En nuestra niñez solemos ser muy felices, tenemos la seguridad de quienes somos, no dudamos de nosotros y siempre queremos sacar una sonrisa a alguien que este triste, pero yo deseaba sacar sonrisas a los demás a pesar de que yo no era felices, tenia la seguridad que haciendo sonreír a los demás ellos olvidarían sus problemas, por un momento. Porque al ser verdad, las personas que no son  felices son las que mas sufren y las felices son quienes menos sufren. 

Esta historia esta dedicada para quienes hemos dejado de creer en nosotros, nos hemos escondido en nuestras cobijas para poder llorar libremente. 

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