⚜️ Capítulo 2 ⚜️
Una ovación unísona al compás de los aplausos de los presentes, inundaron por completo la sala de conferencias de TeleCom Jeon, una de las compañías más influyentes en Corea del Sur, cuando un alto y hermoso omega caminó por la plataforma del teatro directo hasta el podio principal y colocado al costado derecho del estrado. Aquel hombre desprendía una sensualidad elegante y tan profesional que hechizaba a todos en el público; comenzando por su seguridad al caminar, el traje rosa fucsia hecho a la medida que resaltaba sus glamorosos atributos, como su aroma embriagador de Miel con Canela y su simétrico rostro sin imperfecciones que finalizaba en unos perfectos e hidratados labios carnosos.
Era la sensación del recinto, le robaba el aliento hasta de la prensa sensacionalista que buscaban el mínimo error para descuartizar la máscara que protegía a la junta directiva de dicha compañía. La cual no era secreto para nadie que estaba involucrada con negocios de dudosa procedencia, pero que por desgracia, estas teorías no se han podido probar por décadas. Es que era tanto su poder que lograban zafarse beneficiosamente de grandes escándalos e investigaciones federales.
... Y eso, en concreto, hacía que un misterioso alfa se burlara desde las sombras cuando observaba la sala a su redonda.
—Buenas tardes damas y caballeros, como ya conocen soy Kim Seok Jin, vicepresidente general de TeleCom Jeon. Nos hemos reunido aquí, hoy 20 de enero del 2024, para darle comienzo a una nueva era de desarrollo en las telecomunicaciones a través del proyecto....
El alfa ensanchó su sonrisa petulante cuando el timbre agudo de su portavoz merodeó atrapando a todos y que los flashes de las curiosas cámaras se enfocaran embrujados en el omega que daba el discurso de presentación al nuevo proyecto, y no en él. Eso era todo lo que necesitaba para alimentar su ego de control generalizado.
¡Jeon Jungkook siempre se sale con la suya!.
Es que como cada fin de año, la Fiscalía General de la República, se empecinaba en querer demostrar que él no era más que un descendiente de una familia criminal que ha tenido suerte porque todos conocían a los Jeon y a la vez no sabían nada. No obstante, ya son tan predecibles que otra vez quedaron en ridículo con aquel cargo de evasión al fisco que le quisieron imputar, y del cual aprovechó para sacar una gran tajada e impulsar su nuevo proyecto multimillonario.
La conferencia siguió su curso mientras el alfa seguía como fantasma en lo más oscuro de la sala, sentado en la última fila del teatro donde la falta de iluminación y relevancia lo hacían pasar desapercibido. Él escuchaba a Jin a la batuta, con su mentón en alto y desparramado en una de las butacas reclinables de color rojo como un verdadero magnate, vacilando el silencio sepulcral de la estancia y que todos atendían ensimismados hacia la pantalla que proyectaba la presentación. Su trabajo aquí estaba hecho, ya podía irse desbordando orgullo, así que con disimulo miró su reloj de muñeca e hizo una seña desdeñosa para atraer la atención de uno de sus tantos guardaespaldas que ya tenían en claro las órdenes de que hacer.
Solo asistió hoy para comprobar que todo marchaba como planeó y que los buitres camuflados en el público no se comieran vivo al representante de su imperio, porqué sí, Jungkook era el dueño de un poderoso universo que no podías calcular el alcance de sus dimensiones. Muchos analíticos y críticos hasta lo comparaban con un cáncer terminal que se ramificaba con rapidez logrando contaminarte hasta envenenarte, y sin uno ser capaz de detectarlo. Ese alfa poderoso con un aroma cautivador e intimidante de chocolate amargo, era un misterio que no puedes resolver... aunque tengas las pistas en la cara.
—Sinceramente, hice una buena inversión con Jin —susurró para que solo su compañero lo escuchara, obteniendo de respuesta una risilla disimulada.
—Sí, mi prometido es una cosa fabulosa.
—Dios, no puedo creer que te hayan puesto una correa tan apretada, y para colmo, estés orgulloso de que un omega te tenga agarrado de las bolas.
—¡Mocoso, respétame qué soy tu hyung!.
Entre risas y murmullos, el par de amigos alfas fueron interrumpidos por uno de los hombres de Jeon, quien temeroso se acercó.
—Disculpe las molestias, jefe —el aludido asintió en lo que el sujeto hacía una reverencia y se arrimaba a la zona de su oído izquierdo— Su auto ya está listo y el señor Kim lo espera en el aeropuerto —y con la misma desapareció el guardaespaldas.
—¿Vas a viajar? —preguntó el contrario que logró escuchar.
—Tengo negocios que atender con los japoneses...
—¡Ah Jeon... no quiero saber! —el alfa de piel morena detuvo a Jungkook mientras que dramáticamente se tapaba los oídos y arrancándole una sonora carcajada.
Su hyung, Kim Namjoon, nunca cambiaría.
—Nos vemos pronto, Nam —se levantó del asiento y se abrochó la americana azul marino que vestía— Probablemente para el día de tu despedida de soltero —y ladeó su torso para darle el frente a Namjoon que ya lo imitaba.
—Espero que no faltes y ve con cuidado, te veo en dos semanas —le contestó mientras estrechaban manos, pero Jeon lo miró con picardía y disimulando una sonrisa maliciosa— ¿Qué? —cuestionó el mayor elevando una ceja.
—Todavía estás a tiempo de celebrarlo en Face a lo grande y no en ese bar burgués tan aburrido de Seúl. Mira que ya casi te vas a castrar, oportunidades como estas no se deben desaprovechar.
—¡Ya les dije qué no!, voy a creer que Taehyung y tú en verdad quieren que mi omega me corte los huevos —refutó en berrinche y Jeon carcajeó de nuevo— Además, estoy en plena campaña, lo menos que necesito es que me capten en uno de tus centros de diversión —y agregó.
—Ohh... había olvidado que estoy tratando con el próximo gobernador de Seúl.
—Ojalá Kook, por ahora solo soy un candidato —y entre risas se dieron un abrazo de despedida.
Con un —Salúdame a mi hermano—, de parte del contrario y su sonrisa arrogante, el alfa de estatura alta, prominente musculatura, cabello azabache, de un atractivo rostro gracias a su mandíbula marcada que resaltaba sus labios finos y sus ojos expresivamente redondos, se trasladó con una cadencia tranquila por una de las salidas de emergencias del teatro hasta donde ya lo esperaba su chofer en una camioneta blindada Mercedes Benz negra y siendo seguido por un séquito de hombres armados que le cuidaban las espaldas.
—Buenas tardes, señor Jeon.
Una brisa fría le acarició el rostro estremeciéndolo cuando su chofer lo saludó. Este tenía en sus manos un abrigo largo que al instante se lo dio pues las temperaturas eran muy bajas en este mes, y simultáneo abrió una de las puertas traseras del auto. Jeon asintió visualizando también que el sol ya descendía por el oeste y no sabe porqué, su pecho saltó con un sentimiento extraño. Fue como un presentimiento de que algo importante sucedería.
—¿Mis cosas están en el auto, Eun Woo? —le preguntó oscureciendo un poco sus expresiones, eso que sintió no le gustó para nada.
—Si, señor, y el avión ya está listo para despegar.
—Bien, avísale a Tae que en veinte minutos llegamos —su mano izquierda tembló en lo que daba órdenes tanto al chofer como a los otros subordinados. Con disimulo se la sujetó y gruñó en su interior por ese agrio aroma que desprendió.
~Lárgate a dormir lobo demente, este no es momento para tus arrebatos~
Regañó a su lobo iniciando de nuevo una batalla interna en esta guerra de retarse o ser indiferente el uno con el otro y que han mantenido durante muchos años. Nochu cada vez estaba más furioso y él cada día perdía su propio control, esto ya se estaba convirtiendo en un gordo problema para un alfa lupus de pura sangre como él. Pero aún así, trató de obviar las muecas de sus empleados por su fuerte aroma y se subió al auto. Enseguida agarró su portafolio e ingirió un supresor en lo que las gomas chirriaban en el pavimento y salían a máxima velocidad del parqueo trasero de su compañía. En cuestión de minutos su respiración dejó de ser agitada y su pecho dejó de arder gracias a que su lobo ya no arañaba en sus entrañas.
¡Jeon Jungkook estaba cansado de tener control sobre todos menos en él!.
Pero aún así, pondría resistencia hasta encontrar al causante de tanto caos y que desprecia con todo su ser.
Su cuerpo se alivianó al igual que su mente, cada vez que tomaba una de esas pastillas era como si estuviera drogado, pero con una amena expresión de calma se recostó al respaldar del asiento y mientras dejaba atrás los grandes edificios de la ciudad. Sabe que estos supresores especiales elaborados únicamente para él, pueden llegar a matarlo, sin embargo, prefiere morir tranquilo que no por la bestia interna que lo puede llevar a la locura.
Jeon Jungkook procede de una familia poderosa gracia a que sus ancestros son de un linaje puro y legítimo de la luna, que por generaciones ha predominado el gen dominante tan poco común en la sociedad, por eso es tan especial e indestructible. Sin embargo, con esos beneficios también llegaron misteriosos inconvenientes que su bisabuela en un pasado tildó como maldiciones de la diosa, y que por supuesto, el alfa cree que son idioteces. Lo que sí es verídico es que está cayendo en un espiral de autodestrucción. Cada día que pasa se vuelve más violento, inestable y... ¿demente?. No lo sabe con exactitud, lo único que desea es no terminar como su padre u otros antepasados que perdieron la cabeza hasta morir.
