14. Personas que solíamos conocer
Selena Gomez - People You Know (1:23 - 1:49)
Una parte de mí, era muy consciente de que Emrys se iba a enterar de mi pasado con su hermano, porque es alguien inteligente y, además, yo no estoy intentando ocultarlo. ¿Qué sentido tendría? Incluso ahora, solo me cruzo de brazos y no niego nada del asunto. Soy plenamente consciente de que es absurdo gastar mis fuerzas tratando de negar algo frente a Emrys, porque si hay algo que he aprendido de él, es que, si dice algo, es porque está seguro de aquello.
E incluso sí quisiera negarlo, en cualquier momento Garrett podría decidir contar la verdad de lo nuestro, él siempre fue muy efusivo, siente y expresa dichos sentimientos y después piensa en las consecuencias. Se deja llevar por las emociones.
En lugar de negar cualquier cosa, guardo silencio analizando la situación, esperando a ver cuál de los dos hermanos hace el primer movimiento y que es lo que dicen.
—Y bien, hermano, ¿me vas a decir la verdad o estás pensando en otra mentira?
Hay algo desdeñoso en el tono con el que Emrys se dirige hacia Garrett, un tono frío que indica la clase de relación que tienen, porque no se dirige así hacia nadie más de su familia.
—Así que lo sabes.
No pregunta, ¿desde cuándo? Aunque debería. Pero es normal, porque Garrett rara vez hace las preguntas adecuadas.
—Sí, lo sé. Pero ese no es el punto aquí y sigues sin responder mí pregunta.
Garrett me mira y yo le sostengo la mirada, luego, él mira alrededor y se detiene en su hermano notando que viste la misma ropa que tenía anoche.
¿Piensa que Emrys y yo hemos dormido juntos en la misma cama?
Porque, aunque estuvimos mucho tiempo en una relación, nunca vivimos juntos, yo no quería que él invada mi espacio y me decía que, si eso llegara a terminar, no quería tener recuerdos de él en mi hogar.
Por eso tampoco dejaba que se quede a dormir y yo tampoco dormía con él. Teníamos sexo, por supuesto, pero cuando llegaba la noche, o yo dormía en otra habitación, el sofá o me iba a mi apartamento.
—Vine aquí a ver a Leo porque anoche tuvimos una interesante conversación y quería que la finalicemos. Además, quería responder a una pregunta que ella me hizo anoche y no tuve la oportunidad.
¿De qué pregunta está hablando? Sinceramente no lo recuerdo, pasaron muchas cosas anoche. Mi mente se desconectó en algún momento.
—Estoy seguro de que no hay necesidad de terminar ninguna conversación y mucho menos de venir aquí sin ser invitado.
—Eso no lo decides tú, hermano.
La tetera suena y los miro de reojo antes de dirigirme a preparar mi té, pensando que una botella de vino o tal vez algo más fuerte sería más apropiado.
—¿Sabes que me aparece interesante? Después de todo este tiempo que ustedes han estado separados, hayas decidido regresar a su vida justamente ahora.
Garrett se encoge de hombros.
—Necesitaba saber porque Leo se estaba casando y justamente contigo. Quería asegurarme de que ella estaba bien.
Cuando las cosas se empezaron a volver serías entre Garrett y mi persona, me empecé a poner reglas, al principio eran simples, luego, se fueron volviendo más y más complejas porque necesitaba más mecanismos de defensa para asegurarme que estaría a salvo.
No me importaba si Garrett salía lastimado, solo me preocupaba que yo esté a salvo.
Tampoco me importaba dejarle pensar que él me amara más de lo que yo lo amaba, porque pensaba que eso me mantendría seguro a mi corazón y sentimientos. Porque, si no le dejaba ver lo que sentía por él, ¿cómo podía lastimarme? E incluso si se iba y eso me dolía, él no lo sabría.
—Siempre el salvador —murmura Emrys con desdén—. ¿No te cansas de cargar con ese complejo de dios? Dejarlo un día o dos no te hará daño.
Parece que ambos han olvidado que sigo aquí, y que este es, de hecho, mi apartamento.
—Y aunque es muy valeroso lo que estás haciendo, mi prometida no necesita que la salven.
—Tal vez, pero, ¿me puedes culpar por preocuparme por alguien de la que estaba enamorado y que me amaba?
—Bien dicho, ella te amaba, tiempo pasado. Todo esto, de tu parte, es innecesario.
No quería darle a nadie más el poder de destruirme, el arma con la que inevitablemente me iba a disparar.
Se va a ir —me gritaba mi mente—. Te va a dejar.
Intentaba luchar contra aquello y creí que lo estaba haciendo bien, entonces, mi padre murió y todo el camino que había recorrido, se destrozó. Se volvió nada y me vi arrastrada hacia un sendero de autodestrucción. De mecanismos poco sanos para lidiar con aquello.
Y, aun así, no fueron suficientes.
—Emrys, ¿por qué nos engañamos? Esto no es real, ella no se quiere casar contigo. Es más, estoy seguro que si tuviera que elegir, la última persona que elegiría es a ti. Y lo sabes. Porque dudo que ella realmente te conozca, de hacerlo, no estaría aquí.
Hubo varios momentos donde intenté dejar entrar a Garrett, dónde quise mostrarle partes de mí que mantenía bajo llave y ocultas ante la vista de los demás. Pero me terminaba acobardando a último momento, no muy segura de su reacción.
—¿Me estás diciendo eso porque te molesta que la conozca más que tú? ¿Qué con todos sus años de relación ella jamás mostró aquellas partes ante ti?
Por supuesto que con Emrys no es así, porque esto no es real. No hay la preocupación de salir lastimada o medidas que deba tomar para prevenir una catástrofe y daños que se supone, inevitablemente van a llegar. Tampoco debo pensar en mis controles de daño.
Qué importa si él sabe que me gusta que me castiguen, el dolor y que tengo una alta tolerancia hacia el mismo, una que he venido adquiriendo a lo largo de los años.
No me importa, porque él tampoco lo hace. Su opinión, él y sus pensamientos, me es irrelevante.
—En realidad la conoces o, ¿ella te mostró a quien querías ver? Porque Leone es buena en eso —le cuestiona a Emrys.
Por un momento, pienso en intervenir, pero no lo hago. Analizo su discusión, las palabras que se lanzan e intento saber el trasfondo detrás de cada una de ellas para saber cuál le duele más a cada uno de ellos y saber cómo y cuándo las puedo usarlas a mi favor.
Bebo mi té en silencio y sigo observando la discusión entre los hermanos Walker.
—¿Por qué lo preguntas hermano? El que haya hecho eso contigo, no quiere decir que lo vaya hacer con todos.
—Vaya, ni siquiera le importas lo suficiente como para fingir contigo. Interesante —contrataca Garrett.
A mí sí me importaba lo que Garrett pensara de mí, quería agradarle, que me siga amando de la forma en que me amaba y viéndome con tanto amor y devoción. Por eso jamás pude mostrarle todas las partes de mí, porque en el pasado, cuando las personas me conocieron por completo, se dieron cuenta que no era suficiente, que estaba muy jodida y rota, y nadie quiere a su lado a alguien así.
Nadie me quiso.
Pero una vez que descubrí como podía hacer que las personas me amen, no me detuve. Era fácil el manipularlas, el agradarles incluso aunque fuera todo falso y momentáneo, me servía. Calmaba los demonios en mi cabeza.
—La diferencia entre tú y yo, Garrett, es que conmigo, mi prometida no necesita fingir.
Tomé el amor que Garrett me daba y seguí pidiendo más, solo dándole promesas vacías para que se quede a mi lado y yo poder seguir disfrutando de su amor. Del amor genuino que por años me fue negado. El cual no tuve mientras crecía y ahora que lo tenía, no quería dejarlo ir.
¿Por qué arruinaría aquello mostrándole esas otras partes de mí?
Hasta que lo que teníamos no fue suficiente. Hasta que necesité más. Y era algo que él no me podía dar.
—Veremos por cuánto tiempo más sigue siendo tu prometida.
