No soy nada
Julián
Flashback
—Mijo—dice mi abuelo
—¿Llamo a la enfermera?
—No, entre mas me den medicamentos, mas rápido me voy a morir—dijo riéndose
Mis ojos se aguaron, al verlo tan agotado.
—No llore mijo—Solo me voy a ir lejos
—¿Y nos vamos a ver algún día?—dije
—Sera después de 90 años—dijo el
—¿Tanto tiempo?
—Claro, mijo. —Usted tiene mucho por vivir. Yo viví, pero no disfrute
—Abuelo—dije
—Si
—¿Quiere que le cumpla un ultimo deseo?—dije
—No
—Iré con mamá, entonces—dije
—Aunque...Me detuvo
—¡señor!
—me gustaría que hicieras un poema tomando como nota el día de mi muerte
—¿Enserio?
—Si, tienes 1 mes para hacerlo y quiero que lo leas en mi funeral, pero antes deberás leérmelo estando con vida
—¡Hecho abuelo!—dije emocionado a contarle a mi madre, pero ella ni siquiera era capaz de escucharme
Me fui a casa y aun así no se me ocurría nada. Espere días para que la imaginación llegara, también para que todas mis ideas las pudieses plasmar en un lindo papiro.
Una mañana soleada desperté emocionado y con las ganas de escribir, deje que mi mente y mi cuerpo fuera el poemario y la música de mis versos. No quería detenerme ni quiera a corregir porque se me iría la idea. Y fue entonces que estuve escribiendo durante cada día hasta que al final llegue con mi padre al hospital. Yo emocionado por entregarle el poemario a mi abuelo, feliz porque había podido hacer algo alusivo a el, pero lastimosamente el ya no estaba. Así que volví a casa enojado mirando el mes, era claro que me había tomado bastante tiempo y que para poder leer el escrito en su funeral, debía de cambiarle algunas cosas.
Cuatro días después de los acontecimientos, fue entonces que vería a mi abuelo, no entendía nada, estaba muy pequeño. Según mis familiares no lo quemarían. No entendía eso, si el abuelo quería ser quemado y no quería ser devorado. Ni los hijos se lo habían preguntado días antes.
—¿Estas listo?—dice mi madre
—¿Sera que el abuelo me va a escuchar?
—No lo se—dijo ella
—Ojala, porque entonces abre roto su promesa y eso es malo ¿Cierto?
Mi madre no podía ni responderme, ella estaba en otro mundo. Y entendía como se encontraba ella, porque el día que me tocara a mi, seria cuando yo, la perdería a ella.
—El carro llego—dijo mi tío
—Todos nos subimos al carro. Mi madre estaba con mi padre y yo con mis hermanos.
Al llegar a la capilla central. Sentí un frio apoderarse de mi cuerpo. Rápidamente me levante y mire a quien había pasado a mi lado. Pero no había nadie.
—Hoy despedimos a una gran persona
Fueron las únicas palabras que pude escuchar porque desde ese momento había entendido que ya no tenia a ese abuelo cariñoso y sobre todo, protector.
—Aquí dice que el difunto pidió que leyera su nieto un poema. ¡Julián!—dice el cura
Mis manos temblaban tanto que pensé que no podía leerlo sin que una lagrima saliera de mi, pero luego algo me hizo sentir que en esos brazos todo estaba bien. Y era el quien me ayudo a terminar de leer mi escrito.
Luego de ese día mi madre y padre se divorciaron. Ella se caso con un hombre rico y nosotros nos quedamos con mi padre. Recuerdo bien que durante su matrimonio peleaban, nunca imagine que yo me fuera a perder mas. Ya no tenia a quien visitar ni mucho menos con quien llorar.
Fue esa noche entre lagrimas, llore por mi abuelo, lloré por mi, Y llore por haber nacido, hubiera preferido ser ese nada, porque incluso con vida, no era alguien. Ese mismo día del funeral de mi abuelito. Mire nuevamente el poema y lo leí para mi, y lo leí por el.
Un hombre desconocido me pidió recitar un poema tomando como nota el día de su muerte. No pude preguntarle muchas cosas, porque sabía que gran parte de esas preguntas, incomodaban a las personas y a él. Así que tome un lápiz junto a una hoja. Me quedé minutos esperando que mi mente sacase una idea. Y entonces sucedió.
*Julio*
Julio, dónde las estrellas brillan y la luna también, dónde el viento se lleva todo su valor y las esperanzas se llevan toda su belleza. Que irónico es hablar de la muerte cuando está a punto de tocar tu puerta. Cuando antes de dormir te vas con la seguridad de visitar un nuevo lugar, pero en vez de sorprender a los demás, porque pudiste salir de casa, los sorprendes a ellos con tu muerte. Cuando antes eras un lindo azul celeste, fugaz, y luego dejas de ser un color brillante para solo ser un amargo recuerdo. Es idiota decir que eres un recuerdo perfecto para quienes si te conocieron. Llegará la hora en dónde se juntarán las personas que te conocieron para después olvidarte. Y eso sucederá cuando la muerte visite a cada uno de tus colegas, así que cuando te mueras, ya sabes que no perteneces a quien te tuvo, porque todos dejaremos de ser hijos o hijas. Y espero que cuando lo sepas no te asustes, no temas porque así sabrás que los recuerdos son efímeros y ni siquiera tú vas a recordar las partes de ellos. Ansioso por mostrar el poema al hombre desconocido, me di de cuenta, de que me tomo tanto tiempo realizarlo, que ya el mes de julio había llegado y que ese temible mes ya me había quitado mis recuerdos y consigo mis poemas.
Fin del flashback
—Abuelo—Hace mucho que no venia aquí
No sabia que mas decir, solo se que venir a un cementerio después de mucho tiempo es de lo peor. Lo es mas cuando ya dejas de llorar por quien esta debajo de toda esa tierra.
—¿Te acuerdas cuando me decías que nos veríamos en 90 años?—Creo que eso se adelanto. Y sabes que es lo mas icónico de mi vida. Mi padre aun sigue esforzándome por mantenerme vivo. Le he dicho que mi trasplanté no va a llegar, y el que era donante para mi me pedía 25 millones de pesos. Le pedí a mi padre que no se esforzara mas y que finalmente me dejara volar en estos meses que me quedan. Por cierto, ya me dieron la fecha del día de mi muerte, cuando me la dieron me reí mientras que mi padre lloro. Hice mal al reírme, eso lo se, pero después de que pasas por la muerte dos veces, sabes que la tercera puede ser la mortal o también puede ser una prueba de vida.
Me levante de la tumba de mi abuelo para irme. pero aun no le contaba lo que haría mañana.
—Sabes abuelo, mañana iré a mi primera fiesta, deséame suerte. Se que estarás allí, porque nunca te fuiste, aún sigues jugueteando y ayudándome a ser mas fuerte. Y ahora mismo siento que puedes estar a mi lado o incluso puedes estar abrazándome o riéndote de mis estupideces de adolescente común. —dije mientras daba la vuelta para marcharme del lugar.
Continuará...
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