Cinco
Dedicado a
Jeon Jungkook.
Te pintaré como el villano que nunca fuiste
Joe estaba en el pequeño cuarto dónde todos podían ir por un buen café, en ese momento ella se preparaba uno con tranquilidad, perdida en sus pensamientos, hace unos días que no ve a Jungkook y aún procesaba todo lo que él le había confesado.
En su pecho había un enorme orgullo, un ego por lograr su cometido, enamorar a Jungkook, derribar aquellos muros con los que había sido criado y cumplir la palabra que le había jurado en algún momento al idiota de su padre.
Ahora tenía miedo.
Ya no sería fácil odiarlo, si bien, kook desde un principio fue claro con ella lo culpaba de cosas que nunca le prometió cumplir, lo odiaba simplemente por qué no podía odiarse a ella misma.
Ya no podría dejarlo como el villano de la historia.
Claramente escuchaba los murmullos de varios de sus compañeros, porque finalmente comenzarán el hermoso proyecto por el cual los convocaba ahí, el equipo estaba completo, finalmente los permisos concedidos y ahora sólo programaron una simple y muy sencilla inauguración.
Ese era el proyecto de Cha Byul, la madre de Jungkook.
- Buenos días -la chica agregó el agua caliente a su taza y comenzó a revolverla, solo reaccionó cuando todos los presentes responden con cordialidad.
- Quiero presentarles a mi hijo -Joe detuvo el movimiento circular en su taza- Jeon Jungkook -giró en su eje.
Que hermoso se veía de traje negro, camisa blanca y una corbata con la que podría jugar para darle placer, sacudió su cabeza ante los pecaminosos pensamientos, ella misma lo había rechazado aquel día, pues, claramente no se la dejaría fácil.
Pero en este preciso momento verlo tan sensual y escuchar los suspiros de algunas de sus compañeras era molestamente incorrecto arrepentirse.
- Jungkook está aquí para ayudarnos con sus contactos de inversionistas, él, trabajó mucho tiempo para la empresa de su padre y además viene con ideas frescas -le dio el paso.
- Buen día, soy Jeon Jungkook, asesor de inversiones y publicidad, espero nos llevemos bien y trabajemos juntos en esto.
- Jungkook nos dió la idea de, además de ayudar a las mujeres que reciben maltrato físico y psicológicos con terapias y asuntos legales, enseñarles y prepararlas para un trabajo -Byul tomó asiento, Kook miro fijo a Joe y guiño un ojo, ella frunció sus labios no demostrando la sonrisa que quería salir como un coqueteo en respuesta a su atrevimiento- generalmente los hombres no les dejan hacer nada, y les recalcan que son inútiles e inservibles, ahí debemos intervenir.
- Sí, por medio de una serie de preguntas veremos en qué ámbito de la vida cotidiana son más fuertes o les llama más la atención, nos enfocaremos en ello y enseñaremos a fortalecer tanto que podrían trabajar en ello.
- Impresionante -dijo una- un hombre tan inteligente debe estar soltero -él miró a Joe quien bajó la vista hasta su café y comenzó a beber.
- No creo que eso sea relevante -intervino su madre- Haremos una reunión a las cuatro de la tarde, los espero a todos, debemos lanzar este proyecto
El grupo se deshizo con la salida de Byul, pero, dos quedaron en aquella sala, sin dejar de verse e inconclusos de acercarse al otro
•°•°•°•
- ¿Qué estudias?
- Abogacía ¿y tú? -preguntó bebiendo el café de vainilla con hielos que había pedido un poco antes.
- Artes, solo estudio ello por llevarle la contra a mi padre.
- Un chico rebelde -sonrieron- ¿y cuál es tu fuerte?
- ¿Mi fuerte?
- Bueno, siempre he creído que los humanos somos buenos para muchas cosas, por ejemplo, yo, estudio abogacía, quiero pelear por los derechos de la mujer, quiero que nos vean del mismo modo que los hombres, que ganen lo mismo, pero -recalco- si hay algo en lo que soy buena es en cocinar, por alguna extraña razón me gusta, tengo buena sazón, y es muy fácil para mí aprender una receta por muy difícil que sea, también me gusta leer, escribir, pero mi fuerte, es mi derecho.
- Entonces, dices que eso del arte es solo como un Hobbie.
- Pues, si no estudias lo que en serio te apasiona, estudias tu Hobbie -Jungkook sonrió
Nunca le había comentado a nadie aquello de su pasión simplemente para llevarle la contra a su padre, y nunca nadie le había preguntado o deducido nada.
Esa chica desnudaba su alma con solo una mirada, y eso que solo hace unos minutos se conocieron de una manera totalmente caótica en dónde le salvó la vida.
- Publicidad -respondió- amo imaginar y dirigir, he hecho un par de trabajos y gracias a ello tengo buenos contactos.
- Que lindo, ahora cuéntame, por qué no estudiar ello.
- Porque mi padre tiene una empresa y me haría trabajar para él.
- Creeme, aunque estudies danza contemporánea tu padre te obligará a trabajar en su empresa.
- ¿Cómo sabes eso?
- Kdramas -respondió llevando la pajilla a su boca, Kook explotó en carcajadas, nunca había conocido a tan hermoso ser- Ya en serio, yo creo que las pruebas de admisión en la universidad, deberían venir con un cuestionario, hay muchos que están perdidos, estudian algo que terminan no gustarle y pierden dinero en equipo y mensualidades que nunca usarán
- Eres increíble.
- Y eso que recién me vienes conociendo, Kookie.
•°•°•°•
- Hola -susurró a su lado mientras ella lavaba el tazón recién ocupado.
- No creí que cumplieras tu palabra.
- Te dije que renunciaría a todo.
- Jungkook ...
- Sí debo hacerlo, lo haré, yo no quiero su dinero, no quiero nada que ver con él, ninguna relación -quedaron en silencio un momento
- Esa idea era mía.
- No estaba patentada. -sonrío-si resulta, te daré los créditos
- No los necesito.
- ¿Y a mí? -se vieron directamente a los ojos- Porque yo no puedo respirar cuando no estás.
- Jungkook, yo necesito seguir odiándote, necesito una razón para estar lejos de ti, necesito encontrarle sentido a querer estar lejos de tí.
- ¿Así se siente?
- ¿Qué cosa?
- Amar y no ser correspondido, amar y que no quieran tenerte cerca -ella bajó su mirada- amar y ser amado pero no poder estar juntos.
- Es mejor odiar -dijo con una mirada fría, tan fría que Kook no la reconocía- ódiame, Jungkook, ódiame por querer tenerte lejos de mí.
- ¿Eso quieres?, ¿Quieres en serio tenerme lejos de tí?
- Es mejor así -los ojos de Jeon se llenaron de lágrimas rápidamente.
Jamás había experimentado tanto dolor físico y psicológico, y lo peor es que, él le había hecho pasar esto mismo a ella, con la diferencia que Joe, no se dió por vencida a la primera.
- Bienvenido a la empresa -dijo ella para luego irse.
Jungkook giró dándole la espalda, no quería que viera su debilidad en ese momento, aún queda un poco de orgullo del que su padre le heredó con enseñanzas, y así, en esa posición soltó sus lágrimas esperando aliviarse de ello.
•°•°•°•
Había esperado con ansias esa fecha, el día blanco era algo que toda chica enamorada y con pareja esperaba, una parte de su conciencia le gritaba que no ilusionara tanto, Jeon Jungkook era libre y nunca se había enamorado, escucho tantas historias de él y sus conquistas que dudaba lo de ellos fuera real, otra, solo le pedía a gritos que lo olvidará.
Por lo mismo, evito verlo ese día, evito mensajear, evitar llamarle y evitó cruzarse con él en la universidad.
Imaginativamente tenía una nube negra sobre su cabeza que demostraba su estado de ánimo y juraba que los demás podían ver aquello inexistente.
Y como esperaba, Jungkook no le hablo, no le mensajeo, ni mucho menos la busco, se sentó sobre el piso de su departamento y tomo una botella de soju, se autoregalo un pequeño pastel con forma de corazón y comenzó a comerlo decepcionada de ella misma.
Jamás creyó esperar tanto de un hombre, su madre no la crió así, ella no le rogaría nunca a nadie, pero Jeon lo era todo, todo lo que siempre quiso, seguramente ella era la del problema.
Aburrida de ser ella camino hasta su baño, tomó las tijeras con fuerza en su mano y agarró mechones de su largo cabello cortándo lo entre lágrimas y lágrimas de dolor por lo estúpida que se sentía.
Si, la había jodido, su cabello disparejo era prueba de su rebeldía y rabia, frustración y decepción.
Ahora debía arreglarlo, pero al girar en su baño Kook la miraba asombrado, volvió a dejar caer sus lágrimas y el se acerco con lentitud, abrazó su cuerpo despacio y frotó su espalda.
- Te dije que no soy de los que se comprometen
- Lo sé, necesitaba volver a la realidad -su voz apenas salió- Por favor vete, no quiero que me veas así.
- Solo está noche -susurro sobre su cabeza y beso su mollera tiernamente.
Minutos más tarde y en absoluto silencio, Kook tomó las tijeras y emparejó lo más posible aquel corte de cabello dejándolo sobre sus hombros, quedando impresionado por lo hermosa que se veía aún así, con su nariz roja y ojos rojizos, con un brillo peculiar por las lágrimas, y su corazón, lo traicionó una vez más latiendo con fuerza y dando un grito mudo y lleno de amor por aquella jovencita.
Por alguna extraña razón había querido pasar el día blanco con ella, lo había planeado desde hace un mes, cuando Joe le regaló una chaqueta de piel negra para que usará mientras manejaba su motocicleta.
Amo tanto ese regalo como la ama cada día de su vida.
- Gracias -dijo ella jugando con sus dedos, avergonzada- sé que no es la razón, pero, que estés aquí este día para mí es muy importante.
- ¿Qué tiene de especial este día? -preguntó con falsa curiosidad.
Ella simplemente sonrió y las últimas lágrimas se deslizaron, negó levemente y sonrió levantando su mirada cruzando con la de él en el espejo.
- Nada de especial -respondió con un dolor en su pecho, no significaba nada en la vida de Kook, y no significará nada, nunca.
•°•°•°•
- Necesito que vayas a Estados Unidos -aconsejó su madre
- ¿Por qué?
- Hay un posible socio, y quiero que lo termines de convencer, firmemos y quiero que lo hagas antes de la inauguración. -Jeon asintió pegando su mirada en la mesa.
- ¿Me puedo quedar allá?
- ¿Qué?
- No volveré a Corea, madre.
- Jungkook -hablo con molestia
- Seguiré haciendo mi trabajo, pero desde allá, simplemente debo alejarme de todo, papá está molesto de que me viniera contigo y no quiero que ...
- Eso solo son excusas, quiero sinceridad.
- No creo soportar mucho, por favor, madre -rogó con sus ojos llenos de lágrimas
- No, tú irás, harás tu trabajo y volverás a trabajar conmigo, si tú padre hace algo en contra de este proyecto se arrepentirá y también tú en algún momento.
- Ella no quiere verme -se levantó de golpe del asiento y caminó hasta el ventanal- y siento que me ahogo al tenerla tan cerca y tan lejos a la vez.
- Piénsalo Jungkook, ella pasó esto por tres años, tú, recién comienzas.
- Acaso estás de acuerdo con lo que hace?, me mata en vida, Omma!
- ¿Sabes por qué te mintió? -camino hasta su lado- ¿sabes al menos en qué te mintió?
- No -respondió sincero
- Averígualo, y cuando sepas toda la verdad analiza si quieres irte lejos de ella.
- ¡Por qué simplemente no me lo dices y ya!
- Porque estoy segura que sabes algo, simplemente no lo quieres ver.
•°•°•°•
- ¿Aún sales con esa chica de leyes?
- Yo no salgo con nadie, no soy de compromisos y lo sabes.
- Lo tengo en claro amigo, pero no sueltas a una chica si ya no la tienes rendida en una cama, dime... ¿Puedo o no ir con ella?
- ¿Ir con quién? -cuestiono con seriedad
- La americana, quiero invitarla a cenar, gastar mucho dinero y luego quizás llevarla a un hotel, ver cómo esos labios envuelven mi... -Jeon tomó con desagrado y enojo la ropa de su pecho.
Los ojos de Kai se abrieron de par en par, nunca había visto tan molesto a Jungkook, y hablar así de las chicas era algo usual entre ellos.
- Ella está prohibida de todas las maneras posibles, no oses siquiera a pensar en ella desnuda, por qué si me entero, juro que lo próximo que verás será mi puño en tu rostro y no dejaré de golpearte hasta que entiendas que con Joe no te metes.
- S-si -tartamudeo
- Y corre la voz, Kai, Joe, esta prohibida, nadie más que yo tiene derecho a follarle la boca y todo su puto cuerpo.