Sus párpados comenzaron a pesar, un pitillo lo aturdió en lo que sus articulaciones se relajaban y se dejó guiar por la gustosa calefacción del auto. Ser un hombre importante, con dos vidas al paralelo, era terriblemente agotador y por eso cerró sus ojos para tratar de descansar, no obstante, nunca pudo caer en los brazos de Morfeo como tanto anhelaba.
🎶~ring...ring... ring~📱
Su teléfono lo sacó de su estado de inhibición, no quería responder, pero se obligó y con mustia lo sustrajo del bolsillo de su abrigo elevándolo un poco para captar bien quien lo molestaba. El nombre de su socio y en quién más confía lo hizo reincorporarse de un salto, si lo está llamando cuando en minutos se verán es por algo urgente, y contestó de inmediato.
—¿Kim?
—Lo tenemos Jeon, el gatito picó el anzuelo...
Al escuchar esa frase, su pecho tuvo una sacudida como si estallaran fuegos artificiales en él.
¿Se refería a esa rata de alcantarilla que descubrió hace tres años en medio de su búsqueda y qué desde entonces lo está rastreando?.
—¿Encontraron a Suga?.
—Positivo, Jin tenía razón...
—¿Dónde? —interrumpió el pelinegro con desespero y presintiendo que el efecto de la pastilla se irá a la reverenda mierda.
—En Daegu, ya nuestros hombres lo capturaron y mandé también a que los expertos trabajen en sus equipos.
—Perfecto Tae, cambia la ruta de vuelo que llego en cinco —refutó con su corazón bombeando con fuerza— ¡Aterrizaremos en Daegu! —y advirtió con su voz más grave de lo normal.
Su sangre hervía a borbotones solo por el hecho de que al fin conocería a ese tal Suga que ha escondido al o a los traidores por años. Si sus sospechas resultaban ser ciertas, les haría pagar todo lo que le deben y una por una, la muerte no sería suficiente.
—¿Y los japoneses, que haremos con la reunión de Busan? —la pregunta de Taehyung hizo frenar sus pensamientos, darle una pauta para que reflexionara sin caer en sus instintos salvajes, pero igual, nada era más importante que este asunto que lo ha tenido en vela por casi ocho años.
—Envía a Jackson, dile que si se ponen incómodos tiene toda mi autorización para regalarle lo que quieran con tal de contentarlos, pero sabes que esto es prioridad.
—Bien...
—¿Y Tae? —Jeon no le dio tiempo al contrario ni de procesar la última orden, el alfa estaba eufórico— ¡Qué nada salga mal por qué rodarán cabezas! —y colgó.
Tiró el móvil a un costado tan fuerte que sintió como se quebró al estamparse contra la puerta derecha del vehículo, pero sus manos ardieron que tuvo que contraerlas en perfectos puños sin importarle que sus garras salieron a la luz y se clavaban en su piel.
El joven chofer miró por el retrovisor cuando su nariz picó por un desagradable aroma a rancio y brincó de la impresión por aquel aro rojo que se asomó en los ojos de su jefe; tragó en seco y aceleró. Nada bueno se avecinaba si alguien tuvo la osadía de enojar a la Bestia Dorada, apodo por el que era conocido el mafioso que gobernaba el bajo mundo criminal..
Y razón no le faltaba.
Jungkook está a nada de convertirse en un monstruo lleno de ira y rencor, lo que principalmente era por esa disconformidad en su interior y las ansias de venganza cuando su pasado acechaba a su frágil presente. Pues la guerra que mantiene con su lobo arrasa no solo con él, sino con todo su entorno. Es como si su alma fuera dividida en dos y que ellos estaban jalando cada punta para bandos contrarios sin ser conscientes que la están lastimando al punto de quebrarla, y cuando en realidad es una sola alma. Ambos, Nochu y Jungkook, son un mismo ente y no querían ceder sin importar las consecuencias.
«Le tocas un pelo a mi omega y eres hombre muerto»
~Ya veremos...~
¿A quién buscará Jeon Jungkook?.
Que por cierto, espero que no quepa duda que es mi otro protagónico. Sin embargo, por ahora es todo, nos vemos en la próxima actualización y perdón por mi ausencia, necesita un descanso pues me estaban afectando mis problemas personales a la hora de escribir así que no me quise sobrecargar.
( Personaje de Jeon Jungkook, por esta imagen de Pinterest me inspiré, créditos a su autor)
KATH
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro