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Capítulo 19 (Necesito un abrazo.)

Despues  unas horas la puerta se abrió pensé que era Adriel. Pero solo era Aizen nuevamente.

- ¡nos volvemos a ver tan pronto señor policía! -digo emocionada.

-levántate, que te vienes conmigo-su tono era autoritario.

<<Contigo me vengo todas las veces que quieras>>

- ¿contigo cómo quieres que me venga, de espaldas, contra la cama?

-de puntitas y caminando, venga-su seriedad es tan sexy.

-Ahh, que amargado eres-hablo con fingido desanimo.

-puta loca-dijo en apenas un susurro. Mas para el que para mí.

Me levante de la cama dejando caer la sabana. Y si recuerdo perfectamente que ando sin ropa debajo. Es que con este hombre no me importa ser indecente y mucho menos controlarme. Es que se me hace tan divertido la manera en la que me ignora, que me encanta este hombre. Ni siquiera se inmuta.

-ups, no llevo ropa ¿me consigues? -le tiro un beso.

-detrás de ti hay una bata- hablo señalando.

-no me voy a poner una bata, no te jode.

-pues te la pones-exige.

Tomo la bata colocándomela.

- ¿bien, ya vamos?

-adelante-pase delante de él.

-tranquilo no te voy a morder, solo si me lo pides muy suavecito y rico.

-ah-suspiro- ya no puedo más-miro hacia arriba- ¡jump!¡jump! - esa risa es como si el verdadero demonio estuviera en la tierra.

Suspiro, abriéndome la puerta para que saliéramos y eso hice salí a su lado. Al salir vi algo que hizo que otro pedazo se partiera en mi interior y se enterrara como los otros pedazos un enfermero traía una camilla y en este el cuerpo inerte de mi chico. Me paralice un segundo, mi mente se descoloco. Y llore por dentro nuestros momentos se reprodujeron por un instante y mientras su cuerpo en aquella camilla pasaba por mi lado su aroma se impregnaba en mis fosas nasales. Sus ojos miel, jamás me volverían a mirar nuevamente. Jamás volvería a sentir nada tan parecido. Joder no tuvimos tiempo siempre todo era tan rápido cuando nos veíamos a escondidas. Y lo peor de todo es que nadie vendrá a reclamar su cuerpo porque yo era su única familia.

<<te amo, mi maniática>>

Esa fue una despedida, y yo tonta no me di cuenta. Adiós mi amor seguiré por ti y te prometo que después de ti no habrá nadie más.

-ups, eso es joder a lo tonto- la voz cínica de Aizen me trajo a la realidad.

Trague el nudo que se me había formado en la garganta, tomo fuerza y valor.

-Vamos-digo, con firmeza.

-te debe dar muy igual-aseguro.

-no te creas, no me da muy igual-una lagrima cayo y rápidamente la limpie.

-no sabia que las locas lloraban.

-no soy yo-me excusé y sonreí.

Caminamos hasta llegar al auto en silencio, necesitaba ese segundo de silencio para calmar el dolor en mi interior. En lo que nos poníamos en marcha volví hablar no podía sospechar que ya no tenía a Meg.

-y dime ¿qué te gusta hacer?

-ver la casa de papel-hablo con un ánimo que parecía que iba a cagar.

-que aburrido.

-ni que lo digas, llevo cuatro años intentando de ver la serie.

-baff.

-cuatro puñeteros años y aun no he podido terminar la tercera temporada.

-esa serie es una guayaba tras otra, así que no te pierdes nada.

-mmm, ya.

- ¿te crees que enserio poniendo una bomba debajo de un casco...el impacto lo aguantaría?

-no e llegado a esa parte-respondió con completa sinceridad.

-ha, te acabo de hacer spoiler.

Se volvió hacer un silencio incómodo de unos minutos. Como si estuviera en el auto con un policía y la asesina. Espera es que es así.

- ¿A dónde me llevas?

-a recordar viejos tiempos.

- ¡plas,plas!-aplaudo, sonriendo- mi favorito-digo emocionada.

- ¿Qué vamos hacer?

-vamos a casa de tu hermano.

Ya-la sonrisa desapareció de mi rostro.

Todo duele demasiado lo que debo hacer es largarme un tiempo de todo esto por aquí, para sanar. lo necesito.

(...)

Al cabo de unos minutos llegamos Aizen detuvo el coche y nos adentramos al entrar un recuerdo llego a mí.

<<- ¡ven aquí, enana!

Salgo corriendo y roja de tanto reír después de haberle embarrado la cara de merengue.

-Pareces que llevas una mascarilla.

-Ven dame un besito.

- ¡no, no! -corro.

Tropiezo y caigo a suelo, se sube arriba haciéndome cosquillas.

-Para, me meo.

-dime disculpas.

-no.

- ¿a no? -volvió atacarme con cosquillas.

-DIS...CULPAS-grito entre risas>>

Joder duele, lo extraño, lo quiero, ahora aquí conmigo. Te amo. A todos los pierdo estoy destinada a quedarme sola.

<<no llores, no llores>>

Me repetía mentalmente a mí misma.

-bien, que necesitas-hable.

-lugar mas feliz que pasaste con tu querido hermano. El lugar mas feliz para el de toda esta mierda de casa.

- ¿me das un segundo?

-dos... si quieres.

Me siento en el sofá tirando la cabeza para atrás respirando hondo intentando no venirme abajo. Porque dolor tras dolor. Me desmorona ya no me siento bien, necesito ayuda. Siento que mentalmente no me encuentro bien. Vuelvo a mirar a Aizen.

-estamos en el lugar más feliz de la casa.

-la sala, no podía ser en un lugar más pequeño el baño. No se- hablo para él.

No pude evitar oírlo.

-ahora, donde tu hermano guardaría una memoria.

- ¿no es obvio?

- ¿debajo del sofá?

-estamos hablando de alguien inteligente.

-yo lo guardaría en el sofá.

-estamos hablando de alguien que pudo ser cómplice y pudo pasar desapercibido de los médicos, policías y de todos a una loca como yo.

-delante policías estúpidos-completo.

-así que nada mas y nada menos que el lugar donde menos te lo esperes, el lugar que todos lo pueden ver.

-en el sofá.

-ah-suspiro-mi hermano amaba una película, pero lo que más amaba era la memoria esta- tomo la memoria del televisor.

- ¿tu hermano grabo una película donde se encuentra una prueba policial?

-ja, ja, ja. No-se la doy en sus manos.

-pero creo más que eso, vas a necesitar esto- tomo uno de los cojines, abro el forro y saco la pulsera.

-viste que sí, estaba en el sofá- la toma.

<< ¿pero qué vicio tiene con el sofá?>>

- ¿para qué me das esto?

-porque hay esta la información y aquí la contraseña.

-bien, vamos.

Salimos de la casa nos montamos en el coche.

-dime Jessie dos, ¿qué se siente estar en el cuerpo de otra persona?

-solamente a una Jessie.

-que se siente convivir con otra persona.

- ¿con mi hermana? -asistió

-fantástico, es como que tienes una persona con quien hablar, te comprende bien, sabe tus secretos más vergonzosos y te protege-tomo aire- ¿pero sabes que es lo mejor señor policía? sonrió- estar en el mismo coche que usted. ¿Quién lo diría?

-pintas un mundo demasiado Pink, para ser una puta loca.

-no lo hago.

-yo lo pinto blanco y negro y sobre todo llueve mucho, muchísimo ¿Qué llueve a ver si sabes?

- ¿sangre?

-exactamente y el cielo en vez de ser azul son cadáveres. Me encanta la pintura, algún día me dedicare a ello.

-no te preguntaba-hablo amargo.

-bueno, por lo menos yo no me e pasado tiempo viendo la casa de papel.

-es lo que tiene ser muy ocupado.

- yo también estoy ocupada, a mi manera.

-ya.

-ya verás, cuando lo pierdas todo entenderás. Que cada uno tiene su manera de actuar diferente, y proteger lo que quiere diferente.

-yo te comprendo perfectamente.

-tampoco soy tan mala.

-a lo largo de mi vida he metido presa a tantas personas, más de las que no te imaginaras y a todo los he comprendido.

-lo admiro.

-pero que los comprenda, no quiere decir que los entienda.

-lo sé, lo sé. Y lo admiro es bonito, en plan...usted se volvió bueno, mientras los otros son los malos y se vuelven asesinos...pero prefiero ser mala para sociedad.

- ¿buenos?, ¿me acabas de llamar bueno?

-eres policía, se supone que a la cara de todos son los buenos. Aunque no lo sean. Hay más de mil que son corruptos, son una banda de asqueroso-lo miro- ¿pero sabes quienes son más asquerosos que ellos? -negó-los que tienen el poder para quitarlo de ahí y esos son mas asquerosos de todos, y más que nosotros.

-estas hablando una cantidad de mierda.

-siempre llegan tarde.

-si hubiésemos llegado antes, nunca hubieras desarrollado esa personalidad. Si hubiéramos llegado antes, nunca hubieras conocido a Lex... si hubiéramos llegado antes, nunca hubieras vividos momentos inolvidables con el... así que no llegamos tarde, llegamos cuando teníamos que haber llegado.

<<pero él no hubiera muerto>>

-sí, sí, sí. Todo el comunismo que quieras decir.

- ¿comunismo? -pregunto como si lo extrañara

-sí, comunismo.

¡ja, ja, ja! -rio divertido, como si acabara de decirle una sandez.

<<se que lo hice, pero quería hacerlo reír>>

- ¿comunismo?

-sí, comunismo.

-mira, cállate anda. Cállate que no sabes la mierda que estás hablando-hablo indignado.

- ¿tienes otro un jugo?

-no tengo nada, y ya llegamos.

-tengo mucha sed, y hambre... la verdad- me toque el estómago- me acabaron de hacer un lavado de estómago, debería comer algo. Y no me darán nada de comer, porque en ese tipo de sitio me van a tener controlado...- me interrumpió.

- ¿creo que no lo ha entendido, tía? ¡Tu esta presa, presa!

-lo sé.

- ¡estas esperando juicio!

-lo sé.

-por asesina.

- ¿No puedes hacer ese último favor de llevarme ahí? -suplique.

Se quedo unos segundos pensativos.

-Vamos-asedio serio.

-gracias, por toda la paciencia y lo que vas a ser por mí.

-de nada.

-espero... que todo le valla bien en su vida.

-gracias.

- ¿pero sabe qué? Nos volveremos a encontrar.

-eso espero.

-pero ya lo haremos cuando yo este normal.

<<ahora necesito ayuda>>

- ¡dios!

-no es lo que piensas.

-se acaba ella misma de decirse anormal-hablo para sí mismo.

-bueno, lo que ustedes llaman normal-mentí.

-que largo se me está haciendo este viaje-susurro.

-yo me veo normal, ¿tú no me ves normal?

llegamos a la comisaria donde detiene el auto.

- ¿me da un abrazo o es que tiene miedo que lo muerda?

-se podría saber, por qué debería darte un abrazo.

-por favor-suplico- mucha gente dice que sus abrazos son cálidos. Y que usted es el hombre... el policía con mas huevos de toda la comisaria. Yo no creo que usted me tenga miedo, así que no me decepcione.

Me atrajo a él abrazándome, y no me equivoque sus brazos son cálidos, huele muy bien. Me siento segura y tengo ganas de llorar, enserio necesitaba este abrazo. Me separo de el

-Vamos te llevare a la cafetería.

- ¡yes! -susurre entusiasmada.

- ¿adónde va? -hablo un chico.

- ¿me estas contradiciendo?

-si, porque usted no debería hacer eso.

- ¿acaso se puede saber quién tu eres?

-porque usted no debería hacer eso.

-yo puedo hacer lo que me de la gana- se quedaron mirando Aizen estaba enojado- ¿me entendiste?

-si, señor- el chico se apartó.

-ya-arranco.

-oye- la chica de horita- ¿A dónde vas?

-a buscar un café.

- ¿con ella?

-si.

-la puedes dejar aquí.

-estoy trabajando.

-okey-lo miro-espérate mírame bien...-hablo algo más, pero no pude escuchar lo demás.

Después de eso arranco.

(...)

Llegamos a un café, pero vamos en el coche por la parte donde se pide desde el carro. Pide un café con tantas cosas que apenas recuerdo, eso ya no es un café.

- ¿de qué lo quieres?

-del mismo que me trajiste, es mi favorito.

Enseguida nos dieron el jugo y el café. Su café tiene rosquitas en serio tengo hambre así que.

- ¿me das una rosquita?

-si quieres cógelas todas, no me gustan-tomo las rosquitas y el jugo.

En el camino me voy comiendo las rosquita y el jugo.

(...)

Llegamos enseguida a la comisaria y estoy embarrada.

-gracias, ¿tienes un pañuelo? -me ofrece el suyo.

Me limpio la boca y guardo el pañuelo. Nos bajamos del coche y nos adentramos en la comisaria son las 8:00 am de la mañana por el reloj de la comisaria.

-espero que nos volvamos a ver.

-yo también. Adiós.

-Adiós.

-puta loca

<<gracias por todo Aizen, nos volveremos a ver y te devolveré el favor>>

-Venga llévensela- me condujeron a una celda y estaba Jade y Kayle.

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