Era casi medianoche cuando regresan al carruaje, el alfa llamado Heeseung quien era el encargado de conducir los caballos los esperaba.

— Mi rey. — fue lo primero que dice el alfa y se inclina. — El camino ha sido despejado.

Minho asiente. — Sube. — le dice al omega. Jisung asiente y aceptando la mano enguantada del rey entra al carruaje. Minutos después de perder el paisaje boscal Jisung decide hablar.

— ¿Que planeas hacerme? — Jisung pregunta, su rostro es serio y Minho no puede evitar comparar aquellos ojos verdes brillosos de la mañana a los fríos y calculadores que se burlan de él en este momento.

— ¿A qué te refieres?

— Vi el cuarto, planeas traer a mi futuro bebé aquí con tu amante y después, ¿que sucedera conmigo? — Jisung, lo mira firme y sin demostrar ninguna debilidad. — Me gustaría saber, ¿qué le dirás a mis padre?

— No existe ningún cachorro. — Minho gruñó y miró el vientre plano de Jisung. — Y si lo hubiera, no alejaría a un cachorro de su madre, es anti humano.

— ¿Como te lo hicieron? — Jisung no pudo evitar soltar, su lengua siendo demasiado rápida.

Si el comentario molesta al alfa, no lo demuestra. No es nada nuevo ni siquiera un viejo rumor, el hecho que Lee Minho no es hijo de la reina Jennie, si no, de una mujer llamada Rosé una omega granjera que permitió enamorarse de un rey despiadado. Un rey que solo la uso como una máquina gestante.

Fue cuando Changbin el pequeño heredero enfermo, fueron semanas donde el niño de ocho años estuvo en cama. El rey desesperado de perder a su único heredero decidió buscar a la segunda mujer que había dado a luz a un hijo. Minho fue arrebatado de su madre cuando tenía ocho años, fue alejado de todo lo que conocía, de sus abuelos, sus pequeñas hermanas.

— Lo siento, fue imprudente de mi parte n-ni siquiera estoy seguro de que sea algo verdadero, solo, un r-rumor. — Jisung se apresuró a decir, sus mejillas rosadas y luciendo completamente avergonzado.

— Lo es, es verdad. — Minho soltó una risa amarga. — No es un rumor, fue alejado de mi madre, es verdad.

— Lo siento, alfa. — Jisung se disculpó y apoyó su delicada mano sobre la de Minho. — No puedo imaginar lo que debe sentirse eso, ni deseo experimentar. Yo solo vi la habitación y supuse lo peor.

— No es, no es para nosotros. Fue cuando pensamos que Jeongin podría darme un heredero antes de saber que era un omega marchito.

— Lo siento, soy un idiota.

Minho se burló. — ¿Que se puede esperar de un príncipe mimado?

— No soy un príncipe mimado, ese título se lo podría otorgar a mi cuñado.

Minho se tapó la boca y soltó una carcajada. — No puedo defender a lord Jackson Wang, suele ser algo berrinchudo cuando se lo propone.

Finalmente después de cuatro horas llegaron a los límites Sterulia. Carpas armadas se dejaban ver y entre ellas una de color blanco y la más grande tenía la bandera de Sterulia.

— Minho. — BangChan se apresuraba hacia el carruaje. — He enviado una carta pidiendo tu regreso.

Sus ojos marrones detonaban cansancio, en sus brazo derecho cargaba un libro rojo oscuro y dentro del libro varios papeles se escapaban. — Tengo, tenemos, realmente fue Yeonjun quien lo consiguió pero, no importa quien lo obtuvo.

— Chan al grano. — Minho dice y ayuda a bajar al omega, recibiendo una mirada sorprendida de BangChan. — Habla.

— Oh, lo lamento, como le decía mi rey. El general Seungmin interceptó a uno de ellos, tienen cartas y ellos realmente planean un golpe de estado.

— ¿Donde lo tienen? — Minho pregunta refiriéndose al hombre que entregó las cartas.

— Está muerta, era un omega. Son omegas, y ellas lo quieren hacer desde adentro.

— Hay un infiltrado en la corte. — Minho extiende su mano, y comienza abrir las cartas. — ¿Como unas omegas planean matarme?

— Envenenamiento. — Seungmin el general militar dice, su cabello negro pulcramente peinado, un uniforme perfectamente estilizado y con aroma a cigarrillos puro. — Lo encontré en lo más bajo, supuso que podía seducirme y ayudarlo a entrar al castillo.

— Que ingenuo. — Chan susurró frunciendo el ceño. — En las cartas mencionan, que deben impedir que exista un heredero, es una bendición que la reina esté con nosotros.

— El pueblo no es nuestro aliado, me mira como un impostor y desean que Lisa sea la heredera.

Seungmin asiente. — Si no hay un heredero, Chaeryeon puede reclamar su lugar como reina madre. — Seungmin mira el vientre de Jisung. — Es mejor que te encuentres en cinta omega, o Sterulia caerá.

Minho no puede evitar resoplar. — Chaeryeong nunca ha podido ser una reina honorable, demasiado preocupada en mal gastar nuestro oro, y Lisa es una omega, no puede heredar el trono.

— La princesa Lisa obtuvo su celo la temporada pasada y Chaeryeong podría enlazarla para subir al trono. — Fue Seungmin quien le respondió, el alfa había escuchado rumores sobre la omega intentando buscar un esposo para su pequeña hija.

— ¿La princesa Lisa no tiene once años? — Chan preguntó, el alfa era un adolescente cuando el reino tuvo una fiesta por el nacimiento de la heredera del rey Changbin. Chan recordaba a la pequeña Lisa, corriendo detrás de mariposas coloridas en los jardines. Minho asintió. — Podemos organizar un baile, con los alfas solteros e invitarlas, Lisa es muy pequeña para buscar un alfa a menos que su madre esté buscando la manera de llegar al trono.

— Eso no suena una mala idea alfa. — Jisung dice, en direccion de Minho quien no parecía un tanto convencido.

— Necesito descansar, ha sido un viaje largo y no puedo pensar correctamente. — Minho dice y toma delicadamente la mano de su omega y camina a la gran carpa. Dos guerreros les abren la puerta de tela y cuando entran finalmente el alfa suelta la mano del omega.

Sin tomarse mucho tiempo, el rey comienza a meterse a la cama y cuando levanta la mirada observa al omega comenzando a quitarse su ropa hasta quedar desnudo. Su torso blanco y delicado junto a sus pezones rosados finalmente su pequeña y delicada polla.

— ¿Que estas haciendo? — Minho se atreve a preguntar, cuando Jisung comienza acercarse a la cama.

— Debemos hacer un heredero ¿no? — Jisung cubrió su sonrisa, esa bonita y dulce sonrisa que últimamente provocaba que el corazón del alfa martillará y su estómago se convirtiera en un campo de mariposas descontroladas.

— ¿No estás algo, cansado? — Minho se atrevió a preguntar, pero sus manos se ajustaron a la cintura de Jisung. Su cintura delicada como el beso de un ángel.

Jisung besó suavemente la mejilla del alfa. — Nunca demasiado cansado para recibir el nudo de mi alfa.

— Tu alfa, — el pecho de Minho se infla y su miembro comienza a despertar. Su mejilla cosquillando por el delicado beso, sus dedos deseosos de tocarla, no lo hace. — Dilo otra vez.

— Mi alfa, mío mío mío. — canta el omega y sus piernas se abren al sentarse sobre el regazo de Minho. — El padre de mis cachorros, por favor pon uno, solo u-

Minho detuvo la última palabra con un hambriento beso. Su lengua lamio los labios regordetes de Jisung y Jisung se sintió arder. El omega sintiendo su lubricante escapar, deseando el nudo de su alfa.

Necesitaba a su alfa, necesitaba ser follado y llenado con el semen de Minho, su rey.

— Puedo olerte omega. — Minho dice y pasó sus dedos sobre la entrada de Jisung, presionar su dedo levemente sin penetrar, solo mojándolo con el lubricante. — Mírate, tan mojado, yo te podria follar con mis dedos y llegarias solo con eso pero eres un omega codicioso, lo quieres todo.

— Quiero, lo quiero, tu nudo alfa. Me gusta sentirme tan hinchado por ti. — La cabeza de Jisung cayo hacia atrás cuando finalmente Minho introdujo su dedo en la entrada resbaladiza.

Lo follo con sus dedos y cuando el omega soltó un sollozo, finalmente lo hizo. Lo follo tan bien, enterró su nudo y dejo que se hinchara. Se corrió tanto que la pancita de Jisung se inflamo. Parecía como si realmente estuviera embarazado y alfa deseo realmente poder hacerlo, darle su cachorros a Jisung.

No se trataba sobre obtener un heredero, deseaba realmente lo hacía, deseaba que el rizado fuera la madre de sus cachorros. Esa noche, mientras dormían con Minho dentro de Jisung, el alfa se permitió soñar con un hogar, lejos de un castillo solitario y solamente niños rizados y pequeños.