Sin decir nada más, sale del apartamento golpeando con fuerza la puerta.
Suelto un suspiro.
Me decía que no lo estaba engañando cuando tenía mis secciones de castigo, porque no había nada sexual en aquello, no se trataba de eso, así que no había engaño. ¿Verdad? O, era algo que me intentaba convencer, porque no quería dejarlo, pero tampoco podía vivir sin la disciplina y el castigo.
Intentamos algo de BDSM muy leve, casi vainilla para mí gusto, pero Garrett dijo que no era lo suyo, que no se sentía cómodo con la idea de lastimarme. Le expliqué que no era así, que había reglas, palabras seguras y que estaba consensuado.
—No era así como esperaba que transcurriera está mañana —murmuro.
Emrys no me dice nada, sigue de pie mirando la puerta por donde acaba de salir su hermano, hasta que se mueve con la intención de irse.
—¿No vamos hablar de la discusión que acaba de suceder?
—No —es todo lo que responde antes de irse.
Suelto otro suspiro y doy un largo sorbo a mi té.
Busco mi teléfono y al encontrarlo veo los mensajes que Garrett me ha enviado.
—¿Qué se supone que vas hacer ahora, Garret?
Me pregunto, ¿cómo reaccionaría él si supiera la forma en que me gusta que me castiguen? ¿Si escuchara mis queridos de dolor y mi voz rota pidiendo disculpas? Por supuesto, él no lo entendería. Intentaría comprender por qué necesito aquello, pero al final, no lo conseguiría y haría algo como intentar que deje aquello o cambiarme.
Pero yo no quiero dejar aquello. Me gusta. Si quisiera dejarlo, ya lo hubiera hecho.
Tampoco quiero a alguien que me salve, como es lo que Garrett hubiera intentado hacer. Después de todo, eso es lo que él es, un caballero blanco. No lo puedo culpar por ser como es, pero eso no evita que algunas veces sentía resentimiento hacia la persona que era.
¿Por qué tiene que ser tan bueno? —me preguntaba— ¿Por qué no puede tener algunas partes oscuras como yo?
Aunque, ahora que lo pienso, tal vez si funcionamos el tiempo que lo hicimos, era por lo diferente que éramos. O al menos eso quiero creer.
—Solo espero que ninguno de los hermanos Walker haga nada estúpido. Aunque bueno, son hombres, no se puede esperar mucho de ellos.
El repartidor trae el desayuno unos diez minutos después. Es mucha comida para una sola persona, pero no es eso lo que llama mi atención si no que todo está en números pares.
Cuento varias veces para asegurarme y si, él pidió las cosas en números pares.
—Sigue siendo un idiota.
¿Por qué lo recordó?
Va, que me importa la razón.
La puerta vuelve a sonar, pero no me muevo, me quedo mirándola pensando sí uno de los hermanos Walker ha regresado y si es así, ¿cuál? Aunque, en realidad, me da igual. No quiero tener que tratar con ninguno de ellos.
De mala gana voy abrir la puerta y me sorprendo al encontrarme con, Alfred, el hermano de mi padre.
—¿No me vas a invitar a pasar?
En este momento hubiera preferido incluso ver a Emrys que al hermano de mi padre.
—No, me temo que no puedo. Justo me encontraba de salida.
Dejo la puerta abierta, pero me muevo para tomar mis cosas, un indicio de que no tengo tiempo para esto.
—Volé desde Washington solo para hablar contigo, Leone, ¿y no puedes darme ni siquiera cinco minutos de tu tiempo?
—Yo no te pedí que vengas y si estás aquí, es porque quieres algo de mí, y estoy segura que ese algo está ligado al evento que organizaste para mí difunto padre.
No soy idiota como para creer que hizo todo aquel show solo porque sí. Si algo aprendí de los Allen, es que no hacen nada sin segundas intenciones detrás.
—Voy a lanzarme como candidato al Senado y me gustaría contar con tu apoyo. Igual que lo hizo mi difunto hermano, además, eso es lo que hubiera querido.
—No. No quiero saber nada de tu familia y mucho menos de la política. No cuentes conmigo.
Saca una tarjeta con su número y la deja en mi mano.
—Llámame cuando cambies de opinión.
Dejo que salga de mi apartamento y procedo a irme, no sé exactamente a donde ir solo que necesito salir de ese lugar.
Termino en la tienda de tatuajes de Thalía viendo como tatúa una flor de loto a una chica en su hombro. No presto mucha atención a la conversación que Thalía mantiene con la chica, solo me concentro en el sonido de la máquina y el aroma a clavos de olor.
Cuando recién conocí a Thalía, ella solía fumar cigarros de clavos de olor, dijo que los consiguió una vez en un viaje y, cuando dejó de fumar hace dos años, aun extrañaba el aroma así que ahora compra ese aromatizante en específico.
Mi teléfono suena y veo que es Miranda.
—Hola, funeraria, te sigo esperando, ¿en qué podemos ayudarte?
—¿Leone? Pero que interesante forma de saludar. Solo llamaba para invitarte almorzar conmigo y Lauren. ¿Estas disponible?
Muerdo mi labio inferior.
—Lo siento, Miranda, pero estoy aquí donde Thalía y...
—¿Estas donde Thalía? Bien, no te muevas de ahí porque tengo algo de vida o muerte que decirte. ¿Me escuchaste? Estoy en camino.
Sonrío ante la exageración de parte de ella.
—¿Recuerdas la dirección?
—Sí, por supuesto, estaré ahí antes que puedas decir, Supercalifragilisticoexpialidoso. Nos vemos.
Termina la llamada y yo me quedo viendo la pantalla de mi teléfono con la imagen de la foto que Miranda mismo se tomó y guardó como su imagen de contacto.
Esa chica es otra cosa.
Muy burbujeante para mí gusto, pero lo suficientemente agradable como para tolerarla un poco.
—¿Me vas a decir que te sucede o vas a seguir mirando tu teléfono? Lo que prefieras hacer, por mi está bien. Estoy aquí para ti y para lo que necesites.
Thalía se ha quitado los guantes y pasa una mano por su cabello y noto que tiene una nueva perforación en su oreja.
—Emrys se enteró, no sé desde cuándo, que estuve en una relación con su hermano.
—¿Y cómo reaccionó? ¿Cómo te sientes tú al respecto?
Me encojo de hombros tratando de pensar en una posible respuesta.
—No sé exactamente como reaccionó, pero sí sé que no se lleva nada bien con su hermano. ¿Y yo? Bueno, sabía que tarde o temprano esto iba a suceder.
Las mentiras tienen patas cortas, era solo cuestión de tiempo.
La familia de Emrys y mi familia tampoco tardarán en enterarse, pero tal vez sea algo bueno, ¿verdad! Todo esto terminará y me dejarán tranquila podré regresar a mi apartamento y seguir con mi vida... Hasta que mi familia necesite algo más de mí. ¿Y que podría ser? Cualquier cosa.
Cierro los ojos con fuerza intentando no pensar en la mirada que me dará mi madre cuando se enteré, en los insultos de Joseph y como tendré que escuchar a la familia de mi mamá, hablar eso en cada ocasión que puedan.
—Leone, no eres responsable de la felicidad o bienestar de tu familia. Tampoco es tu responsabilidad solucionar cada problema o inconveniente que ellos tienen.
Dejo caer mi cabeza entre mis manos.
—Lo sé y hay momentos donde quiero dejar todo y simplemente irme, pero luego me detengo y pienso que, si me voy, ¿qué será de mi mamá? ¿Quién cuidara de ella? No puedo dejarla.
Ella se quedó conmigo —pienso—. Tal vez por el dinero que le daban, pero se quedó conmigo.
—Solo quiero que ella se dé cuenta de cómo es Joseph, que vea y lo haga responsable de sus acciones en lugar de solapar cada mala decisión que él toma.
—Eso es como intentar peinar a La Roca, o sea, imposible.
Suelto una pequeña risa.
