#1. Hacer lo necesario
- Ya casi es hora- comentó cierto castaño mientras limpiaba unos vasos y los acomodaba detrás de la barra- ¿No piensas ir a despedirlos?
- No. Ya no me importa lo que hagan.- respondió la castaña mientras daba otro trago a la margarita que su amigo y barista del clandestino local bajo su Spa le había preparado.
- ¿Ni siquiera Yugi?
- ¿Qué hay con él?
- No te hagas Tea. Bien que te gusta y tú a él.
- ¿Si? Pues parece que le importa más el puto dinero que yo.
- Estás borracha y no sabes lo que dices- rió.
- Sé perfectamente lo que digo. Ese estúpido tricolor es más ambicioso que nadie. Y todo por culpa del maldito idiota de Joey- maldijo entre dientes.
- Sí, lo que digas.- rodó los ojos con burla.
- Cállate Tristán. Sirveme otra margarita.
- Ni lo sueñes. Ya estás suficientemente borracha. Mejor ve a casa a descansar. Además ya debo irme.
- ¿Irás a despedir a ese par de idiotas?
- Son mis amigos después de todo. Y también los tuyos.
- Si tan buenos amigos somos los cuatro, hazme un favor de amigo a amigo y dale un beso a Yugi de mi parte.
- Jodete- rieron ambos mientras Tristán salía de atrás de la barra.- ¿Quieres que te lleve a casa antes de ir al aeropuerto?
- No gracias. Me quedaré a supervisar el bar.
- ¿Estando borracha?
- Puedo hacerlo.
- Si claro- comenzó a salir del bar- Dalia- llamó a una de las chicas masajistas del spa una vez estuvo arriba.
- ¿Si?
- La jefa está algo pasada de copas allá abajo. ¿Podrías cuidarla mientras vuelvo?
- Claro, Tristán- sonrió y se dirigió a la entrada secreta para bajar al bar.
El castaño salió a la calle con su abrigo puesto y se subió a su auto para conducir hacia el aeropuerto donde el avión de sus amigos despegaría en casi dos horas.
- No vino ¿Cierto?- preguntó el tricolor al castaño en cuanto lo vió acercarse hacia ellos.
- Está enojada todavía.
- Ya pasaron tres días desde nuestra pelea. ¿Sigue enojada porque decidí ir a Japón?
- ¿Ves, Yugi?. Por eso prefiero a los hombres, las mujeres son demasiado complicadas de entender.
- Joey, ahórrate tus consejos gays- se burló fingiendo molestia a lo que el rubio frunció el seño.
- No puedo creer que vayan al otro lado del planeta a estafar a dos chicos que están de luto por el reciente fallecimiento de sus padres.
- ¿De luto?- preguntó graciosamente el rubio- Esos tipos acaban de heredar una fortuna enorme ¿realmente crees que están de luto?
- Por favor, ¿Crees que están en un yate lujoso surcando el mar y bebiendo champagne?- cuestionó Tristán con sarcasmo.
- De hecho... Así es- comentó Yugi quién mostró su celular a los chicos.
- ¿Qué es eso?
- Un artículo del sitio web de la revista Anonimato, la revista de salseo más famosa de Japón. Tomaron una foto de ambos chicos en compañía de sus hermanos menores surcando el mar sobre un lujoso yate.- explicó Yugi.
-"Está mañana, los herederos de las empresas de cosméticos y editoriales -Gozakty- fueron vistos surcando los mares en su lujoso yate. A caso ¿El luto les duró muy poco?"--leyó Tristán- Es una revista de chismes. Seguramente estaban haciendo otras cosas.
- Claro...- respondió Joey con sarcasmo.
- Pasajeros del vuelo 202, favor de abordar por la puerta 6. Pasajeros del vuelo 202, favor de abordar por la puerta 6. Pasajeros del vuelo 202...- se escuchó una voz por los altavoces del lugar.
- Ese es nuestro vuelo...- comentó Yugi casi en un susurro.
- Bueno... supongo que aquí es el adiós.
- No querido amigo. Es el "hasta pronto"- sonrió el rubio- volveremos lo antes posible con las manos llenas de dinero...
- Mucha suerte con eso. Más les vale no dejarse atrapar, idiotas.
- Dalo por hecho.- finalizó el rubio con una sonrisa.
- ¿A quien quieres enamorar? ¿Al "morenito" o al "ojos fríos"?- preguntó el rubio mientras leía una revista con ambos chicos de portada.
- A quién sea, sólo quiero terminar con esto y regresar a Nueva York.- respondió desinteresado mientras miraba a través de la ventana del avión.
- Bien... Dejaremos que ellos decidan.
- Genial. Les preguntaremos por quién de nosostros dos quiere ser estafado cada uno.
- Eres. Un aguafiestas.
- Como sea.- dijo recostándose en su asiento de primera clase- voy a dormir.
- Tenemos que preparar el plan. No te puedes dormir.
- Oye.- el rubio lo miró- tú fuiste el de la grandiosa idea de ir a Japón a hacer todo esto, así que tú planea todo. Por esta vez no me importa ser una torre, un alfil o incluso un peón- y tras decir eso con una falsa sonrisa, simplemente se dejó caer en el asiento reclinado.
- Debimos traer a Tea. Así al menos no sería un gruñón- susurró el chico y comenzó a planear su estrategia.
El rubio estaba tan concentrado que no notó las horas que le había llevado planear todo.
El tricolor se enderezó adormilado y miró por la ventana. Ya había oscurecido y las luces del avión estaban apagadas a excepción de una lamparita que su amigo tenía prendida en la pequeña mesita de la que disponía.
- ¿Cómo vas?
- Vaya, el bello durmiente despertó
- Cállate y dilo ya.
- Bien... Terminé el plan. Bueno, de hecho no. Necesito investigar unas cuantas cosas más...
- Duérmete ya, terminarás la planeación cuando estemos en el hotel.
- Es que simplemente no se me ocurren buenos temas de conversación... Ese es tu fuerte, ¿ideas?
- Son niños ricos y mimados. Los temas de conversación no deben ser nada complejos...
- Sí, eh... Te recuerdo que son prácticamente de nuestra edad. con dos o tres años de diferencia pero al final... Los niños somos nosotros.
- Da igual si somos menores, ellos son ricos y mimados. Hablemos de cosas lujosas, chicos guapos... Hablando de eso... ¿Cuál es la orientación de ambos?
- Ese. Es uno de los detalles que necesito investigar más a fondo...
Quizá debamos vestirnos de chicas por un tiempo.
- Ajá- rodó los ojos- ¿y nuestras voces?
- Cierto... Bueno, tú no tienes problema con eso. Tu voz es similar al de las chicas.
- Aunque agradezco el cumplido... Creo... No me voy a disfrazar de mujer otra vez. Tuve una muy mala experiencia hace unos años y lo sabes.
- Ayyy porfaaaaaa~ es por el bien de la ciencia.
- ¿Cual ciencia?
- Y si te recuerdo lo millonarios que seremos al final... ¿Aceptarías?
- No. Además tú eres el gay, vístete tú de mujer.
- ¿Se supone que eso es un insulto?- lo miró con ironía- además te recuerdo que tú eres mitad gay.
- Ser bisexual no me hace mitad gay.
- Da igual. El punto aquí es que quién tiene la apariencia más femenina eres tú.
- Eso es mentira absoluta.
- Bien, si estas tan seguro hagamos una apuesta. Quien pierda se vestirá de mujer para conquistar a uno de los chicos.
- ¿Seguro que quieres continuar, Wheeler?- retó con burla.
- Ni bien lleguemos al hotel te vestirás de mujer, iremos a un bar y si al menos un chico o chica se te acerca creyendo que eres mujer, la apuesta se termina y tú pierdes.
- Hecho.
- Bien. Hay que cerrar el trato con un pacto de sangre.
- ¿Qué? ¿En el avión? ¡Estás de mente! Además ¿Con qué te cortarás? ¿Con el folleto informativo?
- Si, bueno. Creo que me fui a los extremos...- se encogió de hombros- Pero al menos podemos hacer un pacto de ketchup- tomó un sobrecito de ketchup otorgado por la azafata durante la comida y se virtió parte del contenido en la palma de su mano.
- Eres muy raro... Pero está bien- tomó el sobre que Joey había abierto y se virtió el resto de ketchup en su mano- Un pacto de ketchup- ambos se dieron la mano a manera de acuerdo y trato irrompible.
- Al fiiiiiin- exclamó el rubio lanzándose a la gran cama de su suite- maldición, odio viajar en avión por más de 8 horas. Mi trasero se siente entumecido.
- No te acomodes, quiero terminar con nuestra apuesta lo más rápido posible.- subió una maleta a su cama y sacó algunas cosas- ¿trajiste maquillaje?
- Está en mi maleta.- respondió mirando su celular- Maldición, ¡SI!- exclamó entusiasmado.- Yugi, ponte lo más guapa que puedas.
- ¿disculpa? ¿Guapa?
- Según una página de chismorreo, se vió a los dos chicos entrar a un bar hace aproximadamente dos horas y aún no han salido del establecimiento. Y según Giglee Maps ese bar está a dos calles de aquí. Así que mueve el trasero y vístete lo más femenino posible.
- Bien, pero tú invitas los tragos.- expresó molesto mientras se dirigía al cuarto de baño.
- ¡Espera!- se apresuró a buscar algo en su maleta- Ten, colócate esto.
- ¿¡Qué carajos!? ¡No me voy a colocar esas cosas!
- Ay por favor, solo son burbujas de silicona. Simularán tus tetas, o a caso ¿Quieres que crean que eres una tabla?
- ¡NI SIQUIERA SOY MUJER!
- Pero ellos no lo saben. Además, me gusta citar las palabras que me dijiste en el avión- se aclaró la garganta- "Tú, mi brillante amigo, fuiste el de la grandiosa, estupenda, fantástica e ingeniosa idea de ir a Japón a hacer todo esto, así que tú planea todo. Por esta vez no me importa ser una torre, un alfil, incluso un peón o una hermosa mujer"- sonrió burlonamente.
- Si, eh... Estoy cien porciento seguro de que la mitad de lo que dijiste nunca salió de mi boca.
- Si, ok, quizás agregué un par de palabras pero el punto es que literalmente me diste la autorización de usarte como fuese necesario para poder ganar una inmensa fortuna así que toma tus tetas, entra al baño y vístete como la mujer que llevas dentro.
- Eso último sonó muy gay...
- ¡SOLO ENTRA AL PUTO BAÑO!
Continuará...
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