Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 30

Lia Blake

Creo que la he fastidiado un poco con Eric esta tarde. Su pregunta fue inesperada. Me pillo tan desprevenida que no sabía ni que decirle en ese momento. También tengo que decir que expresar lo que siento por él es algo que me da cierto miedo ¿Y si él no siente lo mismo que yo? Eso creo que me destrozaría un poco y prefiero protegerme de algo que puede dolerme.

Una pregunta bastante difícil de responder es si estoy enamorada de él. Eso creo que ya es algo más complicado. Es un sentimiento muy profundo y creo que es pronto para decirlo. Cuando me besó fue en ese instante cuando supe todo. Ahí fue cuando supe que quería estar con él y con el paso del tiempo he descubierto que le quiero. Sí le quiero, no voy a ocultarlo.

Al decirle que no la sabía, vi como su cara mostro desilusión y decepción. Me di cuenta de que lo había estropeado, y quiero arreglarlo. Antes de irse me comentó que Amalia iba a venir y esa noticia me hizo muy feliz. No la he visto desde aquel día que me marché y estoy deseando verla y saber cómo esta, como le ha ido en este tiempo.

-Lia... -la voz de un hombre vestido con un traje elegante de color negro interrumpe mis pensamientos –Su amiga ha llegado, la espera en el salón.

-Gracias por avisarme.

De inmediato me levanto de la hamaca en donde estaba sentada en el jardín y voy corriendo hacia el salón con mucha ilusión. Cuando entro por uno de los ventanales la veo de espaldas. Lleva puesto un vestido blanco haciendo resaltar su cabello castaño oscuro que ahora está más corto. Su cuerpo se gira hacia mí y puedo ver como sus ojos color miel brillan y la expresión de su cara se llena de alegría. Enseguida corre hacia a mí para abrazarme.

-¡Me alegro mucho de verte! Te echado tanto de menos –son sus primeras palabras después de tanto tiempo.

-Yo también te echado de menos –digo mientras la sigo abrazando con fuerza. Después de unos segundos nos despegamos para poder vernos cara a cara de nuevo. La verdad que está más guapa. Siempre lo ha sido pero vaya cada vez lo está más -¿Cómo estás? ¿Cómo te va?

-Estoy muy bien. Todo me va genial. He empezado la universidad hace poco. Al final me he quedado en River Lake.

-Me alegro que todo te vaya de maravilla.

-¿Cuándo has vuelto? ¿Has venido para quedarte?

-Hace unos días. Siento no haberte dicho nada y si he vuelto para quedarme.

Amalia y yo estuvimos toda la tarde hablando. No paramos de hablar. Me comentó todo acerca de su nueva vida en la universidad. Como era y también de la cantidad de chicos guapos que puedes encontrarte por allí. También menciono que está conociendo a un chico. No me ha dado detalles porque dice que acaba de conocerlo y es pronto para hablar de ello. Sobre Adam que como ya sabéis tuvieron algo hace ya meses y desde lo sucedido me dijo que aún mantiene contacto con él, pero en plan más bien amigos. Aunque me da la impresión en la forma que me lo ha dicho que hubo más que simple amistad. Yo en cambio le hable de todo lo que me había pasado y mi situación actual con Eric y del por qué había vuelto. No le hable acerca de lo de mi padrastro porque no quiero preocuparla y creo que es mejor por su seguridad que este alejada de este tema.

Por otra parte, le pedí consejo sobre el error que cometí esta tarde sobre mis sentimientos por el castaño. Me hizo reflexionar mucho con sus palabras y me recomendó que fuera valiente y me sincerase con él expresándole todos mis sentimientos. Asique eso voy hacer. En cuanto venga, voy a ir directa hablar con él.

Son casi las once de la noche y aún no ha vuelto a casa ¿Dónde estará? ¿Y si está enfadado conmigo? Igual no quiere verme. Puede que se quede en casa de Aiden esta noche, pero necesito que vuelva y hablar con él. Seguí esperando por más tiempo hasta que me mis ojos no pudieron más y se cerraron. Me quedé dormida encima de su cama.

Un ruido llega a mis oídos. Mis ojos comienzan abrirse, parpadean y veo una silueta. Su silueta. Esta enfrente del armario cogiendo algo. Veo como cierra la puerta de este mueble y se dirige hacia la puerta de la habitación. En ese momento lo llamo. No se gira. Sigue dando pasos hacia la salida. Intento detenerlo de nuevo diciéndole que no se vaya. Y al no ver reacción ante mis palabras me levanto de prisa y camino hasta él.

-Eric... -vuelvo a llamarlo esta vez a sus espaldas. El castaño se gira lentamente – Te estaba esperando – digo una vez que puedo ver su rostro.

-¿Por qué me esperabas?

-Quería decirte una cosa.

-Dímela mañana. Ya es tarde, es mejor...

-¡No! Llevo esperándote horas asique me vas a escuchar –no aguanto más. Tengo que decírselo ya. No puedo esperar más tiempo.

-Lia no es buen momento. Hablamos mañana –son sus últimas palabras antes de casi desaparecer por la puerta. No puedo dejar que se marche.

<<Lía díselo de una vez. Arregla lo que has estropeado. Dile lo que sientes>> mi mente me habla.

-Te quiero Eric –ya está ya lo he dicho. Estoy temblando ahora mismo de los nervios. Eric al escuchar mis palabras se ha quedado parado. Esta de espaldas en el marco de la puerta paralizado. Tengo miedo, mucho miedo de su reacción. Los segundos pasan y no veo ninguna respuesta por su parte. Sigue en la misma posición. Voy a seguir expresándome, voy a decirle todo.

-No sabía lo que era querer hasta ahora –son las siguientes palabras que salen de mi boca -Nunca he estado con un chico. Nunca había sentido algo por alguien. Siento haberte dicho eso antes cuando me lo has preguntado, pero tenía miedo –aún sigo teniéndolo -Me daba miedo decirte lo que sentía –hago una pausa para tomar aire -Esto es nuevo para mí. Este sentimiento nunca antes lo había sentido –tras estas palabras Eric se gira para observarme. Mis ojos conectan con los suyos y continuo -Cuando te conocí nunca pensé que podría pasarme tal cosa, pero ahora... ahora lo único que sé es que quiero estar contigo. No me imagino estar separada de ti –Doy un paso hacia adelante para estar a escasos centímetros y poder mirarle bien de cerca sus ojos y confesarle de nuevo esas dos palabras –Te quiero.

No pasa ni dos segundos tras finalizar esas palabras cuando el castaño corta el pequeño espacio que quedaba entre nosotros para unir sus labios con los míos. El miedo que sentía antes ha desaparecido. Se ha ido por completo. Sus besos son lentos, suaves tratándome con cuidado y delicadeza. Luego subió la intensidad. Me tomo de la cintura y me llevó sin dejar de besarme hacia la cama. Cuando note que mis piernas tocaron el filo me deje caer mientras que él no rompía el contacto entre nosotros y se posicionó encima de mí.

Nos separamos por segundos y nuestros ojos se encontraron. Me miraba como esperando encontrar algún signo de que debía decirle que parase, pero no quería que lo hiciera. Esta vez no. Hoy quería entregarme a él. Estaba segura. Volví a juntar nuestros labios para que continuará, pero instantes después Eric se separó. Iba a decir algo, pero antes de que lo hiciera yo hable primero:

-No quiero que pares –le confesé.

-Dime que estás segura o me detengo ahora mismo.

-Lo estoy –mis palabras dichas con tanta seguridad bastaron para que este se deshiciera de la camiseta que llevaba puesta. Volvió a besarme y luego bajo hasta mi cuello dejando besos por cada parte de el. Una de sus manos llegó al dobladillo de mi camisa, la única ropa que tenía, y la fue subiendo hasta que terminó pasándola por mi cabeza y la tiró al lado cayendo al suelo.

Ahora estoy en ropa interior. Siento que mis mejillas están rojas por la vergüenza. Intento cubrirme con mis manos por la inseguridad que me ha entrado al dejar que me vea así, pero este me lo impide agarrando mis manos colocándolas y sujetándolas a ambos lados de mi cabeza.

-No te tapes. Eres preciosa.

Un recorrido de besos fue dejando desde el inicio de mis pechos hasta llegar a la parte baja de mi abdomen. Al llegar ahí se detiene. Se separa un poco de mí para desabrochar y quitarse sus pantalones quedando solo en bóxer. No le quito la vista de encima. Luego vuelve hacia a mí y noto como sus dedos se dirigen hacia el broche de mi sostén. Oigo como el click suena y se deshace de el. Besa cada uno de mis pechos haciendo que salgan de mi boca unos cuantos gemidos.

Mientras les prestaba atención a mis senos, su mano se deslizó hacia mi entrepierna dejando un par de caricias que hizo que erizara mi piel al segundo.

De nuevo subió volviendo a conectar sus ojos  azules eléctricos con los míos. Encarceló mis labios besándome esta vez con más fuerza e intensidad convirtiéndose más bien en un beso lleno de pasión. Su mano sigue acariciando mi pierna y noto como sus dedos se van aproximando a ese lugar. Siento que finalmente llega y aparta mis bragas para introducir su mano y ...

-¡Ahh! –gimo cuando su mano toca por primera vez mi feminidad. Sus dedos se mueven al principio con lentitud haciendo círculos. Mis ojos se cierran sintiendo como corrientes de placer llegan a mí con cada movimiento que hace. No puedo evitar soltar jadeos y gemidos y más cuando acelera sus movimientos y con uno de sus dedos se introduce en mí. Ahí mi gemido es fuerte. Se siente demasiado bien eso.

Baja mis bragas para deshacerse de ellas por completo y vuelve al mismo lugar. Noto como todo se humedece y que esas corrientes de placer se intensifican. Me está volviendo loca. No creía que se iba a sentir tan bien esto. El placer es cada vez mayor y no puedo aguantar más, nose si sentir esto es porque estoy a punto de... sí creo que sí que voy a.... pero los movimientos se detienen.

-Aún no pequeña –mis ojos se abren y veo como saca de un cajón de la mesita un envoltorio plateado, lo abre y se lo coloca una vez que se ha quitado el bóxer. Ahora sí que estoy nerviosa por lo que está a punto de suceder. Se posiciona juntando nuestros cuerpos y en un solo movimiento se adentra en mí.

Un dolor leve sentí. Se quedó quieto un momento mirándome a los ojos, y luego comenzó a moverse. Estaba informada que la primera vez dolía, pero eso fue tan solo segundos porque luego ese dolor se transformó en el mayor placer que podría haber probado en mi vida. Ambos jadeamos por las sensaciones tan satisfactorias que nuestros cuerpos producían. Nuestros gemidos se oían con más fuerza y eso se debía a que ahora si había llegado el momento. No pude aguantar más ni él tampoco y llegamos a ese límite que yo nunca antes había experimentado. Fue perfecto, más de lo que podría haber imaginado. Me entregue a él por completo y no tengo ninguna duda de que lo hice con la persona correcta. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro