Capítulo 3
Media hora después finalmente llegamos a nuestro destino. Cuando bajo del coche me encuentro frente una casa que parece una mansión, es bastante grande y tiene un jardín enorme. Caminamos hasta llegar a la puerta y al entrar me sorprendió lo grande que es la fiesta. La casa está llena de gente, la gran mayoría de ellos se notan que son universitarios o eso creo. Bailan, beben y muchos de ellos ya se encuentran algo borrachos. Adam nos dirige hacia un grupo de tres hicos que están sentados en uno de los sofás mientras que toman algo en sus copas.
-Hombre Adam, ¿vienes hoy con compañía? ¿Quiénes son estas preciosidades? -dice uno de los chicos con una sonrisa pícara en su rostro.
-Hola tío, yo también me alegro de verte, ¿solo te interesa la compañía que traigo?
-Entiéndelo hermano, si vienes con estas dos hermosas chicas poco interés voy a tener en ti, no te me pongas celoso- suelta en un tono de broma.
-Bueno siento decirte que una de las dos ya está pillada- informa Adam dirigiendo la vista hacia mi amiga y echándole una sonrisa a lo que ella le devuelve con otra.
-No te preocupes, mi debilidad siempre fueron las rubias- contesta mientras me sonríe y me guiña un ojo. Mi cara en estos momentos no sabría cómo describírsela. ¿Qué acababa de decir? ¿Eso que significaba? ¿Era un intento de ligar conmigo? No me esperaba para nada ese comentario. Sinceramente creo que lo ha dicho en plan broma, asique me lo tomaré como eso, una simple broma porque no creo que un chico como él quisiera fijarse en mí. Después de eso Adam nos presentó. El chico del comentario se llama Aiden, es un chico moreno de ojos color miel, su piel es blanca, delgado con una complexión bien definida y uno de sus brazos está completamente tatuado. El segundo se llamaba James y es moreno con ojos oscuros, un poco más alto y grande que Aiden, también presenta algunos tatuajes en sus brazos. Y por último, un chico de nombre Ethan, es castaño y sus ojos son de un color marrón casi negro, este a diferencia de los otros no lleva ningún tatuaje a simple vista que pudiera ver, es más alto que los demás, tiene el cuerpo bien definido y la sensación que me transmite es el de un tipo bastante serio.
-¿Queréis una copa chicas? -pregunta James
-¡Si! -dice Amalia sonriente y le sirve una copa de alguna bebida que no tengo idea de que es.
-Yo no quiero, gracias- respondo.
-Oh vamos preciosa una copa no te va hacer daño- dice Aiden mientras me acerca la copa que acaba de servir para mí.
-Es que yo no bebo -digo un poco tímida.
-Lia es solo una copa no te va a pasar nada, hemos venido para divertirnos ¿no? - me dice mi amiga intentando convencerme.
-Tu amiga tiene razón preciosa, aquí se viene a divertirse- me intenta convencer de nuevo Aiden acercando más la copa.
-Está bien -digo agarrando la copa –pero deja de decirme preciosa.
-¿Por qué preciosa? -me pregunta acercándose un poco y manteniendo su mirada fija en mí haciendo que mis nervios comiencen a aumentar poco a poco.
-Porque no lo soy- digo mirándole a los ojos a la vez que se puede notar lo nerviosa que estoy. Aiden se aproxima más a mi mientras sigue manteniendo su mirada puesta en la mía. En cuestión de segundos ya lo tengo tan cerca que hace que mi corazón late a una velocidad descontrolada. Es un chico bastante guapo y tener a un chico así tan cerca como comprenderéis pone nerviosa a cualquiera.
-Eres preciosa y no dejaré de decírtelo- me dice acariciando una de mis mejillas al mismo instante que noto como estas comienzan a tomar un tono rojizo.
-Aiden, el jefe te está buscando –de repente nos interrumpe una voz femenina haciendo que nuestras miradas se dirijan hacia ella y veo a una chica pelirroja de ojos marrones de unos 20 años de edad.
-Gracias por la interrupción Jennifer, ¿no había otro momento más oportuno? - le responde Aiden un tanto molesto.
-Ya sabes que al jefe no le gusta que le hagan esperar asique yo de ti iría ya. Además si quieres divertirte porque no te buscas algo mejor que una cría estúpida –la expresión de mi cara cambia. ¿Una cría estúpida? ¿Pero quién se cree esta a llamarme así? Puedo ser una chica insegura y un poco tímida, pero si tengo que defenderme lo haré y no voy a permitir que una chica como ella me dijera lo que me acaba de soltar.
-Aquí la única estúpida ya tiene nombre -respondo mientras todos me miran con sorpresa puesto que no se esperaban que soltase tal cosa y empiezan a soltar algunas carcajadas.
-Pues la cría sabe ponerte en tu lugar eh.
-Cállate imbécil.
-Me gusta esta chica- dice James dirigiéndose hacia mi.
-Mira niña a mí nadie me insulta y menos tú que seguro que es una mimada de papá, asique ten cuidado -tras decirme eso siento como mi ira estalla dentro de mí y no sé cómo controlarme. No quiero perder la paciencia, pero esas palabras me han herido. Lo único que tengo en la mano es la copa que me había dado Aiden por lo que sin pensarlo tiro el contenido del interior en su cara.
-Maldita niña –masculla muy enfadada. Veo que tiene la intención de abalanzarse sobre mí, pero Ethan se levanta y logra detenerla antes de llegar a mí.
-Basta de hacer siempre estupideces Jennifer. Lárgate –le dice muy serio.
-Suéltame idiota, mira lo que acaba de hacer.
-La has provocado, ella no te estaba haciendo nada.
-Es una maldita cría, déjame darle su merecido.
-No te lo voy a repetir de nuevo, LÁRGATE- eso último en un tono un poco enfurecido.
-Esto no queda así, me las pagarás –me dice finalmente y se marcha.
-Deberías controlarte la próxima vez si no quieres problemas– Ethan me mira serio para decirme esas palabras y se aleja también.
-Lia... ¿estás bien? –me pregunta mi amiga un poco preocupada.
-Si estoy bien –miento. Después de las palabras que me ha dicho esa chica, ¿cómo voy a estarlo? ¿Mimada de papá? ¿Enserio? No tiene idea de cómo es mi vida. Nadie sabe por completo todo lo que tengo que pasar, aguantar y sufrir cada día. Noto como mis ojos empiezan a llenarse de lágrimas y no quiero que ninguno me vea así asique decido irme, necesito estar sola y desahogarme. Me voy corriendo con la excusa de que tengo que ir al baño.
Al dirigirme hacia allí, esquivo a cada persona que me encuentro por el camino, choco con algunas personas de las cuales voy pidiendo perdón sin girar mi vista hacia ellas. Necesito llegar al baño, el aire comienza a faltarme de la ansiedad al recordar a David, sus palizas que he recibido en este tiempo, en todos los gritos, amenazas y sobre todo lo que ha sucedido en el día de hoy.
Entre tantos pensamientos, se me olvida por completo que esta casa no la conozco y que no sé dónde se encuentra el baño, asique decido subir las escaleras para ir hacia la planta de arriba con la esperanza de no encontrarme a nadie para poder tranquilizarme. Llego al final de las escaleras y me meto en la primera puerta que visualizo. Me dejo caer al suelo con mi espalda pegada a la puerta.
Lloro por un rato soltando todo lo que tengo dentro. Pasan unos cuentos minutos tras el desahogo y noto como estoy algo más calmada y mis respiraciones bajan. En ese momento me doy cuenta que me he metido en una habitación que parece ser un despacho. Es bastante grande, hay una estantería llena de libros, una mesa gigante que ocupa casi toda la habitación y sillas alrededor de ella. Más bien diría que es como una sala de reuniones y eso hace extrañarme.
¿Quién tiene una sala de reunión en su casa?
Después de observar aquel despacho, me encuentro ya mejor y decido que ya es hora de volver abajo. Me levanto para salir de la habitación y al cerrar la puerta escucho un ruido muy fuerte a pesar de que la música procedente de la planta de abajo ya es fuerte de por sí. Entonces ese ruido no es normal, me resulta raro y siento curiosidad por lo que camino por el largo pasillo hasta llegar al fondo. Veo una puerta abierta entremedias y me acerco a ella. La abro para poder entrar y cuando lo hago mi cuerpo se queda paralizado ante lo que está viendo. Mi cara se pone pálida, quiero gritar, pero no soy capaz de hacerlo del pánico, no puedo reaccionar debido a que estoy en completo shock al ver a un hombre tirado en el suelo lleno de sangre y con un tiro en la cabeza.
¿Por qué han matado a este hombre? ¿Quién lo había hecho? ¿Por qué en una fiesta?
Millones de preguntas se pasan por la cabeza y empiezo a sospechar que este lugar es peligroso y qué debemos irnos de inmediato. Cuando estoy a punto de girarme y salir corriendo para avisar a mi amiga de que tenemos que marcharnos ya de esta jodida fiesta, una voz masculina firme se escucha detrás mía haciendo que mis pelos se me pusieran de punta y mi cuerpo se tensara mientras que el pánico se apoderó por completo de mí.
-No deberías de estar aquí bonita.
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