Te fuiste
Mire el frailejon cerca de mi casa. Me acerque para tomarle una foto, hace tanto que no veía uno de ese tamaño. El incesante arcoiris salió ha flote, sin prisas, todo a su manera. Lo observé sin imaginarme el tiempo que había pasado. Las cosas habían dado un giro de 180 °.
—¡Señor Alberto!—estaba tocando la puerta.
Nadie me abría.
—¡Se fueron!—dice una voz femenina
—¿Sabe por cuánto tiempo?—me acerque a ella.
—La casa está en venta.
Mire hacia la casa que una vez había entrado. La felicidad no dura para siempre y los recuerdos se vuelven imágenes vacias. Mis piernas dieron el primer empujón hacia la casa, un poco vieja y empolvada. Comencé a recordar y las lágrimas brotaban como si todo lo vivido hubiera Sido ayer.
—¡Sigues aquí!—entre a la habitación de mi esposo
—Ahi estaban nuestras fotos, separadas para quemarlas.
Escuché ruidos en el ático. Ya mi panza no me dejaba subir. Esta vez debía esperar a tener a los bebés para poder subirme a lugares más temblorosos.
—¡Samantha!
—¿Thomas?—dije
Este se me balanceo aún era un chico muy terrible. Sus ojos habían cambiado de color o era yo quien ya no veía nada.
—Y...¿Te casaste?—dijo el
—¡No!—¿Y tú?
—Me casare el mes que viene
—¡Que afortunado!
—Con Nicol¿La recuerdas?
—No...era la chica rubia de la fiesta, o me estoy equivocando
—Si, ella.
—Quien lo iba a creer
—Sabes que mi hermano sigue esperándote. Dejaste de verlo y el aún está esperando que vallas a visitarlo
—No estoy lista—negué todas las ideas que se me venían a la cabeza
—No esperes a perderlo.
—Ya hace mucho que lo perdí. Aún estando en esta habitación podía sentirlo. Ya tenía rebote de estar en ese lugar.
El me acompaño a la salida.
—¡Mi esposa me llama!¡Te veo luego!
En cuanto el se retiró, mire la casa de reojo, y otra vez volví a recordar lo que viví en esa casa.
—!Thomas!
—Mi hermano se acaba de ir
—Ah...¿Es enserio?
—Si, no dijo mucho. v
Volverá en la mañana.
—Si lo vez puedes decirle que me busque, dejo de salir conmigo y ahora me está evitando. ¿Porque lo está haciendo?
Sin dudar pensé que él sabía dónde estaba. Pero no quería decirme dónde se encontraba.
—Emm...
—¿Que?
—Hoy habrá una fiesta en la casa de los Hernández...el estará allí con... Lizeth
—Otra vez hace lo mismo—dije molesta
Eran las 5 de la tarde y aún no encontraba la casa. Tuve que llamar a Thomas varias veces y al final fui con el. Mis padres no estaban en casa y los de ellos tampoco. No me había dado tiempo de maquillarme. Y vestidos no tenía porque no me gustaban.
—Aqui es
Bajamos del bus y entramos a la discoteca, el licor, olor a cigarrillo y marihuana era lo que se vendía más para las personas enfermas. Todo para no sentir dolor. Llegué y solo veía chicos de otras edades, mire a los alrededores para encontrar a Julián. Pero no estaba ahí.
Thomas ya estaba bebiendo licor, si llegaba a pasar algo sería la responsable de traerlo aquí sin permiso.
—¿Sabes dónde queda el baño?
Nadie me respondía. Ya estaban borrachos.
—Al fondo.
—Tatiana—dije abrazándola.
—¿Hace tanto que no te veía?
—6 años—respondió
—¿Otra vez te animaste a divertirte?
—...Supongo, pero ya me iba...huele mucho a cigarrillo, me marea.
—¡Ven!—tenemos patio, ahí están los de la escuela.
En cuanto pasaba la noche no me negué a un trago estaba decidida a cambiar mi día. Ya no salía mucho y extrañaba tanto la vida de antes.
—¡Ahí llegaron!
—¿Quienes?—realmente no podía ver de cerca pero si algo de lejos.
—¡Supongo que está vez si van hacer novios!
Mis ojos se aguaron en cuanto lo ví. Se veía igual de feliz, en ese momento me di de cuenta que el estaba mejor sin mi.
—El siempre ha tenido las mejores novias—dijo Jefferson
—...Bueno ahora que volveremos ha competir por la mejor chica, se pondrá mejor
—...esperen...de que me estoy perdiendo
—Julián volverá a salir de fiesta, y será el chico divertido sin pensar en compromisos. Todo casual.
—¿Pero hace unos días no me decía eso.
—La gente cambia...ya lo veremos con una y otra
No tarde en tomarme las cervezas más rápido de lo normal. Ya me sentía muy mareada y con mucha calor. Caminé despacio mientras podía encontrar la salida. Sin pensarlo alguien más ya me estaba sujetando del brazo y sacándome de la fiesta.
—¿Que te pasa?...¿Porque me empujas?
—¡No deberías estar aquí!
—Y tu tampoco—estaba tan molesta que mi falda había desaparecido y solo estaba en pantaloneta.
—!vete!
—Eres el mismo idiota de antes...¿Que cambio tan drástico?Siempre lo haces...¿Porque ahora?todo iba tan bien y tú empezaste a distanciarte. No vas al medico, no respondes mis llamadas. Si piensas que estaré toda la vida esperándote ...te equivocas
—No debo darte explicaciones. Y...no me interesas, solo te acompañaba por lastima.
—¿Hice algo para que te molestaras?
—Escucha bien —¡No me interesas!...¡No te quiero!—asi o te dibujo las cosas en plastilina
—¿Y los besos que nos dimos?¿Que fue eso?¿Los te quiero?
—Te lo he dicho, no confundas las cosas y no me idealices, siempre te ilusionas. Solo fueron cosas que pasaron hace meses.
—...Entonces...¿No volveremos a vernos?
—¡Estoy saliendo con Lizeth!—las cosas van bien y no quiero arruinar las cosas con ella.
—Respondeme algo que aún no entiendo...¿Mientras salias conmigo estabas saliendo con ella?
—Antes de que saliéramos del instituto. Ya estaba con ella.
—Eres un...¡Te odio!—¿Al menos sabes cómo me siento?...Yo fui la tonta, me advirtieron de ti, y llegas tú...y haces lo que que quieres y te vas...siempre te vas...y sabes que...
¡Estaré mejor si te mueres!
Sus ojos se abrieron de par en par. Los míos estaban totalmente rojos. Sin cruzar otra palabra con el, me marche. Nuevamente veía a su amigos, otra vez volvería hacer el mismo chico de antes. Y eso me rompía, porque creí que al estar enfermo vería lo que tenía, pero eso no lo hacía el, a él le gustaba coleccionar cosas y luego botarlas.
Continuará...
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