- Jungkook -susurro Eun Woo a su lado, Kook miro hacia un lado, notando la presencia de la chica saliendo de la cafetería con un vaso de lo que parecía café de vainilla con hielos.
- Joe -murmuró y dejó caer a su amigo- vamos, te llevaré a casa.
- Puedo irme sola, no creo que alguien sea tan estúpido de acercarse a mi -su voz se quebro, pero él no era de los que demostraba nada y simplemente se quedó ahí haciendo nada- Adiós, chicos
Camino con rapidez del lugar, con razón sus amigos de la universidad habían dejado incluso de hablarle a excepción de Jiminnie.
Kook por su parte, le dió un golpe en la cabeza a Kai como reprimenda al osar ver a la que supuestamente es, pero no es su chica.
¿Quien lo entiende?, ni él lo hace, ni él entiende porque siempre quiere estar con ella pero a la vez seguir siendo libre y coger con quién se le place.
Le siguió sus pasos a la distancia, pensando en que decir, hacer o incluso pensar.
Al momento de girar en una esquina apresuró sus pasos, encontrándose de frente con ella, había llorado, eso lo supo al ver el brillo de sus perfectos ojos tan hermosos que no podía averiguar porque se sentía desnudo cuando estos se posaban en él.
- ¿Qué soy para ti?
- No lo sé
- ¿Has pensado algún día en que quizás estés enamorándote de mí?
- Yo no me enamoro.
- Pero tampoco quieres que se me acerquen otros.
- Eres mía, me perteneces.
- Yo no soy un puto objeto -avento el café al piso de rabia, este salpicó hasta la ropa de ambos- Jungkook... alguna vez, has pensado qué pasaría si me embarazo.
- ¿Quieres embarazarte? -alzó una ceja- yo no soy para tener hijos, yo no sé amar, no puedo amar, Joe, avísame si eso pasa, lo sacaremos y seguiremos con nuestra vida.
Enfurecida ella dió pasos hasta él, levantó una mano y la azotó en el rostro de Jungkook logrando que girará unos centímetros.
- Prefiero mil veces alejarme del monstruo que eres, Jungkook, si me embarazo, te haré sufrir, dañare tu puto ego, romperé todo tu castillo de macho alfa que tienes, me alejaré de ti y tendré a mi bebé sin tu ayuda, y voy a odiarte tanto, Jeon, que lo único que habrá en mi corazón es odio, un sinfín de odio.
- Bien, perfecto, ódiame, rompeme, enloqueceme si puedes, prefiero eso que tener un hijo al que nunca en vida he deseado, soy un monstruo Joe, me criaron para ser un maldito bastardo, yo no haré lo mismo con mi hijo imaginario -pasó por su lado alejándose de su presencia.
Pero él no vio, cuando Joe lloró en silencio, deseando acariciar su vientre y planeando como poder alejarse del único hombre al que ha amado en su vida.
•°•°•°•
Dos toques fueron suficiente para ella indicar que entrara, sus miradas cruzaron con la otra, y aún cuando él caminaba hasta el interior no la desprendió de su rostro triste.
Había llorado.
- ¿Puedo sentarme?
- No estoy de humor.
- Mamá quiere que vaya a Estados Unidos y pienso quedarme allá -Joe se acomodo en la silla para luego levantarse e ir hasta su ventanal.
- ¿Permanentemente?
- Permanentemente, a no ser que me pidas que vuelva -camino hasta ella- o que me des una razón para volver.
- ¿Una razón?
- Sí, como que me amas, o que no puedes estar sin mi -sonrieron- o que olvide lo que dijiste y comencemos de cero, incluso podría ser que esperas un bebé -ella dejó de sonreír al instante- ¿Por qué no me lo dijiste?
- No sé de qué hablas.
- Dejaste de ser sincera conmigo.
- Me di cuenta que siendo sincera ya no llegaba a ninguna parte.
- ¿Y si te dijera que tu sinceridad logró más de lo que crees?
- Vivir en Estados Unidos te hará bien, otro aire, otro clima, otras personas.
- Yo pensé en lo mismo -ambos vieron la lluvia caer con fuerza en la calle- Recuerdas esa tarde en el parque
- En la que me obligaste o la otra -Kook carcajeo despacio, miro a su lado y sin pensarlo le abrazo.
