parte 1
Fabien Tomlinson el primer heredero al reino fue un hombre egoísta ¿es acaso su culpa?
Jamás, fue simple niño cargando con una corona de oro y el privilegio de ser un príncipe mimado, fue así como conoció a Siggy. El era un omega diferente a lo que se le presentaba en la corte. Era mágico.
Siggy era un sanador, pero no un medico porque los omegas tenían prohibido incursionar en el mundo de los libros eso era algo destinado a Alfas. Los omegas no eran tan listo sin embargo Siggy no ocupaba de letras sin sentidos, su don corría dentro de sus venas así que para Fabien eso lo hacía solamente más maravilloso, aunque no se culpa era un simple joven impactado por lo que no conocía.
Fabien juro enamorarse de Siggy pero años después, también lo hizo de Clarissa y más tarde lo hizo de la omega que se convirtió en su esposa. Fabien siempre tuve en mente no bastardos o, eso le repetía su padre el rey.
―Fabien, debes cuidar tu linaje― El rey lo miro desde su trono, su barba era tan gris que mostraba los años vividos―Los hijos no son solo por placer.
― ¿Mi hermano no fue un place padre? ― Fabien no pudo evitar preguntar de forma molesta, era consiente que su madre la pasaba demasiado mal desde la llegada del pequeño niño.
―Tu hermano fue traído al palacio en caso de ser necesario para suplirte Fabien, recuerda nadie es indispensable para la corona.
Fabien recuerda las palabras de su padre en todas las ocasiones que mantenía coito con algún omega o beta, y jamás anudaba. Hasta que estuvo con Siggy.
Fue el primer celo compartido que tenía y en ese momento añoraba pertenecer a ese omega risueño, las cosas llegaron a su fin cuando Fabien comenzó a desear dejar la corona y huir con Siggy, lejos de cualquiera que les arrebatara su amor.
Es veneno, es un amor envenenado. Fue lo que escucho Fabien.
―Lo he visto en el mar. Los hombres son envenenados por bellas criaturas del mar, terminan perdiendo todo para pertenecerles.
El rey, se burló de eso, pero Fabien reconocía que Siggy era un ser diferente, en sus ojos fluía la magia no terrenal y se sintió tan traicionado por aquel omega maligno que corto cualquier lazo que tenia con Siggy, lo abandono sin importarle el hijo que crecía en su vientre. Meses después contrajo matrimonio.
Su esposa había dado a luz y habían pasado años desde que vio a Siggy, pero de alguna manera el omega reinaba en sus sueños, era una jodida maldición. Lo entendió en ese momento, Siggy era una bruja y por sus venas corría la magia oscura.
En ese momento de su vida, lejos corría la inocencia de un Fabien joven, ahora era Alfa y padre. No le temblaba el corazón para tomar decisiones y no lo hizo cuando ordeno la ejecución de Siggy.
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Tres años antes, campamento Anope.
Louis II tenía dieciséis años cuando fue enviado al campamento para iniciar su entrenamiento como heredero. Fue terrible, era el primogénito de una dinastía y simplemente no era lo que se esperaba.
No era de un cuerpo fornido como el de su padre e incluso su hermana gemela tenía más masa muscular que él. No era bueno en las armas ni mucho menos en lucha cuerpo a cuerpo, le dolían los brazos al hacer entrenamiento físico.
Su cuerpo era demasiado delgado para ser un Alfa, pero incluso eso no era excusa, su madre fue al campamento siendo omega.
―No puedes príncipito― se burló uno de los soldados, mientras con su bota llena de lodo era presionada con fuerza sobre su espalda.
Su padre había pedido que fuera tratado como cualquier novato. Te dará carácter hijo.
Pero, también su padre esperaba demasiado. Lou simplemente no podía, llevaba unas cuantas horas bajo la lluvia y sus brazos se doblaban sin poder evitarlo.
― ¿Te vas a desmayar pequeño Tomlinson? ― Lou, miro a su lado y, unas botas brillosas aparecieron en su visión.
―Déjalo descansar― La voz era grave y poderosa, podía sentir el olor a madera vieja y su boca lo saboreo como si de un vaso de agua se tratase.
Los soldados se inclinaron con respeto, ―Pero, ni siquiera ha terminado su circuito.
―Lo hare por el― Fue de nuevo la voz, y el mundo comenzó a mirarse borroso. Perdió la consciencia.
La próxima vez que abrió sus ojos se encontraba en la enfermería. Su hermana a su lado con una mirad aburrida, sus ojos verdes estaban perdidos en el libro que cargaba siempre en su morral.
―Hey, ―ella sonrió cuando se toparon sus ojos, tan diferentes azul y verde. ―Bienvenido al mundo hermano―
Lou se llevó sus manos a su cien. ― ¿Qué ocurrió Aurora?
―Nada serio, pero le avisaron a mamá así que probablemente recibirás una carta en los próximos días, fue un golpe de calor― Lou no pudo evitar sentir su pecho calentarse por la preocupación de su madre, seguía siendo el niño de mami.
―La esperare con ansias―. Lou dijo, a los pocos minutos se encontraban saliendo de la enfermería y caminando al comedor general porque realmente deseaba alimentarse un poco más antes de ser enviando a correr durante horas.
Aurora se detuvo abruptamente al entrar al comedor. ―Deberías ir agradecer.
Siguió la mirada de su hermana y en el fondo estaba un Alfa de cabellos largos y musculatura dominante. Era demasiado atractivo pensó, un Alfa en toda su extensión.
― ¿Por qué? ― encontró su voz para preguntar.
―Él te llevo a la enfermería, fue amable y dios, es el mejor guerrero de este sitio.
Fue la primera vez que Louis se acercó a ese Alfa, descubrió que estaba en su último año en el campamento antes de pertenecer a las tropas de un rey, rogo que fueran en las de su padre y su nombre era Sihtric.
Actualidad.
―Rápido― sus labios recorrían los labios del Alfa mayor, ―dejare la ventana abierta, ala derecha segundo pasillo.
Los grillos y el crujir era lo único que se escuchaban, las manos de Sihtric recorrían los muslos delgados del futuro heredero.
―Te quiero follar tanto, ha pasado un tiempo desde que lo hicimos correctamente.
―Hoy― Lou se separó, ―No llegues tarde.
No miro a sus espaldas porque probablemente regresaría a los brazos de su Alfa, ¿podía llamarlo su Alfa?
Probablemente la respuesta era que sí, estaban enamorados y aunque las relaciones entre el mismo género eran castigadas con la muerte reconocía que sus padres estarían de su lado.
Camino despacio dentro del bosque hasta que una luz luminosa choco con su rostro, una guardia pequeña lo miraba desde sus caballos.
―Príncipe heredero― Lord Aren lo miro desde arriba, ―Nos envió su madre la reina en su búsqueda.
Cuando Aren hizo el ademan de otorgarle su caballo, Lou lo rechazo y es que no quería arriesgarse a que percibieran el olor de Sihtric en su cuello.
―Puedo caminar, mejor dile a mi madre que solo deseaba estar a solas durante unos minutos.
―Me disculpa mi príncipe, los jardines son un lugar seguro para que pueda estar solo, la reina solo busca protegerlo― Aren siguió aun lado de Lou en paso lento sobre el caballo.
Las puertas del castillo se visualizaron y en la entrada estaban sus padres. Su madre, Harry tenia la mirada seria a diferencia de su padre que lucía una calma en su rostro sin embargo sus puños se apretaban.
―Altezas― Lou se inclinó con falso respeto. ―Me iré a mi alcoba.
―No iras a ningún lugar jovencito― Louis, su padre gruño. ―Has abandonado la ceremonia de presentación, has puesto en ridículo el nombre de nuestro reino.
Ojos azules se miraron sin inmutarse. ―No me interesa esta ceremonia, el pueblo me conoce como el príncipe heredero y no necesito presentarme en ningún ridículo baile―Lou sonrió sin mostrar los dientes.
―No planeas ser el heredero con esa actitud ¿o sí? ¿en qué momento conocerás a tu futura esposa? ―
―Por dios, solo díganme quien y ya, no necesito hacer teatritos de amor falso, no todos queremos deseamos una historia de amor como la suya.
―Louis II― fue la voz de Harry que se escuchó, ―No hablare como lo esta haciendo tu padre, lo hare como tu monarca. Has deshonrado a la familia, humillado a mi gente ¿no pensaras que en este palacio las paredes no escuchan? Mi pueblo te toma como un soberbio irresponsable y teme el día que te convertirás como mi sucesor.
Lou se congelo. ― ¿Qué hablas, su alteza? No puedes quitarme mi título. Es mío por naturaleza, fue el primer hijo nacido, es mi derecho ser el rey.
―Aren― Harry miro al Lord. ―Te puedes retirar de mis servicios, y en cuanto a ti futuro rey, te miro y no entiendo en que momentos te convertiste en esto, en un Alfa sin corazón mirando a tu alrededor con egoísmo.
―Mami― Lou miro a Harry con sus ojos azules brillando. ―Yo, perdón por no ser lo que esperabas, no ser tan lista como Aurora o tan fuerte como Papá. Lo intento, pero, no puedo ser como desean.
A Louis le tembló el corazón ver a su cachorro de esa manera, pero a la reina en cambio fue su alma completa. Era el monarca de un reino, pero aquel joven del cual todos se quejaban fue su bebé al que cargo durante nueve meses y cuido durante diecinueve años, era su madre, ante todo.
No estaban los ojos juzgadores de su gabinete para criticar sus movimientos así que lo hizo, acunado el rostro juvenil de su cachorro y aspiro su olor lentamente. Ahí estaba el olor de su Alfa entrelazado en su cachorro, pero también había otro diferente, amargo y doloroso.
Lou se puso tenso cuando su madre no paraba de aspirar su olor así que se separó, ―me iré a mi alcoba.
Harry no respondió en su lugar se quedó aturdido y un recuerdo regreso a su mente. Era el mismo, pero años más joven y una puerta al final del pasillo, su vientre húmedo de sangre y del otro lado de la puerta un omega arrullaba a su cachorro, a su Lou.
No era Henriette como lo soñó al inicio. Era un omega diferente, su cabello era negro y lacio, se trenzaba en algunas partes y cuando levanto su rostro, tenía los ojos negros con lágrimas parecidas de color carmín. Lagrimas que caían en el rostro de su cachorro.
―Es mío.
Sus pulmones colapsaron en busca de aire y sus ojos se abrieron.
―Hazz― fue la voz de su Alfa e inmediatamente lo tuvo a su lado y frente a sus pies se encontraba Niall junto a su medico de cabecera.
―Alteza, ha sido el estrés. Le recomiendo mantenerse lo más relajado posible.
Harry asintió con calma y cuando estuvo a solas con su esposo por fin lo menciono.
―Lou, algo malo le ocurrirá a nuestro cachorro, a Lou.
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