Eric Morgan

Llegar a ser el jefe de la organización de mi padre no ha sido algo que hubiera esperado tan pronto. Desde que era pequeño he estado siempre al lado de él para que me enseñara todo lo que necesito saber para cuándo lo sustituyese en este mundo del narcotráfico y la mafia.

No he conocido otro mundo que no sea este. Tampoco me siento orgulloso de muchas cosas de las cuales he hecho a lo largo de estos años para lograr junto con la ayuda de mi padre en ser la mejor organización del estado. Como ya sabréis, este mundo es uno de los más peligrosos que existe, que siempre vas a tener enemigos por todos lados y eso conlleva a que no debes confiar en nadie que no sean los tuyos, pero este... este es el peor error que he cometido en mi vida y que nunca jamás volveré a cometer. Por este error mi padre murió y desde ese día me prometí a mí mismo que encontraría y mataría al maldito hijo de puta que nos traicionó, Dominic Moore.

Hace ya un año que mi padre murió debido a la traición de ese maldito cabrón. Ese mal nacido nos engañó haciéndonos creer que era uno de los nuestros, fue amigo de mi padre durante la infancia y la adolescencia y le dimos nuestra total confianza hasta incluso lo considerábamos de la familia, pero le dio igual porque así es como nos la pagó. Nos traicionó y nos la clavó por detrás sin importarle nada, ni la amistad que se suponía que tenía con mi padre, no le importó nada porque todo era mentira, todo lo que había en él era falsedad y maldad.

Odiaba a mi padre desde que era pequeño debido a que no soportaba que fuera siempre el mejor en todo lo que hacía, el que se llevaba siempre todos los méritos, el que le quitaba todas las chicas... estaba harto de ser siempre el segundo y por eso planeo todo, planeo su venganza para conseguir lo que siempre había querido, ser el primero. Pero eso es algo que nunca logrará conseguir porque, aunque mi padre ahora ya no esté, yo me aseguraré de acabar por completo con él y con su maldita organización.

Llevo desde que mi padre murió buscándole, pero aún no tengo pistas muy seguras de donde se encuentra. Algunos de mis hombres investigan cada día sobre su paradero, ya que desde aquel día consiguió escapar de nosotros, mientras que yo sigo los pasos de mi padre y me encargo de toda la organización, de los encargos y misiones que hay cada día.

Nuestra organización es como una familia, trabajamos en equipo, nos ayudamos, nos cubrimos siempre la espalda los unos a los otros, si hay problemas lo resolvemos juntos y en ningún momento dejamos a alguien tirado. Esto es una de las normas que tenemos en la banda, nadie deja tirado a nadie. Si alguien incumple alguna de nuestras normas o llega a ser un traidor, podéis haceros una idea de cómo se llega a pagar esa traición. Y si, la traición solo se paga con la muerte como lo que va a ocurrir esta noche.

Esta noche organicé una fiesta con la idea de desenmascarar a un traidor que lleva tiempo pasando información de nosotros, y por tanto tiene que pagar por ello. Gracias a la ayuda de mis 4 grandes amigos, que para mí son ya como mis hermanos pusimos en marcha nuestro plan. El plan era sencillo, mientras se producía la fiesta, el traidor buscaría una información sobre una misión falsa que inventamos durante la reunión de esta mañana y yo estaré ahí esperándole para acabar con su vida.

-¿Está todo listo?- le pregunto uno de mis grandes fieles amigos.

-Todo listo hermano.

-Pues que empiece la fiesta.

---

La fiesta comenzó como planeamos, nos sentamos, bebimos un poco y veíamos como disfrutaba la gente a la vez que vigilábamos.

-¿Dónde está Adam?

-Dice que está llegando- me responde Aiden.

-Debería estar aquí- suelto un poco molesto. Esto es una misión, no puede hacer lo que quiera y llegar tarde –Cuando llegue hacerle saber que en cuanto acabe esto, lo quiero en mi despacho.

-Si jefe, a sus órdenes- me responde James.

-Me voy, os avisaré cuando sepa algo- digo levantándome de donde estoy y me dirijo hacia la planta de arriba sin ser visto. Cuando estoy a punto de abrir la puerta de mi despacho, una voz femenina conocida me interrumpe:

-Hola amor, te echado de menos.

-No me digas de esa manera, ya te he dicho mil veces que no somos nada Jennifer a ver si te entra en esa cabeza- le suelto enfadado.

Jennifer es solo mi disfrute sexual, no siento nada por ella, no la quiero, solo la uso como a otras tantas para satisfacerme. A diferencia de las demás es que ella y yo somos amigos desde la adolescencia, entró en mi organización y es por eso que aún la tengo a mi lado.

-¿No me has echado de menos?

-No, y ahora vete si no quieres que me enfade más de lo que estoy.

-¡¿Por qué me tienes que tratar siempre así?!- me grita y de inmediato le tapo la boca para que deje de hacerlo.

-¡No grites! Y cállate de una vez, esto no es una simple fiesta, ¿vale? – le digo bajando la voz para que entienda.

-Lo siento amor... no lo sabía, no me lo has dicho, ¿por qué no me lo has dicho? ¿Puedo ayudar?

-No te lo he dicho porque esto no te incumbe, asique lo mejor que puedes hacer ahora es lárgate- le digo y me doy la vuelta para seguir mi camino.

-¿Entonces no quieres mi ayuda?

-Busca a Aiden y dile que lo necesito, después de eso no te quiero ver en mi camino, ¿entendido? –le digo al girarme y solo asiente con una cara de enfadada.

Al introducirme en el despacho cierro la puerta y me sirvo una copa. Después recibo una llamada de uno de mis hombres.

-¿Alguna novedad?

-Señor creo que se quién es el traidor. Es Connor, está subiendo.

-Le estaré esperando –digo con una dura voz y fastidiado. ¿Connor? ¿Enserio? Parecía bueno el imbécil, pero como siempre no te puedes fiar de nadie, las apariencias engañan. Salgo del despacho y me escondo en una de las habitaciones que está justo en frente y solo me dedico a esperar, ahora sí que si la fiesta empieza para mí.