Ya no podía, su cuerpo pedía a gritos sentirla entre sus brazos, protegerla, tomar su aroma fresco y dulce y solo así la ansiedad en su cuerpo desaparecía, al menos, ella no se negó a aquello, y suavizó su postura al toque.
Jungkook pegó su nariz en la piel de su mejilla y cerró sus ojos recordando ambas veces, la primera era una no cita, ahí le dio el primer beso, y la segunda, hace un poco más de un año cuando se dió cuenta que se había enamorado perdidamente.
- Jamás te obligaría a algo que no quieres -susurro en su oído, el aire tibio acarició la piel de Joe erizando al instante y comenzando una corriente que se movió por todo su cuerpo, hasta llegar a su vientre.
- Kookie -musito en un hilo, aún seguía débil a Jeon Jungkook.
Perdía los estribos, perdía la conciencia, y sin duda perdía el odio que tanto le profesaba con rabias.
Y eso Jeon lo sabía, él también era débil a ella, no se dió cuenta de cuánto la necesitaba hasta hace un poco más de un mes, cuando creyó que la había perdido por completo. Con leves y suaves besos llegó hasta su boca.
- Perdón -mordió su mandíbula- seré egoísta como siempre lo he sido, y pensaré en mis deseos más que en los de otro.
Comió sus labios con hambre de ella y una de sus manos subió hasta su nuca, tomando de un puño de cabellos que jaló con suavidad, provocando un gemido de Joe que prendió su miembro.
Sus cuerpos se restregaron entre sí, el labial estaba corrido por la boca de ambos, Joe tomó la corbata de Kook y la quitó del cuello queriendo usarla con la idea aún fresca en su cabeza, él, leyó su mente y apenas la desprendió sujeto sus manos suaves y delicadas en su frente, sin soltar el beso o simplemente la cordura se haría cargo de la conciencia de la chica no queriendo seguir.
Sostuvo su cuerpo caliente logrando que ella enlazó sus piernas en su espalda, ya no había cabida para el arrepentimiento y solo ahí se alejó de sus labios para verla hecha un desastre de hormonas descontroladas.
- Deberíamos -trago aire, necesitaba ese momento lujurioso y analizar todo lo que sucedía- cierra la puerta, Jungkook
En esa misma posición, Kook camino hasta allá colocando el seguro y no ser interrumpidos, la arrinconó en uno de los muros, lamió su cuello y pecho mientras su mano desesperada quitaba el cinto y desabrocha de su pantalón, y cuando al fin su falo quedó libre la tomo con lentitud como suya.
Los gemidos de Joe suaves, con sus manos aún amarradas, imposibilitada a hacer muchas cosas, subía y bajaba con cada estocada y si, totalmente desgreñada por las locas caricias que Jeon le daba enloqueciendo y estrujando su cuerpo para soltar cada vez más sus hormonas multiplicadas por mil.
- Estás hecha para mí -pujó con fuerza- encajo a la perfección en tu interior- Pujo nuevamente- no puedo ser valiente sin ti, así que, sostén mi mano, Joe, por qué muero de miedo.
Cada puje de caderas golpeaba con fuerza aquel sensible punto dulce, anhelando no detenerse hasta que al fin ella pueda terminar, pero lo sabía, sabía que Kook no descansaría hasta sentirla apretarse tanto como para tener un orgasmo.
- ¿A qué temes?
Las corrientes estaban a flor de piel, las lágrimas de satisfacción cayeron por sus mejillas al ser contenido los gemidos muertos en sus gargantas, Kook se sentía tan presionado en su miembro que la satisfacción llegó pronta al llenarla con su esencia cálida y viscosa, escondiendo también el gutural gemido en la piel de su hombro, mitigado con un leve mordisco en su piel.
- A no lograr tu perdón -la abrazo tiernamente- a volver de ese viaje y darme cuenta que en serio te perdí, a nunca enmendar mis errores -hablo aún unidos por sus intimidades, alejo su rostro y busco su mirada- si esto es nuestra despedida, quiero que sea mejor -dijo en un hilo de voz.
El movimiento de un vaivén volvió a hacerse presente, con la corbata levantó sus manos pegando al muro, y sus estocadas rudas sonaron por la habitación en la que estaban, las que en definitiva, se oirán junto con los gemidos de ambos ya un poco más descontrolados.
•°•°•°•
- ¿Dónde vamos? -Kook cubrió sus ojos.
- Pronto lo sabrás -condujo el carro un poco más
- Bien, aunque debo decir que odio la incertidumbre.
- No comas ansias, hermosa, prometo que será increíble.
- Aprovechando, me gustaría saber algo.
- Dime.
- Tienes esperanzas.
- Depende en qué.
- en el cambio de una persona.
- No, creo que si esa persona se formó así, así quedará hasta su muerte.
- Pero, me gusta pensar que algún día te puedo cambiar.
- Eso no pasará, simplemente porque no quiero cambiar, Joe, yo amo la vida que llevo, deberías dejar de ser ingenua.
- No se trata de ser ingenua, creo que si algo se cuida y ama, hay una pizca de esperanza en que se de cuenta del esmero que pones.
- Llegamos -corto con rapidez la conversación, si seguía ahí seguro le confesaría que estaba sintiendo cosas extraordinarias por ella.
La ayudó a bajar aún con los ojos vendados, la guío unos pasos y fue hasta su espalda para abrazarla.
- Recuerdas que me dijiste temer a los juegos extremos.
- Claramente -hizo un movimiento de cabeza siguiendo la voz de Jungkook.
- Me pediste perdón por arruinar nuestra cita, pero en realidad, fue una de las mejores.
- Creí que no era una cita -sonrieron ambos, Jeon miro cada detalle de su rostro, aún con con los ojos vendados se miraba jodidamente hermosa.
- Está vez no permitas que suba solo -quito cuidadosamente la venda de sus ojos- y juro que este día será una verdadera cita.
Ella miró al frente, el miedo se apoderó de su cuerpo, no podía ver siquiera las montañas rusas con los carros colgando de cabeza, pero el sole hecho de sentir la mano cálida de Jungkook entre la suya la hizo envalentarse.
¿Y quién no?, Kook no era de aquello que al pasear tomaba de su mano, tampoco la abrazaba cuando estaban en un lugar público, el hombre era contrario a como se mostraba en la intimidad, cero besos, cero abrazos, cero demuestras de cariños en el exterior, siempre demostraba ser el amigo de ella que podía mirar a cualquier mujer sexy que pasaba por su lado, ella, hacia la que no se daba cuenta.
- No es necesario que hagas esto -dijo viendo el enlace- seré valiente y subiré a los juegos solo para que no estés solo.
- Y yo tomare de tu mano todo el día, para demostrarte que estoy aquí, y te daré fuerza cuando la necesites -se acercó dos pasos viendo su rostro- espero que sostengas de la mía cuando algo me asusté.
- ¿Jeon Jungkook le teme a algo? -sonrieron- ¿Me preguntó que podrá ser?
- Le temo, a las muchachitas lindas como tú -carcajearon nerviosos- creo que eres mi perdición, Joe, y me gusta la manera en la que me estoy perdiendo.
- Quiero sostener tu mano cuando tengas miedo, quiero ser en quien te apoyes cuando lo necesites, te corregiré como un pequeño sines necesario -rieron juntos- no permitas que me aleje de tí.
- Jamás, eres mía, no dejaré que nadie ponga sus ojos sobre tí, Joe.
Sintió los labios tibios apoderarse de los de ella, ¿Algo estaba mal con Jungkook? Porque ese actuar no era para nada apropiado de él.
Esa tarde fue diferente, esa tarde si que fue la mejor de las citas, esa tarde, Josefine juro que lo había enamorado, y nada nunca nadie podrá separarlo, esa tarde Jungkook le dió la llave de su departamento, ella creo simbólicamente, dándole las llaves de su corazón, pero todo murió, cuando días después ella llego al departamento encontrando su actuar raro, y claro, Jeon tenía a otra mujer en el cuarto y simplemente no quería perder pan ni pedazo.
•°•°•°•
Se vestían en silencio, arreglaban su ropa, su cabello y el desorden que dejaron en la oficina, en absoluto silencio, él la miraba de vez en cuando, buscando alguna aprobación, ella lo evito, arrepintiendose de demostrarle que aún era débil a su toque.
Abrochó el cinturón de su pantalón y busco con la mirada su corbata, la misma con la que amarro exquisitamente a Joe, hasta que la encontró entre sus manos, mirándola fijamente.
Sí, era la despedida.
- Joe...
- Jungkook -interrumpio- has sentido como si todo se sale de control, como todo se desarma en tus propias manos, como tenías planeado tu mundo y de un momento a otro todo se va al carajo.
- Sí -respondio con sequedad- cuando te conocí sentí que todo se volvería más difícil.
- ¿Difícil a qué?
- Difícil a dejarte -camino hasta ella- No te niego que al principio me convencí que solo sería una vez como las demás, pero, no pude, mi cuerpo, mi piel te pedía a gritos, anhelaba con éxtasis tus besos, con solo sentir tu mirada en mi era suficiente y supe que todo lo que algún día planee cambiaría si me quedaba contigo.
Joe no podía más de su asombro, sus labios entreabiertos y sus ojos llorosos, no podía respirar siquiera, analizó sus movimientos y busco algo de mentira en sus ojos, pero solo encontró el brillo inusual de cuando la veía siempre.
¿Tan malo sería dejar de odiarlo?
Termino de acercarse, aún inconclusa de sus pensamientos y decisiones, subió la solapa de la camisa y arreglo la corbata en su cuello armando el nudo perfecto, estiró sus hombros, todo en su lugar perfectamente acomodado y listo para salir.
- Estoy embarazada -solto de pronto confirmando las posibilidades de una razón para que Jeon regrese de su viaje de negocios - No es tuyo -apago las pocas y nulas esperanzas de hace unos segundos.
Jungkook se quedó viendola, sus ojos gritaban la verdad, el lo sabía, así como supo que era la única razón de sus mentiras, así como intuyo su embarazo.
- Claro que lo es.
- No, si no quieres, fuiste muy claro, yo, esto es mi responsabilidad, las pildoras se habían terminado y no me importo, y en realidad no me importa, sabes perfectamente que siempre quise hijos, una familia, una boda y una luna de miel, y estaba muy, muy conciente que no lo tendría contigo.
- Aún así te embarazaste.
- Cuando te vi con ella en el departamento lo supe, decidí que era hora de alejarme de ti, era hora de correr en sentido contrario, renunciar a todo el amor que te tenía y que nadie recibiría y creí que podría sola, sé que puedo sola, así qué, si no quieres este hijo no es tuyo.
- No puedo respirar cuando no te tengo, Joe.
- Solo quiero que seas conciente, no te culpare si te quedas en New York, fui egoísta y tome está decisión sola, y si vuelves -su voz se quebró- no soltaré nunca tu mano, pero si no, si te quedas voy a seguir odiandote, Jungkook, porque si me odio por perderte no podré sobrevivir.
Ahí estaba nuevamente, entregando su corazón al hombre que claramente no confiaba en el compromiso, en el amor y en definitiva no quería hijos, entregaba su esperanza con el miedo a ser destruida una vez más, y el agonico y asesino silencio del momento dolía más que puñales por todo su cuerpo.
Retrodecio un par de pasos, desvió su mirada, comprendía que no podía obligarlo, solo que había tenido esperanzas en algo que nunca sucedería.
Camino firme hasta la puerta de su despacho y abrió bajando la cabeza para que nadie la viera llorar, de prisa se metió hasta el elevador y presionó insistente el botón para cerrar las puertas, no quería soltar el llanto con todos presentes.
Eso no volvería a suceder en su vida, y el amor que había sido sanado en esos escasos minutos, volvía a transformarse en el odio que tenía por el único hombre que ha amado en su vida.
•°•°•°•
Al llegar el día lunes, con nuevas fuerzas y esperando a que todos lo hayan olvidado ingreso al piso de su sección, la multitud guardo silencio apenas ella apareció y comprendió que así sería por unos días más, dió una leve sonrisa, reverencio a todos y se encerró en la oficina.
Jungkook el mismo viernes por la tarde se fue rumbo a Estados Unidos, nada supo de alguna respuesta, nada supo de si esperar o abrir su corazón a otro, ni siquiera una despedida hubo.
Estaría sola, llena de odio, arrepintiendose de cada decisión a excepción, de ver como su barriga crecía con lo que era, fruto de un amor unilateral.
No es la verdad
No es la cura
Pero odiarte es la única manera de que no duela
Llegamos al final, muchas gracias a todos por esta aventura, lamento no actualizar antes, el tiempo no está a mi favor.
Capitulo dedicado a Jungkook, casi morí cuando se publicó que ya estaban en proceso de enlistamiento.
He estado pensando en cerrar mi cuenta, aún lo analizo.
Gracias nuevamente.
Les quiero 💋
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