Eric Morgan

-¿Por qué vas a ayudarme? ¿Por qué no me dejaste morir? ¿Por qué estoy aquí Eric?

-Porque me importas.

¿Acabo de decir que me importa? ¿Enserio le he dicho eso? Si, creo que lo he dicho. Me quedo mirándola un poco sorprendido por lo que acabo de decir. Yo no soy así, no soy de sentimientos, no me importa casi nada. ¿Cómo es posible que una chica que acabo de conocer me importe?

Me alejo un poco de ella y en ese momento alguien toca a la puerta.

-Adelante –digo y la puerta se abre apareciendo Liam. Este nos saluda y me mira con la intención de hacerme entender que le deje a solas con ella.

-Os dejaré solos, estaré a bajo por si necesitáis algo –concluyo y salgo de la habitación. La verdad doy gracias porque apareciese Liam en ese momento porque no sabía que decirle después de admitirle que me importaba. Todo es muy extraño lo que me está sucediendo con ella y ahora mismo lo que necesito es pensar y aclararme.

Me dediqué a trabajar para desconectar mientras que Liam atendía a Lia. En unos días tengo que irme de viaje para la misión que planeamos llevar a cabo y no se que voy hacer con ella. No quiero dejarla sola aquí pero tampoco puedo llevarla conmigo. Buscaré a alguien con quien pueda dejarla, no pienso dejar que le vuelva a pasar algo, siento que tengo que protegerla, cuidarla y eso haré.

Al rato, escuché el sonido de las escaleras y vi que Liam bajaba por lo que deduje que ya había terminado su trabajo.

-¿Cómo está? –le pregunto.

-Está bien, no te preocupes, en unos días estará como nueva. Solo tiene que descansar y no hacer esfuerzos –me informa y abre la cremallera de su maletín para sacar un bote de pastillas. –Toma –dice extendiendo la mano –Cuando sienta dolor dale una, solo una –recalca y yo asiento.

-Gracias por venir.

-No hay de que. Por cierto, ¿quién es ella? –me pregunta curioso. Tardo unos segundos en responder puesto que la pregunta no es fácil de responder.

-Una chica que me está volviendo loco –admito finalmente. Es verdad me está volviendo loco. Con ella es todo un misterio, no tengo respuestas para ninguna de las preguntas que me hago a mí mismo, su vida también es otro misterio, todo son incógnitas, es como si tuviera que descifrarla.

-Vaya, que una chica te vuelva loco a ti eso... eso es muy pero que muy interesante.

- ¿Interesante? –frunzo el ceño sin entender que quiere decir.

-Curioso, mejor dicho. Si esa chica está aún aquí quiere decir que se debe a alguna razón en especial. Dime, ¿por qué no la llevaste al hospital después del otro día, por qué aún sigue aquí? No es típico de ti, tú te deshaces de las personas lo más pronto posible, la hubieses dejado en el hospital y seguirías tu camino y no lo has hecho esta vez. ¿Por qué Eric? ¿Por qué ella? – No tengo respuestas para ninguna de sus preguntas. Además, tiene razón, yo me deshago de las personas, pero con ella, con ella todo es diferente.

-Te dejaré que reflexiones a solas, lo necesitas. Además, tengo que irme –finaliza y se marcha dejándome solo.

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Pasaron unos días desde que Liam me dejo a solas con mis pensamientos. Todo este tiempo me he mantenido alejado de ella. No la he ido a visitar a la habitación, no he mantenido ningún tipo de contacto con ella. Seguramente mi comportamiento no haya sido el correcto, pero no era capaz de ir a verla porque no sabía muy bien que decirle después de todo. Y si, el tío más valiente, el que no le teme a nada, el que es seguro de sí mismo ahora parece todo lo contrario. Parezco idiota en estos momentos.

Aunque yo no fuera a verla, no la he dejado sola en ningún momento. Elena, la encargada de la casa que es como si fuera una madre, se encargó de Lia. Preparaba la comida, se la llevaba y se encargaba de que no le faltase nada, además de hacerle compañía. También Aiden, Amalia y Adam, vinieron varias veces a visitarla y a pasar el rato con ella.

Mañana es el día en el que debo dejar River
Lake e irme junto con mis compañeros a llevar a cabo la misión que programamos. Dejaré a Lia con Elena bajo vigilancia de algunos de mis hombres por si sucede algo durante mi ausencia. No se si despedirme de ella. Tengo un combate conmigo mismos porque una parte de mí quiere ir hacerlo, pero hay otra que me dice que no. Soy un estúpido en verdad y lo mejor que puedo hacer es despedirme y contarle que me iré porque ya bastante idiota y cobarde he sido con ella, asique eso haré. Decidido pongo rumbo hacia la habitación, bueno más bien mi habitación. Doy dos toques y escucho como su dulce voz me dice que pase.

Entro y veo que esta tumbada en la cama leyendo unos de los libros que mandé que comprarán para que no se aburriese puesto que averigüe gracias a su amiga su pasión por la lectura.

-Hola –le digo y ella dirige su mirada hacia a mí para responderme con otro hola.

-Solo venía a decirte que mañana me voy y no vendré en una semana o puede que más.

-Vale –es lo único que me dice y vuelve su vista al libro.

Supongo que está enfadada por mi actitud estos días y es completamente entendible. Ahora esto es incómodo, hay silencio y no se me ocurre nada más que decir. Ella sigue sin despegar la vista del libro y creo que lo mejor será que me vaya.

-Bueno, si necesitas algo está Elena. También dejaré algunos de mis hombres vigilando la casa. Adiós –me despido y empiezo a caminar hacia la puerta para irme. No escucho ninguna respuesta por parte de ella, no escucho su voz, su dulce voz , solo silencio asique me marcho con una sensación muy amarga en mi interior.