Sabías que desde que nos conocimos no podía dejar de mirarte, reconocía tu mirada al instante, y siempre me preguntaba ¿qué tiene esa mirada?, esa mirada que me atraía como un imán, suena muy cliché no, me gustaste desde el principio Jungkook.

Empezamos a entablar conversaciones pequeñas, coincidir con amigos mas seguido, reír y burlarse del otro sin sentido, a veces sentía que solo éramos nosotros dos en nuestra propia burbuja, solo nosotros, me concentraba en tus bonitos ojos, en el sonido de tu risa, era la melodía más hermosa para mi, podía escucharla cada instante de mi vida y no me aburriría de ella.

Recuerdo que en ese entonces estabas saliendo con Hesoo, llevaban más de un año de relación, no voy a negar que si sentí envidia en su momento, él podía tomarte de la mano, abrazarte, besar tus labios, porque era tu novio, me sentía codicioso de algo que estaba prohibido para mi. Aun así, compartir momentos juntos me aliviaba, podía tenerte para mi al menos unos instantes, lastima que no como yo quería.

Pero, esta bien, eras feliz junto a él, dicen que amar es desear la felicidad de la persona que quieres, y yo te deseaba toda la felicidad del mundo, aunque no fuera conmigo.

Recuerdo aquella primavera, me llamaste, te escuche triste en aquella llamada, preguntaste si estaba en casa y viniste, tú y Hesoo pelearon, no literalmente, al parecer Hesoo se pasó de tragos y no me dijiste mas, pero te sentías cansado, no querías hablar, yo solo fui tu compañía mientras te veía fruncir el ceño una y otra vez, no niego que de cierta forma te veías tierno, pero tampoco me gustaba verte molesto.

Creo que ahí fue donde todo empezó, tú y Hesoo discutían de forma más frecuente y no entendía, ya que ustedes pasaron de la mejor pareja a pelear de forma constante y llego, llego ese día.

Terminaron.

Terminaron una tarde, esa noche te quedaste conmigo, no hablamos simplemente estabas ahí, quieto, sin decir nada, ese día dormimos sin decir ni una sola palabra, al día siguiente no te encontré en ningún lado, estaba a punto de llamarte pero alguien toco la puerta, eras tú, dijiste que no te sentías bien y que fuiste a correr por esa razón.

Te quedaste un par de días conmigo, luego decidiste ir a tu departamento, al parecer terminar con Hesoo te afectó de sobremanera, no te vi en clases dos semanas, estabas ausente. Te di tu espacio, necesitabas tu espacio y lo entendía, lo necesitabas.

Después de perderte más de dos semanas volviste, estabas relativamente bien, en lo que cabe, y con ello llegó el fin de semana y junto a ello una propuesta, dijiste que querías beber nos animaste a todos, Tae, Hobi hasta Jin se nos unió, te acompañamos, dijiste que solo seria un poco, te creímos, pero llegado el momento no parabas de beber, está bien, te entendimos, aun estabas en la etapa de superación.

A veces, la vida es bien culera sabes, ese día Hesoo también se encontraba ahí, si tan solo no hubiéramos ido a pedir bebidas en ese momento, si tan solo, no existe, Hesoo estaba ahí besándose con Taemin, tu rival del equipo de futbol, quise evitar que veas esa escena pero no fue posible, cuando me di de cuenta ya te encontrabas agarrándote a golpes junto a Taemin.

La gente alrededor de ustedes y Hesoo viéndolos ahí, quien andaba en shock, apenas reaccione corrí rápidamente a levantarte junto a Hoseok, no querías soltarlo, te rehusaste, mientras yo y Hobi te sujetamos para que no saltaras encima de Taemin, y al final Hesoo se fue con él.

Ante aquella última escena soltaste un bufido que ha pesar de la música fuerte en aquel lugar logramos escucharlo, te soltaste con fuerza de nosotros agarraste una botella de alcohol y lo bebiste como si fuera agua. No paraste, te comprendimos una vez más.

Pasada las 4 A.M. del día siguiente estábamos camino a mi departamento, estabas ebrio, apenas y podías a sostenerte, Tae, Hoseok y Jin se fueron juntos.

Al llegar no parabas de susurrar el nombre de Hesoo, hasta me confundiste y me llamaste Hesoo, me dolía verte en ese estado, pero lo entiendo, Hesoo era y es la persona más importante en tu vida, vele tu sueño hasta que pudiste dormir bien y entonces recién pude dormir. Pasado el mediodía, sentí tus brazos alrededor de mi cintura apestábamos a alcohol y de pronto sentí tus labios en mi mejilla.

- Hesoo, amor – susurraste, no voy a negar que eso me dolió y con todas las fuerzas quite tus manos de mi. Tu toque me empezaba a quemar.