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O1. Miedo


( Capítulo O1: Miedo )


Cinco letras, tres vocales, dos consonantes, una palabra.

Significado: angustia por un riesgo o daño real o imaginario.
El miedo se puede describir fácilmente.

—Enano—Elena golpeó dos veces la puerta dejando un silencio de 2 segundos antes de dar un tercer golpe—. Arriba, ahora mismo.

El nombrado gruño, pasando una mano por su rostro y dando un bostezó ligero, se levantó con rapidez de la cama tomando su móvil y rechazando la alarma que estaba apunto de sonar. Después de visitar el baño en donde resolvió sus problemillas mañaneros, lavó su rostro, cepilló su cabello y sus dientes, salió del sanitario para tomar una camiseta de su armario, escuchando los pasos de su hermana con aquellos tacones que siempre gustaba usar.

Los pantalones de mezclilla pronto cubrieron sus piernas y la camiseta azul marino resguardo la cicatriz que viajaba por casi todo su torso.
Salió de la habitación y pasando una mano por su cabello, bajó las escaleras de mármol siguiendo el sonido de platos tocando la mesa de la cocina en donde su hermana posaba dos de ellos con su desayuno.

—Buenos días ¿Todo bien?—La mujer le sonrió, dejando marcar los hoyuelos de sus mejillas y haciendo estirar la cicatriz en su rostro.

—Sí, Elena—El joven se acercó a ella, plantando un beso sobre su cabello rubio al pasar cerca de ella para ayudarle a colocar la taza de café y té de cada uno—. ¿Dormiste bien?

La mayor asintió, tomando asiento después de que su hermano acomodará la silla para ella, agradeciendo y tomando el tenedor, comenzó a comer dejando que el otro le siguiera.
Con una charla ligera, ambos contaron las pesadillas que nuevamente visitaban sus sueños.

—Soñé con ella—dudo de tomar un segundo bocado—... tuve miedo—Mordió su labio inferior con fuerza, dejando el tenedor en el plato y rasguñando suavemente una de sus uñas.

—Lo sé, estás usando tacones rojos.

Constantine señaló sus zapatos, haciendo que la rubia riera ligeramente saliendo de ese momento de malestar.

—¿Cómo? ¿Mis zapatos te dicen mis pesadillas?

El joven asintió, tragando el pedazo de tocino y limpiando sus labios con una servilleta antes de explicar.

—Desde que llegamos aquí lo haces—Levantó un dedo—. Mamá rojos, papá azules, Cristina violetas y solamente ocupas los negros cuando no recuerdas tus sueños, que es casi todos los días.

Elena sonrió y suspiró, pasó una mano por su barbilla tocando la cicatriz y recorriendo aquella silueta, desde debajo de su barbilla de lado izquierdo cruzando un poco más arriba de sus labios.

—Apenas te recuperé y ya conoces mis manías.

—Nunca me perdiste.

—Lo sé, pero tenerte lejos se sintió como si lo fuera.

Suspiró y bebió su taza de té, la manzanilla le hacía bien para el dolor de cuerpo con el que había amanecido.

—No estuve tan lejos—Constantine sonrió burlón, bebiendo el café amargo de su taza y dejando sus cubiertos sobró el plato vacío.

—Constantine, estuviste muerto por doce minutos—La rubia lo miró completamente seria nombrando su nombre como en las ocasiones en donde sabía que había dicho algo que no le agradaba—. Casi muero del miedo de que te haya pasado algo realmente... Si vuelves a hacerlo, te mataré yo misma.

El castaño le miró, sonrió y negó con la cabeza.

No podrás matarme si ya estoy en el infierno.

La rubia gruño mostrándole los dientes en un rugido, haciendo reír al joven quien le miró levantarse y dejar los platos sucios en el fregadero, lavándolos rápidamente.

—Si sigues diciendo esas cosas, haré que Charlie te arreste y eso sí te dará miedo.

El menor río, tragando el último sorbo de café y subiendo por las escaleras escuchando a su hermana en su habitación. Siguió sus acciones y se aventuró a su propio dormitorio en donde tomó su chaqueta negra, lavó sus dientes y bajó por las escaleras con la mochila en uno de sus hombros.

—Por cierto—La voz de Elena atrajo su atención—, no se si estaré en casa después de que regreses del instituto. Hay unos problemas con un caso y estoy resolviéndolo con el doctor Cullen.

—Carlisle.

La rubia asintió, quien le levantó una ceja burlona.

—Debes hablar con sus hijos, habla muy bien de ellos y sin duda creo que serían amigos—Aquello hizo soltar una carcajada del menor—. Eso fue idiota... Bueno, también podrías ser amigo de Bella.

—¿Bella?

—Es hija de Charlie, regresará a Forks y seguramente quisiera amigos, me dijo que era muy buena... Pero supongo que no estará ahí hoy hasta la próxima semana, según están arreglando asuntos de papeleo.

Negó y le ayudó a colocarse el abrigo oscuro, abriendo la puerta de su hogar para salir. Igualmente sus acciones le siguieron hasta el automóvil negro, dónde la rubia rápidamente bajo las ventanas tintadas para sonreírle.

—En serio, inténtalo. Tal vez y te guste alguien de tu insti al final del año, alguno podría aguantarte.

Con una risita y dejando a Constantine gruñendo, se alejó acelerando. Rápidamente el menor subió a su motocicleta y arrancó.
Su mente se puso en blanco, menos una palabra que estaba en rojo.

Cullen.

Apretó el acelerador al recordar ese apellido. No conocía a ninguno de ellos, solamente por lo que su hermana comentaba al trabajar cerca del doctor.
Solo sabía que esos chicos daban miedo... Ese miedo... ¿Sería como el miedo que él dejaba?





➥Nota de la autora📦📝

O1. ¿Volví? Jaja, ojalá les guste este capítulo como a mi, me ha encantado volver a escribir y sumergirme en el estrés de como describir mejor todas las acciones jaja 🙂‍↔️💗
O2. Los amo muchísimo! Nos vemos pronto en otro capítulo🥰❤️
O3. Voten y comenten mucho! ⭐️ les agradezco mucho la motivación 🥺🩵

EDWARD CULLEN, 2024
© hate me slowly fanfic

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