—Hablo en serio, Leo. Si con todo lo que él ha hecho, tu mamá aún lo sigue perdonando, nada la hará pensar diferente y debes dejar de pensar que aquello va cambiar. No te hace bien.
—Lo sé y lo entiendo, eso no hace que todo se vuelva fácil. Crecí condicionada para hacer lo que mis padres querían que haga, es el chip que pusieron en mi cabeza, no puedo cambiar años de adoctrinamiento en solo unos meses.
Pero lo estoy intentando, incluso aunque parezca que no. Lo hago.
Recuerdo que una vez que terminé mis estudios en el extranjero con el dinero del fideicomiso de mi padre. Pensé en quedarme por allá, quería comprar una casa en algún lugar aislado de Irlanda y quedarme a vivir ahí. Olvidarme de todo y de todos.
Quería empezar de nuevo.
Nadie me conocía en Irlanda, podía tener una segunda oportunidad real de vivir sin el peso de mi pasado. Pero entonces mi madre llamó y me contó lo que estaba sucediendo con los restaurantes, me dijo que me necesitaba. Así que regresé.
—Hola, hermosas personas. Que suerte tienen mis ojos de verlas y los suyos por verme —entra Miranda saludando con entusiasmo.
Sus ojos están fijos en Thalía, detrás de Miranda viene Lauren, quien luce como si la hubieran obligado a estar aquí y lo más probable es que sea así.
Miranda apenas y me reconoce cuando pasa a mi lado para saludar a Thalía, veo a Lauren poner los ojos en blanco.
—¿Por qué querías verme?
Los ojos de Miranda se abren un poco por mi pregunta y asumo que realmente no tenía ninguna razón en particular para venir.
—Bueno, queríamos invitarte a cenar y por supuesto a ti también, Thalía, nos encantaría que nos acompañes. Entre más mejor. Es una tradición familiar que tenemos de cenar todos los segundos jueves de cada mes.
—¿Qué? No tenemos esa tradición —interviene Lauren.
—Cállate. Como estaba diciendo, es una forma de poder conocernos más y así Leone puede conocer mejor al resto de nosotros.
—¿Hay más de ustedes?
Debí prestar un poco más de atención cuando Garrett me hablaba de su familia, pero como la familia nunca fue un tema de mi agrado, prefería no topar ese tema.
—Voy a fingir no estar ofendida por ese tono. Pero será divertido. Lo prometo.
—No sé si pueda, el local lo cierro a las siete y media.
—¿Y a qué hora puedes? Porque no tenemos problema en retrasar un poco la cena, siempre buscamos que todos los horarios se acomoden.
Lauren suelta un bufido.
—¿De verdad? ¿Y por qué no nos preguntaste a los demás? Ah, ya sé, es porque ni siquiera sabíamos de esa cena.
No puedo evitar reírme ante la expresión molesta de Miranda.
—Lauren, cállate.
—Nos encantará ir a esa cena —intervengo—. Solo dime la dirección y ahí estaremos. ¿Verdad, Thalía?
—Sí, por supuesto.
Miranda da un pequeño salto con sus manos juntas sobre su pecho.
—¿Tienen alguna alergia o preferencia gastronómica que deba conocer?
Tanto Thalía como yo, respondemos que no.
Ya de regreso a la casa de Emrys, pidiendo en mi mente que este encerrado en su estudio para no tener que verle la cara, a quien veo es a su padre de pie en el porche.
Plasmo una sonrisa en mi cara al bajarme del auto y caminar hacia él.
—Buenas tardes, ¿Emrys no está en casa?
—No, pero no lo estoy buscando a él. Me gustaría hablar contigo.
Mi expresión cambia y me pongo a la defensiva de forma automática.
—¿Y sobre qué?
—Me gustaría ofrecerte un trato.
"Nota de Emrys: Cada día se convierte en una batalla, una lucha constante contra mis propios demonios, alimentada por la agonía de tus recuerdos que me persiguen sin piedad. Si tan solo pudiera deshacerme de esta carga que llevo, si tan solo pudiera escapar de esta prisión de sufrimiento en la que me encuentro atrapado".
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro