Nuevamente tenía mi autoestima por el piso, después de tantas horas hablando con mi psicóloga solo me quedo por decir ¡Pobre de ti! Lo único que hubiese podido decir y se le ocurre semejante idiotez.

Refleje que mi madre había dejado un vestido en la habitación, no estaba lo suficiente contenta para salir de nuevo.

—¿A dónde irás?

—¡Mauricio nos demandó!

—¿Y vas a celebrar?

—¡No!

—Entonces quien me dejó un vestido en la cama.

—Tatiana vino, quiere que vallas a su fiesta de cumpleaños. Hoy en la noche

—no quiero ir

—Entonces llámala y explícale.

Suspire en cuanto llegó la noche y estaba con ese maldito vestido, justo había Sido el mismo que hace unos meses me lo había prestado

—¿Cómo me veo?

—Muy bobita—Mauricio recientemente había entrado. Estaba muy molesto, nuevamente no había tenido sexo con una de sus alumnas.

—¡Yo ya me voy!

Salí de la casa, y mi amiga estaba a fuera. La casa de ella no estaba lejos, así que nos iríamos caminando, en ese transcurso sucedieron muchas cosas. Me caí, ella se le rompió el vestido, algo nos decía que no llegáramos a esa fiesta y hubiéramos hecho caso.

—¡Todos hablan de Julián!

—Tatiana, la llamaba pero está se encontraba encima de un chico. Me había prometido que hoy no tendría sexo con ninguno y ya uno de ellos le estaba metiendo la mano donde no debía.

—Solo diviértete.

—¿Hoy no era tu cumpleaños?¿Verdad?

—Solo le menti a tus padres, relájate. Quieres.

—Quiero quítarme el vestido, además es tuyo.

—¿Mío?

—Si, mi mamá me dijo que entraste a la casa y lo dejaste ahí.

—¡Yo no te lo di!

—Que mierdas, entonces quien papá Noel.

—Mira, si te digo quien fue te molestas así que no te diré.

En cuanto ella se fue, me quedé ahí, esperando si me iba a la casa o me quedaba. De pronto un chico llega a recogerme. Estaba molesto, muy molesto.

—¿Que haces aquí?

—Tranquilo ya me voy.

—Mauricio me mandó a recogerte.

—¿Y tu porque andas tan preocupado o que ?

—Tu padre me está pagando por cuidarte. Solo hago lo que el me pide.

—No necesito un niñero

—Solo ven conmigo, es muy peligroso que estés sola.

En cuanto salieron este se quedó observandola.

—¿A dónde quiere ir?

—Tengo hambre.

—Sube y te llevo a la casa.

—...ok

Subí a la bicicleta, pero no era atrás, me senté al frente así que tenía el pecho de el en mi hombro.
.
—¿Tienes frío?

—No, tranquilo igual llegaré a dormir.

—¡Si!

En cuanto abrí la puerta, ella se acercó a el enchufe para cargar su celular. Urgida por contarle a sus amigas que estaba bien, peor era entender que a nadie le importaría eso.

—Pedire a domicilio —Julián se acercó al teléfono, ella lo detuvo.

—¡¿Hay comida en la nevera?!

—Sabes que no me gusta cocinar.

—Cocinare.

Paso 40 minutos cuando ella había terminado de cocinar. El olor llegó a las narices de el, y este no se espero cuando ya estaba comiéndose todo.

-—¡Cocinas muy bien!

—Antes quería estudiar gastronomía, después quise ser policía y...ninguna

—No es tarde para empezar a creer, además estas joven. Un hombre viejo le gustaría a ver tenido las mismas oportunidades que se tienen ahora, las personas ya no aprovechan de esos beneficios que otorga el estado.

—¡Me admitieron!

La primera persona con la que podía ser sincera era con el, podía decirle lo mucho que lo quería y al mismo tiempo que lo odiaba.

—¿Beca?

—¡Si!

—Tu padre...¿Padres?...saben

—Olivia, si. Después de que se enteró que está embarazada pues  ya va conmigo al médico. Salimos juntas, creo que la quiero.

—¿Embarazada?

—Si, es un niño

—¿Porque no me contaste antes?

Este cogió su chaqueta, molesto comenzó a gritarla. Si hubiera Sido otra mujer quizás le hubiese gustado,pero a veces es mejor marcar el límite desde el principio.

Ráfagas de lágrimas brotaron por los ojos de el, ella quedó impactada, no sabía porque estaba llorando. No entendía que había pasado para que ellos terminarán llorando juntos.

—«¡Samantha !»

—Hueles a licor—dije molesta

—Solo me gaste el sueldo

—Ya me voy a dormir.

—¡Espera!...no quiero que te vallas, me has hecho falta en mi vida! No sé a quién contarle mis cosas, tengo novias pero ellas no me escuchan como lo haces tú, si te vas a otro país, me perderé a mi, y sería un maldito error perderme a mi, y perderte a ti... quédate, casemonos, quiero darte hijos, eres mi esposa.

Protestas por las respuestas y pucheros de el, ocasionó que este la sujetara de la cintura, y la besara forzosamente. Pero ella no se negó, de hecho ella calentó el ambiente, logrando así, que a los pocos minutos no hubiese ninguna prenda en sus cuerpos.

—¡Mi amor!—el se acercó a ella para abrazarla.

No era la primera vez que veía un hombre desnudo frente a mi, la primera vez que lo ví, salí corriendo. Si corría quizás esté me atraparía por la espalda y no me soltaría.

Andaba bailando desnudo, incluso se reía de mi cuerpo. No sé atrevió a penetrarme pero si a burlarse. Hasta logré entender porque todas las mujeres lo dejaban solo.

—¡Tienes muchas estrías!

—Apoyando sus ideas, me destape por completo. Mostré mis celulitis, estrías y mas estrias, moretones. Golpes, pinchazos, quemaduras. Y faltaba mas.

—puedo preguntarte algo

—Mmm...¿Que?

—¿Eres virgen?

—Si, solo que me masturbo. Tengo mi propio vibrador.

—Eso es asqueroso

—Bueno...para mí no

—Una mujer solo se puede conocer con un hombre. Es poco ético que se meta vibradores..es antihigiénico, además te rompiste el himen ya no eres virgen

—lo sigo siento dejas de ser virgen cuando estás con un hombre o mujer en la intimidad además el gimen es elástico la vagina lo es. Solo se rompe cuando se tiene un bebé

Este saco su teléfono e investigo en internet. Ese maldito machismo y poderío me provocó dolor de cabeza

—que mierdas, no te masturbes, más. Asco y pena debería darte, vergüenza

Minutos transcurrieron cuando esté ya estaba durmiendo. Aún sus palabras retumbaron en mis oídos si el es así conmigo. Que me hubiese esperado en un futuro si me hubiese casado con el. Llega un momento en el que me sentía completa conociendo mi cuerpo ahora me sentía horrible y asquerosa si una mujer necesita de un hombre para conocerse entonces eso es lo que me hace verme valiosa, ser suya, no mía.

Después de mucho tiempo tarde en tocar mi cuerpo, lo que me había dicho Julián me había provocado más inseridades. Ya ni siquiera podía verme a un espejo. Porque todo de mi, lo detestaba. Si Julián decía amarme, lo que me demostraba no era nada de eso, no era amor, no era nada.

Requiere de mucho esfuerzo plantear tu libertad, pero ahora está mal que la mujer disfrute su sexualidad, su vida. Si yo soy vista como poco ejemplo a seguir (claramente ni lo recomiendo)entonces tengo que admitir que
Yo siempre seré juzgada, o mejor aún, siempre nos juzgaran.

Continuará....