Hace un par de años la estaba pasando muy mal;mi vida sufrió un gran colapso,estuve en los lugares más profundos de la amargura,la tristeza y la desilusión.

Me sumergí en un mundo donde ante mis ojos no existían las posibilidades ni los más mínimos destellos de luz.Todo era oscuridad.

Me sentía fracturada,rota,vacía. Nada tenía sentido y llegué a pensar que jamás iba a recuperarme de la caída tan fuerte que sufrí.

Sentía que nada quedaba a mi alrededor y que mi único consuelo eran esas lágrimas que recorrían mis mejillas y que su acompañante...era ese dolor que me despertaba por las noches.

Y pensaba dentro de mi:“¿La vida después de esto habrá terminado?,¿que más me queda?”

Y así fueron pasando los días...los ruidos en el exterior se perdían entre tanto,pero...aunque todo parecía como “muerto” dentro de mi,resonaba una canción,una melodía muy en el interior.

Recuerdo esas palabras muy bien.Cuando sentía ese gran dolor,solo ponía la música a todo volumen y me perdía en llanto.

Decía lo siguiente:

“El amor no es fracturado,no es ansioso,no se oculta ni se avergüenza de ti,no es vacío,presta atención,siempre está presente,te escucha,hace lo que dice,el amor no es en partes”

El gran consuelo que tuve,fue ese amor real que vivía dentro de mi...el cual me hizo que las partes de otro “amor” roto no sustituirían jamás el amor propio.

Justamente,en ese punto exacto lo entendí,era mejor partir y no ser parte de ese amor en partes.

Y ahora repite:“Yo no merezco un amor en partes”

Canción:“Partes”
-Steffany Gretzinger