que eran menos complicados, pero no significaba que no tuviera dos dedos de frente para saber lo que puede lastimar la integridad de un menor.
—Vamos, a Taehyung le debe faltar poco para poner una orden de búsqueda y captura a mi nombre —bromeó al recordar lo intenso que es su amigo y socio, pero en cuestiones de segundos su rostro volvió a enseriarse— ¿Hay noticias de los hombres que fueron al faro, Eun Woo? —y detuvo sus pasos casi en el arco de la entrada para fijar su vista en otro de sus alfas de confianza, quien es más que un simple chofer.
—Las mismas, no hallan nada, pero ya alquilaron una pequeña embarcación pesquera para buscar al omega.
La mitad del equipo que lo acompañó a España había partido a primera hora del amanecer para indagar sobre Hoseok o confirmar si en verdad había muerto en el mar.
—Bien, que sigan buscando por ahora, lo que prepara el avión para regresar a Corea en la noche —respondió el alfa lupus cuando la oscuridad chocó contra su rostro tapando el sol que surcaba en los cielos.
—Sí señor.
Una vez dentro de la casa, el subordinado de Jeon se puso en función de las nuevas órdenes mientras que este paró en seco cuando sus orbes intimidantes se posaron en la puerta de la recámara en donde estaban sus invitados especiales. No obstante, su ceño se frunció cuando detalló el carrito de comida que trasladaba uno de sus empleados y que tenían como misión vigilarlos.
—¡Oye tú! —gruñó con todas sus articulaciones tensándose, apretando la mandíbula y señalando juzgadoramente al aludido— ¡Detente! —y su tono picó de forma amenazadora congelando cualquier movimiento a su alrededor.
—¿S-si... señor?.
—¿Quién carajo dio la orden de llevarles comida?
—Es que el om-omega pidió para la niña y-y como usted nos ordenó q-que lo atendiera...
—¡Qué los vigilaran! Eso fue lo que dije —interrumpió al temeroso subordinado, sintiendo su sangre calentarse, señal de que sus feromonas se estaban alterando, y observando la excesiva cantidad de comida sobre el carrito— Aquí nada se mueve sin que yo lo ordene, ¿está claro? —y volvió a gruñir rechinando los dientes.
—Sí señor, lo siento...
«No seas animal, la niña tiene mucho tiempo sin alimentarse»
Jeon siseó enojado por el susurro de su lobo, pero se relajó al recordar que este ha estado increíblemente tranquilo. Él sabe las causas, pues otra cosa que no lo ha dejado descansar es el aroma a vainilla que se ha alojado tanto en su olfato como en cada partícula del aire que habita en la suite. Reviró los ojos burlándose de su débil animal y trasladó su atención a sus hombres que seguían estáticos donde mismo.
—Dejen esa comida aquí, yo me encargo luego y personalmente.
Con el sí unísono de los presentes, suspiró para calmarse y dio media vuelta siguiendo el recorrido hasta la pequeña área que improvisaron como la sala de control, en el cual habilitaron los equipos para manejar las comunicaciones y el internet. Con su humor por el piso como de costumbre aunque peor por la espinilla que empezó a latir en su pecho gracias a la anterior escena, trasteó la laptop con ayuda de otro subordinado y el tono de una videollamada se escuchó atrayendo a todos sus sentidos. Enseguida tomó asiento en el largo sofá de gamuza roja que terminaba en una L acaparando casi todo el espacio del ancho de la salita y esperó a que su segundo al mando respondiera.
La suite era en general como una lujosa casa al estilo mediterráneo, con dos recámaras, sala, cocina comedor que su función era adornar un espacio agradable para que los huéspedes pudieran cenar en un ambiente cálido y familiar, pues la cocina era solo decorativa ya que el hotel era el encargado de proveer alimentos. También portaba una extensa terraza frente al mar y esa piscina que parecía ser la de los mismísimo dioses del olimpo gracias a la claridad de sus aguas entre los tonos verdes y amarillento por el reflejo de las rocas y la arena, y esta tenía una entrada al interior por el inicio de los corredores que comunicaban en F con las áreas mencionadas. Donde entre ellas se encontraban este pequeño Hold, el cual sus paredes empedradas al igual que en toda la suite se unificaba perfectamente con las cortinas doradas y rojas más el diseño barroco tan extravagante de los adornos. Una total hermosura para la vista de todos.
—¡Al fin...! —se escuchó la voz gruesa y ronca de Kim, acaparando al momento la atención del alfa quien se había quedado prendido en sus sensaciones— Si yo no te llamo tú no te dignas a aparecer —y reclamó el sujeto detrás de la pantalla.
Los labios finos de Jeon se ensancharon a medio lado con una sonrisa socorrona, eliminando rastros de desconcierto en su organismo.
—¿Qué, acaso me extrañante Kim? —se burló como de costumbre— Ya te he dicho que no me gustan los alfas —y carcajeó detallando el rostro desfigurado de su amigo.
Siempre caía en la misma broma.
—¡Imbécil a mí tampoco y por mucho que cambie de parecer, serías el último alfa en el que me fijaría! —espetó furioso el contrario, logrando que la sonora risotada de Jeon creciera.
Pero en lo que el alfa lupus controlaba los espasmos de la risa para que su estómago no doliera, captó por el rabillo del ojo que en las expresiones de su amigo había algo más agotador que el habitual sobresalto de su chiste y eso hizo que se fuera calmando hasta oscurecer nuevamente su semblante. Fue cuando delineó las ojeras en Taehyung, que el fondo que observaba detrás de la pantalla pertenecía al estudio de la casa de Busan del nombrado y que este estaba más tenso de lo normal.
—¿Qué pasó, por qué esa cara alargada y qué haces aún en Busan? —se dignó a preguntar— Tú odias Busan... —y murmuró para él intrigado.
El otro alfa bufó en resignación.
—Han surgido problemas en tu ausencia —reconoció traspasando su energía negativa hacia él que hace unos segundos se divertía. Los ojos filosos de Jeon intimidaron a Kim para que no se detuviera— Pero antes de hablar sobre eso, dime que significa el mensaje que mandó Eun Woo, ¿tienes a Jimin? —y cuestionó confundido.
Jungkook suavizó su mandíbula y sus hombros se encorvaron acomodándose en el sofá, no obstante, no retiró su mirada inquisitiva de Taehyung. Gracias a las palabras del contrario, recordó que ayer había olvidado dar parte de lo sucedido en el faro a su clan, y que por eso hoy envió a primera hora de la mañana a su chofer para que mandara un mensaje encriptado y tranquilizar al alfa que ahora conversa con él. Lo que el contenido de ese texto es él que lo tiene analizando el comportamiento de su mano derecha.
"La operación captura resultó exitosa en un 60 %, tenemos a uno de los traidores"
—Sí, tengo a Jimin bajo mi poder... —y recitó ese casi susurro deletreando cada palabra con lentitud, entredientes y con un escrutinio feroz.
Porque Jeon Jungkook aunque en el fondo tiene una recóndita noción de que Taehyung daría su vida por él, no confía ni en su propia sombra cuando su lobo es el primero que lo traiciona. Así que se tensó al rememorar la antigua relación íntima de su amigo con la zorra de Jung.
—¿Y...? —incentivó Tae ante el incómodo silencio que se formó.
—Si lo que quieres conocer es qué sucedió con Hoseok, lamento informarte que escapó o murió en el intento —soltó sin ápice de remordimiento, claro y conciso, pero no dejó de analizar al contrario.
Y por supuesto que el alfa Kim se sorprendió.
—¿Algún problema? —cuestionó con dureza que al instante aflojó por ver neutralidad en su amigo.
—Claro que no, Jeon, eso ya lo hablamos, Jung Hoseok ya no significaba nada para mí desde antes de que se vendiera. Solo me sorprendí y que al final él era una pieza fundamental para descubrir quien fue la cabeza pensante del atentado de hace ocho años, ¿o eso no fue en lo que quedamos?.
Y en serio Taehyung no mentía, antes de esa tragedia que marcó al clan Jeon, su romance con el omega Jung había terminado amigablemente porque los dos concordaron que no hubo amor entre ellos. Solo fue una aventura avivada por la química sexual que sus lobos inmaduros sintieron, pero que nunca trascendió al no formarse un lazo de esa magnitud, y por lo que prefirieron dejarlo como simples colegas que se tenían mucho aprecio. Un suspiro profundo por parte de Jeon, hizo que el contrario lo mirara después de regresar de sus pensamientos.
—Lo se, ya sabes como soy —aceptó el alfa pelinegro, consciente de la actitud defensiva que ha adquirido desde la traición que sufrió— Y sí, era lo que quería, de hecho, cuando llegué pude hallar muy fácil a Hoseok y todavía sigo sin entender que pasó en realidad.
—Explícate.
—Como imaginamos, dio un poco de guerra, pero increíblemente bajó la guardia cuando le hice saber que di con sus coordenadas gracias a que tenemos a Suga, y al sentirse acorralado decidió cooperar, confesándome lo que ya suponíamos. Estaba esperando a Park para volver a desaparecer, si hubiésemos ido a Marrueco ellos hubiesen escapado de nuevo —Jeon tomó una pausa y respiró con anhelo— Todo estaba marchando a la mil maravillas hasta que ya tuvimos a ambos frente a frente y Jung decidió saltar al mar, fue muy rápido y no supimos más de él —expuso notando que el contrario iba a tomar la palabra.
Jeon rápido se incorporó y lo detuvo con la palma de su mano.
—La probabilidad de que haya muerto ahogado o por el salto tan alto que había en el acantilado es de un 99%, pero conociendo a esa astuta rata me parece muy raro que haya esperado a que Jimin apareciese para intentar algo suicida y no antes, así que mientras no aparezca su cuerpo voy a suponer que sigue vivo.
Taehyung asintió, entre tanta conmoción estuvo de acuerdo con Jungkook. Todo era muy raro y tiene muy presente el lado estratega de ese omega, él cual los sorprendía siempre con un truco bajo la manga y que en el pasado les salvó el pellejo en más de una ocasión. Fue por esos motivos que Kim quedó embrujado, su inteligencia lo cautivó y también logró ganarse la confianza de alguien tan suspicaz como Jeon.
—Definitivamente hay una motivación oculta, —murmuró el castaño arrascando su barbilla enfausacado en su mente.
—Como sea, eso ya lo hablaremos cuando llegue —espetó el pelinegro al recordar que probablemente algo pasó mientras él no estaba— También surgió un imprevisto con Park, pues trajo consigo una inmensa sorpresa, pero vayamos al tema, ¿qué fue lo que pasó, todo salió bien con los japoneses? —y preguntó.
—¿S-sorpresa?.
Por un minúsculo parpadeo, Jungkook saboreó un fugaz brillo de miedo en el contrario, pero negó en su interior al pensar que fue su paranoia la que actuaba y no le prestó su debida atención.
Kim Taehyung nunca lo traicionaría.
—Eso ya lo verás con tus propios ojos cuando regrese —el contrario tragó en seco, gesto que otra vez no fue visto por el alfa lupus, ya que reviró los ojos— Ahora concéntrate que me estás poniendo ansioso —y refutó hacia su despistado socio Kim.
—Los japoneses no quedaron nada satisfechos por tú no presentarte, el asunto es más delicado de lo que podíamos creer y aunque Jackson hizo un buen papel calmando las aguas —expresó el castaño luego de recuperar la compostura— No obstante, te dieron un ultimátum... —dijo y miró al pelinegro con preocupación.
—¿Ultimátum, a mí, acaso quieren guerra de nuevo? ¿¡Cómo se atreven a amenazarme!?.
—Cálmate amigo, las cosas no son tan simples como la guerra territorial de antes a que se firmara el acuerdo de paz —interrumpió Taehyung que ya predecía esta reacción en Jeon.
—¡Continúa!.
—Desde hace tres meses han tenido sabotajes en sus negocios como ya nos informaron...
—Asimismo, por eso era la reunión y es que quedamos en ayudarlos para encontrar a los responsables —intervino con exasperación Jeon.
No entiende cual es el problema. ¡A ver!, para él los japoneses no son un rival de temer mientras estén en su territorio, pero aún así lo pone en alerta y es que tampoco quiere desgastar recursos en una enemistad con ellos; más cuando llevan cinco años colaborando en tratos muy lucrativos para ambos clanes. Y la paz siempre será la paz por muy turbio que sea el mundo en que se mueve.
—Eso pensábamos, tenemos que reconocer que no le dimos importancia porque eran asuntos internos de los Yakuzas, pero hace tres semanas que atacaron una de las casas de seguridad del líder, su sobrino que es el primero en la sucesión del clan resultó gravemente herido y ahora se debate entre la vida y la muerte. Pero eso no es todo, agarraron a uno de los atacantes y según los japoneses dieron con una pista que los llevó hasta el clan Monobal, en Tailandia.
—¿El de mi hermana, pero ese clan prácticamente ni existe? —saltó con sus ojos expandiéndose y sus pupilas se agrandaron para darle lugar a unos iris rojos, hasta su lobo alzó sus orejas y contrajo el hocico.
Por mucha diferencia que tenga con su animal, él no dejaba de ser un alfa y su principal instinto es el de velar por la manada que lo respalda.
—Es exactamente por lo que andan furiosos, no es un secreto que los antiguos Monobal ahora trabajan para nuestro clan y bajo nuestra marca, lo que aún así, dicen que quieren darnos el beneficio de la duda —y siguió explicando el alfa castaño, que aunque la tensión los envolviera por la gravedad del asunto, no quería que Jeon perdiera el rumbo.
Su juicio últimamente estaba nublado en la demencia, eso era un hecho, sin embargo, bajo todo pronóstico su socio Jungkook pareció comprender sin alterarse.
—Piensan que nosotros estamos detrás de esos ataques, lo que también saben que otra guerra les costaría caro —y murmuró el pelinegro sobándose las sienes.
—Así mismo amigo mío, por eso se ofendieron cuando tú no fuiste a recibirlos, pero Jackson los contentó al crear un grato espectáculo en Face y les regaló un cargamento de supresores AA —Kim apretó sus labios— Espero que no te moleste —y agregó a sabiendas que perdieron unos cuantos millones.
—Está bien, Kim —aceptó Jeon impresionando al contrario, pues relajó sencillamente esa aura ensombrecida que hacía temblar a todos— Yo mismo di la orden de que tenía mi permiso, hizo lo correcto —y sonrió de forma torcida.
—Igual, piden tu presencia para solucionar el asunto y dieron como plazo menos de un mes —interrumpió el de la sonrisa cuadrada— Tendremos que ir pronto a Japón y eso no me gusta, además, huelo que hay gato encerrado.
—Estamos en sintonía porque si los japoneses no mienten, alguien quiere hacer creer que nosotros estamos detrás de esto para ponernos en contra con uno de nuestros mejores aliados que es lo más preocupante —habló pensativo el alfa pelinegro, mirando a la nada aunque enseguida notó una mirada indecisa de parte del contrario— ¿Por qué me miras así? —y no dudó en preguntar arqueando una ceja.
—Nada...
—¡Dime! —exigió Jeon.
—Te vas a burlar de mí.
—Se que tu cabeza es medio fantasiosa, pero sino creyera en ti no serías mi segundo, Taehyung.
—Es que no te parece raro que todo se vuelva alborotar justo cuando das con el paradero de...
—¿Park? —completó la interrogante Jeon cuadrando las facciones de solo pronunciar ese apellido, el contrario asintió— No jodas con eso de nuevo Kim, los japoneses están recibiendo mierda desde hace meses y hace solo unos días que dimos con él —bufó tan rabioso que casi escupe en sus palabras.
—Sí, pero tampoco era un secreto que cada día estábamos más cerca de ellos, de Suga, así que perdón, es una teoría que no debemos ignorar o ya olvidaste...
—¡Basta! —el puño de Jeon se encajó en la mesa de centro que de milagro el cristal no reventó. Sus fosas nasales se dilataron para traspirar la ira y sus orbes parecían arder aunque transmitían oscuridad— ¡Aquí nadie va a tropezar con la misma piedra, demonios deja eso Kim Taehyung! —y refutó con sus venas a punto de reventar.
—Lo siento —el castaño bajó la cabeza ante la furia del dominante alfa pese a que los separaban miles de millas y se comunicaban a través de una laptop— Pero usted fue el que preguntó —y masculló dolido.
Para un alfa no era agradable que otro de su casta viniera a ejercer su jerarquía sometiéndole con su voz, menos si viene de la mano de alguien que consideres cercano e importante, eso lastimaba a su animal, así que no se pudo contener en expresar su descontento. Jungkook después del arrebato que tuvo, fue paulatinamente regresando a la normalidad y enojándose el doble, pero ahora por su parte humana. Es increíble lo rápido que pierde el control sobre su lobo de solo escuchar que mencionen a ese detestable omega, pero lo que más le está martillando ahora, es que se impuso contra Kim y eso nunca sucedía, pues ellos ya habían creado un vínculo de hermandad. Señal que le indicaba nuevamente a Jeon que estaba al borde del precipicio llamado locura.
—Y-yo... e-este... —quiso disculparse, pero su orgullo no lo dejó— Avisa a mi hermana para que tome medidas preventivas y que asegure a mi madre y a Jennie —y ordenó aunque con un tono apacible.
—Ya lo hice, señor.
Con esa respuesta su pecho se oprimió. Su amigo nunca usaba tal formalidad y eso lo hizo removerse incómodo. Igual, no estaba dispuesto a ceder, o mejor dicho, no podía.
—¿Algo más, señor?.
—Regresaré lo más pronto posible a Corea, te notificaré cuando abordemos el avión.
—Entendido, tendré todo listo para su llegada —y respondió Taehyung antes de colgar.
Fue tan rápido que su amigo no le dio tiempo a despedirse. La furia contenida se fue desplazando con ímpetu en sus venas hasta llegar a sus ojos los cuales tomaron un rojo sangre en vez de su normal azabache. Su pecho martillaba sin darle tregua a que respirara, sentía la desesperación de su lobo por tomar el manejo completo de su cuerpo y ahí empezaba de nuevo su confusión. Jungkook quedó sumergido en sus pensamientos inquietantes mientras una bruma espesa cubría la estancia con sus feromonas agrias y avisándoles a todos los presentes en la suite que debían mantenerse alejados de él por su bien y no interrumpirlo.
Todo giraba en torno a ese omega, hasta sus propias torturas, así que para el alfa siempre había un culpable claro.
~¡Park Jimin!~
De un salto se levantó, con sus puños contraídos y sus garras clavadas en la palma de sus manos. Era un perro rabioso hasta el tope de odio donde en su interior todo se mezclaba porque tanta influencia tenía su lobo sobre él, como Jungkook sobre Nochu, lo que lo convertiría en un inestable volcán amenazando a cada instante con erupcionar, como dos elementos químicos que tienen prohibido juntarse y que para su mala suerte, están encerrados en un mismo recipiente.
Por eso, enfurecido comenzó a caminar en dirección de su latente dolor de cabeza, extrapolado como si estuviera en el infierno, lanzando dagas hechas de feromonas repulsivas y con el único objetivo de encararlo. Situación que Jimin sentía aunque no lo presenciara, pues la bomba sensorial de aromas lo hicieron temblar, ponerse en alerta frente a la entrada de la habitación, esconder a la niña detrás de él y reflejar a su omega en un lindo celeste que brilló en sus orbes, muy dispuesto a atacar si era necesario. La tensión cayó de manera sofocante, para ellos no había nada alrededor y la puerta se abrió de golpe.
Jimin y Jungkook quedaron cara a cara al igual que sus lobos, donde uno entre tanta oscuridad se emocionó y el otro con miedo gruñó.
—¡Mocosa! —llamó el alfa sin retirar su mirada de Park— ¡Afuera te espera tu desayuno, sal...! —y ordenó.
La niña absorbiendo las emociones de los contrarios, sacó a relucir su cabeza temerosa por detrás de su padre. Miró al alfa y luego a Jimin. Tenía mucha hambre, más del normal, pues aunque se saltó el desayuno por la hora que era, ayer había cenado en demasía, y eso no tenía lógica para Somi ni importancia al ver a su padre tan tenso. Pero sencillamente era porque ayer fue la primera vez que presentó a su casta con conciencia, o más bien la invocó.
—Papi —murmuró entrecortado y con timidez, cerrando sus manitas en la muñeca del brazo izquierdo del omega— Tengo hambre, ¿puedo? —y sus ojos brillaron en una súplica tierna e indecisa.
Jimin no pudo contener la diminuta sonrisa en su rostro ni que ya se encontraba asintiendo con la cabeza en lo que trasladaba el agarre de la pequeña hasta su mano, entrelazándolas.
—¡Oh no... Park, tú te quedas! —Jeon frenó la intención del omega, el cual se disponía a acompañar a su hija fuera de la recámara— ¡Tenemos qué hablar! —y refutó con la mandíbula tensa.
—No voy a dejar a Somi sola, no confío en ti.
Un gruñido se tarareó en el aire, su enojo incrementó al obtener esa respuesta y con pasos fuertes recortó la distancia hasta que su aliento achocolatado chocó en la delicada nariz de Park.
—No te atrevas a mencionar la palabra confianza, omega —su voz salió más grave mientras que sus dientes chirriaban, saboreando el estremecimiento en el contrario y por lo que lució su torcida sonrisa dando dos pasos más hacia Jimin— Pero si quieres, la niña se queda sin comida y también se entera la puta escoria que tiene como padre —y susurró en el oído del más bajo.
Jimin ahogó un sollozo, en su pecho su animal arañaba llena de miedo, sin embargo, no quería demostrarle a ese alfa el control que podía tener sobre él. Hace siete años, cuando nació Somi, se prometió así mismo que cambiaría y la defendería con garras, ya no sería ese sumiso y cobarde omega que era pisoteado por todos. El problema también era que la niña ya tenía edad para comprender su origen y eso también era ponerla en peligro. Así que sin más opción retiró la mirada de Jeon para trasladarla hasta su hija.
—Somi, ve a comer y portate bien —le acarició el dorso de la mano en lo que se agachaba a la altura de la pequeña— No hables con nadie, pero sí intentan hacerte algo haz lo que papá te enseñó, tira del vínculo —susurró aunque lo más probable es que el alfa a su derecha lo escuchó.
La niña asintió con una enorme sonrisa para luego caminar hacia la salida siendo seguida por Jungkook y Park, aunque a penas Somi cruzó la puerta, el alfa la cerró. Jimin que trataba de no perderla de vista chocó contra la espalda tonificada del contrario, se encontró envuelto en una onda de feromonas y lo próximo que sintió fue como lo lanzaron contra la pared más cercana, pegándose fuerte en la espalda. Fue tan rápido que no pestañeó ni respiró, menos ahora que unos furiosos ojos rojos estaban clavados en su rostro a solo centímetros de él
—Odio tanto que huelas tan bien...
Un murmullo ronco se infiltró en su audición, hechizándolo. Tener a ese alfa tan cerca era una tortura, cada célula de su cuerpo reaccionaba involuntariamente y lo petrificaban. Pero casi saltó al techo cuando el agarre de esa áspera y grande mano se adhirió a su cuello cubriéndolo casi en su totalidad, y lo vio acercarse. Su corazón latió con efervescencia, la mirada de Jeon ahora había descendido hasta sus labios y no se detenía.
¿Lo iba a besar?.
Con esa interrogante se puso rígido y cerró sus ojos con vigor. Su omega tuvo miedo evidenciándose en un contundente rechazo, pero los segundos pasaron y nada. Hasta que un olfateo detrás de su oreja lo hizo gemir débilmente por las cosquillas y el agarre sobre su cuello se fortaleció. Antes era como una caricia, ahora le impedía respirar. El calor comenzó a evidenciarse en su tersa piel y desesperado llevó sus manos hasta la que lo estaba asfixiando para impedir que siguiera, cayendo en un pequeño forcejeo con el alfa que ni se inmutaba.
Jeon había desviado su atención, su lobo por un instante se apoderó de sus pensamientos y estuvo a nada de atrapar esos carnosos labios, sin embargo, el rechazo del contrario llegó a su olfato y eso lo hizo encolerizar porque él no quería. Ya no deseaba a Park Jimin, lo odiaba y por culpa de su animal, se volvió a mostrar susceptible al aroma del omega. Igual, aunque Nochu se descontroló por el dolor de ser abandonado, no pudo evitar aspirar esa deliciosa vainilla directo de la fuente hasta que Jeon retomó la lucidez.
—¿Por qué lo hiciste? —gruñó alto, lo que el contrario se estaba ahogando y no podía responderle— ¡Contesta! —y lo lanzó con un impulso hacia su dirección con fuerza, como si Jimin fuera una liviana pluma.
El omega cayó al suelo cerca de la cama, tosiendo para lograr que el aire llegara a sus pulmones, sus latidos aumentaron y por dentro ardía.
Dios, creyó que lo iba a matar.
Aún recuperando el aliento sin parar de toser y sobándose la zona afectada de su cuello, sintió los potentes pasos de Jungkook.
—F-fue por ella, p-por Somi.
—Entonces... —el alfa se agachó al pie de Park, que trataba de sostener el peso con sus codos— ¿Sabías qué estabas en cinta cuando te fuiste, la mocosa es parte de tu plan? —y empezó a negar riendo, ayer se pasó toda la noche reflexionando sobre esta teoría.
Jeon todavía estaba en negación, aún no comprendía.
—¿Qué plan? —Jimin confundido se incorporó sentándose— Fue para protegerla, tú no querías hijos y... —tartamudeó, su loba hecha una bolita no lo ayudaba a combatir la demandante aura en la mirada del alfa.
—¿Y?
—Tampoco quería que tuviera contacto contigo ni con tu asqueroso mundo —respondió.
—¿Asqueroso? —Jungkook incrédulo rió— ¡De verdad que eres un caradura, yo te saqué de la miseria malagradecido, no mientas! —y de una se levantó comenzando a caminar de un lado al otro.
Él estaba enojado con el descaro de ese omega y su lobo dolido por lo último que expresó, convirtiendo a Jungkook en una bomba que explotaría muy pronto.
—¡Tú me obligaste, nunca te lo pedí! —reclamó en un grito tan alto como el tono del alfa y poniéndose de pies.
Park estaba cansado de que todos lo quieran culpar, además, los recuerdos del pasado eran cuchillos que nunca dejaban de lastimarlo, pero ya no más. No se dejaría humillar como antes.
—Ahora vas a tomar el papel de la víctima cuando yo recuerdo muy bien que tú viniste a mí y te abriste de pierna como la puta barata que eres...
Un fuerte estallido retumbó en las paredes, Jimin no lo pensó y estrelló la palma de su mano en el rostro de Jungkook, con tanto deseo que lo hizo retroceder y unas gotas de sangre se asomaron encima del pómulo derecho del alfa gracias a que relució un arañazo.
¡Y mierda, se había sentido tan liberador!.
Nadie sabe la cantidad de veces que el omega soñó con un momento así.
Aunque ese entusiasmo solo le duró unos segundos, al momento contempló las consecuencias de sus acciones. Las expresiones de Jeon indicaban peligro, el deseo que tenía de matarlo se convirtió en una manta filosa de tensión trasmitida a través de su mirada y sus feromonas eran sofocantes, como si tuviera una soga al cuello.
—Y-yo lo si... —pero Jimin se calló, su voz ya no era tan segura e igual no quería rebajarse a pedir perdón.
—Tienes razón en algo Jimin, yo no quería ni quiero hijos, así que la próxima vez que hagas una estupidez como esta... —selló sus labios, se limpió la sangre en el cachete golpeado con el antebrazo y apretó sus puños— A quien le voy a cortar la mano es a la mocosa —y espetó sin vacilación.
—Un consejo, Jeon, nunca amenaces a un omega con su cachorro —soltó Jimin recuperando su valentía.
No se iba a dejar amedrentar.
Y no vamos a negar que esta nueva versión que Jungkook estaba observando en el omega con aroma a vainilla lo sorprendía. Este no era el chico que bajaba la cabeza cuando lo veía como un corderito. Pero bueno, Park ya se había salido con la suya así que estaba demostrando su verdadero ser.
—Mejor me voy porque voy a terminar matándote y eso sería darte clemencia —murmuró entre dientes el alfa directo a Jimin para que el mensaje sea entregado— Pero no pienses que este asunto se va a quedar así, todavía no comenzamos, omega —dijo y dio media vuelta en dirección a la salida.
Fue cuando Jimin sintió la inestabilidad en sus piernas, pues la adrenalina por lo sucedido ya lo estaba abandonando y escuchaba a su loba repitiéndole que estaba loco por haber desafiado al alfa. Llevó su mano al pecho debido a sus frenéticas pulsaciones, definitivamente tenía los días contados si seguía así.
—¡Prepárate, en unos minutos nos iremos! —informó Jeon sorprendiéndolo y la puerta se cerró con violencia dejándolo solo en la habitación.
¡Y demonios!.
La estancia quedó inundada con el aroma a chocolate amargo de ese tipo, ese, que al fin y al cabo, era tan delicioso para Kira que lograba calmarla y Jimin lo repudiaba.
—Te odio, Jeon Jungkook...
Las tensiones crecen 😬
¿De qué planes habla Jungkook, qué fue lo que pasó hace ocho años entre ellos?.
Nos leemos y los quiero un montón, hasta el próximo capítulo.
Kath 